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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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2272 poemas con la letra "e"

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Susto en el comedor de Federico García Lorca
Eras rosa. Te pusiste alimonada. ¿Qué intención viste en mi mano que casi te amenazaba? Quise las manzanas verdes. No las manzanas rosadas... alimonada... (Grulla dormida la tarde, puso en tierra la otra pata.) De: Canciones
Eras una flor que ocupaba toda la sala de Carlos Ardohain
Eras una flor que ocupaba toda la sala eras un melón que pretendía suplantar al sol exhalabas un aroma que prometía jugos dulcísimos pero una vez ya no estuviste más y cuando pienso en eso pienso que el sol quemó la flor y evaporó el jugo y lo único dulce que existe hoy es tu recuerdo. ...
Eras, instante, tan claro. de Luis Cernuda
Eras, instante, tan claro. Perdidamente te alejas, dejando erguido al deseo con sus vagas ansias tercas. Siento huir bajo el otoño pálidas aguas sin fuerza, mientras se olvidan los árboles de las hojas que desertan. La llama tuerce su hastío, sola su viva presencia, y la lámpara ya duerme ...
Reunión de Ida Vitale
Érase un bosque de palabras, una emboscada lluvia de palabras, una vociferante o tácita convención de palabras, un musgo delicioso susurrante, un estrépito tenue, un oral arcoíris de posibles oh leves leves disidencias leves, érase el pro y el contra, el sí y el no, multiplicados árboles...
A una nariz de Francisco de Quevedo
Erase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Erase un espolón de ...
La ruptura de Delmira Agustini
Érase una cadena fuerte como un destino, Sacra como una vida, sensible como un alma; La corté con un lirio y sigo mi camino Con la frialdad magnífica de la Muerte...Con calma Curiosidad mi espíritu se asoma a su laguna Interior, y el cristal de las aguas dormidas, Refleja un dios ...
La pobre viejecita de Rafael Pombo
Érase una viejecita Sin nadita que comer Sino carnes, frutas, dulces, Tortas, huevos, pan y pez. Bebía caldo, chocolate, Leche, vino, té y café, Y la pobre no encontraba Qué comer ni qué beber. Y esta vieja no tenía Ni un ranchito en qué vivir Fuéra de una casa grande Con su huerta...
Belleza de Saúl Ibargoyen
Eres como el amor: naces de la destrucción que tu ausencia ha provocado. Mencioné tu nombre muchas veces, y muchas veces hablé de ti largamente con los pájaros. Siempre anduve cerca de aquellos caminos por donde iba tu voz, sin encontrarte; y siempre dispuse de seguras señales...
Imagen casi perdida de Eduardo Carranza
Eres como la luz alta y delgada. Como el viento eres clara sin saberlo. Vacila tu actitud como la tarde suavemente inclinada sobre el mundo. Eres hecha de sueños olvidados y te olvido de pronto, como a un sueño; mi corazón te busca como el humo busca la altura y hacia ella muere. ...
Eunicianas (III) de Lil Picado
Eres como uno de esos aguaceros soleados del trópico húmedo cayendo grecolatinamente sobre el verbo. Eunice. Suma poética, poesía multiplicada. Hirsuta de colibríes nutricios. Exégeta de asombros. Altiva, leal, bravía, sensualera y dulcísima. Asceta dispendiosa. , ...
La última luz de Luis Rosales
Eres de cielo hacia la tarde, tienes ya dorada la luz en las pupilas, como un poco de nieve atardeciendo que sabe que atardece,y yo querría cegar del corazón, cegar de verte cayendo hacia ti misma, cayendo hacia avanzar, como la noche ciega de amor el bosque en que camina de copa en copa, ...
Con abismada transparencia de Coral Bracho
Eres el fuego del inicio. Eres la luz en el instante sabio de hacinarse en el agua. Eres la voz, la transparencia que penetra, que engendra; la nota viva y diáfana que cae, con el candor de una certeza en el centro del alma.
Crónica del forastero (XVII) de Jorge Teillier
Eres el peso profundo y secreto de los granos de trigo en la balanza de mi mano. El frescor del sorbo de cielo que bebe el pájaro marino. Por el verano corren los claros esteros de tu espalda desnuda. Eres un puente entre los marjales de las pesadillas. Las madejas de nuestros sueños ...
