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listado de poemas en audio por primeros versos letra t

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680 poemas con la letra "t"

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Eldridge Street de José María Fonollosa
Todos tienen derecho a usarla. Todos. La lluvia no mojó sólo una calle ni el sol nunca salió para uno solo. La mujer es para eso, paraíso, para uso de los hombres. Campo abierto. Es fácil de entender. Es bien común. Es la hembra de la especie. La de todos. Y ha de entregarse a aquel que la apetezca. ...
El pórtico de Jaime García Terrés
Todos vamos al centro de la pira, pero no con iguales andaduras: unos van más aprisa porque saben el atajo seguro y no lo dicen; muchos describen círculos helados antes de sospechar otro destino; tampoco faltan los enamorados entusiastas del sólido minuto, que niegan ...
Ser ante los ojos (A mediodía X) de Gerardo Guinea Diez
Toma de la mano al hombre, al niño, a sí mismo; el tiempo dicta su sentencia: todos serán obligados a la valentía a pesar de su miedo. Quizá después, muy después, vendrán los demás que salven a la historia. Pero ahora, el clamor es uno: empuñarán la espada del humo, ...
Ahasvero de Francisco A. de Icaza
Toma el bordó, peregrino; como ayer a la alborada, hoy con la noche mediada has de emprender el camino. Ya de las aves el trino no alegrará tu jornada; está la noche cerrada, negro y callado el camino. Si por la senda ignorada al azar de tu destino has de caminar sin tino, ...
Toma también mis ojos... de Amalia Iglesias Serna
Toma también mis ojos, la decisión de fecha escurridiza y llévame a aprender tierra de nadie o inciertas geografías. Toma el camino túnel o imán de mi memoria. Enséñame a mirar senderos, nubes, nervaduras, metáforas. El espacio reiterado del deseo en su mapa de arterias ...
Tomad vuestro teléfono de Gonzalo Rojas
Tomad vuestro teléfono y preguntad por ella cuando estéis desolados, cuando estéis totalmente perdidos en la calle con vuestras venas reventadas, sed sinceros, decidle la verdad muy al oído. Llamadla al primer número que miréis en el aire escrito por la mano del sol que os transfigura. ...
La hora de Juana de Ibarbourou
Tómame ahora que aún es temprano y que llevo dalias nuevas en la mano. Tómame ahora que aún es sombría esta taciturna cabellera mía. Ahora , que tengo la carne olorosa, y los ojos limpios y la piel de rosa. Ahora que calza mi planta ligera la sandalia viva de la primavera ...
La hora de Juana de Ibarbourou
Tómame ahora que aun es temprano y que llevo dalias nuevas en la mano. Tómame ahora que aun es sombría esta taciturna cabellera mía. Ahora que tengo la carne olorosa y los ojos limpios y la piel de rosa. Ahora que calza mi planta ligra la sandalia viva de la primavera. Ahora que mis labios ...
Millonarios de Juana de Ibarbourou
Tómame de la mano. Vámonos a la lluvia descalzos y ligeros de ropa, sin paraguas, con el cabello al viento y el cuerpo a la caricia oblicua, refrescante y menuda, del agua. ¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes y los dos nos amamos y nos gusta la lluvia, ...
Abdicación de Fernando Pessoa
Tómame, oh noche eterna, en tus brazos y llámame hijo. Yo soy un rey que voluntariamente abandoné mi trono de ensueños y cansancios. Mi espada, pesada en brazos flojos, a manos viriles y calmas entregué; y mi cetro y corona yo los dejé en la antecámara, hechos pedazos. ...
Las muchachas y el mar de Antonio Porpetta
Toman el sol, tumbadas en la arena, bajo una exacta claridad rasgada de vuelos y abandonos, en frutal ofertorio la gloria de sus cuerpos, los sueños navegando por hondas geografías. Confían en el mar: nunca recelan de su aliento cercano, de esa casta apariencia que transmite ...
Un balcón de Arturo Carrera
Tomás tiene dos años, vive en Buenos Aires en un exiguo Dpto. de la calle Defensa. Cuando llegó al campo dijo: ¡balcón, mamá, balcón! El campo como un balcón infinito, con sus terrones azules y sus pastos infinitos, con sus perfumes y sabores infinitos y los enormes perros, ...
