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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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2272 poemas con la letra "e"

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Habitación de los niños de Justo Navarro
En la tiniebla está perdido el viejo niño que se asustaba de lo oscuro: era su soledad de miedo puro, y a oscuras ni encontraba su reflejo en el espejo de su dormitorio. Un fantasma será: no duerme nunca, y huye del sueño, de la vida trunca de la noche sin fin, laboratorio de oscuridad ...
La tregua de Carlos Marzal
En la tiniebla urgente de esas casas que uno acaba pidiendo a los amigos; en asientos traseros de los coches, abusando de los malabarismos; en la frecuentación de los hoteles, tarde o temprano todos parecidos; sobre la arena tibia de la playam pasado ya esl peligro de ser vistos; ...
Venus de Rubén Darío
En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría. En busca de quietud, bajé al fresco y callado jardín. En el obscuro cielo, Venus bella temblando lucía, como incrustado en ébano en dorado y divino jazmín. A mi alma enamorada, una reina oriental parecía, que esperaba a su amante, ...
La hora es grande de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
En la vastedad congregada: tu nombre: fulgor en la mirada, aliento puro de lo innombrable que te nombra. Te mira el niño en el fondo del anciano, invisible en las visibles regiones de lo creado. Viento que mueve las sábanas del sueño, el tiempo eterno: silencioso poder de tu fijeza. ...
Desiertos y ángeles (5) de Belkys Arredondo Olivo
en la ventana la ciudad callada disfruta su vacío se sueña pájaro y aleteos de silencio agravan temperaturas al filo de los grillos se sueña pez y acuosa cristaliza las aceras mientras un rugido trae y retrae un arenar ignora ella lo que hace en la imagen móvil de la eterna inmovilidad ...
en la víspera de cualquier acontecimiento importante... de Jacqueline Goldberg
en la víspera de cualquier acontecimiento importante salvo la furia y mis desiertos defiendo a dentelladas el permiso de escapar por si me aburre la falta el periplo enmendado con que muchos pronuncian sus recovecos insisto en mis aplausos la tardanza que recoge migas síntomas ...
Extranjera en su patria de Rosalía de Castro
En la ya vieja baranda tapizada de hiedras y de lirios fuese a sentar callada y tristemente frente al templo antiguo. Interminable procesión de muertos unos en carne, otros en espíritu, vio poco a poco aparecer arriba del derecho camino, que monótono y blanco relumbraba igual que un lienzo ...
Son en el aire de Cecilia Bustamante
En las alturas andinas el aire es un cuchillo que nos empezó a templar. Altivamente soy de la puna como ese huayno que rueda entre las cabuyas, sobre los cactus florecientes, sobre la laguna deslumbrante y llega donde nace el río en un momento de amor. Por las quebradas con cariño ...
Grumete de Rafael Alberti
En las bodegas del buque, muerto y solo. ¿Quién será? ¿Qué nombre el suyo, marineros? ¡A tu tumba, cueva abierta de los mares! Noroeste. Noche fría. De: Marinero en tierra
En las catorce redes del soneto... de Salvador Novo
En las catorce redes del soneto año tras año, penas y alegrías urdí, con hilo tenue de los días, a su apagado sístole sujeto. A gotas decantado su secreto, en arcas encerráronse vacías esperanzas, anhelos, cobardías —signo precario—, mínimo amuleto. Clama el Invierno...
En las cenizas de mi voz apuro... (20 de diciembre) de Juan José Domenchina
En las cenizas de mi voz apuro un rescoldo de lumbre que no es mío. Estoy al sol y solo con mi frío de sombra deslizada por un muro. Pendo, como de un garfio, de mi duro perfil, que el sol incrusta en un baldío rencor de cal y canto. Allí porfío, perfil de voz, con mi perfil...
La repercusión de Leopoldo de Luis
En las costas australes ha sonado un pequeño estampido. El hielo rompe sus estatuas y corre un breve arroyo de agua o sangre en la noche. Yo lo siento porque mi cuarto un poco se ha inundado. En las alturas de Asia muere un pájaro contra la libertad del horizonte herido...
En las cuadras del mar... de Blanca Andreu
En las cuadras del mar duermen términos blancos, la espuma que crepita, la droga hecha de liquen que mueve a olvidar: en los establos del mar reina la urraca, la intriga y la discordia, nueva versión del agua y del bajo oleaje, nueva versión del agua derramada desde todas las tierras ...
