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listado de poemas en audio por primeros versos letra n

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793 poemas con la letra "n"

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No me quejo de la vida... de René Chacón Linares
No me quejo de la vida, he nacido justo donde no tenía que hacerlo. He recorrido las viejas calles y sus manos sucias, asfalto joven de sus avenidas. He visto las luchas del poder en rebosante juego de no te enojes. saboreado el olor de los cafetales, y sus infinitas promesas. He bebido el añejo ...
A sus paisanos de Luis Cernuda
No me queréis, lo sé, y que os molesta Cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende. ¿Culpa mía tal vez o es de vosotros? Porque no es la persona y su leyenda Lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve. Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado Leyenda alguna, caísteis sobre un libro ...
Canción hacia dentro de Julia de Burgos
No me recuerdes! ¡Siénteme! Hay sólo un trino entre tu amor y mi alma. Mis ojos navegan el mismo azul sin fin donde tú danzas. Tu arco iris de sueños en mí tiene siempre pradera abierta entre montañas. Una vez se perdieron mis sollozos, y los hallé, abrigados, en tus...
No me relaciono de Raquel Jodorowsky
No me relaciono con el desastre ni con la muerte. Soy un as-pájaro que come vida adaptado a diámetros de luna y sol. Una mujer pacífica en un mundo de batallas. Hay tanta cólera en la mente de los hombres ¿Cuándo van a comprender que hay un camino distinto para llegar ...
Ventanas de otros días (4) de John Freddy Galindo
no me sueltes en el fondo del vaso las formas se entrelazan como cuando eras niño y jugabas con la arena No cruces la avenida No te pierdas he dejado migajas de pan en el camino y en cada esquina mis años como espejos De: Ventanas de otros días
Spring Street de José María Fonollosa
No me vengan con cuentos. Que la vida es algo espiritual y, por lo tanto, superiores los bienes del espíritu. Que el ser útil, cuidar a los enfermos, el teatro, la pintura, libros, música, los deportes, el cine, el gran dinero... al ánimo lo colman las delicias. No me expliquen historias infantiles. ...
Pena de extrañamiento de Enrique Lihn
No me voy de esta ciudad con la resignación de los visitantesen tránsito Me dejo atar, fascinado por ella a los recuerdos del presente: cosas que no tuvieron, por definición un futuro pero que, ciertamente, llegaron a envejecer, pues las dejo asabiendas de que son, tal vez, ...
No pondrás nombre al fuego de Chantal Maillard
No medirás la llama con palabras dictadas por la tribu, no pondrás nombre al fuego, no medirás su alcance. Todas las llamas son el mismo fuego. Mi cuerpo es una antorcha que alumbra los espantos que la razón construye en sus tinieblas. Hay que bajar al cuerpo, muy adentro, ...
Non omnis moriar de Manuel Gutiérrez Nájera
No moriré del todo, amiga mía! De mi ondulante espíritu disperso, algo en la urna diáfana del verso, piadosa guardará la poesía. ¡No moriré del todo! Cuando herido caiga a los golpes del dolor humano, ligera tú, del campo entenebrido levantarás al moribundo ...
A un suicida en una piscina de Luis Hernández Camarero
No mueras más Oye una sinfonía para banda Volverás a amarte cuando escuches Diez trombones Con su añil claridad Entre la noche No mueras Entreteje con su añil claridad Por lo que Dios más ame Sal de las aguas Sécate Contémplate en el espejo En el cual te ahogabas ...
Soneto de Mariano Melgar
No nació la mujer para querida, por esquiva, por falsa y por mudable; y porque es bella, débil, miserable, no nació para ser aborrecida. No nació para verse sometida, porque tiene carácter indomable; y pues prudencia en ella nunca es dable, no nació para ser obedecida. lo que es flaca no puede ser ...
No nació la mujer para querida de Mariano Melgar
No nació la mujer para querida, por esquiva, por falsa y por mudable; y porque es bella, débil, miserable, no nació para ser aborrecida. No nació para verse sometida, porque tiene carácter indomable; y pues prudencia en ella nunca es dable, no nació para ser obedecida. Porque es flaca ...
