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listado de poemas en audio por título letra e

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579 poemas con la letra "e"

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Los chichimecas de Poesía náhuatl
En el año 5-Caña vinieron a acercarse los chichimecas: vivían como flechadores (cazadores), no tenían casas, no tenían tierras, su vestido no eran tilmas tejidas, solamente pieles de animal era su vestido, sólo con yerba hacían su vestido. Sus hijos sólo en redecillas en huacales se criaban. ...
en el cielo crecido de fulgor... de Rogelio Guedea
en el cielo crecido de fulgor. agrio de noches que comí. recordé la vez que mamá me sacó como pedazo arrancado de su carne. recordé un día esa noche que no podía salir de su carne magullada. sucia como casa que no alquiló nunca la alegría. condenada estuvo de mí a tenerme. ...
Amplificaciones de Xavier Villaurrutia
En el cuarto del pueblo fantástico y desnudo, amarillo de luz de vela, sobrecogido, mis sienes dan la hora en no sé qué reloj puntual y eterno. La soledad se agranda como las sombras en la sábana del muro, como las caras ayer asomadas para dentro en el marco de sus ventanas. ...
Transmutación de Alejandro Aura
En el espejo retrovisor se proyecta su boca besucona no veo sus ojos yo a solas desde acá soy alma de los dos...
Lecho de helechos de Octavio Paz
En el fin del mundo, frente a un paisaje de ojos inmensos, adormecidos pero aún chisporroteantes, aún destellantes, me miras con tu mirada última —la mirada que pierde cielo—. La playa se cubre de miradas absortas, escamas resplandecientes. Se retira la ola...
La perfecta dormida de Homero Aridjis
En el hálito ardiente de su propio sonido quema y en su ámpula germina la crisálida La libélula transcurre bajo el sol Rompe la quieta corriente del instante el río que ha pasado comparece al golpe del nuevo movimiento Se recuesta en el agua el esplendor Otras criaturas tañen las olas ...
En el hidrante las gotas caen... de Juan Rulfo
En el hidrante las gotas caen una tras otra. Uno oye, salida de la piedra, el agua clara caer sobre el cántaro. Uno oye. Oye rumores; pies que raspan el suelo, que caminan, que van y vienen. Las gotas siguen cayendo sin cesar. El cántaro se desborda haciendo rodar el agua sobre...
Jardín escrito de Ulalume González de León
En el jardín que recuerdo sopla un viento que mueve las hojas del jardín donde ahora estoy escribiendo En el jardín que imagino sopla un viento que mueve las hojas del jardín que recuerdo Y en el jardín donde ahora estoy escribiendo sopla un viento que mueve las hojas sin jardín: ...
El gallo habanero de José Juan Tablada
En el matinal gallinero con el rendimiento caballero, en torno a su hembra enreda el arabesco de su rueda sin cesar el gallo habanero; cual blanco albornoz el plumón envuelve su fiero ademán; ¡por su cresta-fez bermellón y el alfanje de su espolón, el gallo es un breve sultán! Junto a la gallina coqueta, ...
Cuerpo del delfín (fragmento) de Fayad Jamís
En el palacio de la memoria, en el humo del cuerpo, una palpitación extraña, un remoto aleteo: la sombra roja de un delfín entra suavemente. ¿Qué importa la marca del arpón? ¿Qué importa si el nombre del barco es Little Fish o Cheval ? ¿Qué importa el rostro encendido del arponero? ...
Identidad de Octavio Paz
En el patio un pájaro pía, como el centavo en su alcancía. Un poco de aire su plumaje se desvanece en un viraje. Tal vez no hay pájaro ni soy ese del patio en donde...
Identidad de Octavio Paz
En el patio un pájaro pía, como el centavo en su alcancía. Un poco de aire su plumaje se desvanece en un viraje. Tal vez...
Europa: Puerto sin mar de Carmen Boullosa
En el puerto, un bosque de containers reemplaza a las gaviotas, y los perros husmeando en los basureros, a los osos, atados a una cuerda, bailando al tambor también esclavo. ¿Dónde están las prostitutas que los marinos buscan, las meretrices de espaldas desnudas, ...
