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listado de poemas en audio por primeros versos letra m

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789 poemas con la letra "m"

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Llanto de Andrea Cote Botero
María, hablo de las montañas en que la vida crece lenta aquellas que no existen en mi puerto de luz, donde todo es desierto y ceniza y es tu sonrisa gesto deslucido. Allí es enero el mes de los muertos insepultos y la tierra es el primer cadáver. María, ¿No recuerdas?, ¿No ves...
Carta a una amiga de Reina María Rodríguez
Marilín en esta ciudad hay muchos hombres infinidad de hombres colosales magníficos gigantes. los hay de piedra y también por supuesto de carne. no sé cómo mirarlos y ellos no me ven ni siquiera sospechan que los palpo los desvisto pero llevan coches maletas a mucha prisa. ...
Elegía del niño marinero de Rafael Alberti
Marinerito delgado, Luis Gonzaga de la mar, ¡qué fresco era tu pescado, acabado de pescar! Te fuiste, marinerito, en una noche lunada, ¡tan alegre, tan bonito, cantando, a la mar salada! ¡Qué humilde estaba la mar! ¡Él cómo la gobernaba! Tan dulce era su cantar, que el aire se enajenaba. ...
Marinero de rostro oscuro de Dulce María Loynaz
Marinero de rostro oscuro, llévame en tu barca esta noche...¡Y no me digas dónde vamos! Quiero partir sin rumbo: Dejaremos en tierra las intrigas de la esperanza y del recuerdo cómplices... ¡Y nos daremos a la mar...! ¡Que las olas nos lleven y nos vuelvan muchos días y muchas noches...! ...
Elegía de León Felipe
Marineros, ¿por qué le dais a la tierra lo que no es suyo y se lo quitáis al mar? ¿Por qué le habéis enterrado, marineros, si era un soldado del mar? Su frente encendida, un faro; ojos azules, carne de iodo y de sal. Murió allá arriba, en el puente, en su trinchera, como un soldado del mar; ...
Volcán de mimbre (IV) de Claudia Herodier
Mariposa arrastrada por un viento. Por este viento vacío que se durmió hace años. Arena movediza en un pantano desierto, donde las aves cantan despertando sueños.
Mariposa de Federico García Lorca
Mariposa del aire, qué hermosa eres, mariposa del aire dorada y verde. mariposa del aire, ¡quédate ahí, ahí, ahí!... No te quieres parar, pararte no quieres. Mariposa del aire dorada y verde. Luz de candil, mariposa del aire, ¡quédate ahí, ahí, ahí!... ¡Quédate ahí! Mariposa, ...
Piraustas de Jorge Fernández Granados
Mariposas blancas que viven en el fuego. Quienes las han visto encienden a altas horas de la noche una fogata y esperan su llegada con paciencia venatoria. Contemplan las lenguas espirales de la invocación. No siempre aparece, justo en medio de la hoguera, el diminuto planeo...
Mariposa de Floridor Pérez
Maripósate en mí aveflor marirrosa aveniña avemaría. brisa que pasa de prisa y no pesa ni pisa ni roza...
Cuaresma de terrores de Rogelio Sinán
Marítima cuaresma de las metamorfosis -¡oh suicidio asombrado de peces y de frutas!- cuando crecen escamas al vientre de la noche mutilado de estrellas y preñado de brujas. ¡Pueril forma dolida del sueño cancelado braceando a la deriva de la inútil sirena! ¡Cuánta cera desnuda ...
Apolo de Juana Borrero
Marmóreo, altivo, refulgente y bello, corona de su rostro la dulzura, cayendo en torno de su frente pura en ondulados rizos el cabello. Al enlazar mis brazos a su cuello y al estrechar su espléndida hermosura, anhelante de dicha y de ventura la blanca frente con mis labios sello. ...
Góngora de Jorge Luis Borges
Marte, la guerra. Febo, el sol. Neptuno, el mar que ya no pueden ver mis ojos porque lo borra el dios. Tales despojos han desterrado a Dios, que es Tres y es Uno, de mi despierto corazón. El hado me impone esta curiosa idolatría. Cercado estoy por la mitología. Nada...
