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listado de poemas en audio por primeros versos letra l

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1352 poemas con la letra "l"

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Llena de dolor... de Nora Méndez
Llena de dolor está la boca del lindante padece de recelo sin cura tiene hambre de sinónimos y dominguillos de felpa de Romeros con arroz en las catedrales La oveja amoratada cruza la barda y la orina nocturna describe su silencio Toca sus genitales el odio y los refrigeradores vacíos suplantan ...
Madrigales (II) de Lil Picado
Llena de dulcedumbre, te dejaré la flauta de mi cuerpo, su murmúreo penar alejandrino, el sigiloso arroz de mis mejillas. Y, de mi oculto lagar, te daré vino umbroso, fiel, sereno.
Mujer de luz y fuego de Dolors Alberola
Llena de luz y flores he vuelto. Ya no estás. Una humareda gris se extiende ante mis ojos. Las siluetas se alejan, extraños transeúntes que no dicen adiós. Mírame, llevo el blanco vestido para ti, con mis manos sujeto lo que fuera mi sueño, sé que me pesa mucho esa carga...
De la propensión a los silencios largos de Consuelo Tomas
Llena de oscuridad mi boca es una piedra en su inmovilidad oculta a los absurdos. Huyo de mi lengua como de la ira espanto las palabras para que no se posen en el labio del niño que duerme ignorando catástrofes y circos. Las espinas de lo dicho inundan la enorme gravedad ...
Llena está el agua... de Carmen Alardín
Llena está el agua del dolor de los postes y la añoranza de las avenidas. De la canción que brota sin asombro y la sorpresa de la primavera. Llena está el agua de presentimientos, del amor que evadieron las palomas, de visitas a diario a los planetas donde habitan los muertos. ...
Llave 11 de Juana Rosa Pita
Llena tu vida de primeras veces: sólo el único amor no agota los aromas sólo la antigua sombra se deshoja de luz. Y así un día cualquiera te llegará la muerte: otra primera vez. de Manual de magia (Barcelona, 1979)
Llénate de mí de Pablo Neruda
Llénate de mí. Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame. Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora. Soy el que pasó saltando sobre las cosas, el fugante, el doliente. Pero siento tu hora, la hora de que mi vida gotee...
Lleno de mí, sitiado en mi epidermis... (Muerte sin fin) de José Gorostiza
Lleno de mí, sitiado en mi epidermis por un dios inasible que me ahoga, mentido acaso por su radiante atmósfera de luces que oculta mi conciencia derramada, mis alas rotas en esquirlas de aire, mi torpe andar a tientas por el lodo; lleno de mí ahíto me descubro en la imagen ...
Cuna y sepulcro en un botón hallaron de Manuel Ponce
Lleno de soledad y aburrimiento, procuro consolarme con tu vista, y toma el sueño su segura pista, acostumbrado a cabalgar el viento. No precisa ningún descubrimiento para correr en pos de tu conquista: bástame al intentarlo que me asista un ligero temblor del pensamiento. Surco...
Vivir de Angel Ganivet
Lleva el placer al dolor y el dolor lleva al placer; ¡vivir no es más que correr eternamente alrededor de la esfinge del amor! Esfinge de forma rara que no deja ver la cara...; mas yo la he visto en secreto, y es la esfinge un esqueleto y el amor en muerte para. Selección: Luis María ...
Lleva la cruz al hombro... de Pedro Garfias
Lleva la cruz al hombro, tres veces no, mil veces caído y levantado; ya su vida es escombro; va por la calle ya crucificado. No pavor, sino asombro, verlo lo mismo y ya transfigurado. Nadie lo nombrará, ni yo lo nombro, ni nadie lo ha nombrado. No resucitará, nadie le rezará, ...
Equilibrista de Jesús Munárriz
Lleva toda su vida sobre la cuerda floja. Saber que a más de uno le gustaría ver cómo se estrella le ayuda a mantenerse allá...
Catalina de Alberti, ítalo-andaluza de Rafael Alberti
Llevaba un seno al aire, y en las manos nieve roja una crespa clavellina. Era honor de la estirpe gongorina y gloria de los mares albertianos. Brotó como clavel allá en los llanos de Córdoba la fértil y la alpina, y rodó como estrella y trasmarina perla azul por los mares sicilianos. Nunca la vi, ...
