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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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2272 poemas con la letra "e"

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Era la noche de mi casamiento... de Marosa di Giorgio
Era la noche de mi casamiento. Aunque, asombrosamente, los preparativos hubieran empezado años antes; antes de que yo naciese, antes de las bodas de mis padres. Pero, esa noche, bajo los dorados soles, y entre las berenjenas, que de tan azules, daban resplandores rojos, ...
Soneto. Era la Poesía como la luz del viento... de León de Greiff
Era la Poesía como la luz del viento cuando discurre —sordo—, cuando divaga —ciega—. Símbolo puro del infinito dentro del momento y de lo efímero que dura y perdura y que se vá y que nunca llega. Era la Poesía como campo reseco tras la siega como el océano después...
La siesta de María Eugenia Caseiro
Era la siesta en el verano a la hora sublime el claro para huir, la mansedumbre. En el jardín los lirios y un dulzor de medio día brotando del laurel en la vereda. Era en el transcurso la callada voz del centro que pugnaba en la cocina un tiempo de parálisis y en el sueño el laberinto con viejas ciudadelas sin reloj. ...
Breve elegía de Baldomero F. Moreno
Era la sombra del amor, la sombra del amor: no pudo ser. Ya pasó por mi vida otro dolor, ya pasó otra mujer. No era su pecho mi cabezal, no eran sus manos las guiadoras por el camino triste y fatal. No era el consuelo para mis horas, no era la fuentepara beber, ni el tronco ...
Cinquena elegia de Agustí Bartra
Era l’autumne dels llops. A les secretes cruïlles la nit armava el sanglot sota mil flagells de vidre, i l’esparracada boira, jaguda sobre l’ampit d’un pont d’ombra tremolosa, com una vella florista llançava a les aigües somes ses violetes humides… Era l’autumne, a París. La mort duia...
Quesia de Antonio Martínez Sarrión
Era mansa, algo necia y se aovillaba casi reciennacida en la caja de dulces con un retal de fieltro a guisa de colchón. Luego exploró la casa miedo a miedo hasta imponer su ley a las butacas. Acabó en trapecista y más de dos estores hubo que desechar. Su estilo dio en precioso ...
Mutis de Leopoldo María Panero
Era más romántico quizá cuando arañaba la piedra y decía por ejemplo, cantando desde la sombra a las sombras, asombrado de mi propio silencio, por ejemplo: hay que arar el invierno y hay surcos, y hombres en la nieve Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde las esquinas ...
Era mi amiga de José Angel Buesa
Era mi amiga, pero yo la amaba yo la amaba en silencio puramente, y mientras sus amores me contaba yo escuchaba sus frases tristemente. Era mi amiga, pero me gustaba y mi afán era verla a cada instante. Nunca supo el amor que yo albergaba porque siempre me hablaba de su amante. ...
Soneto III de Carlos Pellicer
Era mi corazón piedra de río que sin saber por qué daba remanso, era el niño del agua, era el descanso de hojas y nubes y brillante frío. Alguien algo movió, y se alzó el río. ¡Lástima de aquel hondo siempre manso! Y la piedra lavada y el remanso liáronse en sombras de esplendor sombrío. ...
Era mi corazón piedra de río... de Carlos Pellicer
Era mi corazón piedra de río que sin saber por qué daba remanso, era el niño del agua, era el descanso de hojas y nubes y brillante frío. Alguien algo movió, y se alzó el río. ¡Lástima de aquel hondo siempre manso! Y la piedra lavada y el remanso liáronse en sombras de esplendor...
Era mi dolor tan alto de Manuel Altolaguirre
Era mi dolor tan alto que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura. ¡Qué pequeños resultaban los hombres que iban conmigo! Crecí como una alta llama de tela blanca y cabellos. Si derribaran mi frente los toros bravos saldrían, luto en desorden, dementes, contra...
Era mi dolor tan alto de Manuel Altolaguirre
Era mi dolor tan alto, que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura. ¡Qué pequeños resultaban los hombres que iban conmigo! Crecí como una alta llama de tela blanca y cabellos. Si derribaran mi frente los toros bravos saldrían, luto en desorden, dementes, ...