El palco estrecho de César Vallejo
Más acá, más acá. Yo estoy muy bien. Llueve; y hace una cruel limitación. Avanza, avanza el pie. Hasta qué hora no suben las cortinas essas manos que fingen un zarzal? Ves? Los otros, qué cómodos, qué efigies. Más acá, más acá! Llueve. Y hoy tarde pasará otra nave cargada ...
Dedicatoria de Leopoldo María Panero
Más allá de donde aún se esconde la vida, queda un reino, queda cultivar como un rey su agonía, hacer florecer como un reino la sucia flor de la agonía: yo que todo lo prostituí, aún puedo prostituir mi muerte y hacer de mi cadáver el último poema. ...
La clave de María Cristina Orantes
Más allá de la línea del destino, buscó en su mano la perdida huella que indicara la ruta hacia la estrella o encendiera la luz en el camino. Siguió avanzando en paso peregrino, es busca siempre de la clave, aquella que traspasara el paredón que sella la puerta entre lo humano y lo divino. ...
Lola Jattin de Raúl Gómez Jattin
Más allá de la noche que titila en la infancia, más allá incluso de mi primer recuerdo. Está Lola —mi madre— frente a un escaparate, empolvándose el rostro y arreglándose el pelo. Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte y está enamorada de Joaquín Pablo —mi viejo— No sabe...
El lugar del crímen de Luis García Montero
Más allá de la sombra te delatan tus ojos, y te adivino tersa, como un mapa extendido de asombro y de deseo. Date por muerta amor, es un atraco. Tus labios o la vida.
Más allá de Vicente Aleixandre
Más allá de la vida, mi amor, más allá siempre, ahora ligeros, únicos, sobre un lecho de estrellas, poblamos a la noche sin límites, vivimos en muerte, oh hermosa mía, una noche infinita. Sobre un seno azulado reposa blandamente su testa fatigada del mundo. Siento sólo...
España de Jorge Luis Borges
Más allá de los símbolos, más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios, más allá de la aberración del gramático que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue, no una amistad y una alegría sino un herbario de arcaísmos y un refranero, estás, España...
Puré de papas voy a hacer de Héctor Urruspuru
Más anaranjadas están las naranjas en el cajón de frutas bajo la lluvia y la lluvia les dice obscenidades sobre la piel... seducidas enamoradas entregan sus jugos a las gotas frías. Los enanos del jardín, duendes irlandeses, bailan cuando nadie mira beben buena cerveza negra ...
Abeja negra de César Moro
Más bien buscar hacia el cisne Y los blasones cruzados son espadas Un puñal como almohada Una lágrima eterna sobre la frente Bajo el alto tocado El silencio entre las flores que hacen signos A la puesta del sol Una golondrina cayendo verticalmente en un lago La torre y las cortes de amor ...
Andante en tres tiempos de Olga Orozco
Más borroso que un velo tramado por la lluvia sobre los ojos de la lejanía, confuso como un fardo, errante como un médano indeciso en la tierra de nadie, sin rasgos, sin consistencia, sin asas ni molduras, así era tu porvenir visto desde las instantáneas rendijas del pasado. ...
Cantares de Ramón de Campoamor
Mas cerca de ti me siento cuanto más huyo de ti, pues tu imagen es en mí sombra de mi pensamiento. Nunca, aunque estés quejumbrosa, tus quejas puedo escuchar, pues como eres tan hermosa, no te oigo, te miro hablar. Ten paciencia, corazón, que es mejor, a lo que veo, deseo sin posesión ...
Mas la forma en sí misma no se cumple... (Muerte sin fin) de José Gorostiza
Mas la forma en sí misma no se cumple. Desde su insigne trono faraónico magnánima, deífica, constelada de epítetos esdrújulos, rige con hosca mano de diamante. Está orgullosa de su orondo imperio. ¿En las augustas pituitarias de ónice no juega, acaso, ...
