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listado de poemas en audio por primeros versos letra l

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1352 poemas con la letra "l"

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La Tierra dando vueltas va alejándose… de Pedro Garfias
La Tierra dando vueltas va alejándose con la soga del Tiempo a la cintura. Fuera del tiempo y el espacio estoy con mi vida enlazada por sus puntas. Las noches se prolongan en oscuras estancias sin descanso mientras pastan los días yerba dorada al rubio sol del...
Muerte y resurrección (II) de Jorge Teillier
La tierra devuelve a las aguas lo que les pertenece desde antes del principio de los tiempos y en el pueblo no queda nadie para colocar una luz en la venta que guíe la llegada del alba después que el mar se retira, cumplida su faena, dejando a la oscuridad y la muerte ...
Mi tribu de Alberto Blanco
La tierra es la misma el cielo es otro. El cielo es el mismo la tierra es otra. De lago en lago de bosque en bosque: ¿cuál es mi tribu? —me pregunto— ¿cuál es mi lugar? Tal vez pertenezco a la tribu de los que no tienen tribu; o a la tribu de las ovejas negras; o a una tribu cuyos...
El enterrado de Vicente Aleixandre
La tierra germinal acepta el beso último. Este reposo en brazos de quien ama sin tregua, conforta el corazón. Vida, tú empiezas. Sábana de verdad que cubre el alma dormida, mientras los brazos grandes no desmayan...
Rojo el color de la memoria de Roberto Monzón
La tierra giem sin parir más dioses los dioses tienen su pedestal tirado los tronos están llenos de ceniza y la ceniza manchada de blanco. La esperanza perdió sus colores los colores ya no son tornasolados en su agonía mueren degollados por el gris plomizo de la muerte. ...
La tierra que papá compró cuando éramos niñas... de Marosa di Giorgio
La tierra que papá compró cuando éramos niñas, quedaba frente del infierno; pero, era tan hermosa; los árboles gigantescos, y las achiras que parecían mujeres con la mantilla negra y la canastita de tizones y pimpollos. Detrás iban las acacias, las quimeras y el árbol que siempre ...
Mundo mineral de Mercedes Durand
La tierra se vistió de profetisa Y alzando al infinito la mirada, Cavó en su corazón la codiciada Criatura mineral de pétrea risa. En cobre condensó la luz rojiza Que nace jugueteando en la alborada; En hierro la pupila fatigada Del día que entre lluvias agoniza. Del sol canicular cortó un retazo ...
Escrito con tinta verde de Octavio Paz
La tinta verde crea jardines, selvas, prados, follajes donde cantan las letras, palabras que son árboles, frases que son verdes constelaciones. Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran como una lluvia de hojas a un campo de nieve, como la yedra a la estatua, ...
Posdata de Ana Emilia Lahitte
La toma de conciencia de haber sido burlados a destiempo llega después cuando el morir se ha vuelto un latido obsesivo. y acompaña los pasos.
La torcaza de Juan Domingo Argüelles
La torcaza volaba y tú la contemplabas. Era luz en la luz del mediodía, calor en el calor de la mañana, aire en el aire y tú la contemplabas. Tú la veías y eras libre, porque la libertad de ver se aprende, porque ser libre de mirar se aprehende como el río a cantar aprende de los pájaros. ...
La torre más alta de Baldomero F. Moreno
La torre, madre, más alta es la torre de aquel pueblo, la torre de aquella iglesia hunde su cruz en el cielo. Dime, madre, ¿hay otra torre más alta en el mundo entero? -Esa torre sólo es alta, hijo mío, en tu recuerdo. Tu brazo de siete años alcanzaba sin esfuerzo una piedra a sus campanas - ...
Presentación de la niña degollada de mis piernas de Ernesto Carrión
la tristeza enorme de los almacenes donde los murciélagos se rascan furiosos la integridad de los días El mármol ardiendo en el horizonte caribeño como una sábana envolviendo la cabeza incinerada de las multitudes Veo una flor de pronto entre las tablas de un río ...
