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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1807 poemas con la letra "e"

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Esa alondra de niebla de José Luis Cano
Esa alondra de niebla que sostienes sobre el hálito malva de tu cima, esa guirnalda matinal que arrima un levante purísimo a tus sienes. Pálida el alma y desmayada tienes, mas tu sangre de roca no la anima a saltarse las trombas de tu clima durísimo de vientos y vaivenes. ...
Araña dorada de Olga Edith Romero
Esa araña dorada que vive en tu jardín es la misma que se instaló una noche en medio de mis ojos. Perforó mi frente y estableció su casa nadie pudo sacarla. Se irá cuando ella quiera (Tal vez no se irá nunca) O ya se ha ido.
Esa blanca flor de Etnairis Rivera
Esa blanca flor, que en la mañana al abrirse, hace de tu día una celebración, trae el ilusorio encanto de una beldad enloquecida de deseo. Ávida de la más desesperada estación de fuego, esa blanca flor conoce todos los secretos del éxtasis posibles de alcanzar en la tierra, ...
Si no es con tu presencia de José Eugenio Sánchez
esa canción se toma mi vida de un sólo trago esa canción me detiene en los muelles de tus piernas esa canción es una esponja en tu mirada y me lleva de tu sombra a tu bahía esa canción es una copa de nocturno tinto y tengo sed de luz cruda de estrellas ...
Palabras de Tersites de Guillermo Carnero
Esa carcasa ocre es Helena, la gracia de la nuca aureolada de cabellos lúcidos. Los que la amaron son inmortales ahí, en la tierra inverniza, o bien envejecieron con una pierna rota dislocada para mendigar unos vasos de vino- y yo, el giboso, el patizambo, me acuerdo algunas veces ...
Ésa es tu pena de Olga Orozco
Ésa es tu pena. Tiene la forma de un cristal de nieve que no podría existir si no existieras y el perfume del viento que acarició el plumaje de los amaneceres que no vuelven. Colócala a la altura de tus ojos y mira cómo irradia con un fulgor azul de fondo de leyenda, o rojizo, como vitral de ...
Amado dueño mío de Márgara Russotto
Esa ignorante mujer cuyo estudio no ha pasado de ratos lame la sal de la ausencia y te extraña y agita su celo de perra en la calma espera tanta. Corta las venas la aguda canción de las estrellas heladas. Es tan tarde y no vienes oh amigo oh Fabio mío Inclínate a ella una vez más te pido. ...
Gaviotas de Héctor Rosales
Esa larga bufanda de arena que calienta mi andar, estirada junto a los líquidos umbrales, tiene alas. Ellas se llevan los pesares somnolientos que verano ha reunido en su casa. Anónima entonces el alma, libre, más liviana. ¿Qué quedó de mí en esta franja?...
Mariposa azul emprende vuelo de Jaime Augusto Shelley
Esa mañana de luz encrucijada lo vivido del polen, el ansia en convulsión y un abrazo que parece ser el último, dejaban cristalinas casi transparentes veladuras en el desasosiego del lecho tendido entre las flores. No se mide un instante ni dura en precisión más o más. No existe, tampoco, ...
Retrato de mano sin dama de Jairo Guzmán
esa mano es un arrebol en el cielo del bar se despide sin decir adiós cuando las nubes de humo envuelven a los juerguistas y nos quedamos mudos extraviados en dédalo de sonidos vida que se nos va como música (Poema proporcionado por el autor)
Esa mano... de Pedro Piccatto
Esa mano que en el alba del mundo repartió la amargura y la belleza eligió la amatista para darle el imperio de los sueños. Y dándole el imperio de los sueños le dio el imperio de la poesía. ... Un silencio de flor, de cielo y nube se mueve y se levanta en su interior. (ÁNGEL AMARGO, XIV) ...
Esa mujer de Juan Daniel Perrotta
Esa mujer me puede me seduce Su mirada ausente lejana no evoca otros hombres no me mide no pretende ni espera nada Esa mujer de piernas como escarbadientes perdida entre mis brazos es pacífica y luminosa Dibuja sonrisas Está ajena al ántrax a los top ten prefabricados ...
