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25 poemas aleatorios | |
Desde que Herodes degolló a Juan el Bautista se acabaron los profetas de Israel. Y los profetas eran la voz de la tierra... La voz de la vieja tierra de Moisés, la voz del pueblo, la que escuchaban de rodillas los jueces y los reyes en la penumbra de sus recámaras cuando gritaban desde la calle. ... | |
Con muslos de damas toledanas están abullonadas mis almohadas Mi sombrero de oro lo luce el Arcángel del Dragón Mientras llueve anís la música y sus tribus avanzan a ínsulas de ónice Parecemos cortejos del Véspero un robledal que flota en la exhalación de las caléndulas ... | |
No me la enseñes más, que me matarás. Estábase la monja en el monasterio, sus teticas blancas de so el velo negro. Más, que me matarás. De: Antología de la poesía erótica española e hispanoamericana Edición de Pedro Provencio | |
Paisaje de la multitud que vomita (Anochecer en Coney Island) | |
La mujer gorda venía delante arrancando las raíces y mojando el pergamino de los tambores la mujer gorda que vuelve del revés los pulpos agonizantes. La mujer gorda, enemiga de la luna, corría por las calles y los pisos deshabitados y dejaba por los rincones pequeñas calaveras ... | |
Porque me quema un grito y un alarido convulsiona un espacio de bullicios Porque la ausencia es grande y una caricia tuya cobra dimensiones de país en gesta de ciudad disfrutando un centenario Porque -después de tantos años y lugares- no sé si libertad se escribe con mayúsculas ... | |
Los vitalistas se vuelven culturalistas los culturalistas se vuelven vitalistas y vuelta a empezar. Los comunicacionistas se vuelven cognitivistas los cognitivistas se vuelven comunicacionistas y vuelta a empezar. Los existencialistas se vuelven experiencialistas los experiencialistas ... | |
Clara estrella de la tarde de límpido cintilar, en el cielo y en el alma se enciende tu luz de plata. Cuando el trabajo termina Tu das alivio a la vida, Y a negra noche que asoma Suavizas con tu blancura. ¡Brillas en el firmamento; y el corazón iluminas! En esta existencia mísera todo termina ... | |
Tenía yo dieciocho años, y ella Apenas dieciséis; rubia, rosada. No es por cierto más fresca la alborada Ni más viva una fúlgida centella. Un día Adriana bella Conmigo fue al vergel buscando fruta, Y así como emprendimos nuestra ruta Absorto me fijé por vez primera: ¡Cuán atractiva y cuán hermosa era! ... | |
Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano. Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos. Innumerable corazón del viento latiendo sobre nuestro silencio enamorado. Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, como una ... | |
Tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no... y en cuanto a ti no sé mejor será que espere a ver qué dice la competencia, no vaya a ser que a estas alturas me coma algún marrón. (De: Cinco años de cama) | |
En las tardes, cuando los hombres besan a sus mujeres por las calles y se hacen el amor como jóvenes bestias. Cuando los que practican este duro oficio de inconformes convierten los cafés en las repúblicas del ocio y la utopía. Cuando se enciende en las ventanas el relámpago gris ... | |
El fuego armonioso de los astros sigue las huellas palabras del agua desprendida escritas en el vuelo custodio de la miel y sus placeres. De: Tramontana Poema proporcionado por la autora | |
Todas las noches llegan en coche espacial Son una luz viajera Son llamas bastante añejas En donde esté siempre veo palpitando las luciérnagas Pero la raza no cree aunque las vea Se trata del miedo ancestral que encandila un gobierno animal Sin ofender a la inocente fauna ... | |
Hacedme casto... pero aún noSan Agustín (Confesiones) Aprendí la virtud de mi madre, pero de los lobos a mentir como un sofista para ganar en el amor y en la tierra. Imaginé todo sobre lo inmoral y caminé sin Dios por mis propios senderos. Quise morir con la dignidad ... | |
Agua dormida de aquel pilón: agua desierta; agua contagiada del conventual silencio de la huerta. Agua que no te evaporas, que no te viola la cántara, y que no cantas, y que no lloras. Tu oblongo cristal es como el vidrio de una cámara fotográfica que retrata un idéntico paisaje de silencio y de paz. ... | |
Afuera la noche sacudiendo angustias. Adentro, el corazón fresco de amor¡Como una hoja nueva! | |
Adiós, locura de mis treinta años, besado en julio bajo luna llena al tiempo de la herida y la azucena. Adiós, mi venda de taparme daños. Adiós, mi excusa, mi desorden bello, mi alarma tierna, mi ignorante fruta estrella transitoria que se enluta, esperanza de todo por mi cuello. ... | |
Las escaleras desmayan arrancadas como si no dieran señal de la caída que representan, si esculpen el perfil de una nueva vorágine o si sólo enredan la memoria de quien no sabe cómo esbozar una falta. Las escaleras son poseídas por una inclinación natural cualquiera ... | |
La sospecha (era lo último que podíamos generar) nos empujaba a bautizar cada cosa con dos nombres De: La balsa de la Medusa Poema seleccionado por la autora | |
Hay mil doncellas maduras que guardan virgos fiambres, hasta que a fuerza de hambres se les van en cataduras. Todas son vírgenes puras, por más aguadas que estén. A ninguno quieren bien, si no las calza y las viste. Lindo chiste. Hay viuda que, por sus pies, ... | |
En el silencio transparente el día reposaba: la transparencia del espacio era la transparencia del silencio. La inmóvil luz del cielo sosegaba el crecimiento de las yerbas. Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras. El tiempo en el minuto se saciaba. En la quietud absorta ... | |
a cuántos metros del bosque de las aceras y formas de estrella el sueño ha llevado su arco la tapia y sus colores la red del transcurrir el diminuto acero del recuerdo | |
Lo que Vos queráis, Señor, sea lo que Vos queráis. Si queréis que entre las rosas ría hacia los matinales resplandores de la vida, que sea lo que Vos queráis. Si queréis que, entre los cardos, sangre hacia las insondables sombras de la noche eterna, que sea lo que Vos queráis. ... | |
Tecún-Umán, el de las torres verdes,el de las altas torres verdes, verdes,el de las torres verdes, verdes, verdes,y en fila india indios, indios, indiosincontables como cien mil zompopos:diez mil de flecha en pie de nube, milde honda en pie de chopo, siete milcerbateneros y mil filos de hachaen ... | |
no tenemos la casa todavía. tenemos piedras; algunas. trozos de pan, algo de vino tenemos pero la casa no; sin embargo tenemos oscuridad, porque luz no tenemos todavía; tenemos algunas lágrimas y besos. otras cosas igualmente ridículas tenemos, pero la casa no. ... | |
