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listado de poemas en audio por primeros versos letra a

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323 poemas con la letra "a"

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El lado izquierdo de Juan José Alcolea
Aquí en el lado izquierdo, donde duele la herida con más fuerza y el ruido de la muerte es más intenso: me ha crecido una flor esta mañana. Aquí en el lado izquierdo, donde, a veces, la sombra me entreteje con sus ramasde hiedra y de silencio: me ha crecido una flor esta mañana...
La despedida de José Lupiáñez
Aquí en lo oscuro quedo pulsando mi dulcémele, mientras veo que te alejas feliz, contra la línea del horizonte. Mueves el cuerpo al son de mis acordes, cada vez más distante, más cómplice, y un ritmo de secreto te hace tan diminuto. sí, te alejas de esta pequeña hoguera que hemos prendido juntos...
Aquí está el pecho, mujer... de José Martí
Aquí está el pecho, mujer, Que ya sé que lo herirás; ¡Más grande debiera ser, Para que lo hirieses más! Porque noto, alma torcida, Que en mi pecho milagroso, Mientras más honda la herida, Es mi canto más hermoso...
Al lector de Juan Domingo Argüelles
Aquí están los rencores. Los escribí pensando en ti. Creí por un momento que eran flores que amanecían en abril. Pero al poner la mano me han herido, ¡puta, si me han herido!, me han lastimado hasta sangrar, hasta aullar de dolor, hasta quejarme inmensamente en la noche...
Consejos de un padre a su hija de Poesía náhuatl
Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mi hechura humana, la nacida de mí. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está mi imagen. Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el hacedor de la gente...
Palabra aquí de Saúl Ibargoyen
Aquí hay una palabra deshabitándose de sí: cinco vocales que fulguran quince consonantes entre la madera sagrada y el agua siete vocales invencibles trece consonantes entre el fuego y el frío. Aquí hay una esa tal palabra desigualándose de sí nutrida de astros...
Las montañas azules de Francisco Tobar García
Aquí he llegado, a la edad en que el hombre se detiene; la cumbre entre la niebla es desafío y debiera rendirme. ¡Cansancio de buscar irrazonablemente tanto sin saber qué buscamos! Pero he aceptado el tiempo; los árboles son sombras y las hojas orecidas resbalan en la estación propicia...
El cuento de nunca acabar de Carmen Alardín
Aquí me tienes al alcance de tu alma y a merced de tus ojos, protagonista de una historia que no he vivido y que sin embargo se ha eternizado en el tiempo y se ha filtrado dentro de tu piel. He luchado por encontrarte sin darme cuenta que desde hace muchos siglos vivías dentro de mí...
Trama de Circe Maia
Aquí me ves, cubriéndome la espesa capa, torpe tejido de los desordenados pensamientos: germina uno, se alza un poco, baja y en una niebla de trivialidades se diluye, se ablanda. Dio una hora el reloj. La hora lisa. Pronto se agotarán estos sonidos de cháchara liviana...
Biblioteca de José Luis Martínez de Eduardo Langagne
Aquí no hay muertos. Ramón, a la mitad del foro, lee un poema con sabor a chía y ajonjolí. Rulfo vino a buscar a Juan: un instante de luz en las palabras. Gorostiza envuelve en llamas la soledad de los pasillos por donde José Luis Martínez, bibliófilo celeste, coloca libros detenido en el espacio...
Mi vida entera de Jorge Luis Borges
Aquí otra vez, los labios memorables, único y semejante a vosotros. Soy esa torpe intensidad que es un alma. He persistido en la aproximación de la dicha y en la privanza del dolor. He atravesado el mar. He conocido muchas tierras; he visto una mujer y dos o tres hombres...
Jornada de Vilma Vargas
Aquí quedó oscilando mi última furia. Engullo cada mancha de la pared, cada clavo. Y me siento dueña de mi voz descolgándose, palpo sus aristas y me quedo quieta, absorbo su semilla y ya no se esparce. Me tiendo sin una piedra o talismán. Recorro el cuarto con los ojos abiertos: no hay visiones...
