|
25 poemas aleatorios | |
Te has decidido, Rufo, a probar suerte en un certamen de provincias donde ejerzo casualmente de jurado, y encuentro razonable que me llames, al cabo de diez años de silencio, preguntando qué pasa con mi cátedra, qué fue de aquella chica pelirroja con quién ligué el ochenta en Jarandilla, ... | |
Tenía yo dieciocho años, y ella Apenas dieciséis; rubia, rosada. No es por cierto más fresca la alborada Ni más viva una fúlgida centella. Un día Adriana bella Conmigo fue al vergel buscando fruta, Y así como emprendimos nuestra ruta Absorto me fijé por vez primera: ¡Cuán atractiva y cuán hermosa era! ... | |
Salí, señor don Pedro, esta mañana A ver un toro que en un Nacimiento Con mi mula estuviera más contento Que alborotando a Córdoba la llana. Romper la tierra he visto en su abesana Mis prójimos con paso menos lento, Que él se entró en la ciudad tan sin aliento, Y aún más, que me dejó en la barbacana. ... | |
Eres como uno de esos aguaceros soleados del trópico húmedo cayendo grecolatinamente sobre el verbo. Eunice. Suma poética, poesía multiplicada. Hirsuta de colibríes nutricios. Exégeta de asombros. Altiva, leal, bravía, sensualera y dulcísima. Asceta dispendiosa. , ... | |
Al nacido en aldea lo cría el horizonte y se lo lleva un tren cualquiera cualquier tarde. Su sencillo equipaje es una certidumbre: que la vida está lejos. Pasa su adolescencia mirando mapas, nubes, gimiendo geografías, arrodillado ante la diosa Irse. Hasta que un día dado toma un tren y se va ... | |
Es la segunda vez. Como temblor de muerte, azul de despedida, sendero para un viento que destierra. Ausencia y abandono del propio ser. Locura sosegada moviendo sus océanos. Como ráfaga eterna, como alas de mármol, final para volver, ya sin principio. Es la segunda vez que nace el cuerpo. ... | |
Hoy estuvo paciente y apacible, digno, sucio y solemne. Surtidor de canales donde el lirio amanece. Gigante río, río niño, donde Louisiana escribe su gris melancolía. | |
Qué divertidas son Estas palomas que se burlan de todo Con sus pequeñas plumas de colores Y sus enormes vientres redondos. Pasan del comedor a la cocina Como hojas que dispersa el otoño Y en el jardín se instalan a comer Moscas, de todo un poco, Picotean las piedras amarillas ... | |
Corre arrogante un arroyo por entre peñas y riscos, que, enjaezado de perlas, es un potro cristalino. Es el pelo de su cuerpo de aljófar, tan claro y limpio, que por cogerle los pelos, le almohazan verdes mirtos. Cíñele el pecho un pretal de cascabeles tan ricos, que si no son cisnes . ... | |
Quién subió, en el ovillo de un chicle, al fin del hilo o del desgaste, sin poder sacudir fuera, antes, la goma indefensa e inmune al tiempo; inmune al tiempo o el tiempo en cosa, en persona, encarnado en esa goma, de tal manera, y conforme al tiempo, el chicle, bien se contrae, o se dilata, ... | |
Si tomo las hebras y veo las páginas en blanco como esperando el fulgor de quien sabe donde si olvido dialogar con la otra que he sido yo olvido el cepillo de peinarme olvido donde he dejado esto que llaman mi vida antes era todo tan simple caminaba siguiendo mis pasos ... | |
Surgiste de su propia nada a mi presente. En un revuelo de otoños a medio caer. De la flor misma de mi árbol preferido. Del grito que nunca di. Del sueño que siempre tuve y jamás conté. Y tuviste la piel del niño. El canto de una vieja melodía ... Canción de cuna que extraño ... | |
Con frialdad mineral de reptil, el alfanje secreto del tiempo hiere esquinas, higueras y perfiles, orillas y alamedas y el otoño del bosque. Traza curvas fluviales de sextante celeste; deposita en su alcuza con terca indiferencia la savia inconsistente del olvido o el sueño, ... | |
No importa que sea falso: cuando tú quieras verme unos minutos vive conmigo para siempre. Cuando simplemente quieras hacer bien el amor entrégate a mi cuerpo como si fuera el tuyo desde el principio. De otro modo, no sirve: sería como prostituirse el uno con el otro; ... | |
Del sol huyendo, el mesmo sol buscaba, y al fuego ardiente cuando el fuego ardía; alegre iba siguiendo mi alegría, y fatigado mi descanso hallaba. Fue tras su libertad mi vida esclava, y corrió tras su vida el alma mía; buscaron mis tinieblas a su día, que dando luz al mismo sol andaba. ... | |
Caigo sobre tu orquídea virgen. De polen estelar tienes los pómulos cubiertos. Alguien dijo que habías muerto para el canto y en realidad comienzas a vivir. Hoy el frío mundo te gozará en el sueño del salmista. Desde tu rostro el cielo crecerá más hondo y el hombre sentado ... | |
El ser resguardando lo verdadero y falso de nuestros espejos, ánimas desolladas por las hendeduras que nuestras sombras van dejando en los muros de calles de bisbiseos escatológicos, de manchas que testimonian tiempos escindidos, yugos floreados en llantos de olvidos; muros ... | |
Un sueño desolado y exacto real e irreal como la vida y una misteriosa escenografía, inquietantes ilustraciones de novela gótica o borrosas prisiones de Piranesi, y entre ruinosos arcos, derrotados muros, los rostros de algunos desaparecidos, palabras imprecisas –sueño... | |
Me vio como se mira al través de un cristal o del aire o de nada. Y entonces supe: yo no estaba allí ni en ninguna otra parte ni había estado nunca ni estaría. Y fui como el que muere en la epidemia, sin identificar, y es arrojado a la fosa común. De: Poesía no eres tú | |
Cada día al llegar a la oficina Saludamos con ese ademán Dejado a la costumbre, Nos miramos la risa polvorienta, Queremos que alguien hable por teléfono Y callamos. Los días van escribiendo en nosotros, Nos sellan como actas de juzgado Y luego hablamos de ellos Como... | |
Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que me pone de noche en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas, y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento. ... | |
Si atraviesas las estaciones conservando en tus manos hechas cántaro la lluvia de la infancia que debíamos compartir, nos reuniremos en el lugar en donde los sueños corren jubilosos como ovejas liberadas del corral y en donde brillará sobre nosotros la estrella que nos fuera prometida. ... | |
El cuerpo del monstruo fulmíneo llenaba el espacio como un pez que se hubiese tragado la mar. No existía ya sitio más que para un temblor y la luz era a un tiempo su piel y su carne. Un leve punto, gota, gota, embrión de la tiniebla, apareció en el tenso vientre en llamas, ... | |
Aquí en el lado izquierdo, donde duele la herida con más fuerza y el ruido de la muerte es más intenso: me ha crecido una flor esta mañana. Aquí en el lado izquierdo, donde, a veces, la sombra me entreteje con sus ramas de hiedra y de silencio: me ha crecido una flor esta... | |
Alguien pasa y pregunta por los jazmines, madre. Y yo guardo silencio. Las palabras no acuden en mi ayuda, se esconden en el fondo del pecho, por no subir vestidas de luto hasta mi boca, y derramarse luego en un río de lágrimas. No sé si tú recuerdas los días aún tempranos en que ibas ... | |
