☰ menú
 


listado de poemas en audio por primeros versos letra a

a-b-c-d-e-f-g-h-i-j-k-l-m-n-o-p-q-r-s-t-u-v-w-x-y-z

323 poemas con la letra "a"

. < 1 2 3 4 5 6 7

Lanza arrojada por un dios justiciero de Otto Raúl González
Aunque es cierto que el dondiego de día cierra los ojos antes de que caiga la lluvia Comandante y que príncipe alberto y laura victoria son los bellos nombres algunas flores aturdidas en más de la mitad del mundo sigo seguimos escuchando el golpeteo de los viejos y rotos y duros tambores...
Aunque te rompas... de Pedro Garfias
Aunque te rompas, frágil bóveda, en mil pedazos esta noche estrellada yo tengo que gritar en este bosque inglés de robles pensativos y altos pinos sonoros. He de arrancar los árboles a puñados convulsos he de batir el cielo con mis manos cerradas y he de llorar a voces este dolor...
Auschwitz no fue el jardín de mi infancia de Fayad Jamís
Auschwitz no fue el jardín de mi infancia. Yo crecí entre bestias y yerbas y en mi casa la pobreza encendía su candil en las noches. Los árboles se cargaban de nidos y de estrellas, por los caminos pasaba asustándose una yegua muy blanca. Auschwitz no fue el jardín de mi infancia...
La Victoria de Samotracia de Rosario Castellanos
Avanza como avanzan los felices: ingrávida, ligera, no tanto por las alas cuanto porque es acéfala. Una cabeza es siempre algo que tiene un peso: la estructura del cráneo que es ósea y el propósito siempre de mantenerla erguida, alerta. Y lo que adentro guarda...
Oriana de Gonzalo Rojas
Ay de las bellas que quisieron devorar un día con su fulgor al mísero poeta. El fingidor por inocente que parezca es duro y no transa: primero encumbra a la figura, después la desencumbra y desfigura para finalmente transfigurarla. Total, de la mortal no queda nada. Tampoco del poeta...
Luna fina de Juana de Ibarbourou
Ay luna nueva, fresquita Como una hilacha del día, Que en el cielo azul y claro La tarde dejó perdida! ¡Ay luna recién llegada, Que en el fondo del aljibe Pareces una pestaña Caída en el agua triste! Voy a pedirte una gracia... (Dicen que es bueno pedirla Cuando la luna es así, Delgada y recién nacida.)...
Amor de miramelindo de Rafael Alberti
Ay miramelindo, mira qué estrellita tan galana, suspira que te suspira, peinándose a la ventana! Miramelindo, mi amor, mírame qué linda estoy. Mira qué roja color me puse por verte hoy. Tú tan lindo en tu maceta, regada por la mañana. Yo tan linda y pizpireta, dondiego de mi ventana: casadita a la retreta...
Historia de Griselda Álvarez Ponce de León
Ay primavera, primavera suave! Érase una mujer que compartía el humus de la tierra, la armonía, el árbol fácil y el nidal del ave. Érase una mujer como una llave con la que abrir un mundo de alegría, una mujer, fugaz sabiduría, pacífica guerrera, beso en clave. Y érase un hombre así, de todas suertes hombre y señor...
Ay! ¡Transportad mi corazón al cielo! de Carolina Coronado
Ay! ¡Transportad mi corazón al cielo! Ángeles peregrinos que habitáis las moradas divinas del Oriente y que mecidos sobre el claro ambiente por los espacios del mortal vagáis. A vosotros un alma enamorada os pide sin cesar en su lamento alas, para cruzar del firmamento la senda de los aires azulada...
Muerte de Nicolás Guillén
Ay, de la Muerte no sé de qué color va vestida y no sé si lo sabré! ¿Mano en el hueso y guadaña, curva guadaña huida, en la punta de una caña? ¡Literatura sabida, terrorismo medioeval para chantajear la vida! Yo entraré en la noche ciega, como entra la bestia pura...
Ay, hermanos que tengo por el mundo de Carilda Oliver Labra
