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listado de poemas en audio por primeros versos letra t

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849 poemas con la letra "t"

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Sátira primera (A Rufo) de Jon Juaristi
Te has decidido, Rufo, a probar suerte en un certamen de provincias donde ejerzo casualmente de jurado, y encuentro razonable que me llames, al cabo de diez años de silencio, preguntando qué pasa con mi cátedra, qué fue de aquella chica pelirroja con quién ligué el ochenta en Jarandilla, ...
Vigilia de la sangre de Rogelio Sinán
Te has hundido en mis venas nutriéndolas de yodo por sencillo milagro: tu mejilla en mi mano. Y he levantado el ancla para surcar la noche salomando banderas y mordiendo el espacio. ¡Qué dolorosamente crece, dentro, una imagen, a medida que la otra disminuye...
Te has ido... de Ada Salas
Te has ido como el sol. Una boca de tierra te había comulgado. Luego sólo la llama enmudecida. (De: La sed)
Espera de Manuel Forcano
Te has levantado hoy con un extraño gusto en la boca como el sonido de una guitarra al fondo de una iglesia vacía y oscura. Te has mirado en el espejo: tenías en los ojos el color de la música de una pavana triste que nadie bailaba. Has soñado una plaza porticada de una...
La estación de los pájaros (III) de Nora Méndez
Te he amado En ti y en otros amantes Bajo cada piel Encontré un carrusel de manos Una sed de mar en los costados Y los sonidos Esos pájaros tempranos En el amor tocados Armonía jadeante Brotando de una flor Y un tallo Ha sido mi amor Un amor itinerante Amigo de la Veranera ...
Te he buscado en la entraña de tu nombre de Margarita Carrera
Te he buscado en la entraña de tu nombre Guatemala. He buscado tu génesis y tus dioses de maíz y de vegetales alientos. Te he buscado en tu distancia y en mi ausencia en tu súbito llanto y en tu sangre derramada. Te he buscado en tu dolor moreno y en tu recia mirada de obsidiana. ...
Libres hasta de nosotros mismos de Marco Antonio Valencia Calle
Te he dicho cosas horribles que te hieren toda, desde los huesos hasta la dignidad, y resistes sin morir porque eres joven y te faltan historias de amor por escuchar. Mis argumentos son que todo pasa porque el destino tiene sus hilos y la silueta del barco sus rutas en el mar. ...
Ars Amandi (12) de José de Jesús Martínez
Te he escrito estos versos para que otros puedan amar en otras a ti. Para poder seguir amándote después de muerto. Para poder seguir amándote después de que ya no te ame. Para poder seguir amándote después de que te pudras en el tiempo. Para que los leas cuando estés vieja ...
Animal a cuatro patas de Nadia Contreras
Te he mentido Olga Lucía. Ahora que tú me escuchas desde el espejo En que te contemplo desnuda Quiero decirte que para ti la vida no ha sido Tan mala. También fui yo la que se quedó sola. No el dolor entre las piernas Pero sí el abandono como una mina estallando Mi cuerpo. ...
Te he querido, tu bien lo sabes. de Elsa López
Te he querido, tu bien lo sabes. Te he querido y te quiero a pesar de ese hilo de luto que me hilvana al filo de la tarde. Y tengo miedo. De la lluvia, del pájaro de nubes, del silencio que llevo conmigo a todas partes. Tengo miedo a la noche, a quedarme encerrada entre alambres del sueño, ...
La oruga de José Watanabe
Te he visto ondulando bajo las cucardas, penosamente, trabajosamente, pero sé que mañana serás del aire. Hace mucho supe que no eras un animal terminado y como entonces arrodillado y trémulo te pregunto: ¿sabes que mañana serás del aire? ¿te han advertido que esas dos molestias ...
Marina de Blanca Andreu
Te he visto, océano te he galopado a lomos de un violín de madera pulida de un potro alabeado del color del cerezo y eras, océano un prado de hierba azul en movimiento. Como si fueras el propio olvido te he visitado océano emperador de las aguas espejo profundo del cielo y he visto en tus eternas ...
