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listado de poemas en audio por primeros versos letra l

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1352 poemas con la letra "l"

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Rosa blanca de Carolina Coronado
La luz del día se apaga; rosa blanca, sola y muda, entre los álamos vaga de la arboleda desnuda. Y se desliza tan leve que el pájaro, adormecido, toma su andar por ruido de hoja que la brisa mueve. Ni para ver en su ocaso al sol hermoso un instante ha detenido su paso indiferente y errante. ...
Rosa blanca de Carolina Coronado
La luz del día se apaga; rosa blanca, sola y muda, entre los álamos vaga de la arboleda desnuda. Y se desliza tan leve que el pájaro, adormecido, toma su andar por ruido de hoja que la brisa mueve. Ni para ver en su ocaso al sol hermoso un instante ha detenido su paso indiferente...
Piedra nativa de Octavio Paz
La luz devasta las alturas Manadas de imperios en derrota El ojo retrocede cercado de reflejos Países vastos como el insomnio Pedregales de hueso Otoño sin confines Alza la sed sus invisibles surtidores Un último pirú predica en el desierto Cierra los ojos y oye cantar...
Solo piel de Lucero Alanís de Gurrola
La luz en mi piel se torna oscura en los himnos del verano como fruta de mares Suda bajo el hervor del abrazo del tiempo que sobre mí palpita que no acepta resistencia y me consume El placer de las cerezas pinta la luz para que brote de esta piel lo que ninguno sabe A veces he sido piel ...
Ocaso de Lilian Serpas
La luz en pie de Ocaso compagina al del Oro sangrante de la rosa; y suma cardinal y milagrosa al viraje del sol en la colina. La fuga de las cosas se adivina: diríase una escala luminosa, por donde asciende el aria jubilosa que al corazón de la floresta afina... Más la tregua ...
Vida de los animales y las plantas de Margarito Cuéllar
La luz es importante para la respiración de los peces y la movilidad de las esporas. El sabor de la sandía es rojo. El sueño del mar es verde. Un vaquero juega con una vaca pinta en la sala de su casa. Una mujer desnuda, a cualquier hora del sueño, es un peligro para el tráfico. ...
Lo Terrible de Jorge Galán
La luz es un cadáver que flota inadvertido. Sus pupilas decrecen sobre nuestras pupilas. Ese sol de esta tarde no es real: es una gota espesa de llanto inmaculado que cae sin descanso y flota y cae. Ni siquiera es real su eternidad. La muchacha que amé olvidó su nombre. ...
La luz hierve... de Antonio Gamoneda
La luz hierve debajo de mis párpados. De un ruiseñor absorto en la ceniza, de sus negras entrañas musicales, surge una tempestad. Desciende el llanto a las antiguas celdas, advierto látigos vivientes y la mirada inmóvil de las bestias, su aguja fría en mi corazón. Todo es presagio. ...
Extracción de la piedra de locura de Alejandra Pizarnik
La luz mala se ha avecinado y nada es cierto. Y si pienso en todo lo que leí acerca del espíritu... Cerré los ojos, vi cuerpos luminosos que giraban en la niebla, en el lugar de las ambiguas vecindades. No temas, nada te sobrevendrá, ya no hay violadores de tumbas. El silencio, el silencio...
Extracción de la piedra de locura de Alejandra Pizarnik
La luz mala se ha avecinado y nada es cierto. Y si pienso en todo lo que leí acerca del espíritu... Cerré los ojos, vi cuerpos luminosos que giraban en la niebla, en el lugar de las ambiguas vecindades. No temas, nada te sobrevendrá, ya no hay violadores de tumbas. El silencio, el silencio...
El velamen de Juan Gelman
La luz no cesa de gastar lo que ve, se asoma con su costumbre de loca suspendida y pone huevos en lo que sube de su mutilación. Es más bella que su ser de rabia. Nada detiene su velamen en las aguas que no volvieron. ...
Viaje de Xavier Villaurrutia
La luz se va con el tren silbando, enrollada en humo, apenas si en las colinas unta un brillo. ¡Ay! Y nos vamos pensando lejos, con el tren silbando, sin movernos ni cansarnos. ¡Ay! Y nos vamos pensando sin volver adonde estamos. Se mueve en el cielo un aire cenizo, lento. ...
