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listado de poemas en audio por título letra e

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579 poemas con la letra "e"

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Cuenco de luz de Jorge Ortega
En la pelvis de la noche reposa el poema. La oscuridad es un cuerpo restirado, un cataplasma de tequila donde bebo los componentes de la euforia detonante. Levanto a nivel de la pupila el trompo de la alucinación, octaedro de imágenes ficticias contoneándose sobre la barra. ...
De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios (VII) de Francisco Hernández
En la primavera conociste a la niña Clara. Ella jugaba dentro de una jaula con los címbalos y el armonio que la escoltaban desde su nacimiento. De los címbalos partía la ráfaga que corta los glaciares. Del armonio brotaba El Intervalo del Diablo, que al transformarse en burbuja ...
Ejemplo de Salvador Díaz Mirón
En la rama el expuesto cadáver se pudría, como un horrible fruto colgante junto al tallo, rindiendo testimonio de inverosímil fallo y con ritmo de péndola oscilando en la vía. La desnudez impúdica, la lengua que salía, y alto mechón en forma de una cresta de gallo, dábanle aspecto bufo; ...
En la red de cristal que la estrangula... (Muerte sin fin) de José Gorostiza
En la red de cristal que la estrangula, el agua toma forma, la bebe, sí, en el módulo del vaso, para que éste también se transfigure con el temblor del agua estrangulada que sigue allí, sin voz, marcando el pulso glacial de la corriente. Pero el vaso a su vez cede a la informe condición del agua ...
Ondas muertas de Manuel Gutiérrez Nájera
En la sombra debajo de tierra, donde nunca llegó la mirada, se deslizan en curso infinito silenciosas corrientes de agua. Las primeras, al fin, sorprendidas, por el hierro que rocas taladra, en inmenso penacho de espumas hervorosas y límpidas saltan. Mas las otras, en densa ...
En las catorce redes del soneto... de Salvador Novo
En las catorce redes del soneto año tras año, penas y alegrías urdí, con hilo tenue de los días, a su apagado sístole sujeto. A gotas decantado su secreto, en arcas encerráronse vacías esperanzas, anhelos, cobardías —signo precario—, mínimo amuleto. Clama el Invierno...
El recuerdo de Carlos Pellicer
En las horas en que el paisaje se vacía —todo se lo han llevado las nubes—, los objetos de familia, las palabras íntimas. En una soledad de todas las cosas, ciego, mudo, sólo me quedan unos cuantos dedos para tocar las piedras y las rosas que tú tocaste o que solamente rozó...
Voz interna de Manuel José Othón
En las noches tediosas y sombrías buscan su nido en mi cerebro enfermo, plegando el ala ensangrentada y rota, mis antiguos recuerdos. No vienen como alegres golondrinas de la rústica iglesia a los aleros, trayendo de la rubia Primavera las blandas brisas y los tibios besos. ...
En las tardes... de Víctor Sandoval
En las tardes, cuando los hombres besan a sus mujeres por las calles y se hacen el amor como jóvenes bestias. Cuando los que practican este duro oficio de inconformes convierten los cafés en las repúblicas del ocio y la utopía. Cuando se enciende en las ventanas el relámpago gris ...
A México de Juan de Dios Peza
En las últimas desgracias de España. Allá del revuelto mar Tras los secos arenales, Donde sus limpios cristales Las ondas van a estrellar, Donde en lucha singular Disputando a la Fortuna Las ciudades una a una, De sus guerreros el brío, Mostraron su poderío La cruz y la media luna; ...
en los cielos de mi existir... de Rogelio Guedea
en los cielos de mi existir dejaste de volar. desde mañana no te quise. desde mañana prometí que amor no hiciera heridas o levantara templos de amargura en mí. cárcel eterna era el tuyo amor para mis manos. esas edificadoras. esas que se levantan en pleno vuelo o caen. las que hicieron sembradíos ...
En los claustros, al norte de Manhattan... de Víctor Sandoval
En los claustros, al norte de Manhattan, existe un unicornio en cautiverio. Preso en los tapices franceses del siglo XVI, alanceado, mordido por los perros, golpeado por los amos de los perros, galopa entre los muros y se duerme de pie. Suena el cuerno de caza de Manhattan, el subway cuarteado ...
