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25 poemas aleatorios | |
No puede ser. Veíamos través de densas capas de materia escuchábamos voces en la noche sorda Bebíamos la realidad que estaba y no estaba, porque fluía en el arroyo de la percepción Así nos amábamos y no nos amábamos, nos dábamos el sol y la muerte en los labios húmedos | |
Quiero abrazarteMis manos de acero te romperían la cintura Quiero besarte Mis labios de cobre te abrasarían el rostro De la muerte vengo A la muerte voy Sobre el yunque de orfebre sigo batiendo mi muerte diminuta. | |
tengo mi propio idioma y calendario guardados en mi soplo dialogo con ángeles y demonios (POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS): linguagem tenho meu próprio idioma e calendário guardados no meu sopro dialogo com anjos e demônios (Traducción: Humberto Mello) | |
Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde —como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos —envejecer, morir, era tan sólo las dimensiones del teatro. Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable... | |
El que agranda el verano entre sí mismo y él, pierde lo que no tuvo. Un paisaje nuevo le muestra otros exilios. El día que pasa, la sazón del monstruo mundial, le ponen una soga al cuello. Él insiste en su irrealidad con un sapo en la mano. De: Valer la pena | |
Volverse a enamorar. Besar una piel que sabe distinto, no encontrar puntos de referencia que indiquen el momento justo, la caricia perfecta, la mano compañera. Retornar a un cuerpo nuevo sin los huecos del anterior, no poder palpar una nuca excitada, una espalda ... | |
Es hora ya de levantar el vuelo, corazón, dócil ave migratoria. Se ha terminado tu presente historia, y otra escribe sus trazos por el cielo. No hay tiempo de sentir el desconsuelo; sigue la vida, urgente y transitoria. Muda la meta de tu trayectoria, y rasga del mañana el hondo velo. ... | |
No nos equivoquemos sobre este punto. Las niñas marimachas, chinvaronas, tom-boys --como se diga-- que juegan sólo con muchachos, beisbol de lustradores trepadoras de rodillas raspadas, con cicatriz visible y permanente en la ceja izquierda impresa contra el filo de la piedra de la poza ... | |
Cuando el tiempo se detuvo definitivamente sobre las piernas de los que fueron muchachos, sobre las cabezas de los que fueron ídolos, sobre la habilidad que hoy es terca, no les quedó más a estos hombres fieles que juntarse semana a semana en la cancha de tierra, ... | |
Un perro. Un prado. Un perro negro sobre un gran prado verde. ¿Es posible que en un país como éste aún exista un perro negro sobre un gran prado verde? Un perro negro ni grande ni pequeño ni peludo ni pelado ni manso ni feroz. Un perro negro común y corriente sobre un prado ordinario. ... | |
Por tus ojos verdes yo me perdería, sirena de aquellas que Ulises, sagaz, amaba y temía. Por tus ojos verdes yo me perdería. Por tus ojos verdes en lo que, fugaz, brillar suele, a veces, la melancolía; por tus ojos verdes tan llenos de paz, misteriosos como la esperanza mía; por tus ojos verdes, conjuro ... | |
Yo soltaba los galgos del viento para hablarte. A machetazo limpio, abrí paso al poema. Te busqué en los castillos a donde sube el alma, por todas las estancias de tu reino interior, afuera de los sueños, en los bosques, dormida, o tal vez capturada por las ninfas del río, ... | |
Hacia abajo en la oscura humedad de los helechos que tal vez sean yo mismo o divinidades monótonas desciendo al antro de mi sexo con la investidura de un cuerpo torturado por poderes frenéti- cos presa de esas imágenes soñadas de mulatas de dientes crueles con las franjas fosforescentes ... | |
erritorio rodeado de agua”. ¡Ah! Entonces para empezar están las grandes islas continentales América Eurasia África la Antártida. Y luego todas las otras islas conocidas como islas grandes medianas... | |
No quedará de estos instantes nada, de estos, ardientes, que ahora lo son todo, no quedará de estos instantes nada más que estos versos. No dejarán más rastro estos relámpagos que carbón y cenizas y nostalgia, no dejarán más rastro estos relámpagos que el de estos... | |
Oh voz, única voz: todo el hueco del mar, todo el hueco del mar no bastaría todo el hueco del cielo, toda la cavidad de la hermosura no bastaría para contenerte, y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera oh majestad, tú nunca, tú nunca cesarías de estar en todas partes, ... | |
Un perfume de amor me acompañaba. Volvía hacia la aldea de la cita, bajo la paz suprema e infinita que el ocaso en el campo destilaba. En mis labios ardientes aleteaba la caricia final, pura y bendita, y era como una alegre Sulamita que a su lar, entre trigos regresaba. ... | |
Sueño con un antiguo rey. De hierro Es la corona y muerta la mirada. Ya no hay caras así. La firme espada Lo acatará, leal como su perro. No sé si es de Nortumbria o de Noruega. Sé que es del Norte. La cerrada y roja Barba le cubre el pecho. No me arroja Una mirada, su mirada ciega. ... | |
Todo es tuyo por ti va a tu mano tu oído tu mirada iba fue siempre fue te busca te buscaba te buscó antes siempre desde la misma noche en que fui concebida. Te lloraba al nacer te aprendía en la escuela te amaba en los amores de entonces y en los otros. Después todas... | |
Sucede así cualquier cosa serena, libre, fiel. Flor que se cumple, sin pregunta. Ola que se violenta, a causa de ejercicio indiferente. Luna que envuelve igual a los novios abrazados ya los soldados ya fríos. También como este aire de la noche: susurrante de silencios, lleno de nacimientos ypétalos. ... | |
El otro día, Cintia, me decías que siempre me quedaba en la puerta, que no daba el paso «decisivo» decías, del que ya no hay retorno, y que era cobardía ante la vida, que me estaba perdiendo no sé qué. Seguramente es cierto que me pierdo «eso», pero no tengo duda, te aseguro... | |
o nunca he visto la nieve que arde bajo la luna en las comarcas más oscuras de la tierra. Y si me preguntan qué flores he recogido en esta primavera les diría -sin tristeza- que ninguna. Yo nunca he visto la nieve ni te he llevado flores en esta primavera, sin embargo... | |
Si detrás de tu frente cristaliza el principio de todo; si a su puerta permanente de par en par abierta un invisible rayo se entroniza, como un oscuro dios tasa y revisa la propia destrucción que lo liberta, porque allí nace, muere y se concierta tu pensamiento esclavo de la prisa. Algo más... | |
En el principio, el agua abrió todas las puertas, echó las campanas al vuelo, subió a las torres de la paz eran tiempos de paz-, bajó a los hombros de mi profesor -aquellos hombros suyos tan metafísicos, tan doctrinales, tan florecidos de libros de Aristóteles-, bajó a sus hombros, ... | |
Con las tormentas regresa la certeza de ser pez pero pez en el exilio. | |
