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listado de poemas en audio por primeros versos letra o

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211 poemas con la letra "o"

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Devocionario (fragmentos) de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Ó Dios, ó mi Dios, mira por mí, ¿porqué me has desamparado? Alejan de mí la salvación los clamores de mis delitos. Ó Dios mío, de dia clamaré y no me oirás: y de noche, y no podrán imputármelo á necedad. *** Como agua me he disüelto, y se descoyuntaron todos mis huesos. Hízose...
É tempo de sono (gallego) de Iria Fernández Silva
O meu traballo consiste en estar morta / en deixarse a pel na aperta / na saída / Vou ficar aquí / e coller as horas do teu ollar / Vou recoller sen permiso os versos / teus / que deixaches esquecidos na praia do meu cuarto / da miña alma / O azucre verte...
La nieve y el estambre de Hildebrando Pérez Grande
o nunca he visto la nieve que arde bajo la luna en las comarcas más oscuras de la tierra. Y si me preguntan qué flores he recogido en esta primavera les diría -sin tristeza- que ninguna. Yo nunca he visto la nieve ni te he llevado flores en esta primavera, sin embargo...
Visión del baño turco de Rodolfo Häsler
Ô parfum chargé de nonchaloir Charles Baudelaire Sólo una orden puede interrumpir la indolencia femenina, la fantasía del ojo que abarca la magnificencia del harén, el goce de la mujer con su turbante. La tibieza de los cuerpos descansa en una flor extraña en la visión de las más jóvenes ...
El doble dolor de Edel Morales
O poeta é um fingidor, leí una tarde en Pessoa, finge que es loa su loa, dolor su mismo dolor. Escribe siempre el clamor intenso de lo vivido: lo que quiso, lo perdido, el doble dolor que siente cuando finge...
O que foi passar a serra... de Alfonso X El Sabio
O que foi passar a serra e non quis servir a terra, é ora, entrant a guerra, que faroneja? Pois el agora tan muito erra maldito seja! O que levou os dinheiros e non troux os cavaleiros, é por non ir nos primeiros, que faroneja? Pois que ven coños pstumeiros, maldito seja! O que filhou gran ...
Yo quiero salir del mundo... de José Martí
o quiero salir del mundo Por la puerta natural: En un carro de hojas verdes A morir me han de llevar. No me pongan en lo oscuro A morir como un traidor; Yo soy bueno, y como bueno Moriré de cara...
Abre los ojos/Cierra los ojos (Acto de magia) de Delia Domínguez
O sea, entrecierra las vistas parada-sentada 100 años como abuela huilliche atizando la llama. Así el color de la memoria será un retrato desvaído de la in-memoria, un borrón afiebrado un cuento de revoltura entre vivientes y finados tu cuento. Por eso, abre los ojos / cierra los ojos vuélvete ...
Huevo de gallina soltera de Delia Domínguez
O sea, pura clara, imitación de huevo completo, huevo de utilería que nunca va a cuajar sin pasión ni calentura de nido nunca. Huevo de culebrón según la enciclopedia del campo, desvanecido ...
Oye… de Alfonsina Storni
o seré a tu lado silencio, silencio, perfume, perfume, no sabré pensar, no tendré palabras, no tendré deseos, sólo sabré amar. Cuando el agua caiga monótona y triste buscaré tu pecho para acurrucar este peso enrome que llevo en el alma y no sé explicar. Te pediré...
Sueño del marinero de Rafael Alberti
o, marinero, en la ribera mía, posada sobre un cano y dulce río que da su brazo a un mar de Andalucía, sueño en ser almirante de navío, para partir el lomo de los mares, al sol ardiente y a la luna fría. ¡Oh los yelos de! sur! ¡Oh las polares islas de! norte! ¡Blanca primavera, desnuda...
Balada inconclusa del hombre gentil de Antonio Armenteros Álvarez
O. A:Y. El diablo se ha metido en mi cabeza . Tal vez un aire solitario de Vivaldi sería la respuesta pero el hombre ocupa su lugar dentro del circo y juega decidido su poca suerte a los dados marcados de antemano. Apuesta su sonrisa a la moneda su voz en la moneda a la moneda todo el corazón ...
Cosas de Circe Maia
Objetos familiares en circulo se ofrecen Al ojo y a la mano silenciosos. Es un modo de trato sin palabras Cuando el lenguaje se nos traba y pesa —polvo de sin sentidos— Sobre las viejas voces ya gastadas Y envueltos como en una telaraña —gris sonido y triste negra...
