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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Estás muerto.... de Pedro Granados
Estás muerto. Muertísimo. Hecho todo un cadáver. No lo niegues. Muertos tus recuerdos. Muerto el amor desde hace mucho tiempo. Mano que se abre y exhibe las entrañas. Mano que se cierra y escribe. Has dosificado las palabras. Pero tu corazón gira sobre la estepa. Va dando tumbos. ...
Seguro pensamiento de Eugenio Florit
Estas noches así basta la luna que redonda en su luz sube a los altos cielos sin prisa, tan segura, de brillar y morir para mañana volver sobre este cielo en que la vemos. No basta, a veces, con mirar un árbol estas noches así, trémulo y solo, tan seguro de hojas y de pájaros y de un beso del sol ...
Virgen del camino de Andrés Trapiello
Estas noches de invierno hace frío en la casa, los techos son muy altos y las paredes viejas, cierran mal los balcones y la ventisca entra hasta la misma cama donde espero a que me venza el sueño y a que el sueño me arrebate de golpe el libro de las manos, y así, sobresaltado, ...
Perro con palabras de Saúl Ibargoyen
Estas palabras así tan otras empiezan con un perro. Nuevas y ya contaminadas palabras que traen entre hilos y fibras de silencio el pedazo envejecido de este solo perro. Porque todo animal toda pulsación de mugre ...
Estás plagado de retrocesos... de Edith Checa
Estás plagado de retrocesos, de indecisiones como mareas insistentes hacia la costa y lo lejano. Casi ahogado en la espuma de tu flirteo con la muerte, con la muerte de la especie que como baluarte ondeas frente a las retinas impávidas del deseo ¿humano? Saber de oscuridades ...
A las flores de Pedro Calderón de la Barca
Éstas que fueron pompa y alegría despertando al albor de la mañana, a la tarde serán lástima vana durmiendo en brazos de la noche fría. Este matiz que al cielo desafía, Iris listado de oro, nieve y grana, será escarmiento de la vida humana: ¡tanto se emprende en término de un día! A florecer las rosas ...
Fábula de Polifemo y Galatea (Fragmentos) de Luis de Góngora y Argote
Estas que me dictó rimas sonoras, culta sí, aunque bucólica Talía ¡oh excelso conde! en las purpúreas horas que es rosas la alba y rosicler el día, ahora que de luz tu Niebla doras, escucha al son de la zampoña mía, si ya los muros no te ven, de Huelva peinar el viento, fatigar la selva. ...
Sara de Daniel Chirom
Estas ramas son tus manos acariciando el cielo después de cada tormenta. Y esos dedos son llamas encendiendo una noche en la penumbra blanca de tu ocaso.
Mujer dormida de Alfonso Calderón
Estás sola en la playa, bienamada, y tu cuerpo acariciado por los vientos recuerda la espuma sollozante. Estás sola, mas en tu soledad virgíneos te rodean los sueños, y esa arquitectura tentadora del mar nimbando olas tal cuerpos poseídos. Sueñas, mas los sueño, amor mío ...
Noche a las once de Manuel Altolaguirre
Éstas son las rodillas de la noche. Aún no sabemos de sus ojos. La frente, el alba, el pelo rubio, vendrán más tarde. Su cuerpo recorrido lentamente por las vidas sin sueño en las naranjas de la tarde, hunde los vagos pies, mientras las manos amanecen tempranas en el aire. ...
Poema LXX (Estas son mis alegrías) de Dulce María Loynaz
Estas son mis alegrías: las he contado, y creo que no falta ninguna. Llévalas todas a cantar en tus noches, o a perderse en tus mares, o a morir en tus labios. Estas son mis tristezas. Contarlas no he podido, pero sé que me siguen fielmente. Llévalas a todas a abonar tu tierra, ...
El testamento de Drácula (Según F.F.C.) de Jenaro Talens
Éstas son mis palabras, mis últimas palabras. Crecen en torno a mí sin que yo las vigile, luego retornan a mi boca y en ella se aposentan para pasar la noche. Las digo en voz tan baja que ni tú las escuchas a ras de suelo, tan inaprensibles que hasta las piedras las absorben. Todo es posible aquí. ...