Pythia (Fragmentos) de Gloria Gervitz
La luz sube en oleadas vagido en lo callado inmenso del nombre mortal y sola en su errancia la traspasada palabra a tientas la oficiante vieja madre cómplice intercede Ay convocada nocturna como un charco de miedo. Con tus ojos de viuda...
La luz de Jorge Hübner Bezanilla
La luz tendió en la tarde ligeros gobelinos, se hizo pronto un incendio en que el mundo iba a arder, cayó después en lluvia de azul por los caminos: yo la he visto variar como alma de mujer. La luz con unas nubes hizo encendida fragua, disfrazó a los torreones con un amplio albornoz; ...
Día de difuntos de José Asunción Silva
La luz vaga... opaco el día, la llovizna cae y moja con sus hilos penetrantes la ciudad desierta y fría; por el aire tenebroso ignorada mano arroja un oscuro velo opaco de letal melancolía, y no hay nadie que, en lo íntimo, no se aquiete y se recoja al mirar las nieblas grises de la atmósfera ...
Luz de tiempo de José Luis Cano
La luz, la luz más pura está en el tiempo, es su zumo dorado que nos moja el alma diariamente y la desnuda. Como la luz, como el amor a veces, el tiempo es tuyo, y él te tiene, míralo morando ya en tu carne lentamente posando en ella su ceniza triste, sus minutos que brillan amarillos ...
Ojo de Armando Uribe Arce
La madre es el mamut. Desaparece en la noche del tiempo. Pero de noche aparece el mamut mujer de coitos por ejemplo. Que emboca vulva al miembro y enarca la testuz. Tú tú tú tú. De: La inquietante extrañez
Duermes de Baldomero F. Moreno
La madre ha logrado dormir a su hijito. Una obra maestra de pequeños suspiros, de menudas palabras, de amenazas, de mimos, de dulces cancioncillas, de voluntad, de instinto... No respiremos casi. El niño se ha dormido.
La Madre Tierra es madre de sí misma... de Saúl Ibargoyen
La Madre Tierra es madre de sí misma. Grita cada día de estos tiempos porque sus hijos humanos y animales sufren. La Madre Tierra grita porque crecen los desiertos. El agua es barro y las rosas tal vez dejen de existir. La Madre Tierra ya no grita en silencio pues hay bocas que se unen...
El veterano de guerra de Víctor Sandoval
La madrugada en que los gallos se volvieron locos y la Torre de Pisa fue mutilada por cantar cantares de Ezra Pound. La noche en que los gatos desollados vivos por el celo arañaban el aire del tejado y el amante de la adúltera abandonaba el lecho tibio para que el engañado ...
La isla en peso ( fragmentos) de Virgilio Piñera
La maldita circunstancia del agua por todas partes me obliga a sentarme en la mesa del café. Si no pensara que el agua me rodea como un cáncer hubiera podido dormir a pierna suelta. Mientras los muchachos se despojaban de sus ropas para nadar doce personas morían en un cuarto ...
Quedó hecho el depósito de ley de Raquel Jodorowsky
La mamá le decía que era su joya. Una noche el enano comenzó a sospechar, sobre todo cuando ella le vertía oro derretido sobre el cuerpo. El enano se hacía el dormido. Levantaba un solo párpado, pues el otro se le había quemado. La mamá le cantaba: Hijo reluciente de mi corazón ...
La mamadre de Pablo Neruda
La mamadre viene por ahí, con zuecos de madera. Anoche sopló el viento del polo, se rompieron los tejados, se cayeron los muros y los puentes, aulló la noche entera con sus pumas, y ahora, en la mañana de sol helado, llega mi mamadre, doña Trinidad Marverde, dulce como la tímida ...
Gorriones de Juan Ramón Jiménez
La mañana de Santiago está nublada de blanco y gris, como guardada en algodón. Todos se han ido a misa. Nos hemos quedado en el jardín los gorriones, Platero y yo. ¡Los gorriones! Bajo las redondas nubes, que, a veces, llueven unas gotas finas, ¡cómo entran y salen ...