En el rigor del vaso que la aclara... (Muerte sin fin) de José Gorostiza
En el rigor del vaso que la aclara, el agua toma forma ciertamente. Trae una sed de siglos en los belfos, una sed fría, en punta, que ara cauces en el sueño moroso de la tierra, que perfora sus miembros florecidos, como una sangre cáustica, incendiándolos, ay abriendo en ellos] ...
El pájaro de Octavio Paz
En el silencio transparente el día reposaba: la transparencia del espacio era la transparencia del silencio. La inmóvil luz del cielo sosegaba el crecimiento de las yerbas. Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras. El tiempo en el minuto se saciaba. En la quietud absorta ...
En el sueño la imagen de Eduardo Langagne
En el sueño la imagen se advierte en blanco y negro; es un espacio incierto, igual que las palabras. Los ojos adivinan de aquel cuerpo el contorno, las sombras, los oídos. Los odios dan aromas. El que sueña no sabe por que tanto alboroto: quién penetra, perturba, perpetra, ...
El temblor de Eduardo Langagne
En el sueño los ruidos eran ciertos y crujían las paredes. En los ojos abiertos al espanto el espejo movía su mundo reflejado. Por eso fue el impulso de salir de aquel sueño hacia otro sueño, rezar bajo los marcos de las puertas el consejo empolvado en la memoria. Una calma...
Estrella en alto de Efraín Huerta
En el taller del alma maduran los deseos, crece, fresca y lozana, la ternura, imitando tu sombra, inventando tu ausencia tan honda y sostenida. Hoy te sueño, amante: estrella en alto, huella de una violeta lenta. Oscuramente bella la soledad germina en torno de mi cuerpo. Hoy te sueño, amante:. ...
En el tiempo... de Nohemí Sosa
En el tiempo del sentido común veo estallar un torito* en círculos de fuego anhelo ese incendio que lucen los flamboyanes me acerco al sótano de las golondrinas para contemplar el terror del abismo es ciertoestoy convencida la soledad es mi perseguidora más tenaz ...
Ecuación de primer grado con una incógnita de José Emilio Pacheco
En el último río de la ciudad, por error o incongruencia fantasmagórica, vi de repente un pez casi muerto. Boqueaba envenenado por el agua inmunda, letal como el aire nuestro. Qué frenesí ek de sus labios redondos, el cero móvil de su boca. Tal vez la nada o la palabra inexpresable, ...
Rescoldos de sentir de Gilberto Owen
En esa frente líquida se bañaron Susanas como nubes que fisgaban los viejos desde las niñas de mis ojos púberes. Cuando éramos dos sin percibirlo casi; cuando tanto decíamos la voz amor sin pronunciarla; cuando aprendida la palabra mayo la luz ya nos untaba de violetas; ...
Luna de verano de Tomás Segovia
En esta calle a oscuras que boquea amordazada Bajo el negro sofoco Sólo la luna y yo Marcho hacia ella y retrocede Me quedo quieto y se detiene Atónita y curiosa Tan blanca tan redonda tan grande tan de hielo En la espesa engrura amroatada No sería creíble fuera de este momento ...
Horas altas de José Emilio Pacheco
En esta hora fluvial hoy no es ayery aún parece muy lejos la mañana Hay un azoro múltiple extrañezade estar aquí de ser en un ahora tan feroz que ni siquiera tiene fecha ¿Son las últimas horas de este ayer o el instante en que se abreotro mañana? Se me ha perdido el mundo ...
En este asunto del amor... de Carlos Pellicer
En este asunto del amor, que a veces, uno quisiera que no acabara nunca de empezar, parece que alguien dice: ¿Dios es eternamente joven? Es tanta la alegría, que uno ignora catástrofes y duelos. Usted dice que sí a toda la enorme y tan humana tontería. Sólo hay un pensamiento, ...
Poema en tiempo vegetal de Carlos Pellicer
En este bosque en que los árboles tienen historia y se acompañan espaciosos a tiempo en luz, a tiempo en sombra, saqueo al aire los flautines en que los pájaros devoran la soledad húmeda y viva de la raíz y la memoria. Sonoramente en cuerpo y alma siento el calor con que de enérgicas...
