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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Tiempo de amor de José Luis Cano
En el amor el tiempo es como un pájaro aleteante, estremecido, trágico. Parece detenerse en nuestros brazos, jadear dulcemente en nuestros labios. Y fluye tierno como el valle verde por un secreto afán de vida breve. Su vuelo cesa bajo el beso largo, tensas las alas, dulce y hechizado. ...
Los chichimecas de Poesía náhuatl
En el año 5-Caña vinieron a acercarse los chichimecas: vivían como flechadores (cazadores), no tenían casas, no tenían tierras, su vestido no eran tilmas tejidas, solamente pieles de animal era su vestido, sólo con yerba hacían su vestido. Sus hijos sólo en redecillas en huacales se criaban. ...
En el barrio chino de Miguel Barnet
EN EL BARRIO CHINO Yo te espero bajo los signos rotos del cine cantonés Yo te espero en el humo amarillo de una estirpe deshecha Yo te espero en la zanja donde navegan ideogramas negros que ya no dicen nada Yo te espero a as puertas de un resturante en un set de la Paramount ...
Simil de José Domingo Gómez Rojas
En el bello jardín de mis ensueños Donde nacen las flores. mis quimeras, Nacieron muchos lirios que risueños A la vida entonaron sus primeras Canciones de dulzuras, halagüeños. Mas sopló el vendaval y esas mis flores Dobláronse en sus tallos juveniles; ¡Oh blancos lirios, ...
Watteau en Noguent-Sur-Marne de Guillermo Carnero
En el brillante centro de la sala se oye las risas y el reloj. En cuatro círculos giran las Estaciones, y las Gracias recatan su desnudez en el coronamiento. Ágatas y nogal, si se entrelazan a los pies del reloj, la caja oprime las resonantes cuerdas, los finísimos flejes y el contenido cauce ...
Al vino de Jorge Luis Borges
En el bronce de Homero resplandece tu nombre, negro vino que alegras el corazón del hombre. Siglos de siglos hace que vas de mano en mano desde el ritón del griego al cuerno del germano. En la aurora ya estabas. A las generaciones les diste en el camino tu fuego y tus leones. ...
Poetas al salón que hay jurados! de Amparo Amorós
En el café se gestan las hazañas; en el café los premios se reparten; en el café se traman artimañas sin que los camareros se nos harten. ¡Qué baratos nos salen los jurados- amiguetes de mesa, copa y puro! ¡Qué solidarios, desinteresados, ecuánimes y rectos!- os lo juro. ...
Allí estamos de Néstor Martínez
En el calor del trópico En el silencio de la noche En el murmullo del mar En el rozar del viento En el sol ardiente En el canto del ave En el rosado amanecer En el apacible ocaso En la turbulencia del huracán En la brisa matinal En la ausencia de nuestra voz En el recuerdo de nuestro tiempo ...
En el camino... de Norah Lange
En el camino hay un silencio de palabra imposible La tarde reza en ermita de fuego Sobre el despoblado hacen penitencia las sombras Las estrellas columpian la escalera por donde bajarán los ángeles a la tierra Mi vida se desangra gota a gota. La tarde es una sola lágrima ...
Podemos vivir sin el pajarito mandón de Julio Cortázar
En el centro de la hostia una pestaña, esto afecta al sacerdote, pero no, en realidad nunca pareció más blanca, como el vello de un vientre lo empurece en designio. Manchas de pantera el tiempo corre con batallas, cismas , y la cicatriz de Ruán: Así se lo distingue de la tapioca eterna, ...
en el cielo crecido de fulgor... de Rogelio Guedea
en el cielo crecido de fulgor. agrio de noches que comí. recordé la vez que mamá me sacó como pedazo arrancado de su carne. recordé un día esa noche que no podía salir de su carne magullada. sucia como casa que no alquiló nunca la alegría. condenada estuvo de mí a tenerme. ...
En el claro cristal del desengaño... de María de Zayas
En el claro cristal del desengaño se miraba Jacinta descuidada, contenta de no amar, ni ser amada, viendo su bien en el ajeno daño. Mira de los amantes el engaño, la voluntad, por firme, despreciada, y de haberla tenido escarmentada, huye de amor el proceder extraño. Celio, sol desta edad, ...
