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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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1790 poemas con la letra "e"

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Telenovela de Rosario Castellanos
El sitio que dejó vacante Homero, el centro que ocupaba Scherezada (o antes de la invención del lenguaje, el lugar en que se congregaba la gente de la tribu para escuchar al fuego) ahora está ocupado por la Gran Caja Idiota. Los hermanos olvidan sus rencillas y fraternizan en el mismo sofá; ...
Poema a mi Sobrenada de Gonzalo Arango
el sobretodo es mi mejor amigo bebemos vino de consagrar en los viñedos y nos emborrachamos, compartimos el amor con las mujeres. mi sobretodo es sensual y seductor. en la cárcel era un colchón en los prostíbulos era un refugio con las manos hundidas en los bolsillos que me salvaba ...
Paisaje de Piedad Bonnet
El sol de mediodía, su luz sonámbula, el recio azul del cielo tirante y sordo, el aire y su ondulante resplandor de hojalata, las vacas tardas, tontas, en el verde infinito, y las moscas zumbonas, tornasoladas, su círculo de muerte coronando el silencio; los ojos como espejos, ...
La parra de mi balcón de Miguel de Unamuno
El sol de otoño ciernes de mi alcoba en el ancho balcón, rectoral parra que de zarcillos con la tierna garra prendes su hierro. Y rimo alguna trova en ratos que el oficio no me roba a tu susurro, de esta tierra charra viejo eco de canción. No irán a jarra cual las que sufren del lagar la soba, ...
XI (acá el agua está muerta de verdad) de Daniel García Helder
El sol deformado tras un culo de botella en un cielo con emplomaduras sobre la cabecera del puente, negros los fierros, negra el agua, gris sucio el smog por toda conciencia fluctuando en la tibia compota otoñal. Fletar muertos de una orilla a otra la misión del botero, ...
Trabajar para la muerte de Idea Vilariño
El sol el sol su lumbre su afectuoso cuidado su coraje su gracia su olor caliente su alto en la mitad del día cayéndose y trepando por lo oscuro del cielo tambaleándose y de oro como un borracho puro. Días de días noches temporadas para vivir así para morirse por favor por favor mano tendida ...
Sueño de Juan Manuel Roca
El sol fulge entre la fronda Donde los niños duermen Y cruza bostezando un ángel rojo. Lejos, los patios de vecindad se llenan De gentes que remiendan el aire Con la aguja de su parla rumorosa. Alguien siembra un cortejo de astros. Entre sagrados juegos Y blancas catacumbas, ...
Cosas absurdas de Rosa Amelia Alvarado Roca
El sol me conoce bien sale cada mañana,pero se acuesta cuando yo quiero, a veces duerme al mediodía, a veces padece de insomnio, entra por la ventana con la familiaridad del dueño de casa, se mira largamente en el espejo, me sonríe,me hace un guiño, por un momento se queda ...
Desde la pupila del buitre (El sol nace...) de Johanna Godoy
El sol nace en la acera entre signos absurdos y muerte Luces desgarradas se precipitan en masa vociferante La muerte dice millones de flores Gusanos corrompen las sienes del que fue feliz Nadie calle para siempre En la boca de los muertos se fermenta la verdad
El sol nace en tu ingle de Ana Istarú
El sol nace en tu ingle, eleva con su esfuerzo de dios pequeñito la torre de tu cuerpo, grave como él, y leve. Su puño dorado va erigiendo tu pene (envidia del arcángel sin sexo a que atenerse) hasta alcanzar la punta de labio donde endulzas tu gota de varón y la sostienes, ...
Cinco haikús de Los haikús del tren de Eduardo Moga
El sol poniente orina óxido y oro. Un estornino. * Asperja rojos el cielo acuchillado. La luz se agrieta. * Bajo los álamos, las sombras amamantan grumos de nieve. * La tarde se hace metacrilato y sueño en el vagón. * Alguien bosteza ruidosamente. Fuera, una amapola. ...
Miami flamingo de Enzia Verduchi
El sol que baña la costa Florida no es el mismo que engarza en el sueño del niño. Flamingo de yeso y plástico, flamígera Habana Chica. ¿Se puede ser hipócrita a los seis años? La ilusión va en portalápices, en la bolsa sin fondo de mi madre, en las cachuchas beisboleras de los viejos ...
