☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra t

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

680 poemas con la letra "t"

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 > .

Itaca de Teresa Ortiz
Tal como prometió ha vuelto el rey de Ítaca. Ha sido un largo viaje. Por ti desafié la ira de los dioses. Atrás quedaron tierras, caricias de otros brazos. La música más bella que un mortal escuchara. Hoy brilla el mismo sol en este hermoso cielo que iluminó violento los días de mi dicha. ...
La ternura última de José Agustín Goytisolo
Tal fuego sofocado que se aviva por él arde por él. Toda la noche se llenó de aroma por él siente por él. Su corazón caía y ahora vuela por él late por él. Vendrá el amanecer de gallo en gallo por él vela por él. Sus ojos se entristecen de repente por él teme por él. Hombre que ignoras ...
Plenitud de la tristeza de Alfonso Calderón
Tal la tristeza ciega, enhiesta como espada sin origen o muslo victorioso de muchacha. Alta... grácil. Así te tuve. Como difuso deseo, buscando graciosa criatura tu rostro bienamado en la ceniza. Nimbo solitario. Así me encuentro. El sol caía tal alba entre las hojas, ...
Regina María de Lourdes Gil
Tal parece que todos los diálogos de los poetas se han fraguado en la angostura de tu azotea. Las confidencias en pareados asonantes y vigiladas por el sol se amontonan en los aleros de la calle Ánimas. Su iridiscencia se esparce en la tristeza de esta ciudad erguida en el riesgo inevitable ...
Nuestros padres de Julio Leite
Tal vez algún gusano itinerante cruce el mar de tierra que separa a esos viejos continentesde hueso y recorra falanges que fueron tus cariciaso las mías, tal vez se instale en las cuencas vacías de uno u otro remedando miradas que nos pesany alivian. Tal vez, Mingo, ...
Canción para la esposa ajena de José Angel Buesa
Tal vez guardes mis libros en alguna gaveta, sin que nadie descubra cuál relata tu historia, pues serán simplemente los versos de un poeta, tras de arrancar la página de la dedicatoria... Y pasarán los años... Pero acaso algún día, o acaso alguna noche que estés sola en tu lecho, ...
Tal vez no era pensar de Idea Vilariño
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto, sino darse y tomar perdida, ingenuamente, tal vez pude elegir, o necesariamente, tenía que pedir sentido a toda cosa. Tal vez no fue vivir este estar silenciosa y despiadadamente al borde de la angustia y este terco sentir debajo ...
El límite del miedo de Olga Edith Romero
Tal vez no sea en vano la herencia de una llaga púrpura el límite del miedo pintado en espejos enfrentados lamiendo tus paredes interiores. Mi abuelo repetía Siempre hay que mirar el lado bueno de las cosas . Son ciertas sus palabras. Si la muerte nos deja ver su rostro devastado ...
Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo de Julia Prilutzky
Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo quise salvar mi amor, tu amor. El nuestro. Una vez será tarde. Yo presiento esa herida que avanza, ese cierto dolor de no querernos. Cómo decirte ahora: mírame aún, así, trata de verme como soy, duramente. Con mi ternura. Claro, y mis tormentas. ...
Plegarias contra el miedo (I) de Antonio Armenteros Álvarez
Tal vez será como alinearse Alzar la mano en medio del rebaño No creer las premoniciones. Tal vez será como llegar confesarme pedir la excomunión del alma mirar fijo la bendición en los ojos del hombre. Tal vez será como mostrar oscuras llaves abrir la puertay pedir auxilio. ...
Biografia para feacios de Octavio Armand
Tal vez soy Demódoco y cuento las hazañas de Odiseo O soy Odiseo escuchando el relato del ciego Ya no fui lo que soy El lenguaje me mata ¡Cuidado! ¡Voy a nacer! Digo: nazco Lo repito, nazco Mis nueve libras golpeadas Mi grito que sale directamente de la carne ...
Al amor de Alberto Lista
Tal vez, amor, bajo el sagrado velo de la amistad encubres tu furor; el corazón se entrega sin recelo, y en él clavas la flecha a tu sabor. Tirano dios, cuya perfidia lloro, el infortunio me enseñó a temer, ...
