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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Antigua tierra de Manuel Rico
En la región perdida que llamamos infancia, en ese territorio que viejas lluvias hunden en vagos claroscuros, dicen que desde siempre nos aguada, con ropa de domingo, una diosa cruel a quien llamamos dicha o felicidad, qué importa el nombre. Mantienes la conciencia de haber sido inquilino ...
Rosas de Jorge Luis Borges
En la sala tranquila cuyo reloj austero derrama un tiempo ya sin aventuras ni asombro sobre la decente blancura que amortaja la pasión roja de la caoba, alguien, como reproche cariñoso, pronunció el nombre familiar y temido. La imagen del tirano abarrotó el instante, no clara como un mármol ...
La pausa de Héctor Rosales
en la segunda puerta de casa de brazos cruzados y de pie esperando la muerte le telefoneo y aviso que llegaré tarde que no se preocupe que duerma me contesta: no me moveré de aquí mi pausa temblorosa y prolongada no sabe qué dec(...)ir...
Calendario de Roberto Obregón
En la semilla está la trayectoria del maíz, el ciclo de la cosecha. A los ojos del hombre, es una lágrima. Y en ella, una sonrisa amarga.
Pregón (María Sabina) de Camilo José Cela
En la serranía de Oaxaca Crece el hongo de fray Bernardino Los indios le dicen nanacatlh Y con él se emborrachan y cantan Los herejes los sabios los brujos Las leonadas galas del teyhninti La sangre del dulce sacrificio La sangre del ave de la selva La sangre del Ometepec ...
El festín de Baltazar de Alvaro Mutis
En la sombra de las altas salas de casta piedra, murmura aún la bestia del banquete su rezo interminable. Un quieto polvo reunido por los años, apaga la música de los amargos cobres que anunciaron las últimas palabras. Descansa su débil materia en el perfil de las bestias detenidas ...
Violencia de Hebert Abimorad
En la sombra de mi espejo se oyen palabras lejanas que suelo acallar ellas se retiran avergonzadas y corren es entonces que me arrepiento y las persigo pero nunca les doy alcance y no me queda más que el uso del silencio como medio de expresión que entonces guarda para sí ...
Ondas muertas de Manuel Gutiérrez Nájera
En la sombra debajo de tierra, donde nunca llegó la mirada, se deslizan en curso infinito silenciosas corrientes de agua. Las primeras, al fin, sorprendidas, por el hierro que rocas taladra, en inmenso penacho de espumas hervorosas y límpidas saltan. Mas las otras, en densa ...
Falso documental (a partir de “esta es la nueva canción de la que te hablé hace 20 años”, de BDB) de Luis Chaves
En la tele pasan un caballo que habla nuestro idioma. En la radio a un hombre que habla el idioma de los caballos. Lo cierto sucede en otra parte. El sol está quieto en un cielo sin nubes. Al balcón llegan pájaros a comer las migas de pan que tiré horas antes para que vinieran a alegrarme la mañana. ...
Apunte callejero de Oliverio Girondo
En la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa sobre las mesa. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana. Pienso en dónde guardaré ...
Habitación de los niños de Justo Navarro
En la tiniebla está perdido el viejo niño que se asustaba de lo oscuro: era su soledad de miedo puro, y a oscuras ni encontraba su reflejo en el espejo de su dormitorio. Un fantasma será: no duerme nunca, y huye del sueño, de la vida trunca de la noche sin fin, laboratorio de oscuridad ...
La tregua de Carlos Marzal
En la tiniebla urgente de esas casas que uno acaba pidiendo a los amigos; en asientos traseros de los coches, abusando de los malabarismos; en la frecuentación de los hoteles, tarde o temprano todos parecidos; sobre la arena tibia de la playam pasado ya esl peligro de ser vistos; ...
Venus de Rubén Darío
En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría. En busca de quietud, bajé al fresco y callado jardín. En el obscuro cielo, Venus bella temblando lucía, como incrustado en ébano en dorado y divino jazmín. A mi alma enamorada, una reina oriental parecía, que esperaba a su amante, ...