Colores de Néstor Martínez
La tristeza es roja El invierno verde Blanco de luto Noches amarillas Negro de la alegría Tierra rosada El amor es café Colores... algún día descubriré sus secretos. Selección del autor
La tristeza es un don... de Mario Benedetti
La tristeza es un don / cosecha al paso contrición prometida en otro instante o presagio de sombras y no obstante no es penuria ni abismo ni fracaso si la tristeza es don no es don escaso cuando acude a la noche del amante o se enfrenta a la muerte / interrogante en la luz cenicienta...
La cabra que danza de Concha Zardoya
La trompeta del fauno acompaña la danza: gira y brinca a la sombra de un arbusto, la cabra que al son mágico baila de un alegre comás de música inventada. De: Alrededores míos Fuente. Luzmaría Jiménez Faro
El mirlo y la Misa de Trinidad de Washington Benavides
La tropa de poetas, periodistas, fotógrafos, bajó del bus, a las 5 de la tarde, y rápidamente, estirando las piernas (y cada uno según su condición física), enderezó hacia aquellas columnas rojizas, aquellos edificios marrones, con su musgo dorado o gris; hacia las celdas...
La estrella del destino de Julio Herrera y Reissig
La tumba, que ensañáse con mi suerte, me vio acercar a vacilante paso, como un ebrio de horrores, que al acaso gustase la ilusión de sustraerte. En una larga extenuación inerte, pude medir la infinidad del caso, mientras que se pintaba en el ocaso la dulce primavera de tu muerte. ...
Pasan las estaciones del año, pasan y no entran de Alejandro Aura
La última calle de la ciudad no existe, en las orillas a todas horas nacen calles bajo los pies de los que pasan, y transitan muchos más sueños de los que el gobierno se imagina; por eso no es posible contarlas, no es posible manejar a la ciudad con una tabla aritmética; en realidad...
Melusine de Silvia Favaretto
La última noche de bodas, lamí una lágrima de mi esposo y a la mañana siguiente me desperté con esta aguamarina en la lengua. (Sumergida en el agua mi carne conmovida siente que no hay confín entre lo que tengo adentro y lo que tengo afuera). Llevo la gema colgada al cuello, ...
Sils Maria de Rogelio Saunders
La última vez que estuve en Sils Maria había estos mismos tres (o cinco) escalones rotos. He ahí toda la filosofía. Sólo la música es distinta (para mal). La locura es siempre esto de la página y más aún: de la lengua. (Langa. Longa.) El no veo y, si entiende lo que quiero decir, ...
La única mujer de Bertalicia Peralta
La única mujer que puede ser es la que sabe que el sol para su vida empieza ahora la que no derrama lágrimas sino dardos para sembrar la alambrada de su territorio la que no comete ruegos la que opina y levanta su cabeza y agita su cuerpo y es tierna sin vergüenza y dura sin odios ...
Tema: La vaca de Leopoldo Castilla
La vaca rectangular, trazada de tal modo de estar en paz con la gravedad, cómodamente amoblada por dentro, el salón del estómago y, apartados, los depósitos urinarios, la que calma, venerable, la ansiedad de la hierba, la huida de los campos la vaca con toda su profundidad...
Elogio de la sombra de Jorge Luis Borges
La vejez (tal es el nombre que los otros le dan) puede ser el tiempo de nuestra dicha. El animal ha muerto o casi ha muerto. Quedan el hombre y su alma. Vivo entre formas luminosas y vagas que no son aún la tiniebla. Buenos Aires, que antes se desgarraba en arrabales hacia la llanura incesante, ...
Al maestro Azorín por su libro Castilla de Antonio Machado
La venta de Cidones está en la carretera que va de Soria a Burgos. Leonarda, la ventera, que llaman la Ruipérez, es una viejecita que aviva el fuego donde borbolla la marmita. Ruipérez, el ventero, un viejo diminuto bajo las cejas grises, dos ojos de hombre astuto , ...
La ventana me remite... de Almudena Guzmán
La ventana me remite a su coche, el coche al beso, el beso a la oreja que anda siempre perdiendo pendientes, la oreja a la boca, la boca a las medias porque las rompe, las medias al... -¿Tienes un bolígrafo de más? -Toma, y a ver si dejas de pedirme cosas, que contigo al lado ...
