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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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2272 poemas con la letra "e"

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Y la vida pasa de Nidia di Giorgio
Esqueletos. Espantapájaros. Espanta—pájaros. Sacuden brazos ahuyentan liebres, lunas. Se vuelca el sol como una yema. Quema el aire en hoguera despiadada. Cruza un alto caballo hirsuto. A cuestas el arado. Abre surcos, a cada lado uno. Papá mira el cielo. Es hora, es...
La hija de Jairo de Rogelio Sinán
Esquirlas afiebradas de aguacero, ululando, desataron la muerte sobre yerba y hormiga. Fusilada la rosa, decapitado el nardo, ¿qué anegado colapso sufrió la Sensitiva? Dolorosa de nichos y aterida de llanto, su congelado espectro suena savias de vida. Oh Sol, tanto cadáver merecería ...
Desencuentro de José Manuel Caballero Bonald
Esquiva como la noche, como la mano que te entorpecía, como la trémula succión insuficiente de la carne; esquiva y veloz como la hoja ensangrentada de un cuchillo, como los filos de la nieve, como el esperma que decora el embozo de las sábanas, como la congoja de un niño ...
La lluvia lenta de Gabriela Mistral
Esta agua medrosa y triste, como un niño que padece, antes de tocar la tierradesfallece. Quieto el árbol, quieto el viento, ¡y en el silencio estupendo, este fino llanto amargocayendo! El cielo es como un inmenso corazón que se abre, amargo. No llueve: es un sangrar lentoy largo. ...
La encina de Gabriela Mistral
Esta alma de mujer viril y delicada, dulce en la gravedad, severa en el amor, es una encina espléndida de sombra perfumada, por cuyos brazos rudos trepara un mirto en flor. Pasta de nardos suaves, pasta de robles fuertes, le amasaron la carne rosa del corazón, y aunque es altiva...
Esta armazón de huesos y pellejo... (Rima LVII) de Gustavo Adolfo Bécquer
Esta armazón de huesos y pellejo, de pasear una cabeza loca cansada se halla al fin, y no lo extraño; pues, aunque es la verdad que no soy viejo, de la parte de vida que me toca en la vida del mundo, por mi daño he hecho un uso tal, que juraría que he condensado un sigl...
Esta barca sin remos es la mía... de Carlos Pellicer
Esta barca sin remos es la mía. Al viento, al viento, al viento solamente le ha entregado su rumbo, su indolente desolación de estéril lejanía. Todo ha perdido ya su jerarquía. Estoy lleno de nada y bajo el puente tan sólo el lodazal, la malviviente ruina del agua y de su platería. ...
Está bien lo que está de Dulce María Loynaz
Está bien lo que está: Sé que todo está bien. Sé el Nexo. Y la Razón. Y hasta el Designio. Yo lo sé todo, lo aprendí en un libro sin páginas, sin letras y sin nombre... Y no soy como el loco que se quema los dedos trémulos por separar la llama rosa de la mecha negra...
Tiempo definido de Maruja Vieira
Está bien que la vida de vez en cuando nos despoje de todo. En la oscuridad los ojos aprenden a ver más claramente. Cuando la soledad es el vacío intenso del cuerpo y de las manos, hay caminos abiertos hacia lo más profundo y hacia lo más distante. En el silencio las amadas voces ...
Está bien. Seré dulce. de Julia Prilutzky
Está bien. Seré dulce y obediente o lo pareceré. Te da lo mismo: Necesita, de pronto, tu egoísmo que yo me quede así, sumisamente, Sin sufrir, sin dolor, sin aliciente, sin pasiones al borde del abismo, sin mucha fe ni un gran escepticismo, sin recordar la esclusa ni el torrente. ...
Meditación al atardecer de Oscar Hahn
Esta calle que baja dura una eternidad Aquí se cuecen vivos los grandes pensamientos Ha llegado la hora del descanso en que no se descansa Cuando los perros creen en santas y en fantasmas En este punto mi madre y mi hermana preguntaron sin voz ¿Y qué sabes tú de todo ...