La hora es grande de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
En la vastedad congregada: tu nombre: fulgor en la mirada, aliento puro de lo innombrable que te nombra. Te mira el niño en el fondo del anciano, invisible en las visibles regiones de lo creado. Viento que mueve las sábanas del sueño, el tiempo eterno: silencioso poder de tu fijeza. ...
Desiertos y ángeles (5) de Belkys Arredondo Olivo
en la ventana la ciudad callada disfruta su vacío se sueña pájaro y aleteos de silencio agravan temperaturas al filo de los grillos se sueña pez y acuosa cristaliza las aceras mientras un rugido trae y retrae un arenar ignora ella lo que hace en la imagen móvil de la eterna inmovilidad ...
en la víspera de cualquier acontecimiento importante... de Jacqueline Goldberg
en la víspera de cualquier acontecimiento importante salvo la furia y mis desiertos defiendo a dentelladas el permiso de escapar por si me aburre la falta el periplo enmendado con que muchos pronuncian sus recovecos insisto en mis aplausos la tardanza que recoge migas síntomas ...
Extranjera en su patria de Rosalía de Castro
En la ya vieja baranda tapizada de hiedras y de lirios fuese a sentar callada y tristemente frente al templo antiguo. Interminable procesión de muertos unos en carne, otros en espíritu, vio poco a poco aparecer arriba del derecho camino, que monótono y blanco relumbraba igual que un lienzo ...
Son en el aire de Cecilia Bustamante
En las alturas andinas el aire es un cuchillo que nos empezó a templar. Altivamente soy de la puna como ese huayno que rueda entre las cabuyas, sobre los cactus florecientes, sobre la laguna deslumbrante y llega donde nace el río en un momento de amor. Por las quebradas con cariño ...
Grumete de Rafael Alberti
En las bodegas del buque, muerto y solo. ¿Quién será? ¿Qué nombre el suyo, marineros? ¡A tu tumba, cueva abierta de los mares! Noroeste. Noche fría. De: Marinero en tierra
En las cuadras del mar... de Blanca Andreu
En las cuadras del mar duermen términos blancos, la espuma que crepita, la droga hecha de liquen que mueve a olvidar: en los establos del mar reina la urraca, la intriga y la discordia, nueva versión del agua y del bajo oleaje, nueva versión del agua derramada desde todas las tierras ...
La aljaba del viajero (II) de Santos Domínguez Ramos
En las encrucijadas de Basora el viajero se adiestra en el hábito cruel de la renuncia, en curvas de laberinto o álgebra cifrada de los días. Vivir es desistir, es ir dejando en cada paso un fardo incierto de penumbras o luces que el futuro irá desmoronando por turbios albañales sin cielo ni horizonte. ...
Pastar en otro cuerpo de Angela Ibáñez
En las frías mañanas la ausencia se condensa En el aliento que empaña los recuerdos Como un resfriado de temporada. Las manos en los bolsillos buscan ayuda En los ojos la imagen fantasma del año pasa Junto a la puerta del trabajo los recuerdos Se amontonan, ...
Después de todo eras tú lo que yo buscaba de José Moreno Villa
En las letras de un cantoral, entre la retama y el jacinto serrano, en el ancho mar, en la taberna inquieta, en el fondo de la copa verde, después de todo eras tú lo que yo buscaba. Preguné muchas veces a las guías turísticas dónde suspira el lugarejo ignorado por la epopeya; ...
En las noches oceánicas... de Porfirio Barba Jacob
En las noches oceánicas de los campos de Cuba, muchachuela rural ha llamado a mi hombría; tiene las carnes fúlgidas, tiene los ojos bellos, desnuda muestra corales vivos ardiendo en sus mamelias... Colaboración: Hugo Vélez R.
Mis habitaciones de José Agustín Goytisolo
En las noches sin sueño; en esa hora de la rauda memoria que precede al olvido pasan por mi cabeza -como ante la pantalla de un cine desbocado- escenas gestos voces alegrías persecuciones himnos; pero de entre las cosas que vuelven desde el fondo sin límites del alma asoman su contorno ...
Voz interna de Manuel José Othón
En las noches tediosas y sombrías buscan su nido en mi cerebro enfermo, plegando el ala ensangrentada y rota, mis antiguos recuerdos. No vienen como alegres golondrinas de la rústica iglesia a los aleros, trayendo de la rubia Primavera las blandas brisas y los tibios besos. ...
