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listado de poemas en audio por primeros versos letra n

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793 poemas con la letra "n"

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El olvido de Vicente Aleixandre
No es tu final como una copa vana que hay que apurar. Arroja el casco, y muere. Por eso lentamente levantas en tu mano un brillo o su mención, y arden tus dedos, como una nieve súbita. Está y no estuvo, pero estuvo y calla. El frío quema y en tus ojos nace su memoria. Recordar ...
El olvido de Vicente Aleixandre
No es tu final como una copa vana que hay que apurar. Arroja el casco, y muere. Por eso lentamente levantas en tu mano un brillo o su mención, y arden tus dedos, como una nieve súbita. Está y no estuvo, pero estuvo y calla. El frío quema y en tus ojos nace...
Diario de un seductor de Leopoldo María Panero
No es tu sexo lo que en tu sexo busco sino ensuciar tu alma: desflorar con todo el barro de la vida lo que aún no ha vivido. De: Unas gotas de semen
Primavera de Eliseo Diego
No es una delicada primavera quien bulle en el jardín haciendo flores, negra de arcilla y manchas de colores y de toda sustancia verdadera. No es una frágil niña pinturera quien le prende a la tierra mil amores y con la nada borda los primores en que se mira la creación...
No es una desgracia abrir los ojos... de Rubén Bonifaz Nuño
No es una desgracia abrir los ojos ni tener despiertos los deseos y estar triste y solo y pensando. Y no ser de aquellos que consiguieron su placer a ciegas para cegarse; su televisión después del cine, sus bailes, su ruido, sus limonadas; pero que a la medianoche se sientan, ...
No es una pregunta... de Eduardo Milán
No es una pregunta. No tiene respuesta. O es una pregunta que entraña su respuesta. Entonces me digo: buey, da la vuelta, retorna a donde venías, lo que le falta al círculo complétalo -sin sentido, sin sentido: deja en paz esos pétalos-, libérate, vuelve a ella. En el trabajo...
Farmacia de guardia de Carmen Martín Gaite
No es Valium ni Orfidal, no me ha entendido. Se trata de la fe. Sí: de la fe. Comprendo que es muy tarde y no son horas de andar telefoneando a una farmacia con tales quintaesencias. Lo que yo necesito para entrar confiada en el vientre del sueño es algún específico protector de la fe. ...
Perspectivas de Juana Rosa Pita
No es ver la luz lo original: el que la luz nos vea resulta imprescindible para amarnos mejor. La soledad es transitiva: los cauces de la angustia confluyen en la fuente donde Dios bebe al anochecer de nuestras manos juntas. No hay distancia: si podemos hacer viajar a un árbol ...
No escribas diez poemas a la vez de Gonzalo Rojas
No escribas diez poemas a la vez parece decirme la lectora, escribe cuatro: uno a mis ojos, otro a mis axilas de perra, otro al Dios que hay en mí en lo sagrado de los meses, y si te queda tiempo no escribas el último, ponte en mi caso, estoy tan triste, llena de hombre, con tanta vibración ...
No está sentado a la derecha de Ana Istarú
No está sentado a la derecha. No me prohíbe ni me arrasa ni me encierra. No tuvo un látigo, no sabe de la cuerda. No prende al negro. No sucumben sus pies en unas botas. No juzgaría a aquel gorrión innecesario. No lo humilla el viaje a la cebolla. No puede hacer su flor bajo el tirano. Vino a este ...
No estamos nunca a solas... de Tomás Segovia
No estamos nunca a solas. Somos tú y yo, intercambiando en nuestras carnes, en nuestros corazones, los secretos signos con que afirma cada uno al otro interrogándolo y en puro ofrecerse está llamándolo, y en que reconoce cada uno de nosotros la respuesta...
Nuestros muertos de William Ospina
No están en parte alguna, ya son hierba y estrellas, pero su sombra enturbia las palabras y sólo a veces pasan por la mente, vagan por...
Confusión (VI) de Alfonso Quijada Urías (Kijadurías)
No estás solo, nunca lo has estado, espíritus maliciosos te viligan, ellos pueblan la atmósfera y en una nube te envuelven. ¿Dónde está la solución de esta continuidad? ¿Dónde la abertura a través de la cual se percibe el desastre? El círculo está cerrado, aquí su ritmo central. ...
