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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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A mi madre (reivindicación de una hermosura) de Leopoldo María Panero
Escucha en las noches cómo se rasga la seda y cae sin ruido la taza de té al suelo como una magia tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos y un manojo de flores llevas en la mano para esperar a la Muerte que cae de su corcel, herida por un caballero que la apresa ...
Unas palabras para el extranjero de Thelma Nava
Escucha extranjero, yo voy a mostrarte la lejanía. En esta ciudad no navega hoy más barco que el de la soledad. Las sábanas son frías en los hoteles. Hay crímenes y miedo a media noche. Podemos, si quieres, cantar sin corbata y navegarnos tomados de las manos aun a riesgo de ser acusados ...
Mito amazónico de Circe Maia
Escucha la historia de la Muerte. Ella estaba sobre la tierra, escondida. Ella no estaba abajo. Un agua subterránea, pura era bebida de los inmortales debajo de la tierra. ¿Quién fue culpable? El que salió y quebró y saltó hacia afuera por haber escuchado un canto de pájaro. ...
Ventanas de otros días (5) de John Freddy Galindo
escucha lo que digo niña para que no te arrepientas luego Esta casa nos habita y nos contiene ¿Por qué insistes en llamar las cosas por su nombre? Acaso no sabes que es silencio lo que ladra y que es dolor lo que se rompe Escucha desde abajo viene como un pájaro el secreto que es principio ...
Escucha mis palabras oh Señor (Salmo 5) de Ernesto Cardenal
Escucha mis palabras oh Señor Oye mis gemidos Escucha mi protesta Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores ni partidario de su política ni te influencia la propaganda ni estás en sociedad con el gángster. No existe sinceridad en sus discursos ni en sus declaraciones de prensa ...
Escucha que es la niebla de Miguel Ángel Gómez
Escucha, escucha ahora que es la niebla; su ademán invencible, su desdén por las cosas. Escucha como rompe el corazón caído, llegando en telarañas a los ojos. Como árbol enterrado al pie de grandes ríos deja rostros, otoños, corolas donde duerme una lanza inmortal y nos desgasta ...
Escucha, escúchame, nada de vidrios... de Blanca Andreu
Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos díasde historia, o de libros abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así, sino sólo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas parecidas a flores. Escucha, dime, siempre fue de este modo, ...
Espacio de Virgilio López Lemus
Escucha: qué silencio, qué silencio. Me abraza el silencio como un padre y como un padre de muerte me circunda. Ni siquiera el sonido de las aguas. Si cantara tres veces algún gallo. Qué silencio, Dios mío, cuánta espuma de tiempo se agolpa en la tristeza. Ni siquiera el rumor de los espejos. ...
Giacomo Casanova acepta el cargo de bibliotecario que le ofrece, en Bohemia, el conde de Waldstein de Antonio Colinas
Escuchadme, Señor, tengo los miembros tristes. Con la Revolución Francesa van muriendo mis escasos amigos. Miradme, he recorrido los países del mundo, las cárceles del mundo, los lechos, los jardines, los mares, los conventos, y he visto que no aceptan mi buena voluntad. ...
Escuchamos tantas veces a Billie Holliday... de Carlos Ardohain
Escuchamos tantas veces a Billie Holliday que la luna se puso negra tu mirada caía sobre mí erotizando todo lo que tocaba nunca estuvo tan rojo mi corazón como esa noche en la que parecía haber tiempo para todo
El incendio de Héctor Rosales
Escuché los gritos de los árboles en el incendio, el reseco bramido de la humareda, la coral fundida del bosque fraterno. Quedé solo. Nada pude hacer. Ni la primavera, oyente de luto, viuda inesperada. Años, aves, albas, vientos, todos fuimos hojas...
Mural barroco de Carmen Alardín
Escucho a Bach consciente de que esa piel que te envuelve es la misma que ahora me circunda que me llena de lirios navegantes, porque no somos dos sino algo que se cumple solemnemente en una flor. Somos una cadencia, un aria triste, un aire que se empapa con los mares del sur, ...
