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25 poemas aleatorios

 

   Sombras

   Alan Mills

primeros versos

A MAURICE ECHEVERRÍA ser una sombra (la luz malgasta su ser no traduce el enigma) ser la sombra de algo una lengua de oscuridad (torrente sin voz instalado en el sueño) a qué venir a quejarse si los insectos siguen naciendo y muriendo y viven su tránsito como ráfaga gozosa: ...

 

   Las pequeñas cosas

   Pedro Enríquez

primeros versos

En los mástiles de la cera ondula la sensualidad un temblor de infinito avanza en las velas y en el aire un misterio de figuras inventaavenidas sin relieve senos de la sombra Cuántas noches este universo sin límites provoca pesadillas de nieve caminos sin presencia criaturas ...

 

   Un barco con nombre de isla

   Agustín de Foxá

primeros versos

Y cambiastes la rosa por las algas amargas, la muchacha terrestre, por la fría sirena y has cruzado, volando, el jardín de los buzos. Donde el pez, de ojo inmóvil ve brotar la tormenta. ¿Dónde vas por la noche peligrosa del fondo, tripulante de un barco sumergido y sin fuerzas? ...

 

   Nuestros muertos

   William Ospina

primeros versos

No están en parte alguna, ya son hierba y estrellas, pero su sombra enturbia las palabras y sólo a veces pasan por la mente, vagan por...

 

   Oscuro

   Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)

primeros versos

II Nada mío sale de mi boca. El poema nace pese a mí, Atrás, adelante. Ajeno. Pese a mí. Si mi alma combate con mi cuerpo hasta el amanecer Es nada más por disipar lo que fui, También lo que nunca seré. Nunca es muy temprano o demasiado tarde. Nunca es nunca sin jamás. ...

 

   Anverso

   Homero Aridjis

primeros versos

No veo tu sonrisa entre mis labios apurar la prolongada espera en tu abandono de luciérnaga a la noche; sólo tengo asida entre mis brazos la inexpresable lucha de penetrar en el bosque sin fondo de tu sueño que empieza en la penumbra. Sólo el afán de arañar las escamas de la tierra ...

 

   Nocturno llanto

   Elías Nandino

primeros versos

Ese llanto invencible que brota a media noche, cuando nadie nos ve ni nuestros propios ojos pueden atestiguarlo, porque es llanto reseco, privado de su sal, desvestido de linfa, con aridez de fiebre y amargo como el humo de los remordimientos. ...

 

   A la peligrosa enfermedad de Filis

   José Cadalso

primeros versos

Si el cielo está sin luces, el campo está sin flores, los pájaros no cantan, los arroyos no corren, no saltan los corderos, no bailan los pastores, los troncos no dan frutos, los ecos no responden... es que enfermó mi Filis y está suspenso el orbe.

 

   La máscara desnuda

   Aurora Reyes

primeros versos

(Danza mexicana en cinco tiempos) TIEMPO PRIMERO Apareces de golpe dentro de mí, dorada por un oro manchado de musgo verdinegro. Ola petrificada del agua de la vida creciendo y apretando la sal del esqueleto. En lo más entrañable de mi ser ejecutas las invisibles líneas ...

 

   Autorretrato

   Nicanor Parra

primeros versos

Considerad, muchachos, Este gabán de fraile mendicante: Soy profesor en un liceo obscuro, He perdido la voz haciendo clases. (Después de todo o nada Hago cuarenta horas semanales). ¿Qué les dice mi cara abofeteada? ¡Verdad que inspira lástima mirarme! Y qué les sugieren ...

 

   Los celos

   Alejandro Jodorowsky

primeros versos

Como un aceite negro tu ausencia invadiendo los muebles, los trajes, el espejo, los ojos de mis gatos, cada letra de cada línea de cada hoja de cada libro, y más abajo la herida, nada, sólo el eco difunto de tu voz y yo dentro del pozo cayendo eternamente sin alcanzar tu nombre, ...

 

   Vencimiento (I)

   Filoteo Samaniego

primeros versos

Evidencia y muerte en la eternidad que me niegan tus armas de polvo, tus caminos de humo. He aquí el compromiso: transar con el otoño vagabundo; elegir el consentimiento del junco vencido; asir la mano del alba cuando, temblorosa, se anida en los muslos locos, y amar la carne ...

 

   Recuerdo de sombras

   Concha Méndez

primeros versos

Sobre la blanca almohada, más allá del deseo, sobre la blanca noche, sobre el blanco silencio, sobre nosotros mismos, las almas en su encuentro. Sobre mi frente erguido el exacto momento, dices que en una sombra vives en mi recuerdo. Síntesis de las horas. Tú y yo en movimiento...