A un niño en un árbol de Jorge Teillier
Eres el único habitante de una isla que sólo tú conoces, rodeada del oleaje del viento y del silencio rozado apenas por las alas de una lechuza. Ves un arado roto y una trilladora cuyo esqueleto permite un último relumbre del sol. Ves al verano convertido en un espantapájaros cuyas pesadillas ...
Eres feliz de Carlos Bousoño
Eres feliz. Saber no quieras lo que brilla en los ojos humanos. Sonríe tú como mañana fresca, como tarde colmada en su ocaso. Porque eres eso, sí: la tarde pura en que a veces yo mojo mis manos, en que a veces yo hundo mi rostro. ¡La tarde pura en su placer dorado! La savia dulce ...
El vals de Vicente Aleixandre
Eres hermosa como la piedra, oh difunta; oh viva, oh viva; eres dichosa como la nave. Esta orquesta que agita mis cuidados como una negligencia, como un elegante biendecir de buen tono, ignora el vello de los pubis, ignora la risa que sale del esternón como una gran batuta. Unas olas...
A quien está leyéndome de Jorge Luis Borges
Eres invulnerable. ¿No te han dado los números que rigen tu destino certidumbre de polvo? ¿No es acaso tu irreversible tiempo el de aquel río en cuyo espejo Heráclito vio el símbolo de su fugacidad? Te espera el mármol que no leerás. En él ya están escritos la fecha, la ciudad y el epitafio. ...
Poesía de Xavier Villaurrutia
Eres la compañía con quien hablo de pronto, a solas. Te forman las palabras que salen del silencio y del tanque de sueño en que me ahogo libre hasta despertar. Tu mano metálica endurece la prisa de mi mano y conduce la pluma que traza en el papel su litoral. Tu voz, ...
Bajo la tórrida ceremonia sin eclipse de Marco Antonio Montes de Oca
Eres la estrella de mar sembrada en el cielo raso El invisible metal cuyo único peso es su nombre La ola en hombros del trigo El agua plural y antepasada El astro lapislázuli El astro verde veronés El astro amarillo iluminado El astro que al encenderse pierde los colores Y la alcoba...
Yo hice el cable submarino de Yolanda Pantin
Eres mi criatura yo hice tus ojos tus manos tus dientes montados unos encima de los otros Yo puse tu mirada sobre el mundo tus dos piernas Yo hice al mundo ávido y mojado sin palabras hice tu perfil entrar al agua tus brazadas en el mar en la piscina Yo hice tu barbilla tu cansancio tus aletas ...
Intimo espejo de Carmen Alardín
Eres sólo el reflejo del reflejo de otro espejo que está dentro de ti. Y el más oculto de tus espejos, viene a ser esa lágrima que el tiempo congeló para mí. De: Entreacto
Canción para los dos de Rafael Alcides Pérez
Eres tan frágil que me gustaría darte la comida yo mismo, lavarte la cabeza yo mismo, con una mano muy limpia peinarte yo mismo y de ser posible (si se pudiera), morirme en tu lugar. Oh extraña flor desvalida, criatura que hasta el viento de una tarde azul pudiera arrastrar, ...
Teresita de Porfirio Barba Jacob
Eres tierna y lozana como un capullo abierto que guardase el aroma de mis campos nativos, eres la galanura del jardín de mi huerto donde juegan las auras en los verdes olivos. Y la música suave de tu labio entreabierto que atesora los himnos breves y dejativos, de la sorda tiniebla ...
Muchacha en la playa junto a una palmera de Jorge Esquinca
Eres tú la sola mirada que se colma de azules bajo la sombra de las hojas? ¿La que guarda aún el recuerdo del vestido blanco y los azahares nupciales? ¿La que monta una bicicleta de plata como acudiendo al llamado de un deseo imprevisto? ¿La que baila frente a la luna...
Dulce rapiña de Roberto Obregón
Eres un sarcófago viviente, sepulcro que en la oscuridad abre sus ramos lechosos, agitas tus remos y crujes devorando mi carne y mis huesos. Fuera de ti sólo queda mi rastro y nada que valga la pena.
