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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Palabras para la arqueología de Eugenio Padorno
En los hornos del mar (tienes los ojos de hebreo) las movedizas copas reverberan al fondo en el camino de gravas las gaviotas descienden sobre monstruos dormidos montan los areneros las cabinas jergan bebidas refrescantesdioses perros bañistas petrificados en la intersección única ...
Muertos de José Asunción Silva
En los húmedos bosques, en otoño, al llegar de los fríos, cuando rojas, vuelan sobre los musgos y las ramas, en torbellinos, las marchitas hojas, la niebla al extenderse en el vacío le da al paisaje mustio un tono incierto y el follaje do huyó la savia ardiente tiene un adiós para el verano muerto ...
Las pequeñas cosas de Pedro Enríquez
En los mástiles de la cera ondula la sensualidad un temblor de infinito avanza en las velas y en el aire un misterio de figuras inventaavenidas sin relieve senos de la sombra Cuántas noches este universo sin límites provoca pesadillas de nieve caminos sin presencia criaturas ...
En los ojos abiertos de los muertos... de Jaime Sabines
En los ojos abiertos de los muertos ¡qué fulgor extraño, qué humedad ligera! Tapiz de aire en la pupila inmóvil, velo de sombra, luz tierna. En los ojos de los amantes muertos el amor vela. Los ojos son como una puerta infranqueable, codiciada, entreabierta...
Exorcismo de José Luis Villatoro
En los ojos llevas un pez muerto -un pez nocturno- y un pájaro disecado. Ha de ser por miedo -el miedo a la libertad de expresión que padecen los analfabetos. Pero ayer te exorcisaron y te dieron permiso para otros menesteres -gracias señoresbuhoneros de la verdad- así que ahora ...
Los fantasmas de Eleazar Rivera
En los postigos de tu casa viven voces ancestrales En las yacijas hay fantasmas de los exámines que aún viven En una botella guardo los restos de mi memoria
Autopista de Ploeisti de Sergio Badilla
En los suburbios de Bucarest la nieve se transforma en lluvia en el otoño. Las grullas errantes que vienen camino de las estepas rusas bajan en las verdes colinas del Otopeni y se aparean. El Danubio no está lejos de aquí y los bogantes cantan al ritmo de los remos. ...
Oración de Humberto Ak´Abal
En los templos sólo se oye la oración de los árboles convertidos en bancas.
Karma de Inmaculada Mengíbar
En los últimos años, Ulises y Penélope han realizado algunas visitas a una bruja: Siempre salía yo. Y por más que él negara cualquier cosa, me dice que Penélope se ha puesto como loca a restaurar las redes y a la vez a buscar apartamento. Y que ahora es el fin. Que por eso ha venido. ...
La alameda de Rafael López
En los veranos rojos, cuando a los mediodías desata los bozales de sus perros el sol, ¿quién no gozó tu abrigo, quién ignoró las pías frescuras que derrama tu inmenso parasol? ¿Quién, en el sueño rosa del minuto romántico, no, tembloroso y pálido, se detuvo al pasar bajo tu fronda amiga, ...
Himno al sol de José María Heredia
En los yermos del mar, donde habitas, Alza ¡oh Musa! tu voz elocuente: Lo infinito circunda tu frente, Lo infinito sostiene tus pies. Ven: al bronco rugir de las ondas Une acento tan fiero y sublime, Que mi pecho entibiado reanime, Y mi frente ilumine otra vez. Las estrellas en torno se apagan, ...
Luis Cernuda de Juan Luis Panero
En Madrid, donde me dieron la noticia de tu muerte, en Sevilla, años después, en una extraña primavera, en Londres, repitiendo tantas veces el sonido de tu voz, el roce de tu mano. En New York, mirando caer la nieve -junto a aquel cuerpo que tanto quise-, y en México, bajo la lluvia, ...
Gramática de mamá de José Kozer
En mayo, qué ave era la que amó mamá. o hablo de las mimosas. Dice que no recuerda el nombre de los ríos que circunscribían supueblo natal: aunque siempre se ahogaban un varón y una hembra en verano un varón y una hembra en verano. ...