Llévame a aquella fuente de Rosalía de Castro
Llévame a aquella fuente cristalina donde juntos bebimos las purísimas aguas que apagaron sedes de amor y llamas de deseos. Llévame de la mano como antaño... Mas no, que tengo miedo de ver en el cristal la sombra de aquel negro desengaño sin cura ni consuelo que entre los dos puso el ...
Llévame a aquella fuente de Rosalía de Castro
Llévame a aquella fuente cristalina donde juntos bebimos las purísimas aguas que apagaron sedes de amor y llamas de deseos. Llévame de la mano como antaño... Mas no, que tengo miedo de ver en el cristal...
Apuntes para un cuadro de danza de Mariana Bernárdez
Llévame a lomo de sol a hundirme en las aguasa respirar follaje y luna que quiero morir en las arenas y mis pies ya no bailan. El chillido/relámpago suspenso del cuerpo forma un círculo abrazando nubes El pico se enfila hacia el mar ...
La nubecita de Marilina Rébora
Llévame nubecita a lo alto contigo y cúbreme amorosa con tu cendal de gasa; que tu orla de tul me sirva, leve abrigo, para que no me falte el amor de la casa. Llévame tú que eres, de mis ansias testigo, ceniciento vigía, fino polvo de brasa, incansable viajera detrás de mi postigo; llévame ...
Último sitio de Enrique Estrázulas
Llevar detrás del murallón y el alma este candado aquí hierro caliente detrás del murallón donde las aguas mecen un vegetal, destiñen piedras. Llevarlo. Ya bebí la luz de junio y se me atora sucia entre las venas ya lloré al pie de un cálido peldaño...
Villanela de Carlos Germán Belli
Llevarte quiero dentro de mi piel, Si bien en la lontananza aún te acecho, Para rescatar la perdida miel. Contemplándote como un perro fiel, En el día te sigo trecho a trecho, Que haberte quiero dentro de mi piel. No más el sabor de la cruda hiel, Y en paz quedar conmigo y ya rehecho, ...
Llevas un impulso irresistible... de Lucero Alanís de Gurrola
Llevas un impulso irresistible de apagar la noche cerrados los ojos a los recuerdos te ocultas en tu cobija blindada para rayos equis en el escalofrío del malsueño vuelve a encenderse la luna noche a noche de la suma que queda has de continuar en el intento De: Tarde en el tiempo ...
La sirena de Alfonsina Storni
Llévate el torbellino de las horas y el cobalto del cielo y el ropaje de mi árbol de septiembre y la mirada del que me abría soles en el pecho. Apágame las rosas de la cara y espántame la risa de los labios y mezquíname el pan entre los dientes, vida; y el ramo de mis ...
Tala de Julio Cortázar
Llévese estos ojos, piedritas de colores, esta nariz de tótem, estos labios que saben todas las tablas de multiplicar y las poesías más selectas. Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo, me quito uñas y dientes y le completo el peso. No sirve esta manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos. ...
Llevo acostada largo tiempo... de Chantal Maillard
Llevo acostada largo tiempo en la orilla. Mis pechos son colinas cubiertas de hoja seca. Levanto la cabeza y me contemplo: en mis muslos el vello a punto de ser vello, me incorporo: la hierba a punto de ser hierba, doy un paso y despierto al agua a punto de ser agua, ...
Malos recuerdos de Antonio Gamoneda
Llevo colgados de mi corazón los ojos de una perra y, más abajo, una carta de madre campesina. Cuando yo tenía doce años, algunos días, al anochecer, llevábamos al sótano a una perra sucia y pequeña. Con un cable le dábamos y luego con las astillas y los hierros. (Era así. Era así. ...
Bañando a mi abuela de Nora Méndez
Llevo de la mano a la ternura a tomar su baño diario Los ladrillos menta me reprochan la revelación de la carne esa luz de mar con que lastima Es mi abuela una luna con sus cráteres un mármol adornado de turquesas el resumen de una rosa la columna intacta de una ciudad perpetrada ...
