☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra l

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

1352 poemas con la letra "l"

. < 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 > .

Los ángeles del mar de Antonio Porpetta
Los ángeles del mar, cuando llega la noche, arrastran suavemente a los ahogados hasta playas amigas, y allí limpian sus cuerpos de algas y medusas y peinan sus cabellos con esmero para que no parezcan tan difuntos y sus madres, al verlos, no piensen en la muerte. ...
El rostro de Amparo Amorós
Los años han dejado este paisaje a la medida exacta de mis dedos y amor es recorrer sus calles hondas que anegara una noche la llovizna tenaz del corazon, cuando el viento trizó en nubes los sueños encapotando el alma. Transeúntes las yemas con su savia de cera por el muro salobre ...
Memoria de Veruela de María Sanz
Los árboles entonan su nostalgia al compás de la brisa, mientras Gustavo Adolfo se pregunta por qué marchar, si nadie, excepto aquellos muros, le reclama. Armonía y retiro son sagrados para él, de manera que todo justifica lo dudable. Sin embargo, alguna vez recibe noticias de ese mundo ...
Canción asesinato de Luis García Montero
Los árboles miran su puerta cerrada. Un motor que cruza, una luz que se apaga. Dos ojos vigilan inyectando miedo desde la ventana. Pasan los silencios de la madrugada. Un hombre, dos faros, alguna muchacha. Pasan las cadenas del tiempo que pasa, porque mide un siglo el dolor ...
En la noche de Francisco A. de Icaza
Los árboles negros, la vereda blanca, un pedazo de luna rojiza con rastros de sangre manchando las aguas. Los dos, cabizbajos, prosiguen la marcha con el mismo paso, en la misma línea, y siempre en silencio y siempre a distancia. Pero en la revuelta de la encrucijada, frente a la taberna, ...
Verano en la ciudad de Thelma Nava
Los árboles nocturnos crecen de pronto sobre nuestros pasos. Cuando la luz descubre su presencia los desnuda y los puebla de voces las voces de la noche y sus amores. El agua juega entonces con el agua y regresa a sí misma como un amor de siempre que retorna o un estremecimiento...
La memoria, ese alcázar (III) de Santos Domínguez Ramos
Los arcángeles tristes de la memoria bajan hasta los arrabales con hogueras y estanques. Has sentido su vuelo de niebla por las torres cuando la luz delgada te clavaba en los ojos la herida de la aurora, las almenas, la vega leve como las túnicas azules de Ifriqiya. ...
Descanso en el jardín de Jorge Guillén
Los astros avanzan entre Nubarrones Hacia el último jardín. Losas, flores. ¿Qué del incidente humano? Calma en bloque. Los muertos están más muertos Cada noche. Mármoles, frondas iguales: Verde el orden. Sobre el ciprés unos astros: Más...
Linterna sorda de Alejandra Pizarnik
Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto. Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por...
El sermón de la montaña de Rosa Amelia Alvarado Roca
Los austeros templos aquejados de severidad absoluta vestidos de estuco, pan de oro y mármol con sus ángeles enanosimpúdicos y asexos cantando en extrañoconcierto barroco y las imágenes adustas desnudas de sonrisas de ojos severos cual gárgolas siniestras ...
Los automóviles de Luis García Montero
Los automóviles llegaron aquí un año de repente, y con ellos el tiempo, hacia mil novecientos cincuenta y ocho entonces. Están los mismos tilos al borde del jardín, los mismos ojos detrás de la ventana, siempre conventual a las fuentes vacías del invierno. Nos fue dado el amor ...
Los besos de Jorge Cáceres
Los besos entre las hojas En recuerdo De los pájaros que encantaban las estrellas en el filo de sus alas Por cada grito picoteaban los guijarros del sol Los muros que les dan formas familiares Y gestos que reflejan el clima de los labios Sobre el camino de los últimos besos ...
Los buitres lanzan piedras de Lola Velasco
Los buitres lanzan piedras y la diosa madre se aferra al huevo de un avestruz. Lo protege. No olvida que el dolor deforma. Tiñe las uñas de sus pies y manos, y espera. Ha de rescatar esa imagen del polvo del desierto. Nada más allá de lo que ahora ve. El dolor abulta como un hijo no deseado. ...
