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listado de poemas en audio por primeros versos letra t

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680 poemas con la letra "t"

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te preguntas para qué has de escribir... de Eleonora Requena
te preguntas para qué has de escribir si ante el libro de poemas predilecto todas las palabras nombran lo que tus sueños dibujaron y estas pleno de imágenes ajenas te conmueves con un mínimo sonido el soplo de las cosas persistiendo mientras entras en la tarde y ya es imperativa ...
Propuesta de Gonzalo Osses – Vilches
Te propongo algo... te propongo que imagines que llego a tu casa una mañana, una mañana de invierno, una mañana con lluvia. Imagíname de traje, con ese traje azul que te gustaba; con abrigo y con corbata. Imagínate que soy un vendedor, tu me escuchas, tu me atiendes, ...
Nuevo canal interoceánico de Mario Benedetti
Te propongo construir un nuevo canal sin esclusas ni excusas que comunique por fin tu mirada atlántica con mi natural pacífico. De: Cotidianas
Propuesta del higo de Carmen Matute
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino. Goza el misterio de este fruto, su textura de molusco, su íntimo tamaño. Tersa, su pulpa apremiará el deseo de tu lengua. Te propongo las delicias del higo. Muerde su violado, desamparado centro, ...
Canto (VI) de Mario Bojórquez
Te quedaste sin tierra Partícula de polvo dispersada Te quedaste en el irte El ir te dio tu casa Labró tu sombra Puso en el patio Tu maceta de lirios congelados Pero en el ir también Quedaron los deseos Plantados a orillas del camino Arboleda de natas Para tu pie ligero ...
Te quiero a las diez de la mañana de Jaime Sabines
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida...
Como gata boca arriba de Gioconda Belli
Te quiero como gata boca arriba, panza arriba te quiero maullando a través de tu mirada, de este amor-jaula violento, lleno de zapatos como una noche de luna y dos gatos enamorados discutiendo su amor en los tejados, amándose a gritos y llantos, a maldiciones, lágrimas y sonrisas ...
Rendición de Luis G. Urbina
Te quiero porque en tu alma vive el germen de ternura infinita, como diáfana gota de rocío sobre una flor marchita; te quiero porque he visto doblegarse tu espléndida cabeza; porque sé bien que en medio de la orgía te invade la tristeza; porque has pasado por la senda estrecha en los grandes ...
Te quiero porque tienes... de Jaime Sabines
Te quiero porque tienes las partes de la mujer en el lugar preciso y estás completa. No te falta ni un pétalo, ni un olor, ni una sombra. Colocada en tu alma, dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo, leche de luna en las oscuras hojas. Quizás me ves, tal vez...
A Franci (fragmento) de Enrique Lihn
Te quiero, qué comienzo, peor es tragar saliva y peor aún este nudo en la garganta que torna los contornos del mundo o la forma de un grano de ripio pegado o la planta de los pies, sigue un nombre incompleto uno de los que ustedes usan me perdonarás que le agregue una s. Verónica, mi ...
Este es mi mar de Rafael Alberti
Te reconozco aquí, mar de mi infancia, hecho a mi propia imagen inocente, mar alumno, luciendo el uniforme, azul oscuro con galones de oro, de aquel Colegio de San Luis Ganzaga, en donde tantas veces entraste como arena, metido en mis zapatos. Te reconozco aquí, ...
Te recuerdo como eras... (Poema VI) de Pablo Neruda
Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma. En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Y las hojas caían en el agua de tu alma. Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía. ...
Gracias a Dios de Jorge Robledo Ortiz
Te recuerdo, pequeña, con un amor tan puro Tan simple, tan sencillo, tan cerca al corazón, Que estando en esa espina clavado mi futuro ¡Le doy gracias a Dios! No he podido olvidarte. 0 tal vez, no he querido ¿Para qué iba a olvidarte si tú fuiste el amor? No me culpes, ...
Te rescribo de Eloísa Otero
Te rescribo: La historia de la carta anterior tiene algún viso de verdad tan sólo, la certidumbre de que pueda ser así, o que se entienda así con ser de otra manera. Aquí nada resulta imperceptible: la palabra es una estrategia. No hay diferencia entre aquello de lo que un libro habla ...
