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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Anciana en Recoletos de Sagrario Torres
En el pico de un banco está sentada. No quiere molestar. No mira al frente. No la turban los ruidos ni la gente. La tela que la cubre está gastada. Es blanca su cabeza mal peinada. Veo de su perfil sólo un pendiente, y un zapato sin brillo, indiferente a la media tupida y descolgada. ...
El Dominus tecum, o la beata y el fraile de Bartolomé José Gallardo
En el pío ejercicio de domarle la carne a una beata, el reverendo padre fray Sulpicio, práctico medicante de estos males, la hacía cala y cata, sabiendo, por el uso de su oficio, que el cuidado primero en casos tales siempre ha de ser descabezar el vicio. Érase el reverendo un frailejón tremendo, ...
Construir de Tatiana Oroño
en el polvo cimentar en la lava excavar en el aire apuntalar en punto imaginario sostener la mirada contener el aliento levantar el andamio. De: Morada móvil
Génesis de Juan Pablo Riveros
En el principio fue la luz o el hielo. Sólo después amaneció la nieve. Y durante millares de años, sin prisa, con controlada paciencia. Como acogemos a un ser largamente esperado, un copo de nieve hospedó a otro. Sin osos, sin ártico, y rodeada sólo ...
En el principio de Carlos Sahagún
En el principio, el agua abrió todas las puertas, echó las campanas al vuelo, subió a las torres de la paz eran tiempos de paz-, bajó a los hombros de mi profesor -aquellos hombros suyos tan metafísicos, tan doctrinales, tan florecidos de libros de Aristóteles-, bajó a sus hombros, ...
Ruedo de José María Hinojosa
En el pueblo, el ruedo es la bandera del tiempo. Pegujal, rastrojo y barbecho. Hazas de colores son cercas del pueblo. Hazas rodeadas de un verde gris inmenso, mientras pasa el pegujal, el rastrojo y el barbecho.
Europa: Puerto sin mar de Carmen Boullosa
En el puerto, un bosque de containers reemplaza a las gaviotas, y los perros husmeando en los basureros, a los osos, atados a una cuerda, bailando al tambor también esclavo. ¿Dónde están las prostitutas que los marinos buscan, las meretrices de espaldas desnudas, ...
El vampiro de Delmira Agustini
En el regazo de la tarde triste yo invoqué tu dolor...Sentirlo era ¡sentirte el corazón! Palideciste hasta la voz, tus párpados de cera bajaron...y callaste...Pareciste oír pasar la Muerte...Yo que abriera tu herida mordí en ella -¿me sentiste? ¡como en el oro de un panal mordiera! ...
En el rigor del vaso que la aclara... (Muerte sin fin) de José Gorostiza
En el rigor del vaso que la aclara, el agua toma forma ciertamente. Trae una sed de siglos en los belfos, una sed fría, en punta, que ara cauces en el sueño moroso de la tierra, que perfora sus miembros florecidos, como una sangre cáustica, incendiándolos, ay abriendo en ellos] ...
La música de Luis Vidales
En el rincón oscuro del café la orquesta es un extraño surtidor. La música se riega sobre las cabelleras. Pasa largamente por la nuca de los borrachos dormidos. Recorre las aristas de los cuadros ambula por las patas de los asientos y de las mesas y gesticulante y quebrada ...
Mi jardín de los suplicios de Ana Rossetti
En el rincón secreto, bajo el árbol, despacio, muy despacio, desataste mis trenzas y luego, impetuoso, porque yo sentí frío y terca me negaba, arrancaste mi ropa. Con cíngulo de larga enredadera la deslucida organza que sirviera de colcha a la cuna común, experto me ceñiste. En la callada hora, ...
En el ruedo agitado... de Roxana Crisólogo Correa
En el ruedo agitado de idas y vueltascontrariada pesca sin fin milagrosa en el umbral del lago en la iglesia ortodoxa todos de pie evocan esa humilde casa de huérfanos en Iráq cuántos olores oscilan en el astillero para reconciliarse recuerdo la oscuridad mellada por el paso de las botas ...
Los días de la Inocencia de Marita Troiano
En el sesentidos éramos pocos en Chincha La moral era clara Nos conocíamos todos por nombresapellidos Por signos Por orígenes Algunos viejos rechazaban la costumbre de vivir Y otrosiban lento por las horas Con sus libros cabalgando en los bolsillos Con retazos de sol entre las manos ...