Opus jopo de Néstor Perlongher
En el condón del jopo, engominado, arisco, mecha o franja de sombras en la metáfora que avanza, sobra, sobre el condón del jopo la mirada que acecha despeinarlo, rodar la redecilla en las guedejas: un público pudor, irresistible, tieso en la goma del spray: la goma libidinizada, ...
Amanecer de Norah Lange
En el corazón de cada árbol se ha estremecido la medianoche. La noche se desmenuza en lenta procesión de niebla. Todas las tardes terminan su cansancio. Los letreros luminosos duermen el asombro de sus colores y anticipan la contemplación de cada pobre. En toda esquina vigila el sueño ...
Carpintería de Manuel Rico
En el cristal de los escaparates que circundan la plaza se reflejan las siluetas fugaces de dos hombres: son padre e hijo y tú los reconoces porque llegan del predio en sombra de tu historia. La amanecida aturde los objetos con su luz temblorosa. Es verano y caminan, el paso decidido, por la acera. ...
Amplificaciones de Xavier Villaurrutia
En el cuarto del pueblo fantástico y desnudo, amarillo de luz de vela, sobrecogido, mis sienes dan la hora en no sé qué reloj puntual y eterno. La soledad se agranda como las sombras en la sábana del muro, como las caras ayer asomadas para dentro en el marco de sus ventanas. ...
La calavera de José Asunción Silva
En el derruído muro de la huerta del convento, en un agujero oscuro donde, al pasar, silba el viento, y, como una dolorida queja a las piedras arranca, hay, en el fondo, escondida una calavera blanca. De algún fraile soñador de vida ejemplar y bella y dedicada al Señor, en el mundo única huella. ...
A mi amada de Roberto Fernández Retamar
En el Día de los Enamorados, el domingo, he despedido a mi amada. Subió al ómnibus de la mano de su compañero, Que en la otra mano llevaba una guitarra remendada. Se sentaron sonrientes en el primer asiento: ella ocultaba su tristeza con un giro de sus bellos ojos, ...
El miedo de Alejandra Pizarnik
En el eco de mis muertes aún hay miedo. ¿Sabes tú del miedo? Sé del miedo cuando digo mi nombre. Es el miedo, el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre, o el miedo con labios muertos bebiendo mis deseos. Sí. En el eco de mis muertes aún hay miedo. ...
En el embravecido... de Ernesto Aguirre
En el embravecido océano de tus ojos un dolorido pez por un instante fue visto buscando tierra firme.
El muñeco roto de Marilina Rébora
En el entusiasmo del dulce embeleco, nunca imaginara que tal vez un día, con peluca suelta quedara el muñeco, los ojos ausentes, la testa vacía. Sin fondo, un abismo, semejaba el hueco del cráneo desierto, y en esa agonía, a pesar de todo, resonaba el eco del tierno Mamá , ...
En un libro guardada está de Ramón del Valle Inclán
En el espejo mágico aparece toda mi vida, y bajo su misterio aquel amor lejano se florece como un arcángel en un cautiverio. Llega por un camino nunca andado, ya no son sus verdades tenebrosas, desgarrada la sien, triste, aromado, llega por el camino de las rosas. ...
Arte poética 4 de Adriano Corrales
En el festival de las artes o en la feria del libro el poeta expresa que la poesía es la cenicienta nada menos cierto la zapatilla se revende de ciudad en ciudad de puerto en puerto vale justo sus palabras Selección del autor
Incompletamente de Juan Gelman
en el filo de la belleza que corta la vida/la devuelve a su no ser/la vida grita el no ser de la belleza/ en ese estáramos se quema la cebolla descuidada/la tristeza/ el amor al revés/¿cuándo se llora en este valle?/ciudadanos entreguen su dolor para hacer tiempo/ insoportalbe es todo viaje ...
En el fondo de la estancia... de Juan Ramón Jiménez
En el fondo de la estancia un instante nos hallamos; la sombra nos envolvía y nadie quiso mirarnos. Yo sentí que me embriagaba el perfume de los nardos que le prendí aquella tarde sobre su vestido blanco. Como entonces nos queríamos nuestros sueños se cruzaron: yo me encontré ...
