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listado de poemas en audio por primeros versos letra e

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579 poemas con la letra "e"

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Esperanza de Angel González
Esperanza, araña negra del atardecer. Te paras no lejos de mi cuerpo abandonado, andas en torno a mí, tejiendo, rápida, inconsistentes hilos invisibles, te acercas, obstinada, y me acaricias casi con tu sombra pesada y leve a un tiempo. Agazapada bajo las piedras y las horas,...
Espero curarme de ti de Jaime Sabines
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una...
Cuerpos de Enrique Viloria Vera
Espero que aún te vistas de mí que continuemos siendo -después de años sábanas besos y mordiscos- una sola piel un mismo cuerpo que me lleves más allá de lo inasible de lo perecedero de la memoria y el recuerdo: ser pliegue estría vello perfume rimel bloomer collar que te circunda y...
Piazza Gimma de Fabio Morábito
Espío en el edificio que tengo más a mano el movimiento que comienza en los balcones, como reflora en las tareas primeras del amanecer con gestos sin estilo aún, de repertorio, la rutina, y yo que me enamoro sólo en esta hora en que la gente es más repetitiva, más inconexa interiormente...
Espíritu sin nombre... (Rima V) de Gustavo Adolfo Bécquer
Espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la vida sin formas de la idea. Yo nado en el vacío del sol tiemblo en la hoguera, palpito entre las sombras y floto con las nieblas. Yo soy el fleco de oro de la lejana estrella; yo soy de la alta luna la luz tibia y serena. Yo...
Los ángeles de la prisa de Rafael Alberti
Espíritus de seis alas, seis espíritus pajizos, me empujaban. Seis ascuas. Acelerado aire era mi sueño por las aparecidas esperanzas de los rápidos giros de los cielos, de los veloces, espirales pueblos, rodadoras montañas, raudos mares, riberas, ríos, yermos. Me empujaban. Enemiga...
Canciones para el celebrante de Thelma Nava
Espléndido animal, óyete resonar por la noche como un tren que conoce el lugar de su destino. No preguntes a nadie cuál es el sitio. Para el que indaga no está reservada la respuesta. ¿Quién, celebrante, se atrevería a ponerse el olor del mar, la túnica de los desaparecidos?...
Cántico espiritual de San Juan de la Cruz
ESPOSA:¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huíste habiéndome herido; salí tras ti clamando, y eras ido. Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes aquél que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y...
Y la vida pasa de Nidia di Giorgio
Esqueletos. Espantapájaros. Espanta pájaros. Sacuden brazos ahuyentan liebres, lunas. Se vuelca el sol como una yema. Quema el aire en hoguera despiadada. Cruza un alto caballo hirsuto. A cuestas el arado. Abre surcos, a cada lado uno. Papá mira el cielo. Es hora, es hora, mañana habrá siembra...
Esta armazón de huesos y pellejo... (Rima LVII) de Gustavo Adolfo Bécquer
Esta armazón de huesos y pellejo, de pasear una cabeza loca cansada se halla al fin, y no lo extraño; pues, aunque es la verdad que no soy viejo, de la parte de vida que me toca en la vida del mundo, por mi daño he hecho un uso tal, que juraría que he condensado un siglo en cada día...
Esta barca sin remos es la mía... de Carlos Pellicer
Esta barca sin remos es la mía. Al viento, al viento, al viento solamente le ha entregado su rumbo, su indolente desolación de estéril lejanía. Todo ha perdido ya su jerarquía. Estoy lleno de nada y bajo el puente tan sólo el lodazal, la malviviente ruina del agua y de su platería...
Esta casa estuvo dedicada a la labranza y la muerte... de Antonio Gamoneda
Esta casa estuvo dedicada a la labranza y la muerte. En su interior cunden las ortigas, pesan las flores sobre las maderas atormentadas por la lluvia. De: El libro del...
La hermana presentida de Jesús Flores Aguirre
Está cerca y distante, acompañada y sola yo la siento en mi vida desde que fui pequeño; es sangre, flor y espuma, es ella espiga y sueño que se hace y se deshace como en el mar, la ola. Hermana presentida, madreselva, amapola y trébol de cuatro hojas de nuestro vano empeño por alcanzar la dicha...