Yo, Sándalo de Walter Morán
En el silencio de las rosas reposan tus deseos. Donde aprendieron a llorar los sauces surge el rastro de tus pestañas y el borde de tus labios. Yo, sándalo anhelo ungirte. (De: Flor profunda)
La luna y la rosa de Miguel de Unamuno
En el silencio estrellado la Luna daba a la rosa y el aroma de la noche le henchía -sedienta boca- el paladar del espíritu, que adurmiendo su congoja se abría al cielo nocturno de Dios y su Madre toda... Toda cabellos tranquilos, la Luna, tranquila y sola, acariciaba a la Tierra con sus cabellos ...
El pájaro de Octavio Paz
En el silencio transparente el día reposaba: la transparencia del espacio era la transparencia del silencio. La inmóvil luz del cielo sosegaba el crecimiento de las yerbas. Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras. El tiempo en el minuto se saciaba. En la quietud absorta ...
En el siniestro brazo recostada (soneto) de Luisa de Carvajal y Mendoza
En el siniestro brazo recostada de su amado pastor, Silvia dormía, y con la diestra mano la tenía con un estrecho abrazo a sí allegada. Y de aquel dulce sueño recordada, le dijo: El corazón del alma mía vela, y yo duermo. ¡Ay! Suma alegría, cuál me tiene tu amor tan traspasada. ...
Cármides (V) de Carlos Barbarito
En el sitio de las olas, pozo. Barco de frágiles vértebras, donde existo. Se hiela la memoria al borde de un seno oscuro, ciego. Exilio. Quien come siente culpa. Quien ayuna ve caer el cielo de a pedazos. Entonces, ¿ya se dijo todo, historia: menos que bestia, espantajo? ...
Recuperar la voz de Enrique Jaramillo Levy
En el solo espacio abierto congregarla -mi poesía-, rescatando alientos y quebrantos que viejas o inéditas aletean aún porque todavía significan -al menos para el hombre diferente/igua al que sigo siendo. Retomarla desde la óptica del más reciente cuándo y del adónde enexorable ...
Primicia del beso y del olvido de Ariel Montoya
En el sorteo de esta alegría portando gaviotas, tronchando hileras de nostalgia como bosques indolentes, tu mirada volvió con la marea. Qué memoria la de mis oídos descifrando los rumores del abuso de tu ausencia, envuelta en las tintorerías de tu soledad. Has vuelto, ...
En el sueño... de Antonio Porchia
En el sueño eterno, la eternidad es lo mismo que un instante. Quizá yo vuelva dentro de un instante.
En el sueño la imagen de Eduardo Langagne
En el sueño la imagen se advierte en blanco y negro; es un espacio incierto, igual que las palabras. Los ojos adivinan de aquel cuerpo el contorno, las sombras, los oídos. Los odios dan aromas. El que sueña no sabe por que tanto alboroto: quién penetra, perturba, perpetra, ...
Modos de morir de Abel G. Fagundo
En el surco el labrador acude a su existencia, es sólo un rostro tenue una felicidad imprecisa. Todo el destino habita en sus semillas, el reino, la armonía. Lo enterrarán al pie de la arboleda junto a la mala hierva. No iremos a su entierro, en la ensalada de las tardes hemos comido poco ...
Interiores (I) de Jaime Siles
En el tacto interior de esas gaviotas hay un eco de sombras que conduce a una intemperie toda de cristal. Lo que el aire levanta es su presencia que, en un compás de luces, se diluye hacia una abierta y sola identidad. ¡Qué profundo interior éste del aire, cuyas formas modulan su no ...
Estrella en alto de Efraín Huerta
En el taller del alma maduran los deseos, crece, fresca y lozana, la ternura, imitando tu sombra, inventando tu ausencia tan honda y sostenida. Hoy te sueño, amante: estrella en alto, huella de una violeta lenta. Oscuramente bella la soledad germina en torno de mi cuerpo. Hoy te sueño, amante:. ...
