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listado de poemas en audio por primeros versos letra n

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632 poemas con la letra "n"

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N.N. de Roxana Crisólogo Correa
N.N.-asustado maltrecho todas las señales le apuntan- ¿qué pasaje llevo en los bolsillos? sin tapa sin pasaportela gente se pregunta por mí los libros se preguntan por mí dejé mi rúbrica como el perfil los grandes hombres que pasaron desapercibidos hasta el día de su muerte ...
Tu nombre de Octavio Paz
Nace de mí, de mi sombra, amanece por mi piel, alba de luz somnolienta. Paloma brava tu nombre, tímida sobre mi hombro.
Noticia del beso de José Luis Cano
Nace el beso en la sangre y su fuego madura como el fruto de un árbol a la luz de la tarde. Ebrias alas secretas van naciendo a su paso y dorando los labios que esperan entreabiertos. Gime la flor del beso antes de abrir su rosa, y sus pétalos arden melancólicamente mientras sube ...
Sonetos corporales (VII) de Rafael Alberti
Nace en las ingles un calor callado como un rumor de espuma silencioso. Su dura mimbre el tulipán precioso Dobla sin agua, vivo y agotado. Crece en la sangre un desasosegado, Urgente pensamiento belicoso. La exhausta flor perdida en su reposo Rompe su sueño en la raíz mojado. Salta la tierra y ...
Campo de batalla de Rafael Alberti
Nace en las ingles un calor callado, como un rumor de espuma silencioso. Su dura mimbre el tulipán precioso dobla sin agua, vivo y agotado. Crece en la sangre un desasosegado, urgente pensamiento belicoso. La exhausta flor perdida en su reposo rompe su sueño en la raíz mojado. Salta la tierra ...
Palmeras de Juan Vicente Piqueras
Nacemos de la sed. Somos palmeras que van creciendo a fuerza de perder sus ramas. Y sus troncos son heridas, cicatrices que el viento y la luz cierran, cuando el tiempo, el que hace y el que pasa, ocupa el corazón y lo hace nido de pérdidas, erige en él su templo, su áspera columna. ...
Nacimiento del hijo de Abel G. Fagundo
Naceré de mí, sacudiendo el polvo de rodillas ya vivo entre los dedos de mi madre y mi yo multiplicado en vicios y grandezas, y mi primer poema, dos versos tristes, y mi primer regalo un árbol seco. Hoy naceré pagando las deudas de otras muertes, sin pan para comer en los destierros . ...
Y vagar de Juan Egaña
Naces, entre dolores para dar a la muerte un nuevo cuerpo que llevas a la nada, seguir entre quimeras, para alcanzar hasta los desengaños; amar sin ser amado para saber de las desolaciones y conocer entonces que la grandeza del alma es una horrible ironía de Dios...
Nací a la orilla del desierto... de Luis Alberto Arellano
Nací a la orilla del desierto. Hijo de la sal y el vértigo, miembros anquilosados por la lengua de arena que nos forma. Somos todos prófugos del viento. Aquí ocurre que no hay agua, sino estéril sed y sonoro silencio. Ocurre que la falda de una mujer suda la materia de nuestros ruegos. ...
Altazor o el viaje en paracaídas (prefacio) de Vicente Huidobro
Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor. Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata. Mi padre era ciego y sus manos eran ...
Darwiniana I de Luz Méndez De La Vega
Nací apenas ayer, con mi ombligo animal raíz de carne que aún busca su placenta entre agua y tierra. Principio y fin de otro soy. Nada entre nadas. Vago perfil que esconde entre las sombras la escamada cola del saurio. Mínima historia fetal con el peso cósmico a la espalda, ...
La despedida de Leandro Fernández de Moratín
Nací de honesta madre: diome el Cielo fácil ingenio en gracias, afluente: dirigir supo el ánimo inocente a la virtud, el paternal desvelo. Con sabio estudio, infatigable anhelo, pude adquirir coronas a mi frente: la corva escena resonó en frecuente aplauso, alzando de mi nombre ...
