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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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2272 poemas con la letra "e"

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Hermanos de Eliseo Diego
El ron de mis mayores me protege contra el terror de ya no ser mañana. Timor mortis conturbat me. Me dice el frágil ido aquí a mi lado que él es mi hermano, y es verdad. Timor mortis conturbat me. Por nuestras venas corre el ron que un día sobre el cofre del muerto se...
Evocación de la doncella de Oscar Wong
El rostro dúctil de la niña, la sonrisa etérea de la niña, la cadera ansiosa de la niña, el rotundo bramido de las piernas de la niña. Retumba la ternura transparente en esta niña, el Amor transfigura el semblante complacido de la niña, la turbación retrocede ante el vigor minucioso de la niña. ...
El arca de los sueños (43) de Juana Rosa Pita
El rostro verdadero de los hombres se refleja en la espalda de la luna: cargadores de sueños bajo el bochorno tenso de un viejo mediodía que se estrenó en la medianoche de otra esfera y dura todavía: cargadores de sueños a pura voz y alma sembrando...
El vacío en escena de Pablo Baca
El ruido de la heladera que cesa de pronto y se puede escuchar el murmullo del televisor en el cuarto. También me pareció escuchar la voz de mi hijo. No hay nada más y todo parece estar en orden, pero yo sé por dónde entra el vacío en esta escena. Pienso: yo mismo soy el vacío. ...
El sabio de Poesía náhuatl
El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahuma. Un espejo horadado, un espejo agujereado por ambos lados. Suya es la tinta negra y roja, de él son los códices, de él son los libros de pinturas. El mismo es escritura y sabiduría. Es camino, guía veraz para otros. ...
Carta debajo del sapo de Daniel García Helder
El sapo común, que con la lengua caza los bichos al vuelo y salta, chueco, trillando los yuyos tórridos y espoleando las sombras, pardo, noctámbulo, bufón de la zanja, debe sin duda su aspecto al sapo singular del mundo de los arquetipos, que brinca sin hambre ni sed por la vegetación ...
Loqueros... relojeros... de León Felipe
El sapo iscariote y ladrón en la silla del juez, repartiendo castigos y premios ¡en nombre de Cristo, con la efigie de Cristo prendida en el pecho!... Y el hombre aquí de pie, firme, erguido, sereno, con el pulso normal, con la lengua en silencio, los ojos en sus cuencas y en su lugar los huesos. El sapo...
Bombix mori (Gusano de Seda)-Lección séptima de Dulce María Loynaz
Él se crea su mundo y se lo cierra: (¡Sueña en romperlo pronto con dos alas!) Mas, luego viene el hombre y de aquel hilo -mínimo mundo, vuelo en la promesa-, hace un vestido para su mujer.
Lázaro de Alvaro Urtecho
El seco estrépito de un repentino alzarse de palomas estremeció mis pasos. Fue como si algo se me escapará de la carne, sorprendida su raíz. Como si al muerto que guardo le levantaran la losa y por el mundo caminara ya sin nada entre las manos.
Poemas (7) de Julia Otxoa
El secreto de la poesía pertenece más al náufrago que al navegante. *** Bajo la sandalia un círculo vacío, sobre el sombrero una mariposa. *** La libre posesión del dolor, su dulce sombra, rehaciéndonos de nuevo, diminutos. *** Permanecer en la inquietud, permanecer en la inquietud, ...
Siquiera este refugio (III) de Angel Campos Pámpano
El secreto del aire se cifra en la cal enlucida del muro. Piedra sobre piedra, en el muro reconoces la luz del día, el agua de la lluvia, la sombra vertical de los veranos. Tu nombre, escrito desde hace años sobre el muro, se agrieta por momentos y tiende a desaparecer. ...
Segador de Carlos Pellicer
El segador, con pausas de música, segaba la tarde. Su hoz es tan fina, que siega las dulces espigas y siega la tarde. Segador que en dorados niveles camina con su ruido afilado, derrotando las finas alturas de oro echa abajo también el ocaso. Segaba las claras espigas. Su pausa era música. ...
Sembrador de Carlos Pellicer
El sembrador sembró la aurora; su brazo abarcaba el mar. En su mirada las montañas podían entrar. La tierra pautada de surcos oía los granos caer. De aquel ritmo sencillo y profundo melódicamente los árboles pusieron su danza a mecer. Sembrador silencioso: el sol ha crecido por tus mágicas manos. ...
