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25 poemas aleatorios | |
Cuéntame cómo vives; dime sencillamente cómo pasan tus días, tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres y las confusas olas que te llevan perdido en la cambiante espuma de un blancor imprevisto. Cuéntame cómo vives. Ven a mí, cara a cara; dime tus mentiras (las mías son peores), ... | |
Has apurado el plazo que la noche te había concedido, y a quien la luz ha de traer ya lo conoces. Si vuelves hacia casa, con tus pasos volverán sus pasos. Y a tu fatiga su fatiga habrá de acompañar. La fiesta ha terminado y queda su enseñanza: como una vieja deuda contraída, ... | |
Para calmar la duda que tormentosa crece acuérdate; Hermelinda, acuérdate de mí.Hermelinda, vals criollo Aquí están escritos mi nacimiento y matrimonio, y el día de la muerte del abuelo Cisneros, del abuelo Campoy. Aquí, escrito el nacimiento del mejor de mis hijos, varón y hermoso. ... | |
Por tu vida, Lopillo, que me borres Las diez y nueve torres del escudo, Porque, aunque todas son de viento, dudo Que tengas viento para tantas torres. ¡Válgame los de Arcadia! ¿No te corres Armar de un pavés noble a un pastor rudo? ¡Oh tronco de Micol, Nabal barbudo! ¡Oh brazos Leganeses ... | |
quotEn el campo me metí a lidiar con mi deseo; contra mí mismo peleo: defiéndame Dios de mí. La razón que me endereza porfía con mi porfía, pero vuelve todavía las manos en la cabeza; y esperar socorro aquí de ninguno, es devaneo; pues soy yo con quien peleo, defiéndame Dios de ... | |
Como un látigo naufragando en el sudor de las bestias Así encuentran su corazón Los hombres gordos: Deforme engañado repleto de fichas y píldoras Insomnios y precios Con lágrimas que no saltan de la sangre Con el deseo enterrado en la grasa Con el latido separado del recuerdo. ... | |
Tú adelante vas, con paso vivo Y la muerte que te sigue adondequiera, Tú fatal como el agua de derivo, Al almo mundo que es la luz entera... Sin estricto ciprés ni desbordada Rosa ni sombra alguna la quimera. Tú adelante vas, ¡ay!, porque en cada Forma late el Origen y a tu obscura... | |
El piano que gruñe metido en un rincón le muestra la dentadura a los que le pasan junto. La bomba eléctrica evoluciona su luz en el espejismo de mis uñas y desde la mesa donde una copita vacía finje burbuja de aire solo -a grandes sorbos- bebo música. ... | |
Lleno de soledad y aburrimiento, procuro consolarme con tu vista, y toma el sueño su segura pista, acostumbrado a cabalgar el viento. No precisa ningún descubrimiento para correr en pos de tu conquista: bástame al intentarlo que me asista un ligero temblor del pensamiento. Surco... | |
La mamadre viene por ahí, con zuecos de madera. Anoche sopló el viento del polo, se rompieron los tejados, se cayeron los muros y los puentes, aulló la noche entera con sus pumas, y ahora, en la mañana de sol helado, llega mi mamadre, doña Trinidad Marverde, dulce como la tímida ... | |
Como taza en que hierve Ora en carreras locas, De transparente vino O en sonoros relinchos, En doradas burbujas O sacudiendo el aire El generoso espíritu; El crinaje magnífico;- Como inquieto mar joven Asi mis pensamientos Del cauce nuevo henchido Rebosan en mí vividos, Rebosa, ... | |
Cuando un penitente embiste contra sí mismo es para librarse no precisamente de una tentación externa, sino del infierno que hay en sí mismo. El hombre y el fruto de lo que crea en su mente. En la realidad, el mundo es bien simple. La exploración del deseo es lo que da ocasión a esos monstruos ... | |
Latíamos distantes A veces la luna alumbraba los callejones por donde aullábamos Ocultábamos las alas y ronroneos de gatos Detuvimos el paso Los árboles callaron Nos vimos y se quebraron los vidrios de todas las ventanas | |
Cuando todo era flores tu camino, cuando todo era pájaros tu ambiente, cediendo de tu curso a la pendiente todo era en tí fugaz y repentino. Vino el invierno con sus nieblas vino el hielo que hoy estanca tu corriente, y en situación tan triste y diferente ni aún un pálido sol te da el destino. ... | |
Cuando estoy contigo no cambio la gloria por la dicha grande de estar en tu historia. Madrid era la luz y la penumbra en los años sesenta. Era tan solamente luz su pavimiento para aquellos zapatos primeros de tacón. Perder un poco la ciudad ha sido perder nuestra niñez ... | |
Ven esta noche, amado; tengo el mundo sobre mi corazón... la vida estalla... Ven esta noche, amado; tengo miedo de mi alma. ¡Oh, no puedo llorar! Dame tus manos y verás cómo el alma resbala tranquilamente, cómo el alma... | |
Ella soñó hace mucho tiempo este mismo sueño musical. Ahora lo traigo a la memoria. El camino estaba bordeado de estrellas, los lirios pesaban en plena noche y ella me sugería la silueta de un ciprés estremecido. Del túnel vimos salir a la luna seguida de otras máquinas brillantes. ... | |
Demasiado corpóreo, limitado, compacto. Tendré que abrir los poros y disgregarme un poco. No digo demasiado. De: Nocturnos | |
Me vuelvo esa persona demorosa, confusa, cuya prisa más la atrasa cuando sale; no sabe qué le pasa. ¿Las redes o tejidos? ¡Buena cosa! Los huertos y jardines, tanta rosa, fruta, alfalfar, viñedo, bestias, casa; riegos, siembras, cosechas -labores a sus horas y en sus fechas-, ... | |
Los geranios le pusieron rubor Ramas de buganvilla le trenzaron el cabello Peinada con miel de mangos se enrolló en corteza de manzana se ciñó el cinto con hojas y se contempló en el río Con piedritas del camino se inventó una pulsera se calzó con hojarasca y se perdió en ... | |
Porque los exaltados nubarrones descienden en la soledad del amanecer, y los altos tejados inyectan su veneno de hastío, y sobrepujan a la onda exterior y superficial del día. ¿De dónde han venido aquellas mariposas tan amarillas, a deshojar un collar de ébano alrededor ... | |
A los cuarenta estoy con un palmo de nariz. Me apena haber leído tanto y no haber consumado el placer. Regenta de mi cuerpo, de esta piel bajo la que fluye el aceite. Nada a mi alrededor, sólo una hija tierna -benignos otoños- Finjo lo que no sé, soy una actriz, mi trabajo es perverso. He amado ... | |
qué sola te quedaste,mi madre, con tus huesos Eliseo DiegoA Santiago de Cuba Qué culpa tiene madre que tanto orgullo y tanto título en la frente de que sus hijos huyan para hacerse crecer. Qué culpa tiene la pobre de los muros del que se eleva sobre su cadáver y le vacía el alma. Oh ciudad ... | |
Preguntó al gato Mambrú El lebrel Perdonavidas: —Pariente de Micifú, ¿Qué secreto tienes tú Para vivir siete vidas? Y Mambrú le contestó: —Mi secreto es muy sencillo. Pues no consiste... | |
(De Nezahualcóyotl cuando andaba huyendo del señor de Azcapotzalco) En vano he nacido, en vano he venido a salir de la casa del dios a la tierra, ¡yo soy menesteroso! Ojalá en verdad no hubiera salido, que de verdad no hubiera venido a la tierra. No lo digo, pero ... | |