Autorretrato de Julian del Casal
Nací en Cuba. El sendero de la vida Firme atravieso, con ligero paso, Sin que encorve mi espalda vigorosa La carga abrumadora de los años. Al pasar por las verdes alamedas, Cogido tiernamente de la mano, Mientras cortaba las fragantes flores O bebía la lumbre de los astros, Vi la Muerte, ...
Biografía para uso de los pájaros de Jorge Carrera Andrade
Nací en el siglo de la defunción de la rosa cuando el motor ya había ahuyentado a los ángeles. Quito veía andar la última diligencia y a su paso corrían en buen orden los árboles, las cercas y las casas de las nuevas parroquias, en el umbral del campo donde las lentas vacas rumiaban ...
Patria de Adriano Corrales
Nací en este pequeño país. Pero vengo del sol, del viento, del fuego, del socavón en el agua, del arroyo de la sangre. Del barro rojo, de las arenas calcinantes, del vuelo de las primeras aves. De los cráneos que brillaron en la noche de multitudinaria caza o en las innúmeras batallas ...
Poesía de lo propio de Maya Rossana Cú Choc
Nací mujer predestinada al llanto desde siempre bebí palabras sumergidas en sueños en mis dos países hubo muros que aún quiero derribar -botar piedras de siglos no es fácil para cuatro niñas de cinco años - en mis dos países aprendí a amar a las de mi piel de mi voz de mi cuerpo ...
Nací para poeta o para muerto de Gloria Fuertes
Nací para poeta o para muerto, escogí lo difícil -supervivo de todos los naufragios- y sigo con mis versos vivita y coleando. Nací para puta o payaso escogí lo difícil -hacer reír a los clientes deshauciados-, y sigo con mis trucos, sacando una paloma del refajo. Nací para nada ...
Nací para ser marino... de Rafael Alberti
Nací para ser marino y no para estar clavado en el tronco de este árbol. Dadme un cuchillo. ¡Por fin, me voy de viaje! ¿Al mar, a la luna, al monte? ¡Qué sé yo! ¡Nadie lo sabe! Dadme un cuchillo. De: Marinero en tierra
isla matutina de Guillermo Pilía
Nacías de continuo, isla matutina, aún no arraigada al fondo de este río, para acrecentar el verano y nuestros mitos, entre vuelos de aves que emprendían sus tempranas migraciones, en las noches de serenas aguas aluvionales. Día a día celebrábamos tu nacimiento, ...
Arrullo patagón de Gabriela Mistral
Nacieron esta noche por las quebradas liebre rojiza, vizcacha parda. Manar se oyen dos leches que no manaban, y en el aire se mueven colas y espaldas. ¡Ay, quién saliese, ay, quién acarreara en brazo y brazo la liebre, la vizcacha! Pero es la noche ciega y apretujada y me pierdo ...
Condiciones objetivas de Thelma Nava
Nacimos diferentes. Somos muchos y pocos para el grito. No nos doblegaremos ante nada. Es la era de Acuario, signo de aire que arrasará las viejas estructuras. De: Tlaltelolco 68
Autobiografía de Hermanos Álvarez Quintero
Nacimos entre espigas y olivares. El uno esperó al otro en la lactancia, y en el primer pinito de la infancia ya escribimos comedias y cantares. Después libros y novias y billares ¡memorias que iluminan la distancia! ; luego una juventud, cuya fragancia envenenan agobios y pesares. ...
Blues del nacimiento de Antonio Gamoneda
Nació mi hija con el rostro ensangrentado y no me la dejaron ver despacio. Nació mi hija con el rostro ensangrentado pero me la quitaron de las manos. Mi hija ahora ya va a hacer tres años y habla conmigo y ella ve mi rostro. Mi hija ahora ya va a hacer tres años y canta y piensa pero ve mi rostro. ...
Navidad de David Escobar Galindo
Nació un Niño en lo oscuro. Y es tan vaga la noticia, que nadie se da cuenta. Nació un Niño, y su madre lo alimenta, mientras tiembla la noche que se apaga. Ese Niño, en lo oscuro, apenas traga. Llora apenas el Niño. Pero aumenta de súbito la luz y el sol revienta, como un arcángel tímido ...
