☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra t

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

680 poemas con la letra "t"

. < 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 > .

Tú dejaste inhabitada... de Elena Medel
Tú dejaste inhabitada la isla que me flota entre los muslos: hoy mi propio mástil carnívoro me destroza por dentro. Ha comenzado el banquete se retuerceórbita azul y en llamas descubro famélicos los astros. Sé que soy el centro del mundo y mi diadema besa el suelo, ...
Hojas secas de Antonio Plaza
Tú despertaste el alma descreída del pobre que tranquilo y sin ventura, en el Gólgota horrible de la vida agotaba su cáliz de amargura. Indiferente a mi fatal castigo me acercaba a la puerta de la parca más infeliz que el último mendigo, más orgulloso que el primer monarca. Pero te amé; ...
Homenaje a Freud de César Calvo
Tú dirás que en el vientre de mi esposa aguardé nueve meses para nacer, y es cierto que he nacido, pero luego como que nos dejaste confundidos hablándonos del mar desde tu tina de porcelana rosa, Segismundo, mi viejo.
Tú duermes, ya lo sé. de Julia Prilutzky
Tú duermes, ya lo sé. Te estoy velando. No importa que estés lejos, que no escuche tu cadencia en la sombra; no importa que no pueda pasar mi mano sobre tu cabeza, tus sienes y tus hombros. Yo estoy velando, siempre. No importa que no pueda acurrucarme para que tú me envuelvas ...
Poema de Alejandra Pizarnik
Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio. Tú haces de mi vida esta ceremonia demasiado pura.
Canción sin tiempo (I) de Emilio Ballagas
Tú en la pureza de los círculos concéntricos que crecen y se evaden desde secretos puntos de armonía. Tú, en el minuto que conmemora la dulczura inefable del perfil y la inocencia de las manos unidas en un solo pulso, en un salto a otro espacio, en una sangre única. Cielo de aguas de olvido. ...
Habitación de Nora Méndez
Tú entras y sales de mí yo te dejo pasar y salir entre bienvenida y despedida entre encuentro y desencuentro va quedando la huella del amor como firma de tiempo como río que hace cauce Y este cuarto que no es cuarto es globo denso de emociones triturado ...
Tú eras columna de Babilonia... de Blanca Andreu
Tú eras columna de Babilonia o casi, capítulo del beso de Babel cuando eras mano labios dedos torres, historia alta de ti, el libro de la voz deshojándose con paso de danza, y la colonia que se despierta y escribe estrofas verdes, y el viento era cascabel para tus pies en la luna bermeja ...
Tú eras el huracán (Rima XLI) de Gustavo Adolfo Bécquer
Tú eras el huracán y yo la alta torre que desafía su poder, ¡tenías que estrellarte o que abatirme!... ¡No pudo ser! Tú eras el Océano y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivén: ¡tenías que romperte o que arrancarme!... ¡No pudo ser! Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados uno a arrollar, ...
El extranjero de Elsa López
Tú eres Aquiles, el hermoso perdedor, el de la espada de hierro, el de la radiante cabeza coronada, el mejor. La verdad que sí, ¡Oh dioses inmortales! que eres realmente bello. Y no me extraña en absoluto que Helena perdiera el aliento y su peplo de seda, ...
Soleares de Manuel Machado
Tú eres buena y eres mala; pero como te quería, toíto te lo pasaba...* * * Toíto te lo pasaba... Y, ahora, como no te quiero, se acabó lo que se daba.* * * La veredita es la misma... Pero el queré es cuesta abajo, y el olvidar, cuesta arriba.* * * Tu calle ya no es tu calle: que es una calle cualquiera, ...
Canción del ángel sin suerte de Rafael Alberti
Tú eres lo que va: agua que me lleva, que me dejará. Buscadme en la ola. Lo que va y no vuelve: viento que en la sombra se apaga y se enciende. Buscadme en la nieve. Lo que nadie sabe: tierra movediza que no habla con nadie. Buscadme en el aire. De: Antología poética
Tú eres más que mis ojos de Carlos Pellicer
Tú eres más mis ojos porque ves lo que en mis ojos llevo de tu vida. Y así camino ciego de mí mismo iluminado por mis ojos que arden con el fuego de ti. Tú eres más que mi oído porque escuchas lo que en mi oído llevo de tu voz. Y así camino sordo de mí mismo lleno de las ternuras de tu acento. ...
