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listado de poemas en audio por primeros versos letra t

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849 poemas con la letra "t"

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Qué bien lo hemos pasado, cariño mío de Juan Luis Panero
Terribles son las palabras de los amantes, aunque estén bañadas de falsa alegría, cuando llega la desolada hora de la separación. Fuera la lluvia galopa tercamente y su eco retumba tras la ventana. Los poderosos pájaros de la dicha un breve instante anidaron en sus brazos ...
Estirpe de Carmen González Huguet
Territorios de harina levantados tan sólo en homenaje al paladar del hambre, no a la gula. Casa donde jamás entró a medrar molicie ni pereza. Esfuerzo derramado inacabable desde el primer hervor del alba hasta el primer lucero de la tarde. María con su cántaro repleto. ...
Terror de amarte de Sophia de Mello Breyner Andresen
Terror de amarte en un sitio tan frágil como el mundo. Mal de amarte en este lugar de imperfección donde todo nos quiebra y enmudece...
Tesoro concedido gota a gota... de Salvador Novo
Tesoro concedido gota a gota: el perfume a la flor, la luz a una sorprendida mirada que la cuna sombra, siglos incógnitos derrota. Férvido manantial, la vida brota dilapidada en horas su fortuna; fulge la noche lágrima de luna, se contiene la música en la nota. Uno —de sus amargas...
Texto sobre texto de Carlos Trujillo
Texto soy Sólo texto y su sombra Me descubro y me pierdo Me pierdo y me reencuentro Zozobro en estos signos En su cábala eterna Ay de mí que no soy Más que pura palabra Y ver tan sólo un verbo Que sólo ve hacia adentro 2 Escribo recoveco...
La amenaza de José Luis García Martín
The year s garbage R. L. La dorada basura de los años me ha ido acostumbrando a vivir entre sueños; ninguna sonrisa se desvanece en mi memoria; los ojos que una vez me miraron incitantes o quizá sin verme siguen fijos para siempre en mí; una amable palabra distraída para todo el invierno ...
Para escuchar tu voz de Julio Torres Recinos
There was a time when the only friends I had were trees. . . Gerald Stern Para Ken Mose Cada cierto tiempo converso con mis amigos los árboles mientras descansan del viento y los pájaros. Me acerco entre las piedras para escuchar su voz serena, me asomo para contemplar la tranquilidad ...
Triángulo armónico de Vicente Huidobro
Thesa Labella Gentil princesa Es una blanca estrella Es una estrella japonesa Thesa es la más divina Flor de Kioto Y cuando pasa triunfante en su palanquín Parece un tierno lirio, parece un pálido loto Arrancado una tarde de estío del imperial jardín. Todos la adoran como a una diosa, ...
Tía Pasitrote de Rafael Pombo
Tía Pasitrote Salió con Mita Y en el cogote Va la chiquita. Toda la gente Soltó la risa Y ella les dijo...
Tibia el alma de Miguel Antonio Jiménez
Tibia el alma arde en la brisa afina el viento su breve latir en tu cintura sueño a flor de agua donde una luz seduce el íntimo retozo de tu vuelo. Selección: Valentín Amaro
El molino y llano de Escamela de José Joaquín Pesado
Tibia en invierno, en el verano fría brota y corre la fuente: en su camino el puente pasa, toca la arquería, y mueve con sus ondas el molino: espumosa desciende, y se desvía después, en curso claro y cristalino copiando a trechos la enramada umbría y el cedro añoso y el gallardo pino. ...
Una roca por mitades de Luis Alberto Arellano
Tiembla cielo han llegado son los bárbaros que asoman al horizonte de la acrópolis. Han venido de tan lejos, distinta tierra a la que nombramos madre con sus batallas deslizándose en la niebla con sus caballos de formas extrañas, sus magos que todo lo crean, con sus cacharros y sus vicios ...
Del origen de Juan Domingo Argüelles
Tiembla el hielo del sol y la calle se llena con su rojez. El aire se congela y es piedra. En la mitad del día el corazón se agolpa y la sangre levanta su torrente de espuma. Caen, lentas, las nubes calcinadas y comienzan a rodar en la vereda. El mundo aquí es el principio del mundo, ...
