audiovideoteca por primeros versos letra c
Caballeros sentados en el éter cantaban espasmódicas salmodias y en el gusto y color de sus melodías dibujábanse gréculas de suéter, grequillas de zigzagues como el rayo, cenefas que entreveran masallases, columnatas, ribetes, antifaces, hojitas de septiembre, enero y mayo. Pensando entretener eternidades... | |
de Alejandro Aura en la voz de Alejandro Aura |
Cabeza impar, sólo a medias visible desde donde se mire y a medias rescatada de un exilio sin fin en la cabeza de la bruma. Es opaca por fuera, impermeable al bautismo de la luz, porosa como esponja a las destilaciones de la noche insoluble. Pero por dentro brilla; arde en un remolino de cristales... | |
de Olga Orozco por Olga Orozco |
Cabra de sol y Amaltea de plata que, en la última ráfaga, suspiras aire de rosas, palabras de liras, sueño de sombras que los astros desata; al viejo Dios leche difusa y grata, y, del reflejo mismo en que te miras, hacendosa hilandera, porque estiras en hebra y copos el vellón... | |
de Alfonso Reyes en la voz de Alfonso Reyes |
cada casa encontrada toda calle que tenga un nombre antiguo sol / retama la madreselva aún cierta capilla el fino atardecer del arrabalde crepusculea aún y hay sol entero ardiente invierno pueblo aquestas gentes aquel la hermana aquel la río comarca de sol de invierno hirviente pueblo entero comarca el alto ocre ... | |
de Rolando Faget en la voz de Héctor Rosales |
cada casa encontrada toda calle que tenga un nombre antiguo sol / retama la madreselva aún cierta capilla el fino atardecer del arrabalde crepusculea aún y hay sol entero ardiente invierno pueblo aquestas gentes aquel la hermana... | |
de Rolando Faget por Héctor Rosales |
Cada día al llegar a la oficina Saludamos con ese ademán Dejado a la costumbre, Nos miramos la risa polvorienta, Queremos que alguien hable por teléfono Y callamos. Los días van escribiendo en nosotros, Nos sellan como actas de juzgado Y luego hablamos de ellos Como si fueran personas conocidas... | |
de Juan Bañuelos en la voz de Juan Bañuelos |
Cada día levanto, entre mi corazón y el sufrimiento que tú sabes hacer, una delgada pared, un muro simple. Con trabajo solícito, con material de paz, con silenciosos bienamados instantes, alzo un muro que rompes cada día. No estás para saberlo. Cuando a solas camino... | |
de Rubén Bonifaz Nuño en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Cada hora vendrá un hombre distinto. Llegará con la voz distorsionada por el zureo de las aves y ensayará el papel de amante sobre el cuerpo fugaz de la mujer de arena. Cada hora distinta un hombre nuevo renacerá en tu carne y será como amar todos los hombres sobre la tierra muerta... | |
de Carmen Alardín en la voz de Carmen Alardín |
Cada libro que escribo me envejece, me vuelve un descreído. Escribo en contra de mis pensamientos y en contra del ruido de mis hábitos. Con cada libro pago un viaje que no hice. En cada página que acabo cumplo con un acuerdo, me digo adiós desde lo más recóndito, pero sin alcanzar a ir muy lejos... | |
de Fabio Morábito en la voz de Fabio Morábito |
Cada vez que nos dan clases de amnesia como si nunca hubieran existido los combustibles ojos del alma o los labios de la pena huérfana cada vez que nos dan clases de amnesia y nos conminan a borrar la ebriedad del sufrimiento me convenzo de que mi región no es la farándula de otros... | |
de Mario Benedetti en la voz de Mario Benedetti |
Cada voz que llega a la punta de tus dedos: trae ronqueras de fiebre transporta rasguidos chillidos chasquidos abriéndose un rumbo casual entre gargantas de celo y agonía? ¿Es la voz de aquella niña con su sombrero de fibras azules con sus camisas de pálida transparencia... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Cadáveres amados los que un día Ensueños fuisteis de la Patria mía, Arrojad, arrojad sobre mi frente Polvo de vuestros huesos carcomidos! ¡Tocad mi corazón con vuestras manos! ¡Gemid a mis oídos! ¡Cada uno ha de ser de mis gemidos Lágrimas de uno más de los tiranos!... | |
de José Martí por Silvio Rodríguez |
Cádiz es amigo ejemplar. Te trae a bordo, y, al zarpar, te dice adiós. El mar y el cielo te envuelven, y entre cielo y mar todavía ves blanquear su temblor de último pañuelo... | |
de Enrique Díez-Canedo en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cae la noche y venzo al sueño, el perfume de la enredadera es grato y con sus amorosas hojas me invita a descansar... La noche, ¡ah, la penumbra lunar! Modelo despierta la propia fantasía que se cuela entre las rejas. Un segundo sí, un minuto no: ladronzuela de lo cierto que me intenta devorar...... | |
de Nuria del Saz en la voz de Nuria del Saz |
Cae la noche. Los remeros dejan de hablar y descansan. Sólo el mar con sus aguas tienta el barco. Tengo miedo. Me hablas de mi hijo. Ha crecido solo y no tiene padre. Triste época, Penélope, triste tiempo para andar de país en país y oír la palabra extranjero en boca de la gente... | |
de Julio Torres Recinos en la voz de Julio Torres Recinos |
Cae la noche. Los remeros dejan de hablar y descansan. Sólo el mar con sus aguas tienta el barco. Tengo miedo. Me hablas de mi hijo. Ha crecido solo y no tiene padre. Triste época, Penélope, triste tiempo para andar de país en país y oír la palabra extranjero en boca de la gente... | |
de Julio Torres Recinos por Julio Torres Recinos |
Cae la rosa, cae atravesando el agua, lenta por el cristal de sombra en que su tallo ahoga; desciende imperceptible, clara, ingrávida, pura y las olas la cubren, la desnudan, la vuelven a su aroma, hácenla navegante por la savia que de la tierra nace y asciende temblorosa... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Cajita mía de Olinalá palo-rosa jacaranda. Cuando la abro de golpe da su olor de Reina de Sabá. ¡Ay, bocanada tropical clavo, caoba y el copal! La pongo aquí la dejo allá por corredores viene y va. Hierve de grecas como un país nopal, venado Codorniz. Los volcanes de gran cerviz... | |
de Gabriela Mistral en la voz de Gabriela Mistral |
Callados, por la tarde, gravemente, sin elegir el sitio de la tierra, tú y yo nos besaremos como en guerra hasta quedarnos fríos frente a frente. Yo, cada vez más tumba que se ahonda, tú, cada vez más carne renovada, acaso llames y jamás responda cuando te vuelvas en mi cuerpo nada... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Calle Rondeau (Segunda parte) Yo sabía que alguien me acechaba, alguien me observa frente al mar porque soy y seré sin para qué, soy más allá de la gracia de un Dios y de las obras, como los corales que no existen en la bahía de Montevideo, o como yo mismo que tampoco existo... | |
de Alfredo Fressia por Alfredo Fressia |
Camina como un dragón caído que fue despojado del fuego y de las alas. Sobreviviente de una raza de gigantes, hoy luce el agazapado apetito de la demora, el lento, hastiado zigzaguear de un pesimista. Es una piedra en el centro del desierto. Hay otro tiempo detrás de sus ojos... | |
de Jorge Fernández Granados en la voz de Jorge Fernández Granados |
Caminando, caminando, ¡caminando! Voy sin rumbo caminando, caminando; voy sin plata caminando, caminando; voy muy triste caminando, caminando. Está lejos quien me busca, caminando; quien me espera está más lejos, caminando; y ya empeñé mi guitarra, caminando... | |
de Nicolás Guillén en la voz de Rosa Furman |
Caminantes camineros de Madrid a San Sebastián hemos visto cómo toda la tierra está cantada por el mar. Y al borde de tu misa oímos un océano universal y el rumor de todas las hostias que se venían a quebrar. (...) Y caminantes camineros sacamos en claro esta verdad... | |
de Carlos Martínez Rivas en la voz de Yolanda Blanco |
Caminas por el campo de Castilla y casi no lo ves. Un intrincado versículo de Juan es tu cuidado y apenas reparaste en la amarilla puesta del sol. La vaga luz delira y en el confín del Este se dilata esa luna de escarnio y de escarlata que es acaso el espejo de la Ira. Alzas los ojos y la miras... | |
de Jorge Luis Borges en la voz de Jorge Luis Borges Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Camino bajo el sol, los pensamientos quemados por la luz de un claro día. Una rueda descansa en mis ideas, una grieta el amor abre en sí mismo: tierra roja hasta ser sangre quemada, verde horizonte de escarpada loma sobre el cansancio de algún mal antiguo... | |
de Saúl Pérez Gadea en la voz de Héctor Rosales |
Camino del silencio se ha ido. Va adelante de mí. Lleva su antorcha a salvo ya de la traición del aire. Va musitando el verso que no pudo decir la última tarde. Se perdió su sonrisa, y en sus ojos tiembla el hondo pavor del que ya sabe. Lo llamo, lo persigo. Ya no vuelve el rostro a mí... | |
de Enrique González Martínez en la voz de Enrique Lizalde o Gastón Melo |
Campana virginal, la pequeñita de timbre claro, pero no inocente ¿qué te hacemos decir entre la lluvia, campana virginal, vieja terrible, con tu voz pura de revés de infierno? Desde el piso de arriba, el de los amos, mal oliente a humedad, a ruina y nada... | |
Ruinas del cafetal de los franceses, la Gran Piedra, Sierra Maestra
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de Eliseo Diego en la voz de Eliseo Diego |
Campo de cebollas Para tu triste deambular Con la brisa bordeando Su hoja espiritual En el surco de llamas Abriéndose En la hendidura de la tierra Con su fruto amargo Su corazón de aire En el cielo apretado Su puño de miserias Decantado licor De almendras amarillas... | |
de Mario Bojórquez en la voz de Mario Bojórquez |
Campo traviesa, cansada, con el hijo en el cuadril, la moza va hacia el lejano cuchitril. El sol coloca en los árboles sus moneditas de oro. Y el niño suelta la fuente de su lloro... La rapaza saca el seno rozagante a se lo dar... El niño bebe. Ella ríe. Y echa a andar... | |
de Rogelio Sinán en la voz de Rogelio Sinán Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cando penso que te fuches, Negra sombra que m asombras, Ô pe d os meus cabezales Tornas facéndome mofa. Cando maxino qu ês ida N o mesmo sol te m amostras, Y eres a estrela que brila, Y eres o vento que zóa. Si cantan, ês tí que cantas, Si choran, ês tí que choras... | |
de Rosalía de Castro en la voz de Conchita Fernández |
Cansado en re menor y sin sustancia: circunstanciado de mí entre palotes que un trágico niño escribe en su cuaderno: extremoso en frágiles cuidados y en cuitas de insolente singladura: caminado por adentro del zapato que ayer nomás perdió su ardiente suela... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Canta la noche salvaje sus ventriloquias de Congo, en un gangoso diptongo de guturación salvaje... La luna muda su viaje de astrólogo girasol, y olímpico caracol, proverbial de los oráculos hunde en el mar sus tentáculos, hipnotizado del sol. Sueña Rodenbach su ambigua quimera azul... | |
de Julio Herrera y Reissig en la voz de Ángel Rama |
Cantaba. Cantaba. Y nadie oía los sónes que cantaba. Metido por la noche los hilos teje de su cántiga: hilos de bronce que son los hilos ásperos de su tedio; hilos de sangre de su corazón, hilos de laboriosa araña -hilos de seda- que es el ensueño que se arrebuja bajo su melena flava... | |
de León de Greiff en la voz de León de Greiff |
Cantan dulces baladas con los labios pintados, tienen los corazones rotos por el amor, llevan gemas sombrías en sus dedos tan pálidos y en sus frentes que un astro porque sí decoró. En las noches siniestras beben su bebedizo y pasean su amenaza con amargo desdén... | |
de José Lupiáñez en la voz de Marian Sanz de Acedo |
Cantar, Feliciana, intento tu belleza celebrada; y pues ha de ser cantada, tú serás el instrumento. De tu cabeza adornada, dice mi amor sin recelo que los tiples de tu pelo la tienen tan entonada; pues con presunción no poca publica con voz süave que, como componer sabe, él solamente te toca... | |
de Sor Juana Inés de la Cruz en la voz de Laura Castanedo Música: Santiago de Murcia Arreglos y guitarra: Alberto Ubach |
Canto con voz de tez dañada en esta soga de papel, canto a los puertos imposibles donde vive lo que tanto nos falta, y canto para vos, hermano timonel del mismo rumbo inmundo en que nos tocó perder. Canto con la rebeldía diezmada en los versos que la nada no acabó de roer... | |
de Héctor Rosales en la voz de Nuria del Saz |
Caperuza del alma, está en lo oscuro el lobo, donde nunca sospecharías, y te mira desde su roca de miseria, su soledad, su enorme hambre. Tú le preguntas: ¿por qué tienes esos ojos redondos?Y él responde, ciego, para mirarte mejor, llorando. Y en seguida tú vuelves... | |
de Eliseo Diego en la voz de Eliseo Diego |
Capitán y español, no está avezado a curarse de herida que ha dejado intacto el corazón dentro del pecho. Ello, ocurrió de suerte que a los favores de un azar villano, pudo llegar el hierro hasta esa mano, que tuvo siempre en hierros a la muerte... | |
