☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra e

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

1790 poemas con la letra "e"

. < 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 > .

Desde abajo de Gonzalo Rojas
Entonces nos colgaron de los pies, nos sacaron la sangre por los ojos, con un cuchillo nos fueron marcando en el lomo, yo soy el número 25.003 nos pidieron dulcemente, casi al oído, que gritáramos viva no sé quién. ...
Tela de Chagall de Gonzalo Rojas
Entonces para la pintar voy a inventar a una mujer llamada Ana de Murcia por lo bíblico y azafrán del nombre, voy mariposa de una vez a escribirla en el aire ciego como habría hecho Borges de Buenos Aires con aroma y aceite de Chagall hasta quedar pasado a Chagall de ver ...
Postal de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
Entonces ves este país del tamaño de un raspón. Luego un tren en los atardeceres pasa lleno de soldaditos, que aunque parezcan de mentiras son de verdad, y ves también los volcanes como manchitas de tinta azul y no podés hallar una razón (aunque realmente exista) ...
Donde nunca jamás se lo imaginan de Eliseo Diego
Entonces ya es seguro que estás muerto No volveremos otra vez a verte Jugar con el aliento de los hartos Al escribir como al desgano: Che, Sobre el dineroEntre leyendas Viniste brevemente a nuestro día Para después marcharte entre leyendas. Cruzabas en la sombra, rápido ...
Refugio de Matilde Alba Swann
Entonces, ciega y sorda, me abrazo a la poesía. La aprieto contra el pecho, la muerdo, la trituro, me prendo a sus dos manos, hundo en ella mi grito, me aniño en su regazo, sollozo en sus rodillas, y encuentro que me acoge piadosa a su ternura, se adhiere a mi tristeza, ...
Entonces... de Angel González
Entonces, en los atardeceres de verano, el viento traía desde el campo hasta mi calle un inestable olor a establo y a hierba susurrante como un río que entraba con su canto y con su aroma en las riberas pálidas del sueño. Ecos remotos, sones desprendidos de aquel rumor, ...
La penumbra del cuarto de Coral Bracho
Entra el lenguaje. Los dos se acercan a los mismos objetos. Los tocan del mismo modo. Los apilan igual. Dejan e ignoran las mismas cosas. Cuando se enfrentan, saben que son el límite uno del otro. Son creador y criatura. Son imagen, modelo, uno del otro. Los dos comparten la penumbra ...
El Hacedor de José García Nieto
Entra en la playa de oro el mar y llena la cárcava que un hombre antes, tendido, hizo con su sosiego. El mar se ha ido y se ha quedado, niño, entre la arena. Así es este eslabón de tu cadena que como el mar me has dado. Y te has partido luego, Señor. Mi huella te ha servido ...
El despertar de Jorge Luis Borges
Entra la luz y asciendo torpemente de los sueños al sueño compartido y las cosas recobran su debido y esperado lugar y en el presente converge abrumador y vasto el vago ayer: las seculares migraciones del pájaro y del hombre, las legiones que el hierro destrozó, Roma y Cartago. ...
El centinela de Jorge Luis Borges
Entra la luz y me recuerdo; ahí está. Empieza por decirme su nombre, que es (ya se entiende) el mío. Vuelvo a la esclavitud que ha durado más de siete veces diez años. Me impone su memoria. Me impone las miserias de cada día, la condición humana. Soy su viejo enfermero; me obliga a que le lave ...
Entra la noche de José Manuel Caballero Bonald
Entra la noche como un trueno por los rompientes de la vida, recorre salas de hospitales, habitaciones de prostíbulos, templos, alcobas, celdas, chozas, y en los rincones de la boca entra también la noche. Entra la noche como un bulto de mar vacío y de caverna, ...
noticias de una mujer cualquiera de Jorge Boccanera
entramos a la pieza casi sin conocernos sus ojos eran pactos de ternura y violencia yo la miraba todo el tiempo habrá pensado en mi cansancio habrá pensado -está borracho- habrá pensado en irse pronto habrá pensado tantas cosas me acerqué a sus dos manos ...
Entras otra vez como música de Ernesto Cardenal
Entras otra vez como música, como luz, música sin ondas acústicas, luz sin fotones. Caricia sin el tacto, sólo la pura caricia. El que inventó el sexo ¿no sabrá amar?