Altas Hojas: VIII de Cecilia Bustamante
En el fondo de todas las cosas, intermitente y sin descanso, está el corazón. Aquí habitaron los hombres de todos los tiempos Y su polvo ennnoblece los embriones de las plantas. !Quién pudiera escuchar su palabra de fuego en la noche oscura, y cogerla ardiente y elevarla ...
Yo en el fondo del mar de Alfonsina Storni
En el fondo del mar hay una casa de cristal. A una avenida de madréporas da. Un gran pez de oro, a las cinco, me viene a saludar. Me trae un rojo ramo de flores de coral. Duermo en una cama un poco más azul que el mar. Un pulpo me hace guiños a través del cristal. En el bosque verde ...
Efialtes de Jorge Luis Borges
En el fondo del sueño están los sueños. Cada noche quiero perderme en las aguas obscuras que me lavan del día, pero bajo esas puras aguas que nos conceden la penúltima Nada late en la hora gris la obscena maravilla. Puede ser un espejo con mi rostro distinto, puede ser la creciente ...
En el frío de tu sonrisa de María Monvel
En el frío de tu sonrisa no quedaba ya resplandor ... pero aun la carne se me eriza cuando pienso en aquel amor !. Veinte años apenas los míos. ¡Pudiste haberme dado el ser! Tú eras crepúsculo sombrío y yo era un claro amanecer!. En ti no había ya memoria de la pasada juventud. ...
Ordalía de Domingo F. Faílde
En el fuego pondré siempre mi mano, que prueba es de mi fe para probarte, y bajaré contigo a los infiernos por arder más profundo y encendido. Mas si en prenda de amor quemarme quieres, envuélveme en tus brazos y cubre con tus piernas mi cintura: que no me sea posible sino ser llamarada ...
Carmencita de José Antonio Cedrón
En el gancho escondido que pende de la noche deja secar los trapos. Gotas de sangre dulce le roban las muñecas. Ella pone su mano de disculpa, obediente a la regla que baja como una guillotina y el poco de dolor le cuenta un cuento que nadie le ha contado en esta vida.
Ruiseñores de nuevo de Juan Gelman
en el gran cielo de la poesía/mejor dicho/ en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos/astrosdioses/mortales está cantando el ruiseñor de keats/siempre/ pasa rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva desan juan/ a la teresa se le dobla el dolor ...
La leve pisada del demonio nocturno de César Moro
En el gran contacto del olvido A ciencia cierta muerto Tratando de robarte a la realidad Al ensordecedor rumor de lo real Levanto una estatua de fango purísimo De barro de mi sangre De sombra lúcida de hambre intacto De jadear interminable Y te levantas como un astro desconocido ...
La perfecta dormida de Homero Aridjis
En el hálito ardiente de su propio sonido quema y en su ámpula germina la crisálida La libélula transcurre bajo el sol Rompe la quieta corriente del instante el río que ha pasado comparece al golpe del nuevo movimiento Se recuesta en el agua el esplendor Otras criaturas tañen las olas ...
La Ardilla de María Victoria Atencia
En el hayedo, sobre la cruz de un árbol salta una ardilla y me parecen propias y conforme a la naturaleza sus movilidades y afán frente a un otoño ocre y ya inminente, su alternativa de árbol, su afán recaudatorio. Su memoria será quien me soporte. Quedé ayer sepultada ...
En la casa del miedo de Damaris Calderón
En el hueco de la mano como un pájaro el miedo hace su pequeño nido.
En el hueco de tus manos de Susana Reyes
En el hueco de tus manos pongo tu nombre y lo bebo a sorbos, tus minerales se licuan con mis soles y en la memoria la leyenda de tu cuerpo se vuelve mariposa, limpio las soledades a tus pasos, entonces te acuno entre mis ojos entonces te limpias el sudor y recoges mis ...
La mariposa de Lilian Serpas
En el jardín de plenilunio lleno su tríptico de pétalos se posa, con la fijeza de una mariposa que congelara en flor su desenfreno. Tiene en su cáliz de candor un pleno aire más fino que nevada rosa, y del perfume, doncellez premiosa, la suave gala de blancor sereno. Vuelta de niebla ...