Mar de Rafael Alberti
En las noches, te veo como una colgadura del mirabel del sueño. Asomadas a ella, velas como pañuelos me van diciendo adiós a mí, que estoy durmiendo. De: Marinero en tierra
Pomarrosas de José de Diego y Benitez
En las orillas de los viejos ríos, que llevan sus corrientes rumorosas por los bosques recónditos y umbríos, nacen las pomarrosas pálidas, escondidas y aromosas, lejos del sol, como los versos míos.... En el suelo feraz, que al agua inunda, yérguese el tronco en la raíz profunda, ...
Autumnal de Rubén Darío
En las pálidas tardes yerran nubes tranquilas en el azul; en las ardientes manos se posan las cabezas pensativas. ¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños! ¡Ah las tristezas íntimas! ¡Ah el polvo de oro que en el aire flota, tras cuyas ondas trémulas se miran los ojos tiernos y húmedos, ...
Retrato de mi padre, militante comunista de Jorge Teillier
En las tardes de invierno cuando un sol equivocado busca a tientas los aromos de primaveras perdidas va mi padre en su Dodge 30 por los caminos ripiados de la Frontera hacia aldeas que parecen guijarros o perdices echadas. O llega a través de barriales a las reducciones de sus amigos ...
En las tardes... de Víctor Sandoval
En las tardes, cuando los hombres besan a sus mujeres por las calles y se hacen el amor como jóvenes bestias. Cuando los que practican este duro oficio de inconformes convierten los cafés en las repúblicas del ocio y la utopía. Cuando se enciende en las ventanas el relámpago gris ...
La Zarza de Moisés (A tientas) de Pedro Jesús de la Peña
En las tinieblas de la Humanidad algunas luces encendidas: La luz de Buda, la de Cristo, el soñador Platón y el místico Averroes, San Francisco de Asís, nuestro San Juan, el sublime Quijote, el príncipe Bolkonski, San Oppenheimer y San Bertrand Russell y algunos pocos más. ...
Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad de Jorge Luis Borges
En las trémulas tierras que exhalan el verano, el día es invisible de puro blanco. El día es una estría cruel en una celosía, un fulgor en las costas y una fiebre en el llano. Pero la antigua noche es honda como un jarro de agua cóncava. El agua se abre a infinitas huellas, y en ociosas canoas, ...
A México de Juan de Dios Peza
En las últimas desgracias de España. Allá del revuelto mar Tras los secos arenales, Donde sus limpios cristales Las ondas van a estrellar, Donde en lucha singular Disputando a la Fortuna Las ciudades una a una, De sus guerreros el brío, Mostraron su poderío La cruz y la media luna; ...
En levitante exploración de un sueño... de Eleonora Requena
En levitante exploración de un sueño pacen en la charca mis escombros aúnan al clamor de estos desechos más sanguaza y ristras de improperios yerguen los guindajos de un dolor que bajo gasas es oculto a la mirada de un extraño Son estos despojos el festín de un buitre ...
Campo nuestro de Oliverio Girondo
En lo alto de esas cumbres agobiantes hallaremos laderas y peñascos, donde yacen metales, momias de alga, peces cristalizados; pero jamás la extensa certidumbre de que antes de humillarnos para siempre, has preferido, campo, el ascetismo de negarte a ti mismo. Fuiste viva presencia o fiel memoria ...
La voz del poeta de Miguel Labordeta
En lo alto del Faro, viendo ir y venir a las pobres gentes en sus navegaciones de un día. En lo alto del Faro, contemplando el abismo de las criaturas y el vértigo de los astros. En lo alto del Faro, escuchando llegar a los rostros futuros y oyendo en lo hondo de las aguas las voces ...
Puerta al tiempo en tres voces (III) de Luis Palés Matos
En lo fugaz, en lo que ya no existe cuando se piensa, y apenas deja de pensarse cobra existencia; en lo que si se nombra se destruye, catedral de ceniza, árbol de niebla ¿Cómo subir tu rama? ¿Cómo tocar tu puerta? Pienso, Filí-Mélé, que en el buscarte ya te estoy encontrando, ...