Aquí te amo... (Poema XVIII) de Pablo Neruda
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento. Fosforece la luna sobre las aguas errantes. Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes figuras. Una gaviota de plata se descuelga del ocaso. A veces una vela. Altas, altas estrellas...
A la inmensa mayoría de Blas de Otero
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle: entonces comprendió: y rompió todos su versos. Así es, así fue. Salió una noche echando espuma por los ojos, ebrio de amor, huyendo sin saber adónde: a donde el aire no apestase a muerto...
El amor de mis amores (V y VI) de Carolina Coronado
Aquí tu barca está sobre la arena: desierta miro la extensión marina: te llamo sin censar con tu bocina y no pareces a calmar mi pena. Aquí estoy en la barca triste y sola aguardando a mi amado noche y día; llega a mis pies la espuma de la ola, y huye otra vez, cual la esperanza mía...
Límite de Rosario Castellanos
Aquí, bajo esta rama, puedes hablar de amor. Más allá es la ley, es la necesidad, la pista de la fuerza, el coto del terror, el feudo del castigo. Más allá, no...
Acelerando de José Hierro
Aquí, en este momento, termina todo, se detiene la vida. Han florecido luces amarillas a nuestros pies, no sé si estrellas. Silenciosa cae la lluvia sobre el amor, sobre el remordimiento. Nos besamos en carne viva. Bendita lluvia en la noche, jadeando en la hierba, trayendo en hilos aroma de las nubes...
Arbolé, arbolé... de Federico García Lorca
Arbolé, arbolé seco y verde. La niña de bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la prende por la cintura. Pasaron cuatro jinetes, sobre jacas andaluzas. con trajes de azul y verde, con largas capas oscuras. Vente a Granada, muchacha. La niña no los escucha...
Arbolé, arbolé de Federico García Lorca
Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la prende por la cintura. Pasaron cuatro jinetes, sobre jacas andaluzas con trajes de azul y verde, con largas capas oscuras. Vente a Córdoba, muchacha . La niña no los escucha...
Demonio, lengua de plata... de Ana Rossetti
Arcángel desterrado y refugiado en mi anhelo; cada vez que la albahaca se movía a mi vientre tu mano apuñalaba y en el raudo abanico de luces y luciérnagas o en la pared confusa, donde el enfebrecido pájaro de la noche se cernía, aparecías tú. Continua caracola prendida de mi oído...
Imago passionis de Ana Rossetti
Arcángel mío, Compañero mío, Amado que en las columnas atas mis insomnios y derramas por el alba los claveles que te ofreció mi sangre, a cambio de la corona púrpura de tu indómito reino prometido, del lirio de tu cetro; a cambio de hospedarme en el arisco armiño de tu piel. Arcángel mío...
Un pectoral de pavor para el capitán Fiallo de Efraín Huerta
Ardía el caballero con sus ojeras rotas llameaba su piel e iluminaba la ciudad Moría de hambre el capitán Fiallo acostado en su lecho de una bruta piel de toro y un leño por almohada brasa de muerte y soledad rezos y campanadas esquilas como cementerios del aire Ardía desde el corazón hasta el vientre...
Estancias en el desierto de Aurora Reyes
Ardiente, nueva luz abre mis ojos. Renace adulta la infantil mirada. Crecen los ecos de tu poblada ausencia, presente y encendida en la distancia. A la espalda del cielo se desnudan las sombras. Brota su lirio el día. Huérfana sonrisa camina sobre el alba. Hay una casa gris, una carreta...
Madrigal dramático de ardiente-y-fría de Rafael Alberti
Ardiente-y-fría clavel herido del mediodía , desnuda, en la sastrería. El niño, aprendiz de sastre, ¡cómo la deshojaría! Ardiente-y-fría un corpiño de ondas calientes y frías quisiera para sus senos algas flotantes del mar blanco y quieto del espejo . El niño, aprendiz de sastre, le ofrece una begonia...
Área sonante de Rubén Bonifaz Nuño
Area sonante, ovario de la noche carnal; abrevadero insistente y monótono en la arena del oído terrestre.Y tocar, hacia dentro, el oleaje como aquel remotísimo, asilado en lo vacío de las conchas. Urna, seda contigua que despliega en hileras cayendo, una por una, golpes de espuma deslazada...
