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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Fuera de foco de Reina María Rodríguez
el toro de la primavera se me encima estoy en celo mi cuerpo untado de canela tiembla como una cabra blanca. entre tus piernas y mis piernas un río fluye vegetal hay ruidoy mi oreja es un girasol recién cortado. no soy más que una línea una espalda a contraluz y los objetos del mundo ...
El tren arranca lentamente... de Juan Ramón Jiménez
El tren arranca lentamente...El pueblo viejo tiene en sus grandes casas, sucias y silenciosas, una opaca, doliente y suave claridad, perdido entre las gasas azules de la aurora...Se ven calles sin nadie, con las puertas cerradas, un reloj da una hora desierta y melancólica, y, en una pared última, ...
Escrituras de Rolando Sánchez Mejías
El tren va a partir. Breve filosofía del tren: ad infinitum. Mis manuscritos en las piernas. El recital en Matanzas va a ser insulso. Mi hijo (como aquella vez) recogerá jazmines para el té en el patio donde el viejo poeta parecía un mujik elegante. ¿Cómo puede ser medida la soledad? ...
Al pie de la letra de Olga Orozco
El tribunal es alto, final y sin fronteras. Sensible a las variaciones del azar como la nube o como el fuego, registra cada trazo que se inscribe sobre los territorios insomnes (del destino. De un margen de la noche a otro confín, del permiso a la culpa, dibujo con mi propia trayectoria ...
Trompo de Bernardo Ortiz de Montellano
El trompo que gira músicas menores movido, sin tregua, por tenue cordón, el trompo de siete colores ¿no es un corazón?
Tsunami (II) de Rosa Lentini
El tsunami, despliegue de dudas, las casas, las personas, los animales y las aceras, vacío en el rastro de la doble ola en las arenas,leías. Lugar, suspiro del agua, de urgencia y desolación el primer sueño antes del desorden, viaje alterado. En fila india para morir. Mujeres de carne y verso. ...
El universo… de David Escobar Galindo
El universo es una mesa, un par de sillas, una lámpara, un armario con ropas alternantes, un libro con las flores de Van Gogh, una alfombra con pasos estrictamente conocidos, una ventana a medio abrir, un mundo afuera, un estanque aromático, una cama. ...
El universo está vacío de Lídice Alemán
El universo está vacío sólo yo lo habito como un fantasma con una cola interminable de inseguridades Se extinguieron los amaneceres y cuando alcanzo a ver el sol ya está caliente He olvidado los sabores de la risa de la fe El año tiene una sola estación tan fría y desolada que provoca miedo ...
El universo resuena como llovizna... de José Acosta
El universo resuena como llovizna sobre el agua, imperceptible como el susurro de un árbol al crecer. Estamos encerrados en una dimensión oscura; la noche es la sombra de una pared lejana; Dios vive del otro lado. No te has preguntado ¿a quién le ladran los perros? ¿Qué ven que tú no puedes ...
La casa de Etnairis Rivera
El vacío de las sombras destechó mi cabeza y la casa quedó dolida, suspendida en el asombro. La casa, con cuerpo de hombre alto y acento del sur, quedó tocada de ese rayo raro de locura, insomne estancia del deseo, brazo mordido de pasión, como medalla de guerra. ...
Vandalismo literario de Eduardo Zambrano
El vandalismo literario y la casa de las palabras: poca cosa para los que viven solos o a la intemperie, donde son presa fácil de la lluvia, pero nunca más de sus colegas. (De: Reincidencias)
Observaciones de Rogelio Saunders
El vano intento de asegurar la puerta con una espina de pescado. Los oblicuos, pardos obreros agrupados en el claro de luna. Un niño. (¿Aviso? ¿Advertencia?) Finalmente, todo ha de llegar. El todo como Advenimiento. El todo como Aparición. (Como presentación.) ...
Crónica (desde la cocina) de Heddy Navarro Harris
El vapor se cuelga entre mis rodillas ojos enrojecidos humea la cacerola la mano busca al ajo coge la papa pica la cebolla crujen los canastos Desde la cúspide de mi tabla de cortar carne repito el vapor se cuelga entre mis rodillas
Los motivos del lobo de Rubén Darío
El varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís, está con un rudo y torvo animal, bestia temerosa, de sangre y de robo, las fauces de furia, los ojos de mal: ¡el lobo de Gubbio, el terrible lobo! Rabioso, ha asolado los alrededores; cruel, ...
El vecino Domingo... de José Antonio Cedrón
El vecino Domingo ha desollado un cerdo adentro de su cuarto. La sangre salpicó el marco de la puerta. Unas gotas quedaron suspendidas en el mosquitero hasta que se secaron con el viento. Comimos sobre el piso quebrado por la higuera después las mujeres lavaron en voz ...
El velero lustroso de la muerte... de Vicente Gerbasi
El velero lustroso de la muerte pasea tu silencio por mis mares sombríos, entre brillos de un agua negra en ondas, donde cantan marinos de otro tiempo, ahogados en la noche, rendidos a las algas que transportan las sombras. Y siempre vienes a mí desde el olvido, ...
Camila es amante de un espíritu o un espíritu ama el cuerpo de Camila de Carmen Rosa Orozco
Él venía en las tardes en las rigurosas tardes de calor. aletargada y consciente y ajena de extrañezas. cuándo vendrá a estrangular mi sexo con sus espasmos recodos e infinitudes ansiaba sus llegadas era la durmiente que esperaba a su espíritu ...
Ser y estar de Eduardo Zambrano
El ventilador no deja de girar contra una misma idea. A estas horas de la tarde puedo estar tristey ser feliz Ser y estar. Esto es imposible en otras lenguas. La casa es irreal, no son sus paredes, sino sus ruidos donde se construye el refugio del hombre sedentario. ...
Arenillas del solsticio de David Escobar Galindo
El verano está próximo. Te avisa que llegará mañana, a prima hora. Y si por cualquier causa se demora, te lo dirá el vitral que arde sin prisa. El estanque, sabiéndolo, se riza con la pluma olvidada de la aurora. La memoria de Diana cazadora tiembla entonces, y el sol la poliniza. ...
Reflexiones previas a la siguiente escena de Irene Sánchez Carrón
El verdadero mérito de muchas acciones consiste en saber esperar. Saber esperar es, en muchos casos, uno de los grandes méritos de ser hombre. Es preciso especializarse en esperar un turno, un día, una escena, el momento. Entretanto, esperar. ...
El verde almendro en flor de tu mirada de Enrique Azcoaga
El verde almendro en flor de tu mirada en flor de gozo y luz cambia la muerta balada de la dicha recubierta por nuestra mejor sangre fracasada. Ganándose en su paz desentrañada, contenta paz suprema, orilla cierta, descubre el corazón su descubierta fragancia por la pena marchitada. ...
Introducción de Gonzalo Osses – Vilches
El verde ha sido verde desde mucho antes que tú y yo fuésemos nosotros y de mucho antes que ambos volviésemos a ser extraños. Cuando vivíamos en rojo y soñábamos en azul, ya lo echábamos de menos, cuando me hundí en el negro y te fuiste tras el blanco supimos que nos era ajeno. ...
Rue de Matignon, 3 de Juan Gustavo Cobo Borda
El viejo judío enfermo su oficio es mirar- levanta con el índice el párpado paralizado: allí están los polvorientos estandartes del Emperador. Las leyendas del liberalismo no han logrado enturbiar su gesto aristocrático. Además, renegar de Yahvé, mendigar unos francos no era, en verdad, ...
Todos los minutos llevan a este día de David Escobar Galindo
El viejo Patriarca, Que todo lo abarca, Se riza la barba de príncipe asirioHerrera y Reissig El vuelo de las gaviotas -silencioso y perfecto- Me hizo sentir por vez primera el gozo agudo -casi aroma recóndito- de la inmensidad; Supe allí que lo inmenso es la categoría interior ...
En el desierto de olmos de José Watanabe
El viejo talador de espinos para carbón de palo cuelga en el dintel de su cabaña una obstinada lámpara de querosene, y sobre la arena se extiende un semicírculo de luz hospitalaria. Este es nuestro pequeño espacio de confianza. Más allá de la sutil frontera, en la oscuridad, ...
Mi ventana de Concha Méndez
El viento bate espadas de hielo. -No abriré la ventana- El viento decapita luceros. -No abriré la ventana- El viento lleva lenguas de fuego. -No abriré la ventana- En telegramas de sombra que van llevando los vientos se lee ya la Gran Noticia que conmueve al Universo... ...
Monzón de mayo de Pablo Neruda
El viento de la estación, el viento verde, cargado de espacio y agua, entendido en desdichas, arrolla su bandera de lúgubre cuero, y de una desvanecida substancia, como dinero de limosna: así, plateado, frío, se ha cobijado un día frágil como la espada de cristal de un gigante, ...
Raíz de Jeannette Lozano
El viento desmoronaba el barro, vértigo, dolor era ese viento en su descenso: el encuentro con la primera voz: la muerte. El muro de raíz sedienta rasga cielos de aquella hora. De nuevo brotarán salmos palabras destejiendo sobre el espejo. * Apenas el agua circundó la tierra ...
Huesos fuertes de Damaris Calderón
El viento entra por los huesos una flauta una cañería de desagüe.Podrían tocar toda la noche y pedir durante tres generaciones. Si se le mira de cerca no están hechos para el trabajo y ostentan su miseria en carteles escritos en lengua ajena Los rumanos de los campos de concentracíon : ...
Tu recuerdo de Yanira Soundy
El viento es monótono y seco. Pasan los días como los sueños y las voces, el ayer lánguido y triste. ¿Cómo escuchar tu voz en los labios del silencio? Mírame - en la inmóvil yedra- imaginándote en la calma del ocaso, bajo la luz de un cielo estrellado. Calla mi boca tu ausencia, ...
Viento de noche de Dámaso Alonso
El viento es un can sin dueño que lame la noche inmensa. La noche no tiene sueño. Y el hombre, entre sueños, piensa. Y el hombre sueña, dormido, que el viento es un can sin dueño, que aúlla a sus pies tendido para lamerle el ensueño. Y aún no ha sonado la hora. La noche no tiene sueño: ¡alerta, la ...
Infancia de Felipe Benítez Reyes
El viento golpea la puerta del cuarto siempre cerrado. El viento llama a la puerta. El viento quiere abrir la puerta en que detiene su camino ese caballo blanco con ojos de cristal. El viento araña la puerta con su garra de dragón errabundo. Los sioux y comanches van tensando sus arcos. ...
El viento de Hebert Abimorad
El viento golpea Mi cara desnuda/ Una y otra vez Encojo mis hombros/ Frunzo mi boca El viento golpea/ Una y otra vez A la distancia/ Una brisa Cálida y sonora/ que se detiene En el viento frío Que golpea mi cara/ Una y otra vez. De: Poemas Frugálicos
Motivo bañado de luna de Stella Sierra
El viento peina la sombra que se ha mojado la luna. La luna besa la huella de su esperanza desnuda. ¡Media luna de los vientos, media luna de la espuma...! (la sombra dejó olvidado su peine de media luna...!) En el cáliz de un lucero una oreja azul fulgura. El viento peina la sombra ...
Libélulas de Saúl Ibargoyen
El viento salta desde los más lejanos verdores de la ceiba: rompe las confusiones de la luz: destruye el perfecto temblor de un vuelo transparente. De espaldas en la alberca la libélula no puede gritar los colores de su muerte: sus quietos dientes aún se ocupan de un hígado de mariposa ...
Las hojas de Luis Vidales
El viento vira en los aires sobre la hélice de la hoja. Nadie ha visto el viento pero las hojas van señalando su rumbo. Da tristeza. Para que el vuelo de las hojas fuera a su gusto todas deberían ir provistas de motorcitos de mariposa. De: Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia ...
El vigilante de la nieve (I) de Antonio Gamoneda
El vigilante fue herido por su madre; describió con sus manos la forma de la tris- teza y acarició cabellos que ya no amaba. Todas las causas se aniquilaban en sus ojos.
Horas de Vicente Huidobro
El villorio Un tren detenido sobre el llano En cada charco Duermen estrellas sordas Y el agua tiembla Cortinaje al viento La noche cuelga en la arboleda En el campanario florecido Una gotera viva Desangra las estrellas De cuando en cuando Las horas maduras Caen sobre la ...
El vigilante de la nieve (VIII) de Antonio Gamoneda
El vino era azul en el acero (ah lucidez del viernes) y dentro de sus ojos. Suavemente, distinguia las causas infecciosas: grandes flores inmóviles y la lubricidad, la cinta ne- gra en el silencio de las serpientes.
Carne de porco à portuguesa de Rodolfo Häsler
El vino es para acompañarte con mayor deleite, a la portuguesa, ya ves, en las grandes ocasiones, un sabor acre a carne cocinada que deja en la boca la lujuria más honda, el colmillo para hincar, para morder el suave haz del pedazo de espalda, humeante, azul al paladar. Si sigues sollozando ...
Versos del vino de Saúl Ibargoyen
El vino no se bebe el vino se vive. El vino es el cielo del infierno. El beso nace en la boca la boca nace en el vino. Vino de muchas jarras hay en este vino. El fuego del vino es oscuro como el amor. Sólo merece su vino aquel que en el vino muere. Ganarás el vino con el chocar de tu copa...
El violinista ruso aquel... de Roxana Crisólogo Correa
El violinista ruso aquel trabajó todo el día sin éxito la gitana vendió todo el día todo el día una cartilla con números de la suerte parecía emerger de una enorme falda negra Los ojos ocultan su perfil en el horizonte de inmaculados mensajes vacíos sacuden su cuero cabelludo de pájaros gritones ...
Enfermedad de María Eloy - García
el virus toma entonces las riendas de mi maquinaria es obvio que me ha reconocido que entre otros mi envoltorio proteico es engullible hace cientos de copias de sí mismo estallan a la madre me hacen huésped y ciudad de su gobierno se autodeterminan bajo mi tímida ...
Cosas de Jorge Luis Borges
El volumen caído que los otros ocultan en la hondura del estante y que los días y las noches cubren de lento polvo silencioso. El ancla de Sidón que los mares de Inglaterra oprimen en su abismo ciego y blando. El espejo que no repite a nadie cuando la casa se ha quedado sola. ...
Relatos (I) de Jorge Teillier
El vuelo de las aves es un canto recién aprendido por la tierra. El día entra en la casa como un perro mojado de rocío. Mira: se encienden las hogueras de los gallos. Los cazadores preparan sus morrales. Los caballos los esperan rompiendo con sus cascos el cielo que apenas pesa ...
El vulgo comúnmente se aficiona de Poesía Anónima de los Siglos de Oro
El vulgo comúnmente se aficiona a la que sabe que es doncella y moza, porque ansí le parece al que la goza que le coge la flor de su persona. Yo, para mí, más quiero una matrona que con mil arteficios se remoza, y, por gozar de aquel que la retoza, una hora de la noche no perdona. ...
El drama del olvido de Luis Llorens Torres
Él- La historia de nuestro amor, que aún sahúma tu memoria, fue breve como la historia de la abeja con la flor. Prisionera de la flor, la abeja sabe libar en su cárcel de azahar. Y cuando liba la esencia, recobra su independencia y se vuelve al colmenar. Ella- Te di el libro de mi vida, ...
Las hermosas de Gonzalo Rojas
Eléctricas, desnudas en el mármol ardiente que pasa de la piel a los vestidos, turgentes, desafiantes, rápida la marea, pisan el mundo, pisan la estrella de la suerte con sus finos tacones y germinan, germinan como plantas silvestres en la calle, y echan su aroma duro verdemente. ...
Elegías y soneto a Silvia de Mariano Melgar
Elegía y soneto a Silvia ¿Por que a verte volví, Silvia querida? (Elegía I) ¿Por qué a verte volví, Silvia querida? ¡Ay triste! ¿para qué? ¡Para trocarse mi dolor en más triste despedida! Quiere en mi mal mi suerte deleitarse; me presenta más dulce el bien que pierdo: ¡Ay! ¡Bien que va tan pronto a disiparse! ...
Pequeña letanía en voz baja de Herib Campos Cervera
Elegiré una Piedra. Y un Arbol. Y una Nube. Y gritaré tu nombre hasta que el aire ciego que te lleva me escuche. (En voz baja.) Golpearé la pequena ventana del rocío; extenderé un cordaje de cáñamo y resinas; levantaré tu lino marinero hasta el Viento Primero de tu Signo, para que el Mar te nombre. ...