Dos girasoles sobre el asfalto de Damaris Calderón
En el terminal de ferrocarriles sentada con mi madre dos girasoles sobre el asfalto. Su mano borra todo sucio paisaje. Nunca he comido sino de esa mano nunca sino de ese fruto macerado. Me enseñabas un sendero para que no me extraviara. Y siempre regreso, pequeño afluente, ...
En el tiempo... de Nohemí Sosa
En el tiempo del sentido común veo estallar un torito* en círculos de fuego anhelo ese incendio que lucen los flamboyanes me acerco al sótano de las golondrinas para contemplar el terror del abismo es ciertoestoy convencida la soledad es mi perseguidora más tenaz ...
Romances (Rodrigo de Narváez guarda la frontera)(I) de El Abencerraje
En el tiempo que reinaba el Infante don Fernando, que del reino de Aragón fue después Rey coronado, en España residía un caballero esforzado, que Rodrigo de Narváez fue de su nombre llamado, que a todos los de su tiempo en valor se ha aventajado; y entre las cosas que hizo ...
Ecuación de primer grado con una incógnita de José Emilio Pacheco
En el último río de la ciudad, por error o incongruencia fantasmagórica, vi de repente un pez casi muerto. Boqueaba envenenado por el agua inmunda, letal como el aire nuestro. Qué frenesí ek de sus labios redondos, el cero móvil de su boca. Tal vez la nada o la palabra inexpresable, ...
Quince (15) de Roberto Appratto
En el Uruguay, en el Uruguay, la literatura es igual al Uruguay. Permanece, perenne, establece: rostros aparentemente animados, en el tardecer, repasan: ya no hay aquel humus, aquéllas eran clases. Sin embargo, cientos de teclas repiten al unísono la u de la literatura, ...
Poema LXI de Dulce María Loynaz
En el valle profundo de mis tristezas, tú te alzas inconmovible y silencioso como una columna de oro. Eres de la raza del sol: moreno, ardiente y oloroso a resinas silvestres. Eres de la raza del sol, y a sol me huele tu carne quemada, tu cabello tibio, tu boca oscura y caliente aún como brasa. ...
Escritos en la piedra de Vicente Gerbasi
En el valle que rodean montañas de la infancia encontramos escritos en la piedra, serpientes cinceladas, astros, en un verano de negras termiteras. En el silencio del tiempo vuelan los gavilanes, cantan cigarras de tristeza como en una apartada tarde de domingo. Con el verano se desnudan ...
c- (de Urca*) de Graciela Cros
En el velo de Urca arde el deseo y una voraz quietud altera los acuerdos, su delgada rutinaY por último, el marque NO responde al NIÑO EXTRANJERO *Barrio de Río de Janeiro, Brasil
Viajes de Saúl Ibargoyen
En el viaje hacia el hambre en un fondo de sucias gelatinas habrán de aparecer tus dientes muertos. Allí quizás otra vez no crezcan las sílabas multitudinarias levantadas desde el barro por las fuerzas verdes del sol. Porque tus encías y el techo de tu boca envejecen con distinta velocidad que pelos y uñas usan para morir...
Igualdad de Mario Benedetti
En el viejo camposanto hay sepulcros fanfarrones criptas/ nichos/ panteones todo en mármol sacrosanto de harto lujo/ pero enc uanto a desniveles sociales/ en residencias finales como éstas / no hay secretos y los pobres esqueletos parecen todos iguales (De: La vida ese ...
Rescoldos de sentir de Gilberto Owen
En esa frente líquida se bañaron Susanas como nubes que fisgaban los viejos desde las niñas de mis ojos púberes. Cuando éramos dos sin percibirlo casi; cuando tanto decíamos la voz amor sin pronunciarla; cuando aprendida la palabra mayo la luz ya nos untaba de violetas; ...
Casas de agua 3 [la víbora] de María Elena Blanco
en esos climas los baños de azulejos son un témpano verde una pesadilla gótica la loca fantasía tirita entre el pudor y el champú en los ojos por la ventana alta la flor del flamboyán seduce a los insectos que vienen a morir entre los dedos de mis pies bajo la ducha y reaparecen ...
Las palabras de P′ang Yün (I) de Francisco Nájera
En esta cabaña de ancianos soy el más viejo, Soy el más pobre de todos. En esta cabaña no hay nada Y al abrir la boca sólo me repito - Nada. Nada. Es verdad. Hace tiempo tuve amigos. Los quise, es verdad, estuve con ellos. En armonía compartimos los díasy la soledad. Su luz ...