La aljaba del viajero (II) de Santos Domínguez Ramos
En las encrucijadas de Basora el viajero se adiestra en el hábito cruel de la renuncia, en curvas de laberinto o álgebra cifrada de los días. Vivir es desistir, es ir dejando en cada paso un fardo incierto de penumbras o luces que el futuro irá desmoronando por turbios albañales sin cielo ni horizonte. ...
Pastar en otro cuerpo de Angela Ibáñez
En las frías mañanas la ausencia se condensa En el aliento que empaña los recuerdos Como un resfriado de temporada. Las manos en los bolsillos buscan ayuda En los ojos la imagen fantasma del año pasa Junto a la puerta del trabajo los recuerdos Se amontonan, ...
El recuerdo de Carlos Pellicer
En las horas en que el paisaje se vacía —todo se lo han llevado las nubes—, los objetos de familia, las palabras íntimas. En una soledad de todas las cosas, ciego, mudo, sólo me quedan unos cuantos dedos para tocar las piedras y las rosas que tú tocaste o que solamente rozó...
Después de todo eras tú lo que yo buscaba de José Moreno Villa
En las letras de un cantoral, entre la retama y el jacinto serrano, en el ancho mar, en la taberna inquieta, en el fondo de la copa verde, después de todo eras tú lo que yo buscaba. Preguné muchas veces a las guías turísticas dónde suspira el lugarejo ignorado por la epopeya; ...
Márgenes de Edel Morales
En las márgenes del río Máximo, a la caída de la tarde, hice que pasara el tiempo —abstraído en la contemplación. Una hora —un milenio— de gozosa indiferencia hacia las formas de lo real —un siglo cada tarde me permití ese verano. Entonces no conocía otro lenguaje que los habituales juegos...
En las noches oceánicas... de Porfirio Barba Jacob
En las noches oceánicas de los campos de Cuba, muchachuela rural ha llamado a mi hombría; tiene las carnes fúlgidas, tiene los ojos bellos, desnuda muestra corales vivos ardiendo en sus mamelias... Colaboración: Hugo Vélez R.
Mis habitaciones de José Agustín Goytisolo
En las noches sin sueño; en esa hora de la rauda memoria que precede al olvido pasan por mi cabeza -como ante la pantalla de un cine desbocado- escenas gestos voces alegrías persecuciones himnos; pero de entre las cosas que vuelven desde el fondo sin límites del alma asoman su contorno ...
Voz interna de Manuel José Othón
En las noches tediosas y sombrías buscan su nido en mi cerebro enfermo, plegando el ala ensangrentada y rota, mis antiguos recuerdos. No vienen como alegres golondrinas de la rústica iglesia a los aleros, trayendo de la rubia Primavera las blandas brisas y los tibios besos. ...
Mar de Rafael Alberti
En las noches, te veo como una colgadura del mirabel del sueño. Asomadas a ella, velas como pañuelos me van diciendo adiós a mí, que estoy durmiendo. De: Marinero en tierra
Nube de invierno de André Cruchaga
En las nubes de invierno, El cielo se oscurece, Mi libertad se hunde: La ilusión es velo. Siempre estoy desnudo: La lluvia dilata Esperanza y fuego... ¡Ah, nube de invierno que cubre la memoria con gotas...
Pomarrosas de José de Diego y Benitez
En las orillas de los viejos ríos, que llevan sus corrientes rumorosas por los bosques recónditos y umbríos, nacen las pomarrosas pálidas, escondidas y aromosas, lejos del sol, como los versos míos.... En el suelo feraz, que al agua inunda, yérguese el tronco en la raíz profunda, ...
Autumnal de Rubén Darío
En las pálidas tardes yerran nubes tranquilas en el azul; en las ardientes manos se posan las cabezas pensativas. ¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños! ¡Ah las tristezas íntimas! ¡Ah el polvo de oro que en el aire flota, tras cuyas ondas trémulas se miran los ojos tiernos y húmedos, ...
