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25 poemas aleatorios | |
Hombres, con nuestro planeta de polvo y nuestros cetros de carne, somos estirpe que tuvo leche madrastrera de loba, cuyo pelaje, nuestra herencia de hijastros, llevamos escondido en los huecos secretos de nuestro cuerpo. Hombres, somos todos hijos de la misma madre desombligada ... | |
Y las sombras se abrieron otra vez y mostraron un cuerpo: tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar, tu boca y la blanca disciplina de sus dientes caníbales, prisioneros en llamas, tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemada, sitios en donde el tiempo... | |
El erudito habla del pasado y la chica loca-de-su-cuerpo..., del futuro. Un beluario de peces de colores ansía gozar del instante de azogue que le escurre entre las manos... En la más sincopada de las rumbas préndeme tu vacuna, oh marihuana, universalizando el incidente ... | |
Penumbra de la paloma llamaron los hebreos a la iniciación de la tarde cuando la sombra no entorpece los pasos y la venida de la noche se advierte como una música esperada y antigua, como un grato declive. En esa hora en que la luz tiene la finura de arena, di con una calle ignorada, ... | |
Cuentan que en las madrugadas de Barra de Panteones, las gaviotas picotean los ojos cansados de ver el mar. Cuentan que entre las palmeras se escuchan voces que nunca escucharemos. Cuentan que en las manos del enterrador hay una paloma ciega. | |
Divino dueño mío, si al tiempo de partirme tiene mi amante pecho alientos de quejarse, oye mis penas, mira mis males. Aliéntese el dolor, si puede lamentarse, y a la vista de perderte mi corazón exhale llanto a la tierra, quejas al aire. Apenas tus favores quisieron coronarme, dichoso más que ... | |
Pon en mi frente tu mano y halágame esta aspereza de sueño desmelenado. De mi balcón flotante fui colgando tus besos y ahora todas las noches repican con el viento. Bajo sus pies florecía la mañana, y su cabello traía la luna clara, la clara luna intacta. Mis manos, mis manos fatigadas... | |
cuando no sabía que yo era poeta(Marina Zvetaieva) Primero fue el agua. Mi madre me lavó entre esas cosas, esos perfiles dulces de las cosas: la margarita triste, el perro adormecido que quería lamer, el pensamiento de algo, ignoto todavía. No sabía qué hacer con esas notas. ... | |
Y si llegaras mar cuando mi cuerpo fuera tierra arada y lloviera en mis ojos? Alga y sal de prusia calentura ¿no te crecen las uñas? Te veré frente a frente presa en tus quemaduras, levantando las cejas dejando ver los ojos con esa indiferencia. Cómo tú eras cuando yo te elegí. ... | |
Nadie escuche mi voz y triste acento, de suspiros y lágrimas mezclado, si no es que tenga el pecho lastimado de dolor semejante al que yo siento. Que no pretendo ejemplo ni escarmiento que rescate a los otros de mi estado, sino mostrar creído, y no aliviado, de un firme amor el justo sentimiento. ... | |
¡Ay, Floralba! Soñé que te...¿Dirélo? Sí, pues que sueño fue: que te gozaba. ¿Y quién, sino un amante que soñaba, juntara tanto infierno a tanto cielo? Mis llamas con tu nieve y con tu yelo, cual suele opuestas flechas de su aljaba, mezclaba Amor, y honesto las mezclaba, como mi adoración ... | |
El poeta está prestado a todo, incluso a sí mismo. Prestado en comisión de servicio A cualquier ramo del Mi(ni)sterio de la existencia. | |
A Pedro García Domínguez Una hermosa mentira te acompaña, pero no llega a acariciarte. Sólo sabes de ella lo que dicen, lo que te explican libros enigmáticos que narran una historia fabulosa con las palabras llenas de significación, llenas de claridad y peso exactos, y que tú no comprendes ... | |
Más allá de la sombra te delatan tus ojos, y te adivino tersa, como un mapa extendido de asombro y de deseo. Date por muerta amor, es un atraco. Tus labios o la vida. | |
Enterradla Hay muchos hombres quietos, bajo tierra, que han de cuidarla. No la dejéis aquí. Enterradla... | |
Como esos rostros que sólo una vez logramos ver, llegaste a pastar los surcos de mi cabello, argumentando con método ortodoxo amor prófugo nunca cae en deriva sobre la mar. Raspé la corbata de la incrédula que fui y me prensé en los labios guillotinas azules que despedazaron... | |
hace gira, para todos, las heridas en su tronco. Aimé Césare De noche el paso del lince ruido de hojas en los aserraderos. De noche grito de monos, fulgor cambiante:mimetismos. Bebes en la espesura La fiebre deja en tus labioscáscaras amargas. Un punto fijo. ... | |
El alma del que sufre es noche triste: Toldada está por el pesar sombrío, Y las amargas lágrimas que vierte Son, Lucila, sus gotas de rocío Halla quien nace bajo estrella amiga, Florida primavera en su existencia, Y hasta el cielo, propicio, le sonríe Del eter tras la clara transparencia. ... | |
Estrellita que te escondiste tras las nubes de mi fatuidad, en mi lóbrega noche sin alba, ¿nunca volverás a brillar? Gota de agua que resbalaste sobre mi pecho de pedernal, mis labios resecos de angustia, ¿te negarás a refrescar? Báculo fuerte que en el camino arrojó lejos... | |
Lluvia, somos dos extranjeros, mi nombre como el tuyo es una travesía, un deambular por puertas cerradas para siempre. La gente entra en mi sueño como por otra casa y tus breves colores se deshacen contra el olvido, pero ya lo sabemos, no hay nada que tratar con su navaja, ... | |
Las filosas guitarras del DF no alcanzan a cortar el hilo que trae tu recuerdo en olas pero yo prefiero pensar en una historia con doble final (los caminos se bifurcan en cualquier jardín sea propio o ajeno) elegir entre las tibias humedades nocturnas o el rocío insano de la mañana i ... | |
esta lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra Alejandra no lo niegues hoy te miraste en el espejo y te fuiste triste estabas sola y la luz rugía el aire cantaba pero tu amado no volvió enviarás mensajes sonreirás tremolarás tus manos así volverá tu amado tan amado... | |
allí estaban con la brisa de diciembre entre manos y pañuelos allí estaban allí estaban los míos un corto silencio pedí disculpas por la demora y retomamos la conversación De: Poemas Frugálicos | |
Florit, la primavera se desborda y vuelca Flora el azafate henchido, y la naturaleza en cada nido lanza un temblor y hace la vista gorda.¿Qué pasa entonces cuando el viento asorda y el campo es todo asombro y todo ruido, y aun el más recatado y distraído, toma el alma y la echa por la borda? ... | |
Mi cuerpo no pregunta qué será de él. Traslada estaciones de un lugar a otro sin importarle el gesto del escriba. Aquí, un otoño difuso que no encuentra su dónde, y más allá un verano disfrazado de globos y peces de colores. Es una lluvia que no espera a nadie y pese a todo... | |