Ya se por que es Dolora a Elmira de Manuel Acuña
Era muy niña María, todavía, cuando me dijo una vez: -Oye, por que se sonríen las flores tan dulcemente, cuando las besa el ambiente sobre su aromada tez? -Ya lo sabrás mas delante niña amante, le contesté yo, y una mañana, la niña pura y hermosa, al entreabrir una rosa me dijo: ...
Plátanos en el Main de Enzia Verduchi
Era otoño en Francfort y la primera visión del río fue un cuerpo ahogado en su sed. Juraste que los árboles aledaños al Main se llamaban plátanos y eran sus hojas las que se arremolinaban en ese cuerpo. Y a espaldas de esa premonición recorrimos los adoquines del Römer insensibles ...
El vigilante de la nieve (XI) de Antonio Gamoneda
Era sagaz en la prisión del frío. Vio los presagios en la mañana azul: los ga- vilanes hendían el invierno y los arroyos eran lentos entre las flores de la nieve. Venían cuerpos femeninos y él advertía su fertilidad. Luego llegaron manos invisibles. Con exacta dulzura, asió la mano de su ...
Era también de fuego... de Rubén Bonifaz Nuño
Era también de fuego: sobre el tizón, hirientes, casi diáfanas violetas duras a los ojos, coronadas de oro. De esto era, de esto se construía bajo el humo. También como de alas en asalto; pluviales hojas enjambradas, arboladuras de reloj a vela. Y en vela yo, sumiso y vigilante...
La bella de los lunares (Poema arabigoandaluz) de Abu Ahmad ben Hayyun
Era tan blanca, que la juzgarías una perla que se fundía, o estaba a punto de fundirse, con sólo nombrarla. Pero tenía las dos mejillas blancas como el alcanfor- puntuadas de almizcle. ¡Encerraba toda la beldad y aun algo más! Una vez que sus lunares se hubieron metido en mi corazón ...
Todo se deja, así (fragmentos) de Carmen Alardín
Era todo tan leve como el punto más liviano del sol cuando amanece. Era todo tan suave como el higo picoteado de pájaros con sueño. Era luz que se quiebra en tu sonrisa suspendiendo sus frutos en la sombra. Era todo tan tenue que cabía en un adiós o en una bienvenida. Era todo tan tuyo ...
Era un aire suave... de Rubén Darío
Era un aire suave, de pausados giros; El hada Harmonía ritmaba sus vuelos; É iban frases vagas y tenues suspiros Entre los sollozos de los violoncelos. Sobre la terraza, junto á los ramajes Diríase un trémolo de liras eolias Cuando acariciaban los sedosos trajes Sobre el tallo erguidas ...
El caballo rojo de Efraín Huerta
Era un caballo rojo galopando sobre el inmenso río. Era un caballo rojo, colorado, colorado como la sangre que corre cuando matan a un venado . Era un caballo rojo con las patas manchadas de angustioso cobalto. Agonizó en el río a los pocos minutos. Murió en el río. La noche fue su tumba. ...
Metamorfosis de Luis G. Urbina
Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tenía la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de una ave en agonía. Y sucedió que un día, aquella mano suave de palidez de cirio, de languidez de lirio, de palpitar de ave, se acercó tanto a la prisión del beso, que ya no pudo más ...
Enumeraciones de Luis Eduardo Rivera
era un cuarto desnudo cuarto de rato con sus cuatro paredes pringadas de gemidos eran cuatro paredes impasiblesy sucias de tanto ocultar el amor a hurtadillas era una fría mesa sin sentido un banco un rollo de toilet ya prostituido y un gasneón insolente era una cama ocupaba ...
Era un día de visitas... de Marosa di Giorgio
Era un día de visitas. La niña trajo en la cabeza un moño de organdí blanco, que al caer de la tarde se fue poniendo celeste, para recuperar en la noche su deslumbrante blancura. La niña no decía nada; estaba fija; sólo “si” y “no”, de vez en cuando; las tazas y las copas...
La canción del mendigo ciego de Espido Freire
Era un día y una noche desapareció engullida por las aguas. Las algas flotaban cenicientas Sobre el revuelto mar de lodo. De nada le sirvieron sus riquezas, los agujeros de cobre y estaño, el yacimiento eterno de ámbar, las minas de sal que le dieron el...