En medio de las risas... de Jaime Sabines
En medio de las risas y testigo del llanto, oyendo y viendo gentes remotas a mi lado, en una soledad sin palabras ni gestos, acaso solo y triste, me doy cuenta, me hablo. Por este no morirme me estoy muriendo a diario. Desde mi cuerpo grito noche a noche, me espanto...
En medio de todo esto... de Julia Otxoa
En medio de todo esto los niños siguen arrojando sus caídos dientes a la luna suplicando nuevos alfabetos de hueso para nombrar la vida. Poema seleccionado por la autora
El poeta y la luna de Vinicius De Moraes
En medio de un cristal de ecos El poeta va por la calle Sus ojos verdes de éter Abren cavernas en la luna. La luna vuelta de costado Erizada de lujuria El poeta, alocado y blanco Palpa las nalgas de la luna. Entre las esferas brillantes Centellean pelos dorados El poeta, de mirar durmiente ...
Nocturno en que nada se oye de Xavier Villaurrutia
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte en esta soledad sin paredes al tiempo que huyeron los ángulos en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre para salir en un momento tan lento en un interminable ...
Caballo de Guernica (53) de Guillermo Pilía
En medio del bullicio de la tarde puedo escuchar mi voz, pura herrumbre de puerto abandonado. Y es como si buscara en tierra firme la soledad de las aguas abiertas donde nacen las islas. Ansias de clara palabra, de sílaba de acento luminoso, como moneda en la taza de un ciego. ...
La aldea de Manuel Felipe Rugeles
En mi aldea cuando niño nunca creí en otra aldea, nunca soñé en otra tierra. Recortaba sus crepúsculos y apacentaba sus nieblas. Cristales me daba el río, pájaros me dio la huerta. Con un caracol de monte vida tuvo una flor nueva. Preso entre cuatro horizontes pasé ...
En mi alma podrida... de Leopoldo María Panero
En mi alma podrida atufa el hedor a triunfo la cabalgata de mi cuerpo en ruinas adonde mis manos para mostrar la victoria se agarran al poema y caen y una vieja muestra su culo sonrosado a la victoria pálida del papel en llamas, desnudo, de rodillas, ...
Antífora de Luis G. Urbina
En mi angustia, callada y escondida, sé tú como enfermera bondadosa, cuya mano ideal viene y se posa, llena de suave bálsamo, en la herida. Ríe en mi tedio sepulcral guarida como un rayo de sol en una fosa; perfuma, como un pétalo de rosa, el fango y la impureza de mi vida. Del corazón en el silencio, ...
Asesinato sideral de Carmen Alardín
En mi aposento tengo un prisionero que no soy yo, que no eres tú, que no es aquel que nos rompió los huesos por fabricar collares. En mi aposento tengo un prisionero que galopa en mis sienes y que me hace sudar, callar o blasfemar; y sin embargo tengo que clavarlo cada día ...
Resurrección de Rosaura Álvarez
En mi carne sin tiempo: tacto, fuego, brillos inmarcesibles. Añafiles desde mis altas torres lo pregonan, Héspero lo pregona, más tus labios. Aquí el instante, río de agua negra, allí la mar, opalescente el mar. ¡Mi sangre, tu materia, la Materia! Fue un sueño, invidencia, la ceniza. ...
En mi casa vivían magrebíes de Belén Reyes
En mi casa vivían magrebíes. Se fueron sin pagar, dice el casero. La portera me paró en el descansillo: -qué bien que hayas venido, tú no sabes.. lo guarros que eran estos moros. Vivían un montón y entraban y salían, recogían muebles de la calle, no sabes que trajín tenían.. ...
En mi cielo al crepúsculo ... (Poema XVI) de Pablo Neruda
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube y tu color y forma son como yo los quiero Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el agrio vino mío es más dulce en tus labios: ¡oh segadora de mi canción ...