Exilio de Nicolás Guillén
El Sena discurre circunspecto; civilizada linfa que saluda en silencio sacándose el sombrero. Mi patria en el recuerdo y yo en París clavado como un blando murciélago. ¡Quiero el avión que me lleve, con sus cuatro motores y un solo vuelo! Brilla sangre en el pecho de esa nube que pasa lenta ...
El señor que aparece de espaldas de Gonzalo Rojas
El señor que aparece de espaldas no es feliz, ha ido varias veces a Roma pero no es feliz, ha meado en Roma y no tiene por qué ocultarlo pero no es feliz, ha desaguado a lo largo de Asia desde los Urales a Vladivostock pero no es feliz, en excusados de lujo en África pero no es feliz, encima ...
Ser ante los ojos (A mediodía IX) de Gerardo Guinea Diez
El ser anida en el hombre y en el joven; una daga noble con alma de Toledo duerme en la esquina del tiempo; ellos son sueño, vigilia, polvo , atónita hasta el miedo, derrama su destello de oro y plata. Ellos se ven. Permanecen callados, la avara lengua les niega el vínculo. Siguen callados. ...
Ser ante los ojos (Al amanecer IV) de Gerardo Guinea Diez
El ser despojándose de su tintura, de su codicia, de su apetencia; el ser, devorándose a sí mismo; el ser y el hombre ¿el niño? apostilla de la soledad. El ser, anemia que provocó la insipidez de las horas y los días; el niño ¿el hombre? anticipo del ser, pregunta al revés, ...
Ser ante los ojos (Al atardecer XIII) de Gerardo Guinea Diez
El ser ha llegado, por fin, al umbral de los días nuevos, en su rostro se dibuja la ebriedad de la muerte, como la materia profunda de las piedras; ha reescrito a ciegas las señas de identidad de las heridas más profundas. Camina y calma su sed en los jardines desnudos que reflejan unos ojos ...
Ser ante los ojos (Al amanecer II) de Gerardo Guinea Diez
El ser resguardando lo verdadero y falso de nuestros espejos, ánimas desolladas por las hendeduras que nuestras sombras van dejando en los muros de calles de bisbiseos escatológicos, de manchas que testimonian tiempos escindidos, yugos floreados en llantos de olvidos; muros ...
Ser ante los ojos (En el umbral) de Gerardo Guinea Diez
El ser y todo el yo congregado, en la orilla del fin de siglo, en la pupila de un niño que jamás descifrará el cabreo del tiempo. El ser y todo el yo congregado. En la orilla del tiempo, en el margen más lejano, en donde nace el viento que sopla con la fuerza de Hércules. ...
Ser ante los ojos (A mediodía XI) de Gerardo Guinea Diez
El ser y todo yo congregado en un hondo corredor de espejos donde los sueños preceden al canto y al ingenuo entusiasmo de los hombres; el ser y todo el hedor de los prisioneros del tiempo, los que se quedaron en la orilla del reflejo; los que naufragaron y salieron a la playa ...
Ser ante los ojos (Al amanecer VII) de Gerardo Guinea Diez
El ser y un oleaje que sube, desde las paredes de la vieja casa, que sube, hasta las aturdidas torres, sitio de vigías y adormilados hombres que imaginan la ciudad, la de los perros callejeros, la de los muertos, la de las calladas avenidas, la ciudad, la del circo y sus tartamudos payasos, ...
Ser ante los ojos (A mediodía VIII) de Gerardo Guinea Diez
El ser, congregación de nubes en el cielo, níveo desierto que ordena en fila las viejas batallas. Al poniente, los lobos; al oriente, las oxidadas espadas en espera de reinos y fracasadas glorias. El ser, laberinto de tiempo detrás de la errante memoria, como los estoicos, balanza de espadas y cañones, ...
Mirándonos de reojo de Juan Antillón
El sexo es lo irracional. El amor por el contrario es de una coherencia perfecta pues como una maldición estarás condenado a amar en otros sólo lo que amarías...
Realidad horizontal de Claudia Herodier
El siglo esta aquí, abierto ante los ojos. Trae consigo la voz alzada, la voz nacida de la profunda América. Esa voz que a veces es borbollón de sangre manando por una grieta, y a veces, tan sólo a veces, es grito abierto en el aire y alarido de parturienta. Mas quién va con ella... Quién... ...
