☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra t

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

680 poemas con la letra "t"

. < 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 > .

Telegrama a Roberto Juarroz (desde el relámpago) de Alan Mills
Tiembla la tierra (todas las raíces desnudas) llega el silencio (memoria del relámpago). Un ser nace y muere. No le da tiempo para pensar en palabras. Nadie supo. No-hombre: efímero balbuceo de carne. Carne sin palabras. Duró lo que duró el silencio. ...
Tiemble tu corazón... de Matilde Alba Swann
Tiemble tu corazón antes de hacerlo. Vas a juzgar. No olvides, que hay un dolor de siglo en cada hombre, y una causa anterior , a lo querido. Cuando pongas tu pesa en la balanza, Suma en piedra la parte que nos toca. Suma orgullo y desprecio y abandono, suma rosas y pan ...
Tiempo (II) de César Vallejo
Tiempo Tiempo. Mediodía estancado entre relentes. Bomba aburrida del cuartel achica tiempo tiempo tiempo tiempo. Era Era. Gallos cancionan escarbando en vano. Boca del claro día que conjuga era era era era. Mañana Mañana. El reposo caliente aun de ser. Piensa el ...
Tiempo, yo te odio... de Ernesto Cardenal
Tiempo, yo te odio. Aunque sin ti no existiera. Y por tu pasar moriré aunque por tu pasar nací. Como San Francisco de Borja yo quiero ahora amar a alguien a quien no toque el tiempo y que alquilemos un cuarto donde la noche no pase ni se apaguen uno a uno los anuncios de ...
Tiempos de condena de Rafael Alberti
Tiempos tristes, feroces, de condenas a muerte, de prolongadas sombras en aullidos y llantos. No se puede dormir y si se duerme el sueño es una cárcel clavados los cerrojos. Tiempos en que el amor pena sobresaltado, roto por las llamadas urgentes a la lucha, en que pueden sacarlo a la fuerza ...
Epígrafe (II) de Eunice Odio
Tiende el oído y óyeme esta canción que es como semilla de estaciones. Que es como la casa de verano donde me crece de la mano un niño, y el alma da empujones a la orilla, y es como piel el alma -no se siente. Entraremos de pronto en el verano como árboles vegetalmente abiertos de oídos ...
Tiendo la mano de Jaime Augusto Shelley
Tiendo la mano ahora, no la azoto, no la empuño, no la doblo, tiendo la mano ahora que estoy. Si te digo que voy en calma, miento. Todavía abogo por las uñas y las ansias, rojos los nudillos, todavía no miento. Si te digo arado cuento los surcos entre dedo y dedo. Y hay un fruto y habrá ...
Tiendo mi cuerpo... de Antonio Gamoneda
Tiendo mi cuerpo sobre las maderas agrietadas por las lágrimas, huelo la linaza y la sombra. Ah la morfina en mi corazón: duermo con los ojos abiertos ante un territorio blanco abandonado por las palabras.
La copla de Salvador Rueda
Tiene la mariposa cuatro alas; tú tienes cuatro versos voladores; ella, al girar, resbala por las flores; tú por los labios, al girar, resbalas. Como luces su túnica, tú exhalas de tu forma divinos resplandores, y fingen ocho vuelos tembladores tus cuatro remos y sus cuatro palas. Ya te enredas del alma ...
Luna Péndulo de Françoise Roy
Tiene particular fuerza la noche, como paraadormecer los cuerpos, ansí también para despertar las almas y llevarlas a que conversen con Dios Fray Luis de Granada ¿Qué velo arroja violentamente la noche sobre nuestra mutua presencia que cuando arremete, en la humildad de tu alcoba ...
Teodorinda de Carlos Pezoa Véliz
Tiene quince años ya Teodorinda, la hija de Lucas el capataz; el señorito la halla muy linda; tez de durazno, boca de guinda... ¡Deja que crezca dos años más! Carne, frescura, diablura, risa; tiene quince años no más... ¡olé! y anda la moza siempre de prisa cual si a la brava ... ...
Trizas de Susana Giraudo
Tiene una virtud, son sus manos remotas. Vuelve a veces buscando la roca viva refugio de finales y el polvoriento violín del que brotan crisálidas perfectas. Por el suelo, en oscuro desorden, las sombras, móviles claroscuros mixturan las trizas detenidas de una máscara. ...