Viendo los autos pasar hacia Occidente de Edel Morales
En las pequeñas ciudades del centro de Cuba las calles, habitualmente bulliciosas y dulces, se quedan vacías en los meses de invierno. Yo he vivido esa pesada quietud. Los estudiantes se han marchado a descubrir el mundo y una paz, una extraña y larga ausencia, llega hasta...
Bajo una luz muy blanca de Edel Morales
En las sucesivas noches de diciembre la música baja desde los pisos superiores hasta mi habitación, iluminada por una luz muy blanca. Yo escribo el renunciamiento de los hombres y me ofrezco jugo de toronjas; luego fumo y contemplo allá arriba las intermitencias del satélite, su destello...
Retrato de mi padre, militante comunista de Jorge Teillier
En las tardes de invierno cuando un sol equivocado busca a tientas los aromos de primaveras perdidas va mi padre en su Dodge 30 por los caminos ripiados de la Frontera hacia aldeas que parecen guijarros o perdices echadas. O llega a través de barriales a las reducciones de sus amigos ...
En las tardes... de Víctor Sandoval
En las tardes, cuando los hombres besan a sus mujeres por las calles y se hacen el amor como jóvenes bestias. Cuando los que practican este duro oficio de inconformes convierten los cafés en las repúblicas del ocio y la utopía. Cuando se enciende en las ventanas el relámpago gris ...
La Zarza de Moisés (A tientas) de Pedro Jesús de la Peña
En las tinieblas de la Humanidad algunas luces encendidas: La luz de Buda, la de Cristo, el soñador Platón y el místico Averroes, San Francisco de Asís, nuestro San Juan, el sublime Quijote, el príncipe Bolkonski, San Oppenheimer y San Bertrand Russell y algunos pocos más. ...
Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad de Jorge Luis Borges
En las trémulas tierras que exhalan el verano, el día es invisible de puro blanco. El día es una estría cruel en una celosía, un fulgor en las costas y una fiebre en el llano. Pero la antigua noche es honda como un jarro de agua cóncava. El agua se abre a infinitas huellas, y en ociosas canoas, ...
A México de Juan de Dios Peza
En las últimas desgracias de España. Allá del revuelto mar Tras los secos arenales, Donde sus limpios cristales Las ondas van a estrellar, Donde en lucha singular Disputando a la Fortuna Las ciudades una a una, De sus guerreros el brío, Mostraron su poderío La cruz y la media luna; ...
En levitante exploración de un sueño... de Eleonora Requena
En levitante exploración de un sueño pacen en la charca mis escombros aúnan al clamor de estos desechos más sanguaza y ristras de improperios yerguen los guindajos de un dolor que bajo gasas es oculto a la mirada de un extraño Son estos despojos el festín de un buitre ...
Lluvia de César Vallejo
En Lima…En Lima está lloviendo el agua sucia de un dolor qué mortífero. Está lloviendo de la gotera de tu amor. No te hagas la que está durmiendo, recuerda de tu trovador; que yo ya comprendo…comprendo la humana ecuación de tu amor. Truena en la mística ...
Campo nuestro de Oliverio Girondo
En lo alto de esas cumbres agobiantes hallaremos laderas y peñascos, donde yacen metales, momias de alga, peces cristalizados; pero jamás la extensa certidumbre de que antes de humillarnos para siempre, has preferido, campo, el ascetismo de negarte a ti mismo. Fuiste viva presencia o fiel memoria ...
La voz del poeta de Miguel Labordeta
En lo alto del Faro, viendo ir y venir a las pobres gentes en sus navegaciones de un día. En lo alto del Faro, contemplando el abismo de las criaturas y el vértigo de los astros. En lo alto del Faro, escuchando llegar a los rostros futuros y oyendo en lo hondo de las aguas las voces ...
Puerta al tiempo en tres voces (III) de Luis Palés Matos
En lo fugaz, en lo que ya no existe cuando se piensa, y apenas deja de pensarse cobra existencia; en lo que si se nombra se destruye, catedral de ceniza, árbol de niebla ¿Cómo subir tu rama? ¿Cómo tocar tu puerta? Pienso, Filí-Mélé, que en el buscarte ya te estoy encontrando, ...
El fulgor (I) de José Ángel Valente
En lo gris, la tenue convicción del suicidio. El verano tenía la piel húmeda. Se pegaba secreta en los residuos del paladar la sed. Crecieron escondidas las arañas envolviendo la voz en improbables redes. Pálidos caían uno a uno los muñecos abatidos del alba. Acaso tú con lento amor ...
