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listado de poemas en audio por primeros versos letra m

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624 poemas con la letra "m"

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Raíz salvaje de Juana de Ibarbourou
Me ha quedado clavada en los ojos la visión de ese carro de trigo que cruzó rechinante y pesado sembrando de espigas el recto camino. ¡No pretendas ahora que ría! ¡Tú no sabes en qué hondos recuerdos estoy abstraída! Desde el fondo del alma me sube un sabor de pitanga a los labios. ...
Me habita un cementerio de Ana María Rodas
Me habita un cementerio me he ido haciendo viejaaquí al lado de mis muertos. no necesito amigos me da miedo querer porque he querido a muchos y a todos los perdí en la guerra. Me basta con mi pena. Ella me ayuda a vivir estos amaneceres blancos estas noches desiertas ...
La tortura, viejo y literario género... de Roger Wolfe
Me hablaba del cielo de Esmirna, de las doradas cúpulas que alumbra la tarde veneciana, del aire perfumado y cómplice de ciertas umbrosas callejuelas tunecinas, la belleza inenarrable de Florencia, ycómo iba a faltar- de ese cafetín donde en Lisboa martirizaba los versos del Poeta ...
El loco de Elina Wechsler
Me hablas desde el pasado extinguido y te escucho, y al escucharte soy joven, benévola, incipiente. Me hablas y en cada frase reconozco mi locura de ayer, fuerte y desmesurada como el azar y la suerte. Escribir es volver sin volver, indagar el desperfecto del espejo Me hablas y hay otros ...
Infantil de Luz Méndez De La Vega
Me haces tanta falta, Dios, que voy a inventarte como otra gran mentira. Como se inventan los sueños y los recuerdos o como se inventa el amor para sobrevivir los días. Voy a inventarte, Dios, como inventaba mis juegos de niña. ¡Y serás tan mío y poderoso! como los muñecos que apretaba ...
Nocturno de Vermont de César Calvo
Me han contado que también allá las noches tienen ojos azules y lavan sus cabellos en ginebra. ¿Es cierto que allá en Vermont, cuando sueñas, el silencio es un viento de jazz sobre la hierba? ¿Es cierto que allá en Vermont los geranios inclinan al crepúsculo, y en tu voz, ...
Verwisch die spuren de Jorge Riechmann
Me han hablado del poeta que se arroja ácido a la cara durante los recitales y escribe en el cielo preprogramado de California con humo de aeroplanos y me impresiona la calidad de esta ética laboral tan a la altura de nuestros tiempos de paleocapitalismo posmoderno: todo por la patria ...
El pez inquieto de Santiago Azar
Me han llamado el mal nacido de todas las madres, el ateo que corre por fuera de las iglesias, uno de los más canallas en el corazón limpio y claro de mis damas, el estiércol vivo que danza por las calles, la melodía salvaje de las flores, el patrón de la soledad y la amargura, ...
Caracola de Federico García Lorca
Me han traído una caracola. Dentro le canta un mar de mapa. Mi corazón se llena de agua con pececillos de sombra y plata. Me han traído una caracola.
A vuestro servicio de Gabriel Celaya
Me he acercado hasta el puerto. Chillan hierros mojados y una grúa resopla. Los obreros trabajan y maldicen a ratos. -¿Un cigarro, buen hombre? Buen hombre me ha escupido su silencio. Buen hombre me ha plantado con unos ojos claros todo su desprecio. Los hombres ...
Vidrio daliniano de Ana Ilce Gómez
Me he asomado al espejo y al otro lado la dama en plenilunio esperando paciente el porvenir, los hachazos del tiempo cotidiano los espejuelos turbios las manos listas para atrapar el elixir o la vid. Lacerante mirada me he brindado a mí misma desde esa quietud inesperada desde esas aguas ...
Razón de anatomía de Luisa Futoransky
me he besado con poetas, pintores, cineastas empleadas, jew princesses, rateros, hippies ingenieros, tenores, guerrilleros en mi boca todos los caminos de la vida es tiempo/ de ocuparme de mis pies De: El diván de la puerta dorada
Canto nupcial (título provisorio) de Susana Thénon
me he casado me he casado conmigo me he dado el sí un sí que tardó años en llegar años de sufrimientos indecibles de llorar con la lluvia de encerrarme en la pieza porque yo el gran amor de mi existencia no me llamaba no me escribía no me visitaba y a veces cuando juntaba yo el coraje ...