Una vez lo dije pero ahora ha vuelto a suceder de Eduardo Langagne
Esa mujer paseaba con su aroma Un día trajo sus labios acostumbrados a la guerra y un ciclón adentro de su blusa entonces sobrevino la catástrofe
Cerezas de Juan Gelman
esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo izquierdo cuando le dan de amar/ y un beso antes todavía/ pisaba el mundo corrigiendo la noche con un pretexto cualquiera/en realidad ...
Soneto de Vinicius De Moraes
Esa mujer que se arroja fría y lúbrica en los brazos, y a sus senos. Me aprieta, me besa y balbucea versos, rezos a Dios, votos obscenos. Esa mujer, flor de melancolía que ríe de mis pálidos recelos, la única entre todas a quien di caricias que jamás a otra daría. Esa mujer que a cada amor ...
Autobiografía de Aída Elena Párraga
Esa mujer que ves ahí no tiene nada. Sus manos no saben de anillos pero anidan mariposas, no tiene más adorno sobre su pecho que dos enhiestas esmeraldas, ni más vestido que la cubra que las huellas que un amante le dejara. Esa mujer que ves ahí anda desde siempre pie descalza y no ...
Gotán de Juan Gelman
Esa mujer se parecía a la palabra nunca, desde la nuca le subía un encanto particular, una especie de olvido donde guardar los ojos, esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo. Atención atención yo gritaba atención pero ella invadía como el amor, como la noche, ...
Memorias de inmigrantes de José Antonio Cedrón
Esa mujer tenía ojos azules cuando entró lastimando con su carga el revoque. Valijas de cartón, jaulas de alambre. Si no fuera que un día le dejara pintarse los labios a sus hijas, sería un pestañeo la melodía fácil que le cambió el acento, aquel olor a sal que se fue con las lluvias ...
El principio de Giovanna Pollarolo
Esa navidad le regalé una almohada. Una almohada no es más que eso: un regalo. Pudo haber sido un libro una corbata, un perfume, un reloj. Pero le regaléuna almohada. Esa navidad él me contó que yo ya no estaba en sus sueños: había visto muchas puertas y oscuros callejones. ...
Una sirena eterna (XII) de Isolda Dosamantes
Esa noche en que los médicos miraban en silencio el plenilunio, un canto emergió del cenote, una voz milenaria de escamas enloqueció a los hombres. Los que tuvieron suerte son esos sordos que caminan con un arco en la mano. Selección del poemario inédito ...
Reo a muerte de Manuel Acuña
Esa noche, ardiendo el pueblo de animacion y entusiasmo bajo el influjo sublime de tu genio soberano, todo era bravos y dianas, todo era vivas y aplausos, todo cariño en los ojos todo cariño en los labios, y todo flores, laureles, admiración y ... entretanto, allá muy lejos, muy lejos, sonando ...
La mirada de Luis Raúl Calvo
Esa pesada carga del deseo purifica la razón del violinista. Ella sabe que el virtual descubrimiento pasa por sus ojos allí donde los monstruos más sagrados atormentan el caldo del cartero. Imperfecta y deleznable su piel amarga restituye al visionario de Manhattan. ...
El sur, el sueño de Irene Sánchez Carrón
Esa vana costumbre que me inclinaAl Sur, a cierta puerta, a cierta esquina. J. L. Borges Todo se ha ido borrando tiempo adentro y he vuelto al sur inmóvil de la siesta. Tú tal vez dormirás en la penumbra de altos techos de cal. Te estoy buscando entre el calor sin horas de la tarde ...
André Breton cumple cien años y está bien de Gonzalo Rojas
Esa vez que murió Breton nos juntamos todos a bailar. ¡Por Nadja! decíamos tirando al aire las copas contra las estrellas, y él miraba la farsa y daba cuerda a su reloj de polvo:Es que no hay Eternidad, muchachos, es que no hay Eternidad .
Ventanas de otros días (10) de John Freddy Galindo
Esa voz de nuevo como un trueno en el cielo de este cuerpo no dice nada tan solo aguarda vigila miradas sobre el hombro de la noche De: Ventanas de otros días
Envía una rosa a la virreina de Sor Juana Inés de la Cruz
Ésa, que alegre y ufana, de carmín fragante esmero, del tiempo al ardor primero se encendió llama de grana; preludio de la mañana del rosicler más ufano es primicia del verano, Lisi divina, que en fe de que ladebió a tu pie la sacrifica tu mano. ...