Tú eres mi marido de Jaime Sabines
Tú eres mi marido y yo soy tu mujer. Tú eres mi hermana y yo soy tu hermano. Tú eres mi madre y yo soy tu hijo. Los dos somos nada más uno. Tú te abres y yo te penetro. Tú eres María y yo soy José. Tú me abrazas y yo te envuelvo. Tú eres mi sangre y yo soy tu piel...
Espejismo de Dulce María Loynaz
Tú eres un espejismo en mi vía. Tú eres una mentira de agua y sombra en el desierto. Te miran mis ojos y no creen en ti. No estás en mi horizonte, no brillas aunque brilles con una luz de agua... ¡No amarras aunque amarres la vida!... No llegas aunque llegues, no besas aunque beses... ...
Tú eres una catástrofe de Rafael Alberti
Tú eres una catástrofe o un cielo abierto donde se instala el arco iris. De ti se espera todo. Desnudo frente al mar, como recién subido de un naufragio, cubierto estás de vientos y temporales y las piedras que arrojas pueden romper lo mismo el ojo de una flor que originar un niño, un pájaro, ...
Poema para un día cercano de Gonzalo Osses – Vilches
Tú estarás lejos. Yo dejaré la vida como una pena olvidada que se abandona para proseguir el camino, y emprenderé la muerte. Detrás de mí, siguiéndome, irán todas las cosas queridas,el silencio que nos uniera,el arduo amor que nunca pudo vencer el tiempo,el roce de tus manos, ...
Tú estás segura de que yo te amo de Eugenio Martínez Orantes
Tú estás segura de que yo te amo. Pero también estás segura de otras cosas que nos amarran, que nos detienen, que nos alejan, que nos lanzan por caminos extraños Unos caminos que son tuyos y otros que son míos, totalmente distintos entre sí. Mientras tú subes a la montaña, ...
Tu grupa blanca y ciega se mueve... de Tomás Segovia
Tu grupa blanca y ciega se remueve Bajo la seriedad de las caricias Tu inquieta grupa zalamera Entrevero de fiebres y de fríos Tu grupa de molicie inaplacada Nudo vivaz y obtuso de tu cuerpo En el coloquio a oscuras de las pieles Le prestamos al mundo nuestra carne Para que inscriba ...
El corazón de Braulio Arenas
Tú hablaste del corazón hasta por los ojos tú hablaste del fuego hasta por la nieve por ti yo un día me decidí al azar para encontrarte Yo he desatado el nudo del azar -una mañana me decidí de súbito- y sólo quien haya logrado desatarlo podrá entenderme. Yo he desatado el nudo del azar ...
Reconocimiento de Alejandra Pizarnik
Tú haces el silencio de las lilas que aletean en mi tragedia del viento en el corazón. Tú hiciste de mi vida un cuento para niños en donde naufragios y muertes son pretextos de ceremonias adorables. Selección: Guido Ferrer
Tercer poema de ausencia de Homero Aridjis
Tú has escondido la luz en alguna parte y me niegas el retorno, sé que esta oscuridad no es cierta porque antes de mis manos volaban las luciérnagas, y yo te buscaba y tú eras tú y éramos unos ojos en un mismo lecho y nadie de nosotros pensaba en el eclipse, pero nos hicimos fríos ...
Nacimiento de Nadia Contreras
Tu hermano nació a primera hora Del día más amargo Tú lo veías ya desde la sombra Una fiesta era tu casa Tu madre el descuido mayor La leche invade la boca los pulmones Lloras Claudio Y nadie puede expiar la culpa Del libro inédito: Valle de espejos ...
De olvido (II) de Lilian Serpas
Tu imagen enlutada y pasajera roza el leve sentir de una amargura...; y aunque en ella yo viva prisionera, mi vida es un no-star en la ternura: -afán que nunca llega hasta su vera- si un ir inmotivado en mi presura, me diluye, me escapa a la atadura del tiempo, en ceguedad de lo que fuera: ...
La mujer de nieve de Salvador Díaz Mirón
Tu largo ventisquero forma y trasunta blanca mujer tendida, como difunta, y muestra en vivas manchas crudo arrebol. ¡Y el cadáver ficticio me desconcierta porque se me figura la Patria muerta, que con pintas de sangre se pudre al sol! ¡Oh signo de los tiempos graves y espurios! ...
