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listado de poemas en audio por primeros versos letra l

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1352 poemas con la letra "l"

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Redes de Rolando Faget
las redes de la lluvia mercantil necesidadlimpieza fuerte necesidad de pazy lluvia reyseñor de la noche raíces pan- profundas seguridad de naves continuidad montaña nunca másmiedoespanto largo grito sin jaula
Las ropas desceñidas... (Rima LXXIV) de Gustavo Adolfo Bécquer
Las ropas desceñidas, desnudas las espadas, en el umbral de oro de la puerta dos ángeles velaban. Me aproximé a los hierros que defienden la entrada, y de las dobles rejas en el fondo la vi confusa y blanca. La vi como la imagen que en leve sueño pasa, como rayo de luz tenue y difuso ...
Jerusalén, una copa de vértigo de Luisa Futoransky
Las rosas de Jerusalén son complicadas Los peregrinos desesperan El camino de las rosas de la verdad es absoluto. Y me duele/s tanto.
Canción final de Jaime Gil de Biedma
Las rosas de papel no son verdad y queman lo mismo que una frente pensativa o el tacto de una lámina de hielo. Las rosas de papel son, en verdad, demasiado encendidas para el pecho.
El martillo de Manuel Bandeira
Las ruedas rechinan en la curva de los rieles Implacablemente. Pero yo salvé de mi naufragio Los elementos más cotidianos. Mi cuarto resume el pasado de todas las casas que habité. En la noche En el duro corazón de la ciudad Me siento protegido. Desde el jardín del convento Viene el trinar ...
Altri tempi de Ana Emilia Lahitte
Las salas enfundadas como inmensas corolas. Y un secreto soleado: el país de los patios. (Se decía glicina, heliotropo, diamela, como hoy se dice ADN, sidaico). Aquel cielo privado, con chicos y canarios y huertos y murales de macetas pintadas, era de veras cielo. ...
Flores lívidas de Rubén Darío
Las sonrisas sin encías, y las miradas sin ojos, las visiones de los sueños de los pálidos neuróticos, invisibles enemigos, implacables odios póstumos, hacen que dé la flor lívida del rosal del manicomio -que crece y que tiene savia- con la sangre de los locos. ...
La tarde de Jorge Luis Borges
Las tardes que serán y las que han sido son una sola, inconcebiblemente. Son un claro cristal, solo y doliente, inaccesible al tiempo y al olvido. Son los espejos de esa tarde eterna que en un cielo secreto se atesora. En aquel cielo están el pez, la aurora, la balanza, la espada y la cisterna. ...
Las tensiones primordiales de Carlos Ardohain
Las tensiones primordiales forman a menudo una cruz es decir, se resuelven en un punto y punto con punto con punto construyen el núcleo de la red donde los vacíos intermedios sostienen el curso y el devenir del mundo como se sostiene desde siempre el telón endeble que simula el cielo. ...
Las teticas de la monja de Cancionero y Romancero Tradicionales I (siglo XI a siglo XV)
LAS TETICAS DE LA MONJA No me las enseñes más, que me matarás. Estábase la monja en el monesterio, sus teticas blancas de so el velo negro. Más, que me matarás. (Otero, Torregrosa: Antología de la lírica amorosa. Barcelona, Vincens Vives, 1990)
Galope de Rafael Alberti
Las tierras, las tierras, las tierras de España, las grandes, las solas, desiertas llanuras. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! A corazón suenan, resuenan, resuenan las tierras de España, en las...
Spinoza de Jorge Luis Borges
Las traslúcidas manos del judío Labran en la penumbra los cristales Y la tarde que muere es miedo y frío. (Las tardes a las tardes son iguales.) Las manos y el espacio de jacinto Que palidece en el confín del Ghetto Casi no existen para el hombre quieto Que está soñando un claro laberinto. ...
transbordamiento de Humberto Mello
las tres de la tarde de un día de mayo en Río de Janeiro la luz sin vivacidad el aire denso pesa sobre la tarde rumor de invierno que en el otoño se propaga con los pasos firmes como si el suelo fuera sólido y la vida real y palpable mi cuerpo se solidariza con la luz casi muerta enciendo ...
