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listado de poemas en audio por primeros versos letra s

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862 poemas con la letra "s"

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Tú, nunca serás de Alfonsina Storni
Sábado fue, y capricho el beso dado, capricho de varón, audaz y fino, mas fue dulce el capricho masculino a este mi corazón, lobezno alado No es que crea, no creo, si inclinado sobre mis manos te sentí divino, y me embriagué. Comprendo que este vino no es para mí, más juego y rueda el dado. ...
el muelle de Javier Payeras
sábana del sereno agujereada por la luz junto a conchas y alacranes tu alma me dará asilo sin la contusión letal del recuerdo dejaremos la placa conmemorativa de nuestra alegría para los futuros coleópteros inadaptados que conspiran contra la tristeza ...
Neurosis de Francisco Antonio Gavidia
Sabe que es el espíritu un abismoY el corazón un mar: Así es que dentro llevo de mí mismo A la vez una y otra inmensidad. Mis nervios, arpa viva, en el ramaje Cuelgan del árbol de mi cuerpo y dan Un gemido al pasar ...
Sabe, si alguna vez tus labios rojos... (Rima XX) de Gustavo Adolfo Bécquer
Sabe, si alguna vez tus labios rojos quema invisible atmósfera abrasada, que al alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. De: Rimas, leyendas y narraciones
De poeta a poeta de Jesús Munárriz
Sabes -y sueles- hacer el amor como el poeta construye sus versos: con acordada mezcla de pasión y sistema (y no digo artificio), de música, entusiasmo, intuición y saber. Precisas emociones las transformas en ri tmo y melodiosa fantasía enriquece tus gestos; sabrosa perversión ...
Isadora la federala y mazorquera (Fragmento) de Hilario Ascasubi
Sabrán que esta moza al fin, no es porteña, es arroyera, pitadora y guitarrera y cantora del tin tin. Que vino de la otra banda junto con los invasores, y que sabe hacer primores por todas partes donde anda. Y que hace mucho papel como güena federala pues se refriega ...
Fábula del perro policía de Aníbal Núñez
Sabueso desdentado no del todo: conservan tu masticar de cada día las prótesis caninas oficiales la paga extraordinaria y el honor de ser reconocido como un guardián celoso del orden prepotente en tu doble cometido de cancerbero orlado por semanal incienso y una intachable ...
Haceme prensa de Laura Yasan
sacame en las noticias inventame cargá un prontuario salvaje y terminal un acto delictivoque me busque la mafia hombres tatuados que recorran su larga cicatriz con el pulgar revuelvan mis cajones desgarren mi remera de dormir dame otra vida mañana en las noticias ...
Consejos domésticos de Neus Aguado
Sacar a pasear el alma como quien saca un perro, no permitir que te ladre ni que te lama, plancharla después del bronceado y procurar que no se queme, aunque arda. Consumir el fuego sobrante y, si no hay más remedio, mandarla una vez más a la hoguera o a la tintorería. ...
Origen del oro de Manuel Gonzalez Prada
Sacrifica el Rey anciano Un llama negro y lustroso, Y hacia los cielos eleva El corazón y los ojos. -A ti, Sol inmaculado, Padre fecundo de todo, A ti consagro la ofrenda De mi culto fervoroso. En vano tribus salvajes Adoran sierpes y monstruos: Yo mi único Dios te aclamo, Yo te venero y te adoro. ...
La Soufrière de César Antonio Molina
Sacudidas. Rocas y cenizas desde la pasada madrugada. El lodo hirviente. La caldera. El mar. El sueño en la agonía de los espejos estrellados, de las velas fracturadas hasta las primeras horas de la tarde. El rumor de labios cobijados sin saber a quién besar en este mes de despedidas. ...
Sacudimiento extraño... (Rima III) de Gustavo Adolfo Bécquer
Sacudimiento extraño que agita las ideas, como huracán que empuja las olas en tropel; murmullo que en el alma se eleva y va creciendo, como volcán que sordo anuncia que va a arder; deformes siluetas de seres imposibles; paisajes que aparecen como a través de un tul; ...
Tarea doméstica de Amanda Berenguer
Sacudo las telarañas del cielo desmantelado con el mismo utensilio de todos los días, sacudo el polvo obsecuente de los objetos regulares, sacudo el polvo, sacudo el polvo de astros, cósmico abatimiento de siempre, siempremuerta caricia cubriendo el mobiliario terrestre, sacudo puertas ...