Cuerpo de José Antonio Cedrón
Te hicieron enemigo del que llevas. Dos siglos de enseñanzas contra tu voluntad la mía. Dos mil años. Ese extraño, mi cuerpo, era la sombra intrusa que castigan los dioses del cielo y de la tierra. El otro, oculto. Nos ha llevado tiempo conocernos separar del silencio ...
Un muchacho Andaluz de Luis Cernuda
Te hubiera dado el mundo, muchacho que surgiste al caer de la luz por tu Conquero, tras la colina ocre, entre pinos antiguos de perenne alegría. Eras emanación del mar cercano? Eras el mar aún más que las aguas henchidas con su aliento, encauzadas en río sobre tu tierra abierta, ...
Onanística de Luis Alvarenga
Te imagino saliendo recién parida húmeda de una quebrada que sólo yo sé el cabello apenas en el lunar dos lunas líquidas de pronto endurecidas Te sabés acosada por las pandillas del deseo los niños de la bala aún no se han quitado los pasos Te sabés acosada por los poetas ...
Nada de Andrés Trapiello
Te imagino, lector, dentro de muchos años leyendo estas palabras. En tu mesa una luz de bujía y una rosa anunciarán el sueño, un cuerpo, nada. Es inútil que busques. En la ceniza hay brasas que podrías tener entre las manos sin quemarte. En tu pulso, avisos, aprensiones, también nada. ...
Quien sabe de Mario Benedetti
Te importa mucho que dios exista? ¿te importa que una nebulosa te dibuje el destino? ¿que tus oraciones carezcan de interlocutor? ¿que el gran hacedor pueda ser el gran injusto? ¿que los torturadores puedan ser hijos de dios? ¿que haya que amar a dios sobre todas las cosas ...
Te invento de Claribel Alegría
Te invento en el jardín invento que me hablas que me llamas y en realidad me hablas y a veces no comprendo lo que dices y me asombro de ti de tu misterio y finjo que comprendo para que no te alejes Día a día te invento y esa es mi manera de enfrentarme...
Invitación de José María Gabriel y Galán
Te invito desde el destierro. Sin despecho, sin rencores. En este risueño encierro, hospital de mis dolores, estoy cantando el entierro de nuestros muertos amores. ¡Prevista estaba la suerte! Inquietos y casquivanos, y puestos entre tus manos, murieron de mala muerte, que no hay cosa. ...
Conjuros para el primer viento de Raquel Huerta - Nava
Te invoco ahora después de tanto tiempo de todas las derrotas de la carne en los grises pasillos de hospital donde los blancos sueños de la muerte desfilan como el fuego de san Telmo(hospicios de escritura) Te llamo ahora después de tanto tiempo gradación de intensidades ...
La lengua de las mareas (7) de Christian Formoso Bavich
Te irás con la rapidez que sucede a los años de guerra, y con la languidez que precede al músculo agónico murmuraré palabras claras de despedida a tu cadáver, a tu cuerpo desnudo. Interminablemente, algo me espera sobre el andén. ...
Despedida de Ana Istarú
Te irás del sótano salino de mi carne. Ya no estaremos nunca tan cerca como ahora. Yo seguiré cantando mi gravedad marina, domeñando el rugido de tierra de tu parto hasta llenar la estancia tan alba del vacío con tu ser deslumbrante. Ese cordel de sangre del centro de tu talle...
Terceras referencias (VII) Epigra / fe de Galvarino Plaza
Te levantas / eres aún ese niño idiota corriendo ciega- Mente tras extendidas manos nunca ami- gas / con el mismo amor o su esperanza caes en el sue- ño / das la nota en los lugares / cerca o lejos irrum- Pes en el inconformismo de las grandes ceremonias /La poesía ha sido ...
Porvenir de Angel González
Te llaman porvenir porque no vienes nunca. Te llaman: porvenir, y esperan que tú llegues como un animal manso a comer en su mano. Pero tú permaneces más allá de las horas, agazapado no se sabe dónde. ¡Mañana! Y mañana será otro día tranquilo un día como hoy, jueves , ...