de Eduardo Marquina en la voz de Adolfo Marsillach |
Carcomido es lo que se ve, cortado cortada esa página amarilla por el tiempo en su flor, sus tijeras, las de cortar el abedul total, son invisibles. El hilo no: ven esa gente deshilándose, es otra deshilachándose. Lo que no se ve es el ovillo... | |
de Eduardo Milán en la voz de Eduardo Milán |
Carlos, mi amigo Carlos, hoy hace varios años que te has muerto. (Mi corazón se encoge ante la persistencia tenaz de tu recuerdo.)Tú no has muerto del tifus ni de la meningitis, como dicen los médicos; Tú te has muerto de asco, de imposible o de tedio.¡Qué bien te conocía, Carlos Riera!... | |
de José Zacarías Tallet en la voz de José Zacarías Tallet Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Carmela, más que nubes, más que nieves, más que plumas, que espumas, más que albores, tejen dorados hilos zurcidores la aurora de tu frente en copos leves. No separes tus ojos, no te lleves, gacela huida a tantos resplandores, sus dardos encendidos, heridores... | |
de José Bergamín en la voz de Juan Rejano |
Carne, carne maldita que me apartas del cielo; carne tibia y rosada que me impeles al vicio; ya rasgué mis espaldas con cilicio y flagelo por vencer tus impulsos, y es en vano: ¡te anhelo a pesar del flagelo y a pesar del cilicio! Crucifico mi cuerpo con sagrados enojos, y se abraza a mis plantas... | |
de Amado Nervo en la voz de Oscar Chávez o Claudio Obregón |
Carretadas de espíritus van de Sonsonate a la melancostalgia machetes pedradas y cotones chocan contra la espalda del milenio 1932 la abuela no puede arrancarse el olor a hijos muertos... | |
de Mario Noel Rodríguez por Mario Noel Rodríguez |
Casas de mi lugar que tienden a desaparecer; raras casas que aun suelo yo encontrar. Es de ver la multitud de los patios empedrados; el brocal con arcadas de ladrillo, los arriates adosados a los muros (altos muros patinados y sin brillo) y la parra que se afianza entre sus grietas... | |
de Francisco González Léon en la voz de Rosenda Monteros |
Casi en mi ser y por su ser paloma, sólo sé que mi sombra es su guarida, ciega en la luz su noche enrarecida pide mi vida y sólo muerte toma. Pico furtivo en su nocturno idioma sigue y persigue sangre perseguida, toma el morir y vive mi caída si a la vida se asoma o no se asoma... | |
de Clara Silva en la voz de Clara Silva |
Castellanos de Castilla, tratade ben ós gallegos; cando van, van como rosas; cando vén, vén como negros. Cando foi, iba sorrindo; can do veu, viña morrendo a luciña dos meus ollos, O amantiño do meu peito. Aquel máis que neve branco, aquel de dosuras cheio... | |
de Rosalía de Castro en la voz de Nuria Espert |
Catador esencial de la hora plena, el amor fue mi gloria y mi pecado: que cada instante de placer y pena fue la flor de lo mucho que yo he amado. Bajo la frente de visión serena, cada afán fue un ardor encadenado: como en la playa de sedante arena calma el mar su ansiedad, no su pasado... | |
de José Agustín Balseiro en la voz de Marcelo Cejas |
Cendal flotante de leve bruma, rizada cinta de blanca espuma, rumor sonoro de arpa de oro, beso del aura, onda de luz, eso eres tú. Tú, sombra aérea, que cuantas veces voy a tocarte, te desvanece como la llama, como el sonido, como la niebla, como el gemido del lago azul... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cerca del rumoroso cereal, de las olas del viento en las avenas, el olivo de volumen plateado, severo en su linaje, en su torcido corazón terrestre; las gráciles olivas pulidas por los dedos que hicieron la paloma y el caracol marino: verdes, innumerables, purísimos pezones de la naturaleza... | |
de Pablo Neruda en la voz de Pablo Neruda |
Cerca está el tiempo. En la arcilla se refrescan algunas formas; un hombre trabaja un cantero. Alguien levanta la voz que reposa en las piedras, oculto dice una alabanza a los jardines que un día recorrió, con la mitad del cuerpo hundida en la luz y la otra mitad hundida en la sombra... | |
de Vilma Vargas en la voz de Vilma Vargas |
Cerca la Tablada la sierra passada falleme con Alda a la madrugada. Ençima del puerto cuidéme ser muerto de nieve e de frío, e desse rucío e de grand elada. Ya ä la deçida, dï una corrida: fallé una serrana , fermosa, lozana, e bien colorada. Dixle yö a ella: Omíllome bella... | |
de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita en la voz de Manuel Dicenta |
Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de esotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa... | |
de Francisco de Quevedo en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos, taparon su cara con un blanco lienzo; y unos sollozando, otros en silencio, de la triste alcoba todos se salieron. La luz que en un vaso ardía en el suelo, al muro arrojaba la sombra del lecho; y entre aquella sombra veíase a intervalos... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Certero, como el que apunta al corazón dorado de la uva te aposentas en mí. Preciso como el aire de junio, la infatigable luz que se adormece en la tarde o el grito del flamenco desplazando inútiles ocasos. Por ti salgo a encender la pira de los sueños y a cosechar gardenias imposibles... | |
de Thelma Nava en la voz de Thelma Nava |
Certeza de estar aquí para siempre, no angélicas ilusiones opios celestes , quiere el Hombre, y su delgada muerte delira: Zarpazo de la mañana, lívido mediodía, cabeza ebria del tiempo, sombría permanencia, vino de los abismos, brutal brebaje eterno: ¡Yo veo, yo palpo, yo aspiro... | |
de Juan Ríos en la voz de Marcelo Cejas |
Cesa tu voz y muere sobre tus labios mi alegría. No habrá palabra que en tu piel levante ni un incierto sabor de brisa oscurecida como el recuerdo que en mis ojos deja el paso de tu aliento, porque vives inmersa en tu silencio, impenetrable a mis sentidos... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Césped infante cubre tu llanura a tornaluz tal vez rubio de paja que ahí donde la luz se resquebraja en bosque limitado se inaugura. Alfombra tierna, dime ¿de qué hondura nació la sangre que en tu piel trabaja, para que germinaras con ventaja y más seda se hiciera tu envoltura... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Griselda Álvarez Ponce de León |
Chile entero es un desierto sus llanuras se han mudado y sus ríos están más secos que las piedras No hay un alma que camine por sus calles y sólo los malos parecieran estar en todas partes ¡Ah si tan sólo tú me tendieras tus brazos las rocas se derretirían al verte!... | |
de Raúl Zurita por Raúl Zurita |
Chillaron los pájaros desorbitando su silencio de altas copas Descendieron cóndores y cuervos de aceradas plumas Cientos de voces desencajadas por la ráfaga tomaron la forma de los árboles y callaron recuperaron su silencio Sobreviene el día... | |
de Jaime Augusto Shelley en la voz de Jaime Augusto Shelley |
Ciego de nacimiento, me escandaliza el tacto. Vivaldi suena en medio de la bruma y la ciudad, bella hasta su colmo, intolerable, extiende dedos hacia el mar. El ancla de la vida se estremece, el sol rebasa sus medidas y entra durísimo, convicto, entre las nubes... | |
de Jaime Labastida en la voz de Jaime Labastida |
Ciego pie de tiniebla, vacilante, avanza en el desierto de mi pecho. Seguramente es el infierno. Aquí dentro, convulso, desbordando metales por mis ojos abiertos, levantando mareas de veneno, girando mariposas de cal y de ceniza; frías caricias lentas estrellando mis huesos... | |
de Aurora Reyes en la voz de Aurora Reyes |
Cielos veloces de Montevideo, estratos de oro y de laurel, halados por la más alta red, tibios lilas lentísimos cocientes de su luz multiplicada, pasan y nos envuelven y nos entretenemos con su gracia, como una mano juega entre arenas que guardan la eternidad en la que no pensamos... | |
de Ida Vitale en la voz de Ida Vitale |
Cierra tus ojos, ¡oh, cielo! Tan azul... tan amado y tierno. Lloras con lágrimas de ángel alado, tan triste en silencio, tan callado... ¡Oh, preciosa luz celeste, que envolvente presentas tu alma; balsa marmórea ayer, inocente en el crepúsculo, incorpórea! ¡Despliega tus alas azules!... | |
de Nuria del Saz en la voz de Nuria del Saz |
Cierro los ojos, sereno de hallarte más clara en mi alma, así como el mar en calma mece a la estrella en su seno. Espejo profundo y fiel en que palpita la estrella, diríase que más bella de brillar sólo para él. Insondable desventura que en su amargura creciente se vuelve más transparente... | |
de Leopoldo Lugones en la voz de Carmen Montejo |
Cierta vez, en Aleppo, sí, fue en Aleppo donde me desgracié con ese turco circunciso: le ceñí con sus propias babas, y su lengua morada escupió lasplegarias, y así salvé mi vida. Esta vida que tan poco valía, y que hoy pesa en tusmanos como un cofre de ébano... | |
de Rodolfo Hinostroza por Rodolfo Hinostroza |
Cirabel llego siempre a tu aposento con una confusión de bocas y una zozobra de hombre a traerte la ofrenda cotidiana de mis manos huecas Más o menos cuando la ceniza de la noche se derrama sobre tus pupilas igual que ante una ciudad inerme Anudado tu grito de silencio... | |
de Homero Aridjis en la voz de Homero Aridjis |
Circe, diosa venerable! He seguido puntualmente tus avisos. Más no me hice amarrar al mástil cuando divisamos la isla de las sirenas, porque iba resuelto a perderme. En medio del mar silencioso estaba la pradera fatal. Parecía un cargamento de violetas errante por las aguas... | |
de Julio Torri en la voz de Julio Torri |
Circe, te llamas Cuba: yo soy tu manatí, tu navegante, yo soy tu porquerizo cara de cerdo. De ti conozco sólo palabras: jatibonico, marte y belona, el solecismo hermasflorista. Trece nautas nuestros a tus costas llegaron, seducidos se quedaron... | |
de José Kozer en la voz de José Kozer |
Cito textualmente las estrellas y el hogar complejo de la naranja herida. Diminuta es la luz en que el buey se esconde lejos del ave, asoleando eternamente las estuidosas manos del guajiro, sus diez uñas sonoras de cavar el viento. Dónde estuve, qué es esto, qué era tanto... | |
de Cintio Vitier en la voz de Cintio Vitier |
Ciudad antropófaga ¿por qué caminas en nosotros y te mueves como una bestia que la sombra confunde? Te desperezas en todos los habitantes que te identifican en esa cierta debilidad por el otoño, hábilmente disimulada. Nada puedes hacer cuando te derriban el último sueño... | |
de Thelma Nava en la voz de Thelma Nava |
ciudad lejana ésta incalculable la risa de la nieve colindando viviendas y verdes montañas del amanecer mondadas tañen campanas horarias perforando el entorno de un bancoinvierno en el que tirito levemente a la espera de trenliteralargorrecorrido mientras los viajeros entreveran sus nervios... | |
de Héctor Rosales en la voz de Héctor Rosales |
Ciudad remolcada sombra amamantando a los historiantes de mano en el pecho por el himno nietos del jaguar contemporáneos del jaguaryu vamos plantando una bandera que decimos de alegría haciendo fogatas de filosofías envasadas al vacío rascándonos la cabeza... | |
de Mario Noel Rodríguez por Mario Noel Rodríguez |
Claro está que murió como deben morir los poetas, maldiciendo, blasfemando, mentando madres, viendo apariciones, cobijado por las pesadillas. Claro que así murió y su muerte resuena en las malditas habitaciones donde perros, orgías, vino griego, prostitutitas francesas... | |
de Efraín Huerta en la voz de Efraín Huerta |
Claro que no se me muere tu nombre noche olivo estás en cada rabia en todo padrenuestro. Cierto, crecerá el pasto irán, vendrán los ríos tu semilla, tu mayo cotidiano tu nombre por siempre como el agua. Llevarán nuestros hijos mucho de tu manera tu tiempo, madrugada, profundísimo hermano... | |
de Rolando Faget en la voz de Rolando Faget Arreglos y guitarra: Eduardo Larbanois Colaboración: Héctor Rosales |
Coge la lira de oro y abandona el tabardo, descálzate la espuela, deja las armas que para esta vela no has menester ni daga, ni tizona. Si tu voz melancólica no entona ya sus himnos de amor, conmigo vuela a esta región que asombra y que consuela; pero antes ciñe la triunfal corona... | |
de Manuel José Othón en la voz de Claudio Obregón y Gastón Melo |
Colgadura, no muralla, pone a tu calle la mar. Sal. Una ciudad marinera quiere a tu casa arribar. Sal. Di que no, con tu bandera... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
colón no descubrió a esta mujer ni se parecen sus ojos a las carabelas jamás hizo vespucio un mapa de su pelo nunca un vigía gritó tierra a la vista aunque vuelan gaviotas en las proximidades de su cuerpo y en su continente se amanece cada día a esta mujer... | |
de Eduardo Langagne en la voz de Eduardo Langagne |
Columpiamos el santo perfil del pan, voleando la espiga de Canaán. Los brazos segadores se vienen y se van. La tierra de Argentina tiembla de pan. A pan segado huele el pecho del jayán a pan su padrenuestro, su sangre a pan. Alcanza a la cintura el trigo capitán... | |