Saeta que voladora... (Rima II) de Gustavo Adolfo Bécquer
Saeta que voladora cruza arrojada al azar, sin adivinarse dónde temblando se clavará; hoja del árbol seca arrebata el vendaval, sin que nadie acierte el surco donde a caer volverá; gigante ola que el viento riza y empuja en el mar, y rueda y pasa, y no sabe qué playa buscando va; ...
Cantata a solas (38-Recitado) de Tomás Segovia
Sal a la liza envidiosa condena Me arrojo de cabeza sobre tus pretiles Me precipito al fondo Dejo caer todo mi peso inerme En el desprestigiado pozo en ruinas De la nostalgia de imposibles ojos No renuncio ya a nada Todo lo que ha sido mío es mío Todas mis agobiantes trashumancias ...
Clínica negra (I) de Rodulfo Figueroa
Sala de un hospital, amplia y sombría, el doctor ordenaba con imperio, y de una úlcera, al ver la rebeldía al practicante le pidió el cauterio. Enrojecido lo acercó al paciente sin preocuparse de su suerte aciaga; el miserable se agitó imponente, lanzó un rugido, y se extirpó la llaga. ...
Salamandra de Octavio Paz
Salamandra (negra armadura viste el fuego) calorífero de combustión lenta entre las fauces de la chimenea -o mármol o ladrillo- tortuga estática o agazapado guerrero japonés y una u otro -el martirio es reposo- impasible en la tortura Salamandra nombre antiguo del fuego ...
Casas de Ida Vitale
Salas en sombra, ciegas, casas solas, nos miran con paciencia partir, nos gravan con su quietud, suspendidas en umbrales esperan. Saben que siempre se regresa a ellas, al silo que su sitio significa, más que a la ciudad misma. (¿Pero en qué noche regresamos? ¿Cómo? ¿A ser fantasmas, ...
Sale el sol... de Tirso de Molina
Sale el sol por el cielo luminoso las nubes pardas de oro perfilando, y con su luz los montes matizando ilustra el campo su zafir hermoso. Veloz pasa su curso muy furioso y cuando la quietud solicitando halla otro mundo que voceando al sol le pide su esplendor hermoso, a la campaña salgo ...
Salen los poemas… de Jaime Sabines
Salen los poemas del útero del alma a su debido tiempo. (¿Salen del alma?) Hay hombres con tres almas o con cinco preñadas incesantemente por el silbato de las locomotoras o las alas del ángel. Se muere el hombre y sus almas sobreviven un tiempo...
Salgo a esperarla y no llega de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
Salgo a esperarla y no llega La busco y no la encuentro Regreso con la mente vacía Duermo Despierto Salgo de nuevo a esperar En vano Llega otro día Cuando ya no la espero La veo venir Abro la puerta Y la veo lanzarse como una nadadora En la página blanca. Selección: André ...
Café y cigarrillos de Roger Wolfe
Salgo del trabajo. Los huesos, el cuerpo entero dulcemente dolorido, como -a veces- después de un polvo de los buenos. La luna, sajada en dos pedazos, me recuerda el ojo ese famoso de Buñuel, asomada un tanto tenebrosamente por encima de los árboles. El coche no me arranca. ...
A Don Pedro de Cárdenas, en un encierro de toros de Luis de Góngora y Argote
Salí, señor don Pedro, esta mañana A ver un toro que en un Nacimiento Con mi mula estuviera más contento Que alborotando a Córdoba la llana. Romper la tierra he visto en su abesana Mis prójimos con paso menos lento, Que él se entró en la ciudad tan sin aliento, Y aún más, que me dejó en la barbacana. ...
Los suicidas del viaducto de Thelma Nava
Salieron a contemplar la luna de junio y los niños olvidaron sus juegos. Pocos pueden permitirse el lujo de una muerte elegida en un cierto momento ser un mínimo astro incendiado en el cemento acariciado poco antes por una barredora mecánica de luces amarillas e intermitentes. ...
La pasión de Cristina Peri Rossi
Salimos del amor como de una catástrofe aérea Habíamos perdido la ropa los papeles a mí me faltaba un diente y a ti la noción del tiempo ¿Era un año largo como un siglo o un siglo corto como un día? Por los muebles por la casa despojos rotos: vasos fotos libros deshojados Éramos ...
Salir.... de Patricia Medina
Salir. Un paso al frente convencidos mis pies iban en busca de los cuatro costados: risa y gesto alegoría y espada. Abierto a lo imposible de par en par mi traje exhibiendo la piedramil tallas por la torsode aluminio en la ciudad que me vestía de Esfinge. Sólo di un paso atrás: ...
Salve manjar del Cielo de Pedro Calderón de la Barca
Salve manjar del Cielo, salve Pan de la Gracia, salve Vida del Cuerpo, salve Candor del Alma, salve, salve mil veces, pues tú me salvas.
Camécuaro de Atenógenes Segale
Salve, la alberca azul, nido de fuentes que en medio de antiquísimos sabinos dilata de sus aguas transparentes la soñolencia y el color divinos. Las raíces lamiendo con molicie de los troncos tan altos como viejos, extiendes tu serena superficie, que forma aquí y allá rotos espejos. ...
La mano de Pablo Mora
Salve, mano, alfarera de mis versos, por quien recobran mis sonetos vida en el cuarto anular de la partida y en el sexto pulgar de sus reversos. Salve, meñique, y sus acentos tersos y tú esdrújulo índice en salida, donde cabalga siempre en embestida la furia de mis ritmos circunversos. ...
A las ruinas de Sagunto de Alberto Lista
Salve, oh alcázar de Edetania firme, ejemplo al mundo de constancia ibera, en tus ruinas grandiosa siempre, noble Sagunto. No bastó al hado que triunfante el peno sobre tus altos muros tremolase la invicta enseña, que tendió en el Tíber sombra de muerte, cuando el Pirene altivo y las riberas, ...
San Baudelaire de Eli Galindo
San Baudelaire, patron mío, tú sabes que tengo en una lavativa de lino, malba y almidón, empapada el alma de Molière Sino eres un animal sácame de esta tienda y te nombro gran almirante de mi flota del Atlántico. (Texto de un loco, citado por Vicente Huidobro) Afuera llueve Baudelaire ...
Los otros de Luis Chaves
San José no fue más que luces a la distancia: una constelación administrativa que de noche disimula el subdesarrollo. El resto, latas vacías de una cerveza que despreciaron por tibia; la bombilla insuficiente de un carro con puertas abiertas; el sentimiento que, devaluado, ...
Batalla (II) de Luis Alvarenga
San Salvador arde en los ojos. La sangre corre a manantiales abofeteando al dios dormido para que tire sus flechas. La piel se estremece cual si ya lloviera. La lengua quiere esconderse la boca ansía cubrirse de pieles y sábanas. Llega la hora de lanzarse al ataque ...
Ciudad de Otoniel Guevara
San Salvador: un tren sobre los guijarros de la noche Vagones apestados de mendigos Avenidas de Dante y Diosmeguarde San Salvador no tiene nombre propio: se llama miseluz guarhumo puñaluna Un fósforo se enciende y brillan las heridas San Salvador ya no echa de menos ...
A Sancho Panza (Fragmento) de Gabriel Celaya
Sancho-bueno, Sancho-arcilla, Sancho-pueblo, tu lealtad se supone, tu aguante parece fácil, tu valor tan obligado como en la Mancha lo eterno. Sancho-vulgar, Sancho-hermano, Sancho, raigón de mi patria que aún con dolores perduras, y, entre cínico y sagrado, pones tu pecho ...
Sangro de Blanca Andreu
Sangro de veras sangro luz que se escapa y es en mí dondelas cabalgaduras se reúnen para arrancar con orlados cascos ancas de piedra atesorada la asesina vegetación del tomillo y las llamas de mayo. También arrastro mi sueño como un vestido manchado sucio y celeste ...
Santa María de Alfonso X El Sabio
Santa María, estrella do día, Móstranos vía Pera Deus et nos guía, Da onsadía que lles fazía Fazer folía mais, Que non devería. Ca veer faze los errados Que perder foran per pecados Entender de que mui colpados Son mais perdidos son perdoados.