Es melancolía de Eduardo Carranza
Te llamarás silencio en adelante. Y el sitio que ocupabas en el aire se llamará melancolía. Escribiré en el vino rojo un nombre: el tu nombre que estuvo junto a mi alma sonriendo entre violetas. Ahora miro largamente, absorto, esta mano que anduvo por tu rostro, que soñó ...
Es melancolía de Eduardo Carranza
Te llamarás silencio en adelante. Y el sitio que ocupabas en el aire se llamará melancolía. Escribiré en el vino rojo un nombre: el tu nombre que estuvo junto a mi alma sonriendo entre violetas. Ahora miro largamente, absorto, esta mano que anduvo por tu rostro, que soñó...
Sueño de Emilio Prados
Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Alzáronse en el cielo los nombres confundidos. Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Nuestros cuerpos quedaron frente a frente, vacíos. Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Entre nuestros dos cuerpos, ¡qué inolvidable ...
Vocativo singular de Santos Domínguez Ramos
Te lo advertía tu padre al final del verano, cuando agosto ponía las primeras tormentas por un sur de relámpagos, detrás de las montañas, y silbaban los trenes de la estación remota. Sonaban sus bocinas como un lamento negro, bajaban al hollín que había en la chimenea: -He soñado...
Te quiero de Luis Cernuda
Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes; Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, ...
Te mando ahora a que lo olvides todo de Carilda Oliver Labra
Te mando ahora a que lo olvides todo: aquel seno de nata y de ternura, aquel seno empinándose de un modo que te pudo servir de tierra dura; aquel muslo obediente pero fiero, que venía de sierpes milenarias; aquel muslo de carne y de me muero convocado en las tardes solitarias; ...
Y siempre habrá una vez... de Carmen Alardín
Te mataré sin tañer las campanas y sin doblar los goznes del insomnio. Te mataré sin la espada de Damocles, ni los principios de Arquímedes. Sin votos académicos ni juramentos falsos; casi sin zapatillas de charol... Sin la cita del toro entre la arena... Nada más por el gusto de...
La lengua de las mareas (8) de Christian Formoso Bavich
Te miraba. Fuiste un espía luminoso, el reflejo de un ángel cayendo despacio. Te miraba, y a pesar de mis lágrimas al tocar tierra te desvaneciste. De: La lengua de las mareas Selección: Guido Ferrer
Te miro mirarte en mi cuerpo... de Luis Alberto Arellano
Te miro mirarte en mi cuerpo, ser el eco de mis miembros. Atrevo el contorno de tu sexo. Nada puede vencer la crudeza del silencio. Nada puede el fragor de la carne ni el húmedo roce, nada la memoria del estruendo. Nada puede el silencio en contra del silencio. Es esta la materia del ...
Pérdida de inocencia de Nora Murillo
Te molesta el retoñar de mis ramas las flores que me brotan lo verde de mis hojas Estás con miedo porque va desapareciendo esa triste palidez que te gustó al conocerme Me ves como sombra que opaca tus deseos esos... los que de niño aprendiste y ahora no te permiten ...
Arte mayor (V) de Margarita Arroyo
Te necesito, amor con tus metales. Agrio tu aliento de tabaco y cerveza. Tu pecho por mi espaldatobogán que maduraen húmedos carbones. Te necesito a trancos galopando en mi nuca. Mujeres de carne y verso. Antología poética femenina en lengua española del siglo XX. ...
Después de Amado Nervo
Te odio con el odio de la ilusión marchita. ¡Retírate! He bebido de tu cáliz, y por eso mis labios ya no saben dónde poner su beso; mi carne, atormentada de goces, muere ahíta. Safo, Crisis, Aspasia, Magdalena, Afrodita, cuanto he querido fuiste para mi afán avieso. ¿En dónde hallar espasmos, ...
Te pido todo menos el corazón de José María Cuéllar
Te ofrezco este ramo de rosas Para que tu mirada se lo vaya comiendo poco a poco Porque llegarán los días En que no podrás luchar más conmigo Y tendrás que ceñirte Tú sola la corona Pero Te pido todo Menos el corazón que dejo a quienes honren tu nombre Y se sienten a tu mesa ...