Sentint per primera vegada l’olor dels til·lers llorits de Marià Manent
Aroma dels til lers florits, ben nova i dolça per mi! No desvetllaves cap mica de record. El passat no traspua en aquesta ombra d or: només viu el teu somni, arbreda dolça. És lluny el bostre bleix, roses, glicines bables, tan ple de mi, tan c lid de secrets. Tu, perfum sense ahir...
Otoño de Carlos Martín
Arregla los papeles. Es ya tiempo. No temas al rigor del invierno. Aún hay fuego. Arde un rescoldo de amor y al fulgor de la tarde nacen aún los besos, los poemas. Después de todo, mira, no importa, hemos vivido al borde cotidiano del asombro, una mirada basta, la voz con que te nombro...
Eróstrato de William Ospina
Arriba la colina se prolonga en un sueño, recias salas simétricas que alzó el orgullo al cielo, y en su hondura una piedra monstruosa pide ofrendas, más negra que el abismo, más antigua que el miedo. La piedra es Artemisa. Yo no soy más que un hombre, condenado a saltar en ceniza al silencio...
Navega de León Felipe
Arrodíllate y reza. No. Navega, navega sobre tu llanto. Marinero: lágrimas, lágrimas, lágrimas la nube el río... el mar. Que no me tejan pañuelos sino velas. Que no me consuele nadie, que no me enjuguen el llanto, que no me sequen el río. Lloro para que no se muera el mar, mi padre el mar...
Como tú de León Felipe
Así es mi vida, piedra, como tú. Como tú, piedra pequeña: como tu, piedra ligera; como tú, canto que ruedas por las calzadas y por las veredas; como tú, guijarro humilde de las carreteras, como tú, que en días de tormenta te hundes en el cieno de la tierra y luego centelleas bajo los casco...
Consternados rabiosos de Mario Benedetti
Así estamos consternados rabiosos aunque esta muerte sea uno de los absurdos previsibles da vergüenza mirar los cuadros los sillones las alfombras sacar una botella del refrigerador teclear las tres letras mundiales de tu nombre en la rígida máquina que nunca nunca estuvo con la cinta tan pálida...
De pie bajo la lluvia de José Angel Buesa
Así estás todavía de pie bajo la lluvia, bajo la clara lluvia de una noche de invierno. De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa, de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo. Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia, con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos...
Así que ese era el jardín de mandrágoras... de Marosa Di Giorgio
Así que ese era el jardín de mandrágoras. Estaba allí y no me había dado cuenta. Ese es el jardín de los ahorcados. Tironeé una mata, y sí, vi la raíz en forma de hombre. Corrí, loca de terror, al interior de las habitaciones, de donde por cierto, nunca me había movido...
Octubre ocho de Gonzalo Rojas
Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol para decirle nada, y víboras, y víboras, víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo, y el asma, y otra cosa, y el asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma...
Ciego Dios de Alfredo R. Placencia
Así te ves mejor, crucificado. Bien quisieras herir, pero no puedes. Quien acertó a ponerte en ese estado no hizo cosa mejor. Que así te quedes. Dices que quien tal hizo estaba ciego. No lo digas; eso es un desatino. ¿Cómo es que dio con el camino luego, si los ciegos no dan con el camino?...
Al rey Óscar de Rubén Darío
Así, sire, en el aire de la Francia nos llega la paloma de plata de Suecia y de Noruega, que trae en vez de olivo una rosa de fuego. Un búcaro latino, un noble vaso griego recibirá el regalo del país de la nieve. Que a los reinos boreales el patrio viento lleve otra rosa de sangre y de luz españolas...
Mañana en Kovalam de José Lupiáñez
Asisto al despertar del nuevo día en las hermosas playas de Kovalam. Saludan a mis ojos las palmeras agitando sus ramas solemnes como brazos y el mar, el Mar de Arabia, con sus peldaños de espuma hacia el infinito. Sobre la orilla lenguas de sal que se suceden en un vaivén sin tregua...