Gobierno gaucho de Estanislao del Campo
Tomé en casa el otro día tan soberano peludo, que hasta hoy, caballeros, dudo si ando mamao todavía. Carculen cómo sería la mamada que agarré, Que, sin más, me afiguré Que yo era el mesmo Gobierno, Y más leyes que un infierno Con la tranca decreté. Gomitao y trompezando, ...
Nocturno de Igor Barreto
Tomo la miel y duermo y el pesado párpado en llamas no cesa de mirar el mundo. Qué decir de la ciudad, sus espacios baldíos. Las luces carburantes de los anuncios rozan las nubes, el sabor crispado de unas tardes de muladar, el círculo enrejillado de una plaza gris. Mientras duermo: ...
Sal de Otoniel Guevara
Tomo la sal entre mis dedos y siento enjambres de hombres remontar parajes asesinos atravesar oceános de infinitas incertidumbres La sal con toda su blancura no pronuncia la sangre vertida tras su aroma de mar nunca invoca la paz muy al contrario se devela mortaja sobre el cabello ...
Superser de María Eloy - García
tomó la última palabra la calentó con el aliento y la soltó redonda como un radiador sólo que dijo nunca sin la ternura de un electrodoméstico
Superser de María Eloy - García
tomó la última palabra la calentó con el aliento y la soltó redonda como un radiador sólo que dijo nunca sin la ternura de un electrodoméstico (De: Metafísica del trapo) (Fuente: Luzmaría Jiménez Faro)
Epitafio para la tumba de un poeta de José Hierro
Toqué la creación con mi frente. Sentí la creación en mi alma. Las olas me llamaron a lo hondo. Y luego se cerraron las aguas.
Musgo de Carlos Guido y Spano
Torné a ver la vieja ermita, se halla todo en su lugar: la lámpara moribunda, la flor mustia en el altar. Doquier quedan las señales de la dulce, antigua fe: allí está la Dolorosa, allí el Cristo que adoré. ¡Cuántas veces, siendo niño, el santuario a media luz, me llevó mi tierna madre a besar juntos ...
Ewigkeit de Jorge Luis Borges
Torne en mi boca el verso castellano a decir lo que siempre está diciendo desde el latín de Séneca: el horrendo dictamen de lo que todo es el gusano. Torne a cantar la pálida ceniza, los fastos de la muerte y la victoria de esa reina retórica que pisa los estandartes de la vanagloria. No así. ...
Torno a la oscura posesión... de María José Flores
Torno a la oscura posesión al fuego al rapto de las ciervas al misterio de los frutos que caen lentos en la espesura de las sombras Mujeres de carne y verso. Antología poética femenina en lengua española del siglo XX. Edición de Manuel Francisco Reina.
Asalto al sol 27 de Heddy Navarro Harris
Torno el gesto y por los puntos estrellados saludo a tus ojos que se asombran de los astros yo que tengo uno atrapado al incendio de mis dedos te otorgo el resplandor que morderá tus células hembra helada de la tierra
Onix de José Juan Tablada
Torvo fraile del templo solitario que al fulgor nocturno lampadario o a la pálida luz de las auroras desgranas de tus culpas el rosario... ¡Yo quisiera llorar como tú lloras! Porque la fe en mi pecho solitario se extinguió, como el turbio lampadario entre la roja luz de las auroras, y mi vida es un fúnebre ...
Sangre en el paraíso de Manuel José Arce Leal
Total, no pasa nada: me desangro. Sé que mi hemoglobina derramada es como una escupida de borracho frente a la bomba atómica: total: no pasa nada. Y si yo estoy enfermo, también se han muerto de hambre muchos miles de cientos de millares más otros. Y si ahora batallo para adentro, ...
A buen juez, mejor testigo I de José Zorrilla
Tradición de Toledo I Entre pardos nubarrones pasando la blanca luna, con resplandor fugitivo, la baja tierra no alumbra. La brisa con frescas alas juguetona no murmura, y las veletas no giran entre la cruz y la cúpula. Tal vez un pálido rayo la opaca atmósfera cruza, y unas en otras las sombras ...
