audiovideoteca por primeros versos letra a
A mi madre le escribo, le escribimos Madre querida, ahí le va su giro acostumbrado que esté bien de salud tal es nuestro deseo quiero queremos contarle que estamos muy contentos porque estoy estamos entre todos escribiendo un gran poema un diminuto poema para él... | |
de Otto Raúl González en la voz de Otto Raúl González |
A causa del dolor mío y de mi pueblo como recién nacido he buscado, a tientas durante mucho tiempo un camino a la alegría. Y no ha sido en vano, ahora la luz me da en la frente y marcho cuerpo a cuerpo con mis buenos compañeros... | |
de Edgardo Tello en la voz de Alfredo Gravina |
A don Álvaro de Luna, condestable de Castilla, el rey don Juan el segundo con mal semblante le mira. Dio vuelta la rueda varia, trocó en saña sus caricias, el favor en amenazas privaba, mas ya no priva. Ejemplo dejó en la tierra porque el hombre mire arriba: no hay seguridad humana sin contradicción divina... | |
Presentimiento que anuncia a Don Alvaro de Luna su caída en la privanza del Rey
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de Romancero Español en la voz de Luis Prendes |
A dónde iremos donde la muerte no exista? Más, ¿por ésto viviré llorando? Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá para siempre. Aún los príncipes a morir vinieron, los bultos funerarios se queman. Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá para siempre... | |
de Nezahualcóyotl en la voz de Raúl Dantés Música autóctona: Zacarías Segura Salinas |
A ese costo recuperan peso las palabras, gravedad, peso no de plomo: peso contra el plomo, detenerlo. Gravedad, leves todavía de sonido, moral. Cuando la morada humana está en riesgo, ahora... | |
de Eduardo Milán en la voz de Eduardo Milán |
A fuerza de mudarme he aprendido a no pegar los muebles a los muros, a no clavar muy hondo, a atornillar sólo lo justo. He aprendido a respetar las huellas de los viejos inquilinos: un clavo, una moldura, una pequeña ménsula, que dejó en su lugar aunque me estorben... | |
de Fabio Morábito en la voz de Fabio Morábito |
A fuerza de pensar en tus historias y sentir con tu propio sentimiento, han venido a agolparse al pensamiento rancios recuerdos de perdidas glorias. Y evocando tristísimas memorias, porque siempre lo ido es triste, siento amalgamar el oro de tu cuento de mi viejor román con las escorias... | |
de Manuel José Othón en la voz de Claudio Obregón y Gastón Melo |
A la casa del día entran gentes y cosas, yerbas de mal olor, caballos desvelados, aires con música, maniquíes iguales a muchachas; entramos tú, Tarumba, y yo, Entra la danza. Entra el sol. Un agente de seguros de vida y un Poeta. Un policía. Todos vamos a vendernos, Tarumba... | |
de Jaime Sabines por Jaime Sabines |
A la estepa un viento sur convirtiéndola está en mar. ¡Alegría! Ya la mar está a la vista. ¡Alegría! Pronto voy a navegar. ¡Alegría! Ya mi sueño marinero ¡alegría! va a zarpar... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
A la Madre luciente, la virgen alba, llevo las flores, flores de mi chinampa. ¡Ay, agua dulce! ¡Ay, agua amarga! La superficie mece la frágil gracia de florecillas, flores recién cortadas. ¡Ay, agua dulce! ¡Ay, agua amarga! En mis brazos y ensueños el niño nada por agua dulce por agua amarga... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
A la mar, si no duermes, que viene el viento! Ya en las grutas marinas ladran sus perros. ¡Si no duermes, al monte! Vienen el búho y el gavilán del bosque. Cuando te duermas: ¡al almendro, mi niño, y a la estrella de menta!... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
A la sombra de una barca, fuera de la mar, dormido. Descalzo y el torso al aire. Los hombros, contra la arena. Y contra la arena el sueño, a la sombra de una barca, fuera de la mar, sin remos... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
a las nueve a las ocho a las siete me levanto y es entonces que el día se remonta tanto los pájaros mis hijos el mercado el canto y a las cinco a las tres a la una el desencanto de saber que estoy vivo apenas mientras tanto... | |
de Alejandro Aura en la voz de Alejandro Aura |
A las tres y veinte como a las nueve y cuarenta y cuatro, desgreñados al alba y pálidos a medianoche, pero siempre puntualmente inesperados, sin trompetas, calzados de silencio, en general de negro, dientes feroces, voces roncas, todos ojos de bocaza, se presentan Tedevoro y Tevomito, Tli... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz |
A lo fugaz perpetuo y sus hipoteseres a la deriva al vértigo al sublatir al máximo las reverberalíbido al desensueño al alba a los cornubios dime sin titilar por ímpetu de bumerang de encelo de gravitante acólito de tanto móvil tránsfuga cocoterráqueo efímero y otros ripios del tránsito meditaturbio... | |
de Oliverio Girondo en la voz de Oliverio Girondo Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
A lo mejor está debajo de la alfombra. A lo mejor nos mira de adentro del ropero. A lo mejor ese color habano es una seña. A lo mejor ese pez colorado es guerrillero. Yo juro haberlo visto de gato en azoteas. Y yo corriendo por los hilos del teléfono... | |
de Humberto Costantini por Darío Grandinetti |
A lo oscuro corrías de los bosques, huyendo. Se llevaba tu sombra la mañana herida por el fuego, y a tu voz la arrojaban en un pozo profundamente negro. ¿Dónde podías ir tú sin voz ni sombra? ¿Dónde esconder la muerte de tu cuerpo? a lo oscuro corrías de los bosques, huyendo... | |
de Luis Rius Azcoita en la voz de Juan Rejano |
A los amantes de las bellas letras Hago llegar mis mejores deseos Voy a cambiar de nombre a algunas cosas. Mi posición es ésta: El poeta no cumple su palabra Si no cambia los nombres de las cosas. ¿Con qué razón el sol Ha de seguir llamándose sol? ¡Pido que se llame Micifuz..- | |
de Nicanor Parra en la voz de Carmen Feito Maeso |
A los hombres, a las mujeres que aguardan vivir sin soledad, al espeso camaleón callado como el agua, al aire arisco (es el aire un pájaro atrapado), a los que duermen mientras sostengo mi vigilia, a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio. En fin, diciendo ciertas cosas... | |
de Juan Bañuelos en la voz de Juan Bañuelos |
A los islotes del cielo! Prepara la barca, niña. Yo seré tu batelero. ¿Marzo? ¿Abril? ¿El mes de mayo? ¡Más verde es la mar de enero! Prepara tu barca, niña. Ya canta tu batelero... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
A medianoche el centinela alerta grita ¿quién vive? y alguien yo, sí, yo, no ese mudo de enfrente debía responder por sí, por otros. Pero apenas despierto y además ignoro el santo y seña de los que hablan. Malhumorada, irónica, levantando los hombros como a quien no le importa... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
A medianoche, a punto de terminar agosto, pienso con tristeza en las hojas que caen de los calendarios incesantemente. Me siento el árbol de los calendarios. Cada día, hijo mío, que se va para siempre, me deja preguntándome: si es huérfano el que pierde un padre, si es viudo el que ha perdido la esposa... | |
de Jaime Sabines en la voz de Jaime Sabines |
A menudo me toca jugar Con la soledad o el olvido Da igual cerrar las puertasAbrir las ventanas Hacer puentes donde no hay ríos Cobrar un sueldo y pagar los impuestos Ir a misa O escuchar un discurso presidencial Salir a la calleO pegarse un tiro en la cama A menudo uno se encuentra Con enjambres... | |
de André Cruchaga en la voz de André Cruchaga |
A mi amado entregué todas las llaves; tengo a cambio las suyas, y hechas las paces. Pero queda una estancia, en lo profundo, donde entrar no podríamos ni unos segundos. ¡Tantas fuerzas ocultas y pensamientos, libres a todas horas hay allí dentro! En vano intentaría fisgar un poco... | |
de Clementina Arderíu en la voz de Conchita Fernández |
A mí me han hecho los hombres que andan bajo el cielo del mundo buscan el brillo de la madrugada cuidan la vida como un fuego. Me han enseñado a defender la luz que canta conmovida me han traído una esperanza que no basta soñar y por esa esperanza conozco a mis hermanos... | |
de Juan Gelman en la voz de Juan Gelman |
A mí me han hecho los hombres que andan bajo el cielo del mundo buscan el brillo de la madrugada cuidan la vida como un fuego. Me han enseñado a defender la luz que canta conmovida me han traído una esperanza que no basta soñar y por esa esperanza conozco a mis hermanos... | |
de Juan Gelman en la voz de Carmen Feito Maeso |
A oscuras mi padre sintonizaba la radio: una pelea de box en japonés, la crónica de un atentado en italiano o la caída de un avión en ruso. Aunque los periódicos al día siguiente desmintieran sus versiones, él se entendía con la frecuencia y la estática... | |
de Enzia Verduchi en la voz de Enzia Verduchi |
A pesar de la sala sucia y oscura de gentes y de lámparas luminosa si quiere ver la vida color de rosa eche veinte centavos en la ranura. Y no ponga los ojos en esa hermosa que frunce de promesas la boca impura. Eche veinte centavos en la ranura si quiere ver la vida color de rosa... | |
de Raúl González Tuñón en la voz de Raúl González Tuñón |
A pesar de todo esto donde muero de angustia Oigo voces que me dicen: date más, date más... ¿Qué más puedo yo darte? A los vientos mi alma, Para quien la comprenda... a los vientos está. Algunas voces siguen diciendo todavía: El alma es poca cosa, date más, date más... | |
de Alfonsina Storni en la voz de Luisa Pastor Martínez |
A pulso A fuerza Infatigablemente y sin prisa ni pausa he conquistado para siempre un sitio a la izquierda del cero El absoluto ceroel más rotundo irremontable resbaloso cero Obtuve un buen lugar en la otra fila Junto a los emigrantes expulsados de la posteridad y ésta es la historia... | |
de José Emilio Pacheco en la voz de José Emilio Pacheco |
A punto de dormirte bajo el ledo suspiro del arcángel que te guía, hirióme el corazón tu analogía con una ingrata que olvidar no puedo. Reclinada en el banco del viñedo, junto al tilo de exánime apatía, al iluso terror de que eras mía me arrodillé con tembloroso miedo. Partido por antiguo sufrimiento... | |
de Julio Herrera y Reissig en la voz de Ángel Rama |
A qué me lo decís? Lo sé: es mudable, es altanera y vana y caprichosa: antes que el sentimiento de su alma brotará el agua de la estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes, no hay una fibra que al amor responda que es una estatua inanimada; pero... ¡Es tan hermosa!... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
A qué obstinarse en proseguirla en vano...? Ya terminó la Feria de la Vida, A la paz y el estudio me convida Una luz al crepúsculo encendida En el viejo Convento franciscano... ¡La plaza está desierta Y es triste la partida Sobre el crujir de la hojarasca yerta Al terminar la Feria de la Vida!... | |
de José Juan Tablada en la voz de Sergio de Alva |
A que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu definición mejor. Ah, mi amiga, que tú no quieras creer las preguntas de esa estrella recién cortada, que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño, cuando en una misma agua discursiva se bañan... | |
de José Lezama Lima en la voz de José Lezama Lima Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
A qué vienes ahora, juventud, encanto descarado de la vida? ¿Qué te trae a la playa? Estábamos tranquilos los mayores y tú vienes a herirnos, reviviendo los más temibles sueños imposibles, tú vienes para hurgarnos las imaginaciones. De las ondas surgida, toda brillos, fulgor, sensación pura y ondulaciones de animal... | |
de Jaime Gil de Biedma en la voz de Flora María Álvaro |
A quién debo yo llamar vida mía, sino a tí, Virgen María? Todos te deben servir, virgen y madre de Dios, que siempre ruegas por nos y tú nos haces vivir. Nunca me verán decir vida mía, sino a ti, Virgen María. Duélete, Virgen, de mí, mira bien nuestro dolor, que este mundo pecador no puede vivir sin ti... | |
de Juan del Encina en la voz de Dámaso Alonso, Eulalia Galvarriato, Eulalia Soldevilla, Luis Miguel y Rosalía Payno |
A quien llamar en la casa vacía. Sólo a las puertas doy la mano. Ellas dan la manilla y se abren par en par. Una silla me dice tome asiento. La mesa puesta espera los amigos que nunca regresaron . Tanto tiempo hace que la escalera va y viene por sus peldaños, que ya no recuerda si esta allí para subir o... | |
de Floridor Pérez por Floridor Pérez |
A quien llamar en la casa vacía. Sólo a las puertas doy la mano. Ellas dan la manilla y se abren par en par. Una silla me dice tome asiento. La mesa puesta espera los amigos que nunca regresaron. Tanto tiempo hace que la escalera va y viene por sus peldaños, que ya no recuerda si esta allí... | |
de Floridor Pérez en la voz de Floridor Pérez Colaboración: Rodrigo Gonçalves |
A quién, Mercedes, sino a ti, lucero de este mi dulce atardecer, pudiera pedir, para mi añosa Primavera de lágrima y canción, benigno alero?... ¡Si todo es tuyo en mi ensoñar primero y en mi queja viril, si estás entera en las tribulaciones de mi espera, y en mis ansias de nauta y de romero!... | |
de Diego Dublé Urrutia en la voz de Marcelo Cejas |
A recorrer me dediqué esta tarde Las solitarias calles de mi aldea Acompañado por el buen crepúsculo Que es el único amigo que me queda. Todo está como entonces, el otoño Y su difusa lámpara de niebla, Sólo que el tiempo lo ha invadido todo Con su pálido manto de tristeza... | |
de Nicanor Parra en la voz de Nicanor Parra |
A recorrer me dediqué esta tarde Las solitarias calles de mi aldea Acompañado por el buen crepúsculo Que es el único amigo que me queda. Todo está como entonces, el otoño Y su difusa lámpara de niebla, Sólo que el tiempo lo ha invadido todo Con su pálido manto de tristeza... | |
de Nicanor Parra en la voz de Carmen Feito Maeso |
A su primer suspiro, nadie tendió la mano; sólo el abismo. Después mil brazos corrieron al auxilio, pero ya entonces ella no quiso. Corría ya. Se deslizaba por el ventisco glaciar abajo, lanzada, pero guardando el equilibrio. Siempre reflujo abajo, más aprisa, siempre en vuelo, casi en vilo... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
A tientas, me adentro. Pasillos, puertas que dan a un cuarto de hotel, a una intersección, a un páramo urbano. Y entre el bostezo y el abandono, tú, intacto, verdor sitiado por tanta muerte, jardín revisto esta noche. Sueños insensatos y lúcidos, geometría y delirio entre altas bardas de adobe... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
A tus manos me traslada la que mi original es, que aunque copiada la ves, no la verás retratada: en mí toda transformada, te da de su amor la palma; y no te admire la calma y silencio que hay en mí, pues mi original por ti pienso que está más sin alma. De mi venida envidioso queda... | |
de Sor Juana Inés de la Cruz en la voz de Laura Castanedo Música: Santiago de Murcia Arreglos y guitarra: Alberto Ubach |
A un ruido vago, a una sorpresa en los armarios, la casa era más nuestra, buscaba nuestro aliento como el susto de un niño. Por sobre los objetos era un tibio rumor, una espina, una mano, cruzando las alcobas y encendiendo su lumbre furtiva en los rincones... | |
de Héctor Rojas Erazo en la voz de Héctor Rosales |
A una mujer, ya vieja que entreduerme mientras el tren avanza pero que corre a la excursión con una avidez que le quita la nobleza de sus años (como si todavía creyera o si esperara) le pregunto: su historia ¿tiene alguna coherencia?... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
A veces (y no trates de restarle importancia diciendo que no ocurre con frecuencia) se te quiebra la vara con que mides, se te extravía la brújula y ya no entiendes nada. El día se convierte en una sucesión de hechos incoherentes, de funciones que vas desempeñando por inercia... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Nuria del Saz |
A veces caigo en mí, como viniendo de ti, y me recojo en una tristeza inmóvil, como una bandera que ha olvidado el viento. Por mis sentidos pasan ángeles del crepúsculo y lentos me aprisionan los círculos nocturnos. Venimos de la noche y hacia la noche vamos. Escucha... | |