Telegrama a Roberto Juarroz (desde el relámpago) de Alan Mills
Tiembla la tierra (todas las raíces desnudas) llega el silencio (memoria del relámpago). Un ser nace y muere. No le da tiempo para pensar en palabras. Nadie supo. No-hombre: efímero balbuceo de carne. Carne sin palabras. Duró lo que duró el silencio. ...
Tiemble tu corazón... de Matilde Alba Swann
Tiemble tu corazón antes de hacerlo. Vas a juzgar. No olvides, que hay un dolor de siglo en cada hombre, y una causa anterior , a lo querido. Cuando pongas tu pesa en la balanza, Suma en piedra la parte que nos toca. Suma orgullo y desprecio y abandono, suma rosas y pan ...
Tiempo (II) de César Vallejo
Tiempo Tiempo. Mediodía estancado entre relentes. Bomba aburrida del cuartel achica tiempo tiempo tiempo tiempo. Era Era. Gallos cancionan escarbando en vano. Boca del claro día que conjuga era era era era. Mañana Mañana. El reposo caliente aun de ser. Piensa el ...
Tiempo, yo te odio... de Ernesto Cardenal
Tiempo, yo te odio. Aunque sin ti no existiera. Y por tu pasar moriré aunque por tu pasar nací. Como San Francisco de Borja yo quiero ahora amar a alguien a quien no toque el tiempo y que alquilemos un cuarto donde la noche no pase ni se apaguen uno a uno los anuncios de ...
Tiempos de condena de Rafael Alberti
Tiempos tristes, feroces, de condenas a muerte, de prolongadas sombras en aullidos y llantos. No se puede dormir y si se duerme el sueño es una cárcel clavados los cerrojos. Tiempos en que el amor pena sobresaltado, roto por las llamadas urgentes a la lucha, en que pueden sacarlo a la fuerza ...
Epígrafe (II) de Eunice Odio
Tiende el oído y óyeme esta canción que es como semilla de estaciones. Que es como la casa de verano donde me crece de la mano un niño, y el alma da empujones a la orilla, y es como piel el alma -no se siente. Entraremos de pronto en el verano como árboles vegetalmente abiertos de oídos ...
Tiendo la mano de Jaime Augusto Shelley
Tiendo la mano ahora, no la azoto, no la empuño, no la doblo, tiendo la mano ahora que estoy. Si te digo que voy en calma, miento. Todavía abogo por las uñas y las ansias, rojos los nudillos, todavía no miento. Si te digo arado cuento los surcos entre dedo y dedo. Y hay un fruto y habrá ...
Tiendo mi cuerpo... de Antonio Gamoneda
Tiendo mi cuerpo sobre las maderas agrietadas por las lágrimas, huelo la linaza y la sombra. Ah la morfina en mi corazón: duermo con los ojos abiertos ante un territorio blanco abandonado por las palabras.
Tiene el leopardo un abrigo... de José Martí
Tiene el leopardo un abrigo En su monte seco y pardo: Yo tengo más que el leopardo Porque tengo un buen amigo. Duerme, como en un juguete, La mushma en su cojinete De arte del Japón yo...
La copla de Salvador Rueda
Tiene la mariposa cuatro alas; tú tienes cuatro versos voladores; ella, al girar, resbala por las flores; tú por los labios, al girar, resbalas. Como luces su túnica, tú exhalas de tu forma divinos resplandores, y fingen ocho vuelos tembladores tus cuatro remos y sus cuatro palas. Ya te enredas del alma ...
Luna Péndulo de Françoise Roy
Tiene particular fuerza la noche, como paraadormecer los cuerpos, ansí también para despertar las almas y llevarlas a que conversen con Dios Fray Luis de Granada ¿Qué velo arroja violentamente la noche sobre nuestra mutua presencia que cuando arremete, en la humildad de tu alcoba ...
Teodorinda de Carlos Pezoa Véliz
Tiene quince años ya Teodorinda, la hija de Lucas el capataz; el señorito la halla muy linda; tez de durazno, boca de guinda... ¡Deja que crezca dos años más! Carne, frescura, diablura, risa; tiene quince años no más... ¡olé! y anda la moza siempre de prisa cual si a la brava ... ...