El Papaloapan. de Joaquín Arcadio Pagaza
Escucho aún tu plácida quejumbre, gigante río. ¡Límpida guirnalda tu sien orne y del médano la falda ciñas con aparente mansedumbre! Del sol hermoso la divina lumbre retrátese en tu linfa de esmeralda y en ti se vea tinta de oro y gualda del Citlatépetl la nevada cumbre. De tus riberas el papayo ...
El último tren de Dolors Alberola
Escucho cada noche cómo una voz purísima, el muchacho tristísimo que cada tarde muere, me invita a huir, señalando con la mirada el mar, el mar, el mar.Domingo F. Faílde Cojo el tren. Cojo el tren de la tarde con la mano, con la mirada sola. Sola, yo, cojo ese tren vacío que me acerca. ...
L´obscurite des eaux de Alejandra Pizarnik
Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo mis silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme. Y pienso en el viento que viene a mí, ...
En algún sentido de Graciela Guzmán
Escucho tu carne suave oscuridad penetrando la mente como gusano de terciopelo que desata convulsiones en los dedos torpes tristes extensiones venosas cascadas de sangre fría Veo tu aliento insinuante reto que escala montañas de espeso humo restaurando caminos cóncavos ...
R.I.P. de Cristina Peri Rossi
Ese amor murió sucumbió está muerto aniquilado fenecido finiquitado occiso perecido obliterado muerto sepultado entonces,¿por qué late todavía?
Poema en forma de mujer que dicen temeroso, matutino, inútil de Camilo José Cela
Ese amor que cada mañana canta y silba, temeroso, matutino, inútil (también silba) bajo las húmedas tejas de los más solitarios corazones -¡Ave María Purísima!- y rosas son, o escudos, o pajaritas recién paridas, te aseguro que escupe, amoroso (también escupe) en ese pozo en el que la mirada ...
Ese beso de Claribel Alegría
Ese beso de ayer me abrió la puerta y todos los recuerdos que yo creí fantasmas se levantaron tercos a morderme.
Mujer con murmullo de José Antonio Cedrón
Ese buen amor de manos transparentes y ese gusto tan especial que tenía ese buen amor por robar vino blanco en los supermercados si una planta escapada de la reja o un trofeo de losas cascadas atrás del vidrio deshacía los nudos de corbatas con labios apoyados alrededor ...
Ese busto de yeso de Bernardo Ortiz de Montellano
Ese busto de yeso que respira lunas de noche antiguas y metales rodillas mutiladas desiguales que si la noche cubre el sueño mira. Esa mano de flores que conspira al abrir y cerrar dedos cristales, sonrisa y caracol en espirales, ajeno mar donde la voz expira. Estos ojos de verdes vegetales ...
Ese Cristo... de Guadalupe (Pita) Amor
Ese Cristo de tápalo encarnado, de terciopelo recamado de oro me causa espanto, compasión, azoro y lo llevo en mis ojos reflejado. Ese Cristo en su cruz crucificado me mira tenazmente y sin decoro Él sabe que al mirarlo siempre lloro y me pide por mi ser desclavado. ...
Acis y Galatea de Jaime Siles
Ese cuerpo labrado como plata, ese oro, esa túnica, esa piel, ese color que tiñe la escarlata corola del pistilo de un clavel; ese cielo de cárdenos espacios, esa carne que tiembla en el vaivén de las rodillas y de los topacios nos dicen que este cuadro es de Poussin. ...
el gancho de Margarito Cuéllar
ese garfio confuso que atraviesa el pasillo del camión y anda por la ciudad cual bulto que no alcanzó a nacer sostiene en sus instintos la esperanza existe porque el azar encuentra la forma de ganarse la vida sostenga en su artificio de metal el traje para el novio de una pariente rica o una bolsa ...
A la espera de la oscuridad de Alejandra Pizarnik
Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por los relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas ...