Ecos de Gonzalo Osses – Vilches
Observa como se alejan... volando. Mira como regresan... humillados. Siente el dolor en sus rostros, la palabra que corre por sus venas, escucha su agonía eterna... No los toques; se pueden caer y se rompen no los llores no tiene sentido ellos no mueren Sólo observa como se alejan... ...
De la Serie Alma y Cristina (III) La reunión de Maya Islas
Observando la reunión desde afuera me recuerda el hundimiento del Titanic; quiero decir,lo rápido que desaparece la realidad. Además, porque Rose dijo en la película que: el corazón de una mujer contiene profundos secretos. Yo no sé si este juego de palabras como profundo ...
Los celos del sacerdote de Leopoldo Lugones
Obsta con densa máscara de seda el cruel carmín de tu inviolada boca, y la gran noche azul de tus pupilas, y el cielo de tu frente luminosa. Destrenza tus cabellos como un duelo sobre tu nuca artística, ¡oh, Theóclea! (tus largas trenzas peinadas por los besos de mi boca). ...
Noche de amor en tres actos de Julia de Burgos
Ocaso ¡Cómo suena en mi alma la idea de una noche completa en tus brazos diluyéndome toda en caricias mientras tú te me das extasiado! ¡Qué infinito el temblor de miradas que vendrá en la emoción del abrazo, y qué tierno el coloquio de besos que tendré estremecida...
Cantata a solas (42-Recitado) de Tomás Segovia
Ocioso entumecido Jornalero de amor desempleado Sólo despiertas ya brumosamente Cuando te atreves a mirar con vértigo El boquete abismal de lo perdido Qué hiciste pues de tu fortuna En qué usaste tus títulos de amor y de milagro Dónde has puesto las llaves de las arcas ...
Ocioso entumecido... de Tomás Segovia
Ocioso entumecido Jornalero de amor desempleado Sólo despiertas ya brumosamente Cuando te atreves a mirar con vértigo El boquete abismal de lo perdido Qué hiciste pues de tu fortuna En qué usaste tus títulos de amor y de milagro Dónde has puesto las llaves de las arcas ...
Olvido de mí de Lauren Mendinueta
Octubre ha llegado dominado por las lluvias, y los demás meses lo han seguido hasta aquí. De repente este amontonado tiempo lo llena todo, el verde de la casa, las sillas, la manta que cubre el piso cuando en el verano me recuesto a leer. En mí no es posible el abandono...
Octubre es el culpable de Silvia Elena Regalado
Octubre no fue un mes común de vientos y piscuchas encumbradas por cipotes. Octubre... derrumbó el silencio me conjuró mujer te hizo hombre nos desnudó el espacio de pretextos y el amor fue una batalla dulce de sudores. Octubre se disfrazó de junio, enero, marzo fluye en mis venas ...
Máscaras africanas (3) de Antonio Armenteros Álvarez
Octubre otoñal en su baño de sangre. Las víctimas coaguladas de miedo. Por no gritar, por no -envejecer-. Esa eternidad que nos destina en la costumbre. Tal como relatan los judíos en las sagradas escrituras. Nos salvamos. Nos salva: La belleza fiel del sufrimiento. ...
El olor del café de Carmen Feito Maeso
Octubre. Otoño las hojas se vuelven rojas, el color del otoño se acentúa en ellas. En la mesa del balcón viendo el nuevo octubre y saboreando el humeante café , oloroso café, el café. La conversación alrededor del café fluye intima. El amor de Octubre huele y sabe a café, dulce y tranquilo. ...
Cristales de Blanca Luz Pulido
Oculta en su prisión de sombras, labra la luz su sueño de constancia en los cristales. I El granate es un ejercicio de sangre derramada en el profundo mármol de tu cuello El granate y su memoria de opulencia son, en la enramada de tus venas, la herida luminosa de la tierra que se mira surgir, ...
El sexo de Alaíde Foppa
Oculta rosa palpitante en el oscuro surco, pozo de estremecida alegría que incendia en un instante el turbio curso de mi vida, secreto siempre inviolado, fecunda herida.