A la manera de un western de Anahí Lazzaroni
Te rodean las aves de presa. Se desplazan con ojos avizores. De la inmensidad del cielo bajan. Poema seleccionado por la autora
Te seguiré callada de Julia de Burgos
Te seguiré por siempre, callada y fugitiva, por entre oscuras calles molidas de nostalgia, o sobre las estrellas sonreídas de ritmos donde mecen su historia tus más hondas miradas. Mis pasos desatados de rumbos y fronteras no encuentran las orillas que a tu vida se enlazan. Busca lo ilimitado mi amor, ...
Símil del viento de José Angel Buesa
Te sentí, como el viento, cuando pasabas ya; como el viento, que ignora si llega o si se va... Fuiste como una fuente que brotó junto a mí. Y yo, naturalmente, sentí sed y bebí. Llegaste como el viento, náufraga del azar, con tus ojos alegres entristeciendo el mar. Para que la tarde pudiera anochecer, ...
Al mar de Guillermo Prieto
Te siento en mí: cuando tu voz potente saludó retronando en lontananza, se renovó mi ser; alce la frente nunca abatida por el hado impío, y vibrante brotó del pecho mío un cántico de amor y alabanza. Te encadenó el Señor en estas playas cuando, Satán del mundo, temerario plagiando el infinito, ...
Confusión (III) de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
Te sorprende esta mañana la vejez, egoísta en tu pureza, obligado a ser y estar, a estar de pie en el centro de tu pecho con la boca cerrada, abierta hoy por ensueño o ansiedad. Un hombre no hace nada si no se aniquila a sí mismo y vuelve al aire mismo de su honda raíz, ...
Acuosa de Enrique Viloria Vera
Te sudo inquieta reverberante Sumido en un vapor de vahos y gemidos te resudo Te vuelves aguas mis propias aguas emapañas frentes mojas axilas inundas pechos Te llevo en la camisa en la espalda en el entrepierna en el cuello más allá del cuerpo te sudo ...
Isotermia de Marita Troiano
Te supe un condenado otoño Al ras de las cortezas En el sinuoso curso de meandros Choque brutal de pupilas perplejas Vorágine apretando estupro con el cielo Acunándonos el vértigo Iniciados babilonios Te supe a media voz Con un deseo mágico Rozándonos tobillos ...
Te tienes... de Esther Tapia
te tienes entre mí y no soy sino en las cosas prendiendo la noche entre los brazos ceñidos. soy la duda del péndulo: crónica de tus labios dulces, esa procesión por la calle del recuerdo un viernes santo. tan sólo el funeral del aroma de tu pelo, el magnolio de tu voz, el humus de tu carne: ...
Amor de pampa y mar adentro de Yanira Soundy
Te toco en la memoria y una luz cae mar abierto, eres fuerza irresistible que me atrae y voluntad que precipita cada uno de mis pasos. Impulso que mezcla el gozo y la tristeza, suspiro y amor que corta el viento. ¿Qué importa si no estrecho más el coral de tus labios ni arribo a tus ojos ...
Polvo austrohúngaro de María Eloy - García
te tomé yo por el asedio de viena rondándome por los ojos el ejército germanopolaco de tus dedos dudando de mi dieta de repente sudando santa alianza antiturca ofensiva me conquistas hungría (tú sí que sabes lo que me gusta) pero no me toques belgrado/ aún así tú dispuesto ...
Soledad de Virgilio López Lemus
Te vas quedando solo. Apoyaste todo tu amor en los ancianos que te sonríen y luego se marchan. Escribiste páginas borrables y poemas de corta duración, como tu vida. Ni los libros leídos ni los más amados estarán contigo allá, que es dónde. Abiertamente solo, vas pensando, ...
Sin ti de Yanira Soundy
Te vas y vuelan resignadas las gaviotas. Ya no llenaré tus oídos con mis rosas ni mojaré mi ayer con desventuras. Caminaré sin ti bajo este cielo; será como vestirme de una voz nueva, y aprender a vivir como las aves. Caminaré sin ti, y será por siempre de esa forma; ...