Nació una flor... de Gaspar Núñez de Arce
Nació una flor al pie de unas ruinas donde no la vio nadie: el sol no más, desde su eterna altura, supo que aquella flor vivió una tarde. Así fue mi destino; vegetando en la aridez de amargas soledades, oculta en su dolor, vive mi alma. ¡Dios sólo de ella sabe!
Pensamientos finales de Vicente Aleixandre
Nació y no supo. Respondió y no ha hablado. Las sorprendidas ánimas te miran cuando no pasas. El viento nunca cumple. Tu pensamiento a solas cae despacio. Como las fenecidas hojas caen y vuelven a caer, si el viento las dispersa. Mientras la sobria tierra las espera, ...
Vuelta de viaje (I) de Julieta Valero
NACIONAL CUATRO Gimo desde el puente (una sola dirección) que es el retorno. Conozco este breve tránsito al embrutecimiento. Hablo desde el lugar en que mis pies se detienen a la espera del alma morosa de mar. Ahí llega en un ralentí de renuncias y algas. Aún soy esplendido esperpento. ...
Siempre vuelves de Elena Soto García
Naciste en el mes de las lluvias en el mes en el que nacen las encantadoras de gusanos de seda por eso hablas en secreto con la flor de los manzanos y tejes mientras unes la savia del salmón y los rosales. Naciste en el mes en que regresan las aves en el mes en el que nacen ...
Relato de Angélica Becker
Naciste sin quererlo. Tu primer grito pregunta fue, y desafío a la vida y esa vida te contestó con su silencio quedo. Gris la pared amarga de la niñez entre paredes sin colores, entre rostros escasamente dulces, siempre ajenos. Ay, tu estar primero en esa frágil madera quebradiza del vivir, ...
Pleamar de Oliverio Girondo
Nada ansío de nada, mientras dura el instante de eternidad que es todo, cuando no quiero nada.
Nada asciende... de Román Luján
NADA ASCIENDE La noche es una orquídea ponzoñosa La música dormita en su triste condición de humusSal de ti me digo y el rencor de tanto espejo acumulado hunde navajas cuerpo adentro en la retícula más débil allí donde las voces nunca alcanzan a regalarme un rostro ...
Nihilismo de Oliverio Girondo
Nada de nada: es todo. Así te quiero, nada. ¡Del todo!... Para nada. (Fuente: Jorge Carrol)
Nuevo puerto de Carmen Alardín
Nada de nuevo al mar podemos darle que los restos de todos los naufragios. Su lindero infernal nada permite bajo el secreto de las viejas algas. Todo se ha dicho ya. Todo han callado muy a tiempo las brisas, las arenas. Nada nuevo al amor han de brindarle nuestros nombres grabados bajo el sol. ...
Presagio de Blanca Luz Pulido
Nada en el mundo te alcanza todavía: son tus labios de sombra, y tu voz un fantasma. Has surgido a la luz para mis ojos, y te aumenta mi sangre, y te encumbran mis venas. Ya sin saberlo te acercas a tu forma, y encenderás la llama en la incesante noche que te espera. Y sin saberlo ...
Príncipe oscuro de Fina García Marruz
Nada entiendo, Señor, di lo que he sido. Virgen es todo acto, el más impuro. Yo no puedo llegar a esos oscuros ángeles que he engendrado y que he movido Acto, reminiscencia de lo puro, que tan sólo una vez es poseído. ¡Oh su extraña inocencia en lo perdido, que espera tus nevados ...
Poema que la muerte espera de Fabricio Estrada
Nada es para siempre, aceptémoslo, Lo eterno se inventa para no vernos acabados. Nada dura más tiempo que una vida, sólo las aves creen que el planeta es infinito, sin imaginar que su vuelo es inferior al de los astros y que estos, a la vez, un día se opacan y surcan vacíos el silencio ...
Final de Blanca Andreu
Nada escucha Elphistone -Je suis de mon coeur le vampire- cuando evalúa significados, precios de viejos libros, de otros navíos, vendavales o la repentina conciencia que elimina una firme navegación. Húmeda luna que recuerdas el frío norte de la sangre, ...