de Vicente Gerbasi en la voz de Vicente Gerbasi |
A veces la madera de mi mesa tiene un crujido oscuro, un desgarrón difuso de tormenta. Una periódica migraña la tortura. Sus fibras ceden, se descruzan, buscan un acomodo más humano. Es la madera que recuerda viejos brazos. Y que recuerda que reverdecían... | |
de Fabio Morábito en la voz de Fabio Morábito |
A veces los muertos se confunden de calle, se equivocan de casa, de puerta, desordenan el cuarto, los libros, los retratos, para que un viento sople cada vez que dormimos las cenizas de Dios entre los vivos... | |
de Jorge Meretta por Jorge Meretta |
A veces melancólico me hundo en mi noche de escombros y miserias y caigo en un silencio tan profundo que escucho hasta el latir de mis arterias. Más aún: oigo el paso de la vida por la sorda caverna de mi cráneo como un rumor de arroyo sin salida, como un rumor de río subterráneo... | |
de Julio Flórez en la voz de Víctor Mallarino Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
A veces necesito la luz de un fósforo para alumbrar las estrellas... | |
de Antonio Porchia en la voz de Antonio Porchia Colaboración: Alejandra Correa |
A veces para aislarme del mundo lo levanto en torno de mí a modo de muro... | |
de Antonio Porchia en la voz de Antonio Porchia Colaboración: Alejandra Correa |
A veces parece que estamos en el centro de la fiesta. Sin embargo, en el centro de la fiesta no hay nadie. En el centro de la fiesta está el vacío. Pero en el centro del vacío hay otra fiesta... | |
de Roberto Juarroz en la voz de Roberto Juarroz Colaboración: Alejandra Correa |
A veces te muestras, y en el momento en que me vuelvo hacia tu imagen desapareces. ¿A dónde vas? ¿Dónde te escondes todo ese tiempo que tardas en volver? Vienes en sueños y cuando trata la memoria de apresarteme despierto. Sólo tus ojos quedan por un momento... | |
de Elsa Cross en la voz de Nuria del Saz |
A veces todo es nocheAbismo Oscuros círculos Relojes desconcertantes Noches sin más límitesQue las ventanas Calles donde pasa la brisa Crujiendo entre los brazos A veces pasa el silencio Con su acústica de vidrio La oscuridad estáticaAbsolutaFinal El cuerpo muriendo Amontonando su cansancio... | |
de André Cruchaga en la voz de André Cruchaga |
A veces voy por un camino, y el aire huele a lluvia, y pasa un niño abandonado y llora, como si recordara los árboles en sombra, los pasillos en sombra, los juguetes que se perdieron en un pozo. Pero yo voy por el camino blanco, y el camino se alarga, como el miedo a estar vivo... | |
de Carlos Sahagún en la voz de Nuria Espert |
A veces, cuando en alta noche tranquila, sobre las teclas vuela tu mano blanca, como una mariposa sobre una lila y al teclado sonoro notas arranca, cruzando del espacio la negra sombra filtran por la ventana rayos de luna, que trazan luces largas sobre la alfombra, y en alas de las notas a otros lugares... | |
de José Asunción Silva en la voz de Carmen Feito Maeso |
A veces, en el silencio del pasillo, algo salta, rompe alguien algún viejo nombre. La mosca enloquecida cruza zumbando, ardiendo lejos de la telaraña luminosa. Esto es así, tan solo; pero tan lleno de sorpresas. Caserón de fantasmas sin hijos, en l polvo hace nuevas ventanas, nuevos muebles y danzas... | |
de Fayad Jamís en la voz de Fayad Jamís |
A veces, las palabras se posan sobre las cosas como una mariposa sobre una flor, y las recubren de colores nuevos. Sin embargo, cuando pienso en tu nombre, eres tú quien le da a la palabra color, aroma, vida. ¿Qué sería tu nombre sin ti? Igual que la palabra rosa sin la rosa... | |
de Angel González en la voz de Ángel González |
A veces, los caballos se reúnen allá. Las lechuzas con sus sobretodos oscuros, sus lentes muy fuertes, sus campanillas extrañas convocan a los hongos blancos como hueso, como huevos. A veces tenemos hambre y no hay un animalillo que degollar... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Aaaa! ¡De los naranjos del mar! La sirenilla cristiana, gritando su pregonar de tarde, noche y mañana. ...aaaa! ¡De los naranjos del mar!... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
Aaaúuaú aaa ! ¡Aaauaúaa ! Tarzán (Johnny Weismuller) es internado en un manicomio por creerse Tarzán. Su grito, que asusta a médicos y enfermeras, no es el clarín con el que hacia su victoriosa aparición en la pantalla. El grito a Tarzán no le pertenece. Fue un collage de sonidos... | |
de Arturo Corcuera por Arturo Corcuera |
Abierta la pupila a un mundo vano que sólo escoria de la luz concede, Borges recuerda a Borges, retrocede, toca antiguos olvidos con su mano. ¿Dónde estarán, en qué escondido plano, los versos de otro ayer, lo que antecede a La lluvia, a Ajedrez, lo que sucede en aquel canto a Ariosto, tan lejano... | |
de Alvaro Castaño Castillo en la voz de Alvaro Castaño Castillo Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Abolida la estrella al final de la aurora de falda forestal, abro al viento mi mano con huella de crisálida y digo la palabra más dulce de mi tiempo, la gran Sílaba que prolonga el rumor del olivo solar y brilla en el coral de los ojos de la paloma. Paz de labios de leche para el hombre... | |
de Agustí Bartra en la voz de Juan Rejano |
Abrese el fuego, y salta la burbuja metálica de un pez; barre los ojos una flor instantánea; doble salto mortal, ensaya el corazón. Amigos, algo mejor gocemos que un lamento.Ya, para no caerme, estoy colgado de tu clavo, alegría; de tu absorto badajo, de tu azúcar infalible de mujer conseguida... | |
de Rubén Bonifaz Nuño en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Abrí la verja de hierro, Sentí como chirriaba, tropecé en algún tronco y miré una ventana encendida, pero la madrugada devoraba las hojas y tú no estabas allí diciéndome que el mundo está roto y oxidado. Entré, subí en silencio las escaleras, abrí otra puerta... | |
de Fayad Jamís en la voz de Fayad Jamís |
Abría las salas profundas el sueño y voces delgadas corrientes de aire entraban Del barco del cielo del papel pautado caía la escala por donde mi cuerpo bajaba El cielo en el suelo como en un espejo la calle azogada dobló mis palabras Me robó mi sombra la sombra cerrada... | |
de Xavier Villaurrutia en la voz de Alberto Dallal |
Abro la puerta, vuelvo a la misericordia de mi casa donde el rumor defiende la penumbra y el hijo que no fue sabe a naufragio, a ola o fervoroso lienzo que en ácidos estíos el rostro desvanece. Arcaico reposar de dioses muertos llena las estancias, y bajo el aire aspira la conciencia... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Acabo de cruzar la intemperie del vino. Jamás vi mayor mi pobreza. Un calvero un rojo crucifijo carnosidad del alcornoque (descortezado). Una voz confundo tres veces: la greda con mi madre; mi padre con el orín que se desprende en un único golpe de címbalos... | |
de José Kozer en la voz de José Kozer |
Acaso de verdad se vive en la tierra? No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí. Aunque sea jade se quiebra. aunque sea oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra, no para siempre en la tierra: sólo un poco aquí;. An nochipa tlalticpac ¿Cuix oc nelli nemohua in tlalticpac Yhui ohuaye?... | |
de Poesía náhuatl en la voz de Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) |
Acaso está lloviendo también en tu ventana; acaso esté lloviendo calladamente, así. Y mientras anochece de pronto la mañana, yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mí. Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo, sintiendo que despierta su ternura de ayer... | |
de José Angel Buesa en la voz de José Angel Buesa |
Acomodo mis penas como puedo, porque voy de prisa. Las pongo en mis bolsillos o las escondo tontamente debajo de la piel y adentro de los huesos; algunas, unas cuantas quedan desparramadas en la sangre, súbitas furias al garete, coloradas. Todo por no tener un sitio para cada cosa... | |
de Jaime García Terrés en la voz de Jaime García Terrés |
acudir al episodio aliados a envolturas de infundios y a catálogos vencidos acudir como panales hurtados de miel aciagos casilleros de explosivos congénitos ranuras donde la confianza gastó sus monedas y acudir sin más persistiendo inclusive en la escarpada postura del presente no se declina la ida... | |
de Héctor Rosales en la voz de Héctor Rosales |
Acuérdate muchacha Que estás en un lugar de Suramérica No estamos en Verona No sentirás en canto de la alondra Los inventos de Shakespeare No son para Mauricio Babilonia Cumple tu historia suramericana Espérame desnuda Entre los alacranes Y olvídate... | |
de Giovanni Quessep en la voz de Carmen Feito Maeso |
Ad aeternam un hombre y un perro semejante a un caballo de oro; dos guerreros como esculpidos por el polvo; un rey y un yelmo donde el sol reverbera; una reina blonda cautiva tras un muro que rodea afiladas fortalezas. Ad aeternam una imagen vagarosa, que no toma forma definida en la imaginación del hombre... | |
de Homero Aridjis en la voz de Homero Aridjis |
Adelante y atrás hay sombras de árboles la hora arde en el suelo el azul y el verde instauran un reino de aire elevado y claridad extendida instante tras instante hay un brillo en el agua colores del misterio en el esplendor se hunden y se alejan en ríos de color mudo... | |
de Homero Aridjis en la voz de Homero Aridjis Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Adentro de mi vaga superficie se revuelve un constante movimiento; es el polvo que todo lo renueva, destruyendo. Adentro de la piel que me protege y de la carne a la que estoy nutriendo, hay una voz interna que me nombra; Polvo tenso. Sé bien que no he escogido la materia de este cuerpo tenaz... | |
de Guadalupe (Pita) Amor en la voz de Guadalupe Amor |
Adiós, locura de mis treinta años, besado en julio bajo luna llena al tiempo de la herida y la azucena. Adiós, mi venda de taparme daños. Adiós, mi excusa, mi desorden bello, mi alarma tierna, mi ignorante fruta estrella transitoria que se enluta, esperanza de todo por mi cuello... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Adiós, ríos; adiós.fontes, adiós, regatos pequeños; adiós, vista dos meus ollos; non sei cándo nos veremos. Miña terra, miña terra, terra donde me eu criéi, hortiña que quero tanto, figueiriñas que prantéi, prados, ríos, arboredas, pinares que move o vento, paxariños piadores... | |
de Rosalía de Castro en la voz de Nuria Espert |
Admiróse un portugués de ver que en su tierna infancia todos los niños en Francia supiesen hablar francés. Arte diabólica es , dijo, torciendo el mostacho, que para hablar en gabacho un fidalgo en Portugal llega a viejo y lo habla mal; y aquí lo parla un muchacho... | |
de Nicolás Fernández de Moratín en la voz de Fernando Guillén |
Adolescente virgen ofrenda su desnudo Al sueño y la pasión de sus idólatras, Y blancos astros signan el corazón del Cosmos Como esperma de un dios que enciende la ceniza. Príncipe-Mago alígero, de sombra refulgente, Lo conforma con ruinas de espejos abisales... | |
de Pedro Gandía por Pedro Gandía |
Adolezco de fútiles cariños unos con otros ayuntados. Bebo no sin ternura mi taza de café. Conservo retratos azarosos y animales domésticos. Me absorben los rumores de la calle, Los muros blancos al amanecer, la lluvia, los jardines públicos. Mapas antiguos, mapas nuevos, llenan mi casa... | |
de Jaime García Terrés en la voz de Jaime García Terrés |
Adónde va esa mujer, arrastrándose por la acera, ahora que ya es casi de noche, con la alcuza en la mano? Acercaos: no nos ve. Yo no sé qué es más gris, si el acero frío de sus ojos, si el gris desvaído de ese chal con el que se envuelve el cuello y la cabeza, o si el paisaje desolado de su alma... | |
de Dámaso Alonso en la voz de Carmen Feito Maeso |
Adónde va, cuando se va, la llama? ¿Adónde va, cuando se va, la rosa? ¿Adónde sube, se disuelve airosa, hélice, rosa y sueño de la rama? ¿Adónde va la llama, quién la llama? A la rosa en escorzo ¿quién la acosa? ¿Qué regazo, qué esfera deleitosa, qué amor de Padre la alza y la reclama?... | |
de Gerardo Diego en la voz de Dámaso Alonso, Eulalia Galvarriato, Eulalia Soldevilla, Luis Miguel y Rosalía Payno |
Adorad a la Virgen en su amable santuario, junto al lecho en que velan devociones azules: una forma imprecisa bate el sordo incensario, y es el humo de encajes, la cortina y los tules. ¡Cómo va y viene el rítmico plenamar de su seno! Es la luna que ondea en un lago que expira... | |
de Julio Herrera y Reissig en la voz de Ángel Rama |
Advierto con profunda perplejidad que el hermoso guijarro que abandono en el aire se precipita recto hacia la tierra. Tal vez para una hormiga que fuera en el guijarro seria más bien la tierra lo que cae, verde planeta que se precipita. Para el soldado inmóvil... | |
de William Ospina en la voz de William Ospina Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Aérea faz de roca construida, suspendida en la noche de la infancia. Recuerdas idolátricos perfiles de inarmónica danza. ¿Eres diáfana sombra o luz caída, anticipada muerte rescatada, perímetro de ausencia o invadida forma de realidad acumulada? Entre muros de angustia vacilante... | |
de Aurora Reyes en la voz de Aurora Reyes |
Aeri, en la grisor de la pedra, en el vent, entre els crits de les gralles iròniques, t inclines, abstret damunt de l arpa, a la música ardent. Però una herba se t mou sobre les cordes fines. Ara és verda i menuda aquesta arpa, que duu al teu cos mineral una trèmula saba del juny assolellat i feliç,... | |
de Marià Manent en la voz de Marià Manent |
Agosto. Contraponientes de melocotón y azúcar, y el sol dentro de la tarde, como el hueso en una fruta. La panocha guarda intacta su risa amarilla y dura. Ago1806sto. Los niños comen pan moreno y rica luna... | |
de Federico García Lorca en la voz de Rafael Alberti |
Agotado por la furia, estaba en mí cantar alegría, traer al papel un paseo después de los mariscos con cerveza y el café de la Parroquia, aspirar los olores del puerto cuando cae el sol, entre las risas y los gritos de los niños en el malecón; pero vinieron las lluvias, el norte. Y nos fuimos a México... | |
de Jaime Augusto Shelley en la voz de Jaime Augusto Shelley |
Agradezco a los árboles sus sombras, la protección delgada de sus troncos. Al banco la amistad de su respaldo y a los faroles su bombilla rota. Agradezco a las calles sus esquinas, sus rincones oscuros como nidos, sus portales sin nadie, resguardados de la lluvia y el viento y las miradas... | |
de Jesús López Pacheco en la voz de Fernando Guillén |
Agua dormida de aquel pilón: agua desierta; agua contagiada del conventual silencio de la huerta. Agua que no te evaporas, que no te viola la cántara, y que no cantas, y que no lloras. Tu oblongo cristal es como el vidrio de una cámara fotográfica que retrata un idéntico paisaje de silencio y de paz.... | |
de Francisco González Léon en la voz de Hugo Gutiérrez Vega |
Agua reverdecida, la palabra que fue apariencias turba nuevamente: catástrofe encima de la cal, ávida vid que apresurada cae de vuelo a onda a eterna superficie hendiendo el demorado ardor de la quietud. Donde el hastío los naufragios cubre, su exhalación levanta en vendaval... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Ah de la vida! ... ¿Nadie me responde? ¡Aquí de los antaños que he vivido! La Fortuna mis tiempos ha mordido; las Horas mi locura las esconde. ¡Que sin poder saber cómo ni adónde, la salud y la edad se hayan huído! Falta la vida, asiste lo vivido, y no hay calamidad que no me ronde... | |
Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió
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de Francisco de Quevedo en la voz de Rafael de Panegos |
Ah galanas, no os caséis por más que el galán os ame que el buey suelto, bien se lame. Mirad que os digo verdad, qué más el cuerno del toro, pues sabéis que libertad, no se paga con tesoro. No troquéis placer por lloro por más que el galán os ame que el buey suelto, bien se lame... | |