A buen juez, mejor testigo (Conclusión) de José Zorrilla
Las vanidades del mundo renunció allí mismo Inés, y espantado de sí propio Diego Martínez también. Los escribanos, temblando dieron de esta escena fe, firmando como testigos cuantos hubieron poder. Fundóse un aniversario y una capilla con él, y don Pedro de Alarcón el altar ordenó hacer, ...
Saint-Jean de Luz de Eduardo Mitre
Las velas de las barcas atadas a los mástiles como vírgenes mártires en la hoguera del día. Transcurren desfallecidas, estatuas de sal, exánimes, ajenas a las sucesivas voces de las suplicantes. Invisible sobre las aguas, por donde nadie parecía, verbo puro, sin estampa, el viento ...
Trazumos de Oliverio Girondo
Las vertientes las órbitas han perdido la tierra los espejos los brazos los muertos las amarras el olvido su máscara de tapir no vidente el gusto el gusto el cauce sus engendros el humo cada dedo las fluctuantes paredes donde amanece el vino las raíces...
Las vírgenes del sueño de Manuel Ponce
Las vírgenes arrastran una sombra, habitan una sombra. No podrían arrastrar otra cosa. Las vírgenes sin esclavinas llevan contorno de fluidos, galvanizada sombra. Pero ya nimbo, sombra misma, la sombra de su sombra: cosa limpia. Pasan de vez en cuando, tangentes de la rosa...
Las voces que soplaron en el aire... de Homero Aridjis
Las voces que soplaron en el aire formaron en el aire una ciudad las lluvias que subieron y bajaron formaron en los lagos nubes de cristal los sonidos que siguieron caminos cardinales llevaron ruiseñores y sueños y olas hasta Dios y los que no yacieron...
Las voces van formando de Sara Vanegas Coveña
las voces van formando un círculo azulado. más allá la sombra se engulle el horizonte y el cielo y la mirada de pronto te encuentras tiritando sobre el acan- tilado manos antiguas rodean tu talle y muy dentro de ti esa música sumergida. ...
Un escéptico Noé de Alberto Blanco
Las voces, oigo las voces cantando en medio del diluvio canciones dulces con el crujir de las vigas que se mecen. Es la lluvia que da sueño, la alabanza del mar cuya paciencia levanta barcos. El canto es bello, pero la violencia que el oro y las ricas maderas suscitan ...
Latíamos distantes de Walter Morán
Latíamos distantes A veces la luna alumbraba los callejones por donde aullábamos Ocultábamos las alas y ronroneos de gatos Detuvimos el paso Los árboles callaron Nos vimos y se quebraron los vidrios de todas las ventanas
El ejecutado de Elías Letelier
Latió el metal y luego cayó muerto: cedió su voluntad al ejercicio del crimen y se marchó como el óxido, sangrando por los andamios de la tierra. Su grácil sombra quedó enterrada, como un cuchillo roto sobre una callada loma verde, en el lozano ábaco del bosque. ...
Mañana de ámbar (12) de MANUEL ORESTES NIETO
Lavábamos carros por diez centavos. A veces no nos pagaban y estaba bien, era parte del negocio. No teníamos ninguna pena; era la combinación perfecta de los meses de invierno y el derecho ganado en una calle propia para divertirnos y, de paso, cobrar. ...
El callado de Jorge Boccanera
Le advirtieron que hablara. Lo intimaron. Dijo: Lo que callo es de arena. Lo que yo nunca digo es un aroma que ha podido tatuarme. Sin mucho esfuerzo puedo callar una estación entera, un modo de nevar. Mi boca guarda el humo de un disparo en una noche de 1976. Soy un hombre que vive de callar. ...
Ropa limpia de Rafael Arévalo Martínez
Le besé la mano y olía a jabón: yo llevé la mía contra el corazón. Le besé la mano breve y delicada y la boca mía quedó perfumada. muchachita limpia, quien a ti se atreva, que como tus manos huela a ropa nueva. ¡Besé sus cabellos de crencha ondulada: si también olían ...
Delirios (Cuatro) de Giovanna Pollarolo
Le cuenta que pintó el cuarto: se ha transformado, dice sonriente, antes, con el verde cancha de tenis de Vencedor lucía asfixiante, opresivo, oscuro. Ahora, ahora, si lo vieras verías cómo irradia luz cómo parece amplio, alegre. Serena el alma. Invita al amor, iba a decirle. Pero no se atrevió. ...