Te veo como un temblor de Gioconda Belli
Te veo como un temblor en el agua. Te vas, te venís, y dejás anillos en mi imaginación. Cuando estoy con vos quisiera tener varios yo, invadir el aire que respirás, transformarme en un amor caliente para que me sudés y poder entrar y salir de vos. ...
Hado español de la belleza de Juan Ramón Jiménez
Te veo mientras pasas sellado de granates primitivos, por el turquí completo de Moguer. Te veo sonreír; acariciar, limpiar, equilibrar los astros desviados con embeleso cálido de amor; impulsarlos con firme suavidad a sostener la maravilla exacta de este cuartel del incesante mundo. ...
Ébano real de Nicolás Guillén
Te vi al pasar, una tarde, ébano, y te saludé; duro entre todos los troncos, duro entre todos los troncos, tu corazón recordé. Arará cuévano, arará sabalú. -Ébano real, yo quiero un barco, ébano real, de tu negra madera... -Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. ...
Los jardines de Afrodita (II) de Francisco Villaespesa
Te vi muerta en la luna de un espejo encantado. Has sido en todos tiempos Elena y Margarita. En tu rostro florecen las rosas de Afrodita y en tu seno las blancas magnolias del pecado. Por ti mares de sangre los hombres han llorado. El fuego de tus ojos al sacrilegio incita, ...
Te vi un punto... (Rima XIV) de Gustavo Adolfo Bécquer
Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos, la imagen de tus ojos se quedó, como la mancha obscura, orlada en fuego, que flota y ciega si se mira al sol. Adondequiera que la vista fijo, torno a ver sus pupilas llamear; mas no te encuentro a ti, que es tu mirada: unos ojos, los tuyos, nada más. ...
El hombre de la máscara de hierro de Washington Benavides
Te vuela el alma o esa cosa que decimos: el alma. Y tienes alas y aprendiste a volar. Centellas de tus brazos o poemas alzan al cielo adiós, adiós la tierra- la blanca catedral. Un andamiaje de álamos nocturnos; vas, en una calesa hasta el túnel lunar; te vuela la camisa con el alma, ...
El hombre del Ecuador bajo la Torre Eiffel de Jorge Carrera Andrade
Te vuelves vegetal a la orilla del tiempo. Con tu copa de cielo redondo y abierta por los túneles del tráfico, eres la ceiba máxima del Globo. Suben los ojos pintores por tu escalera de tijera hasta el azul. Alargas sobre una tropa de tejados tu cuello de llama del Perú. Arropada en los pliegues ...
Tecún Umán de Miguel Ángel Asturias
Tecún-Umán, el de las torres verdes,el de las altas torres verdes, verdes,el de las torres verdes, verdes, verdes,y en fila india indios, indios, indiosincontables como cien mil zompopos:diez mil de flecha en pie de nube, milde honda en pie de chopo, siete milcerbateneros y mil filos de hachaen ...
Soledad de Susana Giraudo
Teja molida una plaza. El muchacho hablando solo. Cruje paso suela. Cruje. Allá verde verde. Y en su pienso y digo el azul. El azul siempre arriba y en la plaza el chico hablando solo de lo que nadie dice nada. Nadie dirá porqué cuando como. Muy cerca alguien mira dentro de si ...
Amargo amor de Miguel Arteche
Teje tu tela, teje de nuevo tu tela; deja que el mes de junio azote el invierno de mi patria; teje la tela de acero y de cemento; junta tus hilos uno a uno, oh hermoso tejedor; forma tu tela con fuertes lazos, con orgullosos rastros de sueño. Toda la tierra está en las colas del amor; ...
Tejí yo sola mi tela... de Rosalía de Castro
Tejí yo sola mi tela, sembré sola mi nabal; sola voy por leña al monte, sola veo arder el lar. Ni en la fuente ni en el prado aunque muera de pesar no ha de venir a ayudarme, él ya no me sostendrá. ¡Qué tristeza! El viento sopla, canta el grillo su compás..., hierve el pote...,¡caldo mío, ...
La ahogada del cielo de Pablo Neruda
Tejida mariposa, vestidura colgada de los árboles, ahogada en cielo, derivada entre rachas y lluvias, sola, sola, compacta, con ropa y cabellera hecha jirones y centros corroídos por el aire. Inmóvil, si resistes la ronca aguja del invierno, el río de agua airada que te acosa. Celeste sombra, ...