Busca, encuentro de Pedro Salinas
Llevo los ojos abiertos. No te veo, estás dentro de la niebla. Niebla: con el mirar no la aclaro, con la mano no la empujo, con el querer no la mato. Niebla. La mirada ¿para qué? y la voluntad, inútil. Llevo los ojos cerrados. No te veo, ya te siento, ya te tengo. Mía. Estás, estoy, a tu lado: ...
Edipo precavido de Juan Vicente Piqueras
Llevo siempre esta espada de juguete, porque nunca se sabe, y una pistola de agua por si acaso. Voy siempre preparado no vaya a ser que, así, en cualquier momento, siempre el menos pensado, me asalte la niñez y me desarme, me pida ...
Llevó tras sí... de Lupercio Leonardo de Argensola
Llevó tras sí los pámpanos octubre y con iguales lluvias insolente no sufre Ibero márgenes, ni puente, mas antes los vecinos campos cubre; Moncayo, como suele, ya descubre coronada de nieve la alta frente, y el sol apenas vemos en oriente cuando la opaca tierra nos lo encubre; sienten el mar ...
Llevo treintiseis años viviendo de Belén Reyes
Llevo treintiséis años viviendo y me parecen tan sólo unos segundos. Aún no sé respirar, aún me nutre la misteriosa arteria de la vida. Respiro sin pulmones el Misterio. -Aún no saben que vivo-. Todavía no he llorado. Me agitan y me azotan y no lloro. No sé decir ni una palabra. ...
Canto de dolor y muerte a las viudas de Lota de Santiago Azar
Llora Chileno, llora de suelo a los ríos, porque nuevamente han vuelto los gritos a las calles. Hay sangre negra que se comió el mar, hay picotas que se quedaron liquidadas en la batalla, a las palas les cayó una guillotina de oscuridad y espanto. Fueron veinte, ...
Llora la hembra de Pedro Garfias
Llora la hembra cuando va a alumbrar El niño llora porque no comprende Lloran los viejos porque ya lo...
solicitud online de Marita Troiano
llora new york por mí como antes hice haciendo mía tu gran herida abierta llora tonigth por mí que así consuelas aquella pena azul que me atraviesa de norte a sur de cara o sello dolor de rostro vigilante del west al east pena de indulgencia negada diezmándome en primicias ...
María encadenada de Juana Castro
Llora pequeña. Te están circuncidando la belleza, llora, tus tenues agujeros de esclava pregonarán tu rol desde la sangre. Te están atando al oro para que no recuerdes ni voluntad ni inteligencia, para que seas eternamente la muñeca presa...
Sonetos corporales (I) de Rafael Alberti
Lloraba recio, golpeando, oscuro, las humanas paredes sin salida. Para marcarlo de una sacudida, Lo esperaba la luz fuera del muro. Grito en la entraña que lo hincó, futuro, Desventuradamente y resistida Por la misma cerrada, abierta herida Que ha de exponerlo al primer golpe duro. ...
Llorar a lágrima viva de Oliverio Girondo
Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. ...
Soneto a la serpiente de Héctor Borda Leaño
Lloró en la noche grande la serpiente y lloraron los pájaros de arena el agua temblorosa en su corriente y la sombra vibrando en la falena. Lloró en la noche grande la serpiente como insuflando su dolor de quena, quemando como fuego en el sufriente corazón de la piedra ...
Lloro mientras el sol alumbra de Francisco de Quevedo
Lloro mientras el sol alumbra, y cuando descansan en silencio los mortales torno a llorar; renuévanse mis males, y así paso mi tiempo sollozando. En triste humor los ojos voy gastando, y el corazón en penas desiguales; solo a mí, entre los animales, no me concede paz de Amor el bando. ...
Apuntes sobre la fobia. I de María Eugenia Caseiro
Lloró una melodía sin conocerla; no era ya suya la voz escapándose a inventar cualquier boca siniestra en el embate contra los espejos. La vida colgaba en la pared, los monstruos de los pies pastaban su humedad emparentada al miedo allí donde crecieron cangrejos a los dedos conque ...