La mañana de José Ángel Valente
La mañana desnuda, el diamante purísimo del día… Vale más despertar. Las caravanas de los mercaderes, los pescados resbalando otra vez hacia el mar. En larguísimos carros, cubiertos de deseos, veo pasar a los pobres de espíritu y a los pobres de palabra...
Lied de Jaime Torres Bodet
La mañana está de fiesta porque me has besado tú y al contacto de tu boca todo el cielo se hace azul. El arroyo está cantando porque me has mirado tú y en el sol de tu mirada toda el agua se hace azul. El pinar está de luto porque me has dejado tú... y la noche está llorando, noche pálida y azul, ...
Vagabundo del alba de Fayad Jamís
La mañana pálida de París crece sobre mis hombros después de la noche larga mi amor esta brisa Las hojas color de miel del otoño deslizándose por las calles en las aceras las hojas del otoño sobre la cabeza de los mendigos Aún duermen una mujer se ha levantado ha recogido una boina ...
Saudade de Soraya de José Mármol
La mañana precoz acoge mi cuerpo. caído ya del género del sueño y sus demonios. revivo en un santuario de sonidos y libros. quedan amarrados en la tela. los contornos del cuerpo abandonado y frágil. al amanecer soy ángel entre hierbas sin aroma para el ritual del té. un ángel...
Cabeza de macho de Winétt de Rokha
La mancha trágica de tus cabellos, encarna un mar fascinante y entenebrecido. Albea tu frente magnifica, escrita de surcos, y tus sienes como dos azucenas puras. Tus cejas y tus pestañas interrogadoras recogen la esmeralda enferma de tus ojos. Se destaca en la oscuridad del fondo ...
Cabeza de macho de Winétt de Rokha
La mancha trágica de tus cabellos, encarna un mar fascinante y entenebrecido. Albea tu frente magnífica, escrita de surcos, y tus sienes como dos azucenas puras. Tus cejas y tus pestañas interrogadoras recogen la esmeralda enferma de tus ojos. Se destaca en la oscuridad del fondo...
La Mancha al sol de Eladio Cabañero
La Mancha: surco en cruz, ámbito, ejido, parador del verano, en cuya anchura un ave humana vuela a media altura, ya tantos años viento azul perdido. Hacia el otoño, surco en el olvido, uva yacente, el campo en su largura recuenta soles, siglos, y madura el paisaje en el tiempo repartido. ...
Trébol de 4 hojas de Diana Bellessi
La mano barre y el ojo busca en cuclillas. ¿Ha perdido la paciencia? o ya no se encuentran tréboles de la suerte. Cuatro hojas, tributo del diferente o error de naturaleza Tan deseado y tan temido otro, la niñez lo daba fácil ¿Cuánto hace que encontré el último? Mucho. ...
Edad de Tomás Segovia
La mano del amor es grave. Se ha espesado la carne de una savia de tiempo; el curso de los días ha ensanchado su cauce. Pero de paz cargada abriga y pesa la lenta mano calurosa. La mujer mira...
Cuaderno de Nueva York (La mano es la que recuerda) de José Hierro
La mano es la que recuerda. Viaja a través de los años, desemboca en el presente siempre recordando. Apunta, nerviosamente, lo que vivía olvidado, la mano de la memoria, siempre rescatándolo. Las fantasmales imágenes se irán solidificando, irán diciendo quién eran, por qué regresaron. ...
Tomahuan (Nuestras manos) de Saúl Ibargoyen
La mano que ahora contemplamos se pierde entre sus dedos tan enhuesados sí de propias suciedades y escamas desprendiéndose. Se pierde se espirala se ensimisma se busca al recorrer con dedos imparables una esfera de barro imperfecto: ah la carne...
La mano que oculta la voz de Baldo Ramos
La mano que oculta la voz. La voz que silencia los dedos. Los dedos clavados al grito que ejecuta la mano. El poema impreciso. La mudez que otorga. No el silencio del que calla, sino, en todo caso, la renuncia que nos vuelve frágiles y tolerantes. La mano mutilada. ...
La palabra de Felipe Benítez Reyes
La mano que reposa en la mano de amante, jugando con la joya de algún aniversario. Los tacones rojos de una puta vestida de rojo por el pasillo de un hotel de alfombras rojas. La adolescente que se pone los calcetines escoceses en un almacén de bebidas, sentada sobre un fardo de cartones, ...
