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25 poemas aleatorios

 

   Tú estás segura de que yo te amo

   Eugenio Martínez Orantes

primeros versos

Tú estás segura de que yo te amo. Pero también estás segura de otras cosas que nos amarran, que nos detienen, que nos alejan, que nos lanzan por caminos extraños Unos caminos que son tuyos y otros que son míos, totalmente distintos entre sí. Mientras tú subes a la montaña, ...

 

   El amor

   Luis García Montero

primeros versos

Las palabras son barcos y se pierden así, de boca en boca, como de niebla en niebla. Llevan su mercancía por las conversaciones sin encontrar un puerto, la noche que les pese igual que un ancla. Deben acostumbrarse a envejecer y vivir con paciencia de madera usada por las olas, ...

 

   Escuchen dos Sacristanes... (Villancico VIII)

   Sor Juana Inés de la Cruz

primeros versos

Introducción Escuchen dos Sacristanes que disputan, arguyendo, si es el Niño el Verbum Caro, o es el Niño el Tantum Ergo. ¡Oigan atentos, no se queden a asperges del argumento! Estribillo 1.- Sacristane. 2.- Sacristane. 1.- Exi foras. 2.- Vade retro. 1.- Famularum. 2.- Famularum. ...

 

   El copista

   Ibn Sara As-Santarini

primeros versos

El oficio de copista es un bosque de desdichas cuyas hojas y frutos son la indigencia; comparto a quien lo ejerce con la aguja del sastre que a cuerpo limpio viste a los desnudos. De:Poemas del fuego y otras casidas Recopilación, edición y traducción de Teresa Garulo

 

   Por eso

   Manuel Acuña

primeros versos

Porque eres buena, inocente como un sueño de doncella, porque eres cándida y bella como un nectario naciente. Porque en tus ojos asoma con un dulcísimo encanto, todo lo hermoso y lo santo del alma de una paloma. Porque eres toda una esencia de castidad y consuelo, ...

 

   Elegías de varones ilustres de Indias

   Juan de Castellanos

primeros versos

Año de cuatrocientos y noventa con mil y un año mas era pasado, cuando los argonáutas desta cuenta iban a conquistar vellon dorado; mas no donde Medea la sangrienta al padre, viejo rey, dejo burlado; pues es otra riqueza tan crecida, que de sí sola puede ser vencida. ...

 

   Bienvenida

   Nora Méndez

primeros versos

Pasarán pasarán las horas con su bastón de siglo en el acordeón de Espronceda en elipse de carbón traerán minutos de cueva segundos disueltos en la efervescencia de un átomo nariz fruncida del mundo donde agonizan lentas orugas lentas mamíferos reptiles ...

 

   El faraón es el pecado

   Armando Uribe Arce

primeros versos

El faraón es el pecado. Arráncate del faraón. Rojo el mar los pescados negros son. —¡No eres Moisés! Soy...

 

   Muertos. 17 de enero de 1996

   Isla Correyero

primeros versos

Yo sé muy bien que un muerto no se da la vuelta ni abre las manos, ni gira la cabeza para ver el otoño. Lo sé, racionalmente, porque he visto a los muertos con su anatomía parada y exprimida y nadie viene nunca a verlos cómo crecen. Y es que crecen a solas en el olvido ...

 

   Cuentacuentos

   Jesús Munárriz

primeros versos

Te contaremos cuentos, hija, como a nosotros nos contaron, cuentos de niñas y de lobos, cuentos de hadas y de diablos, te contaremos las historias que a nosotros nos encantaron, las de princesas y de príncipes, las de gigantes y de enanos, las que a otros mundos...

 

   En los guindos

   Carlos Guido y Spano

primeros versos

Tenía yo dieciocho años, y ella Apenas dieciséis; rubia, rosada. No es por cierto más fresca la alborada Ni más viva una fúlgida centella. Un día Adriana bella Conmigo fue al vergel buscando fruta, Y así como emprendimos nuestra ruta Absorto me fijé por vez primera: ¡Cuán atractiva y cuán hermosa era! ...

 

   Toma y daca

   Alvaro Menén Desleal

primeros versos

El negocio es sencillo: toma y daca. Aún me resta un poco que he de dar a vosotros. Después se rinden cuentas, es verdad, El negocio es sencillo: toma y daca. Seguidme quitando el corazón a girones, a mordizcos, a empellones. Después se rinden cuentas, ¿no? El negocio es sencillo: ...

