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25 poemas aleatorios

 

   El enamorado

   Jorge Luis Borges

primeros versos

Lunas, marfiles, instrumentos, rosas, lámparas y la línea de Durero, las nueve cifras y el cambiante cero, debo fingir que existen esas cosas. Debo fingir que en el pasado fueron Persépolis y Roma y que una arena sutil midió la suerte de la almena que los siglos de hierro deshicieron. Debo fingir las armas ...

 

   Plaza sola

   José Hierro

primeros versos

Qué sosiego volver, hablarte, abrazarte con mis miradas, besarte la boca de tiempo dónde el polvo seca la lágrima, qué descanso poner mi oído sobre tu madera encantada, apurar las gotas de música de la caja de tu guitarra, recordar, preguntar, soñar ahora que nada importa ...

 

   Canción a una muchacha ajedrecista muerta

   Miguel Arteche

primeros versos

Llueve sobre el verano del tablero. En blanco y negro llueve sobre ti. Nadie controla tu reloj: te espero para jugar allí. ¿Tú mueves o yo muevo? Quién lo sabe. Quién sabe si allá juega o juega aquí. De pronto tu tablero es una nave que te lleva y nos lleva hacia un jardín. ...

 

   Soñar

   Rosaura Álvarez

primeros versos

Soñar en ti para crearte, alzarte puro. Ignoran las odas, las danzas, el alto fuego de mi lengua honda, las brasas tiernas del lujoso anhelo. Ignora Eros mi fulgor: amar como rocío en rosa para esplender, brizar tus ecos con gestos nuevos: mansedumbre; otorgarte tu esencia, ...

 

   Terceras referencias (VII) Epigra / fe

   Galvarino Plaza

primeros versos

Te levantas / eres aún ese niño idiota corriendo ciega- Mente tras extendidas manos nunca ami- gas / con el mismo amor o su esperanza caes en el sue- ño / das la nota en los lugares / cerca o lejos irrum- Pes en el inconformismo de las grandes ceremonias /La poesía ha sido ...

 

   Cuando llama la poesía...

   Santiago Azar

primeros versos

Cuando llama la poesía, cuando el grito desesperado del verso clama por mi sangre, sólo los muertos resucitan y me esperan pues de ellos es parte mi alma, es parte del soldado que aquí todos los días trabaja. Cuando llama la poesía, los muertos reciben mis besos porque también a ellos pertenezco. ...

 

   Itinerario

   Juan José Alcolea

primeros versos

Una turbia corriente me devora y al tiempo sugerente me convida llenándome de luz por la ancha herida que busca mi confín hora tras hora. Esta turbia corriente arrasadora que fluye con el agua de mi vida, esta turbia corriente, esta medida, me pide la palabra sin demora. Yo cedo...

 

   La noche antes de mi muerte estuve mirando el mar

   Gonzalo Osses – Vilches

primeros versos

La noche antes de mi muerte estuve mirando el mar. Lo penetré, sus olas abrazaron mis rodillas vestidas. Aunque era de noche sentí su color, reviví el verde esmeralda del que está hecho. Lo amé, al comprender que era el color de tus ojos expandidos en él, y tuve miedo, me sentí solo, ...

 

   Poema del fuego No. 4

   Ibn Sara As-Santarini

primeros versos

Llega hasta ti en su cálido brasero, radiante en medio de la oscuridad. Cuando su frente brilla en la negrura, las tinieblas se visten del delicado velo de la luz. ¡Oh qué hermosura! Sus costados lanzan chispas como confeti de oro, y son las brasas, en la túnica de la ceniza, ...

 

   Soy raíz

   Claribel Alegría

primeros versos

Más que piedra pulida más que mañana ocaso más que sueño de árbol y de flor y de fruto soy raíz un avanzar reptado de raíz sin fulgor sin futuro ciego de profecías endureciendo el suelo en el que ondeo saboreando el maná de la desdicha de la opacidad del pájaro...

 

   Quisiera saber por qué esta muerte

   Luis Cernuda

primeros versos

Quisiera saber por qué esta muerte al verte, adolescente rumoroso, mar dormido bajo los astros ciegos, aún constelado por escamas de sirenas, o seda que despliegan cambiante de fuegos nocturnos y acordes palpitantes, rubio igual que la lluvia, sombrío igual que la vida es a veces. ...

 

   El perro sin plumas- (Paisaje del Capibaribe II)-(Continuación)

   Joao Cabral de Melo Neto

primeros versos

Porque en el agua del río es donde ellos se pierden (lentamente y sin dientes.) Allí se pierden (como no se pierde una aguja.) Allí se pierden (como no se rompe un reloj.) Allí se pierden como no se rompe un espejo. Allí se pierden como se pierde el agua derramada; seco el diente seco ...