Diluvio de Silvia Elena Regalado
Lloveme cuarenta días y cuarenta noches colmame de humedad hasta la transparencia Que no hayan faros para marcar el rumbo del existir salvaje ni islas que contengan la plenitud arrasante de las aguas. Conjurá los ríos que un día se petrificaron en mi pelo y desbordémonos. ...
Sudánica de Manuel Forcano
Llovía en Khartum: desaparecía en barro la ciudad y la silueta de tu cuerpo bajo la lluvia. Nos abrazamos como si fuéramos el agua de los días de sequía. En casa, una vaca con joroba masticaba ante la comedora vacía. El menú del hambre era rebañar un hueso para comer, y cenaríamos...
Aquaria de Juana Castro
Llovía largamente por todos los rincones. Gotas dulces llovían por su espalda, miel de venas azules el cabello, arco ciego del mar. Nalga rosa perdida, húmeda luz, la clara porosidad de nieve de sus pómulos. Arroyos, mar, cascadas inundando los brazos y las cuevas, golondrina en el borde ...
El lugar de los hechos (II) de José Antonio Cedrón
Llovieron muchos años de este lado y la humedad signando la suerte de los vientos que se dejan mecer en la trampa del agua. Las gotas amanecen sobre el filo del vidrio rajado en la ventana. Atrás del muro, larguísimo, humean los carbones quemados por el tiempo como antiguos ladrillos ...
La gotera de Francisco González Léon
Llovió toda la noche. La llovizna final aún parpadea un húmedo rumor en la azotea; archivo de hojas que moviera el viento. La oscuridad del ámbito se duerme desvelada dentro del aposento. La lluvia ha hecho que se filtre el agua y se traspase el techo destilando metódica . ...
Cancioncilla. Llovizna abrillanta-asfaltos... de León de Greiff
Llovizna abrillanta-asfaltos de la dormida calleja. Llovizna canta-en-la-reja, llovizna arrulla-a-la-oreja, —escala de los asaltos (Julieta habita en los altos.) de Romeo-—: historia añeja. Llovizna moja-que-moja trovador de Alda o Mafalda, nocharniego rima-balda cuyo manteo...
Cantos de agua 2 de Rossana Estrada Búcaro
Lloviznó sueños sobre la ciudad se amaron libres los gatos flotaron besos enamorados la gente común tuvo prisa la noche sintió miedo de ser etiquetada se alejó de los conceptos y detuvo la vida dibujó estrellas en el suelo bebiéndose un dolor rosado para no llorar ...
Llueve prácticamente gratis de Ramiro Oviedo
Llueve prácticamente gratis Se me hace humo la boca. Las torres de las iglesias flotan como orejas de burro En medio de la bruma. 2.Como en un óleo de Víver Quito se ha dormido de pie Frente al museo Camilo Egas. Las golondrinas se acurrucan en una cornisa Muy cerca...
Marineros de Rossana Estrada Búcaro
Llueve amor mío y los anhelos se vuelven agua me gusta nuestra ciudad mojada y fresca como hoja de un gran árbol de misterios si pudiera parar el tráfico bajar a la gente de sus autos convencerla de jugar con barcos de papel las avenidas serían océanos inmensos ...
Estación de María Eugenia Caseiro
Llueve de grises esperpentos en la estación a oscuras donde las horas parten. Llueve desasosiego sin que el tediodesmienta a los viajeros rubricados por la marcha. La urgencia o la inmovilidad de los que nunca partieron hoy es un matasellos Olvidados fantasmasbajo el óxidodel agua. ...
Haydee Thompson de Clara Fernández Moreno
llueve el toldo verde las cartas los retratos se mezclan están los hijos y los hijos una mujer mira todo reduce la ciudad para poder decirla no hay dimensiones no hay distancias el techo de jazmines del gran patio del pasado abre la vida de la mujer ahí está en los grandes resplandores ...
Mi lengua se adormece de Isabel Quiñones
Llueve en el cuarto en la playa de telas desoladas llueve sobre las sábanas blanquísimas sobre mi carne que puede ser tan dulce Más allá de la ventana puedo vertey me consumo aquí donde relampaguea relumbran los gatos empapados míralos encenderse irse en fuego ...