 

   Óleos para mi madre

   Luis Alberto Arellano

primeros versos

Nada hay más obsceno que un enano pintando siempre putas Nada más terrible, una mujer sin miedo al abismo o la insignificancia escurrida entre las piernas tarde a tarde de un modo casi humano Un listón ennegrecido cargando el muro de una casa abandonada La irrisoria manera ...

 

   Horizonte

   Alfonso Gumucio Dagron

primeros versos

He cambiado de piel tres veces Me ha costado darle la vuelta al mundo Para llegar al punto de partida Mis piernas me sostienen mejor Tengo una cicatriz en el pecho Más bien una costura, un bolsillo roto Acceso directo al corazón Estoy de regreso de mí mismo Noches ...

 

   Indiferencia

   Juan Valle

primeros versos

Va a amanecer: gozosa la campana saluda al resplandor que el alba envía; se alza del lecho la doncella pía a rezar su oración de la mañana. Cansada de gozar, la cortesana sale riendo de la alegre orgía; maldice el amador la luz del día, dejando de su amada la ventana. ...

 

   Himno al desacato

   Viviane Nathan

primeros versos

Pienso violar todas las leyes, los órdenes, los ritos, los sistemas. Voy a treparme a un árbol y a patear cientos de piedras, y caminando boca abajo quizá le vea el trasero a este mundo embalsamado donde todo lo que brilla apesta... Quiero robarme un manojo de estrellas, pintar la luna de verde ...

 

   Recuerdo de un olvido

   Manuel Altolaguirre

primeros versos

Se agrandaban las puertas. Yo gigante, con el recuerdo de mi olvido dentro, atravesaba las estancias, golpeando las paredes sordas. ¡Qué collar interior en mi garganta de palabras en germen, de lamentos que no podían salir, que se estorbaban en su gran muchedumbre! ...

 

   Medusa

   Rodolfo Häsler

primeros versos

Desciende la medusa a aguas más profundas, cada uno de sus abrazos es libre de pecado, peso que inunda el cuerpo y se adentra en el vientre. Sólo queda el enigma, sólo la solución podría avanzarte el mensaje, pero estás condenado por tu ingravidez al abismo que reclama la misericordia. ...

 

   ese canto rodado...

   Esteban Moore

primeros versos

The pebble/ is a perfect creature * ese canto rodado -que se desplaza lento en el repetido ciclo de las aguas / podrá exponer en la palma de una mano / el mudo resplandor de su apariencia / -al tacto inseguro de tus dedos una estructura única * The pebble/is a perfect creature , ...

 

   Es el alba, en su rocío...

   José Lezama Lima

primeros versos

Es el alba, en su rocío la hoja pregunta al tacto si en su carne o cristal frío lo que siente en su contacto. Rueda la hoja al río y en su engaño...

 

   Reina

   Rosa Romojaro

primeros versos

Mostradme qué ha ocurrido. Cómo una aguja débil pudo ser tan mortal. Se dice en los anales que el hombre del presente fue otro en el pasado: una línea de sombra separa el nuevo día del que va hacia el declive: la vida de la muerte. Este efecto furtivo de desahucio, este vagar vacío ...

 

   Espectro del amor

   Enrique Gómez - Correa

primeros versos

Los delirios me han despertado los sentidos Y he visto a una mujer lujosamente fea Que se defendía Del hombre con una pluma de gavilán. Los escasos muros caían Como arrasados por la luz Y el hombre era alto por dentro Con un cráneo desprovisto de carne Y sus bellos...

 

   Acción de gracias

   Nora Méndez

primeros versos

Por la piedra que me tropieza Por los atajos que me has dejado Por la infancia de mis ideas Por mi vocación de rueda Por mi confusión eterna Entre el bien y el mal Por mis profecías Por esta ansiedad que me mueve la vida Por la gloria y el aplauso Por el ridículo y la soledad ...

 

   Al otro lado

   Alvaro Cunqueiro

primeros versos

Al otro lado me dijeron los viejos se van convirtiendo en árboles viejos también sin hojas en el lado del sol aguardando sin saber qué, mudos. Pero súbitamente un árbol cualquiera siente subir dentro de él la savia de un sueño al borde de la muerte ya, pero todavía tibio ...

 

   Junio

   Josefa Parra Ramos

primeros versos

Déjate aniquilar por la aguda, amarilla luz de los girasoles, deja que el sol de junio te hiera y te maltrate con agujas de oro. Descansa del amor en un dolor más alto, muérete del deseo que gime en las raíces y sustenta a las plantas. Al fin, no es ningún mérito la angustia; ...