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listado de poemas en audio por primeros versos letra t

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849 poemas con la letra "t"

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Ulises cotidiano de Carmen Villoro
Traes en tu cuerpo la leyenda de un navegante cansado. Es tan grato, en silencio, descalzarte de barcos, recoger de tus ojos las sirenas perdidas, las redes enlamadas, los sonidos ocultos de las olas. Te espero cada noche cuando levantas anclas en mi espacio y una lluvia de estrellas ...
Tragame luna de Mayra Oyuela
Tragame luna o aterrizá en este océano que soy. Mirá que tengo la piel fosilizada de lenguas y un abanico azul que golpea desde mis trompas de Falopio. He acampado en la sangre del abismo, he provocado la suntuosa apatía por los ocasos. Mirá que busco los ojos del sur y llevo...
La era del moscardón (Tragué...) de Juan Carlos Lemus
Tragué un rayo de mundo y la primera injuriabrotó del borde de mis labios desde que salí del orificio para oler la luzhoy sale de mi boca una mosca y silba no soporto estos adornos cuando mis tobillos están aprisionados por grilletes y mis manos amarradas por el jade por el oroparezco el talismán ...
Traía firme anzuelo... de Encarnación Huerta Palacios
Traía firme anzuelo los ojos ya nevados, y en la roca desierta atrapé su sonrisa una mañana. ¡Ayúdame! vierto todos mis peces en cristales salobres de la esfera del humano que busca un auditorio y canta la carcoma de sus penas . Lo dijo con aliento de insomnio perdurable. ...
Milonga de dos hermanos de Jorge Luis Borges
Traiga cuentos la guitarra De cuando el fierro brillaba, Cuentos de truco y de taba, De cuadreras y de copas, Cuentos de la Costa Brava y el Camino de las Tropas. Venga una historia de ayer Que apreciarán los más lerdos; El destino no hace acuerdos Y nadie se lo reproche ...
Homenaje al secreto de André Cruchaga
Traigo soledad. Creció conmigo. Tú sabes que ha sido un deshilván Que en ti ha desbocado Como un secreto atajo. Entre palabras y palabras Hemos hecho ríos y tejidos. Nadie sabe el sacrificio De crecer callando y desangrar; Nadie puede entender la tormenta De rubores...
Soledad de Rogelio Sinán
Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dajaste sola en el camino, ¡qué sola dejaste mi soledad!... (¡Pensar que la traje a ti para que le dieras alma!)
Soledad de Rogelio Sinán
Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dejaste sola en el camino, ¡qué sola dejaste...
Dónde puede ser visto. Qué lugares frecuenta de Julieta Valero
Transcurres en todo lo que queda innombrado. Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa. Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira, florece y se licencia en un triste salón y nadie va a verle. Tienes lugar en los ojos de tu madre, en la boca de amigos, sastres y tenderos, ...
Castigo de Silvina Ocampo
Transformará Minerva tus cabellos en serpientes y un día al contemplarte como en un templo oscuro, con destellos, seré de piedra, para amarte.
Instancias subjuntivas (III) de Olvido García Valdés
Transmuta en campos y hermosura lo que no se expresa, mira las mieses, nota el viento, siente la luz, respira la médula del mundo, rehaz lo podre en enjambre y avanza, escucha su zumbido, toma miel. Di nombres compañeros, invoca compañeras. No cejes. ...
De la serie Alma y Cristina (I) Alma de Maya Islas
Transparente a pesar de la materia, me asimilo a la red con una santidad particular; soy una firme creyente de que hay dos movimientos para visitar la vida, y el trayecto a pie es lo apropiado. Mientras verifico estas sensaciones, me acomodo en la línea vertical que me espera al final ...
Mediodía de Idea Vilariño
Transparentes los aires, transparentes la hoz de la mañana, los blancos montes tibios, los gestos de las olas, todo ese mar, todo ese mar que cumple su profunda tarea, el mar ensimismado, el mar, a esa hora de miel en que el instinto zumba como una abeja somnolienta... Sol, amor, ...