Ofrenda de Matilde Alba Swann
Te ofrezco la serena languidez de mi pena, la tristeza que acaso no di a nadie a mi paso. El supremo pecado En virtud sublimado. Agua clara en el jarro que es mi cuerpo de barro un ciclón hecho brisa por tu sola sonrisa. (Canción y grito, 1955)
El descenso (I) de Raúl Zurita
Te palpo, te toco, y las yemas de mis dedos buscan las tuyas porque si yo te amo y tú me amas tal vez no todo esté perdido. Las montañas duermen abajo y quizás las margaritas enciendan el campo de flores blancas. Un campo donde Los Andes y el Pacífico abrazados...
El descenso (II) de Raúl Zurita
Te palpo, te toco, y las yemas de mis dedos, habituadas a seguir siempre las tuyas, sienten en la oscuridad que descendemos. Han cortado todos los puentes y las cordilleras se hunden, el Pacífico se hunde, y sus restos caen ante nosotros como caen los restos...
Versos al mar de Veracruz de Pedro Garfias
Te pareces a mí... Que rías o que rompas en cólera, es lo mismo. Eres igual que yo. Cuando al nacer diste el primer vagido, como una selva te moviste entero y desde entonces no has dormido. ¡A dónde vas, oh, mar? Tu reposo intranquilo, tu resollar feroz, tu corazón...
Maldición de María Mercedes Carranza
Te perseguiré por los siglos de los siglos. No dejaré piedra sin remover Ni mis ojos horizonte sin mirar. Dondequiera que mi voz hable Llegará sin perdón a tu oído Y mis pasos estarán siempre Dentro del laberinto que tracen los tuyos. Se sucederán millones de amaneceres y de ocasos, ...
te preguntas para qué has de escribir... de Eleonora Requena
te preguntas para qué has de escribir si ante el libro de poemas predilecto todas las palabras nombran lo que tus sueños dibujaron y estas pleno de imágenes ajenas te conmueves con un mínimo sonido el soplo de las cosas persistiendo mientras entras en la tarde y ya es imperativa ...
Propuesta de Gonzalo Osses – Vilches
Te propongo algo... te propongo que imagines que llego a tu casa una mañana, una mañana de invierno, una mañana con lluvia. Imagíname de traje, con ese traje azul que te gustaba; con abrigo y con corbata. Imagínate que soy un vendedor, tu me escuchas, tu me atiendes, ...
Nuevo canal interoceánico de Mario Benedetti
Te propongo construir un nuevo canal sin esclusas ni excusas que comunique por fin tu mirada atlántica con mi natural pacífico. De: Cotidianas
Propuesta del higo de Carmen Matute
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino. Goza el misterio de este fruto, su textura de molusco, su íntimo tamaño. Tersa, su pulpa apremiará el deseo de tu lengua. Te propongo las delicias del higo. Muerde su violado, desamparado centro, ...
Canto (VI) de Mario Bojórquez
Te quedaste sin tierra Partícula de polvo dispersada Te quedaste en el irte El ir te dio tu casa Labró tu sombra Puso en el patio Tu maceta de lirios congelados Pero en el ir también Quedaron los deseos Plantados a orillas del camino Arboleda de natas Para tu pie ligero ...
Te quiero a las diez de la mañana de Jaime Sabines
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida...
Como gata boca arriba de Gioconda Belli
Te quiero como gata boca arriba, panza arriba te quiero maullando a través de tu mirada, de este amor-jaula violento, lleno de zapatos como una noche de luna y dos gatos enamorados discutiendo su amor en los tejados, amándose a gritos y llantos, a maldiciones, lágrimas y sonrisas ...
Pliego de descargo de Julieta Valero
Te quiero mucho más de lo que yo sé. Te quiero con órganos que me habitan e ignoran, que te quieren sin futuro ni venia, a mi pesar. Te quiero mucho más de lo que yo sé. Y tengo suerte que vísceras blandas y dulces, más dulces y dignas que yo para quererte, al fin te quieran como yo no alcanzo ...