Esta casa estuvo dedicada a la labranza y la muerte... de Antonio Gamoneda
Esta casa estuvo dedicada a la labranza y la muerte. En su interior cunden las ortigas, pesan las flores sobre las maderas atormentadas por la lluvia. De: El libro del frío
La casa de José Hierro
Esta casa no es la que era. En esta casa había antes lagartijas, jarras, erizos, pintores, nubes, madreselvas, olas plegadas, amapolas, humo de hogueras... Esta casa no es la que era. Fue una caja de guitarra. Nunca se habló de fibromas, de porvenires, de pasados, de lejanías. ...
Esta casa surge despacio... de Yolanda Pantin
Esta casa surge despacio en el agua de la lluvia que caía por los muros y olía a yerba y a todo eso. Antes salían ellos, los siempre vestidos, y uno se quedaba mirando por detrás de las puertas toda esa agua que irrumpía por los muros y las ventanas abarrotadas. Siempre el gesto ...
Escribiéndole una casa al barco de Mayra Oyuela
Esta casa vuela. Su altura conjura un papalote que se distorsiona a la distancia. Esta casa es un mar y un barco también, donde crispados, salimos a contemplar los delfines mas blancos de la locura. Esta casa tiene un color, un nombre, su capitán Morgan lanza de sus anzuelos...
Escrito en la corteza de una ceiba de José Coronel Urtecho
Esta ceiba que da sombra a mi casa es propiamente heráldica. Sería el emblema perfecto de tu escudo si esto que grabo aquí fuera tu lema: Ella no sabe de lo que de ella escribo pues ser lo que es y no saberlo es ella.
La hermana presentida de Jesús Flores Aguirre
Está cerca y distante, acompañada y sola yo la siento en mi vida desde que fui pequeño; es sangre, flor y espuma, es ella espiga y sueño que se hace y se deshace como en el mar, la ola. Hermana presentida, madreselva, amapola y trébol de cuatro hojas de nuestro vano...
Sonata triste para la luna de Granada de Luis García Montero
Esta ciudad me mira con tus ojos, parpadea, porque ahora después de tanto tiempo veo otra vez el piano que sale de la casa y me llega de forma diferente, huyendo del salón, abordando las calles de esta ciudad antigua y tan hermosa que sigue solitaria como tú la dejaste, cargando con sus plazas, ...
Inventario de Gonzalo Osses – Vilches
Esta ciudad sin Dios, este amorío, estos versos inspirados por el alcohol, el día que llegué y tu te habías ido, tus compactos y los libros, que dejaste en el cajón. El cruel naufragio de todas mis creencias, los pecados que nunca voy a contar, la redención que entre tus piernas buscaba, ...
Fuerteza de Claudia Lars
Esta colina de girasoles convertida en zompopero humano; estos hombres amargos con desafiantes niños sin ropas; esta sequía veranera y estas humedades que cultivan fiebres; estas muchachas morenitas jugando a ser mujeres antes del tiempo; estas madres de quince partos y diez hijos ...
Cenicienta de Guillermo Carnero
Esta dama ironiza en las implicaciones de su beso. Huella el patio de armas con el Príncipe Azul, y al ingeniar fruición lo escuchamos croar en su inquieto regazo. Y si ella es portadora del hechizo, ¿dónde hallar escarpín para su zarpa?
Dama de Miguel Arteche
Esta dama sin cara ni camisa, alta de cuello, suave de cintura, tiene todo el temblor de la hermosura que el tiempo oculta y el amor desliza. Esta dama que viene de la brisa y el rango lleva de su propia altura, tiene ese no sé qué de la ternura de una dama sin fin, bella y precisa. ...
Esta danza que salvan las liturgias de Federico Hernández Aguilar
Esta danza que salvan las liturgias Este concepto inoculado hoy Esta perpetuación de la inminencia Este andar sin las huellas necesarias Este pedir que se contagie un alce Esta oportunidad de ser pequeño Este imaginar párpados gigantes Esta mancha de amor en las costillas ...
Criaturas para la recién casada (La higuera) de Jorge Esquinca
Está desde siempre. Antes que la casa fuese siquiera un pensa- miento. Ha crecido desmadejada y aérea, nutriéndose de linfas sub- terráneas. Como una madre vegetal, una madre joven, sibilina, fecunda, ampara el gorjeo sexual de los gorriones en un rincón del patio ...
Fin presente de Oscar Oliva
Está en lo que comemos y bebemos, en los trabajos que nos dan de comer y beber, en los alimentos en los que no nos reconocemos y en la ineptitud con la que nos destrozamos las manos a la hora del hambre para poder tomar asiento y comenzar de nuevo con lo que está...