de Gabriela Mistral en la voz de Gabriela Mistral |
Comandante del volver grande al pasado de pies en la nube más inconforme las casas siguen restregadas en lo sucio en lo triste ahora vengo a vos en este lecho de rosas a entregarte la espada incendiada de caminos en ella va escrito el oficio de agarrar sombras al vuelo... | |
de Mario Noel Rodríguez por Jazmine Campos |
Combatió con los nombres y los redujo a cero. Y se fue con los hombres, a fuer de hombre sincero. Caminó por el río constelado de hervores o celeste de frío con los mismos fervores. Tuvo un bote, una vela, una mar, un empeño. Y este viento que hiela no le cuajó su sueño... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Cómo amar lo imperfecto, si escuchamos a través de las cosas cómo nos llama lo perfecto? ¿Cómo alcanzar a seguir en la caída o el fracaso de las cosas la huella de lo que no cae ni fracasa? Quizá debamos aprender que lo imperfecto es otra forma de la perfección... | |
de Roberto Juarroz en la voz de Roberto Juarroz Colaboración: Alejandra Correa |
Como andaba a su manera, tropezaba; se caía; rehacía su cuerpo y lo levantaba. Perdón pedía a la piedra, y a todas partes llegaba... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Como ando por la casa diciéndote querido con fervorosa voz con desesperación de que pobre palabra no alcance a acariciarte a sacrificar algo a dar por ti la vida querido a convocarte a hacer algo por esto por este amor inválido. Y eso es todo querido... | |
de Idea Vilariño en la voz de Idea Vilariño |
Cómo atrever esta impura cerrazón de sangre y fuego, esta urgencia de astro ciego contra tu feroz blancura. Ausencia de la criatura que su nacimiento espera, de tu nieve prisionera y de mis venas deudora, en el revés de la aurora y no de la primavera... | |
de Sara de Ibáñez en la voz de Sara de Ibáñez |
Como cuando era niño, Dios parece que es el sol que enrojece ahora la tapia y que extiende su aliento hacia nosotros y que temblamos en su vaharada. Si pudiera poner en esta tarde mi corazón tendido a la ventana, y pudiera apresar ese sol último hasta que entre mi sangre se quedara... | |
de José García Nieto en la voz de José García Nieto |
Como cuando se abrieron por tus sueños mis párpados, rota y cansadamente, acoge mi partida.Como si me tuvieras nadando entre tus brazos, donde las aguas corren dementes y perdidas.Igual que cuando amaste mis ensueños inútiles, apasionadamente... | |
de Julia de Burgos en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cómo decirte hombre que no te necesito? No puedo cantar a la liberación femenina si no te canto y te invito a descubrir liberaciones conmigo. No me gusta la gente que se engaña diciendo que el amor no es necesario témeles, yo le tiemblo Hay tanto nuevo que aprender... | |
de Gioconda Belli en la voz de Conchita Fernández |
Como delicada huella de pájaro en la nieve, evanescente huella, como flor del almendro, la breve vida se aleja con el viento. Aquel nombre que el amante entregó a la corteza, a la herida corteza, es un signo olvidado que nadie leerá. Como la vida se disuelve... | |
de Tomás Garcés en la voz de Francisco Portillo |
Como dicen que soy una ignorante, todo el mundo comenta sin respeto que sin duda ha de haber algún sujeto que pone mi pensar en consonante. Debe de ser un tipo desbordante, ya que todo produce hasta el soneto por eso con mis libros lanzo un reto burla burlando van los tres delante... | |
de Guadalupe (Pita) Amor en la voz de María Teresa Aviña |
Como el fúnebre aire desciende por las noches sobre los árboles, irrumpes fiel, devastadora y ciega; pueblas así de nubes y de dolientes rosas la soledad ardida del deseo y esa callada tierra de mis ojos mirando la quietud, lívida arena donde el pensamiento yace sosegado... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Como el náufrago metódico que contase las olas que faltan para morir, y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores, hasta la última, hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le besa y le cubre la frente, así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño... | |
de Luis Rosales en la voz de Luis Rosales |
Como el oro, por rubio, es tu cabello. El oro y el otoño, que es su hermano, se despiden, volando, del verano y viajan, río abajo, por tu cuello. Y yo, que me robé y guardé un destello en el hueco más claro de la mano, una carta, en las hojas de un manzano te escribo con su brillo... | |
de Fernando del Paso en la voz de Fernando del Paso |
Como elevada llama de amor va el adolescente al encuentro de una sola esperanza. Viene de la belleza para encender la noche cuando el hombre es un aprendiz de caminante y tiene algo de paso solitario entre las ruinas. Enarbola un seno o una bandera... | |
de Fernando Sánchez Mayans en la voz de Fernando Sánchez Mayans |
Como en el ala el infinito vuelo, como en la flor está la esencia errante, lo mismo que en la llama el caminante fulgor, y en el azul el solo cielo; como en la melodía está el consuelo, y el frescor en el chorro, penetrante, y la riqueza noble en el diamante, así en mi carne está el total anhelo... | |
de Juan Ramón Jiménez en la voz de Juan Ramón Jiménez |
Como en la playa virgen dobla el viento el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena así en mí tu recuerdo... | |
de Idea Vilariño en la voz de Idea Vilariño |
Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo; ¿a qué fingir el labio risas que se desmienten con los ojos? ¡Llora! No te avergüences de confesar que me quisiste un poco. ¡Llora!... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Como enjambre de abejas irritadas, de un oscuro rincón de la memoria salen a perseguirnos los recuerdos de las pasadas horas. Yo los quiero ahuyentar. ¡Esfuerzo inútil! me rodean, me acosan, y unos tras otros a clavarme vienen el agudo aguijón que el alma encona... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cómo era, Dios mío, cómo era? ¡Oh, corazón falaz, mente indecisa! ¿Era como el pasaje de la brisa? ¿Como la huida de la primavera? Tan leve, tan voluble, tan ligera como estival villano... ¡Sí! Imprecisa como sonrisa que se pierde en risa... ¡Vana en el aire, igual que una bandera!... | |
de Juan Ramón Jiménez en la voz de Juan Ramón Jiménez |
Cómo estáis, Rocinante, tan delgado? Porque nunca se come, y se trabaja. Pues ¿qué es de la cebada y de la paja? No me deja mi amo ni un bocado. Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja. Asno se es de la cuna a la mortaja. ¿Queréislo ver? Miraldo enamorado... | |
de Miguel de Cervantes por Carmen Feito Maeso y Francisco Portillo |
Como falsos ahorcados en el aire sus cuerpos vacilantes y vacíos, desnudos de nosotros, brazos, piernas, cinturas, pechos, cuellos, suspendidos. Pasa la luz de enero entre los blancos fantasmas con su frío. Deshabitadas formas desvividas, huecos humanos ateridos... | |
de Leopoldo de Luis en la voz de Marcelo Cejas |
Cómo galopa la sangre! ¡Qué difícil detenerla para que nos vaya al paso cuando vive con tal fuerza! Le he puesto duros bocados; la he sujetado las riendas; hay un viento que me puede y la clava mil espuelas. ¡Yo no sé con este empuje, yo no sé a dónde me lleva!... | |
de Concha Méndez en la voz de Juan Rejano |
Como guarda el avaro su tesoro, guardaba mi dolor; yo quería probar que hay algo eterno a la que eterno me juró su amor. Mas hoy le llamo en vano, y oigo al Tiempo, que lo agotó, decir: ¡Ah barro miserable, eternamente no podrás ni aun sufrir!... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Como hoy estaba abandonado de todos, como la vida (ese amarillo pus que fluye del hastío, de la ilusión que lentamente se pudre, de la horrible sombra cárdena donde nuestra húmeda orfandad se condensa) goteaba en mi sueño, medidora del sueño, segundo tras segundo... | |
de Dámaso Alonso en la voz de Dámaso Alonso |
Como la brisa que la sangre orea sobre el oscuro campo de batalla, cargada de perfumes y armonías en el silencio de la noche vaga; símbolo del dolor y la ternura, del bardo inglés en el horrible drama, la dulce Ofelia, la razón perdida cogiendo flores y cantando pasa... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Como la cera blanda, consumida por una llama pálida, mis días se consumen ardiendo en tu recuerdo. Apenas iluminas el túnel de silencio y el espanto impreciso hacia el que paso a paso voy entrando. Algo vibra en mi ser que aún protesta contra el alud de olvido... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Carmen Farías |
Como la Virgen del Carmen vas a parir, en una cama de nardos. En medio de la montaña vas a parir mañana por la mañana. Cuando el sol está naciendo el cielo está carmesí, estás teñida de sangre, vas a parir. Nardos teñidos de sangre, vas a parir, sangre teñida de nardos... | |
de Joaquín Pasos en la voz de Yolanda Blanco |
Como latas de cerveza vacías y colillas de cigarrillos apagados, han sido mis días. Como figuras que pasan por una pantalla de televisión y desaparecen, así ha pasado mi vida. Como automóviles que pasaban rápidos por las carreteras con risas de muchachas y músicas de radios... | |
de Ernesto Cardenal en la voz de Ernesto Cardenal |
Cómo llenarte, soledad, Sino contigo misma. De niño, entre las pobres guaridas de la tierra, Quieto en ángulo oscuro, Buscaba en ti, encendida guirnalda, Mis auroras futuras y furtivos nocturnos, Y en ti los vislumbraba, Naturales y exactos, también libres y fieles... | |
de Luis Cernuda en la voz de Carmen Feito Maeso |
Como los lectores de libros sacros, los pregoneros de milagrerías y los loteadotes de paraísos y nirvanas, también yo he de sentarme de espaldas al Río, frente a las escalinatas plagadas de creyentes y obsedidas de dioses vivos y muertos; frente a los Templos de ladrillo y cobre... | |
de Jorge Zalamea en la voz de Jorge Zalamea Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Como los lectores de libros sacros, los pregoneros de milagrerías y los loteadotes de paraísos y nirvanas, también yo he de sentarme de espaldas al Río, frente a las escalinatas plagadas de creyentes y obsedidas de dioses vivos y muertos; frente a los Templos de ladrillo y cobre... | |
Como los lectores de libros sacros... (El sueño de las escalinatas 1)
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de Jorge Zalamea en la voz de Jorge Zalamea Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cómo me gusta a mí la música alemana! ¡Esos grandes directores! ¡Y esas orquestas! ¡Tan numerosas! ¡Tan afinadas! Y las óperas... ¡Oh, las óperas! ¡esas óperas...! Aquella ópera famosa de AUSCHWITZ acompañada de la Novena Sinfonía. ¡Qué espectáculo!... | |
de León Felipe en la voz de León Felipe |
Como me hice, no volvería a hacerme. Tal vez volvería a hacerme como me deshago... | |
de Antonio Porchia por Darío Grandinetti |
Como precaria concesión Dios te otorga su poder, y tu rostro versátil que según antiguas normas por azar y por accidente debe excitar pasiones, absorber tinieblas y dar luz y vida activa a nuestro caos secreto, nada retendrá consigo dialogando con un libro que no lee... | |
de Alberto Girri en la voz de Alberto Girri |
Como quien toca con un dedo la punta fría del agua, mareándose de sólo su transparencia demasiada, me he puesto yo a mirar el no ser infinito que me aguarda. Los soldados de plomo están apenas en su caja y entre la dicha y la tiniebla no queda sino el filo de la lámpara... | |
de Eliseo Diego en la voz de Eliseo Diego |
Cómo resbala el agua por mi espalda!¡Cómo moja mi falda, Y pone en mis mejillas su frescura de nieve!Llueve, llueve, llueve,Y voy, senda adelante, Con el alma ligera y la cara radiante,Sin sentir, sin soñar, Llena de la voluptuosidad de no pensar.Un pájaro se baña En una charca turbia... | |
de Juana de Ibarbourou en la voz de Inda Ledesma |
Como río que pierde sus riberas mi corazón invades. Yo te siento en cuanto se repliega el pensamiento hacia sus más recónditas laderas. Quema tu paso, queman tus hogueras y la razón se queda sin sustento. El alma la modela el sentimiento y se exaltan las viejas primaveras... | |
de Adolfo Sánchez Vázquez en la voz de Juan Rejano |
Como se arranca el hierro de una herida, su amor de las entrañas me arranqué, aunque sentí al hacerlo que la vida me arrancaba con él! Del altar que le alcé en el alma mía la voluntad su imagen arrojó, y la luz de la fe que en ella ardía ante el ara desierta se apagó... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: Van tres días que mi hermano Francisco no trabaja. ¿Murió?... Sólo sabemos que se nos fue por una senda clara, diciéndonos: Hacedme un duelo de labores y esperanzas. Sed buenos y no más, sed lo que he sido entre vosotros: alma... | |
de Antonio Machado en la voz de Ana María Noé |