Recuerda de Rosa Romojaro
Esas copas que brillan como llama y que laten al tacto de metales ligeros -tantas copas-; esa trama que, sobre cal, dibujan, verticales, las hileras de libros en tapices de olvido -tantos libros-; todos esos atajos y caminos de matices parejos que descubre la luz, ...
Fantasma de Fernando Charry Lara
Esbelta sombra dulce, sombra con ademán de entrega, cuerpo en forma de cielo y sueño, reposas en el aire, rompes el silencio con el corazón a borbotones, pero me dejas en suspenso, extraña. sólo palpitación, sólo deseo, hallazgo imprevisto de mi destino ignorado. ...
La vicuña de Javier del Granado
Esbelta y ágil la gentil vicuña rauda atraviesa por la hirsuta loma, y en su nervioso remo de paloma, las graníticas rocas apezuña. El sol de gemas, en su disco acuña, la testa erguida que al abismo asoma, y en sus pupilas de obsidiana doma la catarata que el alfanje empuña. Su grácil cuello ...
Asalto al sol 10 de Heddy Navarro Harris
Escalen rodillas los montes uñas abrazan los trocos se espantan te ven Me hacen señas Desde la cumbre de los picos te miro Tu frente a mi frente Expando alas de cabellos y a pechos sueltos arranco de la tierra
Escalo el Himalaya… de David Escobar Galindo
Escalo el Himalaya, pensador calisténico. subo al Kilimanjaro, asceta memorioso. Remonto el Cotopaxi, vigía planetario, Asciendo los volcanes paralelos, buscador de mensajes. Pero para alcanzar la cumbre
Una mujer en la escalera de Leopoldo de Luis
Escalón a escalón, una cansada mujer asciende como si del centro de la tierra subiera. De allá adentro honda sombra retiene en la mirada Implacable le impone la escalera su destino de tramos sucesivos. Muertos ahora parecen los que vivos deseos fueron de la primavera ...
Delicias de Julio Llinás
Escapaba hacia los grandes templos, catedrales del Gin, santuarios del comercio la política, puentes y cárceles, delicias. Y el astillero sagrado de la Ciencia. Abandonaba algunas plantas amistosas y una morada invisible. Amaba el brillo de esas fieras que se descubren en el canto ...
Incitación de Ana Rossetti
Escapémonos, huyamos a los cómplices días de la niñez. Perdámonos inermes por los intensos vértigos de la piel insabida. Confundidos, al no encontrar los nombres para tanto esplendor, inventaremos fórmulas de un idioma secreto: como antes. Extraviémonos por la gran ...
Bestias y ansiedades de Eleazar Rivera
Escarabajos con cuernos de marfil vienen todas las noches a mi sueño Brindo con el abuelo de los escorpiones y recojo piedras de los libros Hay mares y ríos y lagos y muchas comarcas de agua y no puedo ahogarme
Escarnecido, aclimatado al bien, mórbido, hurente... de César Vallejo
Escarnecido, aclimatado al bien, mórbido, hurente, doblo el cabo carnal y juego a copas, donde acaban en moscas los destinos, donde comí y bebí de lo que me hunde. Monumental adarme, féretro numeral, los de mi deuda, los de mi deuda, cuando caigo altamente, ...
Escondida en tus cabellos de Lucero Alanís de Gurrola
Escondida en tus cabellos de lavanda y tabaco quiero pensarte como una alondra un pavo real que me corona fugaz el sabor de tu lengua amargo chocolate muerdo tu respiración en palpitar de sábanas vírgenes cómo caminar sin tus pasos o mendigar tres lágrimas bajo la furia del sol ...
Viaje con regreso de José María Hinojosa
Escondido en la luz, mi cuerpo todo luz, difuminóse dejando un surco leve abierto, por la estela de la noche. Nadie oye el ruido de los pasos perdidos en tinieblas; de mis pasos opacos desmoronados sobre mi cabeza. Ya preso entre paréntesis, la luna acalla el ritmo de sus olas, ...