de Juan de Timoneda en la voz de Nuria Espert |
ah mon maitre me has engañado como el sol a sus criaturas prometiéndome un día eterno todos los días de lo inexacto me alimento y toda el agua de los cielos es incapaz de lavar esta ínfima y rebelde herida de tiempo que soy polvo rebelde sí con los cabellos de polvo desordenado para siempre... | |
de Blanca Varela en la voz de Blanca Varela |
Ah mundo! La negra Juana, ¡la mano se le pasó! Se le murió su negrito, sí, señor. ¡Ay compadrito del alma!, tan sano que estaba el negro! Yo no el acataba el pliegue, yo no le miraba el hueso; como yo me enflaquecía, lo medía con mi cuerpo, se me iba poniendo flaco, como yo me iba poniendo... | |
de Andrés Eloy Blanco en la voz de Balbino Blanco Sánchez |
Ah mundo! La negra Juana, ¡la mano se le pasó! Se le murió su negrito, sí, señor. ¡Ay compadrito del alma!, tan sano que estaba el negro! Yo no el acataba el pliegue, yo no le miraba el hueso; como yo me enflaquecía, lo medía con mi cuerpo, se me iba poniendo flaco, como yo me iba poniendo... | |
de Andrés Eloy Blanco en la voz de Andrés Eloy Blanco |
Ah si pudiera ser de piedra o cobre Para no sufrir! Para que así dejara de fluir La cisterna salobre De mi corazón. Para que así mis ojos se apagaran Cual dos trozos mojados de carbón. ¡Convertir en metal la greda viva, La greda miserable y sensitiva Donde ha hecho nido la culebra negra... | |
de Juana de Ibarbourou por Cecilia Salerno |
Ah, nunca, nunca más la conocida ternura, la palabra pequeña, familiar, que cabía en mi boca. Nunca ya mi cabeza segada dulcemente por la mano más próxima. Nunca la juventud como una casa espaciosa, asoleada de niños y de pájaros. Adiós para la tierra que en mi torno bailaba... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Ah, qué estoy cansada! Me he reído tanto, tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto; tanto, que este rictus que contrae mi boca es un rastro extraño de mi risa loca. Tanto, que esta intensa palidez que tengo (como en los retratos de viejo abolengo) es por la fatiga de la loca risa... | |
de Juana de Ibarbourou en la voz de Rosa Furman |
Ah, si pudiera limpiar la higuera con mis manos, si pudiera, si pudiera limpiar la higuera con sólo mis manos, toda la higuera apagarla y prender la hoguera de los valles, de los hombres, qué fácil sería entonces sentarse en las bancas de los días y ver arder casas y templos, campos y ciudades... | |
Lo difícil que es esperar el otoño sin moverse entre las higueras y la hoguera
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de Javier Heraud en la voz de Alejandro Romualdo |
Ahí va por el camino como un ciego caracol sin cara la escritura, otrora una diáfana mirada al día, otrora un aura que el caminante amara. Amara, ¿qué es amara? La sostenida en la sutil brisa marina, la colgada por los cabellos a la realidad, reata, rea más buscada. Y la más mirada... | |
de Eduardo Milán en la voz de Eduardo Milán |
Ahora ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado la cabeza en la bruma y los pies en el agua y el cigarrillo apagado entre los dedos... Ahora ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío, abrir vuestras espitas lentas y vaciaros sin peligro de inundaciones. Ahora voy a llorar... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Ahora Ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado la cabeza en la bruma y los pies en el agua y el cigarrillo apagado entre los dedos... Ahora Ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío, abrir vuestras espitas y vaciaros sin peligro de inundaciones... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Ahora de pueblo en pueblo errando por la vida, luego de mundo en mundo errando por el cielo lo mismo que esa estrella fugitiva... ¿Después?... Después... ya lo dirá esa estrella misma, esa estrella romera que es la mía, esa estrella que corre por el cielo sin albergue como yo por la vida... | |
de León Felipe en la voz de León Felipe |
Ahora es septiembre padre como hace mil años. Las cosas han cambiado han cambiado tanto. Muchas lluvias se extinguieron en el aire mucho polvo ha sido desde entonces barro. Y tú regresas nuevamente hacia mi sangre. Es éste un viaje de momentos y sombras de recuerdos... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Ahora estamos despiertos, ya no permitimos nada, no accedemos a nada, y si una flor desprendida del espino blanco nos cruza el rostro, acariciándolo con el leve tamborileo de una mariposa vespertina; nos echamos hacia atrás, ponemos en guardia repentinos enjambres... | |
de Marco Antonio Montes de Oca en la voz de Marco Antonio Montes de Oca |
Ahora lo sabe mi corazón: Escucho un canto, contemplo una flor. ¡Ojalá jamás se marchite! In xochitl, in cuicatl Quin oc zan tlamatia noyolo: niccaqui in cuicatl, niquita yn xochitl, ¡Maca yn cuetlahuia!... | |
de Poesía náhuatl en la voz de Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) |
Ahora que las últimas cohortes incendiaron las últimas praderas, en esta soledad de mármol roto, de lámparas extintas y de palabras yertas; sobre un polvo que fue tribuna o plinto, corona de palacio o tímpano de iglesia; mientras el odio se organiza para un asedio... | |
de Jaime Torres Bodet en la voz de Jaime Torres Bodet |
Ahora que mis manos apenas logran palpar dúctilmente, como llegando al mar de lo ignorado, este suave misterio que me nace, túnica y aire, cálida agonía, en la arista más honda de la piel, junto a mí mismo, dentro, ahí donde no crece ni la noche... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Ahora que quizás, en un año de calma, piense: la poesía me sirvió para esto: no pude ser feliz, ello me fue negado, pero escribí. Escribí: fui la víctima de la mendicidad y el orgullo mezclados y ajusticié también a unos pocos lectores; tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto... | |
de Enrique Lihn en la voz de Enrique Lihn |
Ahora quiero hablar con ustedes o mejor dicho ahora estoy hablando con ustedes. Con vos con vos tunco carretonero con vos estoy hablando. Con vos carbonero carbonero encontiladovosvos que llevás ese cipote enganchado sobre el carretón y lo llevás sosteniendo la lata y todo encontilado... | |
de Leonel Rugama en la voz de Ernesto Cardenal |
Ahora serán las palabras, las más inútiles o las más elocuentes, las que brotan de las lágrimas o de la cólera, ahora leeremos bellas imágenes sobre el fénix que renace de las cenizas, en poemas y discursos se irá fijando para siempre la imagen del Che... | |
de Julio Cortázar en la voz de Julio Cortázar |
Ahora seremos felices, cuando nada hay que esperar. Que caigan las hojas secas, que nazcan las flores blancas, ¡qué más da! Que brille el sol o que arpegie la lluvia sobre el cristal, que todo sea mentira o sea todo verdad; que reine sobre la tierra la primavera inmortal o que decline la vida, ¡qué más da!... | |
de José Hierro en la voz de José Hierro Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Ahora Zurita me largó ya que de puro verso y desgarro te pudiste entrar aquí, en nuestras pesadillas; ¿tú puedes decirme dónde está mi hijo? A la Paisa A las Madres de la Plaza de Mayo A la Agrupación de Familiares de los que no aparecen A todos los tortura, palomos del amor, países chilenos y asesinos... | |
de Raúl Zurita por Raúl Zurita |
Ahora, cuando se apaga el fuego que arrasó mis llanuras, con su gemido estéril, convalezco bajo un sol tibio con la fuerza enarcada. Sabiamente me alimenta la miel de una colmena inefable. Acaricio la exactitud de las celdillas e infatigable, se enardece mi espíritu, aletea... | |
de Enriqueta Ochoa en la voz de Enriqueta Ochoa |
Ahora, después de casi veinte años lo voy sintiendo: como un músculo que se atrofia por falta de ejercicio o que ya tarda en responder, el italiano, en que nací, lloré, crecí dentro del mundo pero en el que no he amado aún , se evade de mis manos, ya no se adhiere a las paredes como antes... | |
de Fabio Morábito en la voz de Fabio Morábito |
Aire de maig, no diguis res, que el sorprendrem tot d una; la meva m li obre el balcó: Oh, quina olor de lluna! Tota la saba del jardí s ha tornat flor i espera; l infant no ho gosa destriar ni sap que és primavera. Mare, quin és aquest ocell que tan bonic refila? Cap altre al món n hi pot haver!... | |
de Clementina Arderíu en la voz de Núria Espert |
Al alba busca su nombre lo naciente Sobre los troncos soñolientos centellea la luz Galopan las montañas a la orilla del mar El sol entra en las aguas con espuelas La piedra embiste y rompe claridades El mar se obstina y crece al pie del horizonte Tierra confusa inminencia de escultura... | |
de Octavio Paz en la voz de Octavio Paz |
Al alba soñé que vomitaba murciélagos y lombrices madre soñaba que una espada me seguía madre Entonces me acosté a su lado y ungí mi cuerpo y ungí su cuerpo para despegarme las entrañas mordí esta atadura acariciando esta prenda tan fina mordí mis manos en su espalda... | |
de Carmen Berenguer por Carmen Berenguer |
Al asomarme, vi las antonias azules. Sobre los pétalos de seda celeste brillaban las pecas violetas parecían arder y girar como si fueran almas o planetas. A veces daban un pequeño maullido, se oía bramar a los dibujos azules así que habían nacido la noche anterior de súbito y un poco antes de tiempo... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fragor cuando morimos. ¡Tan corto es el vivir! La gloria y el amor tras que corremos, sombras de un sueño son que perseguimos. ¡Despertar es morir!... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Al fin de la batalla y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: ¡No mueras, te amo tanto! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Se le acercaron dos y repitiéronle: ¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo... | |
de César Vallejo en la voz de Claudio Obregón |
Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo ¡No mueras; te amo tanto! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Se le acercaron, dos y repitiéronle: ¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo... | |
de César Vallejo por Leonardo Sbaraglia |
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dan! Murió don Guido, un señor de mozo muy jaranero, muy galán y algo torero; de viejo, gran rezador. Dicen que tuvo un serrallo este señor de Sevilla; que era diestro en manejar el caballo... | |
de Antonio Machado en la voz de Efraín Bartolomé |
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dánl Murió don Guido, un señor de mozo muy jaranero, muy galán y algo torero; de viejo, gran rezador. Dicen que tuvo un serrallo este señor de Sevilla; que era diestro en manejar el caballo... | |
de Antonio Machado en la voz de Adolfo Marsillach |
Al infinito Amor no duelen prendas, y por eso quiso que un ladrón le robara el Paraíso. Yo, triste pecador, sé que en amor divino no hay mudanza, y en ser ladrón se funda mi esperanza... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Al mar dije que no. Dije también ya no más cielo, ya no más canto al manantial ni al eco grácil y purísimo de sus aguas que bajan de la más alta inmensidad. Ahora solamente nombraré la desgracia, dije y le puse nombre. Para que arda más la herida le puse sal y miel silvestre... | |
de Juan Domingo Argüelles en la voz de Juan Domingo Argüelles |
Al mediodía, las ásperas magnolias y las peras, los topacios con patas y con alas; azucenones, claros, rojos, semiabiertos; la casa de siempre, el patio familiar, parecían el paraíso, por el brillo de las ramas, los racimos, las estrellas en las hojas, cuyas figuras de cinco picos se reflejaban por los suelos... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Al montón de polvo que te cobija bajé esta tarde; la sal de la llanura ardía bajo el árido resplandor del silencio y un tifón de soledad golpeaba contra la flor caliza de los cerros. Yo te hablé con esa ternura indómita que rompe dignidades, y me quebré de bruces en la tierra... | |
de Enriqueta Ochoa en la voz de Enriqueta Ochoa |
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento... | |
de Antonio Machado en la voz de Efraín Bartolomé |
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido... | |
de Antonio Machado por Carmen Feito Maeso |
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico... | |
de Jorge Luis Borges en la voz de Jorge Luis Borges |
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico... | |
de Jorge Luis Borges por Jorge Luis Borges |
Al pasar de los años, ¿qué sentiré leyendo estos poemas de amor que ahora te escribo? Me lo pregunto porque está desnuda la historia de mi vida frente a mí, en este amanecer de intimidad, cuando la luz es inmediata y roja y yo soy el que soy y las palabras conservan el calor del cuerpo que las dice... | |
de Luis García Montero en la voz de Luis García Montero |
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido: yo porque tú eras lo que yo más amaba y tú porque yo era el que te amaba más. Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras como te amaba a ti pero a ti no te amarán como te amaba yo... | |
de Ernesto Cardenal en la voz de Ernesto Cardenal |
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido: yo porque tú eras lo que yo más amaba y tú porque yo era el que te amaba más. Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras... | |
de Ernesto Cardenal por Ernesto Cardenal |
Al poema confío la pena de perderte. He de lavar mis ojos de los azules tuyos, faros que prolongaron mi naufragio. He de coger mi vida deshecha entre tus manos, leve jirón de niebla que el viento entre sus alas efímeras dispersa. Vuelva la noche a mí, muda y eterna, del diálogo privada de soñarte... | |
de Salvador Novo en la voz de José Luis Ibáñez |
Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante. Al que trato de amor, hallo diamante y soy diamante al que de amor me trata; triunfante quiero ver al que me mata y mato a quien me quiere ver triunfante... | |
de Sor Juana Inés de la Cruz en la voz de María Teresa Aviña |
Al saber la verdad de tu perjurio loco de celos, penetré en tu cuarto... Dormías inocente como un ángel, con los rubios cabellos destrenzados enlazadas las manos sobre el pecho y entreabiertos los labios... Me aproximé a tu lecho, y de repente oprimí tu garganta entre mis manos... Despertaste... | |
de Francisco Villaespesa en la voz de Frank Moro |
Al tornar del colegio, los otros niños jugaban en el patio; mamá preparó el té. Comencé a quitarme el delantal. Enseguida, volvieron las plumas. Mi rostro quedó absolutamente de perfil, se arqueó la nariz; crucé la ventana, volé al aire azul, batiendo las alas, blancas, pardas, grises, entreabiertas... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano tienda próximo a expirar buscando una mano amiga, ¿quién la estrechará? Cuando la muerte vidríe de mis ojos el cristal, mis párpados aún abiertos, ¿quién los cerrará?... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Al viento, si, sus manos van al viento. Su mano diseminando copos de Verano. Blancas las manos, blanco el pensamiento. Nada cosecharán: uno por ciento del grano vano. Llegaba el sol, milano, a sorberse los copos con su aliento. Estatuas de sal, frías, sobre desiertas latitudes se quedarán para escarmiento... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Al volver burocráticos hombres con cartera descansan un momento. Hay un rumor de luces suspendidas, una dispersa claridad de voces, y en la tarde se abren los pájaros en fuga, el coro de las madres y de las bicicletas, un músico ambulante. La vida rutinario es esta mansedumbre de gente... | |
de Luis García Montero en la voz de Luis García Montero |
Al volver del baile nos estaba esperando una mariposa. No en la sala, de pie. Ni plegada entre los bombones de la dulcera. Sino en el único sitio en que debía estar: sobre la lámpara; como un dibujo; pero, tan intenso que producía penumbra. Quedamos azorados. Era negra como el vino... | |
Al volver del baile nos estaba esperando una mariposa...