Discurso en loor de la poesía (I) de Clarinda
La mano y el favor de la Cirene, a quien Apolo amó con amor tierno; y el agua consagrada de Hipocrene, y aquella lira con que del Averno Orfeo libertó su dulce esposa, suspendiendo las furias del infierno; la célebre armonía milagrosa de aquel cuya testudo pudo tanto, que dio ...
Ante un grabado de Escher de Jairo Guzmán
La mantis religiosa cabalga un muerto. Ese es su rito a las estrellas esta noche. Nos cobija un cielo de remota luz Un antiguo oficiante yace muerto. Cuántas historias atraviesan sus ojos Cuántos conjuros rebotan en los ángulos de un palacio sideral La pulsación de las estrellas ...
La mar del Puerto viene... de Rafael Alberti
La mar del Puerto viene negra y se va. ¿Sabes adónde va? ¡No lo sé yo! De blanco, azul y verde, vuelve y se va. ¿Sabes adónde va? ¡Sí lo sé yo! De: Marinero en tierra
Adelina de paseo de Federico García Lorca
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde, zumo de lima y limón , tus palabras, pececillos nadarán alrededor. La mar no tiene naranjas. Ay, amor. ¡Ni Sevilla tiene amor! De: Canciones
Marimba tocada por indios de Miguel Ángel Asturias
La marimba pone huevos en los astros...¡Para un huevo que ponés tanta bulla que metés! ¡Vení ponelo, vos, pues! La marimba pone huevos en los astros...El sol la desangra, la monta, es su gallo.La marimba pone huevos en los astros.¡Para un huevo que ponés tanta bulla que metés! ...
Creencia (Canción en los Campos de Marte) de Fernando Rendón
La mariposa atrapada entre la telaraña y el vidrio creyó que mi mano que le daba la libertad era su muerte Su sorprendido aleteo hacia el cielo
Mariposa de Otoño de Pablo Neruda
La mariposa volotea y arde –con el sol- a veces. Mancha volante y llamarada, ahora se queda parada sobre una hoja que la mece. Me decían: -No tienes nada. No estás enfermo. Te parece. Yo tampoco decía nada. Y pasó el tiempo de las mieses. Hoy una mano de congoja llena de otoño...
La droga de Euler Granda
La más inofensiva, la más sana, la que nunca produjo salpullido a nadie; la que hasta ahora que yo sepa a nadie le ha pasmado la alegría; la pájara, la pajarita que nos hizo volar sin ser aviones; la que a mansalva nos hizo sudar miel, quedar absortos hasta sacar en conclusión que el mundo ...
Sábanas heredadas de Juan Vicente Piqueras
La más íntima herida es heredada. El dónde, el cómo, el cuándo, la muerte, el nacimiento, lengua, familia, dios, época, amor: lo decisivo de lo que nos pasa, y los que somos, no es algo deseado ni elegido. Y pasamos la vida, sin embargo o por eso, creyendo que el deseo es nuestro dios...
La memoria de Eduardo Langagne
La materia del canto es la memoria, no lo que viste, pues el ciego entonces no cantaría jamás. Y no es lo que escuchaste, pues el sordo no hubiera escrito dolorosamente aquella sinfonía con los coros que hacen estremecer tu corazón. Y el tacto, que es efímero, decide trasladar...
Túmulo de Francisco de Quevedo
La mayor puta de las dos Castillas yace en este sepulcro, y, bien mirado, es justo que en capilla esté enterrado cuerpo que fue sepulcro de capillas. Sus penitencias no sabré decillas, pues de correas sin número cantado tan bien con el cordel se ha meneado, que vino a los gusanos hecha astillas.
La mejilla de mi amado... de La de Vélez
La mejilla de mi amado es como una rosa por la belleza de su blancura; Cuando está entre la gente es irritable, pero, a solas, es amable. ¡Cuándo se hará justicia al oprimido, cuando el injusto es el juez? Selección: María de Jesús Rubiera Mata.
Gunnar Thorgilsson ((1816-1879) de Jorge Luis Borges
La memoria del tiempo Está llena de espadas y de naves Y de polvo de imperios Y de rumor de hexámetros Y de altos caballos de guerra Y de clamores y de Shakespeare. Yo quiero recordar...