El caricaturista Mom Crayón (José C. Morales) Caricatura de Rafael Arévalo Martínez
Tiene una vista aviesa; una vista embozada en un párpado grueso. Parece su mirada una mano con guante que ha blandido una espada. Cámara fotográfica es su oscura retina. Es bajo. Es su cabello negro como la endrina; tiene un rostro moreno: fue algo de tinta china que un día de trabajo ...
Tienen las capuchinas... de Diego Dublé Urrutia
Tienen las capuchinas una campana, colgada de una viga desvencijada; laúd de mal agüero, que sólo tañe cuando las capuchinas se mueren de hambre. Cuando a la media noche su voz resuena, la misteriosa esquila no pide, ruega... Ruega, y con tanto acierto, que al otro día ...
Los documentos de Eleazar Rivera
Tienen nombres con brillo en las esquinas Respiran letras que nadie entiende Sus voces se quiebran al rechinar las bisagras En sus costillas sienten el escozor de un río de mustios Mienten son antifaces
Tan humano de Matilde Alba Swann
Tienes algo de montaña... A tu lado me he sentido leve y me he creído blanca. Sin reparo te he mostrado mis llagas y a tu cumbre nevada a veces traje barro, y hecha pedazos mi alma. Y he vuelto siempre limpia, y he vuelto siempre sana. Tienes algo de planta.. ...
Tienes del archipiélago las hebras... de Pablo Neruda
Tienes del archipiélago las hebras del alerce, la carne trabajada por los siglos del tiempo, venas que conocieron el mar de las maderas, sangre verde caída del cielo a la memoria. Nadie recogerá mi corazón perdido entre tantas raíces, en la amarga frescura del sol multiplicado por la furia ...
A una morena de Carlos Pezoa Véliz
Tienes ojos de abismo, cabellera llena de luz y sombra, como el río que deslizando su caudal bravío, al beso de la luna reverbera. Nada más cimbrador que tu cadera, rebelde a la presión del atavío... Hay en tu sangre perdurable estío y en tus labios eterna primavera. Bello fuera fundir ...
Voz de esperanza de Vicente Huidobro
Tienes ojos de orgullo desesperado y de fuego cubierto Tienes carne color tormento milenario como los desiertos De cólera variada y en el fondo idéntica Tu tristeza es sentir la injusticia vertiginosa que enmohece la marcha y arrastra los pedazos Tu dicha sería romper las ataduras que te llaman ...
La invitada de Jorge Valdés Díaz - Vélez
Tienes que detenerla --dijo. Su voz temblaba con pasión. Me gustaba aquel temblor; el verla actuar así, tenerla cerca mientras mudaba su gesto, confortaba. Tienes que detenerla --insistió. Ya es muy tarde, no lo puedo evitar --le respondí--, no hay nada que hacer. En un alarde teatral, ...
El saúz de José Juan Tablada
Tierno saúz casi oro, casi ámbar, casi luz
Haikais de José Juan Tablada
Tierno saúz, Casi oro, casi ambar, Casi luz... Por nada los gansos Tocan alarma En sus trompetas de barro. Pavo real, largo fulgor, Por el gallinero democrata Pasas como una procesión... Aunque jamas se muda, A tumbos, como carro de mudanza, Va por la senda la tortuga. -¡Devuelve a la desnuda ...
Bendición a Sevilla de Hermanos Álvarez Quintero
Tierra de nuestro amor: ¡Dios te bendiga! Que en tu glorioso porvenir risueño nunca te falten ni voz amiga ni hilos de luz en que tejer un sueño. Que fecundes tus campos sin fatiga; que al Arte mires como a esclavo y dueño, y hagas oro del grano de la espiga, y hagas un Cristo de Pasión ...
Patria del alba de Pedro Valle
Tierra mía: es hora de quitarse la capa nocturna y dejar que el alba crezca en todas las ventanas en todas las guitarras en toda la alegría de los niños que ascienda invicta como flor de izote y deposite en el aire su más puro beso que emerja como la espuma del mar ...
Tierra sobre el cadáver de Rosalía de Castro
Tierra sobre el cadáver insepulto antes que empiece a corromperse..., ¡tierra! Ya el hoyo se ha cubierto, sosegaos, bien pronto en los terrones removidos verde y pujante crecerá la hierba. ¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas, torvo el mirar, nublado el pensamiento? ...