Temores de Juan Gelman
El sol que cunde ayuda cuando los fantasmas del mediodía aparecen. Temen por el futuro y se preguntan sobre su duración. No quieren irse, morirse de una vez. Prefieren la noche y la salpican con sangre. De: Valer la pena Volumen CDLXXVIII de la colección Visor de poesía VISOR LIBROS ...
Belleza del astrónomo de Vicente Quirarte
El Sol que nos alumbra no es un sol presente: ocho minutos tarda en llegar a la Tierra. Cuando dejas la casa la hermosura prospera: tu perfume en la cama lentamente madura como un sol generoso que en presente redime la pequeña hecatombe de la alcoba desierta, la memoria ...
El sol se había caído... de Norah Lange
El sol se había caído con las alas rotassobre un Poniente. Tus ojos se llenaron de crepúsculos pálidos. Vino el vacío eterno de tu presencia y todas mis horas se llenaron de distancias. Tus lágrimas se deslizan por la pendiente de un recuerdo. El rosario de tus besos ...
Santos Vega-2-La prenda del payador de Rafael Obligado
El sol se oculta: inflamado el horizonte fulgura, y se extiende en la llanura ligero estambre dorado. Sopla el viento sosegado, y del inmenso circuito no llega al alma otro grito ni al corazón otro arrullo que un monótono murmullo, que es la voz del infinito. Santos Vega cruza el llano, alta el ala ...
Guijarros de humedad (Haikus) de David Escobar Galindo
El sol se queja. Vidrios acribillados. La lluvia fue.* Cuando bajaba la tormenta en lo oscuro, yo sonreía.* Tierras quemadas. El río es una vena que llora, sola.* No es la ventana la que mira el paisaje. Es su memoria.* Salta las páginas el caballo desnudo del pensamiento.* Por si alguien ...
Mar de mediodía (II) (Los cuatro mares) de Enrique González Rojo
El sol tocó las aguas y acrecentó su canto. Esta ola viajera desparramó su música sobre la arena. La brisa y el calor mueven las hojas de la palmera. Los pájaros marinos callan, abochornados, sus confidencias. Una familia de tortugas sale a tomar el fresco a la ribera. Y tú, ...
Afrodita en el polvo de Jaime Labastida
El sol, colérico de sales, contra el agua arremete. Hermano con hermana se acarician. Y un cielo azul está (cubriéndola), encima de la tierra: hijos nosotros de esa feroz contradicción, las bestias. Pero de líquenes, de aceites, el cielo en la tierra se vacía. Cargada queda así, ...
Duodécima poesía vertical (29) de Roberto Juarroz
El soplo de luz, el temblor concentrado que brota de ciertos encuentros contradice a veces su propia brevedad y se extiende como una alquimia lenta por todo el resto de la vida. Poseer así para siempre algo que nunca se tuvo y nunca se tendrá, cambia la condición del hombre, modifica ...
El arca de los sueños (28) de Juana Rosa Pita
El sueño es como el amor un centro sin confines circulares carente de hemisferios:un pez inesperado en cuya boca se esfuman las ideas:un pez ensimismado en cuyos ojos se resuelve el océano (De: El arca de los sueños)
Nocturno 2-3 de Silvia Favaretto
El sueño nada es salvo una prueba general de la muerte. Pasamos buena parte de la vida perfeccionando la escena, hasta que, en un momento dado, nos sale bien. Tras el negro cielo hay un dios aburrido que nos espía a través de esos agujeros que creemos estrellas. ...
Páginas en blanco-IV-hatley red de Severo Sarduy
El sueño no: la pérdida. El blanco roedor, que ciega. Pierdo pie. Todo es compuerta. Mira: el muro sangra.
Maitines de Carmen Sánchez
El sueño parpadea en los ojos. Frágiles rudimentos de paloma me vuelven al deseo, a la reminiscencia de tu abrazo. A esta mañana atrio del día que aguarda, municipio del aire, hora primera. Loa a esta ciudad sombría y desvelada en que rostros sin rostro pasan y están soñando. ...