Narcisiana de Jorge Zalamea
Ésta era otra casa. La de los muchos patios: el patio de las ceremonias y los grandes; el patio de los huéspedes bienvenidos; el patio de los niños; el patio de las criadas; el patio de los lavaderos y los bebederos; el patio de las caballerizas; el patio de las aves de corto vuelo; ...
En Islandia el alba de Jorge Luis Borges
Ésta es el alba. Es anterior a sus mitologías y al Cristo Blanco. Engendrará los lobos y la serpiente que también es el mar. El tiempo no la roza. Engendró los lobos y la serpiente que también es el mar. Ya vio partir la nave que labrarán Con uñas de los muertos. Es el cristal...
Casa cautiva de Elvio Romero
Esta es la casa; es nuestra. Esta es su música; las exigencias todas de la vida pasaron por sus habitaciones, por el ascua quemante de sus fronteras; la locura de quienes emprendieron una empresa más ancha que sus fuerzas, el sueño que los fue desgarrando, ...
Fragmento VIII /2 de La marcha de 150.000.000 de Enrique Falcón
Esta es la comarca donde dieron tu cuerpo a la llanura donde tú, tus caderas erais agua y volteo de matanzas, mano meciendo el hambre, tú loca canción. Dame un nombre con el que acusarte ahora en que te tiemblo ante la tumba: ésta, la comarca tu furia tierna en los delirios, ...
El deseo de Isla Correyero
Ésta es la enfermedad cruel del deseo. La ruta de los pájaros sonámbulos en vuelo breve bajo las tormentas. Conozco sus libreas y sus máculas Y las motrices ansias eternales, demasiado bien lo conozco. Desciende azotándome hasta el cauce y arranca blancas prendas con su apremio. ...
esta es la guerra de Sabeli Ceballos Franco
esta es la guerra amor esta es la guerra dijiste en ese entonces cuando el amor te dio el par de botas con que llegaste a mí pateando fronteras por aeropuertos aquí vengo aquí vengo decías con las suelas adoloridas de profecías fermentadas no se me ocurrió pensar entonces que eras tan solo ...
Café, tabaco y caña de José Santos Chocano
Esta es la historia de tres princesas, que parece una fábula de esas en que se impone verso español... ¡Esta es la historia o el cuento de Hadas de tres princesas enamoradas a un mismo tiempo las tres del Sol! La una es negra, de ojos ardientes y labios rojos, en que los dientes jáctanse de una risa ...
Bestiario de Lourdes Vázquez
Esta es la historia de una mujer en su habitación. De noche un enorme insecto se dedica a vigilarla. La mujer confusa, la mujer irritada, por tan insignificante animal. La mujer atemorizada huye de esquina en esquina, más sus sentidos le indican que el animal se encuentra cerca. ...
Hora de sal de Alfredo Fressia
Esta es la hora amarilla de los lobos. Esta es la hora de los huesos incendiados como columnas huecas al pie de su derrumbe. (Hay dos mil pistas de sabuesos hasta las uñas profanadas de todas las estatuas) Esta es la hora compuesta en que el actor sudado grita su penúltimo...
Lafayette Street de José María Fonollosa
Esta es la mujer mía. Pueden verla, no tengan pena, de perfil, de frente. Pueden acariciarla con los ojos. Está desnuda bajo su vestido. Es hermosa, ¿verdad? Todos lo dicen. Ella también lo sabe. Es muy hermosa. Mírenla de perfil, de frente. Desde la uña del pie al cabello es muy hermosa. ...
La patria de los robles de Eleazar Rivera
Esta es la patria de los robles aquí olvidaron su guitarra los grillos y en ellas nacieron ciudades y memorias Esta ciudad es grande los muros que la protegen están construidos de huesos y sombreros Aquí no hay sol y llueven piedras cuando alguien quiere verlo La noche se prolonga ...
Verano de Eliseo Diego
Ésta es la plenitud, el tiempo entero, el sellado esplendor del mediodía. En ráfagas de luz el sol envía el oro eterno al aire pasajero. Bien dibujando el árbol, bien ligero el trazo de las hojas en el día. Más honda en cambio y más y más umbría la huella del trabajo en el sendero. Las coléricas...