Recordando a William Blake de Virgilio López Lemus
Tigre, tigre: El poeta está sobre las ramas. Allí lo veo como un ángel cotidiano. El poeta vive sobre esas ramas verdes o está tratando de vivir como quien pone el pie en la tierra y el otro en lo infinito. La eternidad, el tiempo todo, eres tú: tigre, tigre. Dios mismo está en las rayas de tu traje. ...
Brisa de Héctor Rosales
Tijeras, tallos, pétalos, primer vals rosado de la brisa. Aquel perfume. Y lo que tanto amé sin salvación. El aire respirándome hasta hoy, sin saberlo...
Contemplación de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Tiñe ya el Sol extraños horizontes; el aura vaga en la arboleda umbría; y piérdese en la sombra de los montes la tibia luz del moribundo día. Reina en el campo plácido sosiego, se alza la niebla del callado río, y a dar al prado fecundante riego, cae, convertida en límpido rocío. ...
Viento de Néstor Martínez
Tira el viento de tu falda, cabalga sobre las ondulaciones de tu cabello, recorre presuroso las partes de tu piel desnudas, travieso, veloz, inquieto, una y otra vez regresa para jugar contigo, una y otra vez tira el viento de tu falda... Selección del autor
Convergencia de Fernando Rendón
Tirados como leños, la roja corteza arrugada, somos búfalos que se pudren derritiéndose sobre la pradera verde. Pero también, debido a algo inexplicado, a un inigualable acto de azar, tirados como setas en la hierba, exploramos todos los milenios, huimos de bestias ...
Desdesiertos de Roxana T. E. Beltrán Velásquez
Tiras de mí, suave, certero; vienes del sorbo a borde del labio sediento, vienes del eco óntico divino, de la cabal idea, de la espera metafísica y me enjambras de emociones. A pique en frenético entregarse le ofrendo la entraña del volcán, la tierra fértil, la mirada abierta. ...
Toca mi piel de Octavio Paz
Toca mi piel, de barro, de diamante, oye mi voz en fuentes subterráneas, mira mi boca en esa lluvia oscura, mi sexo en esa brusca sacudida con que desnuda el aire los jardines. Toca tu desnudez en la del agua, desnúdate de ti, llueve en ti misma, mira tus piernas como dos arroyos, ...
El brujo de Juan Manuel Roca
Tocaba el arpa en las rejas de su celda. O tomaba de un vaso sin agua. Una porción de sed que nunca lo saciaba. Tocaba el arpa en las rejas de su celda. Soñaba que los gruesos barrotes temblaban, Que sonaba un galerón Con luna entre las palmas. Los carceleros decían que rondaba ...
Tocan en mí, golpean... de José de Jesús Martínez
Tocan en mí, golpean. Alguien del otro lado quiere abrirme en dos como una puerta, entrar, nacer, pasar, buscar a una mujer, recoger algo, huir de Dios, asilarse en el mundo. Alguien, del otro lado, me sacude con terror, con prisa y humildad y urgencia. Quizás un niño muerto perseguido o un ángel ...
De pronto en una playa interminable de Miguel Arteche
Toco en la oscuridad las cerraduras. ¿Cómo llegué hasta aquí? Es una extraña casa que rodean tinieblas, y me llaman. ¿Quién eres tú, la que me canta? Recuerdo ahora el mar. ¡El mar! Si yo pudiera volver al mar a aquella playa donde llovía siempre. Allá arriba las verdes colinas ...
Un tigre de papel de Juan Domingo Argüelles
Toco la piel del tigre y el tigre vibra, ronronea, se hace el dormido bajo la palma de mi mano, como un trompo que zumba: mitad madera, mitad punta acerada. Hablo de un libro: en su espesura encuentro la fauna de mis días, los árboles que a diario me cobijan y los saurios y helechos ...
Cuerpo o sonido de Alfonso Calderón
Toda a los labios son estrellas en este antiguo amor, en este gastado roce silencioso; y las cabelleras quisieran ser bosques o corazones implorando rostros Todavía hay horizonte en el goce de unos ojos y no escapan lunas ni mareas al golpe sombrío de unas voces. Todavía los cuerpos ...
La libertad de Víctor Corcoba Herrero
Toda acción bélica es abusiva, por la reacción de odio que genera, por su terror, bandera que abandera, por el desamor de llamas que aviva. Toda intriga bélica es revulsiva, crea mal y repele alma sincera: es necio modo de humanizar fiera, de amparar derechos de forma altiva. ...