Trizas de Susana Giraudo
Tiene una virtud, son sus manos remotas. Vuelve a veces buscando la roca viva refugio de finales y el polvoriento violín del que brotan crisálidas perfectas. Por el suelo, en oscuro desorden, las sombras, móviles claroscuros mixturan las trizas detenidas de una máscara. ...
El caricaturista Mom Crayón (José C. Morales) Caricatura de Rafael Arévalo Martínez
Tiene una vista aviesa; una vista embozada en un párpado grueso. Parece su mirada una mano con guante que ha blandido una espada. Cámara fotográfica es su oscura retina. Es bajo. Es su cabello negro como la endrina; tiene un rostro moreno: fue algo de tinta china que un día de trabajo ...
El alimento de los ángeles de Margarito Cuéllar
Tienen algo de pájaros, mas sus espíritus delicados repelen el alpiste. Son la especie más rara en la fauna del cielo. Les dejo en el patio algodones húmedos en leche, hostias de sabores, fruta suave. Los ángeles bajan por la noche. A eces los descubro. La música...
Tienen las capuchinas... de Diego Dublé Urrutia
Tienen las capuchinas una campana, colgada de una viga desvencijada; laúd de mal agüero, que sólo tañe cuando las capuchinas se mueren de hambre. Cuando a la media noche su voz resuena, la misteriosa esquila no pide, ruega... Ruega, y con tanto acierto, que al otro día ...
Tú sí los llamarás de Luis Rosales
Tienen nombre, señor, son los que sufren, las sombras semejantes, las sombras que se quedan en los cuerpos mientras va su vivir deletreándose para ganar el pan. Sólo en ti esperan. Son los muertos que nacen del invierno del mundo, son los muertos que están viviendo y arden...
Los documentos de Eleazar Rivera
Tienen nombres con brillo en las esquinas Respiran letras que nadie entiende Sus voces se quiebran al rechinar las bisagras En sus costillas sienten el escozor de un río de mustios Mienten son antifaces
Tan humano de Matilde Alba Swann
Tienes algo de montaña... A tu lado me he sentido leve y me he creído blanca. Sin reparo te he mostrado mis llagas y a tu cumbre nevada a veces traje barro, y hecha pedazos mi alma. Y he vuelto siempre limpia, y he vuelto siempre sana. Tienes algo de planta.. ...
Tienes del archipiélago las hebras... de Pablo Neruda
Tienes del archipiélago las hebras del alerce, la carne trabajada por los siglos del tiempo, venas que conocieron el mar de las maderas, sangre verde caída del cielo a la memoria. Nadie recogerá mi corazón perdido entre tantas raíces, en la amarga frescura del sol multiplicado por la furia ...
Vivian Elena de Edel Morales
Tienes la cólera, el enigma, la sabiduría, la altiva belleza, el halo de luz, y el deseo irrefrenable que extravía la razón. Así...
El niño en su cuarto de Eliseo Diego
Tienes miedo esta noche: los ladrones están afuera entre las hojas mirando la ventana. ¡El oro del cristal en la sombra! Y los ladrones a través de las hojas numerosas...
A una morena de Carlos Pezoa Véliz
Tienes ojos de abismo, cabellera llena de luz y sombra, como el río que deslizando su caudal bravío, al beso de la luna reverbera. Nada más cimbrador que tu cadera, rebelde a la presión del atavío... Hay en tu sangre perdurable estío y en tus labios eterna primavera. Bello fuera fundir ...
Voz de esperanza de Vicente Huidobro
Tienes ojos de orgullo desesperado y de fuego cubierto Tienes carne color tormento milenario como los desiertos De cólera variada y en el fondo idéntica Tu tristeza es sentir la injusticia vertiginosa que enmohece la marcha y arrastra los pedazos Tu dicha sería romper las ataduras que te llaman ...