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de Marosa Di Giorgio por Marosa Di Giorgio Lectura en francés Christophe Rouxel |
Alarzón, Carrión, Pisuerga, Tormes, Agueda, mi Duero. Lígrimos, lánguidos, íntimos, espejando claros cielos, abrevando pardos campos, susurrando romanceros. Valladolid; le flanqueas, de niebla le das tus besos; le cunabas a Felipe consejas de comuneros. Tordesillas... | |
de Miguel de Unamuno en la voz de Miguel de Unamuno |
Alegráos con las flores que embriagan, las que están en nuestras manos. Que sean puestos ya los collares de flores. Nuestras flores del tiempo de lluvia, fragantes flores, abren ya sus corolas. Por allí anda el ave, parlotea y canta, viene a conocer la casa del dios. Sólo con nuestras flores nos alegramos... | |
de Nezahualcóyotl en la voz de Raúl Dantés Música autóctona: Zacarías Segura Salinas |
Algo de mí reconozco en esa florecita blanca algo de mí se sacude ese pájaro revoloteando estoy lo sospecho en una piedrita de ese nido de oropéndolas me levanto y me convierto en árbol me recuesto y soy una yedra sostenida por un sauce huelo a mí en este palito que destrozan mis dientes... | |
de Yolanda Blanco en la voz de Yolanda Blanco |
Algo de orgullo, mucho de eficacia. Por sostener con propiedad la cumbre el cuello toro se alza en reciedumbre y afina los contornos de la gracia. El sol de todos vuelca democracia y en la nuca te da besos de lumbre, mientras la voz naufraga por costumbre en el silencio de tu idiosincrasia... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Griselda Álvarez Ponce de León |
Algo se muere en mi todos los días; del tiempo en la insonora catarata, la hora que se aleja me arrebata salud, amor, ensueños y alegrías. Al evocar las ilusiones mías, pienso: !Yo no soy yo! . ¿Por qué, insensata, la misma vida con su soplo mata mi antiguo ser tras lentas agonías?... | |
de Julio Flórez en la voz de Víctor Mallarino Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Alguien dice algo que sólo puede escuchar a través de sí mismo. Alguien apaga la luz de esa habitación vacía pero antes de cerrar la puerta vuelve a encenderla al alejarse por el pasillo, mirando en el umbral de los días que vienen cama revuelta, papeles y libros sobre la mesa... | |
de José Carlos Becerra en la voz de Julio Trujillo |
Alguien exprimió un zumo de fruta negra en mi alma: Quedé amarga y sombría como niebla y retama. Nadie toque mi pan, nadie beba mi agua... Dejadme sola a todos. Presiento que una cosa ancha y oscura y desolada viene sobre mí como la noche sobre la llanura... | |
de Dulce María Loynaz en la voz de Dulce María Loynaz |
Alguien que se dolió muchísimo de haber conocido la excitación de la impaciencia consigo mismo, que se arrojó una piedra desalentado por la sombra del cuerpo y su dependencia, que en la enfermedad incurable y la derrota pasó por alto, ignorándolo... | |
de Alberto Girri en la voz de Alberto Girri |
Algún día lo sabré. Este cuerpo que ha sido mi albergue, mi prisión, mi hospital, es mi tumba. Esto que uní alrededor de un ansia, de un dolor, de un recuerdo, desertará buscando el agua, la hoja, la espora original y aun lo inerte y la piedra. Este nudo que fui (inexplicable de cóleras, traiciones... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Alguna vez la encuentro por el mundo y pasa junto a mí; y pasa sonriéndose, y yo digo: ¿Cómo puede reír? Luego asoma a mi labio otra sonrisa máscara de dolor, y entonces pienso: ¡Acaso ella se ríe como me río yo!... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Algunos lo ignoran. Creían que la tierra era aún habitable. No miraron la grieta que es sismo abrió; no estaban cuando el cáncer aparecía en el rostro espantado de un hombre. Rieron en el instante en que una manzana, en vez de caer, voló y el universo fue declarado loco... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Algunos, adelantándose a todos, van ganando el desierto... | |
de Antonio Porchia en la voz de Antonio Porchia Colaboración: Alejandra Correa |
Alísame el oleaje; la dura sal aparta Del suelo de la mar... Abiertos sobre músicas Llevemos estos rudos días de grandes mástiles Hacia donde abrazamos las alegres cinturas! Marineros llegados a los pozos azules Se ponen a soñar sobre el viejo ancladero... | |
de Vicente Basso Maglio en la voz de Héctor Rosales |
Allá hace un pájaro sus ruidos siempre lejosy cerca del oído allá debe de estar de allá viene el sonido hacia allá va toda la alegría de esta pájara mía... | |
de Alejandro Aura en la voz de Alejandro Aura |
Allá va el equilibrista, imaginando las venturas y prodigios del aire. No es como nosotros, el equilibrista, sino que más bien su naturalidad comienza donde termina la naturalidad del aire: allí es donde su imaginación inaugura los festejos el otro espacio en que se vive de milagro... | |
de Eliseo Diego en la voz de Eliseo Diego |
Allá va la hierba que creció sin tocar tierra. Va la que no conoció el lodo ni el seco craquelar sin lluvia. Pasa en flor, sobre la ráfaga. Pasa silbante. Blandida o aventada como arma o herramienta. No sabe pesar porque nunca ha pesado. Al volar no duerme ni descansa. Hierba sin nombre, hierba perra... | |
de Carmen Boullosa en la voz de Carmen Boullosa |
Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos cerros y manchas de raídos encinares, mi corazón está vagando, en sueños... ¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos? Mira el Moncayo azul y blanco; dame tu mano y paseemos... | |
de Antonio Machado en la voz de Efraín Bartolomé |
Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos cerros y manchas de raídos encinares, mi corazón está vagando, en sueños... ¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos? Mira el Moncayo azul y blanco; dame tu mano y paseemos... | |
de Antonio Machado en la voz de Carmen Feito Maeso |
Allí donde Venecia vierte en sus canales el iris vespertino y Roma empolla la forma blanca y dorada de la edad, Florencia mira con fatigados ojos un horizonte de laureles. Brujas, la recogida, donde el silencio aún es cisne. Perenne colmenar de Salamanca, y clara, derramada dulzura en verso... | |
de Javier Sologuren en la voz de Javier Sologuren |
Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre, sobre la pobredumbre! ¡Alumbra, lumbre de alumbre, sobre la pobredumbre, Luzbel de piedralumbre! ¡Alumbra, alumbra, lumbre de alumbre..., alumbre... alumbra, alumbra, lumbre de alumbre..., alumbra alumbre!... | |
de Miguel Ángel Asturias en la voz de Miguel Ángel Asturias |
Álvaro ¿quién es Álvaro qué turno qué delirio qué número qué dulce vez qué agria vez qué un transformándose en él en este en otro en ambos sí pero no y mi mundo mi alvaridad fluyendo de calle en calle usándome sobre mi voz girando su hoja turbia de grada en grada el eco invadiendo mis hábitos... | |
de Alvaro Figueredo por Horacio Cavallo |
Alza la mano y siembra, con un gesto impaciente, en el aire, en la arena, en el surco, en el mar... Sembrar, sembrar, infatigablemente sembrar. En mujer, surco o sueño: sembrar. Yérguete ante la vida con la fe de tu siembra; siembra amor y sonríe al pasar... | |
de José Angel Buesa en la voz de Frank Moro |
Alzo mi copa, camaradas, y ante todo pido que me perdonéis por atravesar sin permiso y sin compostura las puertas de la emoción: nuestro hermano de tan lejano país, nuestra hija de las entrañas, niña de nuestros ojos, fundan su noble casa sobre una firme piedra... | |
de Roque Dalton en la voz de Roque Dalton |
ama a tu prójimo y consúmelo como una pilsen bien helada ama a tu prójimo él está en la lista de un boeing de panam vía Hawaii en tu prójimo 747 hay un poco de mostaza: te hará bien su tibia digestión ama a tu prójimo él es como el sutién de tu mujer cómpralo a plazos véndelo a crédito... | |
de Ibero Gutiérrez en la voz de Mario Benedetti |
Amada de metal fino, de los más finos cristales. ¿Quién la despertará? El aire, sólo el aire... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
Amada, en esta noche tú te has crucificado sobre los dos maderos curvados de mi beso; y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado, y que hay un viernesanto más dulce que ese beso... | |
de César Vallejo en la voz de Claudio Obregón |
Amada, si yo muriera, entiérrame en la cocina bajo el fogón. Al palmotear la tortilla me llamará a su manera tu corazón. Mas si alguien, amor, se empeña en conocer tu pesar, dile que es verde la leña y hace llorar... | |
de Pablo Antonio Cuadra en la voz de Yolanda Blanco |
Amado, ven, asómate al principio del mundo. Somos los mismos, mismos de hace cincuenta mil años. Somos aquellos, estos, los de allá, los de siempre y los que han de seguirnos y los que vendrán luego. Eras solo. Eras entonces solo. En el pecho llevabas un hueco... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Ofelia Guillmain |
Amanece lloviendo. Bien peinada la mañana chorrea el pelo fino. Melancolía está amarrada; y en mal asfaltado oxidente de muebles hindúes, vira, se asienta apenas el destino. Cielos de puna descorazonada por gran amor, los cielos de platino, torvos de imposible... | |
de César Vallejo en la voz de Héctor Rosales |
Amanece, en las macetas de la ventana arden los geranios. Un vaho lechoso entra en el viento. Corre el día hacia las dunas de la oscuridad. Después de avanzada la noche me desprendo abajo quedan mi piel, mis huesos. Me echo de picada a las profundidades, atravieso el infierno... | |
de Enriqueta Ochoa en la voz de Enriqueta Ochoa |
Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi, pero esa tarde me fui al cine e hice el amor. Yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta con tus setenta años de virgen definitiva, tendida sobre tu catre, estúpidamente muerta. Hiciste bien en morirte, tía Chofi, porque no hacías nada... | |
de Jaime Sabines por Jaime Sabines |
Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi, pero esa tarde me fui al cine e hice el amor. Yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta con tus setenta años de virgen definitiva, tendida sobre tu catre, estúpidamente muerta. Hiciste bien en morirte, tía Chofi... | |
de Jaime Sabines en la voz de Jaime Sabines |
Amar es este tímido silencio cerca de tí, sin que lo sepas, y recordar tu voz cuando te marchas y sentir calor de tu saludo. Amar es aguardarte como si fueras parte del ocaso, ni antes ni después, para que estemos solos entre los juegos y los cuentos sobre la tierra seca... | |
de Salvador Novo en la voz de Salvador Novo |
Amar es una angustia, una pregunta, una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo. Amar es reconstruir, cuando te alejas, tus pasos, tus silencios, tus palabras, y pretender seguir tu pensamiento cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas... | |
de Xavier Villaurrutia en la voz de Pilar Pellicer |
Amar es una angustia, una pregunta, una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo. Amar es reconstruir, cuando te alejas, tus pasos, tus silencios, tus palabras, y pretender seguir tu pensamiento cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas... | |
de Xavier Villaurrutia en la voz de Carmen Feito Maeso |
Amar la gracia delicada del cisne azul y de la rosa rosa; amar la luz del alba y la de las estrellas que se abren y la de las sonrisas que se alargan... Amar la plenitud del árbol, amar la música del agua y la dulzura de la fruta y la dulzura de las almas dulces.... Amar lo amable, no es amor... | |
de Dulce María Loynaz en la voz de Dulce María Loynaz |
Amenazados, contundidos. Umbrales en peligro. Yo diría que es por la edad; que con la edad aumenta de largo y de redondo el esqueleto; que los forros van quedando chicos a los huesos salientes, y se muestra desvergonzadamente la cebrada torre de las costillas, y los goznes arácnidos de pies... | |
de Rubén Bonifaz Nuño en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Amic, teixiu aquesta visió de la infantesa...Ja coneixeu la vila d ombrívols carrerons,la rica vall de Sóller, entre serrals estesa,on totes les vivendes tenen un hort al fons.Era senyor de casa el somni de la sesta;la posadera em feia senyal de que emmudís,posant-se els dits als llavis... | |
de Joan Alcover en la voz de Josep Miquel Velloso |
Amiga, mira al dios inanimado sin nosotros. Eras tú, era yo quien revestidos de su forma la movíamos, el dios no tiene rostro. Iremos de la mano ante su faz de sombra y estaremos allí hablándole a una máscara. Sabremos que de nosotros dos nacía su violento prestigio... | |
de Tomás Segovia en la voz de Tomás Segovia |
Amigo, llévame al bosque de la mano, entre los corredores de la hiedra y los helechos. Ayúdame a subir el día, ayúdame a cruzar la tarde. Llévame hasta el origen y muéstrame quién dirige la muerte, quién cuelga los racimos transparentes del viento, quién conduce los ojos de los ríos hasta la luz del mar... | |
de Orfila Bardesio en la voz de Orfila Bardesio Colaboración: José Fernández Bardesio |
Amigo, ¡no te apartes de mí! ¿Qué haré, qué será de mí si tú me dejas? * * * ¿Qué faré yo o qué serád de mibi? ¡Habibi, non te tolgas de ... | |
de Jarchas mozárabes en la voz de Flora María Álvaro |
Amigo: Sé que existes, aunque ignoro tu nombre, no lo he sabido nunca, ni lo quiero saber. Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre, que es el único modo de hablar de una mujer. Esa mujer es tuya, pero también es mía, y es un pecado, es cierto, si es pecado el amor... | |
de José Angel Buesa en la voz de José Ángel Buesa |
Amigos míos, poneos de pie! Desamparados están los príncipes, yo soy Nezahualcóyotl, soy el cantor, soy papagayo de gran cabeza. Toma ya tus flores y tu abanico ¡con ellos ponte a bailar! Tú eres mi hijo, tú eres Yoyontzin. Toma ya tu cacao, la flor del cacao, ¡que sea ya bebida!... | |
de Nezahualcóyotl en la voz de Raúl Dantés Música autóctona: Zacarías Segura Salinas |
