☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra b

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

145 poemas con la letra "b"

1 2 3 > .

Casida de la bailarina (II) de Ricardo Molinari
Baila, que él tiene el cuerpo cubierto de vergüenza y la lengua seca saliéndole por la boca dulce, como una vena perdida. Yo pienso en él, y ya no me duele el silencio, porque nunca estará más cerca de la luz que en su muerte. Su pobre muerte encadenada. ¡Ya ve su sueño ...
Al baile del señor presidente de Ignacio Rodríguez Galván
Bailad mientras que llora el pueblo dolorido, bailad hasta la aurora al compás del gemido que a vuestra puerta el huérfano hambriento lanzará.¡Bailad! ¡Bailad! Desnudez, ignorancia a nuestra prole afrenta, orgullo y arrogancia con altivez ostenta, y embrutece su espíritu torpe ...
A una dama de Salvador Díaz Mirón
Bailas por antojo que al mancebo engríe y escotada luces dos hechizos fuera, y en el rubio monte de tu cabellera una flor de grana bruscamente ríe. ¡Pasas, huyes, tornas y el placer deslíe fósforo combusto que te pinta ojera, y tu maridazo mira errar la hoguera y nada barrunta que le contraríe! ...
Danza de Julio E. Miranda
Bailo con mi hija en brazos. Comencé para calmarla. Hace rato que duerme cesó la música y yo sigo bailando. He improvisado una danza algo salvaje: vueltas a derecha e izquierda ritmadas por golpes de talón y gritos sofocados. Se ha hecho de noche. La cuna quedó atrás el cuarto quedó atrás ...
La ciudad de agosto de Luis García Montero
Baja el avión por fin, estoy bajando a la ciudad de agosto. La sombra de las alas deja huellas azules sobre la tierra seca y recorre los campos con una vibración de película antigua. Estoy bajando, llego a la ciudad tomada por los brazos desnudos, llego a la lentitud de los museos, a terrazas ...
Los gorriones de Alberto Blanco
Bajan de nueva cuenta hasta el jardín bajan en grupo, solos, en parejas en busca de semillas o de pan, de agua fresca, de frutos o de insectos pero los amilana una mirada. Siguiendo loa atávicos auspicios de su naturaleza, los gorriones alzan el vuelo y tímidos se posan en los cables ...
Playeras de Justo Sierra
Baje a la playa la dulce niña, perlas hermosas le buscaré; deje que el agua durmiendo ciña con sus cristales su blanco pie. Venga la niña risueña y pura, el mar su encanto reflejará, y mientras llega la noche oscura, cosas de amores le contará. Cuando en Levante despunte el día ...
La leyenda de El Dorado de Javier del Granado
Bajo el ardiente luminar del trópico, como el hidalgo Caballero Andante, jinete en ilusorio rocinante, sueña don Ñuflo con un país utópico. En la pupila azul de un lago hipnótico, ve una ciudad de mármol relumbrante, almenas de ónix, fuentes de brillante, y aves canoras de plumaje exótico. ...
El ruiseñor de José Juan Tablada
Bajo el celeste pavor delira por la única estrella el cántico del ruiseñor.
Bajo el cielo nacido tras la lluvia de Jorge Teillier
Bajo el cielo nacido tras la lluvia escucho un leve deslizarse de remos en el agua, mientras pienso que la felicidad no es sino un leve deslizarse de remos en el agua. O quizás no sea sino la luz de un pequeño barco, esa luz que aparece y desaparece en el oscuro oleaje de los años lentos ...
Chanson de Roland de Hildebrando Pérez Grande
Bajo el cielo salvaje de Saint Martin d Heres, Reverberan los locos relámpagos de enero. Como un ciego frente al espejo astillado de su vida, Me acicalo para viajar a la pradera interminable. Marcho sin ningún propósito de enmienda. Dejo Un país donde las piedras hablan, los ríos ...
Costumbres de Luis Alberto Crespo
Bajo el cielorraso cargado de lluvias están los comerciantes y sus arreos de burro, los de mercancías que hacen dormir. Dejan una vejez en mis servicios, y el polvero en los puentes llevándole a uno las lejanías. Trajeron una guitarra. La vi quemándose en el patio. Y caminar, caminar, ...