Confusión (VII) de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
Toda belleza regresa a su silencio, más allá de la elocuencia hecha de evasiones y mentiras, brillantes como el berniz aplicado sobre la caparazón de las langostas o la epidermis de las frutas del lujurioso mall de Main street. Vana es toda ambición e inútil todo esfuerzo. ...
Lawn-tennis de José Juan Tablada
Toda de blanco, finge tu traje sobre tu flanco griego ropaje. De la Victoria de Samotracia, mientes la gloria llena de gracia. ¡En vano ilusa fijas el pie!... Que no eres musa ni numen, que sin que disciernas un viento lírico sobre tus piernas sopla satírico; pues aunque fatua ...
La miss de María Eloy - García
toda ella era la historia de la estética radiante y moderna a menudo se mostraba atravesada por el verbo como una serpiente moviendo su cascabel al ritmo del poderoso veneno teresa transverberada y hortera fluye por el érebo de la calle con piernas que son tierra para un torso ...
Espera de Oscar Portela
Toda la música que afluía a mi boca el lago de mi boca los peces de mi boca la gran mar estrellada de mi boca el infinito azul perfumado de mi boca perdidos ya ya perdidos el mismo ceto, la misma esquina, la misma desazón la misma culebra sibilante de la noche, ...
Repaso nocturno de Octavio Paz
Toda la noche batalló con la noche, ni vivo ni muerto, a tientas penetrando en su substancia, llenándose hasta el borde de sí mismo. Primero fue el extenderse en lo obscuro, hacerse inmenso en lo inmenso, reposar en el centro insondable del reposo. Fluía el tiempo, fluía su ser, ...
En el 62 las aves marinas hambrientas llegaron hasta el centro de Lima de Antonio Cisneros
Toda la noche han viajado los pájaros desde la costa he aquí la migración de primavera: las tribus y sus carros de combate sobre el pasto, los templos, los techos de los autos. Nadie los vio llegar a las murallas, nadie a las puertas ciudadanos de sueño más pesado que jóvenes esposos ...
Desvelo de los pájaros anoche de Lourdes Gil
Toda la noche los oímos volar: su vuelo era el dibujo orbicular de los presagios, la simiente derramándose en lo oscuro. Durante noches infinitas desvelados no supimos leer en la penumbra el aleteo. Nada enseñaba ya San Juan después de tantos siglos, Ni oscuridad sonora ...
El poeta revela a las criaturas el nombre de su amada de Efraín Bartolomé
Toda la página del cielo para poner un Nombre Todas las palomas traspasando la niebla matinal para erigir un sueño Despierten cúpulas somnolientas de la Ciudad Ya el joven sol se filtra haciendo restallar su luminoso látigo en la mitad brillante de los árboles...
Pobreza de los diez años de Matilde Alba Swann
Toda mi angustia tuvo la forma de un zapato, de un zapatito roto, opaco, desclavado. El patio de la escuela... Apenas tercer grado... Qué largo fue el recreo, el más largo el año. Yo sentía vergüenza de mostrar mi pobreza. Hubiera preferido tener rotas las piernas y entero mi calzado. ...
Toda mi ternura de Manuel Bandeira
Toda mi ternura Para los pajaritos muertos; Para las pequeñas arañas. Toda mi ternura Para las mujeres que fueron niñas bonitas Y llegaron a ser mujeres feas; Para las mujeres que fueron deseables Y dejaron de serlo. Para las mujeres que me amaron Y que yo no pude amar. Toda mi ternura ...
Lo que se sabe de Concha García
Toda mi vida la pasión soterrada en el bajo fondo de la placidez. La idea de la pericia escapa. Un lento proceso al amanecer. La quinta vez que reescribo. Te lo dije. No creo. La fe ha resbalado como la resina joven, como el trazo de una oruga, la fe se ha derretido en la baba ...
Tragaluz inédito (2 y 3) de David Escobar Galindo
Toda poesía mansa merece morir en el cadalso del silencio. Alguna vez escuché -con mi oído plural- esa secreta sumisión del alma que no quisiera despedirse. Y yo, que soy guerrero sin arma ni doctrina, vomité por angustia al ver a mi otro yo colgado de su soga. TRAGALUZ INÉDITO (3) ...