El engaño a sabiendas (Con desenlace) y (III) de José Luis Gallego
No necesito a nadie. Solamente apartado mi corazón respira. Solamente apartado mi corazón conoce. Comprende. Encuentra. Sabe. (Hospital penitenciario, Yeserías , Madrid, y Penal de Burgos, 1952)
Continuidad de Alejandra Pizarnik
No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas tienen bordes dentados, vegetación lujuriosa. Pero qién habla en la habitación llena de ojos. Quién dentellea con una boca de papel. Nombres que vienen, sombras con máscaras. Cúrame del vacío -dije. ...
Paz de Jaime Torres Bodet
No nos diremos nada. Cerraremos las puertas. Deshojaremos rosas sobre el lecho vacío y besaré, en el hueco de tus manos abiertas. la dulzura del mundo, que se va, como un río...
Tom-boy and little-women de Carlos Martínez Rivas
No nos equivoquemos sobre este punto. Las niñas marimachas, chinvaronas, tom-boys --como se diga-- que juegan sólo con muchachos, beisbol de lustradores trepadoras de rodillas raspadas, con cicatriz visible y permanente en la ceja izquierda impresa contra el filo de la piedra de la poza ...
Empuje de júbilo de Juana Rosa Pita
No nos muramos nunca, me propusiste, y siempre será así. El océano en medio, tú me hablabas como un ciego irradiante de sentido. En este oscuro siglo creador de monstruos y catástrofes, no dejar que el amor se apague, impedir que tramonte la belleza es la forma más alta de heroísmo. ...
Taller de madrigales (19) de David Escobar Galindo
No nos separará ninguna lámpara. Ninguna oscuridad nos unirá. Felizmente estamos más acá de la luz y la tiniebla. De: Libro del fiel
Canción suicida de Luis García Montero
No obedece el futuro, ni el pasado obedece, ni siquiera los días contables del presente. Tampoco las palabras escritas obedecen. Son un destino al margen, unas canciones débiles, como las caracolas tocadas de cipreses que dejan en el viento las verdades sin suerte. No obedecen las cartas. ...
Mañana de ámbar (4) de MANUEL ORESTES NIETO
No ocurrió nada memorable para ser escrito en los libros de historia patria. No protagonizamos los sucesos que ocurrieron mientras crecíamos; no nos dimos cuenta de los escándalos y las noticias, de los muertos en los periódicos, ni supimos cómo se iniciaban aquellas batallas campales ...
El grito del dinosaurio de Silvio Paro
No oí un tango argentino Ni comí en las manos de un pájaro; Un pájaro es una hoja expuesta Acribillada de vacíos por todos lados, Un bulto de ceniza, casi blanco, Está sentado delante del verdugo Esperando el alimento de los justos; Hay un grito en las montañas, En la cumbre de aquel vaso de flores, ...
El son del ángel de la ciudad de Carmen Boullosa
No oigo lo que tengo que decirles. La voz que saca de las palabras la chispa del frote, la antesala del fuego, no se presenta. Estoy sorda. Siento en la carne el dardo del llanto de la triste langosta canadiense: chilla cuando han de matarla. El animal ha venido aquí sólo a perseguir...
Contigo de Vilma Vargas
No olvidaré tu rostro, nunca ni el mundo inconsistente. Los habitantes mezquinos; y tú pálido, y eso es todo. Como hoy, así silbaban aquellos viejos usureros, pero tu viste dos veces la Tierra, el sitio donde amarnos exactos, concluidos como una mano abierta. ...
Abuelos (II) de José Antonio Cedrón
No parece que haya vivido en la oscuridad. Tal vez vivió en las sombras. Las sombras guardan más temor que la oscuridad. Misterian.
Piedra de sol (Fragmento XI) de Octavio Paz - Homenaje
no pasa nada, callas, parpadeas (silencio: cruzó un ángel este instante grande como la vida de cien soles), ¿no pasa nada, sólo un parpadeo? -y el festín, el destierro, el primer crimen, la quijada del asno, el ruido opaco y la mirada incrédula del muerto al caer en el llano ceniciento, Agamenón ...