Cómo seré yo cuando no sea yo? Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro, otra mi sangre, otros mis ojos y otros mis cabellos. Pensaré en ti, tal vez. Seguramente, mis sucesivos cuerpos prolongándome, vivo, hacia la muerte se pasarán de mano en mano... | |
de Angel González en la voz de Ángel González |
Cómo sería la luz de la madrugada en que Abraham, el hombre de la cerrada fe, subió al monte Moriah llevando de la mano a su unigénito Isaac? Tiene que haber sido una luz hondamente azul como la de este amanecer: en aquel azul Abraham imaginaba la vibrante sangre de su hijo en el cuchillo... | |
de José Watanabe por José Watanabe |
Como si hubiera de morir mañana y una gran claridad ante mis ojos dejase la verdad, las cosas claras, lo severo y desnudo y lo más hondo; como si hubiera de elegir virtudes, escoger paso y gesto y el camino que me lleve sin prisa hasta la cumbre donde la vida cobra su sentido... | |
de Gabriel García Narezo en la voz de Juan Rejano |
Cómo te llamaré para que entiendas que me dirijo a ti ¡dulce amor mío! cuando lleguen al mundo las ofrendas que desde oculta soledad te envío?... A ti, sin nombre para mí en la tierra ¿cómo te llamaré con aquel nombre, tan claro, que no pueda ningún hombre confundirlo, al cruzar por esta sierra?... | |
de Carolina Coronado en la voz de Nuria Espert |
Como todas las cartas, ésta llegará tarde. Pero es que esperaba decir el último adiós y ya sabes los adioses te martillan los sentidos, son como la espuma del río que se queda en la ensenada girando hasta marearse hasta que se va con la corriente... | |
de Julio Torres Recinos en la voz de Julio Torres Recinos |
Como todas las cartas, ésta llegará tarde. Pero es que esperaba decir el último adiós y ya sabes los adioses te martillan los sentidos, son como la espuma del río que se queda en la ensenada girando hasta marearse hasta que se va con la corriente... | |
de Julio Torres Recinos por Julio Torres Recinos |
Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba ocupando un lugar que era mi lugar, existiendo a deshora, haciéndome partir en dos cada bocado. Fea, enferma, aburrida lo sentía crecer a mis expensas, robarle su color a mi sangre, añadir un peso y un volumen clandestinos... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Como un cortejo cabalgando a solas surgen de la niebla. ¿Quién alimenta su esplendor que ninguna tempestad oculta? De las islas sube algo parecido al deseo. Casa viviente en el marlas islas animales fantásticos esperan su alimento de frutos silvestres su ración de ostras... | |
de Thelma Nava en la voz de Thelma Nava |
Como un dolor que avanza y se abre paso entre vísceras que ceden y huesos que resisten, como una lima que lima los nervios que nos atan a la vida, sí, pero también como una alegría súbita, como abrir una puerta que da al mar, como asomarse al abismo y como llegar a la cumbre... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz |
Como un lamento lejano resuena entre los peñascos la voz que se hace sollozo para decir su quebranto. Como el bramido del toro que ve la muerte a su paso; como el llanto de los niños que quedaron en el rancho; y como el venado herido que los perros van husmeando... | |
de Ana Isabel Illueca en la voz de Carmen Feito Maeso |
Como un látigo naufragando en el sudor de las bestias Así encuentran su corazón Los hombres gordos: Deforme engañado repleto de fichas y píldoras Insomnios y precios Con lágrimas que no saltan de la sangre Con el deseo enterrado en la grasa Con el latido separado del recuerdo... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Como un megalito se alza la morada junto al bosque, en que Drácula, tras la piedra labrada del vetusto reloj, con su porte buido, suele acechar el paso de algún desprevenido. Los muebles de nogal, con su suave fragancia, la lámpara de colza que ilumina la estancia... | |
de José Alfredo de Llerena en la voz de Francisco Portillo |
Como un niño que dormido se ha quedado en el camino yo arrullo a tu pensamiento. Lo arrullo... No lo despierto. Pero presiento que sigo mi camino como un loco arrullando a un niño muerto... | |
de Rogelio Sinán en la voz de Rogelio Sinán Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Como una ala negra tendí mis cabellosSobre tus rodillas. Cerrando los ojos su olor aspirasteDiciéndome luego: ¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos? ¿Con ramas de sauces te atas las trenzas? ¿ Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras Porque acaso en ella exprimiste un zumo... | |
de Juana de Ibarbourou en la voz de Inda Ledesma |
Como una canción que cada vez se escucha menos y en menos estaciones y lugares; como un modelo apenas atrasado que tan sólo se encuentra en cementerios de automóviles, nuestros mejores días han pasado de moda y ahora son escarnio del bazar. comidilla del polvo en cualquier sótano... | |
de José Emilio Pacheco en la voz de José Emilio Pacheco |
Como una gran niebla ardida desde todas las distancias emergiendo o lo mismo que el horizonte... Te recuerdo y vienen piando las hojas marchitas del atardecer, hermana, amiga, esposa, a cantar la tonada del viaje y las guitarras en las cruces lluviosas de mi padecimiento... | |
de Pablo de Rokha en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cómo vive esa rosa que has prendido junto a tu corazón? Nunca hasta ahora contemplé en la tierra sobre el volcán la flor... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cómo voy a creer / dijo el fulano que el mundo se quedó sin utopías cómo voy a creer que la esperanza es un olvido o que el placer una tristeza cómo voy a creer / dijo el fulano que el universo es una ruina aunque lo sea o que la muerte es el silencio aunque lo sea... | |
de Mario Benedetti en la voz de Mario Benedetti |
Como yo he nacido en el sol y del sol he venido aquí a la sombra ¿soy del sol, como el sol alumbro? Y mi nostaljia, como la de la luna, es haber sido sol de un sol un día y reflejarlo sólo ahora. Pasa el iris cantando como canto yo. Adiós iris, iris, volveremos a vemos... | |
de Juan Ramón Jiménez en la voz de Juan Ramón Jiménez |
Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos ni hasta diez sino contar conmigo. Si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo... | |
de Mario Benedetti en la voz de Mario Benedetti |
Compartimos sólo un desastre lento Me veo morir en ti, en otro, en todo Y todavía bostezo o me distraigo Como ante el espectáculo aburrido. Se destejen los días, Las noches se consumen antes de darnos cuenta; Así nos acabamos. Nada es. Nada está. Entre el alzarse y el caer del párpado... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Carmen Farías |
Comuniyó? * pregunto a la india macilenta que en pos de su hombre adusto marcha con lento andar. Ñatore may ** contesta sin levantar los ojos: -tan sólo mira el polvo, remedo de su faz. Ñatore ... y la doblega la mochila a la espalda y la agobia la curva de su misión fatal... | |
de María Olimpia de Obaldía en la voz de Carmen Feito Maeso y Francisco Portillo |
Con arenas ardientes que labran una cifra de fuego sobre el tiempo, con una ley salvaje de animales que acechan el peligro desde su madriguera, con el vértigo de mirar hacia arriba, con tu amor que se enciende de pronto como una lámpara en medio de la noche... | |
de Olga Orozco por Olga Orozco |
Con casto corazón, con ojos puros, te celebro, belleza, reteniendo la sangre para que surja y siga la línea, tu contorno, para que te acuestes a mi oda como en tierra de bosques o de espuma, en aroma terrestre o en música marina. Bella desnuda, igual tus pies arqueados... | |
de Pablo Neruda por Pablo Neruda |
Con diez cañones por banda viento en popa a toda vela no corta el mar, sino vuela un velero bergantín; bajel pirata que llaman por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento... | |
de José de Espronceda en la voz de Manuel Dicenta |
Con dulce voz y pluma diligente, y no vestida de confusos caos, cantáis, Tomé, las bodas, los saraos de Zapaquilda y Micifuf valientes. Si a Homero coronó la ilustre frente cantar las armas de las griegas naos, a vos, de los insignes marramaos, guerras de amor por súbito accidente... | |
de Félix Lope de Vega en la voz de José Luis Ibáñez |
Con el alma en rastras. Con este ángel custodio de la conciencia aún borracho y maldiciente. Despertar sin la certeza de cuándo se largaron los sentidos ni cuándo llegó finalmente el sueño. Con el cuerpo lastimado en sus cinco puntos cardinales. Con este miedo que reaparece... | |
de Eduardo Zambrano en la voz de Eduardo Zambrano |
Con el caimo de la orilla del río desvelaré mis ojos esta noche, con esta antorcha alumbraré mi rumbo hacia los estanques oscuros, y comeré castañas de cabeza de tigre y algarrobos, y cada vez que piense en ti, con agua de nebanikeke, escalera de sol y de luna... | |
de William Ospina en la voz de William Ospina Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Con el dolor de la mortal herida, de un agravio de amor me lamentaba, y por ver si la muerte se llegaba procuraba que fuese más crecida. Toda en el mal el alma divertida, pena por pena su dolor sumaba, y en cada circunstancia ponderaba que sobraban mil muertes a una vida... | |
de Sor Juana Inés de la Cruz en la voz de Guadalupe (Pita) Amor |
Con el libro en la mano Te amo. Con las hojas abiertas Te amo. Y los ojos cerrados Te amo. Con el sol del quinqué Te amo. Y el bosque de la radio Te amo. Me sabes a pacíficas tormentas. A palomas en fórmulas abstractas. ¡Te amo en superficies tan hondas!... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Con ese azul nocturno que llena todo el cielo, con esa bruma de azafrán y de oro sobre las irreales colinas del oeste, el día se despide. Nadie escapa al ocaso vehemente que condena a belleza lo sórdido y lo triste; yo mismo he detenido mi fatiga en esta esquina... | |
de William Ospina en la voz de William Ospina Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Con esta lluvia fina me inundas la cabeza de invitaciones, citas. Y en lluvia de subida, para corresponderte, el alma se deshila... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Con flores escribes, Dador de la Vida, con cantos das color, con cantos sombreas a los que han de vivir en la tierra. Después destruirás a águilas y tigres, sólo en tu libro de pinturas vivimos, aquí sobre la tierra. Con tinta negra borrarás lo que fue la hermandad, la comunidad, la nobleza... | |
de Nezahualcóyotl en la voz de Raúl Dantés Música autóctona: Zacarías Segura Salinas |
Con flores hablas, dentro de ti vive, dentro de ti escribe, inventa el Dador de la vida, el que es Dios. ¡Oh príncipe chichimeca, Nezahualcóyotl! Tlayocoya in ipalnemohua Xochitica on tlatoa mitec on nemia, mitec ya tlacuilohua, tlayocoya, in Ipalnemohua yehua teotl... | |
de Poesía náhuatl en la voz de Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) |
Con gracia o sin ella? Hay de dulce, de destino designado con el dedo, hay de temblores de amor, tembladerales de América del Sur, sedimentados del Norte. Está el modelo barroco, oculta, bajo un follaje expresivo, perlas, clítoris que roza circular, encima del pliegue de bordes morados... | |
de Eduardo Milán por Eduardo Milán |
Con gran dificultad, como un idioma nuevo, mi propio idioma. Asoman las palabras fugazmente y ya dejan un polvo, alguna equívoca sombra, se endurecen se retiran de mí, están cerradas, y como envueltas en sus signos quietas. Cubiertas por su capa de sonidos en una espesa, inerte luz... | |
de Circe Maia en la voz de Circe Maia |
Con la cabeza lo sabía, no con saber de sangre: es un acorde ser y otro acorde no ser. La misma vibración, el mismo instante ya sin nombre, sin cara. El tiempo, que se come las caras y los nombres, a sí mismo se come. El tiempo es una máscara sin cara. No me enseñó a morir el Buda... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Con la cántara llena de agua, Y la boca de moras teñida, Y crujiente de espinas la enagua, Y en el moño una rosa prendida, De la fuente retorno, abismada En el dulce evocar de la cita. Y se hermana la tarde dorada Con la luz que en mis ojos palpita. Una extraña fragancia me enerva... | |
de Juana de Ibarbourou en la voz de Iris Marga |
Con la flor del domingo ensartada en el pelo, pasean en la alameda antigua. La ropa limpia, el baño reciente, peinadas y planchadas, caminan, por entre los niños y los globos, y charlan y hacen amistades, y hasta escuchan la música que en el quiosco de la Alameda de Santa María... | |
de Jaime Sabines en la voz de Jaime Sabines |
Con la flor del domingo ensartada en el pelo, pasean en la alameda antigua. La ropa limpia, el baño reciente, peinadas y planchadas, caminan, por entre los niños y los globos, y charlan y hacen amistades, y hasta escuchan la música que en el quiosco de la Alameda de Santa María... | |
de Jaime Sabines por Jaime Sabines |