Cuando vengas de José Luis Villatoro
Entras. Te sientas. Cruzas las piernas. Y los ojos se me caen como moneditas falsas, tintineando. La próxima vez que vengas me quedaré en la puerta, estático, viendo el sol que se desliza por la calle, mientras tú te sientas, cruzas las piernas y lanzas tus dardos a vibrar sobre mis ...
Poema (Entraste en mí por un beso) de Claudia Herodier
Entraste en mí por un beso. Luego, ya no fue sólo un beso. Fuiste tú. Con tu vergüenza de hombre Con un traer recuerdos a mi futuro: con un depósito de ventanas y unos paisajes diarios. Entraste. No sé si de visita. Viniste. Eso es todo. Otro año será aquel en que me saques ...
Entre armas, guerra, fuego... de Gutierre de Cetina
Entre armas, guerra, fuego, ira y furores, que al soberbio francés tienen opreso, cuando el aire es más turbio y más espeso, allí me aprieta el fiero ardor de amores. Miro el cielo, los árboles, las flores, y en ellos hallo mi dolor expreso; que en el tiempo más frío y más avieso nacen y reverdecen ...
Semen de Jorge Boccanera
Entre barcos hundidos que deshacen su rostro para matar el tiempo. Entre perros de escamas y cuerpos atados con cadenas, maniquíes sin nada que ofrecer, vive un tren blanco, de estrellas líquidas, alcoholes raros. Sale de su escondite de aguaceros, cruza los viejos puentes, tiembla sobre la red . ...
Lista de Saúl Ibargoyen
Entre burbujas agotadas: entre plumas de caballos muy tristes: entre láminas calcinándose y cayendo sobre un techo universal de sangre pobre: entre palomas que se ahogan en una atmósfera encadenada: entre figuraciones de ceniza y ropas nuevas: entre el hipo de las fuentes que levantan sus podridas espumas: entre espadas carcomidas por una lluvia verde: entre el resplandor de las enormes galaxias que absorben nuestra luz de hoy...
El ojo de agua de Salvador Salazar Arrué - (Salarrué)
Entre cañas, entre yerbas, abrazando furtivo la paloma del cielo... Escondido, tembloroso, ambicioso, lúbrico... Agua pechuga; agua pluma; agua... ¡Ladrón de luz, niño malo, devuelve al aire la mensajera luminosa, la mensajera de amor, la cristófora-colomba que escondes ...
Brazo sin cuerpo blandiendo un gladio* de Fernando Pessoa
Entre el árbol y el verlo, ¿Dónde está el sueño? ¿Qué arco del puente más vela Dios?...Me entristece No saber si esa curva del puente Es la curva del horizonte. Entre el que vive y la vida, ¿Hacia qué lado va el río? Árbol vestido por hojas, Entre eso y Árbol ¿hay un hilo? ...
El aire de Santiago de Cuba de Rodolfo Häsler
Entre el blanco y el negro, los colores de la ciudad son infinitos, el tono del mamey para embarrar las calles, el blanco de las nubes y de tu collar y el color de la tormenta y de la papaya. Las leves huellas son verde narcótico que la noche administra en la retina del que dejó su casa. ...
Entre el discorde estruendo de la orgía... (Rima LV) de Gustavo Adolfo Bécquer
Entre el discorde estruendo de la orgía acarició mi oído, como nota de música lejana, el eco de un suspiro. El eco de un suspiro que conozco, formado de un aliento que he bebido, perfume de una flor que oculta crece en un claustro sombrío. Mi adorada de un día, cariñosa, ¿en qué piensas? , ...
Entre el dolor y el placer de César Vallejo
Entre el dolor y el placer median tres criaturas, de las cuales la una mira a un muro, la segunda usa de ánimo triste y la tercera avanza de puntillas; pero, entre tú y yo, sólo existen segundas criaturas. Apoyándose en mi frente, el día conviene en que, de veras, hay mucho de exacto ...
Entre el estiércol y el relámpago... de Antonio Gamoneda
Entre el estiércol y el relámpago escucho el grito del pastor. Aún hay luz sobre las alas del gavilán y yo desciendo a las hogueras húmedas. He oído la campana de la nieve, he visto el hongo de la pureza, he creado el olvido. De: El libro del frío
entre el humo de los neumáticos... de Héctor Urruspuru
entre el humo de los neumáticos se veía arder helicoidal y pequeñito, al espíritu de nuestro beso nro. 2, dado, sobre el puente duro; duro de los días tentadísimo de hablar sobre tu palestina, tus ojos claros pero no, el amor es una víbora sagrada y de oro que en todo hueco caliente desaparece ...