En los ojos abiertos de los muertos... de Jaime Sabines
En los ojos abiertos de los muertos ¡qué fulgor extraño, qué humedad ligera! Tapiz de aire en la pupila inmóvil, velo de sombra, luz tierna. En los ojos de los amantes muertos el amor vela. Los ojos son como una puerta infranqueable, codiciada, entreabierta...
La alameda de Rafael López
En los veranos rojos, cuando a los mediodías desata los bozales de sus perros el sol, ¿quién no gozó tu abrigo, quién ignoró las pías frescuras que derrama tu inmenso parasol? ¿Quién, en el sueño rosa del minuto romántico, no, tembloroso y pálido, se detuvo al pasar bajo tu fronda amiga, ...
En medio de las risas... de Jaime Sabines
En medio de las risas y testigo del llanto, oyendo y viendo gentes remotas a mi lado, en una soledad sin palabras ni gestos, acaso solo y triste, me doy cuenta, me hablo. Por este no morirme me estoy muriendo a diario. Desde mi cuerpo grito noche a noche, me espanto...
Nocturno en que nada se oye de Xavier Villaurrutia
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte en esta soledad sin paredes al tiempo que huyeron los ángulos en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre para salir en un momento tan lento en un interminable ...
Antífora de Luis G. Urbina
En mi angustia, callada y escondida, sé tú como enfermera bondadosa, cuya mano ideal viene y se posa, llena de suave bálsamo, en la herida. Ríe en mi tedio sepulcral guarida como un rayo de sol en una fosa; perfuma, como un pétalo de rosa, el fango y la impureza de mi vida. Del corazón en el silencio, ...
Asesinato sideral de Carmen Alardín
En mi aposento tengo un prisionero que no soy yo, que no eres tú, que no es aquel que nos rompió los huesos por fabricar collares. En mi aposento tengo un prisionero que galopa en mis sienes y que me hace sudar, callar o blasfemar; y sin embargo tengo que clavarlo cada día ...
El deshollinador de Enriqueta Ochoa
En mi centro amanecía Dios con su diamante de agua ensimismada, derramándola allí donde la yerba azul del verbo sin cercos corría limpia escalando hasta el borde de los labios. Pero redonda es la vida y en sus ruedas sorpresivas llegó de improviso el medio día. El verano galopó...
Complementarios de Octavio Paz
En mi cuerpo tu buscas al monte, a su sol enterrado en el bosque. En tu cuerpo yo busco la barca...
Otro aparte de Carmen Boullosa
En mí, por otra parte, calmo dormitorio, necia, entre paréntesis, como si no entendiera que esto se acabó: Atrás de las ventanas, aúlla la Patria, la escucho hasta aquí, donde llegué, aunque no fuera huyendo de su dolor. Patria es una loba herida. Es la leona privada...
Partida de Lucero Alanís de Gurrola
En mis muertes diarias está mi padre me observa con esa incertidumbre que obliga a decidir Mi padre nunca tuvo un cristo en su alcoba ni un caballo para su fuga Hubo de partir muy lento y en segunda clase Sé que hubiera preferido un mate del pastor -en el tablero en desorden aquellos días ...
La septuagésima segunda de Alejandro Aura
en mucho estima el agua su condición quién no si yo fuera agua apenas una infinitesimal desviación mis moléculas no hubieran hecho esta complicada bestia ay teoría de achaques y de sueños imposible de explicar de solventar de fluir si yo fuera agua y nadie escapa...
Letanías profanas de Jaime García Terrés
En oleaje caviloso digo los nombres de la grey, los nombres pardos y los candentes. Digo Santiago, Pedro, Juan; el signo de la madre plácida entre nublados laberintos; la fama quejumbrosa de los sacerdotes; los apodos rebeldes que suscita la horda. Oh denominaciones, ...
En palabras aroma contenida de Salvador Novo
En palabras aroma contenida a vuestros ojos llegue flor y canto que en la pradera de los meses planto —collar de la amistad— rosa encendida. Sobre la primavera fenecida tiende el invierno riguroso manto. Pastor, el paso débil adelanto que el hato de los años intimida. Una luz ya cercana...
