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25 poemas aleatorios | |
Él aseguraba que ella no tenía sonrisa Ella le mostró los dientes manchados con sangre de su corazón Él está convaleciente con el consuelo de que ella se indigestó de él | |
Palabras, frases, sílabas, astros que giran alrededor de un centro fijo. Dos cuerpos, muchos seres que se encuentran en una palabra. El papel se cubre de letras indelebles, que nadie dijo, que nadie dictó, que han caído allí y arden y queman y se apagan. Así pues, existe... | |
De súbito, estalló la guerra. No sabía si era de día o de noche. Nunca estuvo nada tan oscuro ni tan claro. Hay un ruido tremendo en el horizonte y sube una estrella de diez pisos y se estrella. Y vienen los guerreros a caballo o en cometa. Las cometas son rojas, amarillas y rosadas. ... | |
Ardió el día como una rosa. Y el pájaro de la luna huyó cantando. Nos miramos desnudos. Y el sol levantó su árbol rojo en el valle. Junto al río, dos cuerpos bellos, siempre jóvenes. Nos reconocimos. Habíamos muerto y despertábamos del tiempo. Nos miramos de nuevo, con reparo. ... | |
¡Ah! Nunca más conocerá tu boca la vergüenza del beso que chorreaba concupiscencia, como espesa lava! Vuelven a ser dos pétalos nacientes, esponjados de miel nueva, los labios que yo quise inocentes. ¡Ah! Nunca más conocerán tus brazos el nudo horrible que en mis días puso ... | |
Isla de Puerto Rico, isla de palmas apenas cuerpo, apenas como la Santa, apenas posadura sobre las aguas; del millar de palmeras cómo más alta, y en las dos mil colinas cómo llamada. La que cómo María funde al nombrarla y que, cómo paloma, vuela nombrada. Isla en amaneceres de mí gozada, ... | |
Todos tienen derecho a usarla. Todos. La lluvia no mojó sólo una calle ni el sol nunca salió para uno solo. La mujer es para eso, paraíso, para uso de los hombres. Campo abierto. Es fácil de entender. Es bien común. Es la hembra de la especie. La de todos. Y ha de entregarse a aquel que la apetezca. ... | |
Su cálido ocio antiguo despereza la plaza nostálgica de bosques. Atónita se inclina cuando bajo las palmas que la inocencia enarca trotan siglos de sombra vestidos de oro y lila. Por la florida senda la cándida alharaca desgaja hondos reflejos de sana paganía. La marejada mística revolcará ... | |
Hervor de calles; desembocadura de pábulos ardiendo, en la caldera sediciosa del mísero. Como hierba de gritos, como en humo lumbrarada de pelos espantados; como chubasco tupidísimo y turbio, en ascensión. Así llegaba. Y alégrate si nadie, en esta plaza, si nadie, ... | |
Rueda como una lágrima en la atmósfera fina, la voz del campanario antiquísimo: la una... y su eco pasa, leve como una ave marina, sobre los techos blancos de escarcha de la luna. Finge una lanzón la antigua torre de San Alejo, a cuyo extremo brilla, temblando una estrellita... ... | |
De tanto saberte mía, muerte, mi muerte sedienta, no hay minuto en que no me sienta tu invasión lenta y sombría. Antes no te conocía o procuraba ignorarte, pero al sentirte y pensarte he podido comprender que vivir es aprender a morir para encontrarte. | |
Mal poeta enamorado de la luna, no tuvo más fortuna que el espanto; y fue suficiente pues como no era un santo sabía que la vida es riesgo o abstinencia, que toda gran ambición es gran demencia y que el más sordido horror tiene su encanto. Vivió para vivir que es ver la muerte ... | |
Una parvada de pájaros encendidos cruza y oscurece el aire. La ola de mis días agitada, y mordida por una espuma ciega, solitaria se ahoga en un grito que sube desde las zonas profundas y me empuja a atravesar desiertos, valles que sólo cruza la muerte. Antes que los copos... | |
Será verdad que cuando toca el sueño con sus dedos de rosa nuestros ojos, de la cárcel que habita huye el espíritu en vuelo presuroso? ¿Será verdad que huésped de las nieblas, de la brisa nocturna al tenue soplo alado sube a la región vacía a encontrarse con... | |
mirándolo bien el potro le devora el corazón pero no parece precisamente esa víscera pudiera ser una pradera incendiada algo que recuerda a una mujer que soñaba junto a una ventana en la calle viladomat a la derecha el humo se convierte en una viejecita que rezonga el animal parece ser mordido ... | |
¿Y si es niebla la piedra que arrastra al subsuelo de los huesos? De: Huesos de un día | |
ama a tu prójimo y consúmelo como una pilsen bien helada ama a tu prójimo él está en la lista de un boeing de panam vía Hawaii en tu prójimo 747 hay un poco de mostaza: te hará bien su tibia digestión ama a tu prójimo él es como el sutién de tu mujer... | |
Eres feliz. Saber no quieras lo que brilla en los ojos humanos. Sonríe tú como mañana fresca, como tarde colmada en su ocaso. Porque eres eso, sí: la tarde pura en que a veces yo mojo mis manos, en que a veces yo hundo mi rostro. ¡La tarde pura en su placer dorado! La savia dulce ... | |
N.N.-asustado maltrecho todas las señales le apuntan- ¿qué pasaje llevo en los bolsillos? sin tapa sin pasaportela gente se pregunta por mí los libros se preguntan por mí dejé mi rúbrica como el perfil los grandes hombres que pasaron desapercibidos hasta el día de su muerte ... | |
Sobre mi corazón yo no habría podido sufrir un silencio de rosa. Hubiera muerto helado un silencio... | |
Que ocupes una mesa frente a sillones obesos, escribiendo con diez dedos más despacio que yo con cinco, no es cosa que te perjudique, a decir verdad; tan estragados estamos Simplemente, consuma la transustaniación en los ene pisos del ascensor para que al llegar a la calle ... | |
En el jardín, leyendo, la sombra de la casa me oscurece las páginas y el frío repentino de final de agosto hace que piense en ti. El jardín y la casa cercana donde pían los pájaros en las enredaderas, una tarde de agosto, cuando va a oscurecer y se tiene aún el libro en la mano, eran, me acuerdo, ... | |
¡Oh Antilla dichosa¡ ¿Qué mágicos sones, qué luz inefable, qué extraña alegría, del cielo destierran los negros crespones, prestando a esta noche la pompa del día? ¿Por qué tan ufana, tan bella la luna con faz refulgente comienza su giro, y no hay leve sombra que cruce importuna su trono ... | |
La mamadre viene por ahí, con zuecos de madera. Anoche sopló el viento del polo, se rompieron los tejados, se cayeron los muros y los puentes, aulló la noche entera con sus pumas, y ahora, en la mañana de sol helado, llega mi mamadre, doña Trinidad Marverde, dulce como la tímida ... | |
Porque escribo estoy así Por Qué escribí porque escribí8242;es Toy vivo 8242;, la poesía Terminóo con-migo. huero V a c u ogastado e in-nútil ejer- Cisio: quotel adjetivo mata, Matta...! Fri-volidad ociosa, tediosa y Esporádica -hasta un cierto punto:; sobrevivo a una muerte ... | |