Rendimiento de amante desterrado que se deja en poder de su tristeza de Francisco de Quevedo
Estas son y serán ya las postreras lágrimas que, con fuerza de voz viva, perderé en esta fuente fugitiva, que las lleva a la sed de tantas fieras. ¡Dichoso yo que, en playas extranjeras, siendo alimento a pena tan esquiva, halle muerte piadosa, que derriba tanto vano edificio de quimeras! ...
M. A. de Juan Gelman
Estas visitas que nos hacemos, vos desde la muerte, yo cerca de ahí, es la infancia que pone un dedo sobre el tiempo. ¿Por qué al doblar una esquina encuentro tu candor sorprendido? ¿El horror es una música extrema? ¿Las casas de humo donde vivía el fulgor que soñaste? ¿Tu soledad ...
Estática... de Mercedes Roffé
Estática. Una vibración o interferencia. Repetir. Repetir -el temor o el coraje. Lo que se sabe impronunciable, a no ser por la mirada. Un murmullo insistente, local, distinto, bien-perfilado. Una (im)posibilidad extenuante y extenuada. La gota horada la piedra, o la piedra el charco. ...
En que describe racionalmente los efectos irracionales del Amor de Sor Juana Inés de la Cruz
Este amoroso tormento que en mi corazón se ve, sé que lo siento y no sé la causa porque lo siento. Siento una grave agonía por lograr un devaneo, que empieza como deseo y para en melancolía. Y cuando con más terneza mi infeliz estado lloro, sé que estoy triste e ignoro la causa de mi tristeza. ...
De amor y de discreción de Sor Juana Inés de la Cruz
Este amoroso tormento que en mi corazón se ve, sé que lo siento, y no sé la causa porque lo siento. Siento una grave agonía por lograr un devaneo, que empieza como deseo y para en melancolía. Y cuando con más terneza mi infeliz estado lloro, sé que estoy triste e ignoro la causa de mi tristeza. ...
Reposo de Vicente Huidobro
Este andar de los huesos Este andar de la carne Este escalar los siglos Y venir de tan lejos en abuelos perdidos Este andar entre orillas desveladas Nos dará una fatiga de experiencias amargas Y un ansia de renuevo Anhelo de aventuras de la sangre anhelo de no ser lo mismo y buscar ...
este balbuceo de las hojas... de Héctor Rosales
este balbuceo de las hojas puede ser excusa de lo que hay tras la nuca del monte y no se deja mirar puede ser boceto del epitafio de algo que no se podrá evitar este balbuceo de las hojas...
Navy Bar de Manoel Antonio
Este bar se balancea Y también está listo para hacerse a la vela. Nos llenaron el vaso con toda el agua del Mar para hacer un cocktail de horizontes Colgados de las horas atlas geográficos de esperantos están sin traducción Y tartajean las pipas con el políglota ademán de las banderas ...
Este breve e inmenso cielo de Johanna Godoy
Este breve e inmenso cielo gestado dentro de mí vio el horizonte entre aullidos y maldiciones A sus colores recurro en todo tiempo para renovar esperanzas y llenarme del agua de su mirada Mi pequeño cielo ocupa el espacio del futuro y planta mi huella indeleble en el espacio de la ...
Lecciones de equitación para Ramiro de Julio Leite
Este caballo, Ramiro, es de tinta negra, oscuro como el vino de su sangre uva, tiene dientes que muerden la ternura de tus ojos, porque el caballo, Ramiro, sabe de ojos... Los carga limpiosy llorosos. Aquí está con cascos de sol, sentate al lomo de este caballo de tinta, te lo regalo, ...
Este carnaval de Jairo Guzmán
Este carnaval ganó la batalla esparció espigas del oro del trigo intangible que reluce entre lo que no se ve ¿Qué no se ve? El fotógrafo Digamos que no se ve el sonido del verde excepto si percibes su olor El óleo verde huele a trementina y el verde ¿a qué huele? Si vamos por las rutas ...
El carriel de Jorge Robledo Ortiz
Este carriel de nutria, señoras y señores, Fue antaño la bandera de un colonizador, Tal vez un Juan sin Cielo hundido en los blasones De algún tatarabuelo del imperio español. No sé qué guarda dentro: quizás diez arreboles Recogidos en viajes de Quimbaya a Sonsón; Una mazorca de oro, ...