Conversación romana de José Emilio Pacheco
En Roma aquel poeta me decía: —No sabes cuánto me entristece verte escribir prosa efímera en periódicos. Hay matorrales en el Foro. El viento unge de polvo el polen. Ante el gran sol de mármol Roma pasa del ocre al amarillo, el sepia, el bronce. Algo se está quebrando...
Las sábanas familiares de Ulalume González de León
En su cuarto blanco, entre blancas sábanas se ha dormidoy sueña que duerme y que sueña en su cuarto blanco Se sabe soñando porque de su cuerpo a su cuerpo cae infinitamente y sin movimiento Y de pronto llega al fondo del cuerpo y entonces despierta en un cuarto rojo ...
La fortuna de Manuel María Flores
En su curso voluble la Fortuna todo cuanto me diera me quitó; Y la Miseria pálida y hambrienta el umbral de mi puerta se sentó. Y llegó la Amistad la que en un día el festín de mis dichas presidió- y aunque le dije ven, ella, espantada al ver aquel espectro, se alejó. Amor llegó también... ...
En su oscuridad la que ama no es oscura... de Homero Aridjis
En su oscuridad la que ama no es oscura tiene delante de sus ojos la palabra para nombrar lo santo la alegría mueve sus miembros abreva en su corazón y su corazón bebe de ella adentro de su carne la carne es una sola la raíz y el fruto son un botón radiante que el alba enciende...
Primavera y muchacha de Octavio Paz
En su tallo de calor se balancea La estación indecisa Abajo Un gran deseo de viaje remueve Las entrañas heladas del lago Cacerías de reflejos allá arriba La ribera ofrece guantes de musgo a tu blancura La luz bebe luz en tu boca Tu cuerpo se abre como una mirada Como una flor al sol ...
Nostalgia de un lenguaje de Tomás Segovia
En toda área de paz danzaban las palabras No había una figura viva En las confusas zonas de mi historia Que una vez no se hubiera revolcado Con mi lenguaje de insaciable ardor. Así iba yo poblado Abrazado lamido mordisqueado untado Por mil viejos amores ...
El brindis del bohemio de Guillermo Aguirre y Fierro
En torno de una mesa de cantina una noche de invierno, regocijadamente departían seis alegres bohemios. Los ecos de sus risas escapaban y de aquel barrio quieto, iban a interrumpir el imponente y profundo silencio. El humo de olorosos cigarrillos en espirales se elevaba al ...
El regreso de Robinson Crusoe de Enzia Verduchi
En un archipiélago del océano pacífico existen paquetes turísticos con tu nombre, paraíso para jugar al golf o al tenis, para iniciar a los recién casados: villas Dafoe, comedor Viernes, curiosidades Crusoe. Ahora sólo eres más viejo, Robinson, no tienes que enseñar hablar a nadie; ...
Matzhevá de Jorge Valdés Díaz - Vélez
En un libro de mi padre, leo la frase: A ti, que me estás leyendo . Es el título de una elegía escrita hace dos siglos, o un hálito de la soledumbre que ha subido al lector imaginario desde fuera de los círculos del tiempo. Esa línea guarda en cada sílaba la fresca impresión de su vehemencia: ...
Un sol más vivo (Conversar) de Octavio Paz
En un poema leo: conversar es divino. Pero los dioses no hablan. Los dioses, sin palabras, juegan juegos terribles. El espíritu baja y desata las lenguas pero no habla palabras: habla lumbre. El lenguaje, por el dios encendido, es una profecía de llamas y un desplome...
Hermosura que vuelve de Octavio Paz
En un rincón del salón crepuscular O al volver una esquina en la hora indecisa y blasfema, O una mañana parecida a un navío atado al horizonte, O en Morelia, bajo los arcos rosados del antiguo acueducto, Ni desdeñosa ni entregada, centelleas. El telón de este mundo se abre ...
En una de esas tardes de Carlos Pellicer
En una de esas tardes sin más pintura que la de mis ojos, te desnudé y el viaje de mis manos y mis labios llenó todo tu cuerpo de rocío. Aquel mundo amanecido por la tarde, con tantos episodios sin historias, fue silenciosamente abanderado y seguido por pueblos de ansiedades. Entre tu ombligo y ...