Sonata triste para la luna de Granada de Luis García Montero
Esta ciudad me mira con tus ojos, parpadea, porque ahora después de tanto tiempo veo otra vez el piano que sale de la casa y me llega de forma diferente, huyendo del salón, abordando las calles de esta ciudad antigua y tan hermosa que sigue solitaria como tú la dejaste, cargando con...
Fin presente de Oscar Oliva
Está en lo que comemos y bebemos, en los trabajos que nos dan de comer y beber, en los alimentos en los que no nos reconocemos y en la ineptitud con la que nos destrozamos las manos a la hora del hambre para poder tomar asiento y comenzar de nuevo con lo que está en la mesa...
Narcisiana de Jorge Zalamea
Ésta era otra casa. La de los muchos patios: el patio de las ceremonias y los grandes; el patio de los huéspedes bienvenidos; el patio de los niños; el patio de las criadas; el patio de los lavaderos y los bebederos; el patio de las caballerizas; el patio de las aves de corto vuelo;...
De otro cielo de Conrado Nalé Roxo
Ésta es mi copa y la rompo. Éste mi caballo y lo suelto. Decid a mis amigos que he muerto. Que el vino derramado de mi copa lo beban mi enemigo y mi perro, y sobre las cenizas de mi casa dancen ebrios. Yo con mi propia sed quiero embriagarme hasta ser una estatua de fuego ...
Elegía con un poco de amargura de Eliseo Diego
Ésta es otra elegía, pero dedicada a un hombre desagradable, vecino mío, que nunca quiso saludarme. No sé, por tanto, cómo se llamaba. Cara de limón, cara de perro malo, jamás se rebajó a mirarme siquiera. Vivíamos los dos en la misma calle. Un día tras otro nos desencontrábamos...
Elegía para un hombre llamado Gonzalo de Eliseo Diego
Esta es una elegía para mi amigo Gonzalo Que no fue un héroe ni fue un gran músico ni siquiera un novelista famoso. Fue, sencillamente, Gonzalo. Tenía la cara redonda de azoro de tanto sentirse ser Gonzalo. Y tenía unas gafitas montadas al aire que nunca le sirvieron mucho, a Gonzalo...
El burro flautista de Tomás de Iriarte
Esta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad Una flauta en ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por casualidad Acercose a olerla el dicho animal...
Llueve de Juan José Alcolea
Está languideciendo lentamente la luz por esta tarde en que se apoya noviembre en el cristal de mi ventana. Llueve. Con esa mansedumbre de una madre que al pecho tiene el hijo que amamanta, está lloviendo azul toda la tarde sobre la piel del patio y la azotea. Los pensamientos llevan...
Esta llave rota de Héctor Rosales
Esta llave rota en el velero. El agua, tromba mutilante. Evocadoras nubes derramadas. Talado trayecto. Esta cerradura de mi alma. De: Visiones y...
La enamorada de Alejandra Pizarnik
esta lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra Alejandra no lo niegues hoy te miraste en el espejo y te fuiste triste estabas sola y la luz rugía el aire cantaba pero tu amado no volvió enviarás mensajes sonreirás tremolarás tus manos...
Llagas de amor de Federico García Lorca
Esta luz, este fuego que devora. Este paisaje gris que me rodea. Este dolor por una sola idea. Esta angustia de cielo, mundo y hora. Este llanto de sangre que decora lira sin pulso ya, lúbrica tea. Este peso del mar que me golpea. Este alacrán que por mi pecho mora...
Un cierto despertar de Hjalmar Flax
Esta mañana de metales mórbidos la brisa duerme. El humo de las fábricas inserta el horizonte de inmensas rosas malvas deshojadas. Pero mi corazón está tranquilo. La noche le rindió sus apagadas distancias, sus luceros iluminaron besos y miradas. Se levantan los ruidos. Resplandece...
El naufragio de Gilberto Owen
Esta mañana te sorprendo con el rostro tan desnudo que temblamos; sin más que un aire de haber sido y sólo estar, ahora, un aire que te cuelga de los ojos y los dientes, correveidile colibrí, estático dentro del halo de su movimiento. Y no hablas. No hables, que no tienes ya voz de...