Oculto de Cintio Vitier
Oculto he sido y acunado por el mar cual si estuviera mi madre en otro iris, alhaja inmóvil de tristeza para el sol, que anocheciendo los fríos tulipanes del traspatio, me rodeaba de amargo alero al mediodía. Sin voz purpúreamente los muros y los lunes otorgáronme una pálida ...
Ocurre a veces de Juan Luis Panero
Ocurre a veces, en las calladas horas de la noche, al filo mismo de la madrugada, tras el telón caído de la euforia y del vino. Unos ojos parpadean, se abren, nos miran con su última transparencia y un instante a nuestro lado su doloros transcurrir, su apretado paisaje de ternura muestran, ...
Soneto para empezar un amor de Manuel Alcántara
Ocurre que el olvido antes de serlo fue grande amor, dorado cataclismo, muchacha en el umbral del egoísmo, ¿qué va a pasar? Mejor es no saberlo. Muchacha con amor, ¿dónde ponerlo?; amar son cercanías de uno mismo, como siempre, rodando en el abismo se irá el amor, sin verlo ni beberlo. ...
Ocurre de MANUEL ORESTES NIETO
Ocurre que estamos construyendo un monumento a la desmantelación y nada podrá impedir que el ruido de los demolidos caserones se escuche del otro lado del mundo y que el trazo de la ruta de los barcos y la estela marina de las motonaves señalen el sitio exacto donde no será posible olvidar. ...
Insecticida de Héctor Rosales
Ocurrimos cuando vencía el dilema, el acoso del desorden, las malas noticias. Nos bautizaron con un signo de interrogación en la frente baldía. En algunos casos amor encendió los signos por unos u otros extremos y el humo que se formó en el espiral...
Querida Olga: tu voz... de Luzmaría Jiménez Faro
Ódiame por piedad, yo te lo pido, ódiame sin medida ni clemencia. Odio quiero yo mejor que indiferencia, porque solamente se odia lo querido. Querida Olga: tu voz como una algaida contaminaba nuestros corazones y tu boca nos invitaba al odio. Desconocíamos esa feroz pasión ...
Ultimo ruego de Federico Barreto
Ódiame por piedad, yo te lo pido... ¡Ódiame sin medida ni clemencia! Más vale el odio que la indiferencia. El rencor hiere menos que el olvido. Yo quedaré, si me odias, convencido, de que otra vez< fue mía tu existencia. Más vale el odio a la indiferencia. ¡Nadie aborrece sin haber querido! ...
Norma y paraíso de los negros de Federico García Lorca
Odian la sombra del pájaro sobre el pleamar de la blanca mejilla y el conflicto de luz y viento en el salón de la nieve fría. Odian la flecha sin cuerpo, el pañuelo exacto de la despedida, la aguja que mantiene presión y rosa en el gramíneo rubor de la sonrisa. Aman el azul desierto, ...
Hora de la ceniza (III) de Roque Dalton
Odiar al amor la luna se me murió aunque no creo en los ángeles. La copa final transcurre antes de la sed que sufro. La grama azul se ha perdido huyendo tras tu velamen. La mariposa incendiando su color, fue de ceniza. La madrugada fusila rocío y pájaros mudos. La desnudez me avergüenza ...
Cuchillos en abril de Pere Gimferrer
Odio a los adolescentes. Es fácil tenerles piedad. Hay un clavel que se hiela en sus dientes y cómo nos miran llorar. Pero yo voy mucho más lejos. En su mirada un jardín distingo. La luz escupe en los azulejos el arpa rota del instinto. Violentamente me acorrala esta pasión ...
Tour de Margarito Cuéllar
Odio es el sitio, la tierra prometida. Nuestras armas: los dientes, afilados con pedernal. La mirada: cuchillos, dispuestos a dar el salto al más leve reflejo de la sombra. Las manos: animadas por su ejército darán la vida en caso necesario. El hígado: presto a fundirse, ...
Odio la máscara y vicio... de José Martí
Odio la máscara y vicio Del corredor de mi hotel: Me vuelvo al manso bullicio De mi monte de laurel. Con los pobres de la tierra Quiero yo mi suerte echar: El arroyo de la sierra Me complace más que el mar. Denle al vano el oro tierno Que arde y brilla en el crisol: A mí denme...
Cosima Wagner de Lucía Estrada
Ofreceré mis ojos al paso de la yegua nocturna, ofreceré mi fiebre, al arco de la medianoche; porque tú estás al fondo, porque es tu imagen la que se oculta bajo el yelmo. Una danza mortal en el vientre blanco de los sonidos que se cruzan. Somos ángeles enraizados allí donde nadie sueña. ...