Andamos sobre losas de gavazzos de Tatiana Oroño
transpira, es resbaloso lo mancillado. Azulejos mosaicos porcelanas bajo la lava el sello de los cuerpos / cántaros gargantillas huertos Montevideo es aquí. No Herculano. Aserrín del deseo. Es aquí donde el duelo no duele suficiente. Arrojado a las aguas. Pavimentado en cales. . ...
Experiencia de mancha de Héctor Rosales
Transpiró una hoja sobre el muro de las horas: quedó escrita una gota de lápiz. Fue una mancha gris, una figura estrellada sin universo, de las miradas de los caminantes ajena. Iba en un ómnibus. A mi lado surgió la mancha, en el vestido con flores de una mujer...
Orillas del Sar (IV) de Rosalía de Castro
Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota, caigo en la senda amiga, donde una fuente brota siempre serena y pura; y con mirada incierta, busco por la llanura no sé qué sombra vana o qué esperanza muerta, no sé qué flor tardía de virginal frescura que no crece en la vía arenosa ...
Cementerio en la ciudad de Luis Cernuda
Tras de la reja abierta entre los muros, La tierra negra sin árboles ni hierba, Con bancos de madera donde allá en la tarde Se sientan silenciosos unos viejos. En torno están las casas, cerca hay tiendas, Calles por las que juegan niños, y los trenes Pasan al lado de las tumbas. ...
Coplas a lo divino de San Juan de la Cruz
Tras de un amoroso lance y no de esperanza falto volé tan alto tan alto que le di a la caza alcance. 1Para que yo alcance diese a este lance divino tanto volar me convino que de vista me perdiese y con todo en este trance en el vuelo quedé falto mas el amor fue tan alto que le di a la caza alcance. ...
Aliento de la luz de Raquel Huerta - Nava
Tras el dolor, el cambio, ese signo celeste de la gloria traza el sendero más firme el más difícil. la ruta de los astros para siempre, camino de sangre y soledad. Sólo la redención puede lavarnos del veneno en el espejo estéril soledad amortajada. Tras el dolor, ...
El lomo de la vida de Enriqueta Ochoa
Tras la reclusión vino de improviso la luz. Deslumbrada, llegué al núcleo de un violento avispero. Ajena a la concesión estudiada, inoportuna, con la simplicidad del que ignora el aguijón de la insidia, pasé la mano, sin malicia, por el lomo de la vida. Dios mío, qué brutal ...
La pantera de Jorge Luis Borges
Tras los fuertes barrotes la pantera Repetirá el monótono camino Que es (pero no lo sabe) su destino De negra joya, aciaga y prisionera. Son miles las que pasan y son miles Las que vuelven, pero es una y eterna La pantera fatal que en su caverna Traza la recta que un eterno ...
Revelación del silencio de Juan Manuel Roca
Tras los temblores y los años que huyen como galgos, la Catedral de Managua se puebla de pájaros. En sus ruinas se siente la presencia del vacío, lejanos murmullos, precesiones de ausentes. Pero los grillos, ¡ah!, los grillos elevan una agreste oración. Un olor a hierba recorre las naves ...
Vitral de Amparo Amorós
Trascendida textura la del aire en que la luz desvela su entidad de ilusoria materia. Impasible trasiego de traslúcidos cuerpos en la serena suspensión de un ámbito a cuya cualidad intemporal propenderá el espacio. El lugar del vacío es la revelación de su forma absoluta. ...
Pipa de amor de Juan Daniel Perrotta
Tratame como a tu pipa, decís, tu cuerpo y el mío desnudos. Entonces mis manos recorren tus formas, sensuales, armónicas, comienzo el ritual de encender el fuego, un fuego parejo y perdurable, del que las volutas se desprendan trazando arabescos de danza derviche. . ...
Tu nombre de Jaime Sabines
Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir que te amo. Trato de decir a oscuras esto. No quiero que nadie se entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado...
Incidente doméstico de Miguel de Unamuno
Traza la niña toscos garrapatos, de escritura remedo, me los presenta y dice con un mohín de inteligente gesto: ¿Qué dice aquí, papá? Miro unas líneas que parecen versos. ¿Aquí ?Si, aquí; lo he escrito yo; ¿qué dice? porque yo no sé leerlo...¡Aquí no dice nada! , le contesté al momento. ¿Nada ? , ...