Amo esta forma movienteeste universo este cuerpo del cuerpo por su corazón rojo santuario la intensidad no cesa el infinito quema en llama blanca el amor cierra sus ojos y los astros se encienden como ciervos que saben la dirección del viento amo esta corporeidad... | |
de Homero Aridjis en la voz de Homero Aridjis Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Amo estas manos. Destinadas por Dios para concluir mis muñecas, también son las privilegiadas que te acarician y tañen. Ante unos ojos las desperezo. Elevo el dedo meñique, tallo para la luna, espiga rematada en coraza de cal. Elevo otro dedo... | |
de Marco Antonio Montes de Oca en la voz de Marco Antonio Montes de Oca |
Amo su potencialidad en la ternura y en la diatriba, en la descripción o la síntesis de una visión, de un indecible estado de ánimo. Al cantar la cebolla o el alambre de púas. En su pesadumbre por la muerte de Silvestre Revueltas, en los poemas de su tenaz amor a España, a nuestro pueblos en Canto General... | |
de Luis Cardoza y Aragón en la voz de Luis Cardoza y Aragón Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Amo tu desnudez porque desnuda me bebes con los poros, como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo. Tu desnudez derriba con su calor los límites, me abre todas las puertas para que te adivine, me toma de la mano como un niño perdido que a ti dejara quietas su edad y sus preguntas... | |
de Roque Dalton en la voz de Juan Ignacio Aranda |
Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se marchita, que si vivo sin mí quiero perderte. El aire es inmortal, la piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte... | |
de Federico García Lorca por Cecilia Salerno |
Amor empieza por desasosiego, solicitud, ardores y desvelos; crece con riesgos, lances y recelos; susténtase de llantos y de ruego. Doctrínanle tibiezas y despego, conserva el ser entre engañosos velos, hasta que con agravios o con celos apaga con sus lágrimas su fuego... | |
de Sor Juana Inés de la Cruz en la voz de Laura Castanedo Música: Santiago de Murcia Arreglos y guitarra: Alberto Ubach |
Amor mío, amor mío, Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo. Y acaba de irse aquella que nos quería. Acaba de salir. Acabamos de oír cerrarse la puerta. Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz se queja en la garganta. Amor mío... Cállate. Vuelve sobre tus pasos... | |
de Vicente Aleixandre en la voz de Manuel López Castilleja |
Amor mío: guárdame entonces en ti en los torrentes más secretos que tus ríos levantan y cuando ya de nosotros sólo que de algo como una orilla tenme también en ti guárdame en ti como la interrogación de las aguas que se marchan... | |
de Raúl Zurita por Raúl Zurita |
Amor que llegas tarde, tráeme al menos la paz: Amor de atardecer, ¿por qué extraviado camino llegas a mi soledad? Amor que me has buscado sin buscarte, no sé qué vale más: la palabra que vas a decirme o la que yo no digo ya... Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna: Tengo la muerte blanca y la verdad lejana... | |
de Dulce María Loynaz en la voz de Carmen Feito Maeso |
Amor que llegas tarde, tráeme al menos la paz: Amor de atardecer, ¿por qué extraviado camino llegas a mi soledad? Amor que me has buscado sin buscarte, no sé qué vale más: la palabra que vas a decirme o la que yo no digo ya... Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna: Tengo la muerte blanca y la verdad lejana... | |
de Dulce María Loynaz en la voz de Dulce María Loynaz |
Amor, amante, amado, yo te digo con letras rojas toda mi alegría, por ti la pena entera gozaría, sin ti la dicha fuérame castigo. Amor, amante, amado. Me enemigo, si el amor me retira compañía, porque sin ti la vida es ironía y lenta muerte que en afán persigo. Árbol de mi costumbre y mi linaje... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Griselda Álvarez Ponce de León |
Amor, amo tus claras mocedades, amo, Amor, tu recinto, tu pie leve; amo tu amor amante, que conmueve el reino de las tiernas heredades. Estoy amando el lirio que se atreve a juntar dos esbeltas soledades, al que ha sido, en la frente de la nieve, esposo de las albas suavidades... | |
de Alfredo Cardona Peña en la voz de Carmen Feito Maeso |
Amor, amor, las nubes a la torre del cielo subieron como triunfantes lavanderas, y todo ardió en azul, todo fue estrella: el mar, la nave, el día se desterraron juntos. Ven a ver los cerezos del agua constelada y la clave redonda del rápido universo, ven a tocar el fuego del azul instantáneo... | |
de Pablo Neruda en la voz de Pablo Neruda |
Amor, con flores ligas nuestros brazos; los míos te ofrecí lleno de penas, me echaste tus guirnaldas más amenas, secáronse las flores, vi los lazos, y vi que eran cadenas. Nos guías por la senda placentera al templo del placer ciego y propicio; yo te seguí... | |
de José Cadalso en la voz de Fernando Guillén |
Amor, desnudo amor que haces regreso en otro cuerpo de distinto aroma, pero siempre el amor, amor eterno, adolescente amor, inmadurable. Reconozco en la luz de tus locuras los mismos astros, la ternura misma, el ave tierna de imbesados labios, y vuelvo a comenzar lo inacabado... | |
de Elías Nandino en la voz de Elías Nandino |
Amor, Filis mía, que enojado vio la dureza ingrata de tu corazón. Vibrando la flecha con nuevo rigor, herirte dispuso, mas, ¡ay!, no acertó. Al pecho asestaba, y el vibrado arpón tocó tu garganta, y en mi pecho dio. Tú libre quedaste; yo, herido de amor; ¡Oh, qué dulce hierro, si hiriera a los dos... | |
de Juan Pablo Forner en la voz de Adolfo Marsillach |
Amor, fuera olvidarte como perder los ojos, cegar frente a los verdes más claros de la vida, caer en el invierno con un sueño encerrado sepultando los brotes de la flor del prodigio. Desconocer las formas que anidaron el tacto, ignorar la sonrisa que prepara la aurora en los húmedos labios terrenales... | |
de Aurora Reyes en la voz de Aurora Reyes |
Anda por todas partes. Lo he leído y lo sigo leyendo todavía. Anda por todos lados, anda en todos los ojos que lo miran brillar en la blancura de las páginas con su cándida luz inofensiva. Que soy, que somos (nos lo dicen) la España peregrina ... ¡Ay, qué bonito nombre!... | |
de Nuria Parés en la voz de Nuria Parés |
Anda por todas partes. Lo he leído y lo sigo leyendo todavía. Anda por todos lados, anda en todos los ojos que lo miran brillar en la blancura de las páginas con su cándida luz inofensiva. Que soy, que somos (nos lo dicen) la España peregrina... | |
de Nuria Parés por Nuria Parés |
Anda, date a volar, hazte una abeja, En el jardín florecen amapolas, Y el néctar fino colma las corolas; Mañana el alma tuya estará vieja. Anda, suelta a volar, hazte paloma, Recorre el bosque y picotea granos, Come migajas en distintas manos La pulpa muerde de fragante poma... | |
de Alfonsina Storni en la voz de María Rosa Gallo o Delia Garcés |
Andar así es andar a ciegas, andar inmóvil en el aire inmóvil, andar pasos de arena, ardiente césped. Dar pasos sobre agua, sobre nada el agua que no existe, la nada de una astilla , dar pasos sobre muertes, sobre un suelo de cráneos calcinados. Andar así no es andar sino quedarse sordo... | |
de Efraín Huerta en la voz de David Huerta |
Ándeme yo caliente y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno; y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente. Coma en dorada vajilla el Príncipe mil cuidados, como píldoras dorados... | |
de Luis de Góngora y Argote en la voz de Adolfo Marsillach |
Andenes agobiados por la carga y descarga de mercancías que suenan como cráneos. Techos de nubes como tifones aún dormidos. Uno descansa al horizonte como un vaso de aguardiente sobre una mesa lacónica y de cedro. Aquél devana una madeja de liendres instantáneas. El ojo cambia... | |
de Juan Bañuelos en la voz de Juan Bañuelos |
Ando buscando mieles y frescura para mis labios secos, y no sé cómo encuentro ni por dónde ardores y tormentos. Ando buscando almíbares que endulcen estos agrios versos, y no sé cómo ni por dónde siempre se les cruza un duelo. Y el cielo y Dios bien saben que no tengo culpa de eso... | |
de Rosalía de Castro en la voz de Conchita Fernández |
Anfora para la fluidez implacable del origen para la libertad de los cuerpos yo te escribo sin nombre así abro mi jaula de pájaros siniestros así prefiguro la seguridad de las manos así comprometo mi tiempo en tu tiempo así me descubro entero en ti compacta Éste es mi incendio de cauces... | |
de Homero Aridjis en la voz de Homero Aridjis |
Ángel de luz, ardiendo, ¡ah, ven!, y con tu espada incendia los abismos donde yace mi subterráneo ángel de las nieblas. ¡Oh espadazo de las sombras! Chispas múltiples, clavándose en mi cuerpo, en mis alas sin plumas, en lo que nadie ve, vida. Me estás quemando vivo. Vuela ya de mí... | |
de Rafael Alberti en la voz de Francisco Valladares |
Ángel de luz, ardiendo, ¡oh, ven!, y con tu espada incendia los abismos donde yace mi subterráneo ángel de las nieblas. ¡Oh espadazo en las sombras! Chispas múltiples, clavándose en mi cuerpo, en mis alas sin plumas, en lo que nadie ve, vida. Me estás quemando vivo. Vuela ya de mí... | |
de Rafael Alberti en la voz de Rafael Alberti |
Ángeles del cementerio, de mirada inmóvil, rostros perfectos, senos ocultos, estrechas cinturas y pies descalzos. Cómo quisiera con un beso agudo, romper el frío mármol que los envuelve y descubrirles el río de luz, que esconden bajos sus aguas dormidas Déjemne beber de su manantial... | |
de René Chacón Linares en la voz de José Guillermo Vargas |
Ángeles en la tierra: nubes y rocas, música y danza. Árboles de alegría le dan al aire diamantes verdes y al agua antigua de la laguna su azul de niño. Pastor que arreas nubes de ovejas; joven labriego de tierras negras; los leñadores queman sus brazos con el futuro de la madera... | |
de Carlos Pellicer en la voz de Carlos Pellicer |
Angustia de amor callada dentro del cuerpo presente que se sabe y que se siente como la sangre obstinada. Yo sé que estás apresada dentro de mí, cárcel viva. Prisionera ya cautiva que tenaz entre las venas me las vas dejando llenas de una ansiedad fugitiva. II Febril me vas consumiendo lento amor... | |
de Fernando Sánchez Mayans en la voz de Fernando Sánchez Mayans |
Año I-Pedernal (804 d. c). Cuando comenzó el Señorío de los chichimecas una mujer noble, llamada Itzpapálotl los llamó, les dijo: Tenéis que establecer como señor vuestro a aquél que se llama Huactli. Marchad hacia allá, a Nequameyocan. Estableced allí la casa de los cactus... | |
de Poesía náhuatl en la voz de Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) |
Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di, ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida de donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón... | |
de Antonio Machado en la voz de Efraín Bartolomé |
Anoche Dios soñó conmigo. Fui la paja en su ojo zumbé en sus santas narices o pulga en el oído. Y Dios con bendita paciencia dormía el sueño de los justos mientras yo me desvelaba por despertar, antes que Él pestañara mueva un dedo o de un solo soplido... | |
de Floridor Pérez en la voz de Floridor Pérez Colaboración: Rodrigo Gonçalves |
Anoche Dios soñó conmigo. Fui la paja en su ojo zumbé en sus santas narices o pulga en el oído. Y Dios con bendita paciencia dormía el sueño de los justos mientras yo me desvelaba por despertar, antes queÉl pestañara mueva un dedo o de un solo soplido... | |
de Floridor Pérez por Floridor Pérez |
Anoche llegaron murciélagos. Si no los llamo, ellos, igual, vienen. Venían con las alas negras y el racimo. Cayeron adentro de mi vestido blanco. De todas las rosa y camelias que he reunido en estos años. Y en la canasta de claveles y de fresias. La Virgen María dio un grito y atravesó todas las salas... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Anoche me acosté con un hombre y su sombra. Las constelaciones nada saben del caso. Sus besos eran balas que yo enseñé a volar. Hubo un paro cardíaco. El joven nadaba como las olas. Era tétrico, suave, me dio con un martillo en las articulaciones. Vivimos ese rato de selva... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Años de soledad, años de prisa. La pirámide, el ala y el desgaste. Después de aquellos años regresaste, iguales la belleza y la sonrisa. Algo sentí, no sé por qué, desierto, y era por eso, al fin, que había llorado. Algo en tu corazón había cambiado, imperceptible casi, pero cierto... | |
de William Ospina en la voz de William Ospina Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Ante la urna que guarda los restos de Fray Sebastián de Aparicio. Aquí yace, de aquí sube en su calesa de vidrio, pues era de sal y nieve, Fray Sebastián de Aparicio. Alivio de caminantes y confesor de los lirios, príncipe de carreteros y emperador del silbido. Su cuerpo cristalizado se hace más y más chiquito... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Ante las viñas abrasadas por el invierno, pienso en el miedo y en la luz (una sola sustancia dentro de mis ojos), pienso en la lluvia y en las distancias atravesadas por la ira... | |
de Antonio Gamoneda en la voz de Antonio Gamoneda |
Anteayer sin tino, hoy cantata de estrofa sanguínea; albardela de potros resonantes, mañana gutural... | |
de Oscar Oliva en la voz de Oscar Oliva |
Antes de morir, la vida se te vuelve fácil como cuando en un empleo aprendes la estrategia y a la hora siguiente te despiden. Algunas horas antes de morir te sientes libre. Perdiste ya los brazos entre máquinas. Impregnaste tus penas en los muros antiguos. Te quitaste la capa en que escondías los abrazos... | |
de Carmen Alardín en la voz de Carmen Alardín |
Antes de partir A la izquierda está el mar. La alta montaña con su ermita y su senda entre los pinos se recorta en lo azul y las gaviotas van hablando de viajes, llegadas o naufragios. Recuerdo los primeros días en la isla, el verano de fuego y, en la alta madrugada, el olor de la sal... | |
de Hugo Gutiérrez Vega en la voz de Hugo Gutiérrez Vega |
