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25 poemas aleatorios

 

   Primera epístola a los judíos

   León Felipe

primeros versos

Desde que Herodes degolló a Juan el Bautista se acabaron los profetas de Israel. Y los profetas eran la voz de la tierra... La voz de la vieja tierra de Moisés, la voz del pueblo, la que escuchaban de rodillas los jueces y los reyes en la penumbra de sus recámaras cuando gritaban desde la calle. ...

 

   Con muslos de damas toledanas

   Jairo Guzmán

primeros versos

Con muslos de damas toledanas están abullonadas mis almohadas Mi sombrero de oro lo luce el Arcángel del Dragón Mientras llueve anís la música y sus tribus avanzan a ínsulas de ónice Parecemos cortejos del Véspero un robledal que flota en la exhalación de las caléndulas ...

 

   No me la enseñes

   Diego Sánchez de Badajoz

primeros versos

No me la enseñes más, que me matarás. Estábase la monja en el monasterio, sus teticas blancas de so el velo negro. Más, que me matarás. De: Antología de la poesía erótica española e hispanoamericana Edición de Pedro Provencio

 

   Paisaje de la multitud que vomita (Anochecer en Coney Island)

   Federico García Lorca

primeros versos

La mujer gorda venía delante arrancando las raíces y mojando el pergamino de los tambores la mujer gorda que vuelve del revés los pulpos agonizantes. La mujer gorda, enemiga de la luna, corría por las calles y los pisos deshabitados y dejaba por los rincones pequeñas calaveras ...

 

   Aquí

   Enrique Viloria Vera

primeros versos

Porque me quema un grito y un alarido convulsiona un espacio de bullicios Porque la ausencia es grande y una caricia tuya cobra dimensiones de país en gesta de ciudad disfrutando un centenario Porque -después de tantos años y lugares- no sé si libertad se escribe con mayúsculas ...

 

   Decisiones evolutivas poéticas

   Jorge Riechmann

primeros versos

Los vitalistas se vuelven culturalistas los culturalistas se vuelven vitalistas y vuelta a empezar. Los comunicacionistas se vuelven cognitivistas los cognitivistas se vuelven comunicacionistas y vuelta a empezar. Los existencialistas se vuelven experiencialistas los experiencialistas ...

 

   A la estrella de la tarde

   Antonio González Bravo

primeros versos

Clara estrella de la tarde de límpido cintilar, en el cielo y en el alma se enciende tu luz de plata. Cuando el trabajo termina Tu das alivio a la vida, Y a negra noche que asoma Suavizas con tu blancura. ¡Brillas en el firmamento; y el corazón iluminas! En esta existencia mísera todo termina ...

 

   En los guindos

   Carlos Guido y Spano

primeros versos

Tenía yo dieciocho años, y ella Apenas dieciséis; rubia, rosada. No es por cierto más fresca la alborada Ni más viva una fúlgida centella. Un día Adriana bella Conmigo fue al vergel buscando fruta, Y así como emprendimos nuestra ruta Absorto me fijé por vez primera: ¡Cuán atractiva y cuán hermosa era! ...

 

   Es la mañana llena de tempestad... (Poema IV)

   Pablo Neruda

primeros versos

Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano. Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos. Innumerable corazón del viento latiendo sobre nuestro silencio enamorado. Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, como una ...

 

   El crítico y la margarita

   Roger Wolfe

primeros versos

Tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no... y en cuanto a ti no sé mejor será que espere a ver qué dice la competencia, no vaya a ser que a estas alturas me coma algún marrón. (De: Cinco años de cama)

 

   En las tardes...

   Víctor Sandoval

primeros versos

En las tardes, cuando los hombres besan a sus mujeres por las calles y se hacen el amor como jóvenes bestias. Cuando los que practican este duro oficio de inconformes convierten los cafés en las repúblicas del ocio y la utopía. Cuando se enciende en las ventanas el relámpago gris ...

 

   Lluvia de luz

   Raquel Huerta - Nava

primeros versos

El fuego armonioso de los astros sigue las huellas palabras del agua desprendida escritas en el vuelo custodio de la miel y sus placeres. De: Tramontana Poema proporcionado por la autora

 

   Años luz o luciérnagas

   Samuel Noyola

primeros versos

Todas las noches llegan en coche espacial Son una luz viajera Son llamas bastante añejas En donde esté siempre veo palpitando las luciérnagas Pero la raza no cree aunque las vea Se trata del miedo ancestral que encandila un gobierno animal Sin ofender a la inocente fauna ...

