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listado de poemas en audio por primeros versos letra l

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1352 poemas con la letra "l"

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Gato con estrellas de Nidia di Giorgio
Las colinas oscuras semejan pájaros, se levantan y se esconden detrás del horizonte. Una nube persigue la luna como una novia desesperada, como un relámpago que se desvanece. Las figuras humanas se deslizan desprendidas del drama de la vida. Cuando traspasan...
Línea roja de Pedro Enríquez
Las copas vacías sobre el aliento de la mesa los relojes de hielo los ojos de aguja ven explícame el misterio de los versos aún no es el tiempo las rosas brotan en junio la vida nos persigue también la muerte calla ahora pienso que la belleza tiene nombre dímelo es tu voz el sentido ...
La Zarza de Moisés (Cantidad del fracaso) de Pedro Jesús de la Peña
Las cosas no las sabes hasta decir su nombre y aunque los nombres sean más bellos que la vida la vida es lo que existe, no el nombre de las cosas, y aun algunas suceden sin saber pronunciarlas. Poco sabes entonces de los hechos reales: tus palabras son pocas para tantos mensajes ...
Celebración oculta de Gustavo Osorio
Las cosas que ignoro suenan como una sal en mis sentidos. Y mi muerte ronda con nombre supuesto Escuchando los rumores terrenales. Veo cómo a mi alrededor se sostienen Sin dedos, sin habla, las visiones, Y los prodigios que mi alma desconoce Por una obscura escalera ruedan ...
Las cosas que más contrastan entre sí... de Antonio Porchia
Las cosas que más contrastan entre sí son las que menos...
Una copa de oporto de Jesús Munárriz
Las cosas son así, desconcertantes, tercas, demoledoras de puro naturales, irremediables, inocentes. Tú te crees que tienes un amigo y de pronto te enteras de pasada de que sólo te queda su agujero, un recuerdo...
Vejeces de José Asunción Silva
Las cosas viejas, tristes, desteñidas, sin voz y sin color, saben secretos de las épocas muertas, de las vidas que ya nadie conserva en la memoria, y a veces a los hombres, cuando inquietos las miran y las palpan, con extrañas voces de agonizante dicen, paso, casi al oído, alguna rara historia ...
Resumen con verano de Julieta Valero
Las costas luminosas, el mar de los comerciantes, las aguas sin deshaucio. Entre todas, una mirada carece de cadáveres, ay. Estar agonizando ...
La gloriosa de Julio Torri
Las cuestas y llanos se pueblan de los pobrecitos indios. Ya baja allá a lo lejos la imagen que traen en andas, con gran acompañamiento de gentes. Los cirios y candelas brillan amortiguadamente en la serena luz de la tarde. Este año ha sido de sequía. Las milpas están resecas...
El durmiente que oyó la más difusa música de Andrés Sánchez Robayna
Las delicadas espaldas del sueño remontan rojas el oceano, nubes de densidad calurosa al extemo del día abovedado, el mar en esta brisa de verano. La más difusa música, en el sueño, la visión más intensa, las olas prolongadas y el sol y los pinos giran con esas olas y ese aire ...
Verdadera Historia de Luis Alfredo Arango
Las desearon. Se les irguió lo caballo. Después de tanto navegar, después de tanto andar luchando, batallando, poniendo nombres, decapitando ciudades, templos, guerreros. Al entrar en sus reinos, al desflorar universos, cómputos, edades para siempre, ¡las desearon! Se desabotonaron, ...
Las dificultades de un poeta... de Rosario Murillo
LAS DIFICULTADES DE UN POETA QUE ENTRE ESCRITORIOS, MÁQUINAS Y OTRAS INCONTABLES COSAS GARABATEA POEMAS Y LOS VUELVE A GARABATEARQuería escribirte un poema de aquellos nuestros con palabras mezcladas fresco como la grama del patio ...
La lucha de los contrarios, pero... de Roque Dalton
Las dificultades no se remontan ayudándonos con una garrocha. Las dificultades se rompen con el pecho abierto. Ellas también son como el aire de la mañana que puede congelarte los pulmones, pero ¿acaso...