La cita de Juana de Ibarbourou
Me he ceñido toda con un manto negro. Estoy toda pálida, la mirada extática. Y en los jos tengo partida una estrella ¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática! Ya ves que no luzco siquiera una joya, Ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias. Y hasta me he quitado las hebillas ricas ...
Permanencia de Ana Ilce Gómez
Me he desangrado en el trabajo de dar permanencia a la palabra, piedra pulida que yo he lanzado a lo profundo de las aguas para que algún día el pescador solitario lance su red y entre los peces muertos la descubra y la lleve a su orilla y la haga suya para siempre. ...
Me he quedado sin pulso de Angel González
Me he quedado sin pulso y sin aliento separado de ti. Cuando respiro, el aire se me vuelve en un suspiro y en polvo el corazón de desaliento. No es que sienta tu ausencia el sentimiento. Es que la siente el cuerpo. No te miro. No te puedo tocar por más que estiro los brazos ...
Booz canta su amor de Gilberto Owen
Me he querido mentir que no te amo, roja alegría incauta, sol sin freno en la tarde que sólo tú detienes, luz demorada sobre mi deshielo. Por no apagar la brasa de tus labios con un amor que darte no merezco, por no echar sobre el alba de tus hombros las horas que le restan a mi duelo. ...
me he vuelto ceremoniosa... de Jacqueline Goldberg
me he vuelto ceremoniosa han dejado de interesarme los ruidos el silencio de los demás prefiero una copa dando vueltas por mi casa desayunar sin asuntos pendientes regodearme en eso de ser absolutamente solitaria absolutamente vieja después de todo aunque no tenga ...
Historia de Nora Méndez
Me hice aroma entre tus días Sin sospechas pasé por tu garganta Cupe en cada hueco de tus dedos Tapicé de besos tu escafandra Te dí la vuelta a la manzana Armé un rompecabezas en tu sexo Saqué malas calificaciones en tus hábitos Y curé de un soplo tu tristeza ...
me hice en el silencio... de Javier Payeras
me hice en el silencio de horas junto a nadie esperaba no sé a quién sólo esperaba no decía nada todo sucedía a mi alrededor (De: La hora de la rabia)
Doble vía de Rossana Estrada Búcaro
Me hice inmensa con la luz de la mañana dibujé payasos sonrientes en las nubes traspasé montañas y esmeraldas y regresé puntual a las 8 menos 15 para perderme en una fila de autos de gente responsable
Me hundo de Angela Leite de Souza
Me hundo en estos pedazos me pierdo en tantos trabajos lavar blanquear almidonar tejer cortar y coser descascarar sofreír escaldar... Ay, vida en filamentos labora de brasa y pan de maíz faena agridulce a fuego lento. Ay, si el tiempo fuese llave goteando verja que abriese hacia el futuro. ...
Me hundo... de Alberto Vélez
Me hundo. Entro en ti como en un río. Aguas adentro persigo tu guarida. Una y otra vez recorro el mismo trecho, la misma oscuridad, el mismo templo. Los dos gritamos sobre el mundo. Y de nuevo, afuera, la guerra, la suciedad, el asco. De: Voces de Baguí
La mancha de púrpura de Ramón López Velarde
Me impongo la costosa penitencia de no mirarte en días y días, porque mis ojos, cuando por fin te miren, se aneguen en tu esencia como si naufragasen en un golfo de púrpura, de melodía y de vehemencia. Pasa el lunes, y el martes, y el miércoles... Yo sufro tu eclipse ...
Me intriga que sería lo que te gustó de mí... de Ernesto Cardenal
Me intriga que sería lo que te gustó de mí. Tal vez un alma de ojos tristes. Y un sabor no probado por nadie todavía. De: El telescopio en la noche oscura
Bandoneón de Mario Benedetti
Me jode confesarlo pero la vida es también un bandoneón hay quien sostiene que lo toca dios pero yo estoy seguro de que es Troilo ya que dios apenas toca el arpa y mal fuere quien fuere lo cierto es que nos estira en un solo ademán purísimo y luego nos reduce de a poco a casi nada y claro ...
