☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra a

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

323 poemas con la letra "a"

. < 1 2 3 4 5 6 7 > .

Regreso en septiembre de Saúl Ibargoyen
Ahora es septiembre padre como hace mil años. Las cosas han cambiado han cambiado tanto. Muchas lluvias se extinguieron en el aire mucho polvo ha sido desde entonces barro. Y tú regresas nuevamente hacia mi sangre. Es éste un viaje de momentos y sombras de recuerdos...
En el umbral de la plegaria (fragmento) de Marco Antonio Montes de Oca
Ahora estamos despiertos, ya no permitimos nada, no accedemos a nada, y si una flor desprendida del espino blanco nos cruza el rostro, acariciándolo con el leve tamborileo de una mariposa vespertina; nos echamos hacia atrás, ponemos en guardia repentinos enjambres...
Flor y canto de Poesía náhuatl
Ahora lo sabe mi corazón: Escucho un canto, contemplo una flor. ¡Ojalá jamás se marchite! In xochitl, in cuicatl Quin oc zan tlamatia noyolo: niccaqui in cuicatl, niquita yn xochitl, ¡Maca yn cuetlahuia!...
Ahora de Jaime Torres Bodet
Ahora que las últimas cohortes incendiaron las últimas praderas, en esta soledad de mármol roto, de lámparas extintas y de palabras yertas; sobre un polvo que fue tribuna o plinto, corona de palacio o tímpano de iglesia; mientras el odio se organiza para un asedio...
En la orilla del silencio de Alí Chumacero
Ahora que mis manos apenas logran palpar dúctilmente, como llegando al mar de lo ignorado, este suave misterio que me nace, túnica y aire, cálida agonía, en la arista más honda de la piel, junto a mí mismo, dentro, ahí donde no crece ni la noche...
Porque escribí de Enrique Lihn
Ahora que quizás, en un año de calma, piense: la poesía me sirvió para esto: no pude ser feliz, ello me fue negado, pero escribí. Escribí: fui la víctima de la mendicidad y el orgullo mezclados y ajusticié también a unos pocos lectores; tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto...
Como los santos de Leonel Rugama
Ahora quiero hablar con ustedes o mejor dicho ahora estoy hablando con ustedes. Con vos con vos tunco carretonero con vos estoy hablando. Con vos carbonero carbonero encontiladovosvos que llevás ese cipote enganchado sobre el carretón y lo llevás sosteniendo la lata y todo encontilado...
Mensaje al hermano de Julio Cortázar
Ahora serán las palabras, las más inútiles o las más elocuentes, las que brotan de las lágrimas o de la cólera, ahora leeremos bellas imágenes sobre el fénix que renace de las cenizas, en poemas y discursos se irá fijando para siempre la imagen del Che...
El indiferente de José Hierro
Ahora seremos felices, cuando nada hay que esperar. Que caigan las hojas secas, que nazcan las flores blancas, ¡qué más da! Que brille el sol o que arpegie la lluvia sobre el cristal, que todo sea mentira o sea todo verdad; que reine sobre la tierra la primavera inmortal o que decline la vida, ¡qué más da!...
La palabra de Enriqueta Ochoa
Ahora, cuando se apaga el fuego que arrasó mis llanuras, con su gemido estéril, convalezco bajo un sol tibio con la fuerza enarcada. Sabiamente me alimenta la miel de una colmena inefable. Acaricio la exactitud de las celdillas e infatigable, se enardece mi espíritu, aletea...
Ahora de Fabio Morábito
Ahora, después de casi veinte años lo voy sintiendo: como un músculo que se atrofia por falta de ejercicio o que ya tarda en responder, el italiano, en que nací, lloré, crecí dentro del mundo pero en el que no he amado aún , se evade de mis manos, ya no se adhiere a las paredes como antes...
