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El Renacimiento dilata el horizonte humano. Por toda Europa se extiende un movimiento de honda renovación literaria y espiritual; ante el hombre se abre el mundo de la naturaleza y el de su propio espíritu.
La literatura modifica sus formas y tonalidades con arreglo a las nuevas orientaciones; se inicia una expresión poética más íntima y subjetiva. Las vivencias personales proporcionan al escritor el material poético para sus versos; por otro lado, la imprenta cambia el sentido de la literatura, que pasa de ser oída, sonora, a ser leída, entablándose así una nueva relación entre el escritor y el lector.
Estas características de la lírica renacentista requieren un tipo de lector más maduro, consciente ya de sus propios sentimientos, de modo que pueda captar y apreciar los sentimientos de aquellos que vivieron en el siglo XVI. De: FONOTECA LITERARIA. Antología poética. Por Pilar González de Mendoza. Alhambra Longman S. A., España. 1990. |
GARCILASO DE LA VEGA | |
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El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso, he de contar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, (de pacer olvidadas) escuchando... | |
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Oh dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería! Juntas estáis en la memoria mía, y con ella en mi muerte conjuradas. ¿Quién me dijera, cuando en las pasadas horas en tanto bien por vos me vía, que me habíais de ser en algún día con tan grave dolor representadas? ... |
SANTA TERESA DE JESÚS | |
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Ya toda me entregué y di, y de tal suerte he trocado, que mi Amado es para mí, y yo soy para mi Amado. Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó rendida, en los brazos del amor mi alma quedó caída, y cobrando nueva vida de tal manera he trocado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi... | |
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Véante mis ojos, dulce Jesús bueno; véante mis ojos, muérame yo luego.Vea quien quisiere rosas y jazmines, que si yo te viere, veré mil jardines: flor de serafines, Jesús Nazareno, véante mis ojos, muérame yo luego. No quiero... | |
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Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero. Aquesta divina unión del amor con quien yo vivo, hace a Dios ser mi cautivo y libre mi corazón; mas causa en mí tal pasión ver a mi Dios prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay que larga es esta vida! ¡Qué... | |
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Vuestra soy, para Vos nací. ¿Qué mandáis hacer de mí? Soberana Majestad, Eterna sabiduría, Bondad buena al alma mía; Dios, alteza, un ser, bondad, La gran vileza mirad, Que hoy os canta amor así. ¿Qué mandáis hacer de mí?... |
SAN JUAN DE LA CRUZ | |
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Un pastorcico solo está penando, ajeno de placer y de contento, y en su pastora puesto el pensamiento, y el pecho del amor muy lastimado. No llora por haberle amor llagado, que no le pena verse así afligido, aunque en el corazón está... | |
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Oh llama de amor viva que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro, pues ya no eres esquiva, acaba ya si quieres; rompe la tela de este dulce encuentro! 2 ¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado, que a vida eterna sabe y toda deuda paga! ... | |
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Sin arrimo y con arrimo, sin luz y a oscuras viviendo todo me voy consumiendo. Mi alma está desasida de toda cosa criada, y sobre sí levantada, y en una sabrosa vida, sólo en su Dios arrimada. Por eso ya se dirá la cosa que más... |