Era un espejo antiguo... de William Johnston
Era un espejo antiguo donde una niña se rió por verse doble, una dama se retocó el sombrero antes de salir, una mujer leyó ante él la carta de la desaparición de su marido, muerto en la guerra de Crimea, en cumplimiento del deber. Era un espejo antiguo donde una vieja dama se abanica...
Del mancebo que se quería casar con tres mujeres de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
Era un garçón loco, mançebo bien valiente, non quería cassarse con una solamente, sinon con tres mugeres: tal era su talente; porfiaron en cabo con él toda la gente. Su padre e su madre e su hermano mayor afincáronle mucho que ya, por su amor, con dos, que se cassase: primero con la menor ...
La rosa del jardinero de Hermanos Álvarez Quintero
Era un jardín sonriente; era una tranquila fuente de cristal; era, a su borde asomada una rosa inmaculada de un rosal. Era un viejo jardinero que cuidaba con esmero del vergel, y era la rosa un tesoro de más quilates que el oro para él. A la orilla de la fuente un caballero pasó, y la rosa dulcemente ...
Era un jardín sonriente de Hermanos Álvarez Quintero
Era un jardín sonriente; era una tranquila fuente de cristal; era, a su borde asomada, una rosa inmaculada de un rosal Era un viejo jardinero que cuidaba con esmero del vergel, y era la rosa un tesoro de más quilates que el oro para él. A la orilla de la fuente un caballero pasó, y la rosa dulcemente ...
El ladrón devoto de Gonzalo de Berceo
Era un ladrón malo que más querié furtar que ir a la eglesia nin a puentes alzar; sabié de mal porcalzo su casa governar, uso malo que priso, no lo podié dexar. Si facia otros males, esto no lo leemos, serié mal condempnarlo por lo que non savemos, mas abóndenos esto que dicho vos a vemos, ...
Supo de Jesús Munárriz
Era un obseso? Se sabía un genio y también que su mundo era de letras, solamente de letras. Supo perder el tiempo en su escritura, ganarlo línea a línea sin ni siquiera estar nunca...
El pobre caritativo (Milagro V) de Gonzalo de Berceo
Era un omne pobre qe vivié de raziones, non avié otras rendas nin otras funcïones fuera quanto lavrava, esto poccas sazones; tenié en su alzado bien poccos pepïones. Para ganar la Gloriosa qe él mucho amava, partiélo con los pobres todo quanto ganava; en esto contendié e en esto...
Nada de Carlos Pezoa Véliz
Era un pobre diablo que siempre venía cerca de un gran pueblo donde yo vivía; joven rubio y flaco, sucio y mal vestido, siempre cabizbajo... ¡Tal vez un perdido! Un día de invierno lo encontramos muerto dentro de un arroyo próximo a mi huerto, varios cazadores que con sus lebreles ...
Ocaso de Manuel Machado
Era un suspiro lánguido y sonoro la voz del mar aquella tarde... El día, no queriendo morir, con garras de oro de los acantilados se prendía. Pero su seno el mar alzó potente, y el sol, al fin, como en soberbio lecho, hundió en las olas la dorada frente, en una brasa cárdena deshecho. ...
Era un viento infantil... de Pedro Piccatto
Era un viento infantil, era una aurora en alas, era una prisa pura y sin deleite, era un dibujo hablando para el agua, era el agua tocada y no tocada, el agua sin comienzo, azul, velada, el agua...
casa de niebla de Blanca Mateos
era una casa de niebla en la cima de la nada con sus muros de basalto y al dintel la madrugada cuántos placeres nos daba reír con la luna blanca jugando a las escondidas con las horas que danzaban era una casa de niebla ahí en la cima y en la nada casa niña de inocencia ...
Hortensias en la misa de Marosa di Giorgio
Era una casa sola con el techo a dos aguas y un gran hueco en el centro, una casa posmoderna(…) y un gran ribete de hortensias (éstas agigantadas y en un pardo azul; o blancas, o de color de rosa como azaleas y lloviznas). Señora Dinorah la bordeó de noche casi sonriendo. Entonces, apareció...
Era una fiesta bajo las lunas rojas... de William Johnston
Era una fiesta bajo las lunas rojas de farolitos chinos donde la brasa de los cigarros eran noctilucas a la deriva de la brisa en una noche de mayo. Era una fiesta donde una mujer se encontró con quien había compartido su vieja historia de una noche en un hotel...
