☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra c

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

1038 poemas con la letra "c"

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 > .

Los doce apóstoles mandan por Tamayo de Alejandro Aura
Caballeros sentados en el éter cantaban espasmódicas salmodias y en el gusto y color de sus melodías dibujábanse gréculas de suéter, grequillas de zigzagues como el rayo, cenefas que entreveran masallases, columnatas, ribetes, antifaces, hojitas de septiembre, enero...
Paradisíaca de Leopoldo Lugones
Cabe una rama en flor busqué tu arrimo. La dorada serpiente de mis males Circuló por tus púdicos cendales Con la invasora suavidad de un mimo. Sutil vapor alzábase del limo Sulfurando las tintas otoñales Del poniente, y brillaba en los parrales La transparencia ustoria del racimo. ...
Cabes en un rincón de Margarita Carrera
Cabes en un rincón detrás de la puerta del olvido. Ahí te acurrucas una y otra vez cumpliendo tu destino.
El continente sumergido de Olga Orozco
Cabeza impar, sólo a medias visible desde donde se mire y a medias rescatada de un exilio sin fin en la cabeza de la bruma. Es opaca por fuera, impermeable al bautismo de la luz, porosa como esponja a las destilaciones de la noche insoluble. Pero por dentro brilla; arde en un remolino...
El conquistador de Jorge Luis Borges
Cabrera y Carvajal fueron mis nombres. He apurado la copa hasta las heces. He muerto y he vivido muchas veces. Yo soy el Arquetipo. Ellos, los hombres. De la Cruz y de España fui el errante Soldado. Por las nunca holladas tierras De un continente infiel ...
El ingenuo de Jorge Luis Borges
Cada aurora (nos dicen) maquina maravillas capaces de torcer la más terca fortuna; hay pisadas humanas que han medido la luna y el insomnio devasta los años y las millas. En el azul acechan públicas pesadillas que entenebran el día. No hay en el orbe una cosa que no sea ...
Luego de Rolando Faget
cada casa encontrada toda calle que tenga un nombre antiguo sol / retama la madreselva aún cierta capilla el fino atardecer del arrabalde crepusculea aún y hay sol entero ardiente invierno pueblo aquestas gentes aquel la hermana aquel la río comarca de sol de invierno hirviente ...
Cada cual de José Mármol
Cada cual tiene su imposible con forma de recuerdo al que adora. cada quien un amor. una dolencia. un anhelo. una serie de olvidos que recuerda. cada quien bajo cada lluvia esconde. por lo intacto de sí mismo una carencia. cada cual un rostro bello. unas tibias manos alongadas...
Canción de Eugenio Montejo
Cada cuerpo con su deseo y el mar al frente. Cada lecho con su naufragio y los barcos al horizonte. Estoy cantando la vieja canción que no tiene palabras. Cada cuerpo junto a otro cuerpo, cada espejo temblando en la sombra y las nubes errantes. Estoy tocando la antigua guitarra con que ...
Poeta mortal a los poetas jóvenes (II) El poeta escribe de Manlio Argueta
Cada día concibe este poema. Borra versos enteros. Vuelve a recuperar palabras extraviadas. Sueña que duerme largas horas para lograr exactitud. Trata de revelar en las imágenes emociones intensas. Así, decir amor debe alegrarle tanto como renegar de él, y acariciar el cielo ...
La raíz de la voz de Vicente Huidobro
Cada día me trae un vestido de sorpresas Y un nuevo fuego a mi fuego interno El alma tiene su oficio de pesadumbres Que es como un agua de recuerdos O de árboles que se mueven para parecerse al mar Siento algo que sube de mis negras regiones Y que pretende devolverme al cielo ...
El muro de María Sanz
Cada día renace tu esperanza, tras unos golpes secos contra toda su inútil e invisible consistencia. Cada noche lo ves más elevado, desafiando tu vida, y te maldices porque eres incapaz de destruirlo. Mientras el tiempo pasa, van cayendo las hojas y la nieve, no sus piedras. ...
La tarde de José Luis Cano
Cada día toco con mis manos la dicha la beso con mis labios la dejo que se duerma dulcemente en mi pecho que se despierte luego estremecida como un hermoso sueño. Enfrente el cielo, los pájaros y tu boca entreabierta sobre la calle con acacias y niños delicada y trémula como una sonata. ...