Para cantar de Jorge Teillier
Los caballos se detienen. Los belfos de los caballos desordenan el agua y mezclan el rostro de las hojas. Hemos llegado cerca de un pueblo. La niebla rodea casas que apenas existen. Viajemos, antes que las aves den comienzo al verano, cuando vuelvan al estero ...
Labios del Poniente (6) de Jorge Ernesto Olivera
los caminos asolean cabezas de noche, nubes de niños, la distancia esconde olvidos, inigualable voz del recuerdo, la voz que muere en los oídos, y de los muertos, escucho solo una voz en la mente permanente, en la inviolable altura del cielo nocturno, en el palpitante sombrero negro ...
André Salmón de Harold Alvarado Tenorio
Los caminos del olvido son varios. Varia la cambiante faz de esta música que siempre soñó en tus carnes frágiles con tanta melodía antigua y bien olvidada. Los caminos de las ciudades que vieron tus ojos tristes son sonatas en viejos pentagramas. Estos poemas, más largos que ninguna vida, ...
Los catorce peldaños del soneto... de Salvador Novo
Los catorce peldaños del soneto ¿reincidiré en treparlos? ¿A la cima de nuevo llevaré la fácil rima de un año más, a fórmula sujeto? Clamó mi corazón mutis discreto, más no las flores, en cosecha opima las guarezca el invierno las redima si primavera estalla su secreto. En amistad...
La pura verdad de Gabriel Celaya
Los ciudadanos equis, los honrados tenderos, los amigos del alma, la portera, el banquero, no pueden perdonarnos el loco sentimiento: tu belleza, mi risa, nuestro pronunciamiento. No lo entienden. Nos miran y se cuentan los dedos. Se dicen: Están locos. Casi les damos miedo. ...
Los columpios de Fabio Morábito
Los columpios no son noticia, son simples como un hueso o como un horizonte, funcionan con un cuerpo y su manutención estriba en una mano de pintura cada tanto, cada generación los pinta de un color distinto (para realzar su infancia) pero los deja como son, no se investigan ...
La memoria, ese alcázar (V) de Santos Domínguez Ramos
Los cristales de plata del laúd de Ziryab restituyen tu infancia en los palacios de agua. Con una antorcha subes a los altos alcázares de la memoria y miras latir a la ciudad: los alminares negros, los patios, las hogueras de los amaneceres, el aljibe, el incierto astrolabio del lento mercader ...
Canto cósmico (fragmento) de Ernesto Cardenal
Los cuerpos celestes y los...
El deseo era un punto inmóvil de José Ángel Valente
Los cuerpos se quedaban del lado solitario del amor como si uno a otro se negasen sin negar el deseo y en esa negación un nudo más fuerte que ellos mismos indefinidamente los uniera. ¿Qué sabían los ojos y las manos, qué sabía la piel, qué retenía un cuerpo de la respiración del otro, ...
Elegía del marino de Alí Chumacero
Los cuerpos se recuerdan en el tuyo: su delicia, su amor o sufrimiento. Si noche fuera amar, ya tu mirada en incesante oscuridad me anega. Pasan las sombras, voces que a mi oído dijeron lo que ahora resucitas, y en tus labios los nombres nuevamente vuelven a ser memoria de otros...
Poema XIX de La montaña hendida de Eduardo Moga
Los cuerpos, esferas, se reúnen. Se unifica la saliva y circula desde la migraña hasta el glande, desde el sudor de la habitaciónhasta la flores más negras. Somos la saliva que gira en los miembros numéricos, la saliva acoplada al vértigo.Tu piel se adentra, se duplica, ...
los dedos pulgar e índice... de Esteban Moore
los dedos pulgar e índice --levemente combados en labor de pinzas/ presionan el contorno irregular --de esa piedrita que has recogido a la orilla del río/ la colocan bajo la luz de una lámpara eléctrica/ que alumbra de su figura –la suavidad de los bordes/ el tallado paciente de las aguas...