El cisne troquelado (La locura) de Juan Luis Martínez
El signo de los signos / el signo de los cisnes. El troquel con el nombre de cualquiera: el troquel anónimo de alguno que es ninguno: El Anónimo Troquel de la Desdicha :SIGNE CYGNE Le blanc de le MallarméCYGNE SIGNE (Analogía troquelada en anonimia): el no compaginado nombre ...
Catástrofe en la cocina de Luz Méndez De La Vega
El silbato de las hirvientes jarrillas rompe el silencio oloroso a cebolla en las limpias y pacíficas cocinas que se llenan de su música arcaica de viejo ferrocarril en miniatura. Las jarrillas de silbato han sido hechas para aquellos que olvidan siempre apagar la hornilla, como yo, para preocupación tuya. ...
Maldad de Manuel Altolaguirre
El silencio eres tú. Pleno como lo oscuro, incalculable como una gran llanura desierta, desolada, sin palmeras de música, sin flores, sin palabras. Para mi oído atento eres noche profunda sin auroras posibles. No oiré la luz del día, porque tu orgullo terco, rubio y alto, lo impide. ...
Dormir acompañado de Jorge Ortega
El silencio es el arte de la quietud extrema, el voto de autosuficiencia que procura el vigilante de una noche sin sueño. Alguien duerme a mi lado desde hace media hora, alguien cuya respiración es un eco ilimitado en el brocal de mi cuerpo. Prohibido replegarse: ...
Carta para la víbora de Rodrigo Carrillo
El silencio te parece prestado que no es de tu talla nunca te has visto desnuda Hablas de la noche porque está en los relojes eres alérgica al terciopelo y a las estrellas por eso nunca te has vestido de gala Tus pláticas siempre son iguales sabes muy poco te gusta bordar defectos en la piel ...
ch- (de Urca *) de Graciela Cros
El silencio, tormenta del pasado, botín de incertidumbre, expande su contorno al revés de la lluvia queen Urca se retrae Ni sonar de teléfono ni puño que a la puerta golpee ni carta con vistosas estampillas de una ciudad al sur Curiosa caja china de mudez mercenaria:con ojos de muaré alguien ...
El silencio de Francisco Pino
El silencio, ¿un mutismo? ¿Musita el horizonte o tu propio interior? Griterío ese árbol de la caoba, ¿harina o tu propio interior? Lo salvaje, ¿esos tigres en oasis? ¿dormidos? ¿o tu propio interior? Te escuchas... ¡tan lejano!... ¿eres tú lejanía o tu propio interior?
Habaneras (II) de María Elena Blanco
el sillón, el luto eterno, la risa, las uñas metidas en la tierra o el fango señora de traspatio y gallinas, señora del jardín, o en la alquimia de una gastronomía acuosa (sopa de arroz, sopa de pescado) pastosa (tamal en cazuela, harina de maíz) untuosa (buñuelos, torrejas, quimbombó) ...
El sitio en que tan bien se está de Eliseo Diego
EL sitio donde gustamos las costumbres, las distracciones y demoras de la suerte, y el sabor breve por más que sea denso, difícil de cruzarlo como fragancia de madera, el nocturno café, bueno para decir esto es la vida, confúndanse la tarde y el gusto, no pase nada, todo sea lento...
Telenovela de Rosario Castellanos
El sitio que dejó vacante Homero, el centro que ocupaba Scherezada (o antes de la invención del lenguaje, el lugar en que se congregaba la gente de la tribu para escuchar al fuego) ahora está ocupado por la Gran Caja Idiota. Los hermanos olvidan sus rencillas y fraternizan en el mismo sofá; ...
Poema a mi Sobrenada de Gonzalo Arango
el sobretodo es mi mejor amigo bebemos vino de consagrar en los viñedos y nos emborrachamos, compartimos el amor con las mujeres. mi sobretodo es sensual y seductor. en la cárcel era un colchón en los prostíbulos era un refugio con las manos hundidas en los bolsillos que me salvaba ...
Paisaje de Piedad Bonnet
El sol de mediodía, su luz sonámbula, el recio azul del cielo tirante y sordo, el aire y su ondulante resplandor de hojalata, las vacas tardas, tontas, en el verde infinito, y las moscas zumbonas, tornasoladas, su círculo de muerte coronando el silencio; los ojos como espejos, ...