 

   Yo soy ardiente, yo soy morena,... (Rima XI)

   Gustavo Adolfo Bécquer

primeros versos

Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión; de ansia de goces mi alma está llena. ¿A mí me buscas?No es a ti, no.Mi frente es pálida; mis trenzas, de oro; puedo brindarte dichas sin fin; yo de ternura guardo un tesoro;. ¿A mí me llamas?No; no es a ti.Yo soy un sueño, un imposible, ...

 

   Una noche de amor

   Cancionero y Romancero Tradicionales I (siglo XI a siglo XV)

primeros versos

Ya cantan los gallos, amor mío, y vete: cata que amanece. Vete, alma mía, más tiempo no esperes, no descubra el día los nuestros placeres. cata que los gallos, según me parece, dicen que amanece. (Otero, Torregrosa: Antología de la lírica amorosa. Barcelona, Vincens Vives, ...

 

   Mutatis Mutandis

   Hildebrando Pérez Grande

primeros versos

Un árbol derribado no es un árbol: es un río que crece entre los hombre. Un río que crece entre los hombres no es un río: es un sueño que en los días de verano se desborda sobre tu tierra seca. Y un sueño que en los días de verano se desborda sobre tu tierra seca no es un sueño: ...

 

   El uno nones

   Oliverio Girondo

primeros versos

El uno total menos plenicorrupto nones consentido apenas por el cero que al ido tiempo torna con sus catervas súcubos sexuales y su fauna de olvido El uno yo subánima aunque insepulto intacto bajo sus multicriptas con trasfondos de arcadas que auto...

 

   Los suspiros son aire y van al aire... (Rima XXXVIII)

   Gustavo Adolfo Bécquer

primeros versos

Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer: cuando el amor...

 

   De tu ligera planta...

   Sor Juana Inés de la Cruz

primeros versos

De tu ligera planta el curso, Fenix rara, pára, pára; mira que se adelanta, en tan ligero ensayo, a la nave, a la cierva, al ave, al rayo. ¿Por qué surcas ligera el viento transparente? Tente, tente, consuélanos siquiera; no nos lleves contigo el consuelo, el amparo, el bien y abrigo. ...

 

   A un traje de pana verde que por ahí anda perturbando a los muchachos

   Ana Rossetti

primeros versos

Ningún hombre es dueño de su destino. Ninguna mujer es dueña de su corazón.La Rochefoucauld Deslumbrados los ojos, adornados de ti, despertados de súbito, ¡oh visión turbadora! sujeta la mirada cual broche a tu vestido, la cabeza imantada al giro de tus pies, ...

 

   Ausencia de Joaquín

   Pablo Neruda

primeros versos

Desde ahora, como una partida verificada lejos, en funerales estaciones de humo o solitarios malecones, desde ahora lo veo precipitándose en su muerte, y detrás de él siento cerrarse los días del tiempo. Desde ahora, bruscamente, siento que parte, precipitándose en las aguas, en ciertas ...

 

   Me lancé a tu nombre de hombre

   Margarita Carrera

primeros versos

Me lancé a tu nombre de hombre a los cuatro puntos cardinales de tu sombra a tu imagen que golpea día a día la luz inconmensurable de mi tiempo. Tristemente hermosa permanezco en tu puerto ardiente bajo tu cuerpo desierta sin orillas viva y persistente en mi sangre de ...

 

   El nuevo orden

   Nora Méndez

primeros versos

A Saúl Ibargoyen El poeta no congenia con los zapatos Esos negros arribistas Solo buscan el beso de la loza El rumor pujante de la cera Y la amistad promiscua con los desinfectantes El poeta ¡Ama sus alas! Pero el nuevo orden prohíbe A los poetas alados Sus vuelos han sido cancelados ...

 

   Mi padre

   Juan de Dios Peza

primeros versos

Yo tengo en el hogar un soberano, único a quien venera el alma mía; es su corona su cabello cano, la honra su ley y la virtud su guía. En lentas horas de miseria y duelo, lleno de firme y varonil constancia, guarda la fé con que me habló del cielo en las horas primeras de mi infancia. La amarga ...

 

   Rin, rin, ¿quién es?, la muerte

   Julia Escobar

primeros versos

Llamó la muerte a casa y no me puse. Ella dejó un mensaje: llámame en cuanto puedas que te busco. Dejé el buzón de voz desconectado para que no me importunaran sus mensajes. Es más, pedí a la compañía que me diera de baja, por si acaso.

 

   Once cincuenta

   Julio Iraheta Santos

primeros versos

Once cincuenta vale este poema Todo por estar cómodo y contemplar el cerro prisionero de las nubes 1 tamal de elote frito 4 colones 1 cucharada de crema 3 colones 1 taza de café con leche 4.50 de colón Once cincuenta vale este poema La nostalgia me obliga a no sumar ...