Le digo al amanecer... de José Lezama Lima
Le digo al amanecer que venga pasito a paso, con su vestido de raso acabado de coser. El sinsonte vuelve ya a lavarse en el cantío...
Los limpiones de Margarito Ledesma
Le dije a don Epitacio: Si la cara va a limpiarse, hágalo sin apurarse, con cuidado y muy despacio. Saque el paño poco a poco, o como quiera sacarlo, pero, cuando vaya a usarlo, no lo haga usted a lo loco. Revíselo cuidadoso antes de ir a proceder, para que así pueda ver ...
Manchó de Jesús Munárriz
Le enamoró la libertaria afirmación del garabato su pedorreta a la academia Aprendió mucho de los niños de los locos de los obsesos de los analfabetos plásticos Se documentó en urinarios en tapias de barrio en escuelas en sanatorios en prisiones Embadurnó tremendos...
Toro en el mar (4) de Rafael Alberti
Le están dando a ese toro pastos amargos, yerba con sustancia de muertos, negra hiel y clara sangre ingenua de soldado. ¡Ay, qué mala comida para este toro verde acostumbrado a las liebre dehesas y a los ríos, para este toro a quien la mar y el cielo eran aún pequeños como establo! ...
Natacha de Floridor Pérez
Le han dicho Con este hombre no tendrán dónde caerse muertos. Le he dicho tendremos todo el mundo donde pararnos vivos. Selección: Carlos Trujillo Villanova University, Estados Unidos
El encuentro de Gabriela Mistral
Le he encontrado en el sendero. No turbó su ensueño el agua ni se abrieron más las rosas. Abrió el asombro mi alma. ¡Y una pobre mujer tiene su cara llena de lágrimas! Llevaba un canto ligero en la boca descuidada y al mirarme se le ha vuelto grave el canto que entonaba. Miré la senda, ...
El encuentro de Gabriela Mistral
Le he encontrado en el sendero. No turbó su ensueño el agua ni se abrieron más las rosas. Abrió el asombro mi alma. ¡Y una pobre mujer tiene su cara llena de lágrimas! Llevaba un canto ligero en la boca descuidada y al mirarme se le ha vuelto grave el canto que entonaba. ...
Oraciones (Pasado) de José Hierro
Le mendiant s 8242;assied sur le bord du chemin. Lamartine Ahora que vuelve a ser la tarde de plata y gris, ahora que tengo ante mis ojos, en mi lengua, el color, el sabor del tiempo, ahora, por fin, ¡qué dolorosa- mente, qué claro y fiel lo veo! Parece que ando por la tierra ...
Esta silla de Federico Hernández Aguilar
Le pedí a esta silla que te esperara. Disculpa si permanece fiel a mi desgracia, si la encuentras firme como un soldado. Ella no quiso dejarme solo. Le hablé de ti con más pasión que la polilla. Tuvo a bien agradecer con calma, con resignada paciencia y con fricciones -la casi inaudible ...
Soberbia de Porfirio Barba Jacob
Le pedí un sublime canto que endulzara mi rudo, monótono y áspero vivir. El me dio una alondra de rima encantada... ¡Yo quería mil! Le pedí un ejemplo del ritmo seguro con que yo pudiera gobernar mi afán. Me dio un arroyuelo, murmullo nocturno... ¡Yo quería un mar! Le pedí una hoguera de ardor ...
Le pido al ángel ... de Juan Carlos Suñén
Le pido al ángel que te traiga aquí a rastras. Quemo esa vela virgen. La noche flota fuera floja como un enfermo. Las chicharras alisan el reposo, parece como si hubiera esperanza. Salgo aunque no sé adonde. Llevo la boca llena de letanías. Algún rostro está a punto de aparecerse en el aire. ...
One way (Fragmento) de José de Jesús Martínez
Lector del mundo y de estos versos, de tu mujer, tus hijos, entendiéndolo todo, orientándote, desperdiéndote, yéndote a toda prisa, en pánico, encaramándote en todo cuanto viaja, en taxi, en días, en negocios, en amores, en recuerdos, en objetos rápidamente pudriéndose..., piensas que Dios ...