Un día lluvioso de Miguel Antonio Jiménez
Trae la guitarra el día lluvioso gimiendo hacia adentro en el alcohol enferma el tiempo su flor y su barro de sueño enuncia el aire en un decir de muerte espesos ríos persiguen sus orillas como una selva hollada cuando Dios estaba aún azul dentro del hombre ...
Hazlo por mí de Ana María Rodríguez
Tráeme rosas robadas de algún jardín, cualquiera, pero que sean robadas. Me gusta lo furtivo, lo oculto, lo callado. Dicen que hay en la luna un rostro que no vemos. Tráeme de allí las rosas, allí crecen sin miedo. Es suyo el infinito. (Fuente: Luzmaría Jiménez Faro)
Poema del fuego N°. 5 de Ibn Sara As-Santarini
Tráenos ese brasero que en el bosque tiene sus orígenes y la frente del sol muestra en sus rayos. Desde su seno saltan los carbúnculos con susurros que curan la melancolía; es para el solitario compañía, amanecer para los ojos que lo miran, vestido del que no lo tiene. ...
Ulises cotidiano de Carmen Villoro
Traes en tu cuerpo la leyenda de un navegante cansado. Es tan grato, en silencio, descalzarte de barcos, recoger de tus ojos las sirenas perdidas, las redes enlamadas, los sonidos ocultos de las olas. Te espero cada noche cuando levantas anclas en mi espacio y una lluvia de estrellas ...
La era del moscardón (Tragué...) de Juan Carlos Lemus
Tragué un rayo de mundo y la primera injuriabrotó del borde de mis labios desde que salí del orificio para oler la luzhoy sale de mi boca una mosca y silba no soporto estos adornos cuando mis tobillos están aprisionados por grilletes y mis manos amarradas por el jade por el oroparezco el talismán ...
Traía firme anzuelo... de Encarnación Huerta Palacios
Traía firme anzuelo los ojos ya nevados, y en la roca desierta atrapé su sonrisa una mañana. ¡Ayúdame! vierto todos mis peces en cristales salobres de la esfera del humano que busca un auditorio y canta la carcoma de sus penas . Lo dijo con aliento de insomnio perdurable. ...
Milonga de dos hermanos de Jorge Luis Borges
Traiga cuentos la guitarra De cuando el fierro brillaba, Cuentos de truco y de taba, De cuadreras y de copas, Cuentos de la Costa Brava y el Camino de las Tropas. Venga una historia de ayer Que apreciarán los más lerdos; El destino no hace acuerdos Y nadie se lo reproche ...
Soledad de Rogelio Sinán
Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dajaste sola en el camino, ¡qué sola dejaste mi soledad!... (¡Pensar que la traje a ti para que le dieras alma!)
Dónde puede ser visto. Qué lugares frecuenta de Julieta Valero
Transcurres en todo lo que queda innombrado. Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa. Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira, florece y se licencia en un triste salón y nadie va a verle. Tienes lugar en los ojos de tu madre, en la boca de amigos, sastres y tenderos, ...
Castigo de Silvina Ocampo
Transformará Minerva tus cabellos en serpientes y un día al contemplarte como en un templo oscuro, con destellos, seré de piedra, para amarte.
Instancias subjuntivas (III) de Olvido García Valdés
Transmuta en campos y hermosura lo que no se expresa, mira las mieses, nota el viento, siente la luz, respira la médula del mundo, rehaz lo podre en enjambre y avanza, escucha su zumbido, toma miel. Di nombres compañeros, invoca compañeras. No cejes. ...
De la serie Alma y Cristina (I) Alma de Maya Islas
Transparente a pesar de la materia, me asimilo a la red con una santidad particular; soy una firme creyente de que hay dos movimientos para visitar la vida, y el trayecto a pie es lo apropiado. Mientras verifico estas sensaciones, me acomodo en la línea vertical que me espera al final ...