Antes de que la vida se consuma sumando en islas de verdor los años, contad uno por uno sus escaños: porque el tiempo nomás es una suma. Antes de que la rosa infiel asuma descoloridos síntomas extraños, lo efímero gozad de sus engaños: porque la rosa es nada más espuma... | |
de Manuel Ponce en la voz de Manuel Ponce |
Antes lo creí pero ya no. El amor no es asunto de dos ni de tres; esto nos concierne a todos. Si beso tus labios, si nos decimos, adiós, mi vida, habrá siempre una voz arremetida, a empeñones un grito como trueno, un lamento, que diga que no. Toma tiempo, lo sé... | |
de Jaime Augusto Shelley en la voz de Jaime Augusto Shelley |
Antes que de la mente eterna fuera saliesen los espíritus alados, y antes que la veloz o tarda esfera tuviese movimientos señalados, y antes que aquella oscuridad primera los cabellos del sol viese dorados, fabricó para sí Dios una casa de santísima, y limpia y pura masa... | |
de Miguel de Cervantes en la voz de Dámaso Alonso, Eulalia Galvarriato, Eulalia Soldevilla, Luis Miguel y Rosalía Payno |
Antes que el viento fuera mar volcado, que la noche se unciera su vestido de luto y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo la albura de sus cuerpos. Antes que luz, que sombra y que montaña miraran levantarse las almas de sus cúspides... | |
de Alí Chumacero por Alí Chumacero |
Antes que el viento fuera mar volcado, que la noche se unciera su vestido de luto y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo la albura de sus cuerpos. Antes que luz, que sombra y que montaña miraran levantarse las almas de sus cúspides; primero que algo fuera flotando bajo el aire... | |
de Alí Chumacero en la voz de Alí Chumacero |
Antes que tú me moriré: escondido en las entrañas ya el hierro llevo con que abrió tu mano la ancha herida mortal. Antes que tú me moriré: y mi espíritu, en su empeño tenaz, sentándose a las puertas de la muerte, allí te esperará. Con las horas los días, con los días los años volarán... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Antiguos poderíos reinos donde brillaron el alcohol y los sudores. La hierba se ha secado se apagaron las luces de eternos escenarios donde los amuletos se volvieron tatuajes y cayeron los puentesnbsplas nubes sin color. Antiguos poderíos cubiertos por la sombra... | |
de Odette Alonso en la voz de Odette Alonso |
Antonio Torres Heredia hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna, anda despacio y garboso. Sus empavonados bucles le brillan entre los ojos. A la mitad del camino cortó limones redondos, y los fue tirando al agua hasta que la puso de oro... | |
Prendimiento de Antoñito El Camborio en el camino de Sevilla
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de Federico García Lorca en la voz de Rafael de Penagos |
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna anda despacio y garboso. Sus empavonados bucles le brillan entre los ojos. A la mitad del camino cortó limones redondos, y los fue tirando al agua hasta que la puso de oro... | |
de Federico García Lorca en la voz de Miguel Herrero |
Anuarí! ¡Anuarí! Espíritu profundo, vuelve del caos. Torna en misteriosa envoltura, huésped de mis noches glaciales. Que tus dedos de sueño posen sobre mis párpados desvelados. Ciérralos, Anuarí. Veneno sublime, da muerte a mi cerebro aterrado. Quédate sobre mi fosa sonriendo enigmático... | |
de Teresa Wilms Montt en la voz de Carmen Feito Maeso |
Apagado y rescoldo aroma del profuso jazmín del corredor; siesta cálida en que es pálida la emanación de la flor. Llave del agua que tintinea su gota pertinaz; grifo de cobre, donde a beber la gota de agua disfrazada de monjita se aproxima la torcaz. Siestas dogmáticas de canónigo en el coro... | |
de Francisco González Léon en la voz de Rosenda Monteros |
Apareces de golpe dentro de mí, dorada por un oro manchado de musgo verdinegro. Ola petrificada del agua de la vida creciendo y apretando la sal del esqueleto. En lo más entrañable de mi ser ejecutas las invisibles líneas del rostro verdadero, entregando al proyecto sin límite del polvo... | |
de Aurora Reyes en la voz de Aurora Reyes |
Apartaos de mí, que me he arrancado esa mitad de sombra a manos llenas para arrojarla al sol con la alegría con que se iza al viento una bandera. Apartaos de mí, porque he lanzado los caballos del sueño a la carrera y un galopar de potros se desboca como un golpe de sangre por mis venas... | |
de Nuria Parés en la voz de Juan Rejano |
Apenas ayer tenía cuarenta y nueve años. Hoy, primera mañana de abril de 1977, Busqué mi rostro en el espejo, mi rostro aún más roto en el espejo roto del baño. Cuerpo mío inasequible ¡¿por qué sigues terco reflejándote?! Soy culpable de vivir. Puedo verte derruido... | |
de Lauren Mendinueta en la voz de Lauren Mendinueta |
Apenas la noche ha cerrado su sombra completa. Lo que suena después no es el río Ni las hojas del aire ni el pez de la niebla. Es la hambrienta distancia que llega rompiendo las aguas y el monte que cede al recuerdo y te nombra. Lo que el tiempo nos niega, lo que arranca el deseo... | |
de Juan Bañuelos en la voz de Juan Bañuelos |
Apenas mayordomo de mis penas, capitán de fantasmas, me extravío, me pido entre mis canas y mis venas, y me ahogo de mí, a pesar mío. En punto de la hora en que me suenas, tiempo de estar, estoy y me confío, y me llenas de arena y me rellenas de amor y de odio el corazón baldío... | |
de Jaime Sabines en la voz de Paco Chacona |
Apenas puedo explicar esto que he hecho. Lo llamaremos dicciones . Sé que lo hice buscando la insoslayable comunicación como otra manera de arribar al contacto profundo con los demás. La Gran necesidad. Tú y yo, nosotros. ¿Lees? ¿Escuchas? ¿Conversas? ¿Cantas?... | |
de Amanda Berenguer en la voz de Amanda Berenguer |
Apoyando mi frente calurosa en el frío cristal de la ventana, en el silencio de la oscura noche de su balcón mis ojos no apartaba. En medio de la sombra misteriosa su vidriera lucía iluminada, dejando que mi vista penetrase en el puro santuario de su estancia. Pálido como el mármol el semblante... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Aquel árbol, al atardecer, el aleteo apresurado de un pájaro, el crujido de una rama, la luz sobre la yerba como una obsesión sagrada, la penumbra de un cuarto, la ventana entreabierta, sobre la mesa un rayo del poniente como la mano de una niña inmóvil... | |
de José Carlos Becerra en la voz de Julio Trujillo |
Aquel café de barrio, destartalado y frío, testigo silencioso de nuestras confidencias, extremo de rigores, conjunto de inclemencias, que sólo caldeaban tu corazón y el mío. Viejo café de barrio, a donde yo acudía, donde tú me esperabas con el alma impaciente... | |
de Pilar de Valderrama en la voz de Conchita Fernández |
Aquel hombre sostenido por su rostro de ciego completo sufridamente iluminándose en la carnal oscuridad: ¿le adjudicamos estos versos un cuenco de arroz unas monedas pálidas? Aquella sirvienta o costurera de a sesenta centavos o hembra leprosa pariendo o negra nada más... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Aquel muchacho andaba por el húmedo imán de los esteros, pisando las taperas acechantes con mustios pasos y ojos cenicientos, con humildad y tierna vocación de recodos estrelleros. Tuvo una vida simple, sed inmensa de asomarse al idioma de los vientos, de acariciar los belfos de un caballo perdido... | |
de Elvio Romero en la voz de Alfredo Alcón |
aquel mundo espléndido descubierto a los nueve años cuando leído fue un libro cuyos personajes discutían la redacción de sus propias aventuras, escritas por un árabe, nigromante, erudito. 2 : el pubis de aquella morena adolescente donde apenas asomaba la cabellera menor... | |
de Washington Benavides en la voz de Washington Benavides |
Aquel perro se burla de nuestros dramáticos ladridos Aquel pájaro no puede traducir lo que silbamos Aquella lombriz desprecia la oscuridad de nuestra ánima Aquel delfín no tolera nuestros desafinados cánticos Aquel tigre no admite nuestras caricias brutales y solas... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Aquel purpúreo monte, que tenía la formación más viva hacia el ocaso, desviado secreto de espesura , vuelve hacia mí, se instala ante mi fe, lo mismo que un dios, una inmortal mujer dorada. ¿El sabe que es bastante, sabe que lo esperaba yo cantando, que es deseado para plenitud... | |
de Juan Ramón Jiménez en la voz de Juan Ramón Jiménez |
Aquel tapado de armiño, esta situación que vivimos, mi amiga, estos recuerdos que siempre tendremos y esta vida que juntos vamos haciendo. Algún día, y digo por decirlo, tendremos ese tapado de armiño; será un tiempo más justo, forrado en lamé, como el tapado del tango... | |
de Francisco Urondo en la voz de Juan Gelman |
Aquella bufanda color de oro viejo que me había acompañado a vivir durante tres años la miseria la gloria de la luz el amor la soledad de las calles estrechas como ataúdes y todos los instantes que el agua va grabando con líneas verdosas en la frente de las estatuas... | |
de Fayad Jamís en la voz de Fayad Jamís |
Aquella flor con la que hablaba sola de niña, ¿no eras Tú?, ¿no era la corola de tu oído? Aquella flor que nada me decía, pero que con seguridad me conocía sin reproche, ¿quién era?, ¿la Reina, la Señora de todo lo creado, la Pudorosa, envuelta en un instante... | |
de Orfila Bardesio en la voz de Carmen Feito Maeso |
Aquella Hermana de la Caridad: aquella Sor Asunción, que bajo la toca lleva una boca de forma de corazón. Corazón que es dilución de una escala cromática: (el color del labio superior es sonrosado, y rojo ultrasanguíneo el inferior). Aquella monja que se parece a una artista de cine... | |
de Francisco González Léon en la voz de Hugo Gutiérrez Vega |
Aquella larga noche mi sueño me llevó a la alberca de las luces profundas y los flamencos prendidos como rosas eléctricas en el interior de una aguamarina. Y en la soledad de aquel paraje comprendí dentro del sueño que eran otros pájaros los que soñaban... | |
de Alberto Blanco en la voz de Alberto Blanco Música de Armando Contreras. |
Aquella pobre niña que aún no tenía senos... Y la niña lloraba: Yo quiero tener senos. Señor, haz un milagro: un milagro pequeño. Pero Dios no la oía, allá arriba, tan lejos... Y cogió dos palomas, se las puso en el pecho... Pero las dos palomas levantaron el vuelo... | |
de Alejandro Casona en la voz de Nuria Espert |
Aquella tarde, al decirle que me alejaba del pueblo, me miró triste, muy triste, vagamente sonriendo. Me dijo: ¿Por qué te vas? Le dije: Porque el silencio de estos valles me amortaja como si estuviera muerto. ¿Por qué te vas? He sentido que quiere gritar mi pecho... | |
de Juan Ramón Jiménez en la voz de Carmen Feito Maeso y Francisco Portillo |
Aquella tarde, al decirle que me alejaba del pueblo, me miró triste, muy triste, vagamente sonriendo. Me dijo: ¿Por qué te vas? Le dije: Porque el silencio de estos valles me amortaja como si estuviera muerto. ¿Por qué te vas? He sentido que quiere gritar mi pecho... | |
de Juan Ramón Jiménez por Carmen Feito Maeso y Francisco Portillo |
Aquella tarde, el mar se parecía, enormemente azul, a lo lejano: al azul que de niño se perdía adentro de los ojos, de mirarlo. No es fácil penetrar un continente con la esperanza atada a los pañuelos. Armado de la propia artesanía y la ausencia alojada en el silencio. Un hombre es un país... | |
de Armando Tejada Gómez en la voz de Alfredo Alcón |
Aquella tarde, en la Alameda, loca de amor, la dulce idolatrada mía me ofreció la eglantina de su boca. Y el Buda de basalto sonreía... Otro vino después, y sus hechizos me robó la di cita, y en la umbría nos trocamos epístolas y rizos. Y el Buda de basalto sonreía... | |
de Amado Nervo en la voz de Oscar Chávez o Claudio Obregón |
Aquello sucedió rápidamente. Tan de pronto ocurrió que no hubo tiempo de cerrar los ojos de mirar de tener miedo. Quedaron manos detenidas en actos de amor de piedad de furia los gritos fueron rígidas flechas absorbidas por el viento el sol un diente helado comiéndonos los nervios... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Aquellos tus amigos Extenderán sus manos Como quien tiende un recibo por cobrar Una minuta detallada de todas tus traiciones Pero nunca sabrán Que tú has pagado ya todas las deudas Que no hay nada que valgas Ni siquiera el resuello que te mantiene erguido... | |
de Mario Bojórquez en la voz de Mario Bojórquez |
Aquí está el sol con su único ojo, la boca escupe fuego que no se hastía de calcinar la eternidad. Aquí está como un rey derrotado que mira desde el trono la dispersión de sus vasallos. Algunas veces, el pobre sol, el heraldo del día que te afrenta y vulnera, se posaba en su cuerpo... | |
de José Emilio Pacheco en la voz de José Emilio Pacheco |
Aquí aguardo sentado cerca del sol, sin prisa, contra el muro de luz que es parte de mi casa. Aguardo a que termine lo terminable un día; mi sombrero me cubre, apenas si levanto los ojos hacia el cielo: prefiero la victoria mil veces de la cabeza baja, y el corazón quebrado en un sinfín de partes... | |
de José Lupiáñez en la voz de Marian Sanz de Acedo |
Aquí donde usted me ve, en medio del potrero y en mitad del camino de la vida, veinte o más años antes de pegarme como usted un tiro, emberrado, enrabiado gritándoles ¡carajo! a los pájaros que me arrancan el trigo, cojo un grano pensando en la espiga, en las trillas de antaño... | |
de Floridor Pérez en la voz de Floridor Pérez Colaboración: Rodrigo Gonçalves |
Aquí donde usted me ve, en medio del potrero y en mitad del camino de la vida, veinte o más años antes de pegarme como usted un tiro, emberrado, enrabiado gritándoles ¡carajo! a los pájaros que me arrancan el trigo, cojo un grano pensando en la espiga, en las trillas de antaño... | |
de Floridor Pérez por Floridor Pérez |