La primavera de Juan Ramón Jiménez
En mi duermevela matinal, me malhumora una endiablada chillería de chiquillos. Por fin, sin poder dormir más, me echo, desesperado, de la cama. Entonces, al mirar al campo por la ventana abierta, me doy cuenta de que los que alborotan son los pájaros. Salgo al huerto ...
En mi gemido (Poema XXXI) de Jacobo Fijman
En mi gemido conté mi soledad envejecida; conté todas las noches de mis días. Mis huesos cantan el misterio del mundo. El agua perturbada de mi reposo. Me veo en mi gemido según pavores de inocencia. Paz, paz: oído de mis palabras. El ruego alcanza oído a mis palabras carne sanada; ...
En mi habitación tejo el viento de Mía Gallegos
En mi habitación tejo el viento. Ignoro si son remotas mis lágrimas o si están guardadas al lado de amarillas fotografías, junto a dedales y agujas que sollozaron. Cavilo uniendo las puntas de la aguja con la lana. Desatiendo la espera. Tejo y olvido. De pronto pierdo el punto y un agujero ...
Contracorriente de Otoniel Guevara
En mi infancia corría un río que me pertenecía Me hizo creer que su aroma de piedra encantada era como las simples palabras de mi madre Lo contemplaba adquirir el color de las cosasque iba resucitando: una rama con hojas transparentes la indecible alegría de mis compañeros ...
Guerras en mi país de José María Cuéllar
En mi país hubo guerras donde parieron los fusiles Su huevo de sombra Y los aviones de mil novecientos cuarenta Pasaron secando la leche de las cabras Todo fue mayúsculo y los pequeños gestos se volvieron Dorados En mi país hubo una guerra Con generales y campos de batalla ...
Yerma de Dina Posada
En mí terminaron la sangre la costumbre historia repetida de abuelo a padre de padre a hijo Yo puse fin a las facciones color de piel modo de andar forma de ser Acabé la leyenda la fantasía en mí murieron prolongación y raza.
Partida de Lucero Alanís de Gurrola
En mis muertes diarias está mi padre me observa con esa incertidumbre que obliga a decidir Mi padre nunca tuvo un cristo en su alcoba ni un caballo para su fuga Hubo de partir muy lento y en segunda clase Sé que hubiera preferido un mate del pastor -en el tablero en desorden aquellos días ...
En noches como ésta me acerco... de Roxana Crisólogo Correa
En noches como ésta me acerco nudo de sirenas y descoloridos carteles hacia el camino empapada de polvo en una pintura formidable dejando atrásrecordando mi voz arrastra su disonancia y sumerge tu sombra en cada estría del tapiz de oscuridad fulminante la respiración tensa es el mar ...
Hipocresía de Gabriel Impaglione
En nombre de Dios la blasfemia y en cada asesinato una uña de Dios un pelo una arteria de Dios un palmo de alma pudriéndose de hipocresía. (Poema proporcionado por el autor)
Oración de Yolanda Blanco
En nombre del pubis y de los senos y de la santa mente crezca mujer Amén.
Nos habita el paraíso de Delia Quiñónez
En nuestros templos habita el paraíso profundo y claro en la oquedad que dejan los besos y el temblor de espasmos milenarios el fuego es apenas un roce en la curva del tiempo un trecho recorrido en algas, tibiezas y recuerdos. Nos habita el paraísoungido de fragancias ...
Letanías profanas de Jaime García Terrés
En oleaje caviloso digo los nombres de la grey, los nombres pardos y los candentes. Digo Santiago, Pedro, Juan; el signo de la madre plácida entre nublados laberintos; la fama quejumbrosa de los sacerdotes; los apodos rebeldes que suscita la horda. Oh denominaciones, ...
Lleno de ruido y furia de Carlos Marzal
En otra esquina más del laberinto, una cualquiera, en otra arruga más de la desfigurada cara de este mundo, nuestros pasos se cruzan sin saberlo. Alguien pierde la historia de su historia, por no pararse a tiempo en un escaparate, mientras, al otro lado de aquel mismo cristal, ...