La ventana de Manuel Altolaguirre
La ventana separa al mundo de los trenes, de los grandes vapores, de los hombres a pie, del mundo quieto de un alma sola. ¡Qué alegría ver los rosales y los vendedores! Al ruidoso paisaje de tráfico y de vida mi tristeza se asoma. Mi soledad consciente mira las hermosuras inútiles del mundo. ...
Oficios de la muerte de Ana Emilia Lahitte
La veo trabajar en cal pensante como si su lujuria de tinieblas le permitiese inscribir en tierra todos los nombres de la soledad. Pero aún no pudo enterrar mi sombra. Tampoco la ración de sangre sola que cada muerto cava en humildad.
La verdad de Antonio Porchia
La verdad tiene muy pocos amigos y los muy pocos amigos que tieneson suicidas.
La vi deidad, y me postré a adorarla... de Juan Bautista Arriaza
La vi deidad, y me postré a adorarla, y por volver el ídolo benigno, la prosa olvido, y me dedico a hablarla en el leguaje de los dioses digno. De entonces fue mi signo pintar en mis canciones sus dulces perfecciones; ¡y cuánto, oh cielos, su beldad me ilumina! que es a su lado ...
Cleopatra de Salvador Díaz Mirón
La vi tendida de espaldas entre púrpura revuelta... Estaba toda desnuda aspirando humo de esencias en largo tubo escarchado de diamantes y de perlas. Sobre la siniestra mano apoyada la cabeza, y cual el ojo de un tigre un ópalo daba en ella vislumbres de sangre y fuego ...
La vida callada... de Frida Kahlo
La vida callada... dadora de mundos... Venados heridos. Ropas de tehuana. Rayos, penas, soles, ritmos...
La vida cuelga de Rafael Arévalo Martínez
La vida cuelga en todas partes: cuelga en los brazos de una madre y en las rmas de un árbol y aun de las manos de una estatua de mármol hecha nidos de golondrinas. La vida cuelga por doquier. Y las columnas de la vida son el manzano y la mujer. La vida cuelga en las tetas ...
Tiempo mío de Leticia Luna
La vida dura las estaciones se suceden una tras otra casi hipnótica duración del instante en que anduve sonámbula buscando a los astros su fuego ardiente y el crepitar del pájaro que muere en sí mismo sin encontrarse y comprender que cada huella de la corteza...
La vida empieza a correr... de Nicolás Guillén
La vida empieza a correr de un manantial, como un río; a veces, el cauce sube, a veces, el cauce sube, y otras se queda vacío. Del manantial que brotó para darte vida a ti, ay, ni una gota quedó para mí: la tierra se lo bebió. Aunque tú digas que no, el mundo sabe que sí, que ni una gota quedó ...
La vida es así... de Marina Romero
La vida es así. Tú y yo. Pero por muy corta que sea la distancia de tu corazón al mío, tú no puedes sentir mi sed, mi doler, mi hambre; no puedes reír mi risa ni llorar mis lágrimas (Hay sociedades benéficas, almas caritativas, generosos filántropos ) En la arena cálida de las playas, ...
La vida es buena de Sabeli Ceballos Franco
la vida es buena andando descalzos y en calzones en nuestra casa de tres piezas el sol desafinando en nuestro patio tres cuerpos mojados una manguera vieja y un patito de hule en la bañera la vida es buena cuando dejamos abiertas las puertas para mirarnos para entonar a coro ...
La vida va y viene de Rosa Amelia Alvarado Roca
La vida es como un guinguilingongo sube y bajabaja y sube a veces se ganaa veces se pierde en mi vida de todo he hecho y a lo mejor he hecho muy poco sube y bajabaja y sube marea poderosa poderosa resaca nada se detiene, es una barca que no llega a puerto si te bajas, ...