Anomalía de Concha García
No paseo. Ni ando. Voy a casa. Cayó del monedero el bono-bus y tengo cinco duros. Ni para cerveza me queda. Te amé escrupulosamente. Iba a charcuterías y te invitaba a cenar. Eso era una muestra evidente de mi ternura. No tengo nada. Nada. Selección: Guido Ferrer
Pan dormido de Jesús J. Barquet
No pausa ni exabrupto sino sólo tu cuerpo, dormido, sobre una superficie en que apenas distingo trazos, en que únicamente te confirman mi ceguera y mi fe. No pausa, es suceder donde nada se fija, como peces cuando un extraño se asoma (aguas de plenitud disolviendo una harina ...
Esqueléticamente hablando de Luis Eduardo Rendón
No permitir que se enfríe la tibia quitarse los martillos de los oídos o ponerles marimba leer al poeta Ilíaco, tan desconocido en Grecia no una columna ósea, sino de humo, para felicidad de niños y lloviznas elegir una osamenta como mascota sin sacro ni corbata acariciar el mar carpio ...
No persigo... de Blanca Wiethüchter
No persigo la imagen reflejada en el agua sí la dicha del pez en el mar que desconoce la embestida del reflejo de la imagen que regresa. De: Huesos de un día
No soy del coro de Dionisio Aymará
No pertenezco al coro de voces acostumbradas a su propio tamaño Cada minuto me destruyo y renazco entre coléricas pavesas. He asesinado mis antiguos fantasmas para que nada permanezca en mi, sumiso o blando. No detendré mi búsqueda junto al umbral de los espejos que devuelven ...
No pesantez de carne que se estanca de Trinidad Mercader
No pesantez de carne que se estanca, sino ligero gesto en el espacio. Curva que, prisionera, hienda el aire en el salto. Ritmo donde las alas recuperen su brío. (Los músculos se apresten a salvar los obstáculos.) Oh, senos fugitivos, detenidos en vuelo por el ineludible tallo de la cintura. ...
La patria de Harold Alvarado Tenorio
No pierdas el tiempo buscando la patria. El dinero no la requiere y su lengua es usura. La patria es el habla que heredaste y las pobres historias que conserva. Tu abuela, en el zaguán, ciega ya la memoria, meciendo los años de sufrimiento y desdichas. Tu madre, entristeciendo de melancolía ...
No podemos abandonarnos de Salvador Novo
No podemos abandonarnos, nos aburrimos mucho juntos, tenemos la misma edad, gustos semejantes, opiniones diversas por sistema. Muchas horas, juntos, apenas nos oíamos respirar rumiando la misma paradoja o a veces nos arrebatábamos la propia nota inexpresada de la misma canción. ...
X.V. de Salvador Novo
No podemos abandonarnos, nos aburrimos mucho juntos, tenemos la misma edad, gustos semejantes, opiniones diversas por sistema. Muchas horas, juntos, apenas nos oíamos respirar rumiando la misma paradoja o a veces nos arrebatábamos la propia nota inexpresada de la misma canción. ...
Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (VIII) de Jaime Sabines
No podrás morir. Debajo de la tierra no podrás morir. Sin azúcar, sin leche, sin frijoles, sin carne, sin harina, sin higos, no podrás morir. Sin mujer y sin hijos no podrás morir. Debajo de la vida no podrás morir. En tu tanque de tierra no podrás morir...
El ojo de la cerradura de Vilma Vargas
No podría llegar aunque camine mucho. Todo, absolutamente todo, es horizonte. El movimiento de tus párpados me aleja. Busco y te escondes, lanzo al agua una piedra y no se rizan las ondas, vuelvo donde tu estás y pasamos sin vernos, nada busco en ti que no sea mío. ...
Palabras a un Dios pobre de Matilde Alba Swann
No pondré mis zapatos, buen Dios, quiero que sepas, que creo en ti de veras. Tú sabes bien, si es cierto que estás en todas partes, que sin manos unidas y sin hincarme al suelo, contigo cuento siempre y en ti, vuelco mi gota de acíbar ya crecida. Te pienso un Dios pequeño, ...
No por amor de Antonio Gala
No por amor, no por tristeza, no por lo nueva soledad: porque he olvidado ya tus ojos hoy tengo ganas de llorar. Se va la vida deshaciendo y renaciendo sin cesar: la ola del mar que nos salpica no sabemos si viene o va. La mañana teje su manto que la noche destejerá. ...