Aquí en el lado izquierdo, donde duele la herida con más fuerza y el ruido de la muerte es más intenso: me ha crecido una flor esta mañana. Aquí en el lado izquierdo, donde, a veces, la sombra me entreteje con sus ramasde hiedra y de silencio: me ha crecido una flor esta mañana... | |
de Juan José Alcolea en la voz de Carmen Feito Maeso |
Aquí en lo oscuro quedo pulsando mi dulcémele, mientras veo que te alejas feliz, contra la línea del horizonte. Mueves el cuerpo al son de mis acordes, cada vez más distante, más cómplice, y un ritmo de secreto te hace tan diminuto. sí, te alejas de esta pequeña hoguera que hemos prendido juntos... | |
de José Lupiáñez en la voz de Marian Sanz de Acedo |
Aquí está el pecho, mujer, Que ya sé que lo herirás; ¡Más grande debiera ser, Para que lo hirieses más! Porque noto, alma torcida, Que en mi pecho milagroso, Mientras más honda la herida, Es mi canto más hermoso... | |
de José Martí en la voz de Carlos Muñoz |
Aquí están los rencores. Los escribí pensando en ti. Creí por un momento que eran flores que amanecían en abril. Pero al poner la mano me han herido, ¡puta, si me han herido!, me han lastimado hasta sangrar, hasta aullar de dolor, hasta quejarme inmensamente en la noche... | |
de Juan Domingo Argüelles en la voz de Juan Domingo Argüelles |
Aquí están tus recuerdos: este leve polvillo de violetas cayendo inútilmente sobre las olvidadas fechas; tu nombre, el persistente nombre que abandonó tu mano entre las piedras; el árbol familiar, su rumor siempre verde contra el vidrio; mi infancia, tan cercana, en el mismo jardín... | |
de Olga Orozco por Olga Orozco |
Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mi hechura humana, la nacida de mí. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está mi imagen. Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el hacedor de la gente... | |
de Poesía náhuatl en la voz de Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) |
Aquí hay una palabra deshabitándose de sí: cinco vocales que fulguran quince consonantes entre la madera sagrada y el agua siete vocales invencibles trece consonantes entre el fuego y el frío. Aquí hay una esa tal palabra desigualándose de sí nutrida de astros... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Aquí he llegado, a la edad en que el hombre se detiene; la cumbre entre la niebla es desafío y debiera rendirme. ¡Cansancio de buscar irrazonablemente tanto sin saber qué buscamos! Pero he aceptado el tiempo; los árboles son sombras y las hojas orecidas resbalan en la estación propicia... | |
de Francisco Tobar García en la voz de Francisco Portillo |
Aquí la selva Larga la soledad con que nos nutre Hora de lentos pies donde el puñal se hunde Raíz de luna helada sus venenos más fuertes Aquí el árbol anclado en el asombro: lagunas congregadas al silbo de serpientes El saraguato rasca su viejo cuerpo... | |
de Efraín Bartolomé por Efraín Bartolomé |
Aquí me despido, señores, después de tantas despedidas y como no les dejo nada quiero que todos toquen algo: lo más inclemente que tuve, lo más insano y más ferviente vuelve a la tierra y vuelve a ser: los pétalos de la bondad cayeron como campanadas en la boca verde del viento... | |
de Pablo Neruda por Pablo Neruda |
Aquí me tienes al alcance de tu alma y a merced de tus ojos, protagonista de una historia que no he vivido y que sin embargo se ha eternizado en el tiempo y se ha filtrado dentro de tu piel. He luchado por encontrarte sin darme cuenta que desde hace muchos siglos vivías dentro de mí... | |
de Carmen Alardín en la voz de Carmen Alardín |
Aquí me ves, cubriéndome la espesa capa, torpe tejido de los desordenados pensamientos: germina uno, se alza un poco, baja y en una niebla de trivialidades se diluye, se ablanda. Dio una hora el reloj. La hora lisa. Pronto se agotarán estos sonidos de cháchara liviana... | |
de Circe Maia en la voz de Circe Maia |
Aquí no esperaré a nadie ni siquiera por mí porque ya estuve. Ni por ti que estás llegando para que no haya un adiós o lamentar escondites con paredes húmedas. Esperar es un juego entre inmortales... | |
de Jorge Meretta por Jorge Meretta |
Aquí no hay muertos. Ramón, a la mitad del foro, lee un poema con sabor a chía y ajonjolí. Rulfo vino a buscar a Juan: un instante de luz en las palabras. Gorostiza envuelve en llamas la soledad de los pasillos por donde José Luis Martínez, bibliófilo celeste, coloca libros detenido en el espacio... | |
de Eduardo Langagne en la voz de Eduardo Langagne |
Aquí otra vez, los labios memorables, único y semejante a vosotros. Soy esa torpe intensidad que es un alma. He persistido en la aproximación de la dicha y en la privanza del dolor. He atravesado el mar. He conocido muchas tierras; he visto una mujer y dos o tres hombres... | |
de Jorge Luis Borges en la voz de Marcelo Cejas |
Aquí quedó oscilando mi última furia. Engullo cada mancha de la pared, cada clavo. Y me siento dueña de mi voz descolgándose, palpo sus aristas y me quedo quieta, absorbo su semilla y ya no se esparce. Me tiendo sin una piedra o talismán. Recorro el cuarto con los ojos abiertos: no hay visiones... | |
de Vilma Vargas en la voz de Vilma Vargas |
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento. Fosforece la luna sobre las aguas errantes. Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes figuras. Una gaviota de plata se descuelga del ocaso. A veces una vela. Altas, altas estrellas... | |
de Pablo Neruda en la voz de Carmen Feito Maeso |
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle: entonces comprendió: y rompió todos su versos. Así es, así fue. Salió una noche echando espuma por los ojos, ebrio de amor, huyendo sin saber adónde: a donde el aire no apestase a muerto... | |
de Blas de Otero en la voz de Fernando Rey |
Aquí tu barca está sobre la arena: desierta miro la extensión marina: te llamo sin censar con tu bocina y no pareces a calmar mi pena. Aquí estoy en la barca triste y sola aguardando a mi amado noche y día; llega a mis pies la espuma de la ola, y huye otra vez, cual la esperanza mía... | |
de Carolina Coronado en la voz de Carmen Feito Maeso |
Aquí, bajo esta rama, puedes hablar de amor. Más allá es la ley, es la necesidad, la pista de la fuerza, el coto del terror, el feudo del castigo. Más allá, no... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Aquí, en este momento, termina todo, se detiene la vida. Han florecido luces amarillas a nuestros pies, no sé si estrellas. Silenciosa cae la lluvia sobre el amor, sobre el remordimiento. Nos besamos en carne viva. Bendita lluvia en la noche, jadeando en la hierba, trayendo en hilos aroma de las nubes... | |
de José Hierro en la voz de José Hierro |
Arbolé, arbolé seco y verde. La niña de bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la prende por la cintura. Pasaron cuatro jinetes, sobre jacas andaluzas. con trajes de azul y verde, con largas capas oscuras. Vente a Granada, muchacha. La niña no los escucha...í! ¡Ahora... | |
de Federico García Lorca en la voz de Rafael Alberti |
Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la prende por la cintura. Pasaron cuatro jinetes, sobre jacas andaluzas con trajes de azul y verde, con largas capas oscuras. Vente a Córdoba, muchacha . La niña no los escucha... | |
de Federico García Lorca en la voz de Fernando Guillén |
Arcángel desterrado y refugiado en mi anhelo; cada vez que la albahaca se movía a mi vientre tu mano apuñalaba y en el raudo abanico de luces y luciérnagas o en la pared confusa, donde el enfebrecido pájaro de la noche se cernía, aparecías tú. Continua caracola prendida de mi oído... | |
de Ana Rossetti en la voz de Carmen Feito Maeso |
Arcángel mío, Compañero mío, Amado que en las columnas atas mis insomnios y derramas por el alba los claveles que te ofreció mi sangre, a cambio de la corona púrpura de tu indómito reino prometido, del lirio de tu cetro; a cambio de hospedarme en el arisco armiño de tu piel. Arcángel mío... | |
de Ana Rossetti en la voz de Carmen Feito Maeso |
Ardía el caballero con sus ojeras rotas llameaba su piel e iluminaba la ciudad Moría de hambre el capitán Fiallo acostado en su lecho de una bruta piel de toro y un leño por almohada brasa de muerte y soledad rezos y campanadas esquilas como cementerios del aire Ardía desde el corazón hasta el vientre... | |
de Efraín Huerta en la voz de Efraín Huerta |
Ardiente, nueva luz abre mis ojos. Renace adulta la infantil mirada. Crecen los ecos de tu poblada ausencia, presente y encendida en la distancia. A la espalda del cielo se desnudan las sombras. Brota su lirio el día. Huérfana sonrisa camina sobre el alba. Hay una casa gris, una carreta... | |
de Aurora Reyes en la voz de Aurora Reyes |
Ardiente-y-fría clavel herido del mediodía , desnuda, en la sastrería. El niño, aprendiz de sastre, ¡cómo la deshojaría! Ardiente-y-fría un corpiño de ondas calientes y frías quisiera para sus senos algas flotantes del mar blanco y quieto del espejo . El niño, aprendiz de sastre, le ofrece una begonia... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
Area sonante, ovario de la noche carnal; abrevadero insistente y monótono en la arena del oído terrestre.Y tocar, hacia dentro, el oleaje como aquel remotísimo, asilado en lo vacío de las conchas. Urna, seda contigua que despliega en hileras cayendo, una por una, golpes de espuma deslazada... | |
de Rubén Bonifaz Nuño en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Aroma dels til lers florits, ben nova i dolça per mi! No desvetllaves cap mica de record. El passat no traspua en aquesta ombra d or: només viu el teu somni, arbreda dolça. És lluny el bostre bleix, roses, glicines bables, tan ple de mi, tan c lid de secrets. Tu, perfum sense ahir... | |
de Marià Manent en la voz de Marià Manent |
Arranca el viento sueños de las manos. No hay azar ni destino: solo sombras. Y una llama extinguida es el futuro, agónica pasión interminable. Si anima otra figura, más se hunde en la opacidad. No hay superficie, pero el tiempo persiste como herida. Despertar al horror de la existencia... | |
de Pedro Gandía por Pedro Gandía |
Arregla los papeles. Es ya tiempo. No temas al rigor del invierno. Aún hay fuego. Arde un rescoldo de amor y al fulgor de la tarde nacen aún los besos, los poemas. Después de todo, mira, no importa, hemos vivido al borde cotidiano del asombro, una mirada basta, la voz con que te nombro... | |
de Carlos Martín en la voz de Héctor Rosales |
Arriba la colina se prolonga en un sueño, recias salas simétricas que alzó el orgullo al cielo, y en su hondura una piedra monstruosa pide ofrendas, más negra que el abismo, más antigua que el miedo. La piedra es Artemisa. Yo no soy más que un hombre, condenado a saltar en ceniza al silencio... | |
de William Ospina en la voz de William Ospina Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |
Arrodíllate y reza. No. Navega, navega sobre tu llanto. Marinero: lágrimas, lágrimas, lágrimas la nube el río... el mar. Que no me tejan pañuelos sino velas. Que no me consuele nadie, que no me enjuguen el llanto, que no me sequen el río. Lloro para que no se muera el mar, mi padre el mar... | |
de León Felipe en la voz de Nuria Espert |
Así como el día pasado ya no vuelve, nunca has de volver a cruzar, de este mar, sus aguas. Nunca más del lugar de donde vienes has de volver. Nunca más podrás volver a ser el que fuiste, ni hacer memoria, tan sólo, de tu recuerdo. Nunca más tu nombre alguno podrá decirlo... | |
de Antoni Marí por Antoni Marí |
Así es mi vida, piedra, como tú. Como tú, piedra pequeña: como tu, piedra ligera; como tú, canto que ruedas por las calzadas y por las veredas; como tú, guijarro humilde de las carreteras, como tú, que en días de tormenta te hundes en el cieno de la tierra y luego centelleas bajo los casco... | |
de León Felipe en la voz de León Felipe |
Así estamos consternados rabiosos aunque esta muerte sea uno de los absurdos previsibles da vergüenza mirar los cuadros los sillones las alfombras sacar una botella del refrigerador teclear las tres letras mundiales de tu nombre en la rígida máquina que nunca nunca estuvo con la cinta tan pálida... | |
de Mario Benedetti en la voz de Mario Benedetti |
Así estás todavía de pie bajo la lluvia, bajo la clara lluvia de una noche de invierno. De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa, de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo. Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia, con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos... | |
de José Angel Buesa en la voz de Frank Moro |
Así que ese era el jardín de mandrágoras. Estaba allí y no me había dado cuenta. Ese es el jardín de los ahorcados. Tironeé una mata, y sí, vi la raíz en forma de hombre. Corrí, loca de terror, al interior de las habitaciones, de donde por cierto, nunca me había movido... | |
de Marosa Di Giorgio en la voz de Marosa Di Giorgio |
Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol para decirle nada, y víboras, y víboras, víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo, y el asma, y otra cosa, y el asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma... | |
de Gonzalo Rojas en la voz de Gonzalo Rojas |
Así te ves mejor, crucificado. Bien quisieras herir, pero no puedes. Quien acertó a ponerte en ese estado no hizo cosa mejor. Que así te quedes. Dices que quien tal hizo estaba ciego. No lo digas; eso es un desatino. ¿Cómo es que dio con el camino luego, si los ciegos no dan con el camino?... | |
de Alfredo R. Placencia en la voz de Fernando Díez de Urdanivia |
Así, sire, en el aire de la Francia nos llega la paloma de plata de Suecia y de Noruega, que trae en vez de olivo una rosa de fuego. Un búcaro latino, un noble vaso griego recibirá el regalo del país de la nieve. Que a los reinos boreales el patrio viento lleve otra rosa de sangre y de luz españolas... | |
de Rubén Darío en la voz de Fernando Guillén |