A mi ropa tendida (El alma) de Claudio Rodríguez
Me la están refregando, alguien la aclara. ¡Yo que desde aquel día la eché a lo sucio para siempre, para ya no lavarla más, y me servía! ¡Si hasta me está más justa! No la he puesto pero ahí la veis todos, ahí, tendida, ropa tendida al sol. ¿Quién es? ¿Qué es esto? ¿Qué lejía inmortal, ...
Quedamente de Amado Nervo
Me la trajo quedo, muy quedo, el Destino, y un día en silencio, me lo arrebató; llegó sonriendo; se fue sonriente; quedamente vino; vivió quedamente, ¡queda.... quedamente desapareció! 25 de abril de 1913 De: La amada inmóvil
Me lancé a tu nombre de hombre de Margarita Carrera
Me lancé a tu nombre de hombre a los cuatro puntos cardinales de tu sombra a tu imagen que golpea día a día la luz inconmensurable de mi tiempo. Tristemente hermosa permanezco en tu puerto ardiente bajo tu cuerpo desierta sin orillas viva y persistente en mi sangre de ...
Sombrío reflejo de Lina Zerón
Me lastiman tus ojos que destrozan con impaciencia mis contornos. Tus manos que pordioseras sobre mi cuerpo se tienden. Tu sexo que falto de esplendor, prefiere huir temprano de la fiesta. Qué lástima saber que ningún poema recuerda ya en mis adentros tus espasmos. ...
Sábado de Alfonsina Storni
Me levanté temprano y anduve descalza por los corredores; bajé a los jardines y besé las plantas; absorbí los vahos limpios de la tierra, tirada en la grama; me bañé en la fuente que verdes achiras circundan. Más tarde, mojados de agua, peiné mis cabellos. Perfumé las manos con zumo ...
Tragaluz inédito ( 6) de David Escobar Galindo
Me levanto a preparar -como Sócrates- el café del amanecer. Durante siglos fui un ermitaño apócrifo; pero anoche dormí con la sombra de Helena entre las sábanas, y eso me reconcilia con las suaves tormentas del paraíso, con la mejor ración del Verbo revelado. (De: El jardín ...
Y me pongo a vivir cuando me llamas de Belén Reyes
Me levanto del nicho de mi cama. Me suelto los versos por la espalda. Inyecto en mis venas tu mirada. Y descoso del pecho las puntadas Que a la luz de tu ausencia me hilvanaba. Y me pongo a vivir cuando me llamas...
El pasado es un país lejano de Roger Wolfe
Me llama. Está borracho. Un poco borracho; la lengua le patina, y me imagino su babosa, su estúpida sonrisa. Quiere a toda costa conseguir un gramo, medio gramo, lo que haya. Está en la casa de una chica a la que dije: No sé muy bien cuándo será. Pero tú y yo joderemos. ...
El llamado de Luis Palés Matos
Me llaman desde allá larga voz de hoja seca, mano fugaz de nube que en el aire de otoño se dispersa. Por arriba el llamado tira de mí con tenue hilo de estrella, abajo, el agua en tránsito, con sollozo de espuma entre la niebla. Ha tiempo oigo las voces y descubro las señas. ...
Valdivia de Margarita Laso
me llamas con humedad me humedeces con llamas tu cama es una plantación de palmeras olla silbadora el vértigo mío vértigo viejo como tu espíritu vértigo tu espíritu viejo tú (De: Queden en la lengua mis deseos)
Dominio de Vicente Huidobro
Me llamas con tu apenas verde Con el movimiento de tu luz y tu sueño sepultado Me llamas con tu orilla de distancia amaneciendo con tu nada en retorno y silencio Perfil de voz sobre el naufragio No puedo ir Ni puedo oír las ropas entrañables Ni el canto de las velas envidiadas Por el destino al pie ...