Nit de primavera de Clementina Arderíu
Aire de maig, no diguis res, que el sorprendrem tot d una; la meva m li obre el balcó: Oh, quina olor de lluna! Tota la saba del jardí s ha tornat flor i espera; l infant no ho gosa destriar ni sap que és primavera. Mare, quin és aquest ocell que tan bonic refila? Cap altre al món n hi pot haver!...
Al alba busca su nombre... de Octavio Paz
Al alba busca su nombre lo naciente Sobre los troncos soñolientos centellea la luz Galopan las montañas a la orilla del mar El sol entra en las aguas con espuelas La piedra embiste y rompe claridades El mar se obstina y crece al pie del horizonte Tierra confusa inminencia de escultura...
Al asomarme, vi las antonias azules... de Marosa Di Giorgio
Al asomarme, vi las antonias azules. Sobre los pétalos de seda celeste brillaban las pecas violetas parecían arder y girar como si fueran almas o planetas. A veces daban un pequeño maullido, se oía bramar a los dibujos azules así que habían nacido la noche anterior de súbito y un poco antes de tiempo...
Al brillar un relámpago nacemos... (Rima LXIX) de Gustavo Adolfo Bécquer
Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fragor cuando morimos. ¡Tan corto es el vivir! La gloria y el amor tras que corremos, sombras de un sueño son que perseguimos. ¡Despertar es morir!...
Masa de César Vallejo
Al fin de la batalla y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: ¡No mueras, te amo tanto! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Se le acercaron dos y repitiéronle: ¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo...
Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de Don Guido de Antonio Machado
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dan! Murió don Guido, un señor de mozo muy jaranero, muy galán y algo torero; de viejo, gran rezador. Dicen que tuvo un serrallo este señor de Sevilla; que era diestro en manejar el caballo...
Coplas y llanto por la muerte de don Guido de Antonio Machado
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dánl Murió don Guido, un señor de mozo muy jaranero, muy galán y algo torero; de viejo, gran rezador. Dicen que tuvo un serrallo este señor de Sevilla; que era diestro en manejar el caballo...
Al infinito Amor... de Manuel Ponce
Al infinito Amor no duelen prendas, y por eso quiso que un ladrón le robara el Paraíso. Yo, triste pecador, sé que en amor divino no hay mudanza, y en ser ladrón se funda mi esperanza...
Entrada en materia de Juan Domingo Argüelles
Al mar dije que no. Dije también ya no más cielo, ya no más canto al manantial ni al eco grácil y purísimo de sus aguas que bajan de la más alta inmensidad. Ahora solamente nombraré la desgracia, dije y le puse nombre. Para que arda más la herida le puse sal y miel silvestre...
Al mediodía, las ásperas magnolias... de Marosa Di Giorgio
Al mediodía, las ásperas magnolias y las peras, los topacios con patas y con alas; azucenones, claros, rojos, semiabiertos; la casa de siempre, el patio familiar, parecían el paraíso, por el brillo de las ramas, los racimos, las estrellas en las hojas, cuyas figuras de cinco picos se reflejaban por los suelos...
Padre de Enriqueta Ochoa
Al montón de polvo que te cobija bajé esta tarde; la sal de la llanura ardía bajo el árido resplandor del silencio y un tifón de soledad golpeaba contra la flor caliza de los cerros. Yo te hablé con esa ternura indómita que rompe dignidades, y me quebré de bruces en la tierra...
A un olmo seco de Antonio Machado
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento...
Borges y yo de Jorge Luis Borges
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico...
Cabo Sounion de Luis García Montero
Al pasar de los años, ¿qué sentiré leyendo estos poemas de amor que ahora te escribo? Me lo pregunto porque está desnuda la historia de mi vida frente a mí, en este amanecer de intimidad, cuando la luz es inmediata y roja y yo soy el que soy y las palabras conservan el calor del cuerpo que las dice...
Al perderte yo a ti de Ernesto Cardenal
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido: yo porque tú eras lo que yo más amaba y tú porque yo era el que te amaba más. Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras como te amaba a ti pero a ti no te amarán como te amaba yo...