La negra de Luis Llorens Torres
Bajo el manto de sombras de la primera noche, la mano de Elohím, ahíta en el derroche de la bíblica luz del fiat omnifulgente, te amasó con la piel hosca de La serpiente. Puso en tu tez la tinta del cuero del moroco y en tus dientes la espuma de la leche del coco. Dio a tu seno prestigios ...
Los elementos de la noche de José Emilio Pacheco
Bajo el mínimo imperio que el ver no ha roído se derrumban los días, la fe, las previsiones. En el último valle la destrucción se sacia en ciudades vencidas que la ceniza afrenta. La lluvia extingue el bosque iluminado por el relámpago. La noche deja su veneno. ...
Balada del adiós de Nora Méndez
Bajo el muérdago de estos días Voy y beso tu recuerdo Camino parca sobre la ola de tu tiempo Y me astillo el andar En rito animal Aúllo Golpeo la roca Me arranco el pelaje Escribo tu nombre en fragilidad de arena Acorralándolo en corazones rotos Sigo a diario la trayectoria ...
La Lola de Federico García Lorca
Bajo el naranjo lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz. ¡Ay, amor, bajo el naranjo en flor! El agua de la acequia iba llena de sol, en el olivarito cantaba un gorrión. ¡Ay, amor, bajo el naranjo en flor! Luego, cuando la Lola gaste todo el jabón, vendrán los torerillos. ...
Santos Vega-4-La muerte del payador de Rafael Obligado
Bajo el ombú corpulento, de las tórtolas amado, porque su nido han labrado allí al amparo del viento; en el amplísimo asiento que la raíz desparrama. Donde en las siestas la llama de nuestro sol no se allega, dormido esta Santos Vega, aquel de la larga fama. En los ramajes vecinos ha colgado, ...
El predestinado de Salvador Díaz Mirón
Bajo el ronco motín que grita muerte, el sagrado bajel cruje de suerte que semeja reír - El genio es fuerte; Y aun ante indicio, de locura o dolo, no culpa de falaz a Marco Polo, y se obstina en creer, inmenso y solo. Su fe suele medrar cuando vacila... ¡Así la llama del hachón oscila al viento, ...
George Washington Carver de Lourdes Gil
Bajo el sol feroz y rojo de Alabama George Washington Carver (agrónomo y esclavo) descubrió mas de trescientos usos y formas de consumo para el humilde cacahuete (muchos más que el grano de mostaza). Cuando abrió en sus dos cotiledones un maní y oyó brotar de su interior ...
Epitafio de Luis Alberto Arellano
Bajo esta roca pulida para la muerte, yace la sombra de un hombre. No hay nada aquí de valor sino huesos blancos de sal. No hay nada aquí de valor sino huesos. No hay nada aquí de valor. No hay nada aquí. No hay nada. No hay. No. Viajero, detén tus pasos y asegúrate que la sombra ...
Bajo este cielo azul de José Domingo Gómez Rojas
Bajo este cielo azul todo florido de astros cada pupila siente que se ahonda el abismo y que ampliando sus formas tiene un florecimiento de estrellas y de cielos, como la inmensidad. Bajo el desnudo azul, luminoso de estrellas, se dignifica todo: charco, flor y gusano; ...
Confusión (IV) de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
Bajo este sol de cobre que iluminar y confiere el don de eterninad a toda transacción de compraventa, al acarreo y al acopio, atestiguas la costumbre de la piedad y la dureza. Testigo de una sombra, una penumbra que avanza, el día enfermo y mendigo que va dejando sus harapos ...
La blanca soledad de Leopoldo Lugones
Bajo la calma del sueño, calma lunar, de luminosa seda, la noche como si fuera el blando cuerpo del silencio, dulcemente en la inmensidad se acuesta. Y desata su cabellera en prodigioso follaje de alamedas. Nada vive sino el ojo del reloj en la torre tétrica, profundizando inútilmente el infinito ...
Bajo la dulce lámpara de Pablo García Baena
Bajo la dulce lámpara, el dedo sobre el atlas entretenía al muchacho en ilusorios viajes y un turbador perfume de aventuras salpicaba de sangre el mar antiguo de los corsarios. Los galeones, como flotantes cofres de tesoros, eran abordados por las naos piratas y el yatagán, las dagas, ...