Me llegabas en la brisa y en la espuma... de José Angel Buesa
Me llegabas en la brisa y en la espuma, tú, la perdida para siempre... Tú, la que ennoblecías el sabor del recuerdo, que ahora llegas más casta y más ausente... Me llegas en el viento que huele a lejanía, me llegas en la sal que sabe a muerte, tú, sombra arrinconada en un silencio; ...
Me marcharé de Amado Nervo
Me marcharé, Señor, alegre o triste, mas resignado, cuando al fin me hieras. Si vine al mundo por que tú quisiste ¿no he de partir sumiso cuando quieras? Un torcedor tan sólo me acongoja, y es haber preguntado el pensamiento, sus porqués a la vida... ¡mas la hoja quiere saber donde la lleva el viento! ...
Remansillo de Federico García Lorca
Me miré en tus ojos pensando en tu alma. Adelfa blanca. Me miré en tus ojos pensando en tu boca. Adelfa roja. Me miré en tus ojos. ¡Pero estabas muerta! Adelfa negra. De: Primeras canciones
Ella/ la misma de Aída Toledo
me miro en el espejo y no he dejado de ser la misma la que creyó en príncipes la virgen la que leía libros en el bus la misma con sus faldas cortas y sus piernas flacas la de la invariable rutina de la casa al instituto del instituto a la casa la misma la que medio soñó con hijos ...
La vejez de Narciso de Enrique Lihn
Me miro en el espejo y no veo mi rostro. He desaparecido: el espejo es mi rostro. Me he desaparecido; porque de tanto verme en este espejo roto he perdido el sentido de mi rostro o, de tanto contarlo, se me ha vuelto infinito o la nada que en él, como en todas las cosas, se ocultaba, lo oculta, ...
Noventa poemas últimos (27) de Fernando Pessoa
Me miro frente a frente Y conozco quién soy. Estoy loco: evidente, ¿Pero qué loco estoy? ¿Porque soy más poeta Que persona estoy loco? ¿O por tener completa La noción de ser poco? No sé, mas siento muerto Mi ser vivo de ahora. Nací aborto por cierto, Salvo el tamaño y la hora. ...
Espejo de zozobra de Alí Chumacero
Me miro frente a mí, rendido, escuchando latir mi propia sangre, con la atención desnuda del que espera encontrarse en un espejo o en el fondo del agua cuando, tendiendo el cuerpo, ve acercarse su sombra, lenta e inclinada, a la suprema conjunción de dos pulsos perdidos en sí mismos, ...
Cantiga agónica de Lil Picado
Me moriré de tiempo una mañana, me moriré entre mis brazos, clara; me moriré de labios, de mirada, de loca desnudez acorralada, de tiempo natural, en fin. De piel, de alas... Me iré donde tu olvido quiera que me vaya.
Piedra negra sobre piedra blanca de César Vallejo
Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París y no me corro- talvez un jueves, como es hoy, de otoño. Jueves será, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los húmeros me he puesto a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, ...
A unos pies de Adelardo López de Ayala
Me parecen tus pies, cuando diviso que la falda traspasan y bordean, dos niños que traviesos juguetean en el mismo dintel del Paraíso. Quiso el amor y mi fortuna quiso que ellos el fiel de mi esperanza sean; si aparecen, de pronto me recrean; cuando se van, me afligen de improviso. ...
Consejos a un joven poeta (3) de Adriano Corrales
Me persigue la jauría desbocada quieren jamarme para poder decir que el poeta era el otro uno de ellos el impostor Selección del autor
Me persiguen de Luis García Montero
Me persiguen los teléfonos rotos de Granada, cuando voy a buscarte y en las calles enteras están comunicando. Sumergido en tu voz de caracola, me gustaría el mar desde una boca prendida con la mía, saber que está tranquilo de distancia, mientras pasan, respiran, se repliegan a su instinto ...
Me pesaba su nombre de María Monvel
Me pesaba su nombre como un grillo de hierro, me pesaba su nombre como férrea cadena, me pesaba su nombre como un fardo en los hombros, como atada a mi cuello me pesara una piedra. Ya no está junto al mío la injuria de su nombre, y... me pesa! ...