Cerrada por inventario de Carolina Escobar Sarti
No estoy. Estoy CERRADA POR INVENTARIO hasta nueva orden. Vean las cortinas oscuras que he colocado para que nadie se atreva siquiera a tocar. Más cerca de la muerte que entonces necesito saber cuánto de mí hay cuánta desnudez me queda. Parada necesaria para nombrar ...
Visita de Oliverio Girondo
No estoy. No la conozco. No quiero conocerla. Me repugna lo hueco, La afición al misterio, El culto a la ceniza, A cuanto se disgrega. Jamás he mantenido contacto con lo inerte. Si de algo he renegado es de la indiferencia. No aspiro a transmutarme, Ni me tienta el reposo. ...
Ciudad ciudades (II) de Minerva Salado
No estuve para siempre en la ciudad la amé con una queja con un grito de espanto pero la amé sin finsin desconcierto recorrí las costumbres de tus manos el trazo de tu cuello el resplandor insomne de tu boca. La ciudad me conmueve y atenaza penetra con su daga mis vestigios ...
Troya de Cé Mendizábal
No estuviste en Troya, Helena; tus pies no conocieron esa tierra. La guerra se inició allí por el fuego de tanto deseo. Más que nadie te amó Homero Para urdir ríos de palabras en el nombre de tu ausencia, para ver la acumulación de las armas donde no había nadie, para ver el tumulto ...
No existe el tiempo... de Enriqueta Ochoa
No existe el tiempo, no la distancia, no la muerte; existe la vibración, el movimiento, el incesante cambio: ser, dejar de ser para volver a ser. Un segundo trae ya la carga de su muerte y el embrión de su vida. La yerba que pisamos, aquel sofá de mimbre, tu explicación...
A él de Gertrudis Gómez de Avellaneda
No existe lazo ya; todo está roto: Plúgole al Cielo así; ¡bendito sea! Amargo cáliz con placer agoto; Mi alma reposa al fin; nada desea. Te amé, no te amo ya; piénsolo, al menos. ¡Nunca, si fuere error, la verdad mire! Que tantos años de amarguras llenos Trague el olvido; el corazón...
A él de Gertrudis Gómez de Avellaneda
No existe lazo ya; todo está roto: plúgole al Cielo así; ¡bendito sea! Amargo cáliz con placer agoto; mi alma reposa al fin; nada desea. Te amé, no te amo ya; piénsolo, al menos. ¡Nunca, si fuere error, la verdad mire! Que tantos años de amarguras llenos trague el olvido; el corazón...
No hay olvido de André Cruchaga
No existe olvido si hay memoria. No existe pasado si eres mi presente. El tiempo emerge del pecho Y allí nos ahogamos en su sueño. Vivimos para descorrer las flechas De la vida, no para hundirnos En las aguas de su bruma. Vivimos, sí, como pájaros cautivos. Vivimos, siempre, esperando...
No fallen los caballos del encabalgamiento... de Eduardo Milán
No fallen los caballos del encabalgamiento que abren los sentidos, los sentidos que se abrieron en cuatro como a Túpac Amaru. No digan los sentidos encabalgados en su locura lo contrarío a lo que quiero: la precisión del sentido, no el desbocamiento de esta falsa totalidad que presentimos, ...
Carta de un suicida de José Eugenio Sánchez
no fue el dardo que dio en el centro tampoco el veneno ni la mariposa que traía en la punta no fue un golpe de suerte quizá un poco de pacienciay claro un blanco débil no se culpe a esta mujer de haberme volado la cabeza de traer hasta mis labios la canción de su cintura ...
No fue la embriaguez del tinto de Mariana Bernárdez
No fue la embriaguez del tinto o la de las semillas de agua la que ardió en nosotros fue esa inutilidad de no poder romper los trazos que ataban tu cuerpo a una mesa y el mío a la danza. De: Sombras del fuego
No hay finales de Claudia Casal Toledo
No fue la lluvia de un día no previsto ni tu sonrisa en el cuento de un hada Este día fue algo más noble que mil cuentos. Tú caminabas por los pasos de mis horas, te construiste de un suspiro y miraste con sorpresas tus designios. No invoque al ave de paso, ni me hiciste recordar ...
