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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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2272 poemas con la letra "e"

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Muertos de José Asunción Silva
En los húmedos bosques, en otoño, al llegar de los fríos, cuando rojas, vuelan sobre los musgos y las ramas, en torbellinos, las marchitas hojas, la niebla al extenderse en el vacío le da al paisaje mustio un tono incierto y el follaje do huyó la savia ardiente tiene un adiós para el verano muerto ...
Las pequeñas cosas de Pedro Enríquez
En los mástiles de la cera ondula la sensualidad un temblor de infinito avanza en las velas y en el aire un misterio de figuras inventaavenidas sin relieve senos de la sombra Cuántas noches este universo sin límites provoca pesadillas de nieve caminos sin presencia criaturas ...
En los ojos abiertos de los muertos... de Jaime Sabines
En los ojos abiertos de los muertos ¡qué fulgor extraño, qué humedad ligera! Tapiz de aire en la pupila inmóvil, velo de sombra, luz tierna. En los ojos de los amantes muertos el amor vela. Los ojos son como una puerta infranqueable, codiciada, entreabierta...
Exorcismo de José Luis Villatoro
En los ojos llevas un pez muerto -un pez nocturno- y un pájaro disecado. Ha de ser por miedo -el miedo a la libertad de expresión que padecen los analfabetos. Pero ayer te exorcisaron y te dieron permiso para otros menesteres -gracias señoresbuhoneros de la verdad- así que ahora ...
Los fantasmas de Eleazar Rivera
En los postigos de tu casa viven voces ancestrales En las yacijas hay fantasmas de los exámines que aún viven En una botella guardo los restos de mi memoria
Autopista de Ploeisti de Sergio Badilla
En los suburbios de Bucarest la nieve se transforma en lluvia en el otoño. Las grullas errantes que vienen camino de las estepas rusas bajan en las verdes colinas del Otopeni y se aparean. El Danubio no está lejos de aquí y los bogantes cantan al ritmo de los remos. ...
Oración de Humberto Ak´Abal
En los templos sólo se oye la oración de los árboles convertidos en bancas.
Karma de Inmaculada Mengíbar
En los últimos años, Ulises y Penélope han realizado algunas visitas a una bruja: Siempre salía yo. Y por más que él negara cualquier cosa, me dice que Penélope se ha puesto como loca a restaurar las redes y a la vez a buscar apartamento. Y que ahora es el fin. Que por eso ha venido. ...
La alameda de Rafael López
En los veranos rojos, cuando a los mediodías desata los bozales de sus perros el sol, ¿quién no gozó tu abrigo, quién ignoró las pías frescuras que derrama tu inmenso parasol? ¿Quién, en el sueño rosa del minuto romántico, no, tembloroso y pálido, se detuvo al pasar bajo tu fronda amiga, ...
Himno al sol de José María Heredia
En los yermos del mar, donde habitas, Alza ¡oh Musa! tu voz elocuente: Lo infinito circunda tu frente, Lo infinito sostiene tus pies. Ven: al bronco rugir de las ondas Une acento tan fiero y sublime, Que mi pecho entibiado reanime, Y mi frente ilumine otra vez. Las estrellas en torno se apagan, ...
Pasado de María Montero
En lugar del beso de un ángel lo que poseo es una piedra. Supe que era mía cuando ya rodaba junto a mi pie. Eterna y triste pateo el suelo pero sólo me acompaña el polvo de todo lo que nunca...
Luis Cernuda de Juan Luis Panero
En Madrid, donde me dieron la noticia de tu muerte, en Sevilla, años después, en una extraña primavera, en Londres, repitiendo tantas veces el sonido de tu voz, el roce de tu mano. En New York, mirando caer la nieve -junto a aquel cuerpo que tanto quise-, y en México, bajo la lluvia, ...
Memoria de un fuerte de Juana Rosa Pita
En Margarita está linda la mar: la muchacha que fui se lo decía al viento acariciante de Juangriego (insinuaba crepúsculo) reclinada en el cañón del fuerte ajena a las piratas palabras y al cerco de los sueños Hamacas prometiéndose a una nube pescadores besados de nostalgia...