Carta a Gelman fechada el tres de mayo de Eduardo Langagne
En este día bebíme tres cervezas por usted, por Juan y juan, indistintamente hombre o poeta; conspiré por la poesía toda, escribí un poema de amor sobre la lápida donde escarbo mi sueldo semanal, leí a Tuñón, hermoso, y aun sin haber encontrado una ranura donde echar veinte centavos, ...
Jardín de Fernando Ruiz Granados
En este lugar fue construido un jardín En este lugar la luz levantó sus bóvedas En este lugar fue sembrado el árbol Cuya forma une al cielo con la tierra En este lugar brotó la primera fuente En este lugar nació el río de cuatro brazos Que se extiende por los cuatro rumbos de la tierra ...
Aztecal VIII de Francisco Azuela
En este poema de muertos se te murió tu padre, se murieron tu abuelo y tu siembra y se acabó la tarde en una mirada. En este poema de muertos se murió el amor de tus antiguos, se murieron tus pájaros y se calló la estrella de tu frente como un puñado de rosas enfermas. ...
En este pueblo de Jaime Sabines
En este pueblo, Tarumba, miro a todas las gentes todos los días. Somos una familia de grillos. Me canso. Todo lo sé, lo adivino, lo siento. Conozco los matrimonios, los adulterios, las muertes. Sé cuándo el poeta grillo quiere cantar, cuándo bajan los zopilotes al mercado, cuándo...
En este pueblo, Tarumba de Jaime Sabines
En este pueblo, Tarumba, miro a todas las gentes todos los días. Somos una familia de grillos. Me canso. Todo lo sé, lo adivino, lo siento. Conozco los matrimonios, los adulterios, las muertes. Sé cuándo el poeta grillo quiere cantar, cuándo bajan los zopilotes...
Retrato de niño de Salvador Novo
En este retrato hay un niño mirándome con ojos grandes; este niño soy yo y hay una fecha: 1906. Es la primera vez que me miré atentamente. Por supuesto que yo hubiera querido que ese niño hubiera sido más serio, con esa mano más serena, con esa sonrisa más fotográfica. ...
Nostálgica de Manuel José Othón
En estos días tristes y nublados en que pesa la niebla sobre mi alma cual una losa sepulcral, ¡ay! cómo mis ojos se dilatan tras esos limitados horizontes que cierran las montañas, queriendo penetrar otros espacios, cual en un mar sin límites ni playas. ¡Pobre pájaro muerto por el frío! ...
Nocturno del Mississippi de Efraín Huerta
En estos precisos momentos todo momento es bello. Por ejemplo: que los jóvenes negros se amen a la orilla del río, bajo elruinoso techo del Heads Bridge, y que su risa sea del color de la carne y de su espesa piel. Que se amen larga y estrechamente al amparo del cielo, ...
Seven p.m de Octavio Paz
En filas ordenadas regresamos y cada noche, cada noche, mientras hacemos el camino, el breve infierno de la espera y el espectro que vierte en el oído: ¿No tienes sangre ya? ¿por qué te mientes? Mira los pájaros El mundo tiene playas todavía y un barco allá te espera, siempre. ...
Plasmado en óleo de Lucero Alanís de Gurrola
En Gualbet amanece tarde casi siempre el pan de olor llega después del silencio de sus barcos En sudor de pescado el hombre ante la cantina tan poco para celebrar en las copas solitarias encuentra dormida su puerta El sinfín de olas se precipita por el deseo de mujer alborotadas gaviotas ...
De la noche de Jaime Sabines
En la amorosa noche me aflijo. Le piedo su secreto, mi secreto, la interrogo en mi sangre largamente. Ella no responde y hace como mi madre, que me cierra los ojos sin oírme...
Ahí, donde de Lina Zerón
En la blanda cavidad de mi cuerpo ardes. En el espacio donde impera la noche tiemblas. En las sombras donde los dementes clemencia piden te arrodillas. En la profundidad del sueño roto apareces. En nombre del Maestro que llegó a salvarnos imploras. Ahí, ...
Reliquia de Francisco A. de Icaza
En la calle silenciosa resonaron mis pisadas; al llegar frente a la reja sentí abrirse la ventana. . . ¿Qué me dijo? ¿Lo sé acaso? Hablamos con el alma. . . como era la última cita, la despedida fue larga. Los besos y los sollozos completaron las palabras que de la boca salían en frases entrecortadas. ...