Zoo de Jesús Munárriz
No por menos visibles son menos eficaces: van creciendo en la infancia a nuestro alrededor, se configuran en la juventud y al entrar en la edad adulta es muy difícil, casi imposible, ni modificarlas, ni...
Che Comandante de Nicolás Guillén
No porque hayas caído tu luz es menos alta. Un caballo de fuego sostiene tu escultura guerrillera entre el viento y las nubes de la Sierra. No por callado eres silencio. Y no porque te quemen, porque te disimulen bajo tierra, porque te escondan en cementerios, bosques, páramos, ...
El don de la ebriedad (VIII) de Claudio Rodríguez
No porque llueva ser digno. ¿Y cuándo lo seré, en qué momento? ¿Entre la pausa que va de gota a gota? Si llegases de súbito y al par de la mañana, al par de este creciente mes, sabiendo, como la lluvia sabe de mi infancia, que una cosa es llegar y otra llegarme desde la vez aquella para nada... ...
No preguntarte me salva... de Pedro Salinas
No preguntarte me salva. Si llegase a preguntar antes de decir tú nada, ¡qué claro estaría todo, todo qué acabado ya! Sería cambiar tus brazos, tus auroras, indecisas de hacia quién, sería cambiar la duda donde vives, donde vivo como en un gran mundo a oscuras, por una moneda fría y clara: ...
Palabras para palabras de Agustín Pérez Pardella
No pregunten mi nombre. No techen mi estatura. Nadie endurezca el brazo de mi angustia con el vicio del odio. Nadie me vuelque en grito y juramento con raudos empellones de trompetas. No juren con mi voz los numerados. Nadie llore la gracia de ser hombre. Nadie crea...
El abandonado de Pablo Neruda
No preguntó por ti ningún día, salido de los dientes del alba, del estertor nacido, no buscó tu coraza, tu piel, tu continente para lavar tus pies, tu salud, tu destreza un día de racimos indicados? No nació para ti solo, para ti sola, para ti la campana con sus graves circuitos de primavera azul: ...
Llorarle era bueno de Sabeli Ceballos Franco
no pude llorar ayer porque era anti práctico además me la he pasado llorando por dentro ¿qué más da hacerlo por fuera? -pensé antes llorarle era bueno como un cuervo viudo disecado... ser el cuervo es otra cosa me despertó una pesadilla ojalá fuera igual con las pesadillas ...
Imbuche de Roberto Echavarren
No pudieron resistir, no pudieron mirar tu hermosura, tu comercio con el aire. Narinas, boca, ano, sexo, oídos, ojos: cosieron tus aberturas. Monstruo de hermosura, cosido monstruo. Cerraron orificios de tu piel, condenaron puertas de tu cuerpo a ningún tráfico. Bola de carne, ...
El artista adolescente de Jesús J. Barquet
No puede decir si permanece o si sale corriendo cuerpo abajo hasta el olvido. Está seguro de que no ha muerto todavía. Vive de lo que le dan los transeúntes, de cantar en las esquinas, de caminar sobre el río de estos tiempos, de entorpecerse el paso a cada instante, está en el café...
no puede inmiscuirse un verso... de Eleonora Requena
no puede inmiscuirse un verso saludable en esta tarde tironeada por el tedio imposible convocar a pajarillos cobijarse en la cornisa un hombre tambaleante escupió toda su molicie en mi zapato deben ser las seis reverbera aturde tanto atisbo mejor será colarse en un café y en paz ...
En el declive de la colina de Dionisia García
No puede permitir naturaleza que tan escaso amor te haya humillado, sin la jugosa avena entre los dientes, sabiendo que morir es lo postrero. Hablaron de tu hora. ¿Quién el destino sabe? Te conocí airoso. Morabas una cuadra con ramilletes verdes. Vaho de la rosada boca ...
No puede ser que el hombre de Roberto Armijo
No puede ser que el hombre sólo sea una expresión entre el tigre y la alondra una ferocidad Agazapada Y torva El infierno y el cielo besan el cerebro cuando la máquina de escribir anima las manzanas los insectos y las rosas que brotan del estiércol Entonces nos olvidamos de la mosca ...