Oración por la belleza de una muchacha de Dámaso Alonso
Tú le diste esa ardiente simetría de los labios, con brasa de tu hondura, y en dos enormes cauces de negrura, simas de infinitud, luz de tu día; esos bultos de nieve, que bullía al soliviar del lino la tersura, y, prodigios de exacta arquitectura, dos columnas que cantan tu armonía. ...
Arte mayor (III) de Patricia Medina
Tu lengua llega a casa los manzanos despiertan. Despacio te deslizas por hondos laberintos. Con el filo del ojo me partes en un parto de remolino y savia. Lechada está la ropa que le hurtamos al cuerpo. Sobre tus piernas duermeespiga triste el único testigo. ...
Siempre el adiós de Gonzalo Rojas
Tú llorarás a mares tres negros días, ya pulverizada por mi recuerdo, por mis ojos fijos que te verán llorar detrás de las cortinas de tu alcoba, sin inmutarse, como dos espinas, porque la espina es la flor de la nada. Y me estarás llorando sin saber por qué lloras, sin saber quién se ha ido: ...
El juego de la muerte de Dulce María Loynaz
Tu mano dura, rígida, apretando... Apretando, apretando hasta exprimir la sangre gota a gota... Tu mano, garra helada, garfio lento que se hunde... Tu mano. ¿Ya?... La sangre... No he gritado. No lloré apenas. Acabemos pronto ahora: ¿ves?, estoy quieta y cansada. De una vez acabemos ...
Epígrafe (I) de Eunice Odio
Tu mano en que desdoblan ruiseñores su pálido desnudo, su ancho pecho de musgo coronado, es mano que abre al viento reclinado claro jazmín entre la sien oscura. Sí, deshojada el agua entre la frente, labra pequeña placidez de lirio y entre los dedos gajos de violines.
Tu mano recoge de mi piel el tiempo... de Ana María Navales
Tu mano recoge de mi piel el tiempo, incansable borra todo viejo amor y regresa de la caricia como una alondra que se debate en lo oscuro sin encontrar la luz de la mañana Después, serena mi cabello en algún odio enmarañado y llama a esa niña que enciende sus ojos ...
Soneto de la Zubia de Antonio Gala
Tú me abandonarás en primavera, cuando sangre la dicha en los granados y el secadero, de ojos asombrados, presienta la cosecha venidera. Creerá el olivo de la carretera ya en su rama los frutos verdeados. Verterá por maizales y sembrados el milagro su alegre revolera. ...
Tú me levantas, tierra de Castilla de Miguel de Unamuno
Tú me levantas, tierra de Castilla, en la rugosa palma de tu mano, al cielo que te enciende y te refresca, al cielo, tu amo. Tierra nervuda, enjuta, despejada, madre de corazones y de brazos, toma el presente en ti viejos colores del noble antaño. Con la pradera cóncava del cielo ...
A Cristo Crucificado de José Bergamín
Tú me ofreces la vida con tu muerte y esa vida sin Ti yo no la quiero; porque lo que yo espero, y desespero, es otra vida en la que pueda verte. Tú crees en mí. Yo a Ti, para creerte, tendría que morirme lo primero; morir en Ti, porque si en Ti no muero no podría encontrarme sin perderte. ...
Otra vez, al lector de Juan Domingo Argüelles
Tú me pedías poesía como quien frutos desespera del olmo viejo del camino. Cada mañana amanecía y el árbol peras no arrojaba. Cuando vivir no es necesario escribe el cerdo, lee el puerco y se emocionan los marranos. Escucha bien: no hay moraleja: es otra voz la poesía.
El Poema y el Poeta de Luis de Lión
Tú me pides un poema y yo te digo: amor, si tú lo eres. Cada parte tuya es una estrofa y todo el conjunto, poesía. Para escribirte habría que volver a la poesía clásica, habría que volver gimnastas a los versos. Escribirte en verso libre no es correcto y yo no puedo escribir ...
Tú me quieres blanca de Alfonsina Storni
Tú me quieres alba, me quieres de espumas, me quieres de nácar. Que sea azucena sobre todas, casta. De perfume tenue. corola cerrada Ni un rayo de luna filtrado me haya. Ni una margarita se diga mi hermana; tú me quieres blanca, tú me quieres nívea, tú me quieres casta. ...