El vigilante de la nieve (V) de Antonio Gamoneda
Cada mañana ponía en los arroyos acero y lágrimas y adiestraba a los pájaros en la canción de la ira: el arroyo claro para la hi- ja dulcemente imbécil; el agua azul para la mujer sin esperanza, la que olía a vértigo y a luz, sola en el albañal entre banderas blancas, fría bajo la sarga ...
Nocturno de Elías Nandino
Cada mañana, al despertar, resucitamos; porque al dormir morimos unas horas en que, libres del cuerpo, recobramos la vida espiritual que antes tuvimos cuando aún no habitábamos la carne que ahora nos define y nos limita, y éramos, sin ser, misterio puro en el ritmo total ...
Ausencias de Gabriel Impaglione
Cada niño partido cada madre cegada cada hombre astillado se lleva su estrella a otra hondura. Por eso la noche cae, clausurada como humo espeso en la Mesopotamia. Ha sucedido siempre bajo cualquier guerra. Las estrellas mueren bajo metralla. Y queda un infinito hueco ...
Siempre nocturno de Ana Rossetti
Cada noche implacable, cada noche, la ginebra cimbrea visiones y deseos, y un lamento de intolerante ansia -dice llamarse música- exhausta se sucede. Y el neón carmesí, cordoncillo enredado en la pálida estrella ...
Misterios de pasión (Cuarto) de Ana Rossetti
Cada noche me ensaño. Cada noche asesino y desgarro sin tregua esa tierna mejilla que tú amas. Un lienzo es mi vigilia donde su rostro surge y se somete a los fáciles crímenes que los celos inventan. Su muerte no remedia mi carencia de ti, -inconquistable reino, ...
Segunda plegaria de Giovanna Pollarolo
Cada noche me siento en la butaca de siempre y amparada por la oscuridad de la sala olvido durante dos horas el agobio y mi pena. De vuelta a la casa vacía me arrodillo ante una estampa del Corazón de Jesús y recito el salmo aprendido en un retiro No te quedes lejos ...
Romance en lengua de indio mexicano de Mateo Rosas de Oquendo
Cada noche que amanece quanto saco mi biscucho las presco piento poscando. Onas pillacas latrones que me lo estaban mirando que me bay tieso con dieso mi carañona poscando. ...
Gato en la oscuridad de Laura Yasan
cada noche se acaba con los mismos oficios del día le quedaron los platos sin lavar la decena de veces que él la tocó porque si como se toca un gato piensa si tuviera testículos diría frases ocurrentes ...
Sobre la fronda y la medida de Jeannette Lozano
Cada nombre encierra una discordia en la raíz, sed que hunde y alza nuestros pensamientos hacia lo blanco de los nardos. A veces nos preguntamos si el paisaje entrega su fronda para resguardar o para hacernos avanzar hacia el color de la inmersión. ...
Territorios de un cuerpo (III) de Jenaro Talens
Cada nuevo clima es, al cabo,costumbre, y yo, extranjero. El día ha caducado y va a empezar la oscuridad. Déjame que me oculte junto a ti, en el frondoso bosque de unos ojos donde no cesa de llover. Acurrucado entre sus matorrales, aguardaré a que tu pasión me señale el camino. Sé que el aire ...
Otra vez un poema de José Mármol
cada palabra es una flor que aborrece su forma y su olor desprecia, cada flor es una voz. un lenguaje abierto a la piedad, al amor, al tedio, un cosmos reunido en una breve mancha nacida para el aire, tímido latido del inmenso letargo celestial esa flor, un vagido tal vez...
Las adivinas de Gonzalo Rojas
Cada piel se baña en su desnudez, la Juana se baña en su desnudez salada, la prima de la Juana sin más música que la de su pelo, la madre de la Juana aceitosa y deseosa como habrá sido, las cerradas y las adiestradas de la casa de enfrente, las perdidas y las forasteras sin mancha, las vistosas ...