Tregua de María Rosal
Tregua para bañar el pensamiento, para lavarlo y perfumarlo, para rasparla rémora de sargazos. Tregua para quien bebe un vaso de vino y la nostalgia le obtura la gar-ganta. Tregua para quien pide amor y le dan una piedra de sílex. Para quien se acuesta solo y confunde su olor ...
Treinta indulgencias... de Angela Leite de Souza
Treinta indulgencias cien jaculatorias. Tantas penitencias padres -nuestros y glorias novenas patenas sotanas y credos y cruces y salves en las capillas de las grandes grutas entre los oros de las matrices... Pero Dios, el Verbo en persona, ¿resuena en la voz de las campanas? ...
Trenes de Rafael Alberti
Tren del día, detenido frente al cardo de la vía. Cantinera, niña mía, se me queda el corazón en tu vaso de agua fría. Tren de noche, detenido frente al sable azul del río. Pescador, barquero mío, se me queda el corazón en tu barco negro y frío. De: Marinero en tierra
Preñez de Dina Posada
Trepando por rutas de sangre dormida esperan cuajar rasgos y raza herencia y aventura episodio y fecha peregrinos de nerviosa cola buscando la vida atraviesan su tramo de muerte Los ha lanzado el redoble de un falo ansioso en la rosa frontera cálida Cerrada la esfera atisba el bravo oleaje letal ...
Tiempo ganado de María Cristina Orantes
Tres años resumidos en una bolsa plástica se ha cerrado la puerta y todavía guardo las llaves en mi bolso se ha volteado la página y aun quedaron capítulos pendientes, pero no he de leerlos y no habré de quedarme a mirar a través de las rendijas ni intentaré falsear la cerradura. ...
Tres árboles de Gabriela Mistral
Tres árboles caídos quedaron a la orilla del sendero. El leñador los olvidó, y conversan, apretados de amor, como tres ciegos. El sol de ocaso pone su sangre viva en los hendidos leños ¡y se llevan los vientos la fragancia de su costado abierto! Uno, torcido, tiende...
Tres árboles de Gabriela Mistral
Tres árboles caídos quedaron a la orilla del sendero. El leñador los olvidó, y conversan, apretados de amor, como tres ciegos. El sol de ocaso pone su sangre viva, en los hendidos leños, ¡Y se llevan los vientos la fragancia de su costado abierto! Uno, torcido, ...
Canción de Baltasar del Alcázar
Tres cosas me tienen preso de amores el corazón: la bella Inés, y jamón, y berenjenas con queso. Una Inés, amantes, es quien no tuvo en mí tal poder, que me hizo aborrecer todo lo que no era Inés: trájome un año sin seso, hasta que en una ocasión me dio a merendar jamón ...
Tres palabras... de Ernestina de Champourcin
Tres palabras tres clavos sujetándose el cuerpo; tres alas en mi alma sosteniéndome el vuelo. El día se hizo luz cuando rompí el silencio. Después... Tú ya lo sabes. Resucité hacia dentro. Fui distinta y la misma. Me despojé en secreto y me quedé sin mí por llenarme de cieno. ...
Itaca no existe de Amalia Iglesias Serna
Tres vueltas de llave y un olor a silencio, la luz súbitamente estrangulada en el lecho sin fondo y la humedad de quince o más otoños y esta locura y esta oscura gangrena de embriagada penumbra, tres o cuatro macetas con esquejes de olvido o esa vela gastada en noche de tormenta. ...
Cinco veces la flor de Alejandro Aura
Tres: Alguien dejó una flor de papel sobre mi mesa, es linda y morada y verde, gracias. Esperé una flor toda la vida, y hoy, martes raspado de melancolía, no sé de dónde, me ha llegado. Pinche florecita de papel, te quiero. Cuatro: De las horas más muertas que tenía tú me sacaste...
El río de Manuel José Othón
Triscad, oh linfas, con la grácil onda, gorgoritas, alzad vuestras canciones. y vosotros, parleros borbollones, dialogad con el viento y con la fronda. Chorro garrulador, sobre la honda cóncava quiebra, rómpete en jirones y estrella contra riscos y peñones tus diamantes y perlas de Golconda. Soy ...