Con la lengua cortada y los ojos abiertos el ruiseñor en la muralla Ojos de pena acumulada y plumaje de sangre el ruiseñor en la muralla Plumas de sangre y breve llamarada agua recién nacida en la garganta el ruiseñor en la muralla Agua que corre enamorada... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz |
Con la pesada llaga ya sin cuerda en el cuello Con el dogal vacío y la enhiesta pesadumbre que no implora ya más Que no tunde ya el hueso carcomido, ni la visión postrera Aquí cerca del junto Me pongo a recordar muelles del aire donde atracó la sombra de otro tiempo... | |
de Mario Bojórquez en la voz de Mario Bojórquez |
Con la puesta del sol los colorines cantaron: de todos los puntos cardinales convergieron los petirrojos en la almendra. Paulatinamente llenaron con sus cuerpecitos las ramas duras y secas del otoño. Las jacarandas en tonos menores y las nubes sonrojadas... | |
de Alberto Blanco en la voz de Alberto Blanco Música de Armando Contreras. |
Con la quietud de un sincope furtivo, desangróse la tarde en la vertiente, cual si la hiriera repentinamente un aneurisma determinativo... Hurló en el bosque un pájaro cautivo de la fascinación de una serpiente; y una cabra enigmática, en la fuente, describió como un signo negativo... | |
de Julio Herrera y Reissig en la voz de Ángel Rama |
Con la tarde se cansaron los dos o tres colores del patio. Esta noche, la luna, el claro círculo, no domina su espacio. Patio, cielo encauzado. El patio es el declive por el cual se derrama el cielo en la casa. Serena, la eternidad espera en la encrucijada de estrellas... | |
de Jorge Luis Borges en la voz de Marcelo Cejas |
Con las mismas manos de acariciarte estoy construyendo una escuela. Llegué casi al amanecer, con las que pensé que serían ropas de trabajo, Pero los hombres y los muchachos que en sus harapos esperaban Todavía me dijeron señor. Están en un caserón a medio derruir... | |
de Roberto Fernández Retamar en la voz de Roberto Fernández Retamar |
Con las últimas lluvias te largaste y entonces yo creí que para la casa más aburrida del suburbio no habrían primaveras ni otoños ni inviernos ni veranos. Pero no. Las estaciones se cumplieron como estaban previstas en cualquier almanaque Y la dueña de la casa y el cartero... | |
de Antonio Cisneros por Antonio Cisneros |
Con los nervios saliéndome del cuerpo como hilachas, como las fibras de una escoba vieja, y arrastrando en el suelo, jalando todavía el fardo de mi alma, cansado, todo, más que mis propias piernas, hastiado de usar mi corazón del diario, estoy sobre esta cama... | |
de Jaime Sabines en la voz de Jaime Sabines |
Con los tres reyes magos en un punto celeste, a dos mil años-luz de la noche terrestre. Habla Melchor: Dilatad vuestro viaje, peregrinos del mundo, prolongad el camino, y no toquéis la meta. Que los pioneros leves que abren la marcha den paso a los otros subsiguientes empeños... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Con mi palabra amarga de realidad y asombro abrí los ejercicios de mi muerte, llamé sus sombras a encarnar mi sombra y en el tiempo del cuerpo y sus razones hice este libro triste para el tiempo. Eché mi suerte a címbalos de vida. Sustancias de mi carne me dieron ciencia cierta... | |
de Clara Silva en la voz de Clara Silva |
Con mi razón apenas, con mis dedos, con lentas aguas lentas inundadas, caigo al imperio de los nomeolvides, a una tenaz atmósfera de luto, a una olvidada sala decaída, a un racimo de tréboles amargos. Caigo en la sombra, en medio de destruidas cosas, y miro arañas... | |
de Pablo Neruda en la voz de Pablo Neruda Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Con piedras y maderas hago mi casa bajo el sol, la visto de ventanas para que el sol entre a habitarla. Cierro sus puertas luego de que ha partido el ocaso. Mi casa cruje bajo la lluvia que ha venido a mirarla. Mi casa es una tumba cálida en donde vivo yo mi muerte... | |
de Juan Domingo Argüelles en la voz de Juan Domingo Argüelles |
Con qué ferocidad y a qué hora importuna salen tus veinte años de la fotografía para exigirme cuentas. En los ojos heridos por la luz sostienes la mirada de mis sobras, en el descaro de tus profecías desdeñas la lealtad de mis recuerdos, en la piel transparente anegas el cansancio... | |
de Luis García Montero en la voz de Luis García Montero |
Con qué seguro paso el mulo en el abismo. Lento es el mulo. Su misión no siente. Su destino frente a la piedra, piedra que sangra creando la abierta risa en las granadas. Su piel rajada, pequeñísimo triunfo ya en lo oscuro, pequeñísimo fango de alas ciegas... | |
de José Lezama Lima en la voz de José Lezama Lima Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Con rango de columna se levanta por cimentar mejor la arquitectura. Estípite de carne. Vestidura hasta donde termina su ágil planta. Tendido puente donde se quebranta la fortaleza en dos. Puente de altura a lo largo de la musculatura que al subir por los muslos se agiganta... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Griselda Álvarez Ponce de León |
Con regusto de ciervo entre las fauces el puma tiene sed Su pupila apuñala el corazón del aire Todo futuro es verde Entrar ahí Dejar en las espinas la piel y la memoria Ser sobre el humus sol que se arrastra y trastorna su espina dorsal como los gatos Entrar hasta que no se note si es sangre o clorofila... | |
de Efraín Bartolomé en la voz de Efraín Bartolomé |
Con regusto de ciervo entre las fauces el puma tiene sed Su pupila apuñala el corazón del aire Todo futuro es verde Entrar ahí Dejar en las espinas la piel y la memoria Ser sobre el humus sol que se arrastra y trastorna su espina dorsal como los gatos Entrar hasta que no se note si es sangre o clorofila... | |
de Efraín Bartolomé por Efraín Bartolomé |
Con triste y grave semblante oyendo está la sentencia el Condestable de Luna, sin género de flaqueza. No le ha turbado el temor de la muerte, ni el afrenta del acusado delito; antes dice con paciencia: Justo pago ha dado el cielo a mi privanza soberbia... | |
de Romancero Español en la voz de Luis Prendes |
Con tu beso de amor estoy marcado como con una espada y un destello en mi boca por siempre. Yo te amo aquí, asediado, en tu fulgor ardiente. Los hombres no me aman, no me aman. Ya no me aman porque a Ti te quiero. Solo contigo estoy, oh Dios; contigo como un caliente bosque inmenso... | |
de Carlos Bousoño en la voz de Fernando Guillén |
Con un cuaderno donde escribes tus sueños padre nuestro hijo oremos con poesía pan y barro fui madre hijo tigre en la maleza asesino alevoso la eternidad descalza grito descarnado hueso puro y de tus pies ausencia no sé ser otro no sé ser nada por un campo de trigo... | |
de Selva Casal en la voz de Selva Casal Marcos Ibarra |
Con un trozo de carbón con mi gis roto y mi lápiz rojo dibujar tu nombre el nombre de tu boca el signo de tus piernas en la pared de nadie En la puerta prohibida grabar el nombre de tu cuerpo hasta que la hoja de mi navaja sangrey la piedra grite y el muro respire como un pecho... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz |
Con una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilos y golpeaba el trasero de los monos. Con una cuchara. Fuego de siempre dormía en los pedernales, y los escarabajos borrachos de anís olvidaban el musgo de las aldeas. Aquel viejo cubierto de setas iba al sitio donde lloraban los negros... | |
de Federico García Lorca en la voz de Laura Castanedo Música: Scott Joplin Arreglos y guitarra: Alberto Ubach |
Con una ristra de ajíes en el muro se puede atravesar el invierno. Hacer como que no existen los estragos del dinero, las arrugas ni la fatiga de vivir. Con ella se pueden machacar derrotas. Y sentarse con aparente indiferencia en un banquito, la puerta entreabierta... | |
de Luisa Futoransky en la voz de Luisa Futoransky |
Conclusión filosófico-moral.) La materia es dura, la materia es indestructible: por lo tanto la materia es incomprensiva, la materia es cruel... | |
de Roque Dalton en la voz de Roque Dalton |
Consagro a su memoria este Retablo: Un lucero nos guía hasta el establo Donde su numen Niño Dios de cera Junto al asno y al buey del Nacimiento, Que humildad y potencia diéranle con su aliento De Reyes y pastores los tributos espera. Pues las dádivas de monarcas y zagales... | |
de José Juan Tablada en la voz de Aurora Molina |
Considerad, muchachos, Este gabán de fraile mendicante: Soy profesor en un liceo obscuro, He perdido la voz haciendo clases. (Después de todo o nada Hago cuarenta horas semanales). ¿Qué les dice mi cara abofeteada? ¡Verdad que inspira lástima mirarme!... | |
de Nicanor Parra en la voz de Nicanor Parra |
Considerando en frío, imparcialmente, que el hombre es triste, tose y, sin embargo, se complace en su pecho colorado; que lo único que hace es componerse de días; que es lóbrego mamífero y se peina... Considerando que el hombre procede suavemente del trabajo... | |
de César Vallejo en la voz de Carmen Feito Maeso |
Consideremos que la imaginación fuera una invención como lo es, que esta gran casa de aire llamada Tierra fuera una invención, que este espejo quebradizo y salobre ideado a nuestra imagen y semejanza llegara más lejos y fuera la invención de la invención... | |
de Gonzalo Rojas en la voz de Gonzalo Rojas |
Construimos el orden de la mesa, el follaje de la ilusión, un festín de luces y sombras, la apariencia del viaje en la inmovilidad. Tensamos un blanco campo para que en él esplendan las reverberaciones del pensamiento en torno del icono naciente... | |
de Ida Vitale en la voz de Ida Vitale |
Construyes, hijo, tu casa. Abre todas las ventanas, deja las puertas abiertas que otras estarán cerradas. Y tus paredes esperan ser levantadas. II Si la argamasa se mezcla con las lágrimas que llores, habrá, en ladrillos y anhelos, contradicciones. Avanzarás poco a poco... | |
de Eduardo Langagne en la voz de Eduardo Langagne |
Contempla allá esa luz que hacia el poniente es sangre. Esa luz que parece inventarse la ciudad en sus atardeceres. Distinta cada día, contémplala desde aquí y mira cómo asciende desde la urbe que la sueña, mientras se van haciendo eternos los perfiles de cúpulas y de minaretes... | |
de José Lupiáñez en la voz de Marian Sanz de Acedo |
Contiene el abecedario Veintinueve, de las cuales Cinco se llaman vocales, Consonantes las demás. Las vocales suenan solas; Mientras que una consonante Sin vocal de acompañante No se hace escuchar jamás. A La A recuerda la campana Con que nos llama el Señor... | |
de Rafael Pombo en la voz de Gloria Valencia de Castaño Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Contigo en aquel tiempo yo andaba siempre absorta, siempre a tientas, a punto de caerme, pero indemne y eterna, tomada de tu mano. Ya casi te veía, lo mismo que al destello de un farol en la niebla, una señal de auxilio en la tormenta. Sí, tú, mi sombra blanca... | |
de Olga Orozco en la voz de Olga Orozco Colaboración: Alejandra Correa |
Contigo hubiera querido compartir cosas tan simples como atarte las cintas de un zapato. remendar el talón de un calcetín; tostar castañas echada al pie de tu sillón de cuero en las veladas de invierno, en que leías junto al fuego. Hacer el nudo a tu corbata... | |
de Enriqueta Ochoa en la voz de Enriqueta Ochoa |
Contigo mano a mano. Y no retiro la postura, Señor. Jugamos fuerte. Empeñada partida en que la muerte será baza final. Apuesto. Miro tus cartas, y me ganas siempre. Tiro las mías. Das de nuevo. Quiero hacerte trampas. Y no es posible. Clara suerte tienes... | |
de José García Nieto en la voz de José García Nieto |
Contigo, Rafael Arcángel, patrón de los caminantes! Chinita blanca del río, se me ha perdido mi amante. Rodando, rodando, al mar. ¡Contigo, Rafael Arcángel! ¡Que la mar nunca te trague, chinita de mi cantar! Yo no paro de llorar: se me ha perdido mi amante. ¡Chinita, Rafael Arcángel... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
Contra mi voluntad hoy me consumo alzo de puntas lívido llameo avivada en el viento del deseo, porque el verano a tu memoria sumo. Mi madera de sándalo perfumo por dar mayor deleite a tu recreo todo lo tengo en ti, nada poseo, fiereza de árbol en paisaje de humo... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Griselda Álvarez Ponce de León |
Convaleciente de tu amor y débil como el que ha aposentado largamente en sí mismo agonías y fiebres, salgo, purificada y tambaleante, al reclamo de calles y de patios. ¡Qué algarabía de ruidos confusos y de olores mezclado! ¡Qué agresivo desorden de colores esparcidos!... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Carmen Farías |
Convenzo a un traje negro por el deudo dispongo un crucifijo a los testigos para la cremación de todas las palomas cada mañana cuando el párroco enloquece con su cuerda las campanas espantándole a Dios todos sus muertos... | |
de Jorge Meretta por Jorge Meretta |