El fulgor (I) de José Ángel Valente
En lo gris, la tenue convicción del suicidio. El verano tenía la piel húmeda. Se pegaba secreta en los residuos del paladar la sed. Crecieron escondidas las arañas envolviendo la voz en improbables redes. Pálidos caían uno a uno los muñecos abatidos del alba. Acaso tú con lento amor ...
Premoniciones para finalizar el siglo de José Kozer
En lo más crudo del invierno de 1981 encontramos en el único tiesto vivo que quedaba en casa una violeta minúscula que en pleno día sin sol de sí arrojaba unas sombras numerosas que se esparcían por el techo y por todas las paredes de la sala, desaprecían por las cuarteaduras ...
El suéter de Fedorio de Ana Emilia Lahitte
En los bordes raídos del suéter de Fedorio se arremansa la vida y sus historias. Jamás me atrevería a proponerle restañar esos hilos desgastados reavivar los colores las zonas percudidas como un abecedario para ciegos. Quitárselo sería desollarlo. El suéter de Fedorio es una hogaza ...
Simón Carvajal de Jorge Luis Borges
En los campos de Antelo, hacia el noventa mi padre lo trató. Quizá cambiaron unas parcas palabras olvidadas. No recordaba de él sino una cosa: el dorso de la oscura mano izquierda cruzado de zarpazos. En la estancia cada uno cumplía su destino: éste era domador, tropero el otro, ...
en los cielos de mi existir... de Rogelio Guedea
en los cielos de mi existir dejaste de volar. desde mañana no te quise. desde mañana prometí que amor no hiciera heridas o levantara templos de amargura en mí. cárcel eterna era el tuyo amor para mis manos. esas edificadoras. esas que se levantan en pleno vuelo o caen. las que hicieron sembradíos ...
En los claustros, al norte de Manhattan... de Víctor Sandoval
En los claustros, al norte de Manhattan, existe un unicornio en cautiverio. Preso en los tapices franceses del siglo XVI, alanceado, mordido por los perros, golpeado por los amos de los perros, galopa entre los muros y se duerme de pie. Suena el cuerno de caza de Manhattan, el subway cuarteado ...
En los confines... de Margarita Laso
en los confines de nuestra selva un hilván de truenos jolgorio jolgorio bebes del jarro de una alfarera bebes y no derramas ni un sorbo de chicha de las hojas de plátano caen los líquidos que necesitamos gota a gota pegan el día con la noche sujetan la piedra a la mano que muele ...
Yo tengo de Elsa Wiezell
En los cuatro costados sacrificio y en la niñez una muñeca herida. Me empujaron los sueños en Septiembre y de golpe, con urgencia, conocí al hombre. Quise salvar el canto tímidamente y en la presencia del otoño levanté mi casa con dos ventanas de tronco y rocío.
Como tinaja de Gioconda Belli
En los días buenos, de lluvia, los días en que nos quisimos totalmente, en que nos fuimos abriendo el uno al otro como cuevas secretas; en esos días, amor en mi cuerpo como tinaja recogió toda el agua tierna que derramaste sobre mí y ahora en estos días secos en que tu ausencia duele ...
En los días de lluvia... de Neus Aguado
En los días de lluvia siento el reclamo de tu amor con esa nitidez del agua que limpia el verdor de los jardines y los hace nuestros y prodigiosos y quisiera ser por un momento tierra, para sentir el roce de tus pies desnudos en el jardín de las delicias prohibidas, y alzarme rosa para acariciar tu rostro. ...
Domingos de Alfonsina Storni
En los domingos, cuando están las calles del centro quietas, alguna vez camino, y las oscuras, cerradas puertas de los negocios, son como sepulcros sobre veredas. Si yo golpeara en un domingo de esos las frías puertas, de agrisado metal, sonido hueco me respondiera... . ...
El vendimiador a su amada de Manuel Magallanes Moure
En los frescos lagares duerme el zumo oloroso de las uvas maduras. Turbador, amoroso, es el vapor que sube de los frescos lagares. ¡Y tu aliento oloroso como los azahares! Ayer, cuando en la viña cogías los maduros racimos, yo observaba los finos, los seguros perfiles ...