Topografía de Luis Palés Matos
Ésta es la tierra estéril y madrastra en donde brota el cacto. Salitral blanquecino que atraviesa roto de sed el pájaro; con marismas resecas espaciadas a extensos intervalos, y un cielo fijo, inalterable y mudo, cubriendo todo el ámbito. El sol calienta en las marismas rojas el agua ...
Marilyn Monroe que estás en el cielo de Alfonso Alcalde
Esta es la triste historia de una de las mujeres más hermosas de todos los tiempos y que los negociantes bautizaron con el nombre de Marilyn Monroe. Parcelaron su cuerpo y su alma, trataron de cerrarle la boca y su inteligencia y abrir su escote... hasta lo imposible. ...
Retrato de Manuel Machado
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed. Unos ojos de hastío y una boca de sed... Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe... Calaveradas, amoríos... Nada grave, Un poco de locura, un algo de poesía, una gota del vino de la melancolía... ¿Vicios? Todos. Ninguno... ...
Ciudad: San Salvador de Claudia Herodier
Ésta es mi ciudad. Hay olor de gente por todos lados. Un olor atropellante que galopa sobre las aceras -y, aunque no haya aceras, galopa lo mismo-. Olor que crece sin decrecer nunca y va en su ascenso dejando rastro. Olor que asume para sí mismo un especial olfato. ...
De otro cielo de Conrado Nalé Roxo
Ésta es mi copa y la rompo. Éste mi caballo y lo suelto. Decid a mis amigos que he muerto. Que el vino derramado de mi copa lo beban mi enemigo y mi perro, y sobre las cenizas de mi casa dancen ebrios. Yo con mi propia sed quiero embriagarme hasta ser una estatua...
Elegía con un poco de amargura de Eliseo Diego
Ésta es otra elegía, pero dedicada a un hombre desagradable, vecino mío, que nunca quiso saludarme. No sé, por tanto, cómo se llamaba. Cara de limón, cara de perro malo, jamás se rebajó a mirarme siquiera. Vivíamos los dos en la misma calle. Un día tras otro nos desencontrábamos. ...
Ventana húmeda de Antonio Gamoneda
Esta es una ciudad desconocida y llueve sin esperanza. No hay memoria ni olvido y el error es la única existencia. ¿Quién me ama en esta ciudad...
Elegía para un hombre llamado Gonzalo de Eliseo Diego
Esta es una elegía para mi amigo Gonzalo. Que no fue un héroe ni fue un gran músico ni siquiera un novelista famoso. Fue, sencillamente, Gonzalo. Tenía la cara redonda de azoro de tanto sentirse ser Gonzalo. Y tenía unas gafitas montadas...
Oráculo de Octavio Armand
Está escrito que los que no tienen futuro no pueden conocer su futuro. Por piedad los que no tienen futuro no pueden conocer su futuro. Pero tú no eres un desheredado, tú tienes futuro, tú ya sólo tienes futuro. Entre los dioses se derraman los granos de sal, las nubes se dispersan ...
Poema a ciegas de Silvia Favaretto
Está faltando la luz y escribo el poema a ciegas en la hoja de un viejo calendario. Por primera vez me doy cuenta que las palabras son vanas y vano es nuestro entendimiento si en la noche la tinta no logra desprenderse de la oscuridad del cielo y mi poema no logra iluminarme ...
Esta flor de Salvador Novo
Esta flor en mis manos, repentina alba en mi noche estrellada de mi sueño nacida ¿me atreveré a tocarla? ¿mereceré siquiera profanar con mis ojos la luz que la revela? El aire desolado de la espera vacía, el aire en que no estaba ¡respiré tantos años! El agua que era muerta ...
Trepinodcutus Viperinus de Dulce María Loynaz
Está hecha de anillos de Saturno, de humedad de los pozos y luz de fuegos fatuos… Signo es del Infinito si se muerde la cola; y abre interrogaciones con el cuerpo enarcado. Su ojo eléctrico...
Primera incomunión de Mario Benedetti
Esta historia poco sagrada de aquí abajísimo esta nada eucarística amenaza bomba lustral hongo piadoso última cena con doce judas y ningún pobre salvador este bochorno calculado este loquísimo escupitajo en las dos cara de la oscuridad tienen su parte en mi desrezo. ...