Triste eres menos triste.... de Antonio Porchia
Triste eres menos triste. Quédate...
La higuera estéril de Rogelio Sinán
Triste higuera maldita, mutilada de sexo Y ávida de plumajes, tu desgajado grito levanta en banderola para gritar: Estéril! sí, yo, defraudadora del codiciado fruto! ¿Por qué signo de arenas doblégase mi débil conciencia vegetal? ¡Oh cálido conjuro, fortifica nii tallo, torna mi savía fértil ...
Ciegos y oscuros contornos de los días de Otto Raúl González
Triste uniforme interminable como la pegajosa lluvia de los Andes es esta vasta pesadumbre que me sitia y esta torpe sensación de ser inútil desde que crece (creció) el árbol el gran árbol solitario de tu muerte Como las hojas secas que noviembre arremolina y amontona...
Llagas erizadas de Claudia Herodier
Triste vergüenza del hombre que camina, que marcha puliendo su agonía, retocando con alambres sus escaramuzas. Vergüenza terrible de una estirpe que momifica sus verdades por la repugnancia que causa el conocerse en lo que somos. Quién tamiza sus silencios...
Ipandro Acaico de Ignacio Montes de Oca y Obregón
Triste, mendigo, ciego cual Hornero, Ipandro a su montaña se retira, sin más tesoro que su vieja lira, ni báculo mejor que el de romero. Los altos juicios del Señor venero, y al que me despojó vuelvo sin ira de mi mantel pidiéndole una tira, y un grano del que ha sido mi granero. ...
Versos a la tristeza de Buenos Aires de Alfonsina Storni
Tristes calles derechas, agrisadas e iguales, por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo, sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo me apagaron los tibios sueños primaverales. Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada en el vaho grisáceo, lento, que las decora. ...
Alborada de María Sanz
Tristes mis ojos, triste la alborada, triste porque mi cuerpo se despoja del tuyo, despertar donde se aloja toda la soledad inexplicada. Muerte del corazón, luz agotada, tu aliento entre mi pecho, y esa hoja marchita en su dolor, porque se moja con lágrimas de un todo en esta nada. ...
L’ombra de Marià Manent
Tristesa perfumada, rossinyol de la nit: amb sospirs, al meu son vas fent una corona. El coixí feia olor de taronger florit, oh rossinyol, colgat d’estrelles i d’aromes! Però, si em desvetllava, he vist que era de neu el jardí, i aquella Ombra hi venia daurada: i es glaçava un somriure...
Tristeza dulce del campo de Juan Ramón Jiménez
Tristeza dulce del campo. La tarde viene cayendo. De las praderas segadas llega un suave olor a heno. Los pinares se han dormido. Sobre la colina, el cielo es tiernamente violeta. Canta un ruiseñor despierto. Vengo detrás de una copla que había por el sendero, copla...
Oda a la tristeza de Pablo Neruda
Tristeza, escarabajo de siete patas rotas, huevo de telaraña, rata descalabrada, esqueleto de perra: Aquí no entras. No pasa. Ándate. Vuelve al sur con tu paraguas, vuelve al norte con tus dientes de culebra. Aquí vive un poeta. La tristeza no puede entrar por estas puertas. ...
Coplas a la tristeza de Juan Boscán
Tristeza, pues yo soy tuyo, tú no dejes de ser mía; mira bien que me destruyo sólo en ver que el alegría presume de hacerme suyo. ¡Oh tristeza, que apartarme de contigo es la más alta crueza que puedes usar conmigo! No huyas ni seas tal que me apartes de tu pena; soy tu tierra natural, ...
Y azúcar de Carolina Escobar Sarti
Trituraré la caña y cuando hable será jugo para ti. Se hará nada en los laberintos de tu pensamiento y endulzará el ayuno de tus recuerdos. Se derramará pegajosa entre tus dedos te provocará te llamará te comerá por dentro. Se derretirá en tu boca y labrará el musgo abrazado a tu cuerpo. ...