Copia divina, en quien veo desvanecido al pincel, de ver que ha llegado él donde no pudo el deseo; alto, soberano empleo de más que humano talento; exenta de atrevimiento, pues tu beldad increíble, como excede a lo posible, no la alcanza el pensamiento... | |
de Sor Juana Inés de la Cruz en la voz de Ofelia Medina |
Corazón mío... ¡Qué abandonado te encuentro! Corazón mío, estas lo mismo que aquellos palacios deshabitados y llenos de misteriosos silencios. Corazón mío, palacio viejo, palacio desmantelado, palacio desierto, palacio mudo y lleno de misteriosos silencios... | |
de León Felipe en la voz de León Felipe |
Corazón, bajo la lluvia herido de amor te llevo; te cerca el campo mojado, la lluvia te dice versos, el agua gime al caer en tus abismos de fuego. La roja tierra del monte entreabre el húmedo seno; en el regazo del valle ríen los pétalos tersos, y hacen blanco en el río las flechas de los luceros... | |
de Concha Urquiza en la voz de Elia Domenzáin |
Corazón, melifica en ti el acimo fruto del mundo, y de dolor llagado, aprende a ser humilde en el racimo que es de los pies en el lagar pisado. Por tu gracia de lágrimas el limo de mi forma será vaso sagrado, verbo de luz la cárcel donde gimo con la sierpe del tiempo encadenado... | |
de Ramón del Valle Inclán en la voz de Ramón del Valle Inclán Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Corral de muertos, entre pobres tapias hechas también de barro, pobre corral donde la hoz no siega, sólo una cruz, en el desierto campo señala tu destino. Junto a esas tapias buscan el amparo del hostigo del cierzo las ovejas al pasar trashumantes en rebaño... | |
de Miguel de Unamuno en la voz de Adolfo Marsillach |
Corta la vida o larga, todo lo que vivimos se reduce a un gris residuo en la memoria. De los antiguos viajes quedan las enigmáticas monedas que pretenden valores falsos. De la memoria sólo sube un vago polvo y un perfume. ¿Acaso sea la poesía?... | |
de Ida Vitale en la voz de Ida Vitale |
Costas rompientes del entonces resacas subvivencias que arenan el ahora calas caries del tiempo Cuanto conjuro lacio cepotedio soborra concubinada soplosorbo del cero vacío vacío ya vaciado en apócrifos moldes sin acople Qué han de bastar los crótalos... | |
de Oliverio Girondo en la voz de Oliverio Girondo Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Creación abrió los ojos y salió el cuervo salió el bisonte salió la luna salió el viento salió la nube salió el árbol salió la nieve etc. salió el hombre salió la estrella salió la planta salió el venado salió la piedra etc. salió el delfín y sigue Descomposición con risa... | |
de Homero Aridjis en la voz de Homero Aridjis |
Crece la torre nueva en el naufragio del muro combatido; del alveolo de la sal, el rumbo celeste de la espiga, el transparente olor de la manzana, y surgen el olivo y su perla amarillenta y los suntuosos pórticos del vino. Canto que no aprendí, silencio en que instituye el canto las raíces... | |
de Rubén Bonifaz Nuño en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Creemos el hombre nuevo cantando, el hombre nuevo de España cantando, el hombre nuevo del mundo cantando. Canto esta noche de estrellas en que estoy solo y desterrado. Pero en la tierra no hay nadie que esté solo si está cantando. Al árbol lo acompañan las hojas... | |
de Rafael Alberti en la voz de Rafael Alberti |
Creíste hallarte en un espejo hundido por allí estaba a oscuras un dorad azogue de un cristal frío buscado sin cuerpo en otro cuerpo repetido. Si al alejarte siempre le has quitado el otro yo de ti al desconocido por regresar serás el despedido doble de él que nunca has apartado... | |
de Jorge Meretta por Jorge Meretta |
Creo en el hombre, el creador del mito y de los sueños. Creo en el hombre aquí y aquí plantado, jineteando su porción de tiempo, encerrado en su círculo de angustia, clavado en el madero del deseo. Creo en el hombre sin antes ni después, en el ahora, sin limbos, sin la gloria y sin infierno... | |
de Nuria Parés por Nuria Parés |
Creo en el hombre, el creador del mito y de los sueños. Creo en el hombre aquí y aquí plantado, jineteando su porción de tiempo, encerrado en su círculo de angustia, clavado en el madero del deseo. Creo en el hombre sin antes ni después, en el ahora, sin limbos... | |
de Nuria Parés en la voz de Nuria Parés |
Creo en el hombre. He visto espaldas astilladas a trallazos, almas cegadas avanzando a brincos (españas a caballo del dolor y del hambre). Y he creído. Creo en la paz. He visto altas estrellas, llameantes ámbitos amanecientes, incendiando ríos hondos, caudal humano hacia otra luz... | |
de Blas de Otero en la voz de Carmen Bernardos |
Creo que estuvo en la tierra algunos años. Creo que yo también estuve en la tierra. ¿Cuál es esa frontera?, ¿qué es lo que ahora nos separa?, ¿nos separa realmente? A veces creo escucharla: tú eres el fantasma, tú la sombra. Sueña que vives, hijo, porque es hermoso el sueño de la vida... | |
de Jaime Sabines por Jaime Sabines |
Creyente sólo de lo que toco, yo te toco, mujer, hasta la entraña, el hueso, aquello que otros llaman alma, tan unida, tan cerca de la carne mortal y voluptuosa o siempre ardiente o nunca maltratada sino dulce, oscilante entre querer y subir, adentro de la espuma... | |
de Jaime Labastida en la voz de Jaime Labastida |
Creyente sólo en lo que toco, yo te toco, mujer, hasta la entraña, el hueso, aquello que otros llaman alma, tan unida, tan cerca de la carne mortal y voluptuosa o siempre ardiente o nunca maltratada sino dulce, oscilante entre querer y subir, adentro de la espuma... | |
de Jaime Labastida en la voz de Jaime Labastida |
Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra. Los tres maderos son de igual altura. Cristo no está en el medio. Es el tercero. La negra barba pende sobre el pecho. El rostro no es el rostro de las láminas, es áspero y judío. No lo veo y seguiré buscándolo hasta el día último de mis pasos por la tierra... | |
de Jorge Luis Borges en la voz de Marcelo Cejas |
Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra. Los tres maderos son de igual altura. Cristo no está en el medio. Es el tercero. La negra barba pende sobre el pecho. El rostro no es el rostro de las láminas, es áspero y judío. No lo veo y seguiré buscándolo hasta el día último de mis pasos... | |
de Jorge Luis Borges por Marcelo Cejas |
Cruza callada, y son sus movimientos silenciosa armonía; suenan sus pasos, y al sonar recuerdan del himno alado la cadencia rítmica. Los ojos entreabre, aquellos ojos tan claros como el día; y la tierra y el cielo, cuanto abarcan, arden con nueva luz en sus pupilas... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuado tango la zampoña cuando tango el sacabuche, jamás pienso en quien me escuche ni en quien me allane la moña. Y así la zampoña taño, pizzico así la vihuela cantando mi cantinela como trovero de antaño... Yo no pienso en quién me escuche... | |
de León de Greiff en la voz de León de Greiff |
Cuál de vosotras, olas de consuelo que rodando venís desde la raya celestial y surcando con la laya espumosa a la mar el leve suelo, cuál de vosotras que aviváis mi anhelo viene del fiero golfo de Vizcaya?. ¿Cuál de vosotras con su lengua ensaya cantos que fueron mi primer desvelo?... | |
de Miguel de Unamuno en la voz de Fernando Fernán Gómez |
Cuál es cuál, cuál es el cómo? Quién sabe cómo conducirse? Qué naturales son los peces! Nunca parecen inoportunos. Están en el mar invitados y se visten correctamente sin una escama de menos, condecorados por el agua. Yo todos los días pongo no sólo los pies en el plato... | |
de Pablo Neruda en la voz de Pablo Neruda |
Cuál es la mujer que recordamos al mirar los pechos de la vecina de camión; a quién espera el hueco lugar que está al lado nuestro, en el cine? ¿A quién pertenece el oído que oirá la palabra más escondida que somos, de quién es la cabeza que a nuestro costado nace entre sueños?... | |
de Rubén Bonifaz Nuño en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Cualquier cosa es mejor a este avispero en llamas que me aguija, porque aquí, donde estoy, me duele todo: la tierra, el aire, el tiempo, y este volcanizado sueño a ciegas, sucumbiendo. Anoche sollozaba por un vaso de luz, hora tras hora ardí de sed y amanecí vacía... | |
de Enriqueta Ochoa en la voz de Enriqueta Ochoa |
Cualquier cosa por un beso de tu boca De esa tu boca que invento siendo mía Con un beso húmedo Entibiado Un beso hirviendo Un beso lento Insomne Apresurado Irreverente Sendas de perlas llamando a viva voz la sangre con los labios Un tormento de glándulas por excesiva adrenalina... | |
de Marita Troiano en la voz de Marita Troiano |
Cuán triste es, Dios mío, la vida sin ti! Ansiosa de verte, deseo morir. Carrera muy larga es la de este suelo, morada penosa, muy duro destierro. ¡Oh sueño adorado! sácame de aquí! Ansiosa de verte, deseo morir. Lúgubre es la vida, amarga en extremo; que no vive el alma que está de ti lejos... | |
de Santa Teresa de Jesús en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cuando a buscarme vengas te llevarás mis huesos y mi carne marchita y mi sangre hecha hiel, mas no podrás llevarte la emoción de mis besos ni el ritmo de mis cantos, ni el verde laurel. Tú no podrás llevarte la vida que he vivido, el placer que he gozado, el sueño que soñé... | |
de Emilio Frugoni en la voz de Francisco Portillo |
Cuando abro los periódicos (perdón por la inmodestia, pero a veces un poco de verdad es más alimenticia y confortante que un par de huevos a la mexicana) es para leer mi nombre escrito en ellos. Mi nombre, que no abrevio por ninguna razón, es, a pesar de todo, tan pequeño... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Cuando cierras los ojos tus párpados son aire. Me arrebatan: me voy contigo, adentro. No se ve nada, no se oye nada. Me sobran los ojos y los labios, en este mundo tuyo. Para sentirte a ti no sirven los sentidos de siempre, usados con los otros. Hay que esperar los nuevos... | |
de Pedro Salinas en la voz de Pedro Salinas |
Cuando compre un espejo para el baño voy a verme la cara voy a verme pues qué otra manera hay decíme qué otra manera de saber quién soy. Cada vez que desprenda la cabeza del fárrago de libros y de hojas y que la lleve hueca atiborrada y la deje en reposo allí un momento la miraré... | |
de Idea Vilariño en la voz de Idea Vilariño |
Cuando creemos tenerlo todo, algo nos recuerda quetambién existe el vacío. Habíamos especulado tanto que perdimos el rumbo. Toqué fondo y me di cuenta que había más. No murmures por lo bajo allí te escuchan todos. La estupidez humana? Está ahí, al alcance de tu mano... | |
de Luis Raúl Calvo en la voz de Luis Raúl Calvo |
Cuando decimos yo nos atamos al cuello una vocal redonda, una cuerda de ahorcar; nos taladramos la nariz con un aro como el que rige al buey; nos ceñimos grillete de prisionero. Círculo de exclusión, rómpelo, sáltalo. Tus ojos son poliédricos como los de la avispa... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Cuando dormías, Madre elásticas hamacas mecidas por el tiempo , halo de niebla apenas en la blanca serpiente de tu órbita, un diamante de labio transparente cristalizó la sombra de tu cuerpo. Tu corazón fue líquida mirada, juventud sideral enamorada... | |
de Aurora Reyes en la voz de Aurora Reyes |
Cuando el deseo de alegría con sus dientes de rosa escarba los azufres caídos durante muchos meses y su red natural, sus cabellos sonando a mis habitaciones extinguidas con ronco paso llegan, allí la rosa de alambre maldito golpea con arañas las paredes y las uñas del cielo se acumulan... | |
de Pablo Neruda en la voz de Jaime Sabines |
Cuando el mono te clava la mirada estremece pensar si no seremos su espejito irrisorio y sus bufones... | |
de José Emilio Pacheco en la voz de José Emilio Pacheco |
Cuando el mundo sabe a dónde va Tú y yo abrazados En el centro del cuarto Que es una nave quemada A punto de llegar al lirio De pie En el lugar donde hubo un bosque Una palabra Nos encontramos Anticipándonos a la gran carrera Donde nadie ha de avanzar un poco... | |
de Oscar Oliva en la voz de Oscar Oliva |
Cuando ella sumerge su cuerpo en la bañera, no experimenta el agua el empuje hacia arriba que equivale a la fuerza del líquido desalojado. Arquímedes no se desespera. Se dispone a demostrar que un ángel pesa igual a la dicha de quien abraza ese cuerpo húmedo y alado... | |
de Eduardo Langagne en la voz de Eduardo Langagne |
Cuando en la noche te envuelven las alas de tul del sueño y tus tendidas pestañas semejan arcos de ébano, por escuchar los latidos de tu corazón inquieto y reclinar tu dormida cabeza sobre mi pecho, diera, alma mía, cuanto poseo; ¡la luz, el aire y el pensamiento!... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuando en los pueblos la tarde cae de polvo a púrpura, en Bejucal o en Santa María del Rosario, Calabazar, rincón de soledades, Artemisa del alma o misterioso Guáimaro, la gente se va a los parques. Desde la tierra los ojos lentos suben a la locura del murciélago... | |