Soneto de Pilar Marcos
Tejiendo estoy. Mi estancia conmovida da forma a un corazón, punto por punto. Ahorcada en mi laurel separo, junto, se me escapan los hilos de la vida. Tejiendo estoy. La prenda sostenida se quiebra ante la pena que barrunto. Me lastima tu ausencia y su conjunto en la rabia ...
Soledad de Rafael Valero Oltra
Telaraña de cuerpo indefinible, la soledad me ronda, la presiento, y le muestro mi cuerpo en movimiento para hacerme a sus hilos perceptible. No habrá de ser su abrazo más terrible que el de este desamor y el vano intento de ir tras el sol, sin remos y sin viento, sabiendo que alcanzarlo ...
Telarañas cuelgan de la razón de Luis Cernuda
Telarañas cuelgan de la razón En un paisaje de ceniza absorta; Ha pasado el huracán de amor, Ya ningún pájaro queda. Tampoco ninguna hoja, Todas van lejos, como gotas de agua De un mar cuando se seca, Cuando no hay ya lágrimas bastantes, Porque alguien, cruel como un día de sol en ...
Muerte en el tiempo de Isabel de los Ángeles Ruano
Telarañas oscuras, cárcel amarga, sombras luctuosas, arena, tumba que adviene en cada escalón sin sentido bajado a escondidas, ocultando el rostro para negar un nuevo amanecer.
No llores, América...(II) de Julio Llinás
Telemacus Desde la isla de pájaros de lentes y corbata de lazo, la tonta dama francesa de cincuenta metros gobierna la ciudad de bocadillos de pastrami y coca cola en los carteles de Times Square. Sin vagabundos o putas no hay ciudad, dice Telemacus Malone, que nutre las palomas ...
En la televisión de Jorge Guillén
Televisión. De pronto campo Confuso de gentes, un día Cualquiera. Si es guerra, no hay crimen. Se ve a un prisionero. Caimna Con paso forzado hacia donde Se concentra alguna milicia Que sin más,vivir cotidiano, -No hay pompa-dispara, no avisa. La figura del prisionero ...
Plano de fumadores de Justo Navarro
Telón de luz: es una apacible hoz helada el cielo. Hay fumadores cerca de las sombrillas. Me gusta su aire dulce de fruta macerada o de guante vacío. Las lonas amarillas les dan además cierto fulgor que sólo existe en los vidrios manchados de las mesas de análisis de sangre. ...
La fuga de Julio Herrera y Reissig
Temblábamos al par... En el austero desorden que realzaba tu hermosura, acentuó tu peinado su negrura inquietante de pájaro agorero... ¡Nadie en tus ojos vio el enigma, empero calló hasta el mar en su presencia oscura! Inaccesible y ebria de aventura, entre mis brazos te besó el lucero. ...
La ventura es traidora de Rosalía de Castro
Teme que una inmensa dicha aquí abajo te sorprenda; glorias, aquí, sobrehumanas traen desventuras supremas. No imagines que pasa el dolor cual pasan los gustos en la tierra; ¡hay infierno en la memoria si no lo hay en la conciencia! Cual arraiga la yedra en el muro en algún pecho arraigan ...
1972 (Temí que el porvenir) de Jorge Luis Borges
Temí que el porvenir (que ya declina) sería un profundo corredor de espejos indistintos, ociosos y menguantes, una repetición de vanidades, y en la penumbra que precede al sueño rogué a mis dioses, cuyo nombre ignoro, que enviaran algo o alguien a mis días. Lo hicieron. ...
Accidente de Rosario Castellanos
Temí... no el gran amor. Fui inmunizada a tiempo y para siempre con un beso anacrónico y la entrega ficticia capaz de simular hasta el rechazo y por el juramento, que no es más retórico porque no es más solemne. No, no temí la pira que me consumiría sino el cerillo mal prendido ...
La casa de Olga Orozco
Temible y aguardada como la muerte misma se levanta la casa. No será necesario que llamemos con todas nuestras lágrimas. Nada. Ni el sueño, ni siquiera la lámpara. Porque día tras día aquellos que vivieron en nosotros un llanto contenido hasta palidecer han partido, y su leve ademán ...