Premoniciones para finalizar el siglo de José Kozer
En lo más crudo del invierno de 1981 encontramos en el único tiesto vivo que quedaba en casa una violeta minúscula que en pleno día sin sol de sí arrojaba unas sombras numerosas que se esparcían por el techo y por todas las paredes de la sala, desaprecían por las cuarteaduras ...
El suéter de Fedorio de Ana Emilia Lahitte
En los bordes raídos del suéter de Fedorio se arremansa la vida y sus historias. Jamás me atrevería a proponerle restañar esos hilos desgastados reavivar los colores las zonas percudidas como un abecedario para ciegos. Quitárselo sería desollarlo. El suéter de Fedorio es una hogaza ...
Simón Carvajal de Jorge Luis Borges
En los campos de Antelo, hacia el noventa mi padre lo trató. Quizá cambiaron unas parcas palabras olvidadas. No recordaba de él sino una cosa: el dorso de la oscura mano izquierda cruzado de zarpazos. En la estancia cada uno cumplía su destino: éste era domador, tropero el otro, ...
en los cielos de mi existir... de Rogelio Guedea
en los cielos de mi existir dejaste de volar. desde mañana no te quise. desde mañana prometí que amor no hiciera heridas o levantara templos de amargura en mí. cárcel eterna era el tuyo amor para mis manos. esas edificadoras. esas que se levantan en pleno vuelo o caen. las que hicieron sembradíos ...
En los claustros, al norte de Manhattan... de Víctor Sandoval
En los claustros, al norte de Manhattan, existe un unicornio en cautiverio. Preso en los tapices franceses del siglo XVI, alanceado, mordido por los perros, golpeado por los amos de los perros, galopa entre los muros y se duerme de pie. Suena el cuerno de caza de Manhattan, el subway cuarteado ...
En los confines... de Margarita Laso
en los confines de nuestra selva un hilván de truenos jolgorio jolgorio bebes del jarro de una alfarera bebes y no derramas ni un sorbo de chicha de las hojas de plátano caen los líquidos que necesitamos gota a gota pegan el día con la noche sujetan la piedra a la mano que muele ...
Yo tengo de Elsa Wiezell
En los cuatro costados sacrificio y en la niñez una muñeca herida. Me empujaron los sueños en Septiembre y de golpe, con urgencia, conocí al hombre. Quise salvar el canto tímidamente y en la presencia del otoño levanté mi casa con dos ventanas de tronco y rocío.
Como tinaja de Gioconda Belli
En los días buenos, de lluvia, los días en que nos quisimos totalmente, en que nos fuimos abriendo el uno al otro como cuevas secretas; en esos días, amor en mi cuerpo como tinaja recogió toda el agua tierna que derramaste sobre mí y ahora en estos días secos en que tu ausencia duele ...
En los días de lluvia... de Neus Aguado
En los días de lluvia siento el reclamo de tu amor con esa nitidez del agua que limpia el verdor de los jardines y los hace nuestros y prodigiosos y quisiera ser por un momento tierra, para sentir el roce de tus pies desnudos en el jardín de las delicias prohibidas, y alzarme rosa para acariciar tu rostro. ...
Domingos de Alfonsina Storni
En los domingos, cuando están las calles del centro quietas, alguna vez camino, y las oscuras, cerradas puertas de los negocios, son como sepulcros sobre veredas. Si yo golpeara en un domingo de esos las frías puertas, de agrisado metal, sonido hueco me respondiera... . ...
El vendimiador a su amada de Manuel Magallanes Moure
En los frescos lagares duerme el zumo oloroso de las uvas maduras. Turbador, amoroso, es el vapor que sube de los frescos lagares. ¡Y tu aliento oloroso como los azahares! Ayer, cuando en la viña cogías los maduros racimos, yo observaba los finos, los seguros perfiles ...
Palabras para la arqueología de Eugenio Padorno
En los hornos del mar (tienes los ojos de hebreo) las movedizas copas reverberan al fondo en el camino de gravas las gaviotas descienden sobre monstruos dormidos montan los areneros las cabinas jergan bebidas refrescantesdioses perros bañistas petrificados en la intersección única ...