Las lenguas de diamante de Juana de Ibarbourou
Bajo la luna llena, que es una oblea de cobre, vagamos taciturnos en un éxtasis vago, como sombras delgadas que se deslizan sobre las arenas de bronce de la orilla del lago. Silencio en nuestros labios una rosa ha florido. ¡Oh, si a mi amante vencen tentaciones de hablar!, ...
Beaumont, Tex. de Efraín Huerta
Bajo la luz de la luna, en Beaumont, Texas, los blancos a la derecha, los negros a la izquierda.
Mar bajo la luna (IV) (Los cuatro mares) de Enrique González Rojo
Bajo la noche, de la nave han salido las mismas preguntas: -¿Acaso sabemos hacia dónde vamos? -¿Nos habremos equivocado de ruta? Hace tiempo que dejamos la tierra, y por el mar de la aventura arribaremos esta noche a la capital de la luna... ...
El duque de Aumale de Efrén Rebolledo
Bajo la oscura red de la pestaña destella su pupila de deseo al ver la grupa de esplendor sabeo y el albo dorso que la nieve empaña. Embiste el sexo con la enhiesta caña igual que si campara en un torneo, y con mano feliz ase el trofeo de la trenza odorífera y castaña. ...
Rosa del sanatorio de Ramón del Valle Inclán
Bajo la sensación del cloroformo me hacen temblar con alarido interno la luz de acuario de un jardín moderno, y el amarillo olor del yodoformo. Cubista, futurista y estridente, por el caos febril de la modorra vuela la sensación, que al fin se borra, verde mosca, ...
El eco de los pájaros de Pedro Enríquez
Bajo la sombra fiera de las cornisas (acaso la luz un día rasgó el blanco de los ladrillos moribundos) cómo decir las palabras sin nombrarte las manos acelerando la vida las ruedas deteniéndose en las plazas vacías otros viajan veloces y atraviesan anónimos el olvido pero somos dos ...
Amémonos de Juana de Ibarbourou
Bajo las alas de este laurel florido, Amémonos. El viejo y eterno lampadario De la luna ha encendido su fulgor milenario Y este rincón de hierba tiene calor de nido. Amémonos. Acaso haya un fauno escondido Junto al tronco del dulce laurel hospitalario Y llore al encontrarse ...
Hay cadáveres de Néstor Perlongher
Bajo las matas En los pajonales Sobre los puentes En los canales Hay Cadáveres En la trilla de un tren que nunca se detiene En la estela de un barco que naufraga En una olilla, que se desvanece En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones Hay Cadáveres ...
Monólogo de Octavio Paz
Bajo las rotas columnas, entre la nada y el sueño, cruzan mis horas insomnes las sílabas de tu nombre. Tu largo pelo rojizo, relámpago del verano, vibra con dulce violencia en la espalda de la noche. Corriente oscura del sueño que mana entre las ruinas y te construye de nada: ...
Armisticio de Cassandra de Ernesto Carrión
bajo los almendros erguidos por el torcido abrazo de las lluvias, en este día de marzo en que mi palabra calla lo que dice, dios es una mujer batiendo su borracho muslo sobre los ojos de los hombres más pacientes. Un árbol de piedra que amanece rojo entre la nieve, como un miserable. ...
Historia de María Eugenia Brito
Bajo los verdes árboles planté mi cabelleraY los hice girar Cada una de sus hojas eran mis pelos Y mis brazos ya no subían al cielo se quedaban quietos. Sólo otros brazos hacían brillar sus hojas. Como la luz del día me fui llenando de grietasmis piernas conocieron infinitas historiastambién ...
Contigo irá mi sombra de Sagrario Torres
Bajo mi rostro a tu perfil yacente que alumbra el lecho de tu alcoba oscura. Un escarchado arroyo es tu figura, y en ríos van mis ojos por tu frente. Yo caliento tu helor inútilmente. Párpados tuyos besa mi locura, pómulos, labios de tu boca pura. En fuego y frío estamos solamente. ...
Bajo mis manos crece... de Jaime Sabines
Bajo mis manos crece, dulce, todas las noches. Tu vientre suave, manso, infinito. Bajo mis manos que pasan y repasan midiéndolo, besándolo, bajo mis ojos que lo quedan viendo toda la noche. Me doy cuenta de que tus pechos crecen también, llenos de ti...