La pantera de barro de Santiago Azar
Eres una pantera de barro fresco, ansiosa de carnes rojas, hambrienta de vapores. Morena mía, me has rasguñado tantas veces los deseos que contigo la noche se prolonga como un verano, una estación de sudores que se hacen ríos, y allí nadamos y te tomo de las piernas, ...
Bienvenido al club de Jorge Riechmann
Eres uno de los pocos que podían aspirar a esto, en realidad te estábamos esperando sólo a ti. Hemos sabido siempre que eras diferente, ahora ya has llegado: relájate y disfruta. Nota cómo te crecen los músculos viriles y pliegues cerebrales bajo las yemas de los dedos. ...
Hechizo de presencia viva de Luis Antonio de Villena
Erguido entre la sombra de la noche, cultor de un rito antiguo, donde el sol y el amor se mezclan mutuamente. Adorador de gemas, mirando arder la extraña combustión de un ritmo raro, envuelto en la belleza, a punto de entrar ya en el éxtasis mágico de bailarinas y derviches, sedosa...
Al final de la montaña de Alan Mills
Erguido. Parapetado a ras del cielo. Las piedras rojas de la cumbre encaminan pequeñas misericordias. Un racimo de lluvia pretendió rebelarse, sus compañeras en marabunta lo condujeron con gravedad hacia abajo. Mojó piedras negras. Rapiña, carroña, qué más da; en la cima se ve igual, ...
Desiertos y ángeles (1) de Belkys Arredondo Olivo
ERICA no es el nombre de una flor no creas que es un ángel intencionalmente se a puesto en las mejillas y en la forma de plegar sus labios lo que empiezas a necesitar no le interesa en lo más mínimo la sombra de tu sueñote mira lasciva en un hiperbólico primer plano en la altura de su autopista. ...
Nada te detenga de Pablo Mora
ermitaño augusto vigoroso camarada esquiva naufragios y centellas vuele libre tu alma centinela Armémonos de nuevo contra la injusticia Demos por sagrado el desorden de nuestro espíritu por ineludible el insomnio y la noche que nos cruzan Indispensable llegar a lo desconocido ...
Y el amigo común de dos que se han separado de Almudena Guzmán
Ernesto, moreno de luz y luna argentina, cigarrillo entre los dedos, sonrisa de niño en los naranjales del alba. Ernesto, amigo fiel de espejos y cafés, padre confidencial con aire triste de gorrión, páramo de salina y dulce de leche. Ernesto, aire de tocayo guerrillero, espuma que se desborda ...
Otra estirpe de Delmira Agustini
Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego... pido a tus manos todopoderosas ¡su cuerpo excelso derramado en fuego sobre mi cuerpo desmayado en rosas! La eléctrica corola que hoy despliego brinda el nectario de un jardín de Esposas; para sus buitres en mi carne entrego todo un enjambre de palomas rosas. ...
Erótica de Saúl Ibargoyen
Erótica mía: escribiré en tu espalda con un trazo de dientes una sola historia: no puedo mirarte sin sangre en los ojos no puedo amarte fuera del incendio. Besar es oficio que a veces nos pierde en bocas de bestias oscuras en grietas dolorosas que el sudor ilumina. Erótica mía: tendremos...
Errabundos de Pablo Mora
Errabundos, soñamos con la Paz. Mientras la creación entera gime y siente dolores de parto. Mientras el Espíritu aboga por nosotros con gemidos inefables. Confiamos en la esperanza desconocida. A pesar del invasor, de la destrucción, del fuego, del asolamiento; del desarraigo, ...
Expiación de Julio Herrera y Reissig
Errando en la heredad yerma y desnuda, donde añoramos horas tan distintas, bajo el ciprés, nos remordió una aguda crisis de cosas para siempre extintas... Vistió la tarde soñadoras tintas, a modo de romántica viuda; ¡y al grito de un -piano entre las quintas, rompimos a llorar, ebrios de duda! ...
La Plaza Mercurio (I) de Luis Eduardo Rendón
Errante huérfano ciclamenencuentro la Lavandería Suprema:SERVICIO EXTRA-RÁPIDODE DESMANCHADA ASPIRADA, BRILLADAY VAPORIZADA e imagino un cielo detergente donde los muertos son lavados en JORNADA CONTINUA mediante un MODERNO SISTEMA que los deja como nuevos ...