Escondido en los muros de Luis Cernuda
Escondido en los muros este jardín me brinda sus ramas y sus aguas de secreta delicia. Qué silencio. ¿Es así el mundo?... Cruz al cielo desfilando paisajes, risueño hacia lo lejos. Tierra indolente. En vano resplandece el destino. Junto a las aguas quietas sueño y pienso que vivo. ...
Voces de Gonzalo Osses – Vilches
Escribe pobre engendro Nerudiano, pero esta noche no escribas los versos más tristes, escribe de una vez las rimas más alegres, pero escríbelas tú ¡No se las copies a Bécquer! Escribe, maldito amante despreciado, escribe algo puro, que no se refleje tu alma, cántale a tu sombra ...
Luna de Juan Gelman
Escribe porque la vida lo escribe y cree que escribe sobre lo que ella no sabe: el otoño maestro de la espera, el dolor de haber sentido dolor, el pájaro que vuela en la hora presente para convertirla en pasado. Las imágenes componen el mundo y el sol que dora la ciudad parece harina caliente ...
Luna de Juan Gelman
Escribe porque la vida lo escribe y cree que escribe sobre lo que ella no sabe: el otoño maestro de la espera, el dolor de haber sentido dolor, el pájaro que vuela en la hora presente para convertirla en pasado. Las imágenes componen el mundo y el sol que dora la ciudad parece harina caliente ...
Arte poética de Antonio Brañas
Escribe sin descanso, con fe, cólera, envidia, amor, ilusionadamente, sin esperanza. Escribe como quien cierra ua puerta de una a otra nada. Estás vivo: te hiere el engaño de palabras técnicamente reunidas, lloras por el pequeño hilo del manantial que pasa olidándote. Júntalo en ...
El pago de Juan Gelman
Escribe y se expulsa a sí mismo. Entonces son posibles sueños que no soñó y todo lo que habita su vacío: monstruos, ángeles, criaturas que no lo reconocen y él no podrá tocar con las manos cortadas. De: Valer la pena Volumen CDLXXVIII de la colección Visor de poesía VISOR LIBROS ...
Escribes... de Julio César Aguilar
Escribes bajo el fulgor de la noche, sintiendo su influjo como un llamado a la escritura. Piensas entonces que la noche uno a uno te dictará los versos. Pero en verdad, nada dice. Solamente los grillos, entre sí, se dicen su cuento; ah, y también las lechuzas. Sigues esperando que la noche te hable, ...
Anacusia de Jaime Augusto Shelley
Escribía sobre el amor, ¡Como si no tuviera otras que decir, más importantes! Sobre cosas que pasan, sobre miasmas de siempre, acerca de pólipos y amibas, y eso sobre el amor . Caía sobre de ello, sobre de ellas tres, hembras de mi alquimia. Escribía sobre ti, yo mismo y otra. ...
La casa de las odas de Pablo Neruda
Escribiendo estas odas en este año mil novecientos cincuenta y cinco, desplegando y tañendo mi lira obligatoria y rumorosa sé lo que soy y adonde va mi canto. Comprendo que el comprador de mitos y misterios entre en mi casa de odas, hecha con adobe y madera, ...
Estofado de Luisa Futoransky
Escribir con la paciencia de un entomólogo, la displicencia de un dandy y la febrilidad del buscador de oro. El poema, la más frágil transparencia nupcial.
Escribir de un modo más contemporáneo... de Eduardo Milán
Escribir de un modo más contemporáneo: a como viene el tiempo. A como la vida pasa: no entera, por fragmentos. Así escriben hoy en Francia, en Alemania, en Brasil, en Estados Unidos los poetas. Son lo mejor que han dado los poetas, los músicos, los desobedientes en el supuesto caso ...
Escribir el instante de Teresa Martín Taffarel
Escribir el instante que no es poco. Inventarlo, intentarlo con palabras indóciles. Acomodar los signos en desacuerdo con el día. Saber un poco más o un poco menos. Y adivinar que mañana habrá otro borrador indescifrable. Selección: Guido Ferrer