Ventanas de otros días (8) de John Freddy Galindo
nada está más cerca ahora que la calma y la vigilia que el instante en que bajas la guardia y te das la vuelta Las flores han dejado la maleta lista ya nadie las entiende y ahora mueren No es momento de buscar la culpa frente a la ventana mi piel delata Deja que respire y perfeccione mi silencio ...
Eva o el pecado original de Odette Alonso
Nada fue como dicen. Yo descubrí mi cuerpomojado en la maleza y lo empecé a palpar. Era mi cuerpo solo el que se hinchaba inflamada mi vela. No supe qué corría por mi vientre trepaba hasta mi pecho enceguecía. Tuve miedo y grité tuve miedo y rodé por la maleza. ...
Arena de Fernando Ruiz Granados
Nada hay aquí que se hermane con la piedra De los templos enclavados en la roca viva Cuya edificación comenzaba relata Herodoto El día diez del segundo mes egipcio Cuando las sagradas aguas del Nilo lo inundaban todo De las pirámides orientadas hacia los cuatro Puntos Cardinales ...
Ritornello de Jaime Siles
Nada hay en mí, sino esos horizontes que alguien dormido contempla desde un mar: desde otro mar, que acaso ya no existe.
Óleos para mi madre de Luis Alberto Arellano
Nada hay más obsceno que un enano pintando siempre putas Nada más terrible, una mujer sin miedo al abismo o la insignificancia escurrida entre las piernas tarde a tarde de un modo casi humano Un listón ennegrecido cargando el muro de una casa abandonada La irrisoria manera ...
Nada hostiga al papel esta mañana... de Román Luján
NADA HOSTIGA AL papel esta mañana No hay un gris melodramático ni demasiado frío ni ganas de salir Pero tus manos Las puertas del armario enronquecieron Cepillo violinista la hilera de incisivos Aún noviembre Reniego cinco veces de camisa Un manojo plátanos Tu ausencia ...
Poética de Javier Pérez Walias
Nada importa sino el signo, el símbolo de lo inconcreto, el nombre que te di a oscuras contemplando el retorno de la miel. Nada importa, ciertamente, sino el limo y el aceite del vocablo bien trazado como un labio de aurora hecho poro o línea. Nada importa porque es preciso el abandono ...
Un eco de un eco de Nancy Morejón
Nada más que una marimba, un guasá, un bombo y la astilla de un grito para poner el cielo al nivel de mis pies. Sube un temblor asentado en la raíz misma de mi ancestro.
XVII (de Diario Cómplice) de Luis García Montero
Nada más solitario que el dolor porque también excluye a quien lo siente, si con él se traiciona o se acompaña. De mi propio vacío siempre yo el excluido. Tú, tan desaparecida, tragada por la tierra como lluvias de paso, puedes estar debajo de las sombras que comparten la noche con mi sombra, ...
Ambición de Jaime Torres Bodet
Nada más, Poesía: la más alta clemencia está en la flor sombría que da toda su esencia. No busques otra cosa. ¡Corta, abrevia, resume; no quieras que la rosa dé más que su perfume!
Lisbon revisited (1926) de Fernando Pessoa
Nada me ata a nada. Quiero cincuenta cosas al tiempo. Con angustia del que tiene hambre de carne anhelo no sé bien qué: definidamente lo indefinido... Duermo inquieto, y vivo en el soñar inquieto de quien duerme inquieto, a medias soñando. Me cerraron todas las puertas ...
Comunicado de Otto Rene Castillo
Nada podrá contra esta avalancha del amor. Contra este rearme del hombre en sus más nobles estructuras. Nada podrá contra la fe del pueblo en la sola potencia de sus manos. Nada podrá contra la vida. Y nada podrá contra la vida, porque nada pudo jamás contra la vida. ...
Nada por más me arrancará de mi sitio... de Yolanda Pantin
Nada por más me arrancará de mi sitio. Igual fulgor me escupió de muerte cuando reía mi madre y todos. La paz es un minuto. Cierro las ventanas, las puertas antiguas de mi casa. Es un minuto. Tú, ellos, de las palabras, de los labios a las palabras recias. Lento, prolongado, insistente. ...