Al poema confío la pena de perderte de Salvador Novo
Al poema confío la pena de perderte. He de lavar mis ojos de los azules tuyos, faros que prolongaron mi naufragio. He de coger mi vida deshecha entre tus manos, leve jirón de niebla que el viento entre sus alas efímeras dispersa. Vuelva la noche a mí, muda y eterna, del diálogo privada de soñarte...
Al que ingrato me deja, busco amante... de Sor Juana Inés de la Cruz
Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante. Al que trato de amor, hallo diamante y soy diamante al que de amor me trata; triunfante quiero ver al que me mata y mato a quien me quiere ver triunfante...
Celos de Francisco Villaespesa
Al saber la verdad de tu perjurio loco de celos, penetré en tu cuarto... Dormías inocente como un ángel, con los rubios cabellos destrenzados enlazadas las manos sobre el pecho y entreabiertos los labios... Me aproximé a tu lecho, y de repente oprimí tu garganta entre mis manos... Despertaste...
Al tornar del colegio... de Marosa Di Giorgio
Al tornar del colegio, los otros niños jugaban en el patio; mamá preparó el té. Comencé a quitarme el delantal. Enseguida, volvieron las plumas. Mi rostro quedó absolutamente de perfil, se arqueó la nariz; crucé la ventana, volé al aire azul, batiendo las alas, blancas, pardas, grises, entreabiertas...
Al ver mis horas de fiebre... (Rima LXI) de Gustavo Adolfo Bécquer
Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano tienda próximo a expirar buscando una mano amiga, ¿quién la estrechará? Cuando la muerte vidríe de mis ojos el cristal, mis párpados aún abiertos, ¿quién los cerrará?...
Las vírgenes del viento de Manuel Ponce
Al viento, si, sus manos van al viento. Su mano diseminando copos de Verano. Blancas las manos, blanco el pensamiento. Nada cosecharán: uno por ciento del grano vano. Llegaba el sol, milano, a sorberse los copos con su aliento. Estatuas de sal, frías, sobre desiertas latitudes se quedarán para escarmiento...
El lector de Luis García Montero
Al volver burocráticos hombres con cartera descansan un momento. Hay un rumor de luces suspendidas, una dispersa claridad de voces, y en la tarde se abren los pájaros en fuga, el coro de las madres y de las bicicletas, un músico ambulante. La vida rutinario es esta mansedumbre de gente...
Dorium-Duero-Douro de Miguel de Unamuno
Alarzón, Carrión, Pisuerga, Tormes, Agueda, mi Duero. Lígrimos, lánguidos, íntimos, espejando claros cielos, abrevando pardos campos, susurrando romanceros. Valladolid; le flanqueas, de niebla le das tus besos; le cunabas a Felipe consejas de comuneros. Tordesillas...
Alegráos de Nezahualcóyotl
Alegráos con las flores que embriagan, las que están en nuestras manos. Que sean puestos ya los collares de flores. Nuestras flores del tiempo de lluvia, fragantes flores, abren ya sus corolas. Por allí anda el ave, parlotea y canta, viene a conocer la casa del dios. Sólo con nuestras flores nos alegramos...
Algo de mí reconozco de Yolanda Blanco
Algo de mí reconozco en esa florecita blanca algo de mí se sacude ese pájaro revoloteando estoy lo sospecho en una piedrita de ese nido de oropéndolas me levanto y me convierto en árbol me recuesto y soy una yedra sostenida por un sauce huelo a mí en este palito que destrozan mis dientes...
Cuello de Griselda Álvarez Ponce de León
Algo de orgullo, mucho de eficacia. Por sostener con propiedad la cumbre el cuello toro se alza en reciedumbre y afina los contornos de la gracia. El sol de todos vuelca democracia y en la nuca te da besos de lumbre, mientras la voz naufraga por costumbre en el silencio de tu idiosincrasia...