Cauce seco de Dulce María Loynaz
Este cauce ya seco y sin arrullos de pájaros ni aguas, tiene esa íntima tristeza de las cunas vacías... Un niño muerto quédale flotando en el aire...Una sábana revuelta, un ritmo detenido... ¡Un esperar de alma que no llega!
Ejecutoria del miasma de Oliverio Girondo
Este clima de asfixia que impregna los pulmones de una anhelante angustia de pez recién pescado. Este hedor adhesivo y errabundo, que intoxica la vida y nos hunde en viscosas pesadillas de lodo. Este miasma corrupto, que insufla en nuestros poros apetencias de pulpo, deseos de vinchuca, ...
Este colapso estrellado... de Haroldo Shetemul
Este colapso estrellado que abarca los ángulos más exactos de la ambigüedad está presente y sin embargo para asirlo no tiene densidad precisa ¿Dónde quedó el tiempo incrustado de balas y jazmines? ¿Dónde ladra el perro persiguiendo un eclipse? Acantonada la luz ...
Dibujo de la fuga (VI) de Claudia Lars
Este color de liquen y de algas; este origen de mar, que nadie advierte; este canto de grutas sumergidas y estos silencios de agua, que se beben. El goce de una intacta lejanía donde el pulso del tiempo se endurece; El barco que llegó buscando anclas, por combate de noches y de nieves. ...
Trilce (Poema XXXVIII) de César Vallejo
Este cristal aguarda ser sorbido en bruto por boca venidera sin dientes. No desdentada. Este cristal es pan no venido todavía. Hiere cuando lo fuerzan y ya no tiene cariños animales. Mas si se le apasiona, se melaría y tomaría la horma de los sustantivos que se adjetivan de brindarse. ...
Espuma de José Luis Cano
Este cuerpo de amor no necesita quemar su luz en otra ardiente rama. La lava en que se quema y que derrama, por su propio volcán se precipita. Tu hermosura sin voz sólo me incita, no un corazón ni el vuelo de una llama. Mi alimento es mi amor, y lo que ama mi sangre, es esa piel, ...
Ritmo de viaje de José Carlos Becerra
Este cuerpo que yo acaricio lentamente extendiendo la noche, este cuerpo donde yo he penetrado en mi propia distancia, en mi sofocamiento de sombra. Este vientre donde el amor abarca a la noche, estos senos donde la luz altera los signos, este cuerpo al que ahora me entrelazo, ...
Lamento de Jonás de Olga Orozco
Este cuerpo tan denso con que clausuro todas las salidas, este saco de sombras cosido a mis dos alas no me impide pasar hasta el fondo de mí: una noche cerrada donde vienen a dar todos los espejismos de la noche, unas aguas absortas donde moja sus pies la esfinge de otro mundo. ...
Campoamor de Rubén Darío
Este del cabello cano, como la piel del armiño, juntó su candor de niño con su experiencia de anciano; cuando se tiene en la mano un libro de tal varón, abeja es cada expresión que, volando del papel, deja en los labios la miel y pica en el corazón.
Imagen cotidiana de Lina Zerón
Este desánimo eterno y pegajoso, esta intransigente búsqueda perfecta de ti. Ya no hay lunes malhumoradosni eufóricos viernesni domingos depresivos. Ni siquiera soy simétrica como los miércolesni me parezco al aburrido jueves. Debería inventar otros nombres a los días, ...
La poesía (I) de Ernesto Mejía Sánchez
Este desasosiego, esta palabra que desde el corazón me llega y se detiene en mis labios, no es nuevo en mí, sino que permanece, vive desde cuando mis padres en amorosa lucha concretaron la carne de la muerte para darme al mundo; y me crece como un mar en el pecho, siempre cambiente, ...
El caballero de la mano en el pecho (El Greco) de Manuel Machado
Este desconocido es un cristiano de serio porte y negra vestidura, donde brilla no más la empuñadura, de su admirable estoque toledano. Severa faz de palidez de lirio surge de la golilla escarolada, por la luz interior, iluminada, de un macilento y religioso cirio. ...
Compromiso de Kenny Rodríguez
Este deseo diario de rascar tu espalda tibia y sudorosa, de brillar en tus ojos quietos y profundos, de amarte salvajemente hasta deshilachar las soledades, de ruborizarme con plena conciencia cuando encuentro mi desnudo entre tus labios, será mi compromiso único y vital. ...