Nocturno llanto de Elías Nandino
Ese llanto invencible que brota a media noche, cuando nadie nos ve ni nuestros propios ojos pueden atestiguarlo, porque es llanto reseco, privado de su sal, desvestido de linfa, con aridez de fiebre y amargo como el humo de los remordimientos. ...
Búsqueda de Etnairis Rivera
Ese oscuro pasaje en el que me busco con obstinación, hasta el agotamiento, me niega el espejo donde pueda descansar. Pena de no ver qué me empuja, qué hilos me atan con fervor a ese primer portal donde el hombre y su esbelta forma apetecible, como el aire, arroja sus máscaras ...
Poemas de amor (I) de Darío Jaramillo Agudelo
Ese otro que también me habita, acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos, ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel, ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio, esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera, ...
Nuevas confesiones de Luis García Montero
Ese otro, también te ama. Darío Jaramillo Agudelo Es que no eras el mismo, me dices con los ojos quemados de mirarme. Te dolía la casa, viajabas demasiado y sin motivo, rodabas por el humo de la noche igual que el sueño roto de la mesa, parecías amargo, muy perdido, tal vez por otros cuerpos, ...
Hombres que me servisteis de verano de Carilda Oliver Labra
Ése que no dejó de ser mi amante y al que le debo siempre sepultura, uno a quien nunca quise lo bastante; aquél, obra de sueño, conjetura... Alguien que jugó a nada y tuvo suerte, otro que no ha venido de la guerra, éste donde converso con mi muerte porque me lo disputa hata la tierra. ...
La valía de un olvido de Concha García
Ese vicio solitario la va a perder, va a partir los entremeses equivocadamente para que en la boca naden solos, y entretendrá su cutis con varias cremas mientras pasa el tiempo, y caerá en la cuenta de su gran error mordiéndose al buscar la tarjeta del autobús que se le olvidó ...
Diez estrofas de homenaje al año del cincuentenario de la muerte de César Vallejo (1988) y al año del centenario de su nacimiento (1992) de Mirko Lauer
Eslavo en relación a la palmera César Vallejo ¿Era el propósito decir algo que no pudiera dejar de hablarsobre algo que no se puede dejar de decir? La fama llegada de Españacon el frente popular confunde al que no entiende, obligándolo a ir y venir con el dedo pegado al palíndroma ...
Fragmento de Gloria Fuertes
Eso es lo que soy: fragmento de una vida tuya, de una obra tuya, de una carta mía. De: Obras incompletas Selección: Pablo Crespo
La gracia de la maldad escoge un lugar pequeño para posarse, levemente de Rocío Silva Santisteban
eso lo repite lo repite con la boca entrecerrada: la decisión final fue lanzarlo por la borda tras el tiro de gracia. (Yo lo vi todo: sentada en la tercera fila con una gran bolsa de palomitas sobre la falda, ...
Esos fantasmas de José Antonio Cedrón
Esos fantasmas llegan a casa recogen en la puerta la soledad y pasan pasan dentro de mí como esos trenes contra barreras bajas esos fantasmas pasan van sin rumbo. Esos fantasmas llegan se instalan en la silla y en la mesa y sin que pida nada ellos hablan esos fantasmas ...
Hombre con violín de Carmen Conde
Esos hombres del violín llevan su voz en el brazo como la vena firme de una canción muchacha. Van celándola dulces, con los ojos cerrados, todos brasa y suspiro del ensueño que llueve diminuto rocío de aprisionadas flores en los cuerpos fragrantes de tus violines músicos, ...
Madrigales (I) de Carilda Oliver Labra
Esos ojos de noche, tan austeros, tan pegados a mí con sus borrones, esos ojos que tú quitas y pones, esos ojos, en fin, tan maromeros ¡cómo saltan del plato a la ternura! Esos ojos de simple fantasía que se quedan sin ser el alma mía, esos ojos de pascua y fiebre pura que me tienen enferma, alucinada, ...