Sonetos corporales de Carmen González Huguet
Tallo fecundo, de botón florido con cálida corola coronado, clavel triunfante, fuiste levantado por empuje de sangre, recio, erguido. Buscas, ciego, región donde, en olvido, se abandone tu mar aprisionado por estrecho canal, y encabritado, salte en espuma, libre, enardecido. Tu anhelo ...
Los amantes de Jorge Guillén
Tallos. Soledades Ligeras. ¿Balcones En volandas? -Montes, Bosques, aves, aires. Tanto, tanto espacio ciñe de presencia Móvil de planeta Los tercos abrazos. ¡Gozos, masas, gozos, Masas, plenitud, Atónita luz Y rojos absortos! ¿Y el día? -Lo plano Del cristal. La estancia ...
Preludio de Francisco A. de Icaza
También el alma tiene lejanías; hay en la gradación de lo pasado una línea en que penas y alegrías tocan en el confín de lo soñado: también el alma tiene lejanías. En esos horizontes de olvido la sujeción de la memoria pierdo y no sé dónde empieza lo fingido y acaba lo real de mi recuerdo ...
Leyes de la perspectiva (Canciones fugitivas, 5) de Tomás Segovia
También el hombre que partió a un retorno Que hizo con pulso firme el equipaje Y tomó de la mano a su mirada Para llevarla allá A que beba de nuevo Lo que ella y no ve que bebió un día También ése retorna Y si volver tiene aún la fuerza De callar largamente ...
En plena noche de Hugo Mujica
También en plena noche la nieve se derrite blanca y la lluvia cae sin perder su transparencia. Es ella, la noche, la que nos libra de los reflejos, la que nos expande las pupilas. Lo que busca con su bastónel ciego es la luz, no el camino. De: Hugo Mujica Poesía ...
también existe... de Javier Payeras
también existe eso otro largas temporadas en el infierno sin saber dónde se encuentra me encuentro nos encontramos y allí soy asesino jesucristo judas iscariote todos aparentemente reales De:ARTIFICIAL (2000)
Lamentación por una perra (I. Monelle) de Eduardo Lizalde
También la pobre puta sueña. La más infame y sucia y rota y necia y torpe, hinchada, renga y sorda puta, sueña. Pero escuchen esto, autores, bardos suicidas del diecinueve atroz, del veinte y de sus asesinos: sólo sabe soñar al tiempo mismo de corromperse. Ésa es la clave. ...
también los quirófanos son un sermón... de Jacqueline Goldberg
también los quirófanos son un sermón en ese paisaje malogrado que abarca el padecimiento se entra a ellos con el mismo cuerpo horizontal que atrinca la muerte se sale con los ojos virados sobre algún amparo alguna pequeña verdad que renueva el estremecimiento el camino entre la familia ...
También me gusta el amor de Claribel Alegría
También me gusta el amor al que le cierran la puerta el que entra por la ventana volando sobre una cuerda.
También mueren caballos en combate de Julio Martínez Mesanza
También mueren caballos en combate, y lo hacen lentamente, pues reciben flechazos imprecisos. Se desangran con un noble y callado sufrimiento. De sus ojos inmóviles se adueña una distante y superior mirada, y sus oídos sufren la agonía furiosa y desmedida de los ...
Descendimiento de Dolors Alberola
También tú estabas muerto. No fuera yo la virgen, la hembra que tuviera recostada tu cabeza en mi pecho, ni fuera el solo brazo esas colinas puntiagudas irguiéndose. No fuera a tu derecha esa túnica rota y desbordada, sino tu paño blanco de pureza sombría. No fuera el sol la lámpara, ...
Fábula inefable de la niña loca de Franklin Mieses Burgos
Tambor. ¡Tambor! Hermana: yo no quiero ser tambor me duelen demasiado los ojos en el agua desde que tengo abierta esta herida en el viento. Una vez me sembraron el alma de recuerdos y crecí como un árbol en la noche del tiempo, en donde está cayendo como una sola gota, para siempre, ...
Tampoco tengo claro qué tarea... de Julio Martínez Mesanza
Tampoco tengo claro qué tarea debo cumplir; si todo se reduce a acompañar en esta pesadilla el dolor y el orgullo de los hombres y llegar al final sin sufrimiento, o si hay que herir también y ser herido. (De: Las trincheras Tomado de El último tercio del siglo (1968-1998) ...