Asisto al despertar del nuevo día en las hermosas playas de Kovalam. Saludan a mis ojos las palmeras agitando sus ramas solemnes como brazos y el mar, el Mar de Arabia, con sus peldaños de espuma hacia el infinito. Sobre la orilla lenguas de sal que se suceden en un vaivén sin tregua... | |
de José Lupiáñez en la voz de Marian Sanz de Acedo |
Asomaba a sus ojos una lágrima y a mis labios una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día? , y ella dirá. ¿Por qué no lloré yo?... | |
de Gustavo Adolfo Bécquer en la voz de Favio Camero |
Atalayada, agita la matraca de su voz, que traspasa el horizonte del árbol, la cigarra, y llama a mitin a los grillos en camas de rocío. Sobre los tanques frescos de los sapos los grillos mueven verdes batallones. Manda la capitana chilladora y cercan los balcones de la luna... | |
de Alfonsina Storni en la voz de Alfonsina Storni Colaboración: Alejandra Correa |
Atención, señoras y señores, un momento de atención: Volved un instante la cabeza hacia este lado de la república, Olvidad por una noche vuestros asuntos personales, El placer y el dolor pueden aguardar a la puerta: Una voz se oye desde este lado de la república... | |
de Nicanor Parra en la voz de Nicanor Parra |
Atraían verdades mis ojos si miraban. Cuánta humildad y orgullo desde mi intimidad subía a ellos con intención de cielo. En ellos, azul de soledad, se movían heridas que el hombre no conoce todavía. Heridas comparables a las que sufre Dios cuando crea el dolor de un inocente. Umbral de la belleza... | |
de Pedro Piccatto por Gustavo Wojciechowski |
Atravesado por la vida dudo en llegar a la otra acera, allí espera el pasar caliente de las ilusiones que vos, yo, que vosotros estampamos como en basurero milenario. Trago, trago, trago lo que otros sangran sin saber por qué, sin identificar el espumarajo sexual que los trajo... | |
de Mario Noel Rodríguez por Mario Noel Rodríguez |
Atravesaste la cadena de humo de la noche, traías caracoles en la piel y negaste: Es una espiral o es un túnel . Y luego los abrazos a la luz del extraviado suelo, a la sombra de lo otro, de lo que no éramos ni tú ni yo. La noche presentaba su pecina quemada y su cromo de niña... | |
de Manuel Amaya Zulueta en la voz de Conchita Fernández |
Aún alegran tu calle los viejos mediodías y la sombra del álamo refresca tu portal, todo está como entonces, cuando tú me querías, pero ya no me quieres, y todo sigue igual. Sin embargo, no importa, yo sé que me quisiste más allá de aquel beso, de aquel que no te di... | |
de José Angel Buesa en la voz de José Angel Buesa |
Aún eres tú en medio de una incesante cascada de esmeraldas y de sombras, como una larga palabra de amor, como una pérdida total. Aún eres tú quien me tiene a sus pies como una blanca cadena de relámpagos, como una estatua en el mar, como una rosa deshecha en cortos sueños de nieve... | |
de Javier Sologuren en la voz de Javier Sologuren |
Aún no he terminado de llorar por mis muertos; tengo un nudo desnudo en la garganta porque no he terminado de llorar por mis muertos. El pecho acorralado, temblorosas las manos, mi respiración da cuenta de que no he terminado. En mi memoria viven todos ellos... | |
de Eduardo Langagne en la voz de Eduardo Langagne |
Aún queda el crepúsculo(Menos mal) Rodajas de nubesPedazos de cielo Brisas de vez en cuando Ventanas aunque sin vecinos en los balcones Gatos cazando ratones Cucarachas felizmente alimentadas Con suculentas migajas Húmedos albañalesCloacas Mujeres madres solteras... | |
de André Cruchaga en la voz de André Cruchaga |
Aún se queja su alma vagamente, El oscuro vacío de su vida. Más no pueden pesar sobre esa sombra Algunas violetas, Y es grato así dejarlas, Frescas entre la niebla, Con la alegría de una menuda cosa pura Que rescatara aquel dolor antiguo. Quien habla ya a los muertos, Mudo le hallan los que viven... | |
de Luis Cernuda en la voz de Luis Cernuda |
Aun si supiera que el mundo explotará esta noche, hoy también te diría con un beso hasta mañana... | |
de Eduardo Langagne en la voz de Eduardo Langagne |
Aún sigue siendo así: icáricos, caedizos y respectivo mar uno del otro. Desde las barcas y las plantaciones trasmiten partes de rescoldo último, doblan señales de pasión y muerte los exentos, y fervorosamente huyen del aire altivo de la quema. Los que allá siguen gravitando... | |
de Ida Vitale en la voz de Ida Vitale |
Aún son tus manos Las dulcísimas arañas Que suben y bajan por los hilos del arpa, Y no descansan si antes no vacían de todo fruto El nervioso follaje de la música? No quiero otra cota de mallas Ni más red aérea, Que la tejida por ti como defensa Contra las cuevas encapuchadas... | |
de Marco Antonio Montes de Oca en la voz de Marco Antonio Montes de Oca |
Aunque el uno es insomne, y el otro un somnolente, el gato y el grillo se parecen en que buscan del fogón la ceniza caliente. Ron, ron del gato; del grillo el cri, cri persistente; límpida noche en enero temblando en estrellas. Cruzado de brazos el gato medita; y el grillo parece que está de rodillas... | |
de Francisco González Léon en la voz de Rosenda Monteros |
Aunque es cierto que el dondiego de día cierra los ojos antes de que caiga la lluvia Comandante y que príncipe alberto y laura victoria son los bellos nombres algunas flores aturdidas en más de la mitad del mundo sigo seguimos escuchando el golpeteo de los viejos y rotos y duros tambores... | |
de Otto Raúl González en la voz de Otto Raúl González |
Aunque te rompas, frágil bóveda, en mil pedazos esta noche estrellada yo tengo que gritar en este bosque inglés de robles pensativos y altos pinos sonoros. He de arrancar los árboles a puñados convulsos he de batir el cielo con mis manos cerradas y he de llorar a voces este dolor... | |
de Pedro Garfias en la voz de Pedro Garfias |
Auschwitz no fue el jardín de mi infancia. Yo crecí entre bestias y yerbas y en mi casa la pobreza encendía su candil en las noches. Los árboles se cargaban de nidos y de estrellas, por los caminos pasaba asustándose una yegua muy blanca. Auschwitz no fue el jardín de mi infancia... | |
de Fayad Jamís en la voz de Fayad Jamís |
Avanza como avanzan los felices: ingrávida, ligera, no tanto por las alas cuanto porque es acéfala. Una cabeza es siempre algo que tiene un peso: la estructura del cráneo que es ósea y el propósito siempre de mantenerla erguida, alerta. Y lo que adentro guarda... | |
de Rosario Castellanos en la voz de Rosario Castellanos |
Avanza ya, hijo mío, desde el vano donde los pliegues de la recia púrpura ocultan la impudicia de las máquinas tan útiles, es cierto , el abandono de los grandes telones que han colgado como pájaros muertos en el polvo; avanza... | |
de Eliseo Diego por Eliseo Diego |
Ay de las bellas que quisieron devorar un día con su fulgor al mísero poeta. El fingidor por inocente que parezca es duro y no transa: primero encumbra a la figura, después la desencumbra y desfigura para finalmente transfigurarla. Total, de la mortal no queda nada. Tampoco del poeta... | |
de Gonzalo Rojas en la voz de Gonzalo Rojas Colaboración: Rodrigo Gonçalves |
Ay de las bellas que quisieron devorar un día con su fulgor al mísero poeta. El fingidor por inocente que parezca es duro y no transa: primero encumbra a la figura, después la desencumbra y desfigura para finalmente transfigurarla. Total, de la mortal no queda nada. Tampoco del poeta... | |
de Gonzalo Rojas por Gonzalo Rojas |
Ay luna nueva, fresquita Como una hilacha del día, Que en el cielo azul y claro La tarde dejó perdida! ¡Ay luna recién llegada, Que en el fondo del aljibe Pareces una pestaña Caída en el agua triste! Voy a pedirte una gracia... (Dicen que es bueno pedirla Cuando la luna es así, Delgada y recién nacida.)... | |
de Juana de Ibarbourou en la voz de Inda Ledesma |
Ay miramelindo, mira qué estrellita tan galana, suspira que te suspira, peinándose a la ventana! Miramelindo, mi amor, mírame qué linda estoy. Mira qué roja color me puse por verte hoy. Tú tan lindo en tu maceta, regada por la mañana. Yo tan linda y pizpireta, dondiego de mi ventana: casadita a la retreta... | |
de Rafael Alberti en la voz de Nuria Espert |
Ay primavera, primavera suave! Érase una mujer que compartía el humus de la tierra, la armonía, el árbol fácil y el nidal del ave. Érase una mujer como una llave con la que abrir un mundo de alegría, una mujer, fugaz sabiduría, pacífica guerrera, beso en clave. Y érase un hombre así, de todas suertes hombre y señor... | |
de Griselda Álvarez Ponce de León en la voz de Griselda Álvarez Ponce de León |
Ay! ¡Transportad mi corazón al cielo! Ángeles peregrinos que habitáis las moradas divinas del Oriente y que mecidos sobre el claro ambiente por los espacios del mortal vagáis. A vosotros un alma enamorada os pide sin cesar en su lamento alas, para cruzar del firmamento la senda de los aires azulada... | |
de Carolina Coronado en la voz de Carmen Feito Maeso |
Ay, de la Muerte no sé de qué color va vestida y no sé si lo sabré! ¿Mano en el hueso y guadaña, curva guadaña huida, en la punta de una caña? ¡Literatura sabida, terrorismo medioeval para chantajear la vida! Yo entraré en la noche ciega, como entra la bestia pura... | |
de Nicolás Guillén en la voz de Nicolás Guillén |
Ay, hermanos que tengo por el mundo, ay, mi carne perdida en tres pedazos! ¿Dónde están esos rostros, esos brazos, dónde están que en mí misma los confundo? Aquí vivo con patria pero sola, y no puedo olvidarlos simplemente aunque sé que es más huérfano el ausente de esta tierra de luz y caracola... | |
de Carilda Oliver Labra en la voz de Carilda Oliver Labra Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno |
Ay, qué trabajo me cuesta quererte como te quiero! Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero. ¿Quién me compraría a mí este cintillo que tengo y esta tristeza de hilo blanco, para hacer pañuelos? ¡Ay, qué trabajo me cuesta quererte como te quiero!... | |
de Federico García Lorca en la voz de Rafael Alberti |
Ay, triste del que un día en su esfinge interior pone los ojos e interroga! Está perdido. ¡Ay del que pide eurekas al placer o al dolor! Dos dioses hay, y son: Ignorancia y Olvido. Lo que el árbol desea decir y dice al viento, y lo que el animal manifiesta en su instinto... | |
de Rubén Darío en la voz de Rubén Bonifaz Nuño |
Ayé me dijeron negro pa que me fajara yo; pero e que me lo desía era un negro como yo. Tan blanco como te bé y tu abuela sé quién é. Sácala de la cosina, Mamá Iné. Mamá Iné, tú bien lo sabe, Mamá Iné, yo bien lo sé; Mamá Iné te llama nieto. Mamá Iné... | |
de Nicolás Guillén en la voz de Balbino Blanco Sánchez |
Ayer cuando el teléfono se demoró en sonar descubrí que Alfonsina fue una mujer amando desesperadamente... | |
de Odette Alonso en la voz de Odette Alonso |
Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo... | |
de Jaime Sabines en la voz de Jaime Sabines |
Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo... | |
de Jaime Sabines por Jaime Sabines |
Ayer estuvimos entre las muelas rojas de la araña. Hoy besamos con ancianos labios un fulgor de ceniza que antes fue ¿cuándo aquí o dónde allá? un cuerpo carnal respirando desde el hueso. ¿Por qué aceptar las ácidas espumas que nos queman? ¿Por qué renunciar al tránsito sin fuego de tu imagen?... | |
de Saúl Ibargoyen en la voz de Saúl Ibargoyen |
Ayer fue miércoles toda la mañana. Por la tarde cambió: se puso casi lunes, la tristeza invadió los corazones y hubo un claro movimiento de de pánico hacia los tranvías que llevan los bañistas hasta el río. A eso de la siete cruzó el cielo una lenta avioneta, y ni los niños la miraron... | |
de Angel González en la voz de Ángel González |
Ayer la vi en el salón De los pintores, y ayer Detrás de aquella mujer Se me saltó el corazón.Sentada en el suelo rudo Está en el lienzo; dormido Al pie, el esposo rendido; Al seno el niño desnudo.Sobre unas briznas de paja Se ven mendrugos mondados; Le cuelga el manto a los lados... | |
de José Martí en la voz de Carlos Muñoz |
Ayer pasó la muerte por mi casa... Se hizo una noche solitaria en torno, y en medio de las sombras de la noche, se hacinaron escombros sobre escombros. El isócrono golpe de las picas desmoronó el hogar. Así fue cómo se desplomaron los antiguos muros, y hoy ya no son más que ceniza y polvo... | |
de Arturo Capdevila en la voz de Carmen Feito Maeso |
Ayer te pensé o soñé que estabas en casa y te pensé o soñé como eras hace mucho bajo un cielo que era también como hace mucho esas cosas de hombre de niño que uno tiene te soñé como eras cuando yo no era éste y te pensé después y anduviste girando en mi cabeza durante todo el día... | |
de José Antonio Cedrón en la voz de José Antonio Cedrón |
Ayer te vi en la calle, Myriam, y te vi tan bella, Myriam, que (¡Cómo te explico qué bella te vi!) Ni tú, Myriam, te puedes ver tan bella ni imaginar que puedas ser tan bella para mí. Y tan bella te vi que me parece que ninguna mujer es más bella que tú... | |
de Ernesto Cardenal por Ernesto Cardenal |
Ayer, encima de ese avión que me trajo del otro lado, miré largo el piedrerío: cumbre y cumbre, abismo y más abismo. Pensé, ¡qué raro!, ¿Quién habrá inventado que somos necesariamente dos, los de aquí y los de allá? Por lo menos el Hado no lo dice... | |
de Gonzalo Rojas por Gonzalo Rojas |
Azahares y glicinas, flores que se deshacen, fueron las de mi infancia. Desde entonces la vida, como un pájaro, tiende su silencioso vuelo hacia el final del aire deshaciendo cristales. Pero los sueños vuelven y vuelve la fragancia de las flores de antes. Todo vuelve a ser antes cada vez que lo canto... | |
de Horacio Esteban Ratti en la voz de Conchita Fernández |
Azul... azul... azul estaba el cielo. El hálito quemante del estío comenzaba a dorar el terciopelo del prado, en donde se remansa el río. A lo lejos, el humo de un bohío, tal de una novia el intocado velo, se alza hasta perderse en el vacío con un ondulante y silencioso vuelo... | |
de Julio Flórez en la voz de Víctor Mallarino Colaboración: Álvaro Castaño Castillo, fundador y director de la emisora HJCK |