Tu muerte de Claribel Alegría
Tu muerte te congela estás inmóvil mi vida en cambio fluye y me acerca veloz hacia el encuentro.
La escritura sagrada de Hildebrando Pérez Grande
Tú no eres más que un racimo de valses Maravillosamente mundanos. Punto Y raya. Un relámpago harapiento De ademanes y remolinos y nomeolvides. Siempre reverberas sobre la página en blanco De tu amores perdidos como una lluvia Inquietante de puñales peregrinos. ...
Íntima de Gabriela Mistral
Tú no oprimas mis manos Llegará el duradero tiempo de reposar con mucho polvo y sombra en los entretejidos dedos. Y dirías: No puedo amarla, porque ya se desgranaron como mieses sus dedos. Tú no beses mi boca. Vendrá el instante lleno de luz menguada, en que estaré sin labios ...
Palabras para Julia de José Agustín Goytisolo
Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada, te sentirás perdida o sola, tal vez querrás no haber nacido. Yo sé muy bien que te dirán que la vida ...
Tú no querías venir... de Patricia Medina
Tú no querías venir rara especie de humano con divino porque sabías tus brazos indefensos tus pies atropellados de cautela tus muchas muchas vueltas zumbando entre las zarzas con un miedo de lobo. ¿Cuál bandera es tu luz? ¿cuál pedazo de arcilla deshaces con los dedos? ...
Tú no sabes amar de Julio Flórez
Tú no sabes amar: ¿acaso intentas darme calor con tu mirada triste? El amor nada vale sin tormentas, sin tempestades el amor no existe. Y sin embargo ¿dices que me amas? No, no es amor lo que hacía mí te mueve; el Amor es un sol hecho de llama, y en los soles jamás cuaja la nieve. ...
Tú no sabes aún de Ernestina de Champourcin
Tú no sabes aún que he cercado tu orilla, que sueñas por la noche el color de mis ojos, que tus manos en sombra dirigen su tanteo hacia mi soledad. ¡Ignóralo así siempre! Yo agolparé tinieblas en el limpio sendero que hollan las verdades. Plegaré la inconsciencia como una venda inmóvil ...
Sabor a luto de Otto Rene Castillo
Tú no sabes, mi delicada bailarina, el amargo sabor a luto que tiene la tierra donde mi corazón humea. Si alguien toca a la puerta, nunca sabes si es la vida o la muerte la que pide una limosna. Si sales a la calle, puede que nunca más regresen los pasos a cruzar el umbral de la casa donde vives. ...
A ti de José Asunción Silva
Tú no sabes, más yo he soñado entre mis sueños color de armiño, horas de dicha con tus amores, besos ardientes, quedos suspiros cuando la tarde se tiñe de oro esos espacios que juntos vimos, cuando mi alma su vuelo emprende a las regiones de lo infinito.
La paloma y el sueño de Efraín Huerta
Tú no veías el árbol, ni la nube ni el aire Ya tus ojos la tierra se los había bebido y en tu boca de seda sólo un poco de gracia fugitiva de rosas, y un lejano suspiro. No veías ni mi boca que se moría de pena ni tocabas mis manos huecas, deshabitadas. Espeso polvo en torno daba ...
Y tu amor se denuncia por el canto de un pájaro de Homero Aridjis
Tu nombre repetido por las calles Tu boca Tu paso que no es nocturno ni de aurora Tu voz Sólo tu ser creciendo en las esquinas Tu tiempo... tus alianzas Ahora sentada en espiral Después el humo. Selección: Guido Ferrer
Cómo será el mar de Guillermo Prieto
Tu nombre ¡o mar! en mi interior resuena; despierta mi cansada fantasía: conmueve, engrandece al alma mía, de entusiasmo férvido la llena. Nada de limitado me comprime, cuando imagino contemplar tu seno; aludo, melancólico y sereno, o frente augusta; tu mugir sublime. Serás ¡oh mar! ...
El amor duerme en el pecho del poeta de Federico García Lorca
Tú nunca entenderás lo que te quiero porque duermes en mí y estás dormido. Yo te oculto llorando, perseguido por una voz de penetrante acero. Norma que agita igual carne y lucero traspasa ya mi pecho dolorido y las turbias palabras han mordido las alas de tu espíritu severo. ...