Gramática de mamá de José Kozer
En mayo, qué ave era la que amó mamá. o hablo de las mimosas. Dice que no recuerda el nombre de los ríos que circunscribían supueblo natal: aunque siempre se ahogaban un varón y una hembra en verano un varón y una hembra en verano. ...
En medio de las risas... de Jaime Sabines
En medio de las risas y testigo del llanto, oyendo y viendo gentes remotas a mi lado, en una soledad sin palabras ni gestos, acaso solo y triste, me doy cuenta, me hablo. Por este no morirme me estoy muriendo a diario. Desde mi cuerpo grito noche a noche, me espanto...
En medio de todo esto... de Julia Otxoa
En medio de todo esto los niños siguen arrojando sus caídos dientes a la luna suplicando nuevos alfabetos de hueso para nombrar la vida. Poema seleccionado por la autora
El poeta y la luna de Vinicius De Moraes
En medio de un cristal de ecos El poeta va por la calle Sus ojos verdes de éter Abren cavernas en la luna. La luna vuelta de costado Erizada de lujuria El poeta, alocado y blanco Palpa las nalgas de la luna. Entre las esferas brillantes Centellean pelos dorados El poeta, de mirar durmiente ...
Nocturno en que nada se oye de Xavier Villaurrutia
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte en esta soledad sin paredes al tiempo que huyeron los ángulos en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre para salir en un momento tan lento en un interminable ...
En el medio mismo del día de Eliseo Diego
En medio de una rugiente avalancha de luz está mi padre. La luz arranca destellos, no, de saltos de furiosa nieve a la pequeña escalinata que mi padre diseñó desde un humilde orgullo, y vuelan en astillas de luz los troncos de las palmas. Cómo sus ropas arden en blanquísimas ascuas...
Caballo de Guernica (53) de Guillermo Pilía
En medio del bullicio de la tarde puedo escuchar mi voz, pura herrumbre de puerto abandonado. Y es como si buscara en tierra firme la soledad de las aguas abiertas donde nacen las islas. Ansias de clara palabra, de sílaba de acento luminoso, como moneda en la taza de un ciego. ...
La aldea de Manuel Felipe Rugeles
En mi aldea cuando niño nunca creí en otra aldea, nunca soñé en otra tierra. Recortaba sus crepúsculos y apacentaba sus nieblas. Cristales me daba el río, pájaros me dio la huerta. Con un caracol de monte vida tuvo una flor nueva. Preso entre cuatro horizontes pasé ...
En mi alma podrida... de Leopoldo María Panero
En mi alma podrida atufa el hedor a triunfo la cabalgata de mi cuerpo en ruinas adonde mis manos para mostrar la victoria se agarran al poema y caen y una vieja muestra su culo sonrosado a la victoria pálida del papel en llamas, desnudo, de rodillas, ...
Antífora de Luis G. Urbina
En mi angustia, callada y escondida, sé tú como enfermera bondadosa, cuya mano ideal viene y se posa, llena de suave bálsamo, en la herida. Ríe en mi tedio sepulcral guarida como un rayo de sol en una fosa; perfuma, como un pétalo de rosa, el fango y la impureza de mi vida. Del corazón en el silencio, ...
Asesinato sideral de Carmen Alardín
En mi aposento tengo un prisionero que no soy yo, que no eres tú, que no es aquel que nos rompió los huesos por fabricar collares. En mi aposento tengo un prisionero que galopa en mis sienes y que me hace sudar, callar o blasfemar; y sin embargo tengo que clavarlo cada día ...
Resurrección de Rosaura Álvarez
En mi carne sin tiempo: tacto, fuego, brillos inmarcesibles. Añafiles desde mis altas torres lo pregonan, Héspero lo pregona, más tus labios. Aquí el instante, río de agua negra, allí la mar, opalescente el mar. ¡Mi sangre, tu materia, la Materia! Fue un sueño, invidencia, la ceniza. ...