Para llegar a amarme... de Yanira Soundy
Este día en el ascensor, la inquietud ha vedado nuestro beso. A pesar de vernos llegar sin el usual cargamento de miedos y quimeras, con los ojos de ópalo y la sed que arde en nuestros cuerpos. Estás frente a mí , como un jardín de tallos en mis venas, donde estallan flores encendidas. ...
Para llegar a amarme... de Yanira Soundy
Este día en el ascensor, la inquietud ha vedado nuestro beso. A pesar de vernos llegar sin el usual cargamento de miedos y quimeras, con los ojos de ópalo y la sed que arde en nuestros cuerpos. Estás frente a mí , como un jardín de tallos en mis venas, donde estallan flores encendidas. ...
Pena de Otoniel Guevara
Este día me levanté desmesuradamente tarde Miré mis manos Indagué mi esqueleto El horizonte no tenía sentido El sol tostaba los techos de las casas En la calle ni los perros ni los panaderos quisieron relatarme la manera en que murió el amanecer
Abril de Circe Maia
Este día tan lleno de niñez, las cápsulas verdes de los eucaliptos en el suelo, entre hojas. El buen aroma frío y viejo trae de la mano, consigo, los paseos al sol y por un parque en un abril de viento. Por mirar la vereda así y oír el ruido de las hojas, arriba; por recoger las cápsulas ...
La Zarza de Moisés ( Vaciando la casa de los muertos) de Pedro Jesús de la Peña
Este dolor de ver en la penumbra el rostro de los muertos detrás de los visillos con luces atenuadas por las contraventanas: el brillo de unas gafas, las canas del bigote, la certeza profunda de que aquí se encontraron para no irse jamás. Esta certeza, mientras recolecto los laureles ...
Poema del domingo triste de José Angel Buesa
Este domingo triste pienso en ti dulcemente y mi vieja mentira de olvido ya no miente. La soledad a veces es el peor castigo, ¡pero qué alegre todo si estuvieras conmigo! Entonces no querría mirar las nubes grises formando extraños mapas de imposibles países y el monótono ruido del agua ...
El Cristo yacente de Santa Clara (Iglesia de la Cruz) de Palencia de Miguel de Unamuno
Éste es aquel convento de franciscas, de la antigua leyenda; aquí es donde la Virgen toda cielo hizo por largos años de tornera, cuando la pobre Margarita, loca, de eterno amor sedienta, lo iba a buscar donde el amor no vive, en el seco destierro de esta tierra. ...
Qué será ser tú de Ana Rossetti
Este es el enigma, la atracción sobrecogedora de conocer, el irresistible afán de echar el ancla en ti, de poseerte. Qué será la perplejidad de ser tú. Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber. Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y, con tus ojos, verme. Qué será percibir ...
Soneto con gallo de Nicolás Guillén
Este es el gallo. Canta y desafía. Cantando, desafía. Así es el gallo. No sé si usar la palabra serrallo. (Si no fuera tan obvia la usaría.) Plumas de ébano, nácar, pedrería iluminada por el sol de mayo. (Yo no diré que el gallo anuncia el día; es que el día se anuncia con el gallo.) ...
Estancia de Francisco A. de Icaza
Este es el muro, y en la ventana que tiene un marco de enredadera, dejé mis versos una mañana, una mañana de primavera. Dejé mis versos en que decía con frase ingenua cuitas de amores; dejé mis versos que al otro día su blanca mano pagó con flores. Este es el huerto, y en la arboleda, ...
Poema de las dos cabezas de Yolanda Pantin
Este es el poema de las dos cabezas Sol Cuello Cortado descansa sobre la hierba Cabeza Soberbia partió a los Australes Sol Cuello Cortado dejó que un insecto revoloteara en sus labios y durmió un instante Cabeza Soberbia cansada del viaje haló de los pies a su amante ...
Salmo de la elegida de Nora Méndez
Este es el tiempo de nombrar nuevamente las cosas De producir el sonido que las engendre Son los magos del corazón interno Que profieren amenazas Contra el mundo y sus ilusiones gastadas Alquimistas poderosos En el viaje del adentro Donde nacerán nuevamente las bancas ...
Mi búnker de Mónica Albizúrez Gil
este es mi búnker mi refugio subterráneo el de estructuras firmes el incognoscible lo he bautizado