La luna que no vi de Paulina Vinderman
En Palenque la sombra empieza a caer sobre el palacio. El último visitante conserva el sombrero sobre la cabeza y el ojo iluminado por el bajo relieve. Mira hacia abajo, agobiado por el peso de los jardines que no existen y el calor. Yo seré esa figura para el foco de otro, pero me quitaré ...
En Pascua resucitan las cigarras de Ernesto Cardenal
En Pascua resucitan las cigarras enterradas 17 años en estado de larva millones y millones de cigarras que cantan y cantan todo el día y en la noche todavía están cantando. Sólo los machos cantan: las hembras son mudas. Pero no cantan para las hembras: porque también son sordas. ...
Santos Vega-3-El himno del payador de Rafael Obligado
En pos del alba azulada, ya por los campos rutila del sol la grande, tranquila y victoriosa mirada. Sobre la curva lomada que asalta el cardo bravío, y allá en el bajo sombrío donde el arroyo serpea, de cada hierba gotea la viva luz del rocío. De los opuestos confines de la Pampa, uno tras otro, ...
Esta tarde, mi bien... de Sor Juana Inés de la Cruz
EN QUE SATISFACE UN RECELO CON LA RETÓRICA DEL LLANTO Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía: pues entre el llanto, ...
Habíamos nacido el uno para el otro de Alfonso Alcalde
En realidad habíamos nacido el uno para el otro. Jamás tuvimos un sí o un no . Comíamos los dos de un mismo plato. Ella leía, yo dormía. La transfusión de ideas era magnífica. La parentela se daba la mano los domingos. Hacíamos intercambio de empanadas y pequeños planes ...
De los álamos y los sauces (4) de Rafael Alberti
En recuerdo de ANTONIO MACHADO ...y por oílla los sauces se inclinaron a la orilla. PEDRO ESPINOSA...álamos de las márgenes del Duero, conmigo vais, mi corazón os lleva!ANTONIO MACHADOVeo en los álamos, veo, temblando, sombras de duelo. Una a una, hojas de sangre ...
Asalto al sol 9 de Heddy Navarro Harris
En rocas escarpadas el vestido suelta sus hebras las nalgas reciben garrotazos de árbol el pelo cogido en truenos espanta mis ojos que tiemblan
Invierno de Miguel Ángel Asturias
En rodillas de viento, galgo y huella fuí tras de ti, mujer en mi presencia transportado por ágil luz de estrella de sentido en sentido hasta la ausencia. Atravesaste, amor, los egoísmos que en sílice de lágrimas desvelo yuxtaponiendo abismos sobre abismos en mi insoluble soledad de hielo. ...
Romance del juramento que tomó el Cid al Rey don Alonso de Romancero Español
En santa Águeda de Burgos, do juran los hijosdalgo, le toman jura a Alfonso por la muerte de su hermano; tomábasela el buen Cid, ese buen Cid castellano, sobre un cerrojo de hierro y una ballesta de palo y con unos evangelios y un crucifijo en la mano. Las palabras son tan fuertes ...
Cármides (II) de Carlos Barbarito
En silencio, con los ojos abiertos, se sumerge. Sin testigos. Lejos de los barcos pintados, de los remos, del Pez y los peces. Ahora todo es tiempo, muerde los muros, los hijos, arroja ceniza sobre las ciudades. En el fondo apenas una chispa. Apenas algunas hojas secas, un fruto que nadie come ...
Homenaje de Pier Paolo Pasolini de Francisco Nájera
En soledad bombea el agua, un chorro que cae con un amargo rumor en el arroyo, y orina bajo las estrellas de esa su noche transparente y lisa. Luego vuelve a subir las escaleras caminando despacio, como ladrón. Y aunque aún no lo entiende, lo atormenta ya ese loco sin Madre ...
Puerta al tiempo en tres voces (II) de Luis Palés Matos
En sombra de sentido de palabras, fantasmas de palabras; en el susto que toma a las palabras cuando con leve, súbita pisada, las roza el halo del fulgor del alma; -rasgo de ala en el agua, ritmo intentado que no logra acorde, abortada emoción cohibida de habla-; en el silencio tan cercano ...