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25 poemas aleatorios | |
...Of restless nights in one-night cheap hotels...T. S. Eliot Hurgo a tientas en busca de papel y lápiz... Tomo el reloj de la mesita; es medianoche. La sombra alinea el último lienzo de su tapia infranqueable. Presiento la escritura de una frase muy larga. Un borbotón de voces . ... | |
No temas, niña sola cruza el salón despacio porque el eco es enorme y podrá degollarte las pisadas. Abrázate a tu sombra si es preciso, si no logras llegar, mejor no vuelvas, porque no es justo... | |
Extraño no decirlo y hablar hidras pensadas o hacer poesía y cálculo, extraño no contarte que el cianuro Cifran viene sobre las diez, o viene Rilke el poeta a contarme que sí, que de veras tú pasas a mi sangre pero de qué nos sirve. Veneno y sombra extraña, extraño no decirlo, ... | |
Para contar cualquier historia vieja. Para que el tiempo reconozca que sangre, o grito, o verso es vida. Para de- cir tu nombre y no caer en un proyecto de monotonía. Pa- ra que las flores de Baudelaire encuentren esa capacidad de asombro y abrir al hombre a una memoria compartida. ... | |
Como en la playa virgen dobla el viento el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena... | |
Ayer me fusilaron. Sé que todo seguirá igual. No habrá concentraciones. Desfilarán oscuros batallones sobre la hierba, el hielo, el polvo, el lodo. Ayer me fusilaron. Ya no escribo. Mi madre llorará. Mi padre, apenas pensará que fue augurio de estas penas y ambos en sueños... | |
¿Sin conocer no puede el avecantar? ¿O sí puede el ave? Cantar no essino un sol ¿Sabe el avede su sol? ¿Sabe versasobre lo que el ave cantarno puede? Pero igualel avecantasin saber ¿Qué es entonces saber? Si el avesin saber canta el río sin saber ríe el vientosin saber filtra su suave sonido ... | |
¡Yambambó, yambambé! Repica el congo solongo, repica el negro bien negro; congo solongo del Songo baila yambó sobre un pie. Mamatomba, serembe cuserembá. El negro canta y se ajuma, el negro se ajuma y canta, el negro canta y se va. Acuememe serembó, aé yambó, aé. ... | |
Parece el mar sereno, y una guerra civil quizá en él se desata. De su seno surgidas, se clavan en su seno... | |
Inmóviles las manos, el cuerpo abandonado, así, cerrar los ojos y dejarse abatir por la tormenta. Antiguas voces llaman. Ya no es hora. Sangre, amor, amistad, ternura, ¡fuera! No quiero vuestros rostros de alegría, vuestras sedientas máscaras de cera. Dejadme así, tan sola, primitiva, salvaje, ... | |
Habrá Dios enfurecido y marcando las cartas lanzado su fúrica mano sobre la mesa sin importarle demasiado los comensales y otros reunidos para el pokarito que han dicho ese Alberto qué calamidad mira que perder con tercia en un lugar de mala muerte y mirando a Dios ... | |
La poesía come carne prohibida Todo el mar se parece Sí el mar sacudido como una tela Si comenzara a hablar un día de estos Es suave su risa por ahora Su grafía se construye en la arena Se borra Aúlla de pájaros cierta temporada -el sol se le quema como si fuera... | |
Adiós para siempre, mitad de mi vida, un alma tan sólo teníamos los dos; mas hoy es preciso que esta alma divida la amarga palabra del último adiós. ¿Por qué nos separan? ¿No saben acaso que pasa la vida cual pasa la flor? cruzamos el mundo como aves de paso... mañana la tumba, ... | |
Por una de esas raras reflexiones de la luz, que los físicos explicarán llenando de fórmulas un libro..., Mirándome las manos -como hacen los enfermos de continuo-, veo la faceta de un diamante, en una faceta del diamante de mi anillo, reflejarse tu cara, mientas ... | |
Sol de medianoche Crisol de corazones Sonriente cuarto menguante Creciente de pasiones Llena de placeres Nueva de fuego Vocera del amor Espero con ansias que regreses... Selección del autor | |
Ayer cuando el teléfono se demoró en sonar descubrí que Alfonsina fue una mujer... | |
Cuándo ya noches mías ignoradas e intactas, sin roces. Cuándo aromas sin mezclas inviolados. Cuándo yo estrella fría y no flor en un ramo de colores. Y cuando ya mi vida, mi ardua vida, en soledad como una lenta gota queriendo caer siempre y siempre sostenida cargándose, ... | |
El fin es el lugar del que partimosT.S. Eliot De la mano de un dios asistimos a nuestro propio parto en la cuna luminosa del sepulcro Por el azul las aves ofrendarán los cirios en permuta de carroña y desde el coro de plañideras el bautismo del sobreviviente Tan pocas sombras ... | |
Quieres que te invite a probar dulce de cabello de ángel, María Moñitos? Mi primo mató, de una pedrada en la frente, cuatro serafines en el catecismo. Preparando el almíbar está mi abuela. Yo prefiero el cristal de guayaba para mirarte a través del vidrio empañado y decirte, cuando... | |
La vida callada... dadora de mundos... Venados heridos. Ropas de tehuana. Rayos, penas, soles, ritmos... | |
Un día desperté y estaba hecha parque. Yo me vi con mi sangre pero parque. Imposible mostrar. Pero tanta luz.... Dividiendo por veintiocho muchas frondosidades pude ofrecerte un triunfo. Era día martes y brindamos. Brindamos rama a rama. Continuidad de los parques. Otra mañana... | |
El amor es esa estrella filosa y el desamor quién sabe qué carajos pero yo no soy yo ni este aire mi aire Es un tambor el miedo y la paz un tejido frecuentado pero en mi corazón hay un cangrejo y alguien está torciendo mi pescuezo ¿Qué es el atole blanco? ¿Qué los cigarrillos faros? Pero a quién ... | |
No me has visto. Siglo. Siglo. Oh, prestigitador. Al lado de la carpa inmensa venden barquillos. ¡Y algodones de azúcar! Y dicen: Ya estamos hartos de tus opiniones. No me has visto. No has venido a preguntar por mí, el de los dedos cortados. Yo era dos muchachos corriendo. ... | |
Fragmento de un poema Yo que tengo lejanos jardines en la luna y reinos invisibles en estrellas lejanas y princesas dormidas de embrujada fortuna y reinos interiores y cosas extrahumanas. Yo que tengo un silencio de armonía profundo, gravitando con ritmo de misterio en mí mismo; ... | |
nacer es aquí una fiesta innombrableJosé Lezama Lima Ya la patria no es nada: Ni un recuerdo, ni un anillo, ni los padres aquellos que alguna vez se amó y que por compasión la tierra acabó por tragárselos. Ni la playa desde la cual venía a contemplarnos el ideal, pues otras playas ... | |