El miedo de Dulce María Loynaz
No fue nunca. Lo pensaste quizás porque la luna roja bañó el cielo de sangre o por la mariposa clavada en el muestrario de cristal. Pero no fue: Los astros se engañaron... Y se engañó el oído pegado noche y día al muro del silencio, y el ojo que horadaba la distancia... ¡El miedo se engañó!...Fue el miedo. ...
Al oído del lector de José Asunción Silva
No fue pasión aquello, fue una ternura vaga... la que inspiran los niños enfermizos, los tiempos idos y las noches pálidas. El espíritu solo al conmoverse canta: cuando el amor lo agita poderoso tiembla, medita, se recoge y calla. Pasión hubiera sido en verdad; estas páginas en otro tiempo ...
Soneto de Narciso de Fernando Sánchez Mayans
No fue sólo su doble lo que miró Narciso ante el ficticio espejo del agua transparente. Era el poema oculto abismal de su mente escrito en aquel rostro de abandono sumiso. Perdido como tantos ante su propio hechizo fue víctima en el juego de otra belleza ausente. La que revela el verbo...
Elegía a Marisela – Geografía Celeste de Gabriel García Márquez
No ha muerto. Ha iniciado un viaje atardecido, de azul en azul claro de cielo en cielo ha ido por la senda del sueño con su arcángel de lino. A las tres de la tarde hallará a San Isidro con sus dos bueyes mansos arando el cielo límpido para sembrar luceros y estrellas de racimos. Señor, ...
Elegía a Marisela – Geografía Celeste de Gabriel García Márquez
No ha muerto. Ha iniciado Un viaje atardecido. De azul en azul claro —De cielo en cielo— ha ido Por la senda del sueño Con su arcángel de lino. A las tres de la tarde Hallará a San Isidro Con sus dos bueyes mansos Arando en cielo límpido Para sembrar luceros Y estrellas en racimos. —Señor, ¿cuál...
Soneto a Juana Rosa transfigurada de David Escobar Galindo
No ha variado el olor de las violetas porque viven en tu alma, Juana Rosa. Es tu interno jardín que no reposa el que las hace eternas y secretas. Están aquí en tu mano, tan discretas como esa luz que en sueños te desposa. Eres la novia ausente y misteriosa en un círculo azul de anacoretas. ...
El anhelo: Homenaje a Santa Teresa de Carlos Bousoño
No había ni rastro del día. (En la región veloz y fría allí está inmóvil el verano.) Nada en el alma se sentía que fuese dolor o alegría. Y aunque en la aldaba ya la mano, allá en la casa que dormía, quien iba a entrar se detenía. Y si mirabais por el vano de la escalera que allí había, ...
Tiempo y movimiento de Eduardo Langagne
No había tiempo en el tiempo en que el tiempo Corría como un río Dejando atrás las piedras Que permanecen en su tiempo contra el tiempo El mundo gira siempre a tiempo Y mueve al colibrí Mas la tortuga permanece contra el tiempo No había tiempo en el tiempo en que el tiempo Iba hacia el mar ...
Lamento De La Madre Sobre La Lejanía de Jorge Galán
No había visto nunca una luna menos blanca ni cipreses más negros ni aves más imprecisas. ¿Por qué desapareces? Oigo caer tus lágrimas y te presiento más hermoso pero también más íngrimo. ¿Me ves alimentando con mis senos maternos el fuego de este mundo? ...
Se habla de Dios de Gabriel Celaya
No hablamos de problemas Hablamos de dinero. No hablamos de dinero. Hablamos de salarios. No hablamos de salarios. Hablamos por lo bajo de lo que llaman alto. ¡Dios! Por ejemplo: hay que comer. Mas comer mal no nos basta. Por ejemplo: hay que dormir. Mas dormir solos no basta ...
no nada de Clara Fernández Moreno
no hablé no escribí no dibujé en mi cuerpo no entré al río no le dije te quiero no miré los sicomoros hace tanto que nada en la ventisca de la vida un día besaste mi mano hace tanto
no hablen de huidas... de Jacqueline Goldberg
no hablen de huidas porque de ellas me hago vuelvo intacta al desastre natal no saben piel adentro todo es puerta agua De: Trastienda Selección de la autora
Para desvestir a una cebra de Mario Noel Rodríguez
No hables de paisajes a la más bella de todas. La sola voz enturbiaría su corazón. Preferible si el incienso inunda de cortinas, invade con la tibieza de otrora horizontes. Besa su asombro, despacio muy despacio dile su beldad en letras de coral, corónala con los ojos cerrados. ...