Otoños en flor de Jorge Ricardo Aulicino
Bajo nubarrones rosados paradójicamente puede esperarse que se aclare el sentido de todo. Pero estás hecho para la muerte que es nada. El enigma seguirá en otra parte, tu muerte personal no aclara ni oscurece el panorama.
Bajo qué ramas, di, bajo qué ramas de Antonio Gala
Bajo qué ramas, di, bajo qué ramas de verde olvido y corazón morado la roja danza muerde tus talones y te estrechan amantes amarillos. Desde qué repentina lontananza giras, me nombras, saltas entre el aire, mientras yo permanezco absorto en sueños aún dormida creyéndote en mi alcoba. ...
Rojos tus cabellos de Santiago Azar
Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses quiero ahogar este último aliento para que seas océano y tragedia y mis dedos se pierdan como un niño muerto en la soledad nocturna de las arenas. Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses el paladar de la hermosura saborea mi cuerpo, ...
Celos de Rosa Cruchaga De Walker
Bajo un árbol ayer riéndote a oscuras se te escapó otro nombre, otra cereza se reventó en la hierba, que ya empieza a encharcarse de púrpura verdura. Sobre otoños que son roja basura fue crujiendo mi risa que regresa. Y mi tristeza también sabía a fresa. ...
Paraguas de Víctor Rodríguez Núñez
Bajo una lluvia ajena que no lo deja arder este hombre camina Nadie en el país del tal vez mañana lo distingue con la angustia por fuera Todos marchan deprisa hacia ese sitio donde él muchas veces quisiera llegar Hoy no pues sólo anhela intimar con la lluvia que lo ignora ...
XXVI (de Diario Cómplice) de Luis García Montero
Bajo una lluvia fría de polígono, con un cielo drogado de tormenta y nubes de extrarradio. Porque este amor de llaves prestadas nos envuelve en una intimidad provisional, paredes que no hacen compañía y objetos como búhos en la sombra. Son las sábanas más tristes de la tierra. ...
Bajo una lluvia fría de polígono... de Luis García Montero
Bajo una lluvia fría de polígono, con un cielo drogado de tormenta y nubes de extrarradio. Porque este amor de llaves prestadas nos envuelve en una intimidad provisional, paredes que no hacen compañía y objetos como búhos en la sombra. Son las sábanas más tristes de la tierra. ...
Unidos por la luz de José María Hinojosa
Bajo una misma luz están nuestras cabezas. Tu corazón y el mío cantan sobre las piedras cuando la noche oculta los rugidos de fieras. ¿Tu corazón y el mío eran sólo de arena? Por el desierto arrastran los camellos sus penas y llevan en sus ojos oasis de palmeras. ...
Jinetes de André Cruchaga
Bajo una vieja casa De impecables paredes Tabanco y azogue La lengua del cielo Como una vieja isla Tartamudeando en su nocturno secreto Mientras al otro lado del espejo Los jinetes pasan Cabalgando en fuego Van tras la luz en la luz De un puñado de sueños: ...
Labrador del mar de Eduardo Anguita
Bajo velas de hojas vegetales, entre claveles de un jardín de lino, atraviesa mi barco con frutales dragones griegos de celeste vino. No son flautas sus algas vesperales, ni ha crecido la luna en su camino, mas huyen labradores pastorales cazando al torso de un lebrel marino. Tú, ramaje ...
Erótica y estrategia de Juan Daniel Perrotta
Balbuceas algo sobre nuestra amistad y retrocedes como delimitando una zona de seguridad ante la inevitable guerra Yo pongo mi índice sobre tus labios después de claramente acercarme a tus fronteras Digo que bien sabes el afecto que te tengo Artero debilito tus posiciones artilladas ...
Soy todo lo que miro de Marco Antonio Montes de Oca
Bañarse bajo la luz de un álamo Ser todo cuanto miro En el pozo del sol. Sorpresa blanca Que te acuclillas y saltas Y me lames la mano con tu llama Y mueves cabellos Pegados al rostro con lágrimas: Vete de aquí Quema la selva de arpas Y al viento que la hace gemir Porque ...
Barco carbonero... de Rafael Alberti
Barco carbonero, negro el marinero. Negra, en el viento, la vela. Negra, por el mar, la estela. ¡Qué negro su navegar! La sirena no le quiere. El pez espada le hiere. ¡Negra su vida en la mar! De: Marinero en tierra