Ventanas de otros días (11) de John Freddy Galindo
El sueño poema y luz de la memoria fantasma de su cuerpo De: Ventanas de otros días
Poema 34 de Magali Alabau
El sueño recurrente. Llego a la isla. Un valle de mar rodeado por un muelle Oscuro el amanecer Un avión aterriza y deambulo buscando. Hay que montarse al avión. Se va. Busco a alguien no sé a quién El mar El avión arranca. Aterrada lo miro Sola en la isla, en un muelle ...
El suicidio primero de Camila... de Carmen Rosa Orozco
El suicidio primero de Camila fue oscuro sin voces imágenes o colores no fue cercano a la muerte no había pasillos o linderos nadie la llamaba ni ella misma se llamaba fueron días lo que durmió pero dónde estuvo Camila dónde estuve todo era oscuro por decir algo: sin ruidos no había nada ...
El super poeta zurita de Rodrigo Lira
el super poeta zurita se pasea como un cristo bizantino por las calles de santiago con el habla(mordiéndose la lengua) casi perdidaerguido el superpoeta es objeto, o tal vez víctima, por dos veces de sendos artículos en la dominical columna del padre valente, crítico literario del diario ...
Las praderas de Tilo Wenner
El tardío desplazamiento, un guijarro en las grandes praderas extendidas de la miel. .... Se va para todos lados - las hermosas caderas la mujer las aposenta en el desplazamiento. la muerte del guijarro cuando tu miel... y sigue cuando la gran falta desata sus motivos inmediatos ...
El tardo buey de Tirso de Molina
El tardo buey atado a la coyunda la noche espera y la cerviz levanta, y el que tiene el cuchillo a la garganta en alguna esperanza el vivir funda. Espera la bonanza, aunque se hunda, la nave a quien el mar bate y quebranta. Sólo el infierno causa pena tanta porque de él la esperanza no redunda. ...
Quédate con tu Borges de Nicanor Parra
él te ofrece el recuerdo de una flor amarilla vista al anochecer años antes que tú nacieras interesante puchas qué interesante en cambio yo no te prometo nada ni dinero ni sexo ni poesía un yogur es lo + que podría ofrecerte.
El teléfono de Luis Vidales
El teléfono es un pulpo que cae sobre la ciudad. Sus tentáculos se enredan en las casas. Con las ventosas de los tentáculos se chupa las voces de las gentes. De noche -se alimenta de ruidos. ...
El tenedor en el plato cla cla cla... de Esther Zarraluki
El tenedor en el plato cla cla cla se cuela de todas las ventanas. Las cosas se gastan por los cantos y ruedan escaleras abajo. En el hueco las niñas hacen casas y esperan. La hora es sabida y fría, corre por el pasamanos hasta la puerta, la cena y el sueño. Esperan. Saben que, ...
Año dos mil de Abel Sandoval Ormeño
El tesoro antiguo viene alumbrando sobre mi silencio. Voy clavando mi espuela en el patio oscuro. Salto en las madrugadas Abandonando mi manto. Escucho caer el agua sobre las mentiras sembradas de esperanza. Veo los hombres el tiempo parece verde. ( Siempre igual todos los años ) ...
Labios del Poniente (7) de Jorge Ernesto Olivera
el tiempo como luz en la noche atrapa efímeros golpes en grandes alamedas, inmensos parques avenidas de oscuros significados. mi viaje no termina al recorrer diez mil kilómetros, mi viaje es tarea agotadora, antípoda del mundo, mi viaje es frágil barca alojada en serena bahía, ...
el amor y los relatos de la revolución de Jorge Ernesto Olivera
el tiempo del amor se acaba como una hoja agrietada. y las historias de batallas que pueblan de héroes la revolución se encuentran en libros de relatosde magia sin par, repito: que las historias de amor se acaban cuando menos lo piensas igual que las batallas las victorias y la gloria. ...
Rostros del enigma de Ana Ilce Gómez
El tiempo es ese pequeñísimo espacio entre vos y yo. Igual que una hoja de gillette que tiene dos caras y ese único borde donde comienza el universo. De: Poemas de lo humano cotidiano Premio Nacional de Poesía Escrita por Mujeres Mariana Sansón del año 2004. Selección: Helena ...