La parra de mi balcón de Miguel de Unamuno
El sol de otoño ciernes de mi alcoba en el ancho balcón, rectoral parra que de zarcillos con la tierna garra prendes su hierro. Y rimo alguna trova en ratos que el oficio no me roba a tu susurro, de esta tierra charra viejo eco de canción. No irán a jarra cual las que sufren del lagar la soba, ...
XI (acá el agua está muerta de verdad) de Daniel García Helder
El sol deformado tras un culo de botella en un cielo con emplomaduras sobre la cabecera del puente, negros los fierros, negra el agua, gris sucio el smog por toda conciencia fluctuando en la tibia compota otoñal. Fletar muertos de una orilla a otra la misión del botero, ...
Trowbridge Street de Octavio Paz
El sol dentro del día El frío dentro del sol. Calles sin nadie autos parados Todavía no hay nieve hay viento viento Arde todavía en el aire helado un arbolito rojo Hablo con él al hablar contigo 2 Estoy en un cuarto abandonado del lenguaje Tú estás...
Trabajar para la muerte de Idea Vilariño
El sol el sol su lumbre su afectuoso cuidado su coraje su gracia su olor caliente su alto en la mitad del día cayéndose y trepando por lo oscuro del cielo tambaleándose y de oro como un borracho puro. Días de días noches temporadas para vivir así para morirse por favor por favor mano tendida ...
Sueño de Juan Manuel Roca
El sol fulge entre la fronda Donde los niños duermen Y cruza bostezando un ángel rojo. Lejos, los patios de vecindad se llenan De gentes que remiendan el aire Con la aguja de su parla rumorosa. Alguien siembra un cortejo de astros. Entre sagrados juegos Y blancas catacumbas, ...
Cosas absurdas de Rosa Amelia Alvarado Roca
El sol me conoce bien sale cada mañana,pero se acuesta cuando yo quiero, a veces duerme al mediodía, a veces padece de insomnio, entra por la ventana con la familiaridad del dueño de casa, se mira largamente en el espejo, me sonríe,me hace un guiño, por un momento se queda ...
Desde la pupila del buitre (El sol nace...) de Johanna Godoy
El sol nace en la acera entre signos absurdos y muerte Luces desgarradas se precipitan en masa vociferante La muerte dice millones de flores Gusanos corrompen las sienes del que fue feliz Nadie calle para siempre En la boca de los muertos se fermenta la verdad
El sol nace en tu ingle de Ana Istarú
El sol nace en tu ingle, eleva con su esfuerzo de dios pequeñito la torre de tu cuerpo, grave como él, y leve. Su puño dorado va erigiendo tu pene (envidia del arcángel sin sexo a que atenerse) hasta alcanzar la punta de labio donde endulzas tu gota de varón y la sostienes, ...
Cinco haikús de Los haikús del tren de Eduardo Moga
El sol poniente orina óxido y oro. Un estornino. * Asperja rojos el cielo acuchillado. La luz se agrieta. * Bajo los álamos, las sombras amamantan grumos de nieve. * La tarde se hace metacrilato y sueño en el vagón. * Alguien bosteza ruidosamente. Fuera, una amapola. ...
Miami flamingo de Enzia Verduchi
El sol que baña la costa Florida no es el mismo que engarza en el sueño del niño. Flamingo de yeso y plástico, flamígera Habana Chica. ¿Se puede ser hipócrita a los seis años? La ilusión va en portalápices, en la bolsa sin fondo de mi madre, en las cachuchas beisboleras de los viejos ...
Temores de Juan Gelman
El sol que cunde ayuda cuando los fantasmas del mediodía aparecen. Temen por el futuro y se preguntan sobre su duración. No quieren irse, morirse de una vez. Prefieren la noche y la salpican con sangre. De: Valer la pena Volumen CDLXXVIII de la colección Visor de poesía VISOR LIBROS ...
Belleza del astrónomo de Vicente Quirarte
El Sol que nos alumbra no es un sol presente: ocho minutos tarda en llegar a la Tierra. Cuando dejas la casa la hermosura prospera: tu perfume en la cama lentamente madura como un sol generoso que en presente redime la pequeña hecatombe de la alcoba desierta, la memoria ...
El sol se había caído... de Norah Lange
El sol se había caído con las alas rotassobre un Poniente. Tus ojos se llenaron de crepúsculos pálidos. Vino el vacío eterno de tu presencia y todas mis horas se llenaron de distancias. Tus lágrimas se deslizan por la pendiente de un recuerdo. El rosario de tus besos ...