Elegías a ciegas de Jon Juaristi
Las dos hermanas ciegas de tu abuelo, Pepita juntamente y Victoriana, a contraluz las ves: sombras chinescas entre el biombo de seda y la ventana. Huye el año sesenta. Del parque llega un frío alborotar de pájaros. Envueltas en sus chales oscuros, estas damas nonagenarias rezan...
De 2 a 3 de Rafael Alberti
Las dos, en la vaquería. La luna borda un mantel, cantando, en mi galería. Una niña chica, sin cuna, jugando. La Virgen María la está custodiando. Tres gatitos grises y un mirlo enlutado, la araña hilandera y el pez colorado. Un blanco elefante y un pardo camello, y toda la flora del aire ...
Los cinco niños del mar de Santiago Azar
Las encías de cinco niños están sonando en el mar, los castillos de arena en la orilla y las camisitas blancas que flamean cantando. Pequeños dientes sonríen con la espuma y la gaviota, corren sobre las olas como un barquito de papel que navega en el viento y en la boca del pan. ...
Mecánica del abismo de Floriano Martins
Las escaleras desmayan arrancadas como si no dieran señal de la caída que representan, si esculpen el perfil de una nueva vorágine o si sólo enredan la memoria de quien no sabe cómo esbozar una falta. Las escaleras son poseídas por una inclinación natural cualquiera ...
Navidad, sí, navidad de André Cruchaga
Las escenas del aliento son las mismas: —augurios, destellos de arcanos, Incensarios en las sienes, mientras en el fondo De cada pecho, amanecen ojos húmedos, Ilusiones, disfraces y velámenes junto A un mundo sin estrellas. En el quicio de la puerta, hecha de adobe...
Cartas interdimensionales (3) de Juana Rosa Pita
Las estrellas binarias tienen misterio para los pasajes más oscuros del tiempo y del espacio. Las hay oriundas de una misma nébula y las hay que se acercan fugazmente siendo de tal intensidad y pureza el mutuo halón que ya forman sistema aunque la peregrina siga rumbo... ...
Sabidurías de gallinero III (En lo tocante al amor y su galaxia) de Delia Domínguez
Las estrellas cuando muerendejan un hoyo negro. Los que amamos cuando muerendejan un hoyo negro. Perosi tú mueres y yo muero no quedará un hoyo negro sino una astrología en la carta cósmica una escritura tan elemental que podrá ser leída hasta por los niños que no saben leer. ...
La luz desoladora de Orfila Bardesio
Las estrellas frotaron el cristal de la ventana, con un haz de olor blanco golpeó el jazmín suavemente la puerta, el niño con un cirio en la mano penetró en el corazón de la noche, sus ojos que las tinieblas lustraron, leyeron al oído del Ángel la carta del Sueño: todo está concentrado...
Gradas de Ramón Xirau
Las estrellas nos miran lentamente cierran sus ojos las bahías. El arco de luz cerca los cabos en la ruta del fuego, foques, banderas en las barcas, fosco el fuego atónito de las naranjas, en el aguanueva de los naranjales. Las bridas de caballos pensados, pesados, imaginados...
Una sirena eterna (II) de Isolda Dosamantes
Las estrellas se apagan en el grito de la asfixia, el aroma a felino emana de su piel, se tambalea la noche entre las nubes que han tiznado la luna hasta esconderla. Empiezan a inundarse lentamente del aroma del hielo derretido de sus cuerpos. ...
De la penumbra de Eliseo Diego
Las excelentes cacatúas pasean por los balcones y se indignan de pronto. La cólera de la cacatúa es repentina y voraz como la llama de un fósforo en el miércoles. No se conoce caducidad semejante. Las más antiguas son razonables y necias. Miran con el ojillo brillante, se contonean...