Sin fe de Vicente Aleixandre
Tienes ojos oscuros. Brillos allí que oscuridad prometen. Ah, cuán cierta es tu noche, cuán incierta mi duda. Miro al fondo la luz, y creo a solas. A solas pues que existes. Existir es vivir con ciencia a ciegas. Pues oscura te acercas y en mis ojos más luces siéntense sin mirar...
La invitada de Jorge Valdés Díaz - Vélez
Tienes que detenerla --dijo. Su voz temblaba con pasión. Me gustaba aquel temblor; el verla actuar así, tenerla cerca mientras mudaba su gesto, confortaba. Tienes que detenerla --insistió. Ya es muy tarde, no lo puedo evitar --le respondí--, no hay nada que hacer. En un alarde teatral, ...
El saúz de José Juan Tablada
Tierno saúz casi oro, casi ámbar, casi luz
Haikais de José Juan Tablada
Tierno saúz, Casi oro, casi ambar, Casi luz... Por nada los gansos Tocan alarma En sus trompetas de barro. Pavo real, largo fulgor, Por el gallinero democrata Pasas como una procesión... Aunque jamas se muda, A tumbos, como carro de mudanza, Va por la senda la tortuga. -¡Devuelve a la desnuda ...
Júbilo y súplica de Rogelio Sinán
Tiernos soles benignos han rasgado la niebla y esta vigilia ahuyenta mil temores ocultos. ¡Ya te he vencido, noche, y en plenitud de vida puedo lanzar mis flechas hacia océanos posibles! ¡Hoy es, oh mar, el alba! ¡Pregonemos el júbilo! ¡Barcos, pájaros, rocas, vuelvo...
Bendición a Sevilla de Hermanos Álvarez Quintero
Tierra de nuestro amor: ¡Dios te bendiga! Que en tu glorioso porvenir risueño nunca te falten ni voz amiga ni hilos de luz en que tejer un sueño. Que fecundes tus campos sin fatiga; que al Arte mires como a esclavo y dueño, y hagas oro del grano de la espiga, y hagas un Cristo de Pasión ...
Patria del alba de Pedro Valle
Tierra mía: es hora de quitarse la capa nocturna y dejar que el alba crezca en todas las ventanas en todas las guitarras en toda la alegría de los niños que ascienda invicta como flor de izote y deposite en el aire su más puro beso que emerja como la espuma del mar ...
Tierra sobre el cadáver de Rosalía de Castro
Tierra sobre el cadáver insepulto antes que empiece a corromperse..., ¡tierra! Ya el hoyo se ha cubierto, sosegaos, bien pronto en los terrones removidos verde y pujante crecerá la hierba. ¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas, torvo el mirar, nublado el pensamiento? ...
Tierra. La despedida… de Miguel Hernández
Tierra. La despedida siempre es una agonía. Ayer nos despedimos, ayer agonizamos. Tierra, en medio morimos. Por eso las estaciones saben a muerte y los puertos. Por eso cuando partimos se deshojan los pañuelos. Cadáveres...
Recordando a William Blake de Virgilio López Lemus
Tigre, tigre: El poeta está sobre las ramas. Allí lo veo como un ángel cotidiano. El poeta vive sobre esas ramas verdes o está tratando de vivir como quien pone el pie en la tierra y el otro en lo infinito. La eternidad, el tiempo todo, eres tú: tigre, tigre. Dios mismo está en las rayas de tu traje. ...
Brisa de Héctor Rosales
Tijeras, tallos, pétalos, primer vals rosado de la brisa. Aquel perfume. Y lo que tanto amé sin salvación. El aire...
Tímida y avergonzada de María Emilia Cornejo
tímida y avergonzada dejé que me quitaras lentamente mis vestidos, desnuda Sin saber qué hacer y muerta de frío me acomodé entre tus piernas ¿es la primera vez? preguntaste, sólo pude llorar. oí que me decías que todo iba a salir bien que no me preocupara, yo...
Contemplación de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Tiñe ya el Sol extraños horizontes; el aura vaga en la arboleda umbría; y piérdese en la sombra de los montes la tibia luz del moribundo día. Reina en el campo plácido sosiego, se alza la niebla del callado río, y a dar al prado fecundante riego, cae, convertida en límpido rocío. ...