Los vicios del mundo moderno de Nicanor Parra
Los delincuentes modernos Están autorizados para concurrir diariamente a parques y jardines. Provistos de poderosos anteojos y de relojes de bolsillo Entran a saco en los kioskos favorecidos por la muerte E instalan sus laboratorios entre los rosales en flor. Desde allí controlan a fotógrafos ...
Espectro del amor de Enrique Gómez - Correa
Los delirios me han despertado los sentidos Y he visto a una mujer lujosamente fea Que se defendía Del hombre con una pluma de gavilán. Los escasos muros caían Como arrasados por la luz Y el hombre era alto por dentro Con un cráneo desprovisto de carne Y sus bellos...
María Tecun de Roque Dalton
Los días de leyenda en que me amabas sin hacer preguntas hicieron que la ciudad tomara la cara de un juguete como en los nacimientos al dejarte en las noches iba a mi casa alegre por calles de aserrín En el espejo tembloroso y tristón de los charcos me miraba la cara al lado de la luna ...
Los días de luto de Antonio Carvajal
Los días de luto dejan sabor de musgo en la boca y una nostalgia marchita de jazmines bajo sombras, sombra fría y recortada con negaciones de aurora: Sufrimos. Y no sabemos por qué la sangre arroja en cálices de silencio sin futuro y sin aroma, y buscamos ese instante ...
Evocación de la ruina de Floriano Martins
Los días entre voces, encarnando hechos cuya memoria se pierde enseguida. Antonieta se sentía presa de un tormento mecánico que la soldaba a la boca del abismo como un raro metal empleado en el mercado de vértigos. Ella misma deseaba su muerte. Era un laberinto...
Suma de Jorge Boccanera
Los días no contaban para mí, bastaba la palabra. Yo escuchaba en cuclillas como alguna palabra conversaba con otra. No contaban los días. Pero extravié palabras y los días me siguieron de cerca con sus largos abrigos. Yo iba mirando el suelo. Ese no cuenta el cuento , vaticinaron unos. ...
Los días van tan rápidos de Gonzalo Rojas
Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones una semana más, los días van tan rápidos al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro y me voy convirtiendo ...
Minimales (12) (Fragmento) de Juan Calzadilla
Los dioses de la zona tórrida llevaban macanas. Ahora llevamos macanas pero no somos dioses. La visita que a la pirámide Tikal iba a efectuar la comitiva concluye en el desastre aéreo donde todos los pasajeros de la nave perecen sin que ninguno de estos acertara a divisar desde el aire, ...
Noticias de la ciudad de Anahí Lazzaroni
Los dioses no se detuvieron en esta ciudad arisca y asesina. Antiguos como el mar más testarudos que una mula, recalaron con sus dones en otras tierras. Quien no lo sepa, quien intente negarlo, padecerá sus trampas. Poema seleccionado por la autora
Espacio (Fragmento) de Juan Ramón Jiménez
Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo. Yo tengo, como ellos, la sustancia de todo lo vivido y de todo lo por vivir. No soy presente sólo, sino fuga raudal de cabo a fin. Y lo que veo a un lado y otro, en esta fuga, rosas, restos de alas, sombra y luz, es sólo mío, ...
Paestum de Guillermo Carnero
Los dioses nos observan desde la geometría que es su imagen. Sus templos no temen a la luz sino que en ella erigen el fulgor de su blancura: columnatas patentes contra el cielo y su resplandor límpido. Existen en la luz. Así sus pueblos bárbaros intuyen el tumulto de sus dioses grotescos, ...
El de las quinas de Fernando Pessoa
Los dioses venden cuando dan. Gloria se compra con desgracia. ¡Pobres felices, porque sólo son lo que pasa! ¡Baste a quien baste lo que bástale, lo que para bastarle basta! La vida es breve, vasta el alma; tener es tardar. Fue con desgracia y con vileza como al Cristo definió Dios: ...