Errante por el mundo fui gritando... de Gustavo Adolfo Bécquer
Errante por el mundo fui gritando: “La gloria ¿dónde está?” Y una voz misteriosa contestóme: “Más allá... más allá...” En pos de ella perseguí el camino que la voz me marcó; halléla al fin, pero en aquel instante el humo se truncó. Mas el humo, formado denso...
Primer poema del viaje de Agustín Labrada Aguilera
Errar en los códigos que atravesaste soñando como ángel, no justifica tu piedad por los años baldíos. ¿Cuántas veces al pie de la frontera se hizo tu piel el doble que te habita? Aquel deseo fue eclipsándose, traicionado y traidor -como mal mercader- que sólo obtuvo pérdidas y un hilo ...
Isla de Juan Antillón
erritorio rodeado de agua”. ¡Ah! Entonces para empezar están las grandes islas continentales América Eurasia África la Antártida. Y luego todas las otras islas conocidas como islas grandes medianas...
A todo o nada de Fernando Gril
es a todo o nada a todo o nada las representaciones del cielo a todo o nada Satanás y sus cómplices bastardos a todo a todo o nada las vígenes se violan mutuamente los poetas se aplauden entre ellos cada uno de nosotros se disfraza de su cuerpo a todo a todo o nada se juega la utopía ...
Septiembre,2 de Vicente Gallego
Es ahora la vida esta extraña y frecuente sensación de sopor y distancia, y es también una luz que vela el mundo: salir del caserón tras la comida, recorrer bajo el sol la carretera con los ojos ardientes del verano y sentarme en la roca frente al mar. Abandonarme entonces al sonido sin pausa ...
Diciendo qué cosa es amor de Jorge Manrique
Es amor fueza tan fuerte, que fuerza toda razón; una fuerza de tal suerte, que todo seso convierte en su fuerza y afición; una porfía forzosa que no se puede vencer, cuya fuerza porfiosa hazemos más poderosa queriéndonos defender. Es plazer en c ay dolores, dolor en c ay alegría, un pesar ...
El obstáculo de Olga Orozco
Es angosta la puerta y acaso la custodien negros perros hambrientos y guardias como perros, por más que no se vea sino el espacio alado, tal vez la muestra en blanco de una vertiginosa dentellada. Es estrecha e incierta y me corta el camino que promete con cada bienvenida, ...
Es árbol triste, seco y deshojado de Ana Antillón
Es árbol triste, seco y deshojado, añoso y pensativo tronco, rasgando los cabellos a las nieblas, mirándose en un charco pantanado, sorbiendo al trueno el resonido ronco, verdugo deslumbrado de tinieblas. Es un triste árbol; crece y no se muere, con las raíces en la arena y arraigadas las hojas ...
Es así la verdad de Ramón Fanelli
Es así la verdad a modo de una advertencia, tierra fugaz donde yacen las quimeras, caminamos sobre ellas como si fuesen polvo, dioses añejos fijate, con su tempestad morena. La poesía y los sueños también develan la tierra, soles que se apagan en un tambor de estrellas, obras de un siglo ...
Bajo los astros de Eliseo Diego
Es así que la casa deshabitada, por la tarde, suena de pronto como el cordaje de un barco. Vibran a solas los cristales vacíos, la penumbra quisiera conmovernos, y el animal pequeño, el de lustrosa piel en los rincones, trémulo huye, como siempre, a los altos...
Bajo tus miradas de Alfonsina Storni
Es bajo tus miradas donde nunca zozobro; es bajo tus miradas tranquilas donde cobro propiedades de agua; donde río, parlera, cubriéndome de flores como la enredadera. Es bajo tus miradas azules donde sobro para el duelo; despierto sueños nuevos y obro con tales esperanzas, ...
Sobre dolores de cabeza de Roque Dalton
Es bello ser comunista, aunque cause muchos dolores de cabeza. Y es que el dolor de cabeza de los comunistas se supone histórico, es decir que no cede ante las tabletas analgésicas sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra. Así es la cosa. Bajo el capitalismo ...
Amarla es difícil de Francisco Urondo
Es buena, cuando duerme; el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio que remonta los sueños. Cuando calla, es buena y su voz una premonición olvidada y peligrosa que arruina el silencio. Cuando grita o llora o se lamenta o se divierte o se cansa, nada puede contener este dolor ...