Balada de Jaime García Terrés
Esta manera de soñar que tengo. tan a lo vivo, tan sin ley, a mis labios imparte contradicciones y desvíos. El grito se confunde con la más honda tristeza; la tormenta fecunda calmas decisivas. En un mismo papel quedan grabados hijos diversos de diversa llama. por este sueño mío, vagabundo...
Esta memoria de Carilda Oliver Labra
Esta memoria que se cierne como los gorriones en la rama más alta de mí misma, este escuchar la noche cuando hace sombra y el perfume persiste en su influencia, esas costumbres tuyas en la casa, húmeda del ensueño y la porfía. La casa donde amabas tu inocencia sigue guardando esos...
La mesa de Cintio Vitier
Esta mesa que construyó mi abuelo para mi padre joven, guarda cosas dispersas de mi alma, versos, prosas, fragmentos de ilusión y desconsuelo. Toco sus pobres tablas, el abuelo ahora soy yo para otro niño, rosas tuvo mi madre joven, misteriosas, las nubes pasan en sereno vuelo. Mi...
Mujer lejana de Pablo Neruda
Esta mujer cabe en mis manos. Es blanca y rubia, y en mis manos la llevaría como a una cesta de magnolias. Esta mujer cabe en mis ojos. La envuelven mis miradas, mis miradas que nada ven cuando la envuelven. Esta mujer cabe en mis deseos. Desnuda está bajo la anhelante llamarada de mi vida...
Esta mujer de Eliseo Diego
Esta mujer que reclinada junto a la borda inmóvil de su casa soporta con las manos arrugadas el peso dócil de su tedio, sólo escuchando el tiempo que le pasa sin gracia ni remedio. Esta mujer, desde la borda blanca de su balcón, que el patio encierra, mira correr, ansiosa y sorda, la...
Esta mujer y yo de Eduardo Langagne
Esta mujer y yo, que sumamos un siglo, nos unimos en el beso original bajo un desnudo encino, sobre un lecho de hierba, mientras la luz del sol se abre paso entre las ramas como un ave que se acerca al nido. Esta mujer y yo, sobre la arena suave, a la sombra de una roca sin pecado...
Nietzsche de William Ospina
Está muriendo un Dios en el centro de un ópalo del color del crepúsculo. Está muriendo una hoja de hierba en el pecho de Cristo. Está muriendo una rosa en el aire estancado de la catedral de Maguncia, traspasada en el aire por una quemante aguja del sol...
Esta noche desciendo del caballo de César Vallejo
Esta noche desciendo del caballo, ante la puerta de la casa, donde me despedí con el cantar del gallo. Está cerrada y nadie responde. El poyo en que mamá alumbró al hermano mayor, para que ensille lomos que había yo montado en pelo, por rúas y por cercas, niño aldeano; el poyo en que...
Oda a la sangre de Ricardo Molinari
Esta noche en que el corazón me hincha la boca duramente, sin pudor, sin nadie, quisiera ver mi sangre corriendo por la tierra: golpeando su cuerpo de flor, -de soledad perdida e inaguantable- para quejarme angustiosamente y poder llorar la huida de otros días, el color áspero de mis viejas venas...
Canciones del pozo sin agua (5) de Jaime Sabines
Esta noche vamos a gozar. La música que quieres, el trago que te gusta y la mujer que has de tomar. Esta noche vamos a bailar. El bendito deseo se estremece igual que un gato en un morral, y está en tu sangre esperando la hora como el cazador en el matorral. Esta noche nos vamos a...
Esta noche yo te siento apoyada en la luz... de José Carlos Becerra
Esta noche yo te siento apoyada en la luz de mi lámpara, yo te siento acodada en mi corazón; un ligero temblor del lado de la noche, un silencio traído sin esfuerzo al despertar de los labios. Siento tus ojos cerrados formando parte de esta luz; yo sé que no duermes como no duermen...