Ojo de celda de Fabricio Estrada
No hablo de calendarios ni de cálculos suplicantes. No hablo del sudor resbalando en el cuello, ni del rasgo, ni del monosílabo día. Hablo del mismo que ve correr sus ojos hacia el seno de las rameras; hablo del codo opuesto y de la claustrofóbica forma al contemplar. Hablo de la ausencia, ...
Laberinto de Jorge Luis Borges
No habrá nunca una puerta. Estás adentro y el alcázar abarca el universo y no tiene ni anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro. No esperes que el rigor de tu camino que tercamente se bifurca en otro, que tercamente se bifurca en otro, tendrá fin. Es de hierro tu destino como tu juez. ...
Isla en el quinto piso de Roque Dalton
No hace calor, no. Ni alcohol he tomado que pudiera explicar esta fiebre. Desde mi ventana veo pasar las personas como curiosas arañas perdidas entre el humo. El humo. Todo lo envuelve desde las altas chimeneas. Si no fuera por el humo podría salir a buscar una/mujer, ...
En lo esencial de Marita Troiano
No hago cosas distintas a la gente (bebo duermo me despierto tengo insomnios Alguna vez sonrío indiferente) Extasiada contemplo a las hormigas con una candidez sin presunciones Hago el amor voraz A veces triste Maldigo los impuestos Creo enfrentar al mundo desde un banco de hierba ...
La susodicha de Efraín Huerta
No hago nada esta tarde sino pensar -y es mucho- en la dicha. Nada sino pensar en una hija llamada Dicha, en una amante Dicha nombrada. Ésta sería alta y soberbia como dicen los poetas que es o debe ser la dicha, la dicha en general y en especial la dicha en que hoy, abrileñamente, ...
Dos islas de Juan Vicente Piqueras
No hago vida de mí. Cuando estoy solo no hago vida de mí. Te necesito a cada instante, siempre, incluso cuando no sé quién eres tú ni dónde estás ni qué quieres de mí. Cuando estoy solo siento que estoy en mala compañía. No sé hacer vida de mi soledad. Pero no sé tampoco no estar solo. ...
Temas de Renato Leduc
No haremos obra perdurable. No tenemos de la mosca la voluntad tenaz. Mientras haya vigor pasaremos revista a cuanta niña vista y calce regular Como Nerón, emperador y mártir de moralistas cursis, coronados de rosas o cualquier otra flor de estación, miraremos las cosas ...
Continuidad de Jaime Torres Bodet
No has muerto. Has vuelto a mí. Lo que en la tierra donde una parte de tu ser reposa sepultaron los hombres, no te encierra; porque yo soy tu verdadera fosa. Dentro de esta inquietud del alma ansiosa que me diste al nacer, sigues en guerra contra la insaciedad que nos acosa y que, ...
Nox de Salvador Díaz Mirón
No hay almíbar ni aroma como tu charla... ¿Qué pastilla olorosa y azucarada disolverá en tu boca su miel y su ámbar, cuando conmigo a solas ¡oh virgen! hablas? La fiesta de tu boda será mañana. A la nocturna gloria vuelves la cara, linda más que las rosas de la ventana; ...
El arca de los sueños (13) de Juana Rosa Pita
No hay isla para mí (hasta los ciegos pueden ver los signos pintados en los muros de la vida) no hay isla y eso es todo ni aquélla ni ninguna ni aún la más querida de ese vasto archipiélago que verdece en los sueños No hay isla para mí porque no hay playa a toda vela ni pétalo habitable ...
Oscuridades de Saúl Ibargoyen
No hay lugar en donde el aire ponga sus raíces: no hay sitio adonde el dolor de cualquier estómago establezca un poderío sin fin: no hay marcas en tierra alguna adonde no deje su temblor el viejo gritar de las galaxias: no hay región adonde toda sombra pueda esconder...
No hay más. Sólo mujer de Jaime Sabines
No hay más. Sólo mujer para alegrarnos, sólo ojos de mujer para reconfortarnos, sólo cuerpos desnudos, territorios en que no se cansa el hombre. Si no es posible dedicarse a Dios en la época de crecimiento, ¿qué darle al corazón afligido sino el círculo de muerte...