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25 poemas aleatorios | |
Cuando el Fuego ama al Agua, y la acaricia, la enciende y la calienta hasta la ebullición, nace un producto nuevo que integra a los amantes en alquímica unión y al que nombramos caldo. Trabajé todo el día, labrando en una piedra una vasija blanca, y después me dormí. ... | |
Quise medir el amor con los labios del mar, y el mar me bañó de versos con los labios de tu boca. Tu boca es el olvido del yo y la memoria del alma que se funde y se confunde. Porque el amor es la necesidad de salir de uno mismo y de entrar en el otro como luna en la mar. ... | |
Igual que una gacela herida por la tarde, el dolor se refugia en la humedad del huerto. Las sombras tutelares del vergel cicatrizan la huella incandescente del león en su piel. La estirpe de la aguja, la raíz del escorpión, las llagas numerosas que muerde un viento antiguo, ... | |
La lámina segura del sueño que se quiebra ha partido la noche como un fruto redondo. En mitad de lo oscuro al extremo del ansia hubo una sombra, blando reverso de esplendores, memoria de una noche de Epifanía. Despertar en el túnel del más largo temblor aguardando ... | |
Maresmer ver desmeral dar dar ver verd verd smerald Visio smaragdina. Juan Eduardo Cirlot Un manto de materia verde cubre la montaña. Verde, verde y verde. La alternancia con el rojo y la rosa que abre entre hojas verdes, el verde helecho arborescente ... | |
La ventana separa al mundo de los trenes, de los grandes vapores, de los hombres a pie, del mundo quieto de un alma sola. ¡Qué alegría ver los rosales y los vendedores! Al ruidoso paisaje de tráfico y de vida mi tristeza se asoma. Mi soledad consciente mira las hermosuras inútiles del mundo. ... | |
Cuando salí de collores fue en una jaquita baya, por un sendero entre mayas arropás de cundiamores. Adiós, malezas y flores de la barranca del río, y mis noches del bohío, y aquella apacible calma, y los viejos de mi alma, y los hermanitos míos. ¡Qué pena la que sentía, ... | |
Pero me romperé. Me he de romper, granada en la que ya no caben los candentes espejos biselados, y lo que fui de oculto y leal saldrá a los vientos: Subirán por la tarde purpúrea de ese grano, o bajarán al ínfimo ataúd de ese otro, y han de decir: Un poco de humo se retorcía en cada gota ... | |
debe abrir el silenciocon su llama desnuda João Cabral de Melo Neto De cara al sur trabajo para ganar la noche Una brisa salada inofensiva descorre el firmamento Poleas y relámpagos nieves que nadie ordena claveles de dos mundos Grafía nebulosala tramoya del cielo Y la estrella ... | |
A Regaña Candina Como una mala comedia de enredo, así tus años mozos, por fortuna ya idos. Querrías, sin embargo, que la frágil ternura que todavía asocias a ciertas remembranzas no fuera solamente ilusorio desvío de la memoria al borde de su disolución. Pues aunque te sobraran ... | |
Hoy baila mi mujer y taja sonrientes cicatrices en su cielo. Hoy ella baila, colibrí ante la flor, espejo frente a espejos enemigo. Y la flor se habita de las plumas y el pájaro seis pétalos se vuelve. Soy un puño de tierra echado al viento. Hoy baila mi mujer y desaloja la discordia, ... | |
No olvidaré tu rostro, nunca ni el mundo inconsistente. Los habitantes mezquinos; y tú pálido, y eso es todo. Como hoy, así silbaban aquellos viejos usureros, pero tu viste dos veces la Tierra, el sitio donde amarnos exactos, concluidos como una mano abierta. ... | |
Los niños se adormecen en las fuentes las madres se levantan y levantan como ángeles que vuelan en la muerte los sueños se despiertan y se espantan ya llaman los relojes para el alba la ropa está teñida en sus tendales se levantan las faldas y la enagua pasan los hombres ... | |
Qué alegría, vivir sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo. Que cuando los espejos, los espías, azogues, almas cortas, aseguran que estoy aquí, yo, inmóvil, con los ojos cerrados y los labios, ... | |
Sedienta de tus vértigos a gritos, del remolino mutuo que se bebe juntos la sed, el agua, la marea de la ebriedad... Dos cuerpos enlazados bebiéndose la vida a borbotones, saciando el agua, abriendo la frontera donde pueda la sed seguir viviendo. Más allá de la luz, yo te deseo cada vez ... | |
¡Oh gentes!, maravillaos ¡Oh gentes!, maravillaos de lo que logra la enfermedad del amor, a hacer descender de la luna de la obscura noche desde los cielos a la tierra. Amo de tal manera que si él se separase de mí, mi corazón le seguiría. Selección: María de Jesús Rubiera ... | |
Felicidad: yo te he encontrado más de una vez en mi camino; pero al tender hacia ti el ruego de mis dos manos... has huido, dejando en ellas, solamente, cual una dádiva, cautivo algún mechón de tus cabellos o algún jirón de tus vestidos... Tanto mejor fuera no haberte hallado nunca en mi camino. ... | |
Ven Amado Tu cuerpo acabará donde comience para mí la hora de tu fertilidad y tu agonía; y porque somos llenos de congoja mi amor por ti ha nacido en tu pecho, es que te amo en principio por tu boca. Ven Comeremos en el sitio de mi alma. Antes que yo se te abrirá mi cuerpo como mar despeñado ... | |
He soñado esa palabra... que se escapa de mis dedos huye de mis labios, no llega a mis oídos. Entre los sonidos confusos, he logrado distinguirla entre las voces del pueblo, he percibido su presencia mas, esquiva mis dedos, labios y oídos. He soñado esa palabra... la he visto, ... | |
Oh! temps évanouis! Oh! splendeurs éclipsées! Oh! soleils descendus derrière l 8242;horizon! Víctor Hugo Al frente de un balcón, blanco y dorado, obra de nuestro siglo diez y nueve, hay en la estrecha calle una muy vieja ventana colonial. Bendita rama adorna la gran reja de barrotes ... | |
¿Quién pagará el entierro y las flores si yo muero de amores? ¿Qué amigo será tan amigo que en el entierro esté conmigo? ¿Quién, en medio del funeral dirá de mí: Nunca hizo el mal...? ¿Quién borracho, llorará en voz alta por no haberme traído nada? ¿Quién deshojará violetas ... | |
En el cristal de los escaparates que circundan la plaza se reflejan las siluetas fugaces de dos hombres: son padre e hijo y tú los reconoces porque llegan del predio en sombra de tu historia. La amanecida aturde los objetos con su luz temblorosa. Es verano y caminan, el paso decidido, por la acera. ... | |
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube y tu color y forma son como yo los quiero Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el agrio vino mío es más dulce en tus labios: ¡oh segadora de mi canción ... | |
Con mis labios valoro tu presencia ungida en sombra -oscurecido vino- siguiendo el suave litoral marino de la medrosa flor de tu inocencia. El tacto, al deletrear tu adolescencia, percibe la belleza del camino, que aumente mi pasión y yo me obstino en ganarme el azúcar ... | |
Cuando, llena de su embriaguez, se durmió, y se durmieron los ojos de la ronda, me acerqué a ella tímidamente, como el amigo que busca el contacto furtivo con disimulo.nbspMe arrastré hacia ella insensiblemente como el sueño; me elevé hacia ella dulcemente como el aliento.nbspBesé ... | |
