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25 poemas aleatorios | |
Fui pintor y me pintas, poeta eres y soy yo quien te canta desde mi nueva voz redonda: marinero se hace en la tarde el sol. Me extendiste la senda de tus versos para abrazar con libertad el destino. Te encomiendo una tía y una madre, dos hijos y un planeta. Te duelen los pulmones ... | |
Mi familia no tiene médico ni sacerdote ni visitas y todos se tienden en la playa saludables bajo el sol del verano. Algunas yerbas nos curan los males del estómago y la religión sólo entra con las campanas alborotando los canarios. Aquí todos se han muerto con una modestia conmovedora, ... | |
REBABA DE NEURONA es la argamasa que forma este collage de sinsentidos. Salitre emocionado, paz salada en roncos lagrimales, pirotecnia. ¿Collage es mezcolanza, revoltijo, astilla de emoción vuelta a su logos? No hablemos del futuro, piedad, que ya envejezco. ... | |
Eres el peso profundo y secreto de los granos de trigo en la balanza de mi mano. El frescor del sorbo de cielo que bebe el pájaro marino. Por el verano corren los claros esteros de tu espalda desnuda. Eres un puente entre los marjales de las pesadillas. Las madejas de nuestros sueños ... | |
Los dioses de la zona tórrida llevaban macanas. Ahora llevamos macanas pero no somos dioses. La visita que a la pirámide Tikal iba a efectuar la comitiva concluye en el desastre aéreo donde todos los pasajeros de la nave perecen sin que ninguno de estos acertara a divisar desde el aire, ... | |
¡Qué altos los balcones de mi casa! Pero no se ve la mar. ¡Qué bajos! Sube, sube, balcón mío, trepa el aire, sin parar: sé terraza de la mar, sé torreón de navío. ¿De quién será la bandera de esa torre de vigía? ¡Marineros, es la mía! De: Marinero en tierra | |
Cuando me faltas tú, todo me falta. La silla en la que no estás sentada no es una silla completa. La casa en la que tú no estás, llena de fiesta y de gente, está vacía sin embargo, más llena de tu ausencia que de gente. Porque en todas partes tú no estás y tu ausencia es más espesa ... | |
y prohíbele juntar las piernas para siempre la guerra y la paz quoto estás con dios o estás con el diablo : te dije que era mentira pero ya mejor no te digo esto encorvas tu tronco y sumerges la cabeza en un hoyo húmedo, el mar (Buñuel tiene una escena con avestruz) y el Papa pontifica / dice: ... | |
El Che en su paso postrero —para que América andes— en el dolor de los Andes sembró su amor guerrillero; sembró su grito sincero y su fusil combativo y si por duro motivo el Che Guevara está muerto tampoco es ya menos cierto que entre la tierra está vivo. América del mendigo... | |
Como cuando se abrieron por tus sueños mis párpados, rota y cansadamente, acoge mi partida. Como si me tuvieras nadando entre tus brazos, donde las aguas corren dementes y perdidas. Igual que cuando amaste mis ensueños inútiles, apasionadamente, despídeme... | |
Sale mi blanca aurora, y en saliendo coge a la obscura noche el negro manto; mas yo, que sin dormir en tierno llanto lo más de ella pasé triste y muriendo, en viéndola salir blanca y riendo, dejando el lloro, torno alegre al canto y el verla tan hermosa puede tanto que a rienda suelta ... | |
De las capitanías de la oruga sabe el rosallo que le corresponde Silenciosas boquitas que roen de nocheo bajo la altanera plenitud del gran sol las perfecciones naturales Ante ellas no hay belleza Sólo avidezsólo la necesidad de estar vivas Y perduran matando como nosotros ... | |
La fiebre atrae el canto de un pájaro andrógino y abre caminos a un placer insaciable que se ramifica y cruza el cuerpo de la tierra. ¡Oh el infructuoso navegar alrededor de las islas donde las mujeres ofrecen al viajero la fresca balanza de sus senos y una extensión de terror en las caderas! ... | |
los ensayos a las cinco, después de clase un ballet con música de Strauss que cerrará con broche de oro las fiestas del colegio argumento y coreografía son de mi invención cinco mariposas enamoradas de una flor dijo la señorita Leontina la flor es sólo un adorno, ... | |
Prácticamente todo estará hecho de especulaciones y eyaculaciones, la libertad, esa rosa que arde ahí, la misma Nada en sus pétalos, la memoria de quién, el libro de aire de los cielos, esta música oída antes, el esperma de David que engendró al otro, y ese otro al otro como ... | |
Todos los días amanezco a ciegas a trabajar para vivir; y tomo el desayuno, sin probar ni gota de él, todas las mañanas. Sin saber si he logrado, o más nunca, algo que brinca del sabor o es sólo corazón y que ya vuelto, lamentará hasta dónde esto es lo menos. El niño crecería ahíto de felicidad... | |
La clara muchedumbre de un poniente ha exaltado la calle, la calle abierta como un ancho sueño hacia cualquier azar. La límpida arboleda pierde el último pájaro, el oro último. La mano jironada de un mendigo agrava la tristeza de la tarde. El silencio que habita ... | |
En las noches, te veo como una colgadura del mirabel del sueño. Asomadas a ella, velas como pañuelos me van diciendo adiós a mí, que estoy durmiendo. De: Marinero en tierra | |
Los besos entre las hojas En recuerdo De los pájaros que encantaban las estrellas en el filo de sus alas Por cada grito picoteaban los guijarros del sol Los muros que les dan formas familiares Y gestos que reflejan el clima de los labios Sobre el camino de los últimos besos ... | |
Si decidieras irte de la ciudad, de tu ciudad, en busca de nuevos horizontes, de fortuna o tal vez de una pasión sin precedentes, la ciudad, esta ciudad, aún inconciente de sus ruinas, emprenderá tu acecho siguiéndote los pasos. Alguna tarde cálida (tú sobre los puentes ... | |
Escribo para desquitarme de la inacción que significa escribir Escribo como alguien compra un número de lotería atrasado Escribo de parte de los perdedores para la mortalidad Escribo sin voz por amor a la Letra Escribo, luego el otro existe. (Selección: Jorge Carrol) | |
En el mercado) Blanco y azul, rosa y verde; nada que ajuste y concuerde sino en la desarmonía. Son estas cuatro matronas como banderas chillonas, cuya extraña algarabía tiene alardes inauditos, tiene... | |
Creo en el hombre. He visto espaldas astilladas a trallazos, almas cegadas avanzando a brincos (españas a caballo del dolor y del hambre). Y he creído. Creo en la paz. He visto altas estrellas, llameantes ámbitos amanecientes, incendiando ríos hondos, caudal humano ... | |
He vuelto de nuevo al buzón -así comienza el día así termina- como un rito sagrado opio corazón abrí la caja del apartamento 11-B En el fondouna tarjeta: Reparamos neveras torres calentadoresartefactos eléctricos primorosamenteen letra gótica -Así comienza el día así termina- ... | |
Vuelvo a ti, soledad, agua vacía, agua de mis imágenes, tan muerta, nube de mis palabras, tan desierta, noche de la indecible poesía. Por ti la misma sangre tuya y mía corre el alma de nadie siempre abierta. Por ti la angustia es sombra de la puerta que no se abre de noche ni de día. ... | |