Auschwitz de León Felipe
Esos poetas infernales, Dante, Blake, Rimbaud... que hablen más bajo... que toquen más bajo... ¡Que se callen!... Hoy cualquier habitante de la tierra sabe mucho más del infierno que esos tres poetas juntos. Ya sé que Dante tocaba muy bien el violín... ¡Oh, el gran virtuoso!... Pero que no pretenda ...
Diluvio de Salvador Novo
Espaciosa sala de baile alma y cerebro dos orquestas, dos, baile de trajes las palabras iban entrando las vocales daban el brazo a las consonantes. Señoritas acompañadas de caballeros y tenían trajes de la Edad Media y de muchísimo antes y ladrillos cuneiformes papiros, tablas, ...
España toda aquí, lejana y mía... de Dionisio Ridruejo
España toda aquí, lejana y mía, habitando, soñada y verdadera, la duda y fe del alma pasajera, alba toda y también toda agonía. Hermosa sí, bajo la luz sin día que me la entrega al mar sola y entera: ...
Tsunami (I) de Rosa Lentini
Espera, espacio al que nacemos, codicia de las aguas previniéndonos, obligados a imitar las ciudades que erigen muros de contención y puentes cruzando esos muros aún después de largos años de calma. El cálido sur hacia mí impone esa barrera y el sur-a-mi o la devastación que arrastra la quietud. ...
Ultrahumana de Laura Victoria
Espera, no te vayas. Reclínate en la felpa de mis sueños, y con unción sagrada escruta en el horario del silencio. Va a comenzar la danza; la bailaré de espaldas al destino, con los ojos azules de imposible y abierto en hilos el lagar del alma.. Ondularé sobre el calor de todas las bocas ...
Espera, octubre... de Gilberto Owen
Espera, octubre. No hables, voz. Abril disuelve apenas la piel de las estatuas en espuma, aún canta en flor el árbol de las venas, y ya tu augurio a ras del mar, tu bruma que sobre el gozo cuelga sus cadenas, y tu clima de menta, en que se esfuma el .pensamiento por su laberinto ...
Trilce (Poema XXXI) de César Vallejo
Esperanza plañe entre algodones. Aristas roncas uniformadas de amenzas tejidas de esporas magníficas y con porteros botones innatos. ¿Se luden seis de sol? Natividad. Cállate, miedo. Cristiano espero, espero siempre de hinojos en la piedra circular que está en las cien esquinas de esta suerte tan vaga ...
Esperanza de Angel González
Esperanza, araña negra del atardecer. Te paras no lejos de mi cuerpo abandonado, andas en torno a mí, tejiendo, rápida, inconsistentes hilos invisibles, te acercas, obstinada, y me acaricias casi con tu sombra pesada y leve a un tiempo. Agazapada bajo las piedras y las horas, ...
El otro (II) (viendo vivir) de José Antonio Cedrón
Esperarás aquí y aprenderás le dijo de los hombres que se mueven de un lado para el otro suben forzados bajan de un sótano a otro sótano como cojos ligeros ¡uuupa! gritan al paso de sus manchas de sangre y aserrín. Hace frío sobre ese piso lejos del techo, las cúpulas rajadas ...
Espero curarme de ti de Jaime Sabines
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho...
Epitafio para un vivo de Santiago Azar
Espero poder colocar una flor sobre el cemento de mi propia tumba, una raza de estrellas colmadas de manos. Espero una almohada feliz en el nicho de la eternidad, un paso silencioso por entre mi heridas. Sépase que fui honesto con los grillos, consecuente con los sueños de los pájaros, ...
Cuerpos de Enrique Viloria Vera
Espero que aún te vistas de mí que continuemos siendo -después de años sábanas besos y mordiscos- una sola piel un mismo cuerpo que me lleves más allá de lo inasible de lo perecedero de la memoria y el recuerdo: ser pliegue estría vello perfume rimel ...
Oficio de Eleazar Rivera
Espío mi pensamiento Con mis ojos hurgo el mundo de los muertos Abro las puertas de los libros y las palabras callan Busco los rostros de mis nombres marchitos En las esquinas de los signos encuentro el reflejo de los huesos sin ventana