Resurrecciones de Julio Flórez
Algo se muere en mi todos los días; del tiempo en la insonora catarata, la hora que se aleja me arrebata salud, amor, ensueños y alegrías. Al evocar las ilusiones mías, pienso: !Yo no soy yo! . ¿Por qué, insensata, la misma vida con su soplo mata mi antiguo ser tras lentas agonías?...
Ejecuciones (III) de José Carlos Becerra
Alguien dice algo que sólo puede escuchar a través de sí mismo. Alguien apaga la luz de esa habitación vacía pero antes de cerrar la puerta vuelve a encenderla al alejarse por el pasillo, mirando en el umbral de los días que vienen cama revuelta, papeles y libros sobre la mesa...
Premonición de Dulce María Loynaz
Alguien exprimió un zumo de fruta negra en mi alma: Quedé amarga y sombría como niebla y retama. Nadie toque mi pan, nadie beba mi agua... Dejadme sola a todos. Presiento que una cosa ancha y oscura y desolada viene sobre mí como la noche sobre la llanura...
Suicida de Alberto Girri
Alguien que se dolió muchísimo de haber conocido la excitación de la impaciencia consigo mismo, que se arrojó una piedra desalentado por la sombra del cuerpo y su dependencia, que en la enfermedad incurable y la derrota pasó por alto, ignorándolo...
Presencia de Rosario Castellanos
Algún día lo sabré. Este cuerpo que ha sido mi albergue, mi prisión, mi hospital, es mi tumba. Esto que uní alrededor de un ansia, de un dolor, de un recuerdo, desertará buscando el agua, la hoja, la espora original y aun lo inerte y la piedra. Este nudo que fui (inexplicable de cóleras, traiciones...
Alguna vez la encuentro por el mundo... (Rima XLIX) de Gustavo Adolfo Bécquer
Alguna vez la encuentro por el mundo y pasa junto a mí; y pasa sonriéndose, y yo digo: ¿Cómo puede reír? Luego asoma a mi labio otra sonrisa máscara de dolor, y entonces pienso: ¡Acaso ella se ríe como me río yo!...
Los distraídos de Rosario Castellanos
Algunos lo ignoran. Creían que la tierra era aún habitable. No miraron la grieta que es sismo abrió; no estaban cuando el cáncer aparecía en el rostro espantado de un hombre. Rieron en el instante en que una manzana, en vez de caer, voló y el universo fue declarado loco...
Algunos, adelantándose a todos... de Antonio Porchia
Algunos, adelantándose a todos, van ganando el desierto...
Canción del despojado de Vicente Basso Maglio
Alísame el oleaje; la dura sal aparta Del suelo de la mar... Abiertos sobre músicas Llevemos estos rudos días de grandes mástiles Hacia donde abrazamos las alegres cinturas! Marineros llegados a los pozos azules Se ponen a soñar sobre el viejo ancladero...
Alma de Alejandro Aura
Allá hace un pájaro sus ruidos siempre lejosy cerca del oído allá debe de estar de allá viene el sonido hacia allá va toda la alegría de esta pájara mía...
Riesgos del equilibrista de Eliseo Diego
Allá va el equilibrista, imaginando las venturas y prodigios del aire. No es como nosotros, el equilibrista, sino que más bien su naturalidad comienza donde termina la naturalidad del aire: allí es donde su imaginación inaugura los festejos el otro espacio en que se vive de milagro...
Hierba de Carmen Boullosa
Allá va la hierba que creció sin tocar tierra. Va la que no conoció el lodo ni el seco craquelar sin lluvia. Pasa en flor, sobre la ráfaga. Pasa silbante. Blandida o aventada como arma o herramienta. No sabe pesar porque nunca ha pesado. Al volar no duerme ni descansa. Hierba sin nombre, hierba perra...
Allá, en las tierras altas... de Antonio Machado
Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos cerros y manchas de raídos encinares, mi corazón está vagando, en sueños... ¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos? Mira el Moncayo azul y blanco; dame tu mano y paseemos...