Blues de la casa de Antonio Gamoneda
En mi casa están vacías las paredes y yo sufro mirando la cal fría. Mi casa tiene puertas y ventanas: no puedo soportar tanto agujero. Aquí vive mi madre con sus lentes. Aquí está mi mujer con sus cabellos. Aquí viven mis hijas con sus ojos. ¿Por qué sufro mirando...
En mi casa vivían magrebíes de Belén Reyes
En mi casa vivían magrebíes. Se fueron sin pagar, dice el casero. La portera me paró en el descansillo: -qué bien que hayas venido, tú no sabes.. lo guarros que eran estos moros. Vivían un montón y entraban y salían, recogían muebles de la calle, no sabes que trajín tenían.. ...
El deshollinador de Enriqueta Ochoa
En mi centro amanecía Dios con su diamante de agua ensimismada, derramándola allí donde la yerba azul del verbo sin cercos corría limpia escalando hasta el borde de los labios. Pero redonda es la vida y en sus ruedas sorpresivas llegó de improviso el medio día. El verano galopó...
En mi cielo al crepúsculo ... (Poema XVI) de Pablo Neruda
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube y tu color y forma son como yo los quiero Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el agrio vino mío es más dulce en tus labios: ¡oh segadora de mi canción ...
Complementarios de Octavio Paz
En mi cuerpo tu buscas al monte, a su sol enterrado en el bosque. En tu cuerpo yo busco la barca...
La primavera de Juan Ramón Jiménez
En mi duermevela matinal, me malhumora una endiablada chillería de chiquillos. Por fin, sin poder dormir más, me echo, desesperado, de la cama. Entonces, al mirar al campo por la ventana abierta, me doy cuenta de que los que alborotan son los pájaros. Salgo al huerto ...
En mi gemido (Poema XXXI) de Jacobo Fijman
En mi gemido conté mi soledad envejecida; conté todas las noches de mis días. Mis huesos cantan el misterio del mundo. El agua perturbada de mi reposo. Me veo en mi gemido según pavores de inocencia. Paz, paz: oído de mis palabras. El ruego alcanza oído a mis palabras carne sanada; ...
En mi habitación tejo el viento de Mía Gallegos
En mi habitación tejo el viento. Ignoro si son remotas mis lágrimas o si están guardadas al lado de amarillas fotografías, junto a dedales y agujas que sollozaron. Cavilo uniendo las puntas de la aguja con la lana. Desatiendo la espera. Tejo y olvido. De pronto pierdo el punto y un agujero ...
Contracorriente de Otoniel Guevara
En mi infancia corría un río que me pertenecía Me hizo creer que su aroma de piedra encantada era como las simples palabras de mi madre Lo contemplaba adquirir el color de las cosasque iba resucitando: una rama con hojas transparentes la indecible alegría de mis compañeros ...
Eternidad de Dulce María Loynaz
En mi jardín hay rosas: Yo no te quiero dar las rosas que mañana... Mañana no tendrás. En mi jardín hay pájaros con cantos de cristal: No te los doy, que tienen alas para volar... En mi jardín abejas labran fino panal: ¡Dulzura de un minuto... no te la quiero dar! Para ti lo infinito...
España y poesía, viejita y regañada de Enrique Falcón
En mi país cocido de lejos buenamente con las tripas afuera los poetas comen jeringuillas con leche carne de avestruz brotan de las cuevas con un poco de saliva se derraman por el campo como niños sin dientes. En mi país cuchillo en las trenzas de los buenos empresarios no hay huelgas...
Guerras en mi país de José María Cuéllar
En mi país hubo guerras donde parieron los fusiles Su huevo de sombra Y los aviones de mil novecientos cuarenta Pasaron secando la leche de las cabras Todo fue mayúsculo y los pequeños gestos se volvieron Dorados En mi país hubo una guerra Con generales y campos de batalla ...
