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25 poemas aleatorios | |
En el café se gestan las hazañas; en el café los premios se reparten; en el café se traman artimañas sin que los camareros se nos harten. ¡Qué baratos nos salen los jurados- amiguetes de mesa, copa y puro! ¡Qué solidarios, desinteresados, ecuánimes y rectos!- os lo juro. ... | |
Mezclado al aire tibio y sosegado con que duermes resuena el eco de otro aliento, tembloroso en la distancia mas fresco en el hurgar de mi memoria cavilante al filo de un amanecer que se retrasa al compás de manecillas tercas que van dejando caer, sobre las cosas que más quieres; ... | |
Nadie nos dice cómo voltear la cara contra la pared y morirnos sencillamente así como lo hicieron el gato o el perro de la casa o el elefante que caminó en pos de su agonía como quien va a una impostergable ceremonia batiendo orejas al compás del cadencioso resuello de su trompa ... | |
81 Un sutil trazo separa el olvido del terracota. 82 Rico me sabe el rojo pompeyano con hierbabuena. 83 Misterio y luz dieron a tus espectros fulgor sanguina. 84 Giran, ondean los encajes de niebla ocre tostado. 85 Desde temprano con amable canela construyo mundos. ... | |
Cuando inabarcable tu voz se cumple como el primer día no es palabra esa voz, no tiene rostro de oscilante esfinge: es turbulencia coloidal de apetitosas llamas químicas, masa de lo mutante en su amargor confuso que repite la selva de sus vivientes aguaceros, ... | |
En el patio, su padre silba y aguarda mientras sus dedos persiguen un tornillo al interior de una quejumbrosa lata. El rito del envejecido perro es alargar el hocico a los cuatro puntos cardinales todos los minutos, todos los días. En las habitaciones se ha detenido la geometría. ... | |
La muerte despiadada no hace excepciones: uno por uno nos recoge del suelo en que vagamos como hormigones negros -cuando menos pensamos pero en nada pensamos- cuando nos llega el turno despiadada nos coge con sus pinzas de fierro nos traslada al lugar ... | |
Entre ayer y hoy, Avanzan las alas del suspiro. ¡Ay el alma infinita en los destellos del alba! Entre ayer y hoy, Florece una eternidad. El barandal del horizonte, Une mar y tierra Como ese irrumpir... | |
(Conjetura sobre las piedas de Ale) Peine de 60 púas con una rota Mandíbula con 59 dientes y uno mellado 59 silos para guardar el aliento de los muertos y ése que falta Calendario solar con 59 puertas: otra fuera de quicio El cabello que no podemos peinar El alimento duro para estas quijadas ... | |
¡Qué jauría salvaje! La oigo rugir y estoy ausente, sola, tan ajena. Los chacales que rondan en mi noche no tocan, no desgarran; sólo acechan. Sí, tú, diente feroz, podrida hiena, que con tu agudo hocico olfateas mi huella. Oh, padre, padre amado, cuánto ansío tu mano sobre mi cabellera. ... | |
El cielo está puro, La noche tranquila, Y plácida reina La calma en el mar. En su campo inmenso El aire dormido La flámula inmóvil No puede agitar. Ninguna brisa Llena las velas, Ni alza las ondas Viento vivaz. En el oriente Débil meteoro Brilla y disípase Leve, fugaz. Su ebúrneo semblante ... | |
Ni cisne andaluz ni pájaro de lujo Pájaro por las alas hombre por la tristeza Una mitad de luz Otra mitad de sombra No separadas: confundidas una sola substancia vibración que se despliega en transparencia Piedra de luna más agua que piedra Río taciturno más palabra que río... | |
En estas calles hay plumas deshojándose de gorriones antiguos y un cauce polvoroso de lluvias desterradas. Están ahí para el uso de tus pies con su firme tendón enternecido: para el apoyo a lo frágil de la hembredad de toda tu sombra: para el saltante sonido del eco... | |
a la memoria de Ana Calabrese Íbamos a tomar el vino del atardecer sentadas en el piso, a desplegar el dolor y los amores literarios como un mantel: algunos agujeros y colores seguros. Dos mujeres expulsadas del idioma, de la fiesta, de una terca latitud. Íbamos a dejar que el río nos invada ... | |
Tú dando a una metáfora su sigiloso espectro de sentido. Tú cuidando ese ritmo, la cadencia de sombra de tu verso, y a su música dejando confiada la memoria. Tú afanado en un verso que te exprese, tú entre la oscura luz. Mientras afuera la vida se destroza en su esplendor, inocente y rotunda, ... | |
Dos piedras de sal en la pupila: Los puños bien cerrados, apretando Las agudas aristas de cristal; Me viene sangre en el agua, mancha blanda, Navegando en los ojos, mientras el grito Golpea fuerte en los dientes que lo degüellan: Al tiempo que la sonrisa me disfraza El gruñido, la amenaza, ... | |
Nuestras ciudades enloquecieron con sus guadañas el humo asfixia a los maricas los peones las pitonisas los rascacielos los callejones la caravana de gitanos en el éxodo de los incendios la Danza de la Muerte con sus harapos sus cadenas su retorcerse alrededor de este siglo ... | |
¡Favor detente en la próxima estación! (Segunda Parte) En cada estación se ha quedado algo nuestro, en las despedidas, en los ojos, en nuestras bocas. Viene el misterio de la ausencia. Los días y las noches, las horas y segundos sumidos en una silla de vagón, mientras pienso en todo ... | |
Es inútil el peso de la piedra —¿de una piedra de todas las piedras? Porque la piedra quiere pesar tal vez: Y eso pues a pesar de su peso y contra las pesanteces que entre polvo suciedad metales óxidos fósiles bacterias secas la oprimen y la envuelven: así convirtiéndola... | |
Óigame usted, bellísima, no soporto su amor. Míreme, observe de qué modo su amor daña y destruye. Si fuera usted un poco menos bella, si tuviera un defecto en algún sitio, un dedo mutilado y evidente, alguna cosa ríspida en la voz, una pequeña cicatriz junto a esos labios de fruta en movimiento, ... | |
Llaman a la puerta Es de noche y están tumbando la puerta Todos duermen Duerme la oscuridad El viento inmenso inmensamente duerme su inmenso sueño Duerme la noche Duermen las estrellas Pero en mi casa llaman con una piedra enorme que golpea iracunda... | |
Toco toco poros amarras calas toco teclas de nervios muelles tejidos que me tocan cicatrices cenizas trópicos vientres toco solos solos resacas estertores toco y mastoco y nada Prefiguras de ausencia inconsistentes tropos qué tú qué qué qué quenas qué hondonadas... | |
A la estepa un viento sur convirtiéndola está en mar. ¡Alegría! Ya la mar está a la vista. ¡Alegría! Pronto voy a navegar. ¡Alegría! Ya mi sueño marinero ¡alegría! va a zarpar. De: Marinero en tierra | |
Un pájaro con un cajón en la boca. Un galeón de oro tripulado por ratones blancos. Un pez que cuando nada a dos aguas desgarra (el casco de todos los barcos. Una hora de nuestra vida que no lograremos recordar. Una botella de whisky vacía con la lengua de un náufrago. Una palabra ... | |
Estoy creciendo de la nada. Mis ojos tantean la claridad difusa mis manos se posan y tantean abro agujeros mi cuerpo agujeros en el cielo agujeros tanteo las estrellas agujeros que llueven y es dolor y el dolor penetra mi cuerpo tantea el dolor tal vez el gozo indaga descubre el mí mi boca ... | |