Flores del cielo de José Martí
Leí estos versos de Ronsard: Je vous envoie un bouquet que ma main Vient de trier de ces fleurs épanouies , y escribí esto: Flores? No quiero flores! Las del cielo Quisiera yo segar! Cruja, cual falda De monte roto, esta cansada veste Que me encinta y engrilla con sus miembros ...
Retrato de Clara Silva
Lejana y victoriosa desde tu ensueño al que no llega el rumor del mundo, me miras, criatura de llama y dueña de mi descanso. Ascensión de la forma liberada por escaleras y mensajeros de los dioses, marinos pájaros te siguen hacia la incorruptible morada vacía de las horas que...
El camino de Damasco de Julian del Casal
Lejos brilla el Jordán de azules ondas que esmalta el Sol de lentejuelas de oro, atravesando las tupidas frondas, pabellón verde del bronceado toro. Del majestuoso Líbano en la cumbre erige su ramaje el cedro altivo, y del día estival bajo la lumbre desmaya en los senderos el olivo. ...
Era una de Nora Méndez
Lejos de Habita la que se quedó sin En su viaje de Por la miga de pan que En un año fue Cuando nada ya Y en la verja la Con listones de Caramelos no Donde la Sihuanaba se Y su aliento te Ahí distancia es Y desde entonces tu Con señales te Pues la muerte ...
Era una de Nora Méndez
Lejos de Habita la que se quedó sin En su viaje de Por la miga de pan que En un año fue Cuando nada ya Y en la verja la Con listones de Caramelos no Donde la Sihuanaba se Y su aliento te Ahí distancia es Y desde entonces tu Con señales te Pues la muerte ya A la orilla ...
La brusca poesía de la mujer amada de Vinicius De Moraes
Lejos de los pescadores los ríos interminables van muriendo de sed lentamente... Fueron vistos caminando de noche hacia el amor-¡oh, la mujer amada es como una fuente! La mujer amada es como el pensamiento del filósofoque sufre La mujer amada es como el lago que duerme ...
El poeta de Orfila Bardesio
Lejos de ocios y telares un espejo ardiente recibe caras que no ha pedido. Con vuelo, no corona las cosas: dentro del agua que lo recuerda besa a todos los seres en el caracol marino correspondiente a su turno
Jardín de Antonio Machado
Lejos de tu jardín quema la tarde inciensos de oro en purpurinas llamas, tras el bosque de cobre y de ceniza. En tu jardín hay dalias. ¡Malhaya tu jardín!... Hoy me parece la obra de un peluquero, con esa pobre palmerilla enana, y ese cuadro de mirtos recortados... y el naranjito en su tonel... ...
Lejos la ciudad lejos de Juan Cunha
Lejos la ciudad lejos Lejos su absurda rueda dura girando sin sentido Ah la ciudad sin pájaros libres ni horizontes Y tan sólo en lo más alto de las torres un poco de ansia del cielo La ciudad que es una hélice vacía enloquecida de movimiento Ah la ciudad que cierra el alma...
Evasión de Néstor Martínez
Lejos viajó mi sueño sobre espaldas de mariposa atravesó la casa saltó al jardín besó las flores para dejar su amor libre, ya de su peso veloz, buscó el horizonte cabalgó sobre la brisa con el sol de la mañana sus irisados reflejos se perdieron en la bruma. Lejos viajó mi sueño ...
Desdoblamiento en máscara de todos de Olga Orozco
Lejos, de corazón en corazón, más allá de la copa de niebla que me aspira desde el fondodel vértigo, siento el redoble con que me convocan a la tierra de nadie. (¿Quién se levanta en mí? ¿Quién se alza del sitial de su agonía, de su estera de zarzas,y camina con la memoria de mi pie?) ...
A volar de Rafael Alberti
Leñador, no tales el pino, que un hogar hay dormido en su copa. Señora abubilla, señor gorrión, hermana mía calandria, sobrina del ruiseñor; ave sin cola, martín-pescador, parado y triste alcaraván: ¡a volar, pajaritos, al mar! De: Marinero en tierra