de Eliseo Diego en la voz de Eliseo Diego |
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro, y la cándida víctima levanto, de mi atrevida indignidad me espanto y la piedad de vuestro pecho admiro. Tal vez el alma con temor retiro, tal vez la doy al amoroso llanto, que arrepentido de ofenderos tanto con ansias temo, y con dolor suspiro... | |
de Félix Lope de Vega en la voz de Dámaso Alonso, Eulalia Galvarriato, Eulalia Soldevilla, Luis Miguel y Rosalía Payno |
Cuando entre la sombra oscura perdida una voz murmura turbando su triste calma, si en el fondo de mi alma la oigo dulce resonar, dime: ¿es que el viento en sus giros se queja, o que tus suspiros me hablan de amor al pasar? Cuando el sol en mi ventana rojo brilla a la mañana... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuando era primavera en España: frente al mar, los espejos rompían sus barandillas y el jazmín agrandaba su diminuta estrella hasta cumplir el límite de su aroma en la noche... ¡Cuando era primavera! Cuando era primavera en España: junto a la orilla de los ríos... | |
de Emilio Prados en la voz de Rafael de Penagos |
Cuando es invierno en el mar del Norte es verano en Valparaíso. Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo en sus cabos, mientras los baladros soleados arrastran por la superficie del Pacífico sur bellas bañistas... | |
de Angel González en la voz de Ángel González |
Cuando esta red de sombras que no entiendo con dominio sutil, ciñe mi vida nunca me salva. Ni la palabra pura de mi madre ni los círculos finos de un poema. Cuando la siento, insinuadora y trágica, trepar mi vida como falsa hiedra,nada me salva. Ni los círculos finos de un poema... | |
de Pedro Piccatto por Mercedes Ramírez |
Cuando estoy dormido la ciudad encoge uñas, hasta el cielo cruje. Tanto es el estremecimiento que acontece que hasta en sueños veo que la ciudad no se ha movido de su lugar. Sólo cuando me despierto encuentro mi cuerpo de cabeza, mi cama en la cocina, mi casa en un monte... | |
de Oscar Oliva en la voz de Oscar Oliva |
Cuando estoy en Madrid, las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches. La luz no las anima a salir de sus escondrijos, y pierden de ese modo la oportunidad de pasearse por mi dormitorio, lugar hacia el que por oscuras razones , se sienten irresistiblemente atraídas... | |
de Angel González en la voz de Ángel González |
Cuando estuve en el mar era marino este dolor sin prisas. Dame ahora tu boca: me la quiero comer con tu sonrisa. Cuando estuve en el cielo era celeste este dolor urgente. Dame ahora tu alma: quiero clavarle el diente. No me des nada, amor, no me des nada... | |
de Jaime Sabines en la voz de Jaime Sabines |
Cuando fui de visita al altar usé vestido de organdí celeste más largo que yo, por donde, a ratos, sobresalía un pie de oro, tan labrado y repujado, desde el seno mismo de mi madre. Mi pelo también era de organza celeste, más largo que el vestido, pero podía pasar al rosa y aún al pálido topacio... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
cuando gallagher bentham murió se produjo un curioso fenómeno: a las vecinas les creció el odio como si hubiera aumentado la papa feroces y rapaces comenzaron a insultar su memoria como si el deber obligación o tarea de gallagher bentham fuera ser inmortal... | |
de Juan Gelman por Juan Gelman |
Cuando golpeó su voz la medianoche debajo de la luna, hubo un perro en el sur y un pito alerta del velador atravesando el viento. Los libros y el tabaco palpitaron en el sopor del cuarto, hubo un latido nocheriego en las copas y el invierno colgado de un farol se balanceaba en cada esquina... | |
de Enrique Estrázulas por Enrique Estrázulas |
Cuando hayáis descansado, míster, de vuestros vuelos cuando hayáis descansado, digo, y saboreado las mieles derretidas de los vítores yo, poeta español, tengo el honor de invitaros a visitar España. Esta España que ayer organizaba su vida oscuramente en un silencio humilde y laborioso... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Cuando la recién desposada desprovista de sinsabor es sometida a la sombra. Sí. A su sombra... Enciende la bujía y lee. ¡Ah! Entonces no es nada la venida del apocalipsis, los hijos anteriores enterrados y un hilo de sangre desprendido del techo. No es nada ya el océano y su barco... | |
de Stella Díaz Varín en la voz de Stella Díaz Varín |
Cuándo la rosa concibió este frío? ¿Cuándo esta leve sombra cazadora afinó en mi garganta su rudeza y me detuvo en la canción que llora? ¿Cuándo nació la pálida maleza que enturbia el goce de su pulcra aurora? ¿Cuándo perdí su celestial privanza, de sangre a sangre el nudo y la alabanza?... | |
de Sara de Ibáñez en la voz de Sara de Ibáñez |
Cuando la tierra se deshace y llora en un amargo y suave desconsuelo toda tu sinrazón se prende al vuelo de esa palmera que, mecida, implora Una lágrima tuya. ¡Cómo dueles, mi viejo corazón, amartillado en un antiguo beso desvelado que se hizo curva y luz en los pinceles!... | |
de Santiago Castelo en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cuando le preguntaron cómo era Grecia, habló de una larga fila de casas de salud levantadas a orillas de un mar cuyas aguas emponzoñadas llegaban hasta las angostas playas de agudos guijarros, en olas lentas como el aceite. Cuando le preguntaron cómo era Francia, recordó un breve pasillo... | |
de Alvaro Mutis en la voz de Alvaro Mutis |
Cuando lejos, muy lejos, en hondos mares, en lo mucho que sufro pienses a solas, si exhalas un suspiro por mis pesares, mándame ese suspiro sobre las olas. Cuando el sol, con sus rayos, desde el oriente, rasgue las blondas gasas de las neblinas... | |
de Julio Flórez en la voz de Víctor Mallarino Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Cuando levanto una piedra arranco al mundo una mirada y lo hago más ligero de la muerte. Siento que me muevo hacia el sol. Algo se me queda de esa mirada. Y tras ella va la piedra que levanto... | |
de Oscar Oliva en la voz de Oscar Oliva |
Cuando llamaron a comer se abalanzaron los tiranos y sus cocotas pasajeras, y era hermoso verlas pasar como avispas de busto grueso seguidas por aquellos pálidos y desdichados tigres públicos. Su oscura ración de pan comió el campesino en el campo, estaba solo y era tarde... | |
de Pablo Neruda en la voz de Pablo Neruda |
Cuándo llegará el verano? ¿Cuándo veré desde tierra, amor, tu tienda de baños? Vestida, en tu bañador azul, hundirás el agua, y saldrás desnuda, amor; que el mar sabe lo que hace para que te quiera yo. ¡Oh, tu cuerpo, henchido al viento, desafiando la mar, desafiando la playa... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
Cuando llegue la aurora y pierda sus cabellos la burguesía ¿me seguirás amando como lo haces ahora y tendrásla misma luz que hoy tienen tus ojos? Si para entonces encuentro lugar de reposo ¿seguirás necesitándome y querrás quedarte conmigo? ... | |
de Ricardo Morales Avilés en la voz de Gabriel García Márquez Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cuando llueve y reviso mis papeles, y acabo tirando todo al fuego: poemas incompletos, pagarés no pagados, cartas de amigos muertos, fotografías, besos guardados en un libro, renuncio al peso muerto de mi terco pasado, soy fúlgido... | |
de Gabriel Celaya en la voz de Gabriel Celaya |
Cuando los dorados corteses florecieron nosotros dos estábamos enamorados. Todavía tienen flores los corteses y nosotros ya somos dos extraños... | |
de Ernesto Cardenal en la voz de Yolanda Blanco |
Cuando los hombres alzan los hombros y pasan o cuando dejan caer sus nombres hasta que la sombra se asombra cuando un polvo más fino aún que el humo se adhiere a los cristales de la voz y a la piel de los rostros y las cosas cuando los ojos cierran sus ventanas al rayo del sol... | |
de Xavier Villaurrutia en la voz de Alberto Dallal |
Cuando los huracanes son exclusivamente tuyos, cuando tienen tu sello y las tormentas se unen únicamente a ti, cuando los huracanes muerden las carreteras y hacen flotar la intimidad sin prejuicio alguno ni resto de virtud. Entonces, yo voy creciendo a fuerza de invocarte... | |
de Carmen Alardín en la voz de Carmen Alardín |
Cuando los merenderos de septiembre dejaban escapar sus últimas canciones por las colinas del Genil, yo miraba la luz, como una flor envejecida, caerse lentamente. Lo recuerdo. Y recuerdo en mi piel la enfermedad de las horas inciertas... | |
de Luis García Montero en la voz de Luis García Montero |
Cuando me acerco a un alma, no llevo el deseo de conocerla; cuando me alejo, sí... | |
de Antonio Porchia en la voz de Antonio Porchia Colaboración: Alejandra Correa |
Cuando me han preguntado la causa de mi amor yo nunca he respondido: Ya conocéis su gran belleza. (Y aún es posible que existan rostros más hermosos.) Ni tampoco he descrito las cualidades ciertas de su espíritu que siempre me mostraba en sus costumbres... | |
de Francisco Brines en la voz de Francisco Brines |
Cuando me han visto solo y recostado al borde del camino, unos hombres con trazas de mendigos que cruzaban rebeldes y afanosos me han dicho: Ven con nosotros, peregrino. Y otros hombres con portes de patricios que llevaban sus galas intranquilos, me han hablado lo mismo... | |
de León Felipe en la voz de León Felipe |
Cuando me lo contaron sentí el frío de una hoja de acero en las entrañas; me apoyé contra el muro, y un instante la conciencia perdí de dónde estaba. Cayó sobre mi espíritu la noche; en ira y en piedad se anegó el alma ¡Y entonces comprendí por qué se llora... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuando me tiro de noche en el ataúd del lecho que es menos duro que el otro porque ya sabe mis huesos, me pongo a mirar arriba los astros de mis recuerdos. Aquél que se abrió de pronto cuando todo era misterio. El otro que se apagó antes de sentirse abierto... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Cuando me veo y toco yo, Juan sin Nada no más ayer, y hoy Juan con Todo, y hoy con todo, vuelvo los ojos, miro, me veo y toco y me pregunto cómo ha podido ser. Tengo, vamos a ver, tengo el gusto de andar por mi país, dueño de cuanto hay en él... | |
de Nicolás Guillén en la voz de Nicolás Guillén |
Cuando me vino el honor De la tierra generosa, No pensé en Blanca ni en Rosa Ni en lo grande del favor. Pensé en el pobre artillero Que está en la tumba, callado; Pensé en mi padre, el soldado; Pensé en mi padre, el obrero. Cuando llegó la pomposa Carta, en su noble cubierta... | |
de José Martí en la voz de Carlos Muñoz |
Cuando mi pensamiento va hacia ti, se perfuma; tu mirar es tan dulce, que se torna profundo. Bajo tus pies desnudos aún hay blancos de espuma, y en tus labios compendias la alegría del mundo. El amor pasajero tiene encanto breve, y ofrece un igual término para el gozo y la pena... | |
de Rubén Darío en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Cuando miro el azul horizonte perderse a lo lejos al través de una gasa de polvo dorado e inquieto, me parece posible arrancarme del mísero suelo, y flotar con la niebla dorada en átomos leves cual ella deshecho. Cuando miro de noche, en el fondo oscuro del cielo las estrellas temblar... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuando miro tus ojos veo en ellos la Patria no puedo separarlos de esa imagen tan clara. Ellos son como el viento que hace temblar las ramas tú me miras y entonces amanece en las Guásimas. Quédate para siempre en mi noche, mi lámpara mi amor tiene en tus ojos su alimento... | |
de Fayad Jamís en la voz de Fayad Jamís |
Cuando mueran las rosas, cuando mueran, En una tarde gris, tarde de frío, Entre mis manos temblarán sus pétalos Y poco a poco moriré de hastío. Cuando mueran las rosas, no habrá sol, Una neblina cubrirá el jardín Y flotará sobre las cosas todas La dulce nebulosa del esplín... | |
de Alfonsina Storni en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cuándo murió mi corazón inerte, que no muere de verte ajusticiado, pendiente del marfil donde, labrado es una fácil alegría verte? Rota el ara, la vida se te vierte por la heráldica brecha del costado, ¡oh cántico de cisne asilenciado y torre en los suburbios de la muerte!... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Cuando nací el sexo fue un destino. No se puede elegir ser poeta. De las mujeres nunca amé a ninguna sin duda porque las amé en bloque. Fue un amor largo y sin alegría. Ellas también me amaron sin deseo y sin gozo. Las miré con la nostalgia de una vida más bella... | |
de Alfredo Fressia por Alfredo Fressia |
Cuando nació, apareció el lobo. Domingo al mediodía, luz brillante, y la madre vio a través de los vidrios, el hocico picudo, y en la pelambre, las espinas de escarcha, y clamoreó; más, le dieron una pócima que la adormecía alegremente. El lobo asistió al bautismo y a la comunión... | |