Luna de verano de Tomás Segovia
En esta calle a oscuras que boquea amordazada Bajo el negro sofoco Sólo la luna y yo Marcho hacia ella y retrocede Me quedo quieto y se detiene Atónita y curiosa Tan blanca tan redonda tan grande tan de hielo En la espesa engrura amroatada No sería creíble fuera de este momento ...
Amor inaccesible de Yanira Soundy
En esta cárcel de mi alma giro sin huellas. Soy la rosa ya palidecida, la hoja temerosa que tiembla entre tus alas, un nido vacío. Detrás de mí, están el suspiro largo y frío, una lejana música, ardida piel prohibida. Soy un amor de soledad, lleno de sombra, una fría ceniza de ilusión, ...
MCMLXXXIII/5 de José Antonio Cedrón
En esta casa alguien vivió antes, y antes. Dejó clavos de punta en las paredes la forma de sus manos en un viejo jabón olores a tabaco, en el lavadero sucio. Huellas poco confiables. Vivió esperando un ruido que lo llame desde el amanecer? Lo imaginó esperando? Lloró también de frente, ...
En esta casa... de José Antonio Cedrón
En esta casa alguien vivió antes. Dejó clavos de punta en las paredes la forma de sus manos en un viejo jabón olores a tabaco, el lavadero sucio. Huellas poco confiables. Vivió esperando un ruido que lo llame desde el amanecer? Lo imaginó esperando? Lloró también de frente, aquí, ...
Degustación de Gabriel Impaglione
En esta ciruela llena de corrientes de roble y de vainilla la evocación de tus labios su cereza ofrecida la persistencia del aire manso de tu boca. Poema proporcionado por el autor
Buscando tu saliva de Antonio Gamero
En esta constelación de gritos y en este vaivén de olas humanas y difusas, yo busco la corriente clara de tu saliva -ungüento iluminado de palabras y risas. Me quito la camisa, el miedo y los zapatos y subo por escalas de aire y nada para asaltar y desflorar la desnuda verdad de la esperanza. ...
A orillas del East River (I) de José Hierro
En esta encrucijada, flageada por vientos de dos ríos que despeinan la calle y la avenida, pisoteada su negrura por gaviotas de luz, descienden las palabras a mi mano, picotean los granos de rocío, buscan entre mis dedos las migajas de lágrimas. Siempre aspiré a que mis palabras, ...
Cuando el rojo se detiene de Fabricio Estrada
En esta esquina, el peón y en esta otra, la torre. Salto como un caballo al centro de la pista, me niego al juego a costa de volverme humano y atropellable. Con un pase de pecho, Evito la corneada del último auto y siguiendo el ritmo, giro en un torbellino de risa que apaga ...
Al primer poeta de Hungría de Jorge Luis Borges
En esta fecha para ti futura que no alcanza el augur que la prohibida forma del porvenir ve en los planetas ardientes o en las vísceras del toro, nada me costaría, hermano y sombra, buscar tu nombre en las enciclopedias y descubrir qué ríos reflejaron tu rostro, que hoy es perdición ...
Horas altas de José Emilio Pacheco
En esta hora fluvial hoy no es ayery aún parece muy lejos la mañana Hay un azoro múltiple extrañezade estar aquí de ser en un ahora tan feroz que ni siquiera tiene fecha ¿Son las últimas horas de este ayer o el instante en que se abreotro mañana? Se me ha perdido el mundo ...
La aljaba del viajero (IX) de Santos Domínguez Ramos
En esta noche de caballos negros que galopan furiosos y van rompiendo nubes con el sonido sordo que anuncia las tormentas, ser, como Ulises, nadie; y en alta mar sacarle la hiel al tiburón fogoso del recuerdo. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor
Tierra por cárcel de Vilma Vargas
En esta tierra donde debemos vivir otra alucinación vendrá después. Falta de cobijo, nuestra vida insepulta. Un pueblo calla sus muertos bajo la fuerza de algún resucitado. En está ciudad aguzada en la espera no debemos morir, en esta ciudad de cal nuestras manos se aferran al sol, ...