Desasosiego de otoño de Amalia Iglesias Serna
Tampoco tienen fecha las hojas de este otoño y acaso no es verdad que su mundo agonice. Ni queda amargura en sus grietas ni sus arrugas aguardan la soledad del invierno. Es sólo levadura, madriguera, lazada de luz cuando reposa, cuando cierra los ojos para buscar los nombres de lo oscuro. ...
El mar de Idea Vilariño
Tan arduamente el mar, tan arduamente, el lento mar inmenso, tan largamente en sí, cansadamente, el hondo mar eterno. Lento mar, hondo mar, profundo mar inmenso... Tan lenta y honda y largamente y tanto insistente y cansado ser cayendo como un llanto, sin fin, pesadamente, tenazmente ...
Para órgano de Gonzalo Rojas
Tan bien que estaba entrando en la escritura de mi Dios esta mano, el telar secreto, y yo dejándola ir, dejándola sin más que urdiera el punto del ritmo, que tocara y tocara el cielo en su música como cuando las nubes huyen solas en su impulso abierto arriba, de un sur a otro, ...
Tan hombre soy que siento por mi pecho... de José García Nieto
Tan hombre soy que siento por mi pecho ríos de un corazón precipitado que avanza rumoroso y desbordado, cuantos más años tiene, más derecho. Baja a mis pulsos, súbito, en acecho, y hasta mi lengua sube enamorado; vive para mi voz y su cuidado, se ahoga entre los llantos que cosecho. ...
y 14 de Elena Martín Vivaldi
Tan lejos va el recuerdo, tan lejana la imagen esta noche- del pasado, tan parece mentira lo soñado como la realidad de fiel mañana. Esfumándose va, materia vana, aquello que en mi mente está grabado, y no sé si es real o imaginado todo aquel mundo donde anduve ufana. ...
El ángel exterminador de Ana Rossetti
Tan sencillo es matar, pues es el mundo frágil como un vaso de vidrio. Diligentes tijeras o sables alfileres apenas se precisan: pujante y obstinada derramará la sangre su estipendio. Tan sencillo es matar, decapitar libélulas, traspasar inmóviles pupilas de insectos silenciosos y, ...
Tan sencillo este amor... de Elsa López
Tan sencillo este amor, tan luminoso, y tú no aciertas nunca a saber de verdad lo que me pasa. Lo que me pasa, amor, es que te quiero, es que el aire se agrupa de corceles, golondrinas de mar, garzas azules. Lo que te ocurre, amor, es que eres tonto, que mi amor se ha quedado ...
Tan sólo somos las mujeres de Ana María Ardón
Tan sólo somos las mujeres; Santas madres vírgenes dulces comprensivas, viscerales emocionales brujas neuróticas histéricas sensibileras ingenuas liberales o putas. Según el diccionario de la Real Academia de los Machos. Pero, de humanidad ¿Qué saben los castrados?
Bolivia de Diana Bellessi
Tan sutil airecito de sikus el sabor de esta chicha dorada viene y va en totuma tan fina pesa menos que si fuera cristal Dan un giro avanzando livianas y otro giro ahora al revés. Polleras que en círculos como anillos de astros hacen cielo y al son graves trompetas ...
Elegía y delirium tremens de Eduardo Anguita
Tan víctima con el pulmón expuesto al sueño y al aire de las vidrieras a golpes de fuego subiendo por los lados fríos donde te busca la luz en traje de tonta No huyes víctima a la instalación de las desgracias. Tan indeciso mártir servidor de todo lo que miras del rostro en la plaza ...
Tania Savich y la fenomenología de lo redondo de Juan Luis Martínez
Tania no sabía que El Círculo de la Familia es el lugar donde se encierra a los niños, pero sí sabía que en ese mismo Círculo hay también un centro de orden que proteje a la casa contra un desorden sin límites (un orden ...
Letrillas satíricas de Manuel Bretón de los Herreros
Tanta es, niña, mi ternura, que no reconoce igual. Si tuvieras un caudal comparable a la hermosura de ese rostro que bendigo, me casaría contigo. Eres mi bien y mi norte, graciosa y tierna Clarisa, y a tener tú menos prisa de llamarme tu consorte, pongo al cielo por testigo, me casaría contigo. . ...