de Marosa Di Giorgio por Marosa Di Giorgio |
Cuando nació, apareció el lobo. Domingo al mediodía, luz brillante, y la madre vio a través de los vidrios, el hocico picudo, y en la pelambre, las espinas de escarcha, y clamoreó; más, le dieron una pócima que la adormecía alegremente.El lobo asistió al bautismo y a la comunión... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Cuando nació, apareció el lobo. Domingo al mediodía, luz brillante, y la madre vio a través de los vidrios, el hocico picudo, y en la pelambre, las espinas de escarcha, y clamoreó; más, le dieron una pócima que la adormecía alegremente.El lobo asistió al bautismo y a la comunión... | |
de Marosa Di Giorgio por Marosa Di Giorgio Lectura en francés Christophe Rouxel |
Cuando no ando en las nubes, ando como perdido... | |
de Antonio Porchia en la voz de Antonio Porchia Colaboración: Alejandra Correa |
Cuando no puedes hacerme reír o llorar, sólo puedes cansarme... | |
de Antonio Porchia en la voz de Antonio Porchia Colaboración: Alejandra Correa |
Cuando nos retiramos a la remota cámara donde hacemos las nupcias con nuestro propio espectro, como cuando compramos y vendemos la palabra que ata para atarla a sí misma, la carne en cambio todavía se sabe interrogada, vuelve a tocarla el dios y la carne vuelve a temblar en su peligro... | |
de Tomás Segovia en la voz de Tomás Segovia |
Cuando oí la noticia, ya hace casi diez años, primero fue aquel golpe sordo en las honduras del pecho y del plexo, mordiendo la sal de la sangre, dilacerando el sol de los cartílagos. Después con rabia recogí la lágrima que más que el rostro, me quemaba la vida. Una brasa de amor, ciudadela, del corazón me previno... | |
de Thiago de Mello en la voz de Thiago de Mello |
Cuando pasen los años, cuando pasen los años y el aire haya cavado un foso entre tu alma y la mía; cuando pasen los años y yo sólo sea un hombre que amó, un ser que se detuvo un instante frente a tus labios, un pobre hombre cansado de andar por los jardines... | |
de Nicanor Parra en la voz de Nicanor Parra |
Cuando pienso en el mar es decir la vida que uno ha vuelto desenvuelto como olassonoras y sucedió que abril abrió sus árboles y yo callejeaba iba venía bajo la torre de san Miguel o más lejosbajaba las descarnadas calles de Toledo pero es el mar quien me lleva y deslleva en sus manos... | |
de Blas de Otero en la voz de Blas de Otero |
Cuando pienso que te huyes, negra sombra que me asombras, a mis mismos cabezales tornas haciéndome mofa. Si imagino que te has ido en el mismo sol te asomas, y eres estrella que brilla, y eres el viento que sopla. Si cantan, tú eres quien cantas... | |
de Rosalía de Castro en la voz de Conchita Fernández |
Cuando regrese a la casa que habitó tu hermosura, antes que yo mis castigados pies querrán llegar, y peinaré los cabellos no segados por el tiempo y quitaré de mis ropas las lluvias que el viento secó. Las mismas letras formarán el nombre de esta calle... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Héctor Rosales |
Cuando regrese a la casa que habitó tu hermosura, antes que yo mis castigados pies querrán llegar, y peinaré los cabellos no segados por el tiempo y quitaré de mis ropas las lluvias que el viento secó. Las mismas letras formarán el nombre de esta calle... | |
de Saúl Ibargoyen por Héctor Rosales |
Cuando salí de ti, a mí mismo me prometí que volvería. Y he vuelto. Quiebro con mis piernas tu serena cristalería. Es como ahondar en los principios, como embriagarse con la vida, como sentir crecer muy hondo un árbol de hojas amarillas y enloquecer con el sabor de sus frutas más encendidas... | |
de José Hierro en la voz de José Hierro |
Cuando se acaben estas noches en las que estoy sola y tú estás conmigo, cuando se acaben estas cosas de destino, cuando se acabe lo que nos hemos dado para siempre: no me odies; recuérdame inocente y volveremos juntos al poema... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cuando se queman las velas se vuelven humo poco de cera y de ceniza es el fuego quien las quema cuando se incendian las casas se vuelven humo recuerdos y cenizas es el fuego quien las quema es el fuego quien quema mi cuerpo yo soy un poco de cera enamorada me he vuelto fuego azul... | |
de Carmen Boullosa por Betsy Pecanins |
Cuando se viene al mar, uno se llena de rumor de Dios. Porque la voz de Dios y la del mar, cuando quieren cantar, son una sola voz. Se viene a ver también lo que no todos ven: la mano que ocasiona tanto vaivén. El Viejo Molinero que mueve las aspas de la noche y el día, como chirridos celestes... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Cuando sepas hallar una sonrisa en la gota sutil que se rezuma de las porosas piedras, en la bruma, en el sol, en el ave y en la brisa; cuando nada a tus ojos quede inerte, ni informe, ni incoloro, ni lejano, y penetres la vida y el arcano del silencio, las sombras y la muerte... | |
de Enrique González Martínez en la voz de Enrique Lizalde o Gastón Melo |
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre porque se detendría la muerte y el reposo. Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos, sería el tenue faro buscado por mi niebla. Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta... | |
de Roque Dalton en la voz de Julio Cortazar Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cuando sobre el pecho inclinas la melancólica frente, una azucena tronchada me pareces. Porque al darte la pureza, de que es símbolo celeste, como a ella te hizo Dios de oro y de nieve... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuando termine la muerte, si dicen: ¡A levantarse!, a mí que no me despierten. Que por mucho que lo piense yo no sé lo que me espera cuando termine la muerte. No se incorpore la sangre ni se mueva la ceniza si dicen: ¡A levantarse!. Que yo me conformo siempre... | |
de Manuel Alcántara en la voz de Manuel Alcántara Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cuando termino de escribir todo esto, después que durante horas me imprimo como un mecanismo de dulzura y de cólera en las hojas, y el viento desordena los papeles y entra un silbido extraño, y merodea en la casa una noche especial, ajena, sin preguntas... | |
de Jaime Labastida en la voz de Jaime Labastida |
Cuando tú venías, venías hacia la muerte, porque así son nuestros pasos en los días: hacia las montañas detenidas en los crepúsculos; hacia las ciudades que esperan las noches con luto y alegría, tostando el pan, preparando dramas en los aposentos... | |
de Vicente Gerbasi en la voz de Vicente Gerbasi |
Cuando tus manos salen, y amor, hacia las mías, qué me traen volando? Por qué se detuvieron en mi boca, de pronto, por qué las reconozco como si entonces antes, las hubiera tocado, como si antes de ser hubieran recorrido mi frente, mi cintura?... | |
de Pablo Neruda en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan se yergue como una cobra de oro el canto ardiente del orgullo la errónea maravilla de sus noches de amor las constelaciones pasionales los arrebatos de su indómito viaje sus risas a través de las piedras sus plegarias... | |
de Enrique Molina en la voz de Enrique Molina |
Cuando venga la noche quiero habértelo dicho; quiero haberlo gritado a través de la tierra. Hay cosas que no pueden callarse para siempre y júbilos secretos que deshacen un día los más íntimos nudos. Cuando venga la noche quiero haberlo cantado para que todos sepan y todos me pregunten... | |
de Ernestina de Champourcin en la voz de Juan Rejano |
Cuando vino mi abuela trajo un poco de tierra española, cuando se fue mi madre llevó un poco de tierra cubana. Yo no guardaré conmigo ningún poco de patria: la quiero toda sobre mi tumba... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cuando volvemos las fugaces horas del pasado a evocar, temblando brilla en tus pestañas negras una lágrima pronta a resbalar. Y al fin resbala, y cae como gota de rocío, al pensar que, cual hoy por ayer, por hoy mañana, volveremos los dos a suspirar... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuando ya nada pido Y casi nada espero Y apenas puedo nada Es cuanto más te quiero. II Te quiero en Diciembre, en Enero. Te quiero día a día, el año entero. Te quiero bajo el naranjo y bajo el limonero... | |
de José Coronel Urtecho en la voz de Yolanda Blanco |
Cuando ya no hay qué decir, decirlo. Dar una carencia, un hueco en la conversación, un vacío de verdad: la flor, no la idea, es la diosa de ahí... | |
de Eduardo Milán en la voz de Eduardo Milán |
Cuando yo era pequeño estaba siempre triste y mi padre decía mirándome y moviendo la cabeza: hijo mío no sirves para nada. Después me fui a la escuela con pan y con adioses pero me acompañaba la tristeza. El maestro graznó: pequeño niño no sirves para nada... | |
de José Agustín Goytisolo en la voz de Marcelo Cejas |
Cuando yo llegue a vieja si es que llego y me mire al espejo y me cuente las arrugas como una delicada orografía de distendida piel. Cuando pueda contar las marcas que han dejado las lágrimas y las preocupaciones, y ya mi cuerpo responda despacio a mis deseos... | |
de Gioconda Belli en la voz de Conchita Fernández |
Cuando yo muera, no me veré morir, por primera vez... | |
de Antonio Porchia por Darío Grandinetti |
Cuando, Señor, nos besas con tu beso que nos quita el aliento, el de la muerte, el corazón bajo el aprieto fuerte de tu mano derecha queda opreso. Y en tu izquierda, rendida por su peso quedando la cabeza, a que revierte el sueño eterno, aun lucha por cogerle al disiparse su angustiado seso... | |
de Miguel de Unamuno en la voz de Adolfo Marsillach |
Cuántas estrellas tendrá el mar esta noche Cuántas olas, cuántas almas en pena, cuántos verdores que tan sólo el Vengador oculta y conoce Abierta la noche está como un gran sueño. Los nombres, los lugares, los caminos, las horas, los montes, se han borrado... | |
de José Hierro en la voz de Carmen Feito Maeso |
Cuántas veces, al pie de las musgosas paredes que la guardan, oí la esquila que al mediar la noche a los maitines llama! ¡Cuántas veces trazó mi triste sombra la luna plateada, junto a la del ciprés que de su huerto se asoma por las tapias! Cuando en sombras la iglesia se envolvía... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Cuánto dolor camina por la ausencia hay tanto grito feroz que nada nada dice ni expande y en un pequeño pliegue se escabulle ¿es grito? (A qué sitio extraño irán las mañanas que una a una viven en el pan tostado el té y el comienzo temprano del día) El tacto en su lenguaje habla... | |
de Ketty Alejandrina Lis en la voz de Ketty Alejandrina Lis |
Cuántos veremos más, soles ardientes nuestras horas regir, y hacia un ocaso ¡tan parecido al alba! ¿nuestro paso llevar a cuántas más noches silentes? ¿Acaso nos reserva sus presentes mejores el futuro? ¿Cuáles brazos aguardarán los nuestros... | |
de Salvador Novo en la voz de Salvador Novo |
Cuenta el pobre los fósforos y el rico sus palacios; aquél se ha salvado de las adulaciones y el dinero. Sus manos no pueden aplaudir en la Escala de Milán, pero poseen todos los anticuerpos; encuentran amor donde el rey sólo halla su soledad. ¡No rompan el orden!... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa... | |
de Pablo Neruda en la voz de Pablo Neruda |
Cuídate, España, de tu propia España! ¡Cuídate de la hoz sin el martillo, cuídate del martillo sin la hoz! ¡Cuídate de la víctima a pesar suyo, del verdugo a pesar suyo y del indiferente a pesar suyo! ¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo, negárate tres veces... | |
de César Vallejo en la voz de César Calvo |
Cultivo una rosa blanca En Julio como en Enero Para el amigo sincero Que me da su mano franca Y para el cruel que me arranca El corazón con que vivo Cardo ni ortiga cultivo cultivo una rosa blanca... | |
de José Martí en la voz de Carlos Muñoz |
Cumplí trescientos años de antropoide incesante Recomponiendo la luz Visitando abismos He cumplido tres siglos de desdeñosa faz De corrupta azucena encendiendo juventudes A radicales grietas de mi anunciada vejez - victoria indiscutible de un verdugo sin decoro... | |
de Marita Troiano en la voz de Marita Troiano |
Curiosa es la persistencia del hueso su obstinación en luchar contra el polvo su resistencia a convertirse en ceniza La carne es pusilánime Recurre al bisturí a ungüentos y a otras máscaras que tan sólo maquillan el rostro de la muerte Tarde o temprano será polvo... | |
de Oscar Hahn por Oscar Hahn |
Curiosa es la persistencia del hueso su obstinación en luchar contra el polvo su resistencia a convertirse en cenizaLa carne es pusilánime Recurre al bisturí a ungüentos y a otras máscaras que tan sólo maquillan el rostro de la muerte Tarde o temprano será polvo la carne... | |
de Oscar Hahn en la voz de Oscar Hahn Colaboración: Rodrigo Gonçalves |