Ofelia de Juan Gelman
esta ofelia no es la prisionera de su propia voluntad ella sigue a su cuerpo espléndido como un golpe de vino en medio de los hombres su cuerpo estilo renacimiento lleno de sol de Italia pasa por buenos aires ofelia yo en tus pechos fundaría ciudades y ciudades de besos hermosas...
Patria de Jaime Torres Bodet
Esta piedad profunda es tierra mía. Aquí, si avanzo, lo que toco es patria: presencia donde siento a cada instante el acuerdo del cuerpo con el alma. Esta voz es mi voz. Pero la escucho en bocas diferentes. Y aunque nada de cuanto dice pueda sorprenderme, oírla me cautiva porque...
Ansia de Oscar Oliva
Está por anunciarse, está por surgir, está por preguntarse, está por llegar. Todos saben que va a suceder. Nadie sabe cómo ni cuándo. Está derrumbando las puertas, está pateando estas palabras, está en la mano y en el lápiz. Está dentro de esta página y tiene el rostro de nadie. Va arrancar a los amantes de la cama...
La pirámide y la joven de Eliseo Diego
Esta que tengo entre las manos, con temblor, con orgullo, sonriendo para mí secretamente, es una foto de mi hija Fefé sentada en lo más alto de la augusta pirámide de Teotihuacán, en México. Nada se ve de la pirámide, sólo el frágil perfil de la muchacha, el rojo y el azul de su vestido...
Comentario VI de Juan Gelman
esta secreta unión que pasa en un punto muy interior del alma/ que debe ser donde estás vos/y donde tales son el deleite y la gloria y demás criaturas que pasan/conunidas como aguas de cielo que van a río entrando a mar/o manos que por lados contrarios se hacen una/ o sustento que me...
Hombre adentrado en el bosque de José Watanabe
Está sentado sobre un pino caído. Entre el balanceo de los árboles observa el espejear de la esfera de aluminio que corona la torre puntiaguda del Pabellón del Cáncer. Difícil símbolo la esfera. El hombre baja la mirada. Su alrededor es más amable: los pétalos de la Cati en Llamas...
Esta será mi venganza de Ernesto Cardenal
Esta será mi venganza: Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso y leas estas líneas que el autor escribió para ti y tú no lo...
Las razones del viajero de Luis García Montero
Está solo. Para seguir camino se muestra despegado de las cosas. No lleva provisiones. Cuando pasan los días y al final de la tarde piensa en lo sucedido, tan sólo le conmueve ese acierto imprevisto del que pudo vivir la propia vida en el seguro azar de su conciencia, así,...
Melancolía de Juan Ramón Jiménez
Esta tarde he ido con los niños a visitar la sepultura de Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo y paternal. En torno, abril había adornado la tierra húmeda de grandes lirios amarillos. Cantaban los chamarices allá arriba, en la cúpula verde, toda pintada...
Heces de César Vallejo
Esta tarde llueve, como nunca; y no tengo ganas de vivir, corazón. Esta tarde es dulce. ¿Por qué no ha de ser? Viste gracia y pena; viste de mujer. Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo las cavernas crueles de mi ingratitud; mi bloque de hielo sobre su amapola, más fuerte que su...
España de Jomi García Ascot
Esta tarde que muere es también vuestra tarde. Bajo el ciclo fugitivo es también vuestra voz el canto de estas nubes que llenan mi pecho y huyen y el canto de estas nubes es España. España caliente manantial trazado con el viento, el peso de mi sangre, memoria del olvido. Bajo la...
Esta tierra que piso de Rosario Castellanos
Esta tierra que piso es la sábana amante de mis muertos. Aquí, aquí vivieron y, como yo, decían: Mi corazón no es mi corazón, es la casa del fuego. Y lanzaban su sangre como un potro vehemente a que mordiera el viento y alrededor de un árbol danzaban y bebían canciones como un vino...
Cielo de la gaviota de Arturo Torres Rioseco
Esta triste gaviota desolada, sonora de silencios y de viajes, nieve de espumas y oro de oleajes, prodigiosa de fuegos coronada, vuela como una niña atormentada entre claros cristales y mirajes, tristeza congelada en los paisajes, de alguna playa ausente y destrozada...