Fruto de amor de Juan Daniel Perrotta
Cada poema es un niño con un pan bajo el brazo tiene un don en un verso una palabra Aparece un día en tu regazo exige todo de tí hasta la asfixia Se lanza luego de tu falda al suelo se yergue comienza a caminar corre lejos te descarna y llega el día que no vuelve Anda por ese mundo ...
Cada poema de Alvaro Mutis
Cada poema un pájaro que huye del sitio señalado por la plaga. Cada poema un traje de la muerte por las calles y plazas inundadas en la cera letal de los vencidos. Cada poema un paso hacia la muerte, una falsa moneda de rescate, un tiro al blanco en medio de la noche ...
Las reglas del juego de José Carlos Becerra
Cada uno debe entrar en su propio degüello, cada uno retocando su respiración, cultivando sus excepciones a la regla, sus moluscos solares, haciendo sus abstinencias más inclementes y más diáfanas porque la luz debe romperse allí, la eternidad debe dejar caer ...
Cada vez más ceñido... de Mercedes Roffé
Cada vez más ceñido el horizonte. Y cada vez más amplio. Difusión. Diferencia. Como se dice, una proyección diferida (una toma de mando, un EVENTO, un juego...) Una hora que no es. Que fue y se verifica, se simula y acepta, como un rito. Una repetición / terapéutica. Monumentos. ...
El equilibrio de Orfila Bardesio
Cada vez que el silencio desciende su escalera de pausas hacia raíces oscuras, las palabras coronan gloriosamente los tallos. De: Uno (Libro Tercero) Selección: Héctor Rosales
Otoño perpetuo de Gonzalo Osses – Vilches
Cada vez que es otoño yo me quedo en el tiempo y cada hoja que cae, traerá tu recuerdo. ...y aquél viento frío, que penetra mis huesos, y esa fría llovizna, que es mi llanto secreto. Ya mi risa se apaga, y me cuesta creerlo, ya no habrá primavera en mi vida de nuevo. Sólo sé que estoy cierto, ...
El oro más pulido de Efraín Bartolomé
Cada vez que le descubro a mi mujer un gran poeta y la convenzo con mi entusiasmo y mi memoria y mi alegría y ella lo lee y lo nombra y lo disfruta arde mi corazón con unos celos miserables ¿Por qué se me adelanta ese canalla?...
Los ministros de Rafael Alcides Pérez
Cada vez que oigo hablar de un amigo alq ue van a hacer ministro, alguien borra una parte de mi vida. Me quedo solo en el parque Aguirre con aquella camisa Mc Gregor que jamás llegué a tener, conversando en la noche con nadie. El poder no siempre corrompe a los hombres, pero los separa. ...
La voz más voz de Saúl Ibargoyen
Cada voz que llega a la punta de tus dedos: trae ronqueras de fiebre transporta rasguidos chillidos chasquidos abriéndose un rumbo casual entre gargantas de celo y agonía? ¿Es la voz de aquella niña con su sombrero de fibras azules con sus camisas de pálida transparencia...
A mis hermanos muertos el 27 de noviembre de José Martí
Cadáveres amados los que un día Ensueños fuisteis de la Patria mía, Arrojad, arrojad sobre mi frente Polvo de vuestros huesos carcomidos! ¡Tocad mi corazón con vuestras manos! ¡Gemid a mis oídos! ¡Cada uno ha de ser de mis gemidos Lágrimas de uno más de los tiranos! ¡Andad...
Naturaleza muerta de Floriano Martins
Cadáveres en lágrimas, ¿no hay nada más inverosímil en tu existencia? Tres tramos de escalera antes de la caída, garabateabas de memoria unas palabras finales. ¿Con quién hablabas en tu camino hacia el abismo? ¿Qué voces heridas y extranjeras rugían en tu drama, casi borrachas, ...
A su cadena, prisionero en Agmat de Mutamid de Sevilla (rey)*
Cadena mía, ¿no sabes que me he entregado a ti? ¿por qué, entonces, no te enterneces ni te apiadas? Mi sangre fue tu bebida y ya te comiste mi carne. No aprietes los huesos. Mi hijo Abu Hasim, al verme rodeado de ti, se aparta con el corazón lastimado. ...
Partida de Enrique Díez-Canedo
Cádiz es amigo ejemplar. Te trae a bordo, y, al zarpar, te dice adiós. El mar y el cielo te envuelven, y entre cielo y mar todavía...