Sin llaves y a oscuras de Fabián Casas
Era uno de esos días en que todo sale bien. Había limpiado la casa y escrito dos o tres poemas que me gustaban. No pedía más. Entonces salí al pasillo para tirar la basura y detrás de mí, por una correntada, la puerta se cerró. Quedé sin llaves y a oscuras sintiendo las voces de mis vecinos ...
El vigilante de la nieve (X) de Antonio Gamoneda
Era veloz sobre la yerba blanca. Un día sintió alas y se detuvo para escuchar en otra edad. Ciertamente, latían pétalos negros, pero en vano: vio a los duros zorza- les alejarse hacia ramas afiladas por el in- vierno y volvió a ser veloz sin destino.
Inscripción a la puerta de un cementerio en medio de la niebla de Márgara Russotto
Éramos como ustedes seréis como...
Oración por el hijo que nunca va a nacer de Luis Rogelio Nogueras
Éramos tan pobres, oh hijo mío, tan pobres que hasta las ratas nos tenían compasión. Cada mañana tu padre iba a la ciudad para ver si algún poderoso lo empleaba -aunque tan sólo fuera para limpiar los establos a cambio de un poco de arroz-. Pero los poderosos pasaban de largo ...
Charada de José Zacarías Tallet
Eran cuatro caballos y los cuatro de lana, eran cuatro caballos debajo de la cama. En el zurrón llevaba las alas un pastor, en el zurrón llevaba las alas y eran dos. Saltaba por el campo un grillo malojero, saltaba por el campo con zancos verdinegros. En el cielo reía una nube...
Eran dos hermanas de Enrique González Martínez
Eran dos hermanas, eran dos hermanas tristes y pálidas Venía una de ellas de tierras lejanas trayendo en sus hombros un fardo de nostalgias, siempre pensativa, callada, con los ojos vueltos hacia el infinito, los ojos azules de pupilas vagas por los que en momentos hasta parecía salírsele el alma. . . ...
Destrucciones de Yolanda Pantin
Eran las siete y media de la noche cuando la selección de España goleaba por quinta vez a Dinamarca En realidad no era muy importante sólo que mi hijo/ de nueve años estaba felíz Ya habíamos apostado/ en mi contra tres puntos a uno Entonces sonó el teléfono No sé qué decir/ perdóname ...
Cañal en flor de Alfredo Espino
Eran mares los cañales que yo contemplaba un día (mi barca de fantasía bogaba sobre esos mares). El cañal no se enguirnalda como los mares, de espumas; sus flores más bien son plumas sobre espadas de esmeralda... Los vientos-niños perversos- bajan desde las montañas, y se oyen...
El dío de Jesús Munárriz
Eran muchos los dioses. Los judíos los redujeron a uno. Los cristianos lo usaron, lo royeron. Los filósofos lo dieron por difunto. Los banqueros le financiaron la resurrección: sólo un dios, el dinero, nuevo...
De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios (XIX) de Francisco Hernández
Eras dos, Robert Schumann, dos gemelos distintos en un solo cerebro verdadero. Uno quería que tu corazón se enterrara dentro de un violín y el otro que se sembrara en una maceta. Uno quería que tu mano derecha se sepultara dentro de un clavicordio y el otro que se guardara ...
Retornos del amor tal como era de Rafael Alberti
Eras en aquel tiempo rubia y grande, sólida espuma ardiente y levantada. Parecías un cuerpo desprendido de los centros del sol, abandonado por un golpe de mar en las arenas. Todo era fuego en aquel tiempo. Ardía la playa en tu contorno. A rutilantes vidrios de voz quedaban reducidos las algas, ...
Toro en el mar (Elegía sobre un mapa perdido) (3) de Rafael Alberti
Eras jardín de naranjas. Huerta de mares abiertos. Tiemblo de olivas y de pámpanos, los verdes cuernos. Con pólvora te regaron. Y fuiste toro de fuego. De: Entre el clavel y la espada
Niño de ayer de Claudia Lars
Eras niño de niebla casi en la nada; nombre de mi sonrisa detrás del alma. Y era un barco dichoso de tanto viaje y un ángel marinero bajo mi sangre. Subías como el lirio, como las algas; en tu peso crecía la madrugada. Y alzando el aire joven sus ademanes ya marcaba tu fuerza ...