Más lejos... de Elías Nandino
Más lejos de la química y del odio, de los cauces ocultos de los ecos, del espejo nocturno de la sombra. Más lejos… Más lejos de los nombres y los tactos, de las grises arañas de los pubis, de los rojos moluscos de las lenguas. Más lejos… Más lejos de la voz y del pecado, de las fuertes...
El beso de Safo de Efrén Rebolledo
Más pulidos que el mármol transparente, más blancos que los blancos vellocinos, se anudan los dos cuerpos femeninos en un grupo escultórico y ardiente. Ancas de cebra, escorzos de serpiente, combas rotundas, senos colombinos, una lumbre los labios purpurinos, y las dos cabelleras ...
Pasaje de Octavio Paz
Más que aire más que agua más que labios ligera ligera Tu cuerpo...
Pasaje de Octavio Paz
Más que aire más que agua más que labios ligera ligera Tu cuerpo ...
Más que la muerte de Alan Mills
Más que la muerte el miedo. (Mujeres vestidas de negro, vacunadas de amnesia. Son tristes. No olvidan). Un muerto, más que un muerto el miedo de ser sangre corriendo, de ser una sombra vaciada de vida. Más que la muerte estar solo, terriblemente solo como un poderoso que no sabe amar ...
Noche insular: jardines invisibles de José Lezama Lima
Más que lebrel, ligero y dividido al esparcir su dulce acometida, los miembros suyos, anillos y fragmentos, ruedan, desobediente son, al tiempo enemistado. Su vago verde gira en la estación más leve del rocío que no revela el cuerpo su oscura caja de cristales. El mundo suave...
Soy raíz de Claribel Alegría
Más que piedra pulida más que mañana ocaso más que sueño de árbol y de flor y de fruto soy raíz un avanzar reptado de raíz sin fulgor sin futuro ciego de profecías endureciendo el suelo en el que ondeo saboreando el maná de la desdicha de la opacidad del pájaro...
Asma es amor de Gonzalo Rojas
Más que por la A de amor estoy por la A de asma, y me ahogo de tu no aire, ábreme alta mía única anclada ahí, no es bueno el avión de palo en el que yaces con vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro de las que ya no estás, tu esbeltez ya no está, tus grandes pies...
Brazo de mar de Juan Bañuelos
Más quieta y casta que una justa balanza, o encendida como un puño apretado, sobre la osamenta del día estalla tu sangre que solloza sorprendida. Tierna o terrible, como el pájaro o la espada, he aquí que no puedo estrecharte. Estás prohibida, mujer, ferocidad de muerta; pared que canta...
Más sabes que los astros de Concepción Silva Bélinzon
Más sabes que los astros la armonía del que siempre te tuvo, en su corona, la cascada del bosque que pregona tu voz más que el silencio yo diría. Sobre dolientes líquenes vigía hasta la niebla misma te perdona; y el lagarto inceleste se abandona por luz tan verdadera...
Más sencilla de León Felipe
Más sencilla, más sencilla. Sin barroquismo, sin añadidos ni ornamentos. Que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos. Los brazos en abrazo hacia la tierra, el ástil disparándose a los cielos. Que no haya un solo adorno que distraiga...
Más solitario pájaro de Francisco de Quevedo
Más solitario pájaro ¿en cuál techo se vio jamás, ni fiera en monte o prado? Desierto estoy de mí, que me ha dejado mi alma propia en lágrimas deshecho. Lloraré siempre mi mayor provecho; penas serán y hiel cualquier bocado; la noche afán, y la quietud cuidado, y duro campo de batalla el lecho. ...
Las frutas de Cuba de Manuel Justo de Rubalcava
Más suave que la pera en Cuba es la gratísima guayaba, al gusto lisonjera, y la que en dulce todo el mundo alaba, cuya planta exquisita divierte el hambre y áun la sed limita. El marañon fragante, más grato que la guinda si madura, el color rozagante, ¡Oh! Adonis en lo pálido figura; árbol, ¡oh maravilla! ...