Atitlán sin ti de Carolina Escobar Sarti
Sapos de piedra en la tarde que empuja el viento mientras el agua canta hasta reventar el sentir. Mis ojos se fijan vacíos llenos de volcanes que atardecen chapotenado entre las aguas y tu presencia resucitante se vuelve azul de repente. Me basta el silencio. Te amanezco arrullando ...
Leteo de Efrén Rebolledo
Saturados de bíblica fragancia se abaten tus cabellos en racimo de negros bucles, y con dulce mimo en mi boca tu boca fuego escancia. Se yerguen con indómita fragancia tus senos que con lenta mano oprimo, y tu cuerpo suave, blanco, opimo, se refleja en las lunas de la estancia. ...
Función de medianoche de Jorge Ortega
Se abre el telón del sueño y calla el día; o bien, recoge al menos su cauda de estrépito motor. El portento de la luz desaparece y aparece en la ventana un redil de opacidad preludiando teatro negro. El apagón es foro. El reposo la voz de la oscurana, ...
Amante del amor de Miguel Antonio Jiménez
Se abre en rueda mi mano y gira el pecho la elevación del agua sus pezones en el sonoro vínculo del ser irse es retornar en el hilo del beso danza el fuego la cera del deseo gota amada de instantes capturados talle el reloj de tu minuto carne ondas de labios al pie rosas germinan tacto violeta ...
Puertas de Ernesto Langer Moreno
Se abren y cierran las puertas sin fatiga De madera o de fierro Pequeñas y alargadas Hacia dentro o hacia afuera Mecánicas y automáticas Sin nada que decir, pero tan prácticas Con sus cerraduras y clavijas Adosadas a un marco Verticales casi siempre Separando el afuera del adentro ...
Trilce (Poema XXXIV) de César Vallejo
Se acabó el extraño, con quien, tarde la noche, regresabas parla y parla. Ya no habrá quien me aguarde, dispuesto mi lugar, bueno lo malo. Se acabó la calurosa tarde; tu gran bahía y tu clamor; la charla con tu madre acabada que nos brindaba un té lleno de tarde. Se acabó todo al fin: ...
La tardecita de Arturo Carrera
Se acerca la primavera, Marcia me odia, tanto como yo amo a Lesbia, y Catulo la amaba... Ella dice que es obscena la manera de referirme a mis amigos; que soy, en resumidas cuentas de collar, una máscara ya obscena y amenamente indeseable Una máscara del teatro de la infelicidad. ...
Se adelantaron en el aire como bailarinas... de Marosa di Giorgio
Se adelantaron en el aire como bailarinas. Tenían, realmente, el pie en el aire. Vestidos amarillos, anaranjados. Venían como aluviones desde los cielos. Quedé espantada. En puntas llegue hasta la casa. Pasé las puertas, las llaves, iba a tocar los vasos y tuve miedo de cualquier barullo, ...
Orquídeas amazónicas de Nicomedes Suárez Araúz
Se agarra un pedazo de luz del alba y se dobla la punta dándole forma de bastoncito. Se le agrega goma para que prenda la bolita de masa preparada de antemano. Con ésta se hará el pistilo. Se agarra un poquito más de masa y se le pone tinta verde bajita. De este pedazo se forma ...
Recuerdo de un olvido de Manuel Altolaguirre
Se agrandaban las puertas. Yo gigante, con el recuerdo de mi olvido dentro, atravesaba las estancias, golpeando las paredes sordas. ¡Qué collar interior en mi garganta de palabras en germen, de lamentos que no podían salir, que se estorbaban en su gran muchedumbre! ...
sin decir adiós de Blanca Mateos
se alejaron como hojas resecas rechazadas por el viento sin decir adiós se fueron siguiendo el camino que lleva al propio infierno
Follaje interno (XX) de Ana María Ardón
Se alimentan las víboras con lengua puntiaguda. Deshaciendo, rumiando odios estériles que engendran nuevos odios. Envenenando la penumbra de los días; retrasando aún más, nuestra miseria. Esculpiendo un futuro retorcido, condenando, acechando, ...
Sonetos del Arcángel (IV) de Claudia Lars
Se alza mi corazón... rosa de vida, con musical fragancia y miel de aurora, y es una dulce y nueva flor cantora en el rosal eterno suspendida. Río del ansia copia y enamora su soledad vibrante y conmovida, mas para ser tu rosa preferida es intocada rosa trepadora. La envuelve lo celeste, ...