Todos los trajes de la muerte de Julia Otxoa
La vida es insoportable sobre las cenizas de las víctimas. No me hables de los héroes, he visto todos los trajes de la muerte, la sombra de la sangre derramada es siempre imborrable y única. Miro nuestra casa y sólo veo fantasmas. Poema seleccionado por la autora
Los días de Vilma Vargas
La vida es música que se aleja. Contemplas desde una ventana el mundo con la pasión de quien lo ha tenido. El río salta como una sorpresa. Una piedra que no es suya lo ve correr. ¿Oyes? Hasta el aire parece alejarse. Ya no se ven los rostros. Eres una más, ausente, ...
La vida es... de Leopoldo María Panero
La vida es un borracho una ebriedad de espanto un lugar en el cieno una ebriedad de lodo que cae de mi boca, formando el poema. (De: Conversación, -Nivola- 1a. Edición-febrero 2003- España)
Punto de rocío (6) de David Escobar Galindo
La vida hace que los silencios se acostumbren a su propio destino, Porque los silencios también tienen derecho a la benevolencia del refugio: A los patéticos silencios que no respiran Hay que darles auxilio boca a boca, A los silencios encumbrados en las torres gemelas de la razón ...
La vida huyó en el lamento... de Mariana Bernárdez
La vida huyó en el lamento de no tenernos imposibilidad que me aventuró a otras tierras y a ti a otro cielo. La piel se nos fue transparentando Dejaste hijos que contarían que el abuelo en vez de ojostenía mordidas de noche Yo me enredé en papelesde tonalidades blancas que olía ...
Cuando yo aún soy la vida de Francisco Brines
La vida me rodea, como en aquellos años ya perdidos, con el mismo esplendor de un mundo eterno. La rosa cuchillada de la mar, las derribadas luces de los huertos, fragor de las palomas en el aire, la vida en torno a mí, cuando yo aún soy la vida. Con el mismo esplendor, y envejecidos ojos, ...
El arca de los sueños (63) de Juana Rosa Pita
La vida no me deja cortejar a mi muerte esa fiel compañera del café cotidiano El eterno angustiado se paró en el sendero sucumbiendo a un altivo no serviré de su alma: no fue fiel a la vida Y qué es ésta sino la biografía de un soplo que no vemos pero nos ve y nos roza invitando ...
El vuelo de Guadalupe Grande
La vida nos sabe a poco el mar no nos basta Somos un signo de interrogación que ha perdido su pregunta Y sobre todas las tristezas el vuelo ensimismado del trapecio -pronuncié tu nombre más solitario tu nombre hecho de ausencia mínimo conjuro de sílabas que nombra ...
La vida real. de Luis Raúl Calvo
La vida real es un desgastado sacerdosio. En las altas ciudades, miles de fieles confinan sus almas para apaciguar el fuego de la carne la dorada caridad de la limosna el religioso orden de los días por venir. Habíamos dejado todo en manos de los dioses, la deidad de la cuaresma ...
Desde la pupila del buitre (La vida se enciende...) de Johanna Godoy
La vida se enciende en la muerte y desnuda sus miserias ante nuestros ojos Tú susurras palabras que no supe decir mientras comienzo y final se persiguen en impúdica danza Y no distinguimos nuestra vida de nuestra muerte en este movimiento que se transparenta en la nada
La vida se nos va... de Domingo F. Faílde
La vida se nos va, ya ves, como leímos en los libros antiguos: en un soplo. Lo supimos entonces, acuérdate, admirando los versos de Virgilio. También a estas alturas, llevamos con nosotros los oscuros penates, y su lista se expande como en una batalla. ...
Canción deshojada de Luis García Montero
La vida tiene pétalos y un rosal donde tiemblan las historias. La historia de ese pájaro que llegaba a dormirse en los escaparates y ahora vuela en el alma de sus nuevos clientes. La historia de esa nube que cubría ciudades con papel de periódico y ahora deja su lluvia en un tren cancelado. ...
Deslizado murciélago de Claudia Herodier
La vida transcurre, deslizado murciélago de noches cerradas. Al final de una gruta una fuente y un árbol pispilean; mariposas de musgo se acercan. ¡Nunca mas el agua repite el mismo curso! Hojas caen en los remolinos del tiempo, mientras el aire, tranquilo demiurgo, hijo del éter, ...