Oda a la joven luz de Eliseo Diego
En mi país la luz es mucho más que el tiempo, se demora con extraña delicia en los contornos militares de todo, en las reliquias escuetas del diluvio. La luz en mi país resiste a la memoria como el oro al sudor de la codicia, perdura entre sí misma, nos ignora desde su ajeno...
Cantiga XV de Jaime Ferrán
En mi país, alto como un castillo, cercado por el viento y por el mar, en su mole roquera y olvidada Tú encontraste morada natural. Desde la áspera piedra pirenaica hasta el vendido Sur de Gibraltar Tú elegiste mis campos cenicientos, mi luz perdida, el árbol sideral de mi torreón batido...
Yerma de Dina Posada
En mí terminaron la sangre la costumbre historia repetida de abuelo a padre de padre a hijo Yo puse fin a las facciones color de piel modo de andar forma de ser Acabé la leyenda la fantasía en mí murieron prolongación y raza.
Estratos de Fabricio Estrada
En mí yace lo extinto, el grave rumor de lo que pronto se acaba. En mis ojos consumidos paisajes y el frágil vuelo del sonido; gestos de pez tribolites de tinta. Cuán poco dura el romance entre la belleza y el asombro; apenas un fósil, la burbuja de una estrella estallando...
Otro aparte de Carmen Boullosa
En mí, por otra parte, calmo dormitorio, necia, entre paréntesis, como si no entendiera que esto se acabó: Atrás de las ventanas, aúlla la Patria, la escucho hasta aquí, donde llegué, aunque no fuera huyendo de su dolor. Patria es una loba herida. Es la leona privada...
Partida de Lucero Alanís de Gurrola
En mis muertes diarias está mi padre me observa con esa incertidumbre que obliga a decidir Mi padre nunca tuvo un cristo en su alcoba ni un caballo para su fuga Hubo de partir muy lento y en segunda clase Sé que hubiera preferido un mate del pastor -en el tablero en desorden aquellos días ...
Serpentina de Delmira Agustini
En mis sueños de amor, ¡yo soy serpiente! Gliso y ondulo como una corriente; Dos píldoras de insomnio y de hipnotismo Son mis ojos; la punta del encanto Es mi lengua... ¡y atraigo como el llanto! Soy un pomo de abismo. Mi cuerpo es una cinta de delicia, Glisa y ondula...
De mis tiempos de María Elena Walsh
En mis tiempos había tiempo. Recuerdo bien que por ejemplo la higuera derramaba esparcimiento y una rosa nos duraba mucho más que cualquier empleo. Por otra parte las siestas se pedían prestadas a la muerte. Quizás el tiempo era como las frutas, se regalaba a los vecinos...
La septuagésima segunda de Alejandro Aura
en mucho estima el agua su condición quién no si yo fuera agua apenas una infinitesimal desviación mis moléculas no hubieran hecho esta complicada bestia ay teoría de achaques y de sueños imposible de explicar de solventar de fluir si yo fuera agua y nadie escapa...
En noches como ésta me acerco... de Roxana Crisólogo Correa
En noches como ésta me acerco nudo de sirenas y descoloridos carteles hacia el camino empapada de polvo en una pintura formidable dejando atrásrecordando mi voz arrastra su disonancia y sumerge tu sombra en cada estría del tapiz de oscuridad fulminante la respiración tensa es el mar ...
Hipocresía de Gabriel Impaglione
En nombre de Dios la blasfemia y en cada asesinato una uña de Dios un pelo una arteria de Dios un palmo de alma pudriéndose de hipocresía. (Poema proporcionado por el autor)
Oración de Yolanda Blanco
En nombre del pubis y de los senos y de la santa mente crezca mujer Amén.
Nos habita el paraíso de Delia Quiñónez
En nuestros templos habita el paraíso profundo y claro en la oquedad que dejan los besos y el temblor de espasmos milenarios el fuego es apenas un roce en la curva del tiempo un trecho recorrido en algas, tibiezas y recuerdos. Nos habita el paraísoungido de fragancias ...