Mediodía de Idea Vilariño
Transparentes los aires, transparentes la hoz de la mañana, los blancos montes tibios, los gestos de las olas, todo ese mar, todo ese mar que cumple su profunda tarea, el mar ensimismado, el mar, a esa hora de miel en que el instinto zumba como una abeja somnolienta... Sol, amor, ...
Andamos sobre losas de gavazzos de Tatiana Oroño
transpira, es resbaloso lo mancillado. Azulejos mosaicos porcelanas bajo la lava el sello de los cuerpos / cántaros gargantillas huertos Montevideo es aquí. No Herculano. Aserrín del deseo. Es aquí donde el duelo no duele suficiente. Arrojado a las aguas. Pavimentado en cales. . ...
Experiencia de mancha de Héctor Rosales
Transpiró una hoja sobre el muro de las horas: quedó escrita una gota de lápiz. Fue una mancha gris, una figura estrellada sin universo, de las miradas de los caminantes ajena. Iba en un ómnibus. A mi lado surgió la mancha, en el vestido con flores de una mujer...
Orillas del Sar (IV) de Rosalía de Castro
Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota, caigo en la senda amiga, donde una fuente brota siempre serena y pura; y con mirada incierta, busco por la llanura no sé qué sombra vana o qué esperanza muerta, no sé qué flor tardía de virginal frescura que no crece en la vía arenosa ...
Cementerio en la ciudad de Luis Cernuda
Tras de la reja abierta entre los muros, La tierra negra sin árboles ni hierba, Con bancos de madera donde allá en la tarde Se sientan silenciosos unos viejos. En torno están las casas, cerca hay tiendas, Calles por las que juegan niños, y los trenes Pasan al lado de las tumbas. ...
Coplas a lo divino de San Juan de la Cruz
Tras de un amoroso lance y no de esperanza falto volé tan alto tan alto que le di a la caza alcance. 1Para que yo alcance diese a este lance divino tanto volar me convino que de vista me perdiese y con todo en este trance en el vuelo quedé falto mas el amor fue tan alto que le di a la caza alcance. ...
Aliento de la luz de Raquel Huerta - Nava
Tras el dolor, el cambio, ese signo celeste de la gloria traza el sendero más firme el más difícil. la ruta de los astros para siempre, camino de sangre y soledad. Sólo la redención puede lavarnos del veneno en el espejo estéril soledad amortajada. Tras el dolor, ...
El lomo de la vida de Enriqueta Ochoa
Tras la reclusión vino de improviso la luz. Deslumbrada, llegué al núcleo de un violento avispero. Ajena a la concesión estudiada, inoportuna, con la simplicidad del que ignora el aguijón de la insidia, pasé la mano, sin malicia, por el lomo de la vida. Dios mío, qué brutal ...
La pantera de Jorge Luis Borges
Tras los fuertes barrotes la pantera Repetirá el monótono camino Que es (pero no lo sabe) su destino De negra joya, aciaga y prisionera. Son miles las que pasan y son miles Las que vuelven, pero es una y eterna La pantera fatal que en su caverna Traza la recta que un eterno ...
Revelación del silencio de Juan Manuel Roca
Tras los temblores y los años que huyen como galgos, la Catedral de Managua se puebla de pájaros. En sus ruinas se siente la presencia del vacío, lejanos murmullos, precesiones de ausentes. Pero los grillos, ¡ah!, los grillos elevan una agreste oración. Un olor a hierba recorre las naves ...
Vitral de Amparo Amorós
Trascendida textura la del aire en que la luz desvela su entidad de ilusoria materia. Impasible trasiego de traslúcidos cuerpos en la serena suspensión de un ámbito a cuya cualidad intemporal propenderá el espacio. El lugar del vacío es la revelación de su forma absoluta. ...
Pipa de amor de Juan Daniel Perrotta
Tratame como a tu pipa, decís, tu cuerpo y el mío desnudos. Entonces mis manos recorren tus formas, sensuales, armónicas, comienzo el ritual de encender el fuego, un fuego parejo y perdurable, del que las volutas se desprendan trazando arabescos de danza derviche. . ...
Tu nombre de Jaime Sabines
Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir que te amo. Trato de decir a oscuras esto. No quiero que nadie se entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado...