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25 poemas aleatorios

 

   Yo soy la amada

   Luzmaría Jiménez Faro

primeros versos

Yo soy la amada, amante, soy la amada: voy andando las horas que separan mi cuerpo de tu cuerpo y restañando las frágiles heridas de huellas que volaron con tu nombre. Yo soy la amada, amante, soy la amada: la que brotó salvaje entre tu trigo y lo tiñó de púrpura, ...

 

   No existe más oasis que tu cuerpo

   Agustín Labrada Aguilera

primeros versos

Mientras dura el relámpago, ardemos lluviosos en su aroma que ilumina tu cama hasta volverla un bote, donde está la pasión tras el diluvio. Mientras dura el relámpago -cuyas águilas roen nuestro ayer-, somos bajo su lumbre el cuchillo y la fruta repitiendo un milagro en pos del alba. ...

 

   Es droga la elocuencia

   Julieta Valero

primeros versos

Esta rabia de diván, esta rabia milenaria que vino a perder su fuerza en la tribuna de un diván, no la enmiendan alaridos, no se redime ni esparce entre astros por un gesto canalla que brinde tu boca ante el corro más débil. Esta ley de oscuro rango te aflora en el torso brazos sin familia ...

 

   Consejo

   Fernando Pessoa

primeros versos

Cerca con grandes muros aquél que te sueñas. Después, donde es visible el jardín a través del portón de reja adecuada, pon las flores que sean las más risueñas, para que te conozcan sólo así. Donde nadie lo vea no pongas nada. Haz macizos como los que otros tienen, donde las miradas ...

 

   Brisa

   Héctor Rosales

primeros versos

Tijeras, tallos, pétalos, primer vals rosado de la brisa. Aquel perfume. Y lo que tanto amé sin salvación. El aire...

 

   Canto florido

   Luis Alfredo Arango

primeros versos

Bello país de la muerte lindísimo país te gustan los cadáveres y para qué negarlo. Desde que te sabemos Hasta donde te recordamos En tu memoria siempre Nuestra sangre se mezcló con tus entrañas Tierra con sangre Agua con sangre Fuego rociado Salpicado con la flor ceremonial de nuestras...

 

   Guía de la Ciudad de México

   Jaime Augusto Shelley

primeros versos

Desde las Lomas Heights, donde aún habitan, gozosos, los políticos enriquecidos, los antiguos banqueros, con su blanca (o verde) faz atónita y una numerosa flotilla de grandes capitanes de la industria y el comercio (que siguen nadando en la corriente, antes de que Neza los devore) ...

 

   Los espantapájaros (17)

   Julio Iraheta Santos

primeros versos

Casi una hora para el mediodía El calor abochorna los campos los pájaros no vuelan no hay brisa que mueva los árboles y tú estás ahí estoico en tu hierba caliente rodeado por el canto de las cigarras que en vano tratan de alegrar el polvo con sus pequeñas regaderas...

 

   La ternura última

   José Agustín Goytisolo

primeros versos

Tal fuego sofocado que se aviva por él arde por él. Toda la noche se llenó de aroma por él siente por él. Su corazón caía y ahora vuela por él late por él. Vendrá el amanecer de gallo en gallo por él vela por él. Sus ojos se entristecen de repente por él teme por él. Hombre que ignoras ...

 

   Hombre joven que devora un caballo

   Ramón Fernández - Larrea

primeros versos

mirándolo bien el potro le devora el corazón pero no parece precisamente esa víscera pudiera ser una pradera incendiada algo que recuerda a una mujer que soñaba junto a una ventana en la calle viladomat a la derecha el humo se convierte en una viejecita que rezonga el animal parece ser mordido ...

 

   Tu nombre, poesía

   Gilberto Owen

primeros versos

Y saber luego que eres tú barca de brisa contra mis peñascos; y saber luego que eres tú viento de hielo sobre mis trigales humillados e írritos: frágil contra la altura de mi frente, mortal para mis ojos, inflexible a mi oído y esclava de mi lengua. Nadie me dijo el nombre de la rosa, ...

 

   Revelación del silencio

   Juan Manuel Roca

primeros versos

Tras los temblores y los años que huyen como galgos, la Catedral de Managua se puebla de pájaros. En sus ruinas se siente la presencia del vacío, lejanos murmullos, precesiones de ausentes. Pero los grillos, ¡ah!, los grillos elevan una agreste oración. Un olor a hierba recorre las naves ...

 

   Balada de asonancias consonantes o de consonancias disonantes o de simples disonancias

   León de Greiff

primeros versos

Para el asombro de las greyes planas suelo zurcir abstrusas cantilenas. Para la injuria del coplero ganso torno mis brumas cada vez más densas. Para el mohín de los leyente docto marco mis versos de bizarro rictus, (leyente docto: abléptico pedante) tizno mis versos de macabros...

 

   Cabes en un rincón

   Margarita Carrera

primeros versos

Cabes en un rincón detrás de la puerta del olvido. Ahí te acurrucas una y otra vez cumpliendo tu destino.

 

   Modesto desahogo

   Tomás Segovia

primeros versos

Estoy más triste que un zapato ahogado estoy más triste que el polvo bajo los petates estoy más triste que el sudor de los enfermos estoy triste como un niño de visita como una puta desmaquillada como el primer autobús al alba como los calzoncillos de los notarios triste triste triste ...

 

   Acta del lunes

   Américo Ochoa

primeros versos

Hoy puedo levantarme tarde si quiero y gozar lo dulce de la bebida de ayer o descansar tibio después del amor tomar café negro y frío y fumar cuantas veces quiera sentarme cómodo en el río de soledades Hoy puedo levantarme tarde si quiero de todos modos no tengo trabajo ...

 

   Si contemplo tu cuerpo...

   Inés Montes

primeros versos

Si contemplo tu cuerpo que es una luna blanca esparcida sobre mis labios y miro tu rostro atalaya de mis sentimientos, siento tan cálido aliento siento tu sangre que es lava rugiente que todo me es ajeno y nada me pertenece. Entonces el día y la noche se conjugan en una lágrima oscura. ...

 

   La llave del gas

   Juan Gelman

primeros versos

La mujer del poeta está condenada a leer o a escuchar los versos del poeta que humean recién sacados del alma. Y más: la mujer del poeta está condenada al poeta, a ése que nunca sabe dónde está la llave del gas y finge que pregunta para saber cuando sólo le importa preguntar ...

 

   La espera

   Julio César Aguilar

primeros versos

Ha vuelto a madurar la fruta sobre la mesa, las flores de las macetas ya se secaron, enterradas las cosas bajo el polvo ¿qué se puede hacer? Los anocheceres dan fe de la espera, la multitud de estrellas -testigo perpetuo- sin duda alguna lo sabrá decir, pero a quién sino al corazón ...

 

   A lo lejos... un canto

   Romeo Murga

primeros versos

A lo lejos se escucha un canto, vago y tembloroso, lejano, lejano... Una voz de niña, que en él va llorando, vibra cono un dulce timbre puro y claro.Solo y triste marcho por este camino que guardan los álamos. (Las casa que esperan al desesperado se ven al extremo del camino largo).. ...

 

   Oda a los calcetines

   Pablo Neruda

primeros versos

Me trajo Mara Mori un par de calcetines, que tejió con sus manos de pastora, dos calcetines suaves como liebres. En ellos metí los pies como en dos estuches tejidos con hebras del crepúsculo y pellejos de ovejas. Violentos calcetines, mis pies fueron dos pescados de lana, ...

 

   La Habana (1968) (I)

   Lourdes Casal

primeros versos

Que se me amarillea y se me gasta, perfil de mi ciudad, siempre agitándose en la memoria y sin embargo, siempre perdiendo bordes y letreros, siempre haciéndose toda un amasijo de imágenes prensadas por los años. Ciudad que amé como no he amado otra ciudad, ...

 

   Los jardínes de allá

   Tomás Segovia

primeros versos

Los jardines allá contra el ocaso desnudan ya sus pies entre las sombras. Bajo el sol de la tarde yo distiendo mis miembros como un dulce animal oscurecido. Entre las altas hojas, la luz de las promesas; yo la miro volar, tranquilo como un rey. Un día seré pobre inexpresablemente, ...

 

   Arena

   Oliverio Girondo

primeros versos

Arena, y más arena, y nada más que arena. De arena el horizonte. El destino de arena. De arena los caminos. El cansancio de arena. De arena las palabras. El silencio de arena. Arena de los ojos con pupilas de arena. Arena de las bocas con los labios de arena. Arena de la sangre de las venas ...

 

   Paco

   Juan Gelman

primeros versos

Tengo sueños de mulo empacados en tu manera de querer ser. O la vez que dijiste desamparo bajo la luna que te desolaba frente al Río de la Plata, cerca de donde servían vacío. Los pescadores insisten y sacan del agua sombras de su deseo. Ahora que sos invisible en tu propia claridad. ...