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25 poemas aleatorios | |
Dormida y rubia, en la roca. Dormida y rubia, llegada ayer tarde de Polonia. El Arcángel de su guarda, San Rafael, la acompaña. No sueñes tú, prima mía, no sueñes, que estás cansada. Las aldeas de Suiza y los pueblos de Alemania pasando van por su frente, bajo una luna nevada. ... | |
Tú me ofreces la vida con tu muerte y esa vida sin Ti yo no la quiero; porque lo que yo espero, y desespero, es otra vida en la que pueda verte. Tú crees en mí. Yo a Ti, para creerte, tendría que morirme lo primero; morir en Ti, porque si en Ti no muero no podría encontrarme sin perderte. ... | |
Encadenado al cielo, en paz y orden, mutilado de todo lo imperfecto, en esta soledad desmemoriada paisaje horizontal de arena o hielo nada se mueve y ya nada se muere en la pureza estéril de mi cuerpo. Solo la ausencia. Sólo las ausencias. A la luz que me ofusca, en el silencio del aire ... | |
Vendrá un día más puro que los otros: estallará la paz sobre la tierra como un sol de cristal. Un fulgor nuevo envolverá las cosas. Los hombres cantarán en los caminos, libres ya de la muerte solapada. El trigo crecerá sobre los restos de las armas destruidas y nadie verterá la sangre de su hermano, ... | |
cuántos sitios llevamos dentro somos muchas calles muchas mentiras muchas horas inútiles tenemos dioses dos siglos y un litigio contra las cosas hechas ¿acaso hay algo mássiniestro que la noche llena de pensamientos LA HORA DE LA RABIA (1999) | |
Como una miniatura se amalgaman los cuerpos sobre la cama de algún cuarto lejano en una ciudad gótica en un puerto de mar. Afuera nieva y el vidrio se motea de copos transparentes de gotas de sudor. Como una miniatura veo flotando la escena en el espejo... | |
Juana Rosa en el alféizar sobre su mar sin ventanas. Una nube compañera Le protege las espaldas, Porque el turbión de los días -intimidad soberana ha copado los jardines y le ha ocupado la casa. Afuera, el mar está solo. Juana Rosa lo acompaña, Porque nadie sabe de islas ... | |
Considera, alma mía, esta textura Áspera al tacto, a la que llaman vida. Repara en tantos hilos tan sabiamente unidos Y en el color, sombrío pero noble, Firme, y donde ha esparcido su resplandor el rojo. Piensa en la tejedora; en su paciencia Para recomenzar Una tarea siempre inacabada. ... | |
en todos los cielos te encuentro -y en el agua te veo en los caminos y en la lluvia -en la hoja que cae y en el vapor que se levanta -en la nube que se va deshilando sobre la montaña -en la hierba -en la corteza de algún árbol todo lo que dije antes lo dije por ti -y lo que diré desde ahora ... | |
Un sitio blanco y un latido mudo. Muerta la rosa mía. Donde ella muere, madre, no hay que cruzar pisando fuerte. Lo sabe el viento, el pájaro, esa sima sin grietas del sexo... | |
Soy la gran Virginia Grüter, ¿la recuerdas? La que escupe tabaco en las esquinas y está ronca de pegar gritos y camina como una estela pintarrajeada y tambaleante. Soy Marguerite Durás con su joven amante y su vida refinada y alcohólica. Soy Simona de Beauvoir con todo... | |
Emplumado común, zanate asesino, hueles la imprudencia del dé- bil. Ignoras la oscuridad de tu plumaje y el ansia cabrona de la ciudad que te cerca y te arrincona cada vez más. Soportas los estertores luminosos con holgada resignación y jamás darás por acabada ... | |
Grata flor que te destacas sobre el verde de las hojas, cual la sangre de una herida, roja... roja... Tú parodias esos labios purpurinos, que entreabiertos se dirían de caricias do sedientos han copiado de tus hojas el color de su bandera los campeones avanzados de la idea. Y por eso yo te adoro, ... | |
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida, y tú te irás borrando lentamente en mi sueño. Un año y otro año caerán como hojas secas de las ramas del árbol milenario del tiempo, y tu sonrisa, llena de claridad de aurora, se alejará en la sombra creciente del recuerdo. II Yo seguiré soñando ... | |
I Para poderte hablar así, de frente, tuve que echarme toda una vida a llorar sobre tus huesos. Tuve que desandar lo caminado desnudando la piel de mi conciencia. Para poderte hablar tuve que volver a llenarme de aire los pulmones. Y cuidar que no se me encogieran las palabras, ... | |
Ya está la ventana abierta. Tenía que ser así el día. Azul el cielo, si, azul indudable, como anoche le iban queriendo tus besos. Henchicha la luz de viento y tensa igual que una vela que lleva el día, velero, por los mundos a su fin: porque anoche tú quisiste que tú y yo nos embarcáramos ... | |
Ahora ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado la cabeza en la bruma y los pies en el agua y el cigarrillo apagado entre los dedos... Ahora ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío, abrir vuestras espitas lentas y vaciaros sin peligro de inundaciones. Ahora voy a llorar... | |
Los músicos halagan sus cariñosas guitarras. La muerte, de antiguo dril, escucha inmóvil. Los músicos elogian al sol y enumeran con delicia las dulzuras más importantes. La muerte, de antiguo... | |
El pan servido. ¿Y para quién adorno la mesa dulce en el convite huraño? Porfía de aguardar, año tras año, el pan servido y la ceniza en torno. Quemaronse las brasas en el horno y el huésped sin venir: huésped extraño presente y sin presencia. Como antaño mi mesa está esperando ... | |
Los mismos sitios y las mismas calles. Días como tirados a cordel , tan lisos y tan sin detalles. Cual el tic-tac de un reloj isócrona la vida, y monótono el latir del corazón. El propio sol adormilado y yerto echado como un perro junto al huerto; las mismas puertas en los mismos quicios; ... | |
EL MORENO Cuentan que de mi color Dios hizo al hombre primero; mas los blancos altaneros, los mesmos que lo convidan, hasta de nombrarlo olvidan, y sólo lo llaman negro. Pinta el blanco negro al diablo, y el negro blanco lo pinta. Blanca la cara o retinta, no habla en contra ni en favor: ... | |
Los que arrastramos un pescado, o una vaca negra, como el Viejo Amargo del Mar de las Antillas, los que apacentamos una gran culebra por el llano arrojamos tu ataúd como un sauce de pelos. ¡Qué golondrina, que sueño sobrevolaba tu corazón cuando mostrabas el pecho en armas, ... | |
Qué o quién me guiaba? No buscaba a nadie, buscaba todo y a todos: vegetación de cúpulas azules y campanarios blancos, muros color de sangre seca, arquitecturas: festín de formas, danza petrificada bajo las nubes que se hacen y se deshacen y no acaban de hacerse, siempre... | |
Que tus harapos de oro y sangre vuelen Yo quiero ser el que llorando llamo, al toro herido que enterraron vivo siempre en la ronda Dios va de tu mano, siempre estarás de vida en un olivo. Armado con amor hasta los huesos, tus gestos torrenciales inclementes te yerguen minuciosos como besos, ... | |
Tengo una soledad tan concurrida tan llena de nostalgias y de rostros de vos de adioses hace tiempo y besos bienvenidos de primeras de cambio y de ultimo vagón tengo una soledad tan concurrida que puedo organizarla como una procesión por colores tamaños y promesas por época ... | |