Ay, hermanos que tengo por el mundo, ay, mi carne perdida en tres pedazos! ¿Dónde están esos rostros, esos brazos, dónde están que en mí misma los confundo? Aquí vivo con patria pero sola, y no puedo olvidarlos simplemente aunque sé que es más huérfano el ausente de esta tierra de luz y caracola...
Es verdad de Federico García Lorca
Ay, qué trabajo me cuesta quererte como te quiero! Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero. ¿Quién me compraría a mí este cintillo que tengo y esta tristeza de hilo blanco, para hacer pañuelos? ¡Ay, qué trabajo me cuesta quererte como te quiero!...
Ay, triste del que un día... de Rubén Darío
Ay, triste del que un día en su esfinge interior pone los ojos e interroga! Está perdido. ¡Ay del que pide eurekas al placer o al dolor! Dos dioses hay, y son: Ignorancia y Olvido. Lo que el árbol desea decir y dice al viento, y lo que el animal manifiesta en su instinto...
Motivos de son de Nicolás Guillén
AYÉ ME DIJERON NEGRO Ayé me dijeron negro pa que me fajara yo; pero e que me lo desía era un negro como yo. Tan blanco como te bé y tu abuela sé quién é. Sácala de la cosina, Mamá Iné. Mamá Iné, tú bien lo sabe, Mamá Iné, yo bien lo sé; Mamá Iné te llama nieto. Mamá Iné...
Epigrama de Odette Alonso
Ayer cuando el teléfono se demoró en sonar descubrí que Alfonsina fue una mujer amando desesperadamente...
Ayer estuve observando a los animales... de Jaime Sabines
Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo...
Elegía 2005 de Saúl Ibargoyen
Ayer estuvimos entre las muelas rojas de la araña. Hoy besamos con ancianos labios un fulgor de ceniza que antes fue ¿cuándo aquí o dónde allá? un cuerpo carnal respirando desde el hueso. ¿Por qué aceptar las ácidas espumas que nos queman? ¿Por qué renunciar al tránsito sin fuego de tu imagen?...
Ayer de Angel González
Ayer fue miércoles toda la mañana. Por la tarde cambió: se puso casi lunes, la tristeza invadió los corazones y hubo un claro movimiento de de pánico hacia los tranvías que llevan los bañistas hasta el río. A eso de la siete cruzó el cielo una lenta avioneta, y ni los niños la miraron...
Ayer la vi en el salón... de José Martí
Ayer la vi en el salón De los pintores, y ayer Detrás de aquella mujer Se me saltó el corazón.Sentada en el suelo rudo Está en el lienzo; dormido Al pie, el esposo rendido; Al seno el niño desnudo.Sobre unas briznas de paja Se ven mendrugos mondados; Le cuelga el manto a los lados...
Sobre las ruinas de Arturo Capdevila
Ayer pasó la muerte por mi casa... Se hizo una noche solitaria en torno, y en medio de las sombras de la noche, se hacinaron escombros sobre escombros. El isócrono golpe de las picas desmoronó el hogar. Así fue cómo se desplomaron los antiguos muros, y hoy ya no son más que ceniza y polvo...
Carta a casa de José Antonio Cedrón
Ayer te pensé o soñé que estabas en casa y te pensé o soñé como eras hace mucho bajo un cielo que era también como hace mucho esas cosas de hombre de niño que uno tiene te soñé como eras cuando yo no era éste y te pensé después y anduviste girando en mi cabeza durante todo el día...
Azahares y glicinas... de Horacio Esteban Ratti
Azahares y glicinas, flores que se deshacen, fueron las de mi infancia. Desde entonces la vida, como un pájaro, tiende su silencioso vuelo hacia el final del aire deshaciendo cristales. Pero los sueños vuelven y vuelve la fragancia de las flores de antes. Todo vuelve a ser antes cada vez que lo canto...
Candor de Julio Flórez
Azul... azul... azul estaba el cielo. El hálito quemante del estío comenzaba a dorar el terciopelo del prado, en donde se remansa el río. A lo lejos, el humo de un bohío, tal de una novia el intocado velo, se alza hasta perderse en el vacío con un ondulante y silencioso vuelo...