Jardín escrito de Ulalume González de León
En el jardín que recuerdo sopla un viento que mueve las hojas del jardín donde ahora estoy escribiendo En el jardín que imagino sopla un viento que mueve las hojas del jardín que recuerdo Y en el jardín donde ahora estoy escribiendo sopla un viento que mueve las hojas sin jardín: ...
Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma de Jaime Gil de Biedma
En el jardín, leyendo, la sombra de la casa me oscurece las páginas y el frío repentino de final de agosto hace que piense en ti. El jardín y la casa cercana donde pían los pájaros en las enredaderas, una tarde de agosto, cuando va a oscurecer y se tiene aún el libro en la mano, eran, me acuerdo, ...
La estrechez del mundo de Luis Raúl Calvo
En el límite de todo, tú adorada mía ahora que la sal del hierro no corroe los ligamentos del esperma, vienes a mí blanca, etérea, elevando tus ojos rojizos por las gargantas del océano. Condenado amor, la estrechez del mundo se interna en los mares ultrajados ...
Durante el Renacimiento, siempre hablamos de amor de Carlota Caulfield
En el llamado Libro de Cocina, códice V, de la Universidad de Pisa, leí una receta verdaderamente curiosa titulada Anónimo deseado . No me es permitido reproducir la receta, sólo puedo decir que metí ls manos en una pasta fría y que trabajé con la imaginación hasta ...
El gallo habanero de José Juan Tablada
En el matinal gallinero con el rendimiento caballero, en torno a su hembra enreda el arabesco de su rueda sin cesar el gallo habanero; cual blanco albornoz el plumón envuelve su fiero ademán; ¡por su cresta-fez bermellón y el alfanje de su espolón, el gallo es un breve sultán! Junto a la gallina coqueta, ...
Bar, ese hombre de Héctor Rosales
En el mostrador anudó su actualidad, y el mar del tenebroso recipiente lo llevó, remo a vaso, vaso a remo, hasta la isla de marca similar. Las aves traían restos de navios, leves escudos de rutas diluidas. Para el infierno sobraban pasaportes, sobraban días...
Cuerpo del delfín (fragmento) de Fayad Jamís
En el palacio de la memoria, en el humo del cuerpo, una palpitación extraña, un remoto aleteo: la sombra roja de un delfín entra suavemente. ¿Qué importa la marca del arpón? ¿Qué importa si el nombre del barco es Little Fish o Cheval ? ¿Qué importa el rostro encendido del arponero? ...
La muerte de la luna de Leopoldo Lugones
En el parque confuso Que con lánguidas brisas el cielo sahúma, El ciprés, como un huso, Devana un ovillo de de bruma. El telar de la luna tiende en plata su urdimbre; Abandona la rada un lúgubre corsario, Y después suena un timbre En el vecindario. Sobre el horizonte malva De una mar argentina, ...
Otoño de Manuel Machado
En el parque, yo solo... Han cerrado y, olvidado en el parque viejo, solo me han dejado. La hoja seca, vagamente, indolente, roza el suelo... Nada sé, nada quiero, nada espero. Nada... Solo en el parque me han dejado olvidado, y han cerrado. Selección: Guido Ferrer
La niña de la lámpara azul de José María Eguren
En el pasadizo nebuloso cual mágico sueño de Estambul, su perfil presenta destelloso la niña de la lámpara azul. Ágil y risueña se insinúa, y su llama seductora brilla, tiembla en su caballo la garúa de la playa de la maravilla. Con voz infantil y melodiosa con fresco aroma de abedul, ...
Identidad de Octavio Paz
En el patio un pájaro pía, como el centavo en su alcancía. Un poco de aire su plumaje se desvanece en un viraje. Tal vez no hay pájaro ni soy ese del patio en donde estoy. De: Días hábiles
La espera de Cé Mendizábal
En el patio, su padre silba y aguarda mientras sus dedos persiguen un tornillo al interior de una quejumbrosa lata. El rito del envejecido perro es alargar el hocico a los cuatro puntos cardinales todos los minutos, todos los días. En las habitaciones se ha detenido la geometría. ...