En la cárcel de ayer, de que me evado... de Salvador Novo
En la cárcel de ayer, de que me evado a la muerta distancia del olvido; con polvo, en el sendero recogido: con astillas, del tiempo desgajado; con el canto y la flor, apasionado, su perfume en el viento fallecido; con atisbos del sueño desistido, con arenas del mar nunca surcado; con hilo...
Canto de primavera de Nezahualcóyotl
En la casa de las pinturas comienza a cantar, ensaya el canto, derrama flores, alegra el canto. Resuena el canto, los cascabeles se hacen oír, a ellos responden nuestras sonajas floridas. Derrama flores, alegra el canto. Sobre las flores canta el hermoso faisán, ...
Discurso sobre los cangrejos de José Emilio Pacheco
En la costa se afirma que los cangrejos son animales hechizados y seres incapaces de volverse para mirar sus pasos. De las tercas mareas aprendieron la virtud del repliegue, el ocultarse entre rocas y limo. Caminantes oblicuos, en la tenacidad...
El florecido sueño de Julio César Aguilar
En la fertilidad de tus manos inacabables puse anoche a dormitar el sueño más largamente soñado, y ya ves ahora, mano tan abierta, cómo de tus costados, poco a poco, lúcidamente va enraizándose, dando al aire su aromada luz que apenas se irradia. No ráfagas de amor es lo que pide ...
Noche del trópico de José Juan Tablada
En la fúnebre bóveda no brillan las estrellas, y sin embargo estriado de tenebrosas huellas sobre el profundo abismo la luz es móvil nata do apenas un Erebo de sombra se desliza, y en esa temblorosa película de plata en perlas se deshace la ola que se riza. Pero sobre la borda el nauta...
El fuego de José Emilio Pacheco
En la madera que se resuelve en chispa y llamarada luego en silencio y humo que se pierde miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida Y te preguntas si habrá dado calor si conoció alguna de las formas del fuego si llegó a a rder e iluminar con su llama ...
Oigo los coches de Fabio Morábito
En la mañana oigo los coches que no pueden arrancar. A lo mejor, entre los árboles, hay pájaros así, que tardan en lanzarse al diario vuelo, y algunos nunca lo consiguen. Me alegro cuando un auto, enfriado por la noche, recuerda al fin la combustión y prende sus circuitos. ...
En la mesa de tres patas de Mariana Bernárdez
En la mesa de tres patas enfilaban los tintos La muerte giraba con ojos de lechuza y yo bailaba al compás de palmas que rasgaban el espacio Esa vida no era la nuestra Sumergidos en papeles o en números contables se nos iban los meses vagones cruzando las calles de una ciudad en llamas ...
Temporal de Octavio Paz
En la montaña negra el torrente delira en voz alta A esta misma hora tú avanzas entre precipicios por tu cuerpo dormido El viento lucha a obscuras con tu sueño maraña verde y blanca encina niña encina milenaria el viento te descuaja y te arrastra y te arrasa abre tu pensamiento y lo dispersa ...
La noche del cuerpo de David Huerta
En la noche del cuerpo se preparan los alimentos de Dios, la cena carmesí de los esclavos, el místico bocado de los turbios amantes- sudor, lágrimas, mierda- el humus lento, el óvalo marchito, el resto náufrago del visionario, el regalo sedente que se posa en la tierra- ...
En la orilla del aire... de Jaime Sabines
En la orilla del aire (¿qué decir, qué hacer?) hay todavía una mujer. En el monte, extendida sobre la yerba, si buscamos bien: una mujer. Bajo el agua, en el agua, abre, enciende los ojos, mírala bien. Algas, ramas de peces, ojo de náufragos, flautas de té, le cantan...
En el deseo del sueño, 1.2 de Francisco Magaña
En la palabra del día despierta la noche. Como quien se enfrenta a una serie innumerable de nombres que nada le dicen y todo le confían. Como quien mira su destino desde la escritura renovada del espejo. Como quien resiste en el desierto con una flor de arena entre las manos. ...