|
25 poemas aleatorios | |
Dice Julito que este soldadito de plomo que tiene en la mano recibió un balazo en la nuca y cuando estaba en el suelo vino una serpiente y le mordió la pierna. Éste ya no sirve, dice, y lo coloca bocabajo y le echa unos trapos sucios encima... | |
Entonces nos colgaron de los pies, nos sacaron la sangre por los ojos, con un cuchillo nos fueron marcando en el lomo, yo soy el número 25.003 nos pidieron dulcemente, casi al oído, que gritáramos viva no sé quién. ... | |
NO ES BONITO el lenguaje, es tortuoso en su diafanidad de niebla, alondra en el pináculo del miedo, a la vista de todos. No es bonito aunque inspire la mar o la dorada certidumbre en los cabellos de Laura o de Breatrice. Animal de imprevistos, no sabe lo que mira. ... | |
El no ser de Padre honrado, fuera defecto, a mi ver, si como recibí el ser de él, se lo hubiera yo dado. Más piadosa fue tu Madre, que hizo que a muchos sucedas: para que, entre tantos, puedas tomar el que más te cuadre. | |
Pálida está de amores mi dulce niña. ¡Nunca vuelven las rosas a sus mejillas! Nunca de amapolas o adelfas ceñida mostró Citerea su frente divina. Téjenle guirnaldas de jazmín sus ninfas, y tiernas violas Cupido le brinda. Pálida está de amores mi dulce niña. ¡Nunca vuelven las rosas a sus mejillas! ... | |
Volver a una patria lejana, volver a una patria olvidada, oscuramente deformada por el destierro en esta tierra. ¡Salir del aire que me encierra! y anclar otra vez en la nada. La noche es mi madre y mi hermana, la nada es mi patria lejana, la nada llena de silencio, la nada llena de vacío, ... | |
La crítica, tan crítica, tan lista me ha indicado que soy nieto cercano de don Manuel Machado. Y aunque lo puse fácil, lo normal es el hecho de que jamás los críticos embistan por derecho. Hay que enseñar el trapo, embarcarlos muy lento, darles tiempo a pensar, lidiar con fundamento. ... | |
Si no le ayudó a tragar el bocado de ser uno y estar de pie. Si su vida en cesuras según canta exactamente esta foto era enorme y desgraciada en sí, y además era otra cosa —siempre es otra cosa—, si no le proporcionaba pan caliente, sábana caliente, fe caliente, mujer, si ni el aliento... | |
Tú eres lo que va: agua que me lleva, que me dejará. Buscadme en la ola. Lo que va y no vuelve: viento que en la sombra se apaga y se enciende. Buscadme en la nieve. Lo que nadie sabe: tierra movediza que no habla con nadie. Buscadme en el aire. De: Antología poética | |
De un amor que pasó, como un paisaje visto del tren, cuando se va de viaje; de un romance de un mes, en un cobijo del llano, una mujer me dejó un hijo. Ella murió, y abrieron una fosa, y allí metieron el residuo humano, y una cúpula azul sobre una losa fue el mausoleo: el cielo sobre el llano. ... | |
Tu voz regó la duna de mi pecho en la dulce cabina de madera. Por el sur de mis pies fue primavera y al norte de mi frente flor de helecho. Pino de luz por el espacio estrecho cantó sin alborada y sementera y mi llanto prendió por vez primera coronas de esperanza por el techo. ... | |
Así como me veo vestida y maquillada, me reconozco como aquel animal que arrastraba. el cavernícola. México, D. F. 1978 (Poema proporcionado por la autora) | |
Vivir tiene movimientos que no siempre se acuerdan con los de nuestro corazón. Es menester aprender no la resigna- ción, sino una paciencia activa capaz del respeto por el ritmo adverso como condición para transformarlo. Una rendija de luz para desayunarnos hy, porque la jor- ... | |
El cadáver es el estado final del sufrimiento -Peter Handke-I Abril es el mes más cruel y los peores poetas escribimos en primera persona versos que no importan a nadie (Escribe: el mundo) El mundo es el ombligo Abrir abrir la carne (ver) soñar con la ciudad de la infancia el país ... | |
El espacio entre los dos resbaló como harina entre los dedos. Ya sólo en el mundo un lugar habitado -tú y yo. Tu cuerpo refugiado en mis manos. Mis ojos disueltos en tu mirada, y la húmeda rama de tu voz palpitando su sombra en el silencio, la última traza de lumbre se extinguió bajo el alero. ... | |
Los ángeles del mar, cuando llega la noche, arrastran suavemente a los ahogados hasta playas amigas, y allí limpian sus cuerpos de algas y medusas y peinan sus cabellos con esmero para que no parezcan tan difuntos y sus madres, al verlos, no piensen en la muerte. ... | |
La voz del mar es un clamor de furia, de paroxismo. En el temblor del agua, con espasmos de amor y de lujuria, tal vez un mito divinal se fragua. Líquidas trallas baten los cantiles; y es tan tremendo el ímpetu que azota los peñascos austeros y seniles, que su masa en esquirlas salta rota. ... | |
María, hablo de las montañas en que la vida crece lenta aquellas que no existen en mi puerto de luz, donde todo es desierto y ceniza y es tu sonrisa gesto deslucido. Allí es enero el mes de los muertos insepultos y la tierra es el primer cadáver. María, ¿No recuerdas?, ¿No ves... | |
A André Breton Como un piano de cola de caballo de cauda de estrellas Sobre el firmamento lúgubre Pesado de sangre coagulada Arremolinando nubes arco-iris falanges de planetas (y miradas de aves El fuego indeleble avanza los cipreses arden los tigres las panteras y los animales ... | |
Ligeramente tumefacta pero ofrecida con codicia, llegó la boca hasta el lindero de la precaria intimidad. Iban reptando las parejas que se apiñaban en lo oscuro: no se miraban, se sumían en un compendio de sudores, se convertían en secuaces de la penumbra suspensiva. ... | |
Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas... | |
Seguía su soberbia el arrogante, amaba la crueldad el sanguinoso, y el avariento el oro rutilante. Era Dios la lujuria del vicioso, adoraba el ladrón en la rapiña, y al honor daba incienso el ambicioso. No habría deidad ni ley divina, si no era el propio gusto y apetito, por carecer ... | |
La dictadura no fue un error, tiene apellidos, como colas de rata o lagartija, y su elenco de honor para asesinos los regocija todavía y dura indefinidamente; no fue un malentendido sino la voluntad de pasar una lija de hierro por encima de los niños. ... | |
En el fondo del mar profundo, en la noche de largas listas, como un caballo cruza corriendo tu callado callado nombre. Alójame en tu espalda, ay refúgiame, aparéceme en tu espejo, de pronto, sobre la hoja solitaria, nocturna, brotando de lo oscuro, detrás de ti. Flor de la dulce luz ... | |
Te rescribo: La historia de la carta anterior tiene algún viso de verdad tan sólo, la certidumbre de que pueda ser así, o que se entienda así con ser de otra manera. Aquí nada resulta imperceptible: la palabra es una estrategia. No hay diferencia entre aquello de lo que un libro habla ... | |