Asomaba a sus ojos una lágrima... (Rima XXX) de Gustavo Adolfo Bécquer
Asomaba a sus ojos una lágrima y a mis labios una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día? , y ella dirá. ¿Por qué no lloré yo?...
Cigarra en noche de luna de Alfonsina Storni
Atalayada, agita la matraca de su voz, que traspasa el horizonte del árbol, la cigarra, y llama a mitin a los grillos en camas de rocío. Sobre los tanques frescos de los sapos los grillos mueven verdes batallones. Manda la capitana chilladora y cercan los balcones de la luna...
El peregrino de Nicanor Parra
Atención, señoras y señores, un momento de atención: Volved un instante la cabeza hacia este lado de la república, Olvidad por una noche vuestros asuntos personales, El placer y el dolor pueden aguardar a la puerta: Una voz se oye desde este lado de la república...
Tú de Manuel Amaya Zulueta
Atravesaste la cadena de humo de la noche, traías caracoles en la piel y negaste: Es una espiral o es un túnel . Y luego los abrazos a la luz del extraviado suelo, a la sombra de lo otro, de lo que no éramos ni tú ni yo. La noche presentaba su pecina quemada y su cromo de niña...
Pequeña canción de José Angel Buesa
Aún alegran tu calle los viejos mediodías y la sombra del álamo refresca tu portal, todo está como entonces, cuando tú me querías, pero ya no me quieres, y todo sigue igual. Sin embargo, no importa, yo sé que me quisiste más allá de aquel beso, de aquel que no te di...
Bajo los ojos del amor de Javier Sologuren
Aún eres tú en medio de una incesante cascada de esmeraldas y de sombras, como una larga palabra de amor, como una pérdida total. Aún eres tú quien me tiene a sus pies como una blanca cadena de relámpagos, como una estatua en el mar, como una rosa deshecha en cortos sueños de nieve...
Aún no he terminado de llorar por mis muertos... de Eduardo Langagne
Aún no he terminado de llorar por mis muertos; tengo un nudo desnudo en la garganta porque no he terminado de llorar por mis muertos. El pecho acorralado, temblorosas las manos, mi respiración da cuenta de que no he terminado. En mi memoria viven todos ellos...
Aún queda el crepúsculo de André Cruchaga
Aún queda el crepúsculo(Menos mal) Rodajas de nubesPedazos de cielo Brisas de vez en cuando Ventanas aunque sin vecinos en los balcones Gatos cazando ratones Cucarachas felizmente alimentadas Con suculentas migajas Húmedos albañalesCloacas Mujeres madres solteras...
A Larra, con unas violetas de Luis Cernuda
Aún se queja su alma vagamente, El oscuro vacío de su vida. Más no pueden pesar sobre esa sombra Algunas violetas, Y es grato así dejarlas, Frescas entre la niebla, Con la alegría de una menuda cosa pura Que rescatara aquel dolor antiguo. Quien habla ya a los muertos, Mudo le hallan los que viven...
Testimonio de Eduardo Langagne
Aun si supiera que el mundo explotará esta noche, hoy también te diría con un beso hasta mañana...
Renacentista de Ida Vitale
Aún sigue siendo así: icáricos, caedizos y respectivo mar uno del otro. Desde las barcas y las plantaciones trasmiten partes de rescoldo último, doblan señales de pasión y muerte los exentos, y fervorosamente huyen del aire altivo de la quema. Los que allá siguen gravitando...
Penélope de Marco Antonio Montes de Oca
Aún son tus manos Las dulcísimas arañas Que suben y bajan por los hilos del arpa, Y no descansan si antes no vacían de todo fruto El nervioso follaje de la música? No quiero otra cota de mallas Ni más red aérea, Que la tejida por ti como defensa Contra las cuevas encapuchadas...
Cuartetos de Francisco González Léon
Aunque el uno es insomne, y el otro un somnolente, el gato y el grillo se parecen en que buscan del fogón la ceniza caliente. Ron, ron del gato; del grillo el cri, cri persistente; límpida noche en enero temblando en estrellas. Cruzado de brazos el gato medita; y el grillo parece que está de rodillas...