Los domingos no llueve... de Elsa López
Los domingos no llueve. Me quedo como muerta detrás de los balcones y espero de la tarde cualquier cosa distinta. Pero no llegas nunca. Te olvidas de mi pelo y del vuelo ligero que emprende al contemplarte. Mis costas se te pierden y te olvidas del sur y de mi boca. ...
Agua de Carmen Boullosa
Los dos lejanos, los separados, van hacia el agua a que su sed los guía. Ésta es agua trastocada. Sus moléculas espejo cargan el peso de los cuerpos distanciados, el ojo caliente del filo que troncha, agua cercenada en su constitución. Agua rota, mochada. Agua mintiendo el gozo líquido...
Del poeta a un pintor de Rafael Alberti
Los dos, buenos pilotos del aire, subiríamos sobre los aviones del sueño, al alto soto de la gloria, y al mundo, celestes, bajaríamos e! mirto y el laurel, la palmera y el loto. Descender ya ¡qué dulce!, ¡los héroes! coronados por los súbitos lampos, sobre el carro del trueno, con estrellas los jóvenes pechos ...
Llegar de Luis Alberto Crespo
Los encandilados que fuimos Nadas, sin volver del patio Sin la sombra sobre la cara, la sequedad Agarrados a los techos, distintos y no así, pálidos, sin aparecer, tocados de ceniza Selección: Eduardo Milán y Ernesto Lumbreras
Yo quería ser mariposa de Giovanna Pollarolo
los ensayos a las cinco, después de clase un ballet con música de Strauss que cerrará con broche de oro las fiestas del colegio argumento y coreografía son de mi invención cinco mariposas enamoradas de una flor dijo la señorita Leontina la flor es sólo un adorno, ...
Los azulejos de Alberto Blanco
Los espejos no cantan como antaño y el espacio no es más que una lágrima corriendo desde los ojos hasta el sueño cuando nos dan una mala noticia Como cuando se embarca la tristeza en una discusión sin más razón de ser que una súbita parvada de reflejos ...
Alicia en mi ciudad de Minerva Salado
Los espejos ocultos están frente al Paseo del Prado para que tú los atravieses. Del otro lado esperan todas las ilusiones las piedras en el centro de otro orden los rastros y los pasos. Los espejos descubren los caminos sin saber demasiado hacia dónde penetran en las estridencias ...
Los espejos de Eleazar Rivera
Los espejos vomitan utopías Las lágrimas caminan con imágenes en la espalda Las sombras buscan el reflejo de las imágenes que habitan los espejos
Extranjeros de Ramón Cote Baraibar
Los extranjeros tienen una forma de alejarse que muchas veces se parece al desprecio. La timidez de un vagón de la Western Pacific, pintado a propósito para filmar alguna película de vaqueros en el desierto de Almería, o el verde de Carruagems Portugueses ...
El romance de la princesa muerta de Emilio Carrere
Los faroles de Palacio ya no quieren alumbrar y solo luce la luna como un cirio funeral. Solo la luna lucía y en el triste jardín real una fontana plañía su elegía de cristal: -¡Oh Mercedes, lirio, estrella, que en mi espejo se miró: la Muerte la vio tan bella y en los ojos la besó! ...
Números de Esteban Charpentier
Los fragmentos del último papa asesinado, Y van... treinta y tres son expuestos simultáneamente en 66 paises del nuevo mundo La quincoagésima feria nacional del hambre ha tenido su máxima asistencia Ya se agregó el quinto carril de la ruta de acero que conduce a la Antártida ...
Hielo de Jaime Labastida
Los frescos de Botticelli arrancados a la Villa de Lemmi, la Victoria de Samotracia, con las alas unidas por alambres y una estaca de acero entre las nalgas: trofeos de guerra, pasto para la codicia de los reyes. El saqueo. Ticiano, el Veronés, el Bosco, el sarcófago asirio, las urnas de granito ...
Oración (Para un extranjero) (IX) de Jorge Boccanera
Los gallos ciegos del olvido invaden como ratas. Mi rostro es hoy una canción prohibida en la ceniza de sus ojos. Y el ilegal, el otro, el exiliado, va escribiendo...