Asalto al sol 22 de Heddy Navarro Harris
Las faunas recogen sus manadas esconden sus melenas en la tela ay no me agarres con los guantes de la muerte déjame subirme los vestidos y calentar un poco mi sexo tras tu fuego
Las filosas guitarras del DF... de Carlos Ardohain
Las filosas guitarras del DF no alcanzan a cortar el hilo que trae tu recuerdo en olas pero yo prefiero pensar en una historia con doble final (los caminos se bifurcan en cualquier jardín sea propio o ajeno) elegir entre las tibias humedades nocturnas o el rocío insano de la mañana i ...
Las flores de zapallo corren por el aire... de Marosa di Giorgio
Las flores de zapallo corren por el aire y por la tierra como una enredadera de bengalas; mi madre las siega, las pone en el cesto; de pronto, se estremece, queda inmóvil; pero, huye hacia la casa; y pronto, un aroma a óleo y a almuerzo recorre la casa. Estoy sentada en el comedor, ...
Letrillas y romances de Luis de Góngora y Argote
Las flores del romero, niña Isabel, hoy son flores azules, mañana serán miel Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues le buscas, ciego, pues no te ve, ingrato, pues te enoja, y confiado, pues no se disculpa hoy de lo que hizo ayer. Enjuguen esperanzas lo que lloras por él, ...
Las flores del romero de Luis de Góngora y Argote
Las flores del romero, niña Isabel, hoy son flores azules, mañana serán miel. Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues, le buscas, ciego, pues no te ve, ingrato, pues te enoja y confiado, pues no se disculpa hoy de lo que hizo ayer. Enjuguen esperanzas...
Las flores que te di... de Ana Istarú
las flores que te di las que perdiste siguen intactas aquel que las vendió hoy está muerto donde yo te las di hay un burdel la ciudad que nos vio no existe ya nuestro amor es tan sólo letra impresa un cadáver de tinta que me arrastra como a Héctor los caballos las flores que te di siguen intactas ...
Las flores que te di de Ana Istarú
las flores que te di las que perdiste siguen intactas aquel que las vendió hoy está muerto donde yo te las di hay un prostíbulo la ciudad que nos vio no existe ya nuestro amor es tan sólo letra impresa un cadáver de tinta que me arrastra como a Héctor los caballos las flores que te di ...
Las flores sin perfume deben el llamarse flores... de Antonio Porchia
Las flores sin perfume deben el llamarse flores a las flores...
Malva-luna-de-yelo de Rafael Alberti
Las floridas espaldas ya en la nieve, y los cabellos de marfil al viento. Agua muerta en la sien, el pensamiento color halo de luna cuando llueve. ¡Oh qué clamor bajo del seno breve! ¡Qué palma al aire el solitario aliento! ¡Qué témpano, cogido al firmamento, el pie descalzo, ...
Para una visión (IV) de Rodolfo Hinostroza
las fragantes fiestas de la libido flores sobre la mar y la belleza rubia desnuda entre tus brazos pero unos ojos en el aire tibio vidi la donna che pria m 8242;appario velatta sotto l 8242;angelica festael cambio de parejas bajo el Solinstante alado gestos retardados en el tiempo vuelta ...
Las fuentes de Granada de Francisco Villaespesa
Las fuentes de Granada... ¿Habéis sentido en la noche de estrellas perfumada algo más doloroso que su triste gemido? Todo reposa en vago encantamiento en la plata fluida de la luna. Entre el olor a nardos que se aspira en el viento la frescura del agua es como una mano...
Soneto a Lope de Vega de Francisco de Quevedo
Las fuerzas, Peregrino celebrado, afrentará del tiempo y del olvido el libro que, por tuyo, ha merecido ser del uno y del otro respetado. Con lazos de oro y yedra acompañado, el laurel con tu frente está corrido de ver que tus escritos han podido hacer cortos los premios que te ha dado. ...
El recién nacido de Gonzalo Rojas
Las galaxias estaban prácticamente en contacto hace seis mil millones de años, y los gallos de Einstein cantan desde otras cumbres pero nadie los oye. Leamos en el cielo libremente el origen. Tú que vienes llegando con octubre gozoso y los ojos abiertos...