Distancia del amigo de Rosario Castellanos
En una tierra antigua de olivos y cipreses ha fechado mi amigo su más reciente carta. Lo imagino escribiendo, sentado en una roca a la orilla del mar, tirando piedrecitas sobre el lomo verduzco de las olas. (Si estuviera en un parque tiraría migas a los gorriones, si en un estanque, ...
Umbral de la orfandad de Tomás Segovia
En vano cerraremos hoy la puerta Algo de afuera algo de allá muy lejos Se ha metido en la casa con nosotros Y su mirada triste nos sigue silenciosa En busca de consuelo Entre tú y yo viene a meter su hocico El abandono inmemorial del mundo Pero qué sal de luz y de certeza ...
Alfa y omega de Marco Antonio Montes de Oca
Encadenado a mi sangre libre Con grilletes de campanas Entro a mi siglo Por la puerta palpitante de mí mismo Y camino descalzo Por un archipiélago de almohadas Hacia la radiante oscurana del origen. Atrasa la lluvia sus relojes Y la dínamo salvaje retatúa su eje la pura...
Discurso del paralítico de Gilberto Owen
Encadenado al cielo, en paz y orden, mutilado de todo lo imperfecto, en esta soledad desmemoriada paisaje horizontal de arena o hielo nada se mueve y ya nada se muere en la pureza estéril de mi cuerpo. Solo la ausencia. Sólo las ausencias. A la luz que me ofusca, en el silencio del aire ...
Parte de guerra de Raquel Huerta - Nava
Encendida la piel es recuerdo encadenado a la rosa de los vientos del destino armado con espadas de verdades. Los golpes de la lluvia en el acero entretejen la memoria de la niebla. Soy guerrera antigua sobreviviente de ciclones y tragedias coleccioné armaduras y quebrantos ...
Sobre el amor de Coral Bracho
Encendido en los boscajes del tiempo, el amor es deleitada sustancia. Abre con hociquillo de marmota, senderos y senderos inextricables. Es el camino de vuelta de los muertos, el lugar luminoso donde suelen resplandecer. Como zafiros bajo la arena hacen su playa, ...
El amor es su entornada sustancia de Coral Bracho
Encendido en los boscajes del tiempo, el amor es su entornada sustancia. Abre con hociquillo de marmota, senderos y senderos inextricables. Es el camino de vuelta de los muertos, el lugar luminoso en donde suelen resplandecer. Como zafiros bajo la arena hacen su playa, hacen sus olas ...
La arboleda de Octavio Paz
Enorme y sólida pero oscilante, golpeada por el viento pero encadenada, rumor de un millón de hojas contra mi ventana. Motín de árboles, oleaje de sonidos verdinegros. La arboleda, quieta de pronto, es un tejido de ramas y frondas. Hay claros llameantes. Caída en esas...
Ensayo de un árbol de Fernando Ruiz Granados
Ensayar un árbol en el poema Asentar su raíz en el fondo blanco De la hoja Sembrarlo a la plenitud del día Ensayar un árbol en cada poema Orientar sus ramas Hacia los cuatro puntos cardinales Al Norte la rama del sentido La segunda al Sur el rumbo Al que emigran todos los pájaros ...
Dos dudas en qué escoger tengo... de Sor Juana Inés de la Cruz
Enseña modo con que la hermosura, solicitada de amor importuno, pueda quedarse fuera de él con entereza tan cortés, que haga bienquisto hasta el mismo desaire... Dos dudas en qué escoger tengo, y no sé a cual prefiera: pues vos sentís que no quiera, y yo sintiera querer. ...
De la muerte de Jaime Sabines
Enterradla Hay muchos hombres quietos, bajo tierra, que han de cuidarla. No la dejéis aquí. Enterradla...
Entiendo de Eduardo Zambrano
Entiendo que este día nadie va a llamar. Ni los más caros deseos, ni esas fantasías que me han acompañado todo este tiempo. Sencillamente estaré solo y está bien. Entiendo que ya no tendrá sentido fingir. (De:Reincidencias)
Entigrecido vuelvo a las cantinas... de Eduardo Lizalde
Entigrecido vuelvo a las cantinas —el medio día justo hace de fuego el mundo, la tierra en esta jungla, tan lejana del mar—, sediento de cerveza muy fría y sólo como el tigre en esas horas con un cuaderno, un lápiz en la mano. La cantina es neutral, hay tregua en ella de razas y fortunas...