 

   Tan evidentes como misteriosos

   Marco Antonio Valencia Calle

primeros versos

Hacedme casto... pero aún noSan Agustín (Confesiones) Aprendí la virtud de mi madre, pero de los lobos a mentir como un sofista para ganar en el amor y en la tierra. Imaginé todo sobre lo inmoral y caminé sin Dios por mis propios senderos. Quise morir con la dignidad ...

 

   Agua dormida

   Francisco González Léon

primeros versos

Agua dormida de aquel pilón: agua desierta; agua contagiada del conventual silencio de la huerta. Agua que no te evaporas, que no te viola la cántara, y que no cantas, y que no lloras. Tu oblongo cristal es como el vidrio de una cámara fotográfica que retrata un idéntico paisaje de silencio y de paz. ...

 

   Afuera la noche...

   Norah Lange

primeros versos

Afuera la noche sacudiendo angustias. Adentro, el corazón fresco de amor¡Como una hoja nueva!

 

   Adiós

   Carilda Oliver Labra

primeros versos

Adiós, locura de mis treinta años, besado en julio bajo luna llena al tiempo de la herida y la azucena. Adiós, mi venda de taparme daños. Adiós, mi excusa, mi desorden bello, mi alarma tierna, mi ignorante fruta estrella transitoria que se enluta, esperanza de todo por mi cuello. ...

 

   Mecánica del abismo

   Floriano Martins

primeros versos

Las escaleras desmayan arrancadas como si no dieran señal de la caída que representan, si esculpen el perfil de una nueva vorágine o si sólo enredan la memoria de quien no sabe cómo esbozar una falta. Las escaleras son poseídas por una inclinación natural cualquiera ...

 

   Los hilos dorados de la imaginación colectiva

   Noni Benegas

primeros versos

La sospecha (era lo último que podíamos generar) nos empujaba a bautizar cada cosa con dos nombres De: La balsa de la Medusa Poema seleccionado por la autora

 

   Letra satírica a diversos estados (Lindo chiste)

   Francisco de Quevedo

primeros versos

Hay mil doncellas maduras que guardan virgos fiambres, hasta que a fuerza de hambres se les van en cataduras. Todas son vírgenes puras, por más aguadas que estén. A ninguno quieren bien, si no las calza y las viste. Lindo chiste. Hay viuda que, por sus pies, ...

 

   El pájaro

   Octavio Paz

primeros versos

En el silencio transparente el día reposaba: la transparencia del espacio era la transparencia del silencio. La inmóvil luz del cielo sosegaba el crecimiento de las yerbas. Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras. El tiempo en el minuto se saciaba. En la quietud absorta ...

 

   a cuántos metros

   María Antonieta Flores

primeros versos

a cuántos metros del bosque de las aceras y formas de estrella el sueño ha llevado su arco la tapia y sus colores la red del transcurrir el diminuto acero del recuerdo

 

   Lo que Vos queráis, Señor

   Juan Ramón Jiménez

primeros versos

Lo que Vos queráis, Señor, sea lo que Vos queráis. Si queréis que entre las rosas ría hacia los matinales resplandores de la vida, que sea lo que Vos queráis. Si queréis que, entre los cardos, sangre hacia las insondables sombras de la noche eterna, que sea lo que Vos queráis. ...

 

   Tecún Umán

   Miguel Ángel Asturias

primeros versos

Tecún-Umán, el de las torres verdes,el de las altas torres verdes, verdes,el de las torres verdes, verdes, verdes,y en fila india indios, indios, indiosincontables como cien mil zompopos:diez mil de flecha en pie de nube, milde honda en pie de chopo, siete milcerbateneros y mil filos de hachaen ...

 

   Piedras

   Eduardo Langagne

primeros versos

no tenemos la casa todavía. tenemos piedras; algunas. trozos de pan, algo de vino tenemos pero la casa no; sin embargo tenemos oscuridad, porque luz no tenemos todavía; tenemos algunas lágrimas y besos. otras cosas igualmente ridículas tenemos, pero la casa no. ...