Mañana de ámbar (3) de MANUEL ORESTES NIETO
Entre el restaurante Napoli y la farmacia contábamos veinticuatro pasos lentos o cinco segundos rápidos para cruzar a la otra acera. Aquí estaba nuestro hogar, el epicentro, el territorio y el aire, los afectos y los rostros, frente a la hilera de árboles de mangos, dos cariátides aladas ...
Doble noche (II) de José Lezama Lima
Entré en el cuarto, no me decidí a encender la luz. Estaba un hombre sentado en un taburete, su espalda toda frente a mis ojos. No lo sentí como extraño ni alteraba la colocación de los muebles ni el botón de la luz. Como en una explicación casi inaudible dije: Uno. El otro, ...
Casa de Veracruz de Felipe Benítez Reyes
Entré en la casa blanca con mi incierta llave de cristal frío, la memoria. Se mecía el toldo sobre el patio como un jirón de niebla. Se mecía el caballo qué roto- de cartón en el cuarto de juego. Y nada era nítido allí ni vago, pues los ojos miran con lente propia los dominios del cadáver del tiempo, ...
Mañana de ámbar (14) de MANUEL ORESTES NIETO
Entre frituras, chicharrones y corvinas fritas, la Calle K era una serpiente nocturna capaz de envenenar la sangre, con sus soldados enormes deambulando, aquí en El Límite y en las puertas prohibidas de los bares que decidimos abrir, a pesar de todo, para saber qué había dentro. ...
Entre irse y quedarse de Octavio Paz
Entre irse y quedarse duda el día, enamorado de su transparencia. La tarde circular es ya bahía: en su quieto vaivén se mece el mundo. Todo es visible y todo es elusivo, todo está cerca y todo es intocable. Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz reposan a la sombra de sus nombres. Latir del tiempo ...
Campus americano de Juan Antonio González Iglesias
Entre la biblioteca y el gimnasio se extiende el cementerio donde duermen los que fundaron la ciudad. El musgo crece por las mayúsculas romanas de los nombres británicos, y dentro de los exactos números el liquen obstruye la lectura: Died september. Consigo descifrar que alguien vivió ...
A un muchacho de Nancy Morejón
Entre la espuma y la marea se levanta su espalda cuando la tarde ya iba cayendo sola. Tuve sus ojos negros, como hierbas, entre las conchas brunas del Pacífico. Tuve sus labios finos como una sal hervida en las arenas. Tuve, en fin, su barbilla de incienso bajo el sol. Un muchacho ...
Atención de Eduardo Langagne
Entre la multitud puedes reconocerme, amor: yo soy el que va cantando.
Muchacho antiguo de Pablo García Baena
Entre la noche era la madreselva como de música y el sueño en nuestros párpados abejas que extraían de las lluviosas arpas del otoño un panal de violetas y silencio. Con un escalofrío se presentía entonces el amor fugitivo como un trovador, bello de lazos y de cintas, que, junto a un cenador ...
Niña de Octavio Paz
Entre la tarde que se obstina y la noche que se acumula hay la mirada de una niña. Deja el cuaderno y la escritura todo su ser dos ojos fijos. En la pared la luz se anula. ¿Mira su fin o su principio? Ella dirá que no ve nada. Es transparente el infinito. Nunca sabrá que lo miraba. ...
Estaño de Winétt de Rokha
Entre las piedras, brotadas de musgo, se estancó la pena, como agua de lluvias desmemoriadas, Flor malsana, mujer eterna, abandonada y obscura mano de pétalos de aluminio. Caravana de polvo, siniestra, multitud de agujas envenenadas, rebozo gris, gabardina de ocaso, ...
En vez de lágrima (II) de Carilda Oliver Labra
Entre libros te guardo casi seco, mi animal luminoso, mi demente, y tu voz que está viva sigue ausente, mi juguete sin cuerda, mi tareco. En la paz misteriosa de unos nichos sin querer ya zafarme de tu frente, alelada de amor pero impotente, te he dejado otra vez entre los bichos. Ah, mi niño de trapo, ...