Homenaje de David Escobar Galindo
Las grandes mujeres del laberinto homérico se descalzan ante un río de oro Caminan a ciegas por los arenales sólo habitados por estellas Allá a lo lejos hay ventanas cubiertas con hojas de libros Y yo entre todas sólo conocí a la señora María Guzmán campesina que echaba tortillas ...
Carta de naturalización de Myriam Moscona
Las hijas de extranjeras nacimos con agujas minuciosas. En tiempos nobles visitamos museos de París. Entramos al Louvre a buscar a la Gioconda. También nosotras crecimos en la adversidad y sonreímos con rictus previsibles. Si la guerra nos empujó del viejo continente...
Genealógica de Laura Yasan
las hijas del nuevo mundo son blancas como las luces de los shoppings pálidas como los panes de mc donald 8242;s translúcidas lágrimas finales de best sellers las madres huérfanas de las hijas del nuevo mundo fuimos oscuras habitantes de hotel tuvimos negras maneras ...
Poema (III) de Rosalía Vallejo
Las hogueras el ánfora del tiempo renovación principio el agua cambia en sí misma las estaciones se suceden el espíritu clama desde el polvo su derecho a ejercitar la primavera la ansiedad del retorno hacia la muerte Todo permanece el ser es inmóvil sólo el ojo pasa entre los fuegos de artificio ...
Las hojas al trasluz de Pilar Marcos
Las hojas al trasluz el tronco seco Sola queda la rosa solo el parque, solo queda el camino, yo voy sola. La lluvia no me empapa la cara, ni una brizna de yerba ni un cabello; Sólo los píes se mojan sin reserva en los últimos charcos de la tarde. Ando mil gotas lentamente. ...
Avenida al mar de Gustavo Esmoris
Las hojas caídas se mezclan con la risa de los niños habrá que postergar en todo caso un incendio puntual inevitable las múltiples lecturas y el bar que ya no existe Como mudo temario tres puntos suspensivos...
Canto teñido de Humberto Ak´Abal
Las hojas de los árboles tiñen la voz Por eso el canto de los pájaros es verde.
Poema XIX (Las hojas secas...) de Dulce María Loynaz
Las hojas secas… ¿vuelan o caen? ¿O es que en todo vuelo la tierra queda esperando, y en toda...
Un cuerpo es el mejor amigo del hombre de Jaime Gil de Biedma
Las horas no han pasado, todavía, y esta mañana lejos igual a un arrecife que apenas yo distingo. Tú no sientes cómo el tiempo se adensa en esta habitación con la luz encendida, como está fuera el frío lamiendo los cristales... Qué deprisa, en mi cama esta noche, animalito, ...
Crepúsculos de la ciudad (VI) de Octavio Paz
Las horas, su intangible pesadumbre, su peso que no pesa, su vacío, abigarrado horror, la sed que expío frente al espejo y su glacial vislumbre, mi ser, que multiplica en muchedumbre y luego niega en un reflejo impío, todo, se arrastra, inexorable río, hacia la nada, sola certidumbre. ...
Huellas de Rogelio Sinán
Las huellas que dejaste, que dejé, se enredaron... Son heridas que sangran en las almas… Me enredé te enredaste, se enredaron...
El deseo concluido de José Carlos Becerra
Las imágenes que emergen de tu cuerpo desembocan en esta noche que no eres tú ni soy yo quienes conversan en el cuarto de al lado y a quienes escucho completamente solo. Concibiendo esta noche como algo inmóvil, bien podríamos ser tú y yo los que están al otro lado, ...
El don de la ebriedad (VI) de Claudio Rodríguez
Las imágenes, una que las centra en planetaria rotación, se borran y suben a un lugar por sus impulsos donde al surgir de nuevo toman forma. Por eso yo no sé cuáles son éstas. Yo pregunto qué sol, qué brote de hoja o qué seguridad de la caída llegan a la verdad, si está más próxima la rama ...