La gran plegaria de Alfonso Cortés
El tiempo es hambre y el espacio es frío orad, orad, que sólo la plegaria puede saciar las ansias del vacío. El sueño es una roca solitaria en donde el águila del alma anida: soñad, soñad, entre la vida diaria.
La gran plegaria de José Coronel Urtecho
El tiempo es hambre y el espacio es frío orad, orad, que sólo la plegaria puede saciar las ansias del vacío. El sueño es una roca solitaria en donde el águila del alma anida: soñad, soñad, entre la vida diaria.
El tiempo (II) de Luis Alfredo Arango
El tiempo es la espera de una mañana improbable o de fecha segura que no llega y pasa y engendra otra espera. (Selección: Regina José Galindo)
Inexorable de Norma García Mainieri
El tiempo inexorable se diluye entre los dedos descarnados de la muerte que ávida y voraz aguarda mi carne palpitante y el alma que escapa a su fatal llamado. Acre veneno que corroe mis venas prolongará mi vida a cambio del dolor. De nada sirve rebelarse ante la certeza de su cercanía ...
El fotógrafo y la modelo de Jorge Valdés Díaz - Vélez
El tiempo que fue siempre tu enemigo se detuvo en tu imagen. Ya eres esa chica de calendario, la princesa sin fábulas, el ángel que consigo colgar de cualquier nube. De oro y trigo la luz ensortijada en tu cabeza, la arena que se acaba en donde empieza la línea de tu sexo. ...
Cartas escritas cuando crece la noche (I) de Claudia Lars
El tiempo regresó -en un instante- a la casa donde mi juventud quiso comerse el cielo. Lo demás bien lo sabes... Otros llegaron con sus palabras y sus cuerpos, buscándome dolorosamente o dejando la niebla del camino entre mis pobres manos. Lo demás es silencio... Hoy tengo tus poemas ...
el tiempo y su amistad fingida de Blanca Mateos
el tiempo se escurre por callejas sinuosas y sombrías indiferente inconmovible negándose a perdonar y obrar milagros y va renunciando a todo a los días a las noches para pasearse por laberintos cifrados en su curva dejando a su paso un rastro cargado de penumbras de soles ...
El tiempo verde botella... de Roxana Crisólogo Correa
El tiempo verde botella se hace trizas en las ventanas occidentales la cascada intensa y el laser del viento benigno en guantes blancos dirige la música en un trotar arrítmico de ratas mentalesCamino a los vendedores de baratijasen el mercado de frutas soñar es intenso como un golpe en el corazón ...
Cartas escritas cuando crece la noche (VIII) de Claudia Lars
El tiempo...¿Qué es el tiempo?... Para mí no ha pasado desde aquellas noches de lunas amarillas, cuando me llevabas a las reuniones de los sábados Me sentí joven al leer tus poemas y me dio vergüenza experimentar esa delicia. Con un gajo de sueños juveniles caí en profundo sueño. ...
El tiempo... de Sara Vanegas Coveña
el tiempo: esa herida angustiosa sembrando de cadáveres mi piel. Selección: Alberto Martínez-Márquez
El tigre en celo... de Eduardo Lizalde
El tigre en celo es como un pozo de semen, como un brazo de río: más de cincuenta veces en un día copula y se descarga largamente en la hembra, como un cielo encendido en éxtasis perpetuo, una tormenta de erecciones. Y la hembra que aúlla o vocaliza con su voz de contralto, ...
Metafísico estáis de Roger Wolfe
El tipo dijo con palabras elogiosas que en el fondo le agradezco: ... he aquí el milagro de una lírica que se construye en el vacío... ; y miré los muros de esta casa que no es mía y no hallé cosa en que poner los ojos que me ayudara a pagar el alquiler. Y tuve que darle la razón. ...
Hai Kai en gerundio de José Lezama Lima
El toro de Guisando no pregunta cómo ni cuándo, va creciendo y temblando. ¿Cómo? Acariciando el lomo del escarabajo de plomo, oro en el reflejo de oro contra el domo. ¿Cuándo? En el muro raspando, no sé si voy estando o estoy ya entre los aludidos de Menandro. ¿Cómo? ¿Cuándo? ...