Usted tenía razón, Tallet: somos hombres de transición de Roberto Fernández Retamar
Entre los blancos a quienes, cuando son casi polares, se les ve circular la sangre por los ojos, debajo del pelo pajizo, Y los negros nocturnos, azules a veces, escogidos y purificados a través de pruebas horribles, de modo que sólo los mejores sobrevivieron y son la única raza ...
Instante de Marco Fonz de Tanya
Entre los dedos la cabellera que cae como cien trompas de elefantes negros alas de ángeles dentro de un pozo. La seda es curiosidad de cocineras el aliento entre las manos del campesino es una bailarina de tul en una cueva. Jalón de este a oeste en la mirada de un chino ...
Puertas de Gabriela Mistral
Entre los gestos del mundo recibí el que me dan las puertas. En la luz yo las he visto o selladas o entreabiertas y volviendo sus espaldas del color de la vulpeja. ¿Por qué fue que las hicimos para ser sus prisioneras? Del gran fruto de la casa son la cáscara avarienta. El fuego amigo que gozan ...
Entre los jeroglíficos... de José Antonio Cedrón
Entre los jeroglíficos hallados en tu almohada enfrentarás la mueca de los días. La distancia idealiza. El sueño solamente demora esa costumbre. Las miradas de entonces no quieren saber nada. La mano que aún extrañas acostumbró su piel al paso de tu ausencia.
El miedo de Carilda Oliver Labra
Entre los miedos que me ha dado tu muerte hay uno. No es el miedo a perder tus ojos de sálvame ni a que de pronto, al abrir un mueble, la ropa se te parezca. No es el miedo a que el óxido fatigue tus cuchillos, a que el tiempo apague tu último cigarro. No es el miedo a que aparezca entre mis cosas ...
La marcha de Elías Letelier
Entre los rostros del bosque está la muerte con sus transmisores portátiles, hace gárgaras, vive saltando y reza, sacudiendo el misterio nocturno de la noche. Se parece a tus ojos cuando están cerrados, a tu boca dormida que murmura, a mi ausencia, tan junto a ti, ...
Entre los tibios muslos te palpita... de Tomás Segovia
Entre los tibios muslos te palpita un negro corazón febril y hendido de remoto y sonámbulo latido que entre oscuras raíces se suscita; un corazón velludo que me invita, más que el otro cordial y estremecido, a entrar como en mi casa o en un nido hasta tocar el grito que te habita. ...
El paso de la siguiriya de Federico García Lorca
Entre mariposas negras, va una muchacha morena junto a una blanca serpiente de niebla. Tierra de luz, cielo de tierra. Va encadenada al temblor de un ritmo que nunca llega; tiene el corazón de plata y un puñal en la diestra. ¿Adónde vas, siguiriya con un ritmo sin cabeza? ¿Qué luna recogerá ...
Despedida de Jorge Luis Borges
Entre mi amor y yo han de levantarse trescientas noches como trescientas paredes y el mar será una magia entre nosotros. No habrá sino recuerdos. Oh tardes merecidas por la pena, noches de esperanzas de mirarte, campos de mi camino, firmamento que estoy viviendo y perdiendo... ...
Alucinantes muros de Agustín Labrada Aguilera
Entre mi padre y yo está la guerra, aunque a veces las balas sean este silencio, un silencio que hiere y levanta arrecifes con dragones, mentiras herrumbrosas, alucinantes muros. Cuando mis armas eran la inocencia, año tras año fui enumerando su demonios hasta armarle una cruz ...
Trascendencia de Luz Méndez De La Vega
Entre mi piel y la tuya, el muro negro imposible y el abismo, intransitable que no borra, más que un instante, el deslumbramiento cegador del éxtasis, relámpago aniquilador efímero de realidades. Límite insalvable, la soledad del cuerpo que circunda el hambriente vacío, en torno a donde crece ...
La cifra de Saúl Yurkievich
entre millares de grillos que gritan al unísono hay uno que te canta entre las nubes de libélulas batiendo sus élitros zumbantes hay una que algo te susurra entre el revuelo de la mariposas hay una que tremola en tu busca en sus alas se cifra tu signo también están tu cuervo tu rata ...
Entre mis manos... de Alí Chumacero
Entre mis manos vives en confusión de nacimiento y corazón herido, como desvanecerse o contemplar un alto simulacro de ruinas; sobre mis dedos mueres, materia pensativa que se abate bajo el murmullo de mi tacto, y eres tristeza en mí, suave como la forma de la nieve, ...