 

   Trilogía

   Alvaro Mutis

primeros versos

DE LA CIUDAD ¿Quién ve a la entrada de la ciudad la sangre vertida por antiguos guerreros? ¿Quién oye el golpe de las armas y el chapoteo nocturno de las bestias? ¿Quién guía la columna de humo y dolor que dejan las batallas al caer la tarde? Ni el más miserable, ...

 

   El amor de los amores (III y IV)

   Carolina Coronado

primeros versos

Dejaba apenas la inocente cuna cuando una hermosa noche en la pradera los juegos suspendí por ver la luna y en sus rayos te vi, la vez primera. Otra tarde después, cruzando el monte, vi venir la tormenta de repente, y por segunda vez, más vivamente alumbró tu mirada...

 

   Quizá el amor es simplemente esto

   Antonio Gala

primeros versos

Quizá el amor es simplemente esto: entregar una mano a otras dos manos, olfatear una dorada nuca y sentir que otro cuerpo nos responde en silencio. El grito y el dolor se pierden, dejan sólo las huellas de sus negros rebaños, y nada más nos queda este presente eterno de renovarse ...

 

   Despierta, tiemblo al mirarte... (Rima XXVII)

   Gustavo Adolfo Bécquer

primeros versos

Despierta, tiemblo al mirarte; dormida, me atrevo a verte; por eso, alma de mi alma, yo velo cuando tú duermes. Despierta, ríes y al reír tus labios inquietos me parecen relámpagos de grana que serpean sobre un cielo de nieve. Dormida, los extremos de tu boca pliega sonrisa leve. ...

 

   Hay un día feliz

   Nicanor Parra

primeros versos

A recorrer me dediqué esta tarde las solitarias calles de mi aldea acompañado por el buen crepúsculo que es el único amigo que me queda. Todo está como entonces, el otoño y su difusa lámpara de niebla, sólo que el tiempo lo ha invadido todo con su pálido manto de tristeza. ...

 

   En el deseo del sueño, 1.1

   Francisco Magaña

primeros versos

Se levanta con un sueño entre las manos. Dice que la palabra se reinventa al ser pronunciada en la luz que concede la oscurana. Y cuando le preguntan por la mirada, responde que la palabra de Dios es el silencio.

 

   La cita y el filo

   Héctor Rosales

primeros versos

Sonríe la doncella del palacio de mosaicos de nácar. La belleza asomada al infinito. A la espalda, mal dormida, porta mi deseo una daga que no acepta orden ni espejo, que amenázame también, como si yo fuese otro, un muelle ciego donde atracar su sino. La sonrisa dice sí, comencemos tras la patria ...

 

   Mi corazón se siente satisfecho

   José Angel Buesa

primeros versos

Mi corazón se siente satisfecho de haberte amado y nunca poseído: así tu amor se salva del olvido igual que mi ternura del despecho. Jamás te vi desnuda sobre el lecho, ni oí tu voz muriéndose en mi oído: así ese bien fugaz no ha convertido un ancho amor en un placer estrecho. Cuanto el deleite ...

 

   Este sordo acesar (4)

   Jorge Riechmann

primeros versos

Quiero abrazarteMis manos de acero te romperían la cintura Quiero besarte Mis labios de cobre te abrasarían el rostro De la muerte vengo A la muerte voy Sobre el yunque de orfebre sigo batiendo mi muerte diminuta.

 

   Otras partes

   Juan Gelman

primeros versos

¿oíste/ corazón?/ nos vamos con la derrota a otra parte/ con este animal a otra parte/ los muertos a otra parte/ que no hagan ruido/ callados como están/ ni se oiga el silencio de sus huesos/ sus huesos son animalitos de ojos azules/ se sientan mansos a la mesa/ rozan dolores sin querer ...

 

   Imágenes

   María Cristina Orantes

primeros versos

I Perdido en ese túnel de sí mismo creyendo ver la luz en la luciérnaga y el infinito en la línea de la mano, llevando por delante solo cinco sentidos... ¡y lo sabía todo! Angosto y frágil intelecto, astillado y dudoso. Hubo que retorcerte la carne y la memoria, bajar la cremallera del saco ...

 

   Para una versión del I King

   Jorge Luis Borges

primeros versos

El porvenir es tan irrevocable Como el rígido ayer. No hay una cosa Que no sea una letra silenciosa De la eterna escritura indescifrable Cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja De su casa ya ha vuelto. Nuestra vida Es la senda futura y recorrida. Nada nos dice adiós. Nada...