Angélica contempla su obra de Rafael Gutiérrez
Oh AngélicAngélica a dónde me has conducido en este caliente y voraz embrollo de amor. Mírame. Pálpame. Acaso en este moreno fideo que soy, resbalando desnudo allí frente a la cama, de tronco casi invisible y tambaleante, reconoces al espumoso búfalo aquél ...
Oh aquellos días claros... de Alfonso Canales
Oh aquellos días claros de mi niñez, aquellos días entre jardines, entre libros y sueños, a qué poco han quedado reducidos: las piedras brillantes al sol alto del dulce mediodía -¡qué amarilla se ha puesto de aquel sol la memoria!-, las pequeñas calizas, los cuarzos y pizarras polvorientas, suaves, ...
Despertar español de Jorge Guillén
Oh blanco muro de España! Federico García Lorca ¿Dónde estoy? Me despierto en mis palabras, Por entre las palabras que ahora digo, A gusto respirando Mientras con ellas soy, del todo soy Mi nombre, Y por ellas estoy con mi paisaje: Aquellos cerros grises de la infancia, O ese ...
Oda al mal ciego de Pablo Neruda
Oh ciego sin guitarra y con envidia, cocido en tu veneno, desdeñado como esos zapatos entreabiertos y raídos que a veces abren la boca como si quisieran ladrar, ladrar desde la acequia sucia. Oh atado de lo que nunca fue, no pudo serlo, de lo que no será, no tendrá boca, ...
Tiranía de Pablo Neruda
Oh dama sin corazón, hija del cielo, auxíliame en esta solitaria hora con tu directa indiferencia de arma y tu frío sentido del olvido. Un tiempo total como un océano, una herida confusa como un nuevo ser abarcan la tenaz raíz de mi alma mordiendo el centro de mi seguridad. ...
En la brecha de José de Diego y Benitez
Oh desgraciado, si el dolor te abate, si el cansancio tus miembros entumece; haz como el árbol seco: Reverdece; y como el germen enterrado: Late. Resurge, alienta, grita, anda, combate, vibra, ondula, retruena, resplandece... Haz como el río con la lluvia: ¡Crece! y como el mar contra ...
Elegía de Jorge Luis Borges
Oh destino el de Borges, haber navegado por los diversos mares del mundo o por el único y solitario mar de nombres diversos, haber sido una parte de Edimburgo, de Zürich, de las dos Córdobas, de Colombia y de Texas, haber regresado, al cabo de cambiantes generaciones, ...
Invitación I de Ibn Sara As-Santarini
Oh diadema en la frente de la gloria, perla central en el collar de las nobles acciones, tú, cuyos beneficios se levantan como estrellas brillantes en el cielo de la prosperidad, las constantes lluvias nos incitan a buscar ese vino que se pasan los contertulios diciento tomatrae . ...
Aquél de Jorge Luis Borges
Oh días consagrados al inútil empeño de olvidar la biografía de un poeta menor del hemisferio austral, a quien los hados o los astros dieron un cuerpo que no deja un hijo y la ceguera, que es penumbra y cárcel, y la vejez, aurora de la muerte, y la fama, que no merece nadie, y el hábito de urdir ...
Corazones tatuados de Jorge Martillo Monserrate
Oh Dios atiende mis plegarias, escúchame, cree en mí. Sé que eres ruin, aún así envío mis plegarias a tus desdenes. Soy como el demente observando fantasmas que nada más él ve, así sin decir jamás una palabra, navegando...
Germinación (I) de Eunice Odio
Oh don, Oh don de sí, tu pelo albo discurso, designio azul, futuro de jacinto. Yo podría cantar una canción para que me sospechen de humo, en aire, y de animal tallado entre la espuma, en larga, leve, carcajada de arpa. Yo podría traer al corazón recuerdos como uñas cayéndose del alma. ...
L’escarrassada de Josep Carner
Oh dona que fas via només per corriol i carrerany que semblen secrets de pagesia, oh mai no desitjada sota l’ull d’or del dia, és d’escarràs ta feina i el teu vestit de dol. Solcada, arreu voreges els solcs del camperol. L’aire és feixuc. Cap fressa l’albada no congria. Si s’atardes...