Cae la lluvia sobre junio... de Homero Aridjis
Cae la lluvia sobre junio El espíritu de la mujer que ama corre en tu cuerpo... se desnuda en las calles La vida en los rincones sostiene el equilibrio del mundo con un algo de Dios que asciende de las ruinas Los hijos del hombre hacen su universo sobre un barco de papel que se destroza ...
Alma Atrapada de Nuria del Saz
Cae la noche y venzo al sueño, el perfume de la enredadera es grato y con sus amorosas hojas me invita a descansar... La noche, ¡ah, la penumbra lunar! Modelo despierta la propia fantasía que se cuela entre las rejas. Un segundo sí, un minuto no: ladronzuela de lo cierto...
Serenidad de Julio Torres Recinos
Cae la noche. Los remeros dejan de hablar y descansan. Sólo el mar con sus aguas tienta el barco. Tengo miedo. Me hablas de mi hijo. Ha crecido solo y no tiene padre. Triste época, Penélope, triste tiempo para andar de país en país y oír la palabra extranjero...
Serenidad de Julio Torres Recinos
Cae la noche. Los remeros dejan de hablar y descansan. Sólo el mar con sus aguas tienta el barco. Tengo miedo. Me hablas de mi hijo. Ha crecido solo y no tiene padre. Triste época, Penélope, triste tiempo para andar de país en país y oír la palabra extranjero en boca de la gente. ...
A una flor inmersa de Alí Chumacero
Cae la rosa, cae atravesando el agua, lenta por el cristal de sombra en que su tallo ahoga; desciende imperceptible, clara, ingrávida, pura y las olas la cubren, la desnudan, la vuelven a su aroma, hácenla navegante por la savia que de la tierra nace y asciende temblorosa, ...
Fin de jornada de Tomás Segovia
Cae la tarde flotando en la tibieza Como un gran trapo en unas aguas quietas El mundo desvaría de fatiga Hasta los niños saben que a esta hora Nada ya que se haga o se diga o se piense Dejará algún vestigio en ninguna memoria Ni rastros en ninguna arena La gente vuelve a sus rediles. ...
Lluvia después de mi caída de Porfirio Mamani Macedo
Cae lluvia mía, tres días y tres noches, lluvia mía. Cae como trueno sobre los ojos de los desgraciados. Cae lluvia sobre las calles de París, por estas que camino, enlodado hasta mis codos. Cae para que arrastres en tu piel la miseria que todos respiramos. ...
Moneda de Rolando Faget
Cae negro el sol enero agosto sobre el muro de piedras desamparo de este lado esperamos hay silencios y hay miedos tan parecidos gelman a la palabra nunca no obstante a la hora dulce del mar inevitable la virazón moneda de terciopelo y llega ...
Lo abierto de Hugo Mujica
Cae quieta la lluvia, lo abierto mana. Cae la lluvia, cae sobre la espera, en la caída la lluvia es su camino y el camino su llegada. Hay que osar lo abierto y la caída: el desierto de la sed no la sed del desierto. De: Hugo Mujica Poesía completa
Sobre cenizas de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
Caen del cielo copos negros de ceniza nieve negra cenizas del cañaveral el cielo es negro negra también la tierra Oscuros son los dioses del desastre No cesa la ceniza de caer plumas de lucifer Ave fatal y fatídica sobre muebles colchas cortinas el espejo...
Otros poemas (7) de Delia Quiñónez
Caes, caigo en el abismo de una lágrima: agua que no es agua. Sal que no admite lo salobre. Trémula ¿de dónde llega? ¿Hacia dónde alza su breve bastión de tiempo ido? ¿En qué iris descompone su color, su forma vieja de cristal y olvido? Agua que no es agua, ni sabor, ni aliento ...
Poema II de La ordenación del miedo. de Eduardo Moga
Caía como los reos, sembrado, quieto en las horas, con los pies enloquecidos. Veía ascuas silenciosas, savias incrédulas, nortes que morían entre sombras de cuerpo pidiendo líneas. Sólo intangibles palomas oyen la sangre que nunca naufraga, el níveo idioma que completa los muñones; ...