Abuelos (VIII) de José Antonio Cedrón
Más tarde nos pusieron en la fila del medio y esperamos el turno en los pañuelos (a los que no podían le arrimaron la cara). Quise pensar su piel como una fruta como el rostro de Ana temblándome en la espalda y no un pueblo perdido que se iba apretado en el frío de sus ...
Carnicería de Jorge Luis Borges
Más vil que un lupanar la carnicería rubrica como una afrenta la calle. Sobre el dintel una ciega cabeza de vaca preside el aquelarre de carne charra y mármoles finales con la remota majestad de un ídolo.
Maspleonasmo de Oliverio Girondo
Más zafio tranco diario llagánima masturbio sino orate más seca sed de móviles carnívoros y mago rapto enlabio de alba albatros más sacra carne carmen de hipermelosas púberes vibrátiles de sexotumba góndola en las fauces del cauce fuera de fértil madre...
España, aparta de mí este cáliz (Poema XII) de César Vallejo
Masa Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: “¡No mueras; te amo tanto!” Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Se le acercaron, dos y repitiéronle: ¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!” Pero el cadáver ¡ay! siguió...
Mastico a fondo el pez… (Ánima) de José Kozer
Mastico a fondo el pez. Opérculo branquia su espina vertebral a fondo mastico la ventrecha su oscuro fondo de agua dulce (inclasificable). Estoy conforme es hora de derramarse urea aorta caudal indistinto a su desembocadura: el mapa informe que no sustenta...
Barcos hacia Judea de Rogelio Sinán
Mastín amilanado por espadas y cruces, helada sed de estrellas hace morder arenas al caserío marino nutrido de ola y nube. Su iglesia hecha de cera con peces y cadáveres define un viejo mástil que en travesía macabra proyecta sus faroles sobre la noche obscura. ¡Barquichuelos de nácar, ...
Destino de Rosario Castellanos
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos. Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno! El aire no es bastante para los dos. Y no basta la tierra ...
Anatomía de un crímen confusamente premeditado de Mario Meléndez
Matar a la paloma por la espalda es un acto abominable Mejor lo intentas con somníferos me recomienda mi mejor amigo Así nadie sospechará de nadie Pero yo veo a la paloma recostada en una tumba y es esa misma paloma la que recorre las plazas tras el abuelo muerto ...
Mariposa de obsidiana de Octavio Paz
Mataron a mis hermanos, a mis hijos, a mis tíos. A la orilla del lago Texcoco me eché a llorar. Del Peñon subían remolinos de salitre. Me cogieron suavemente y me depositaron en el atrio de la Catedral. Me hice tan pequeña y tan gris que muchos me confundieron con un montoncito de polvo. ...
Balance de Marco Antonio Montes de Oca
Maté la nube de mis pensamientos, cedí terreno a los pensamientos de la nube. Predije con Apollinaire las nuevas artes, advertí en un claro del bosque otras manchas verdeclaras, ardientes zonas en que pude establecer una pausa encastillada, labios que sonríen ...
Sueño de Federico García Lorca
Mayo de 1919 Mi corazón reposa junto a la fuente fría.(Llénala con tus hilos,araña del olvido.) El agua de la fuente su canción le decía.(Llénala con tus hilos,araña del olvido.) Mi corazón despierto sus amores decía.(Araña del silencio,téjele tu misterio.) El agua de la fuente lo escuchaba sombría. ...
Mayo hundió treinta y un garfios en mi espalda... de Román Luján
MAYO HUNDIÓ TREINTA y un garfios en mi espalda Cómo explicarlo: el mundo solía esperarme a la vuelta de la esquina deseable por lejano inmerecido futuro aún en su cáscara justo antes de pudrirse Pero una tarde certeza de lo inmóvil el hastío del mismo ocaso mismo puño ...
Mayo nos dio corolas asombradas... de Salvador Novo
Mayo nos dio corolas asombradas, su fuego Julio; y en Agosto hubimos la exaltación sorbida en los racimos de sus uvas azules y doradas. Crepúsculos Octubre en llamaradas espiga coronó frutos opimos. Y en la sien de Noviembre percibimos un augurio de nieves...