Tantas lunas de Braulio Arenas
Tantas lunas pasadas en limpio rayas y más rayas tigres y más tigres y el hotel era lujoso para dormir Suecos y más sueños besos y más besos qué quedará de tanta luna qué quedará de tanta agua de tanta sed de tanto vaso Ventana destinada para ti para que en ella te apoyes ...
Como la cigarra de María Elena Walsh
Tantas veces me mataron tantas veces me morí sin embargo estoy aquí resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mató tan mal y seguí cantando. Tantas veces me borraron tantas desaparecí a mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo en el pañuelo ...
Algunas veces, el poema de Néstor Mux
Tanteamos en un cuarto a oscuras esa palabra que alumbre mundos interiores y testimonie grandeza y miseria de nuestras pequeñas vidas pero algunas veces, mientras buscamos, son otras las palabras que se encienden (como sueños todavía no soñados por nosotros) ...
Tanteos en la mar violenta... de Mercedes Roffé
Tanteos en la mar violenta. Agitación. Un cierto envolvimiento de remolino o torrente. Depende de la dirección. Depende de si se podría siquiera hablar de dirección o de mejor deshacerse. ¿Indulgencia? ¿por qué no? Al menos insistir. Un acto de presencia, como tantos (tanteos en la mar). ...
Cancioncilla con glosa de Isabel de Vega
Tanto puede la afición cuando con fe perservera, que donde premio no espera de allí saca galardón. GLOSA De una herida mortal que sólo amor pudo dalla quedó mi sentido tal, que ni vive con el mal ni bien con el bien se halla, y cuando más sin remedio, más contento en su pasión, ...
Balance de Griselda Álvarez Ponce de León
Tanto pugnar por definir la vida, tanto por detener el tiempo breve por sostener el pulso que nos mueve por dejar testimonio de la huida. Y ver la primavera malparida o el verano febril que nos remueve, el otoño temblón que nos conmueve y el invierno en su muerte desceñida. Después, ...
Galán de Alberto Rubio
Tanto tiempo que esperan esas flores vagas, alertas desde los rosales, ser envío de amores secretos, potenciales en culpas atrasadas que no han nacido y viven desahuciadas. Así no sé de males míos, pero me importarán los daños a las probables víctimas de engaños: ...
El alfanje secreto (IV) de Santos Domínguez Ramos
Tarde en los alminares rojos de la medina. Los almuecines ciegos llaman a la oración. Hazam el cojo sube por las callejas de agua trémula bajo el sol en las cúpulas de oro. Tú ves oscurecerse la vida en el jardín. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor
Fósiles (III) de Jair Cortés
Tarde se descubre la primera arruga. Tarde, demasiado tarde, cuando demasiado es un don en lo fugaz. Tarde es en la nuca de quien se recuesta para morir profundo sobre el pecho de su tumba. De: Dispersario Poema proporcionado por el autor
Corral de los olmos de María Sanz
Tarde será cuando tu voz se filtre, almuédano, a través de estas paredes. Tarde será, porque la nada lenta y descarnadamente habrá vencido lo que pudo habitar en mis entrañas sin yo reconocer más que su lumbre. Por muy tarde que sea, todavía permanece el olor de la alhucema ...
Tarde tranquila... de Antonio Machado
Tarde tranquila, casi con placidez de alma, para ser joven, para haberlo sido cuando Dios quiso, para tener algunas alegrías... lejos, y poder dulcemente recordarlas. LXXIV De: Galerías
Tras los adioses últimos de Manuel Maples Arce
Tardes alcanforadas en vidrieras de enfermo, tras los adioses últimos de las locomotoras, y en las palpitaciones cardíacas del pañuelo hay un desgarramiento de frases espasmódicas. El ascensor eléctrico y un piano intermitente complican el sistema de la casa de apartmentes , ...
Íntegro de Francisco González Léon
Tardes de beatitud en que hasta el libro se olvida porque el alma está diluida en un vaso de quietud. Tardes en que están dormidos todos los ruidos. Las tardes en que parece que están como anestesiadas todas las flores del huerto, y en que la sombra parece más sombría, ...