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Visión del baño turco

                                    Ô parfum chargé de nonchaloir
                                                       Charles Baudelaire



Sólo una orden puede interrumpir la indolencia femenina,
la fantasía del ojo que abarca la magnificencia del harén,
el goce de la mujer con su turbante. La tibieza de los cuerpos
descansa en una flor extraña en la visión de las más jóvenes
ajenas a la melodía de laúd y pandereta.
Las hay georgianas, circasianas, eslavas, entre las favoritas
del señor que todo lo dispone.
La escena no cabe en la lujuria del solitario mirón,
predomina el olor sutil de almizcle en el óvalo perfecto.
La inclusión de la mirada que determina el placer del hombre,
el oscuro dintel de entrada a lo desconocido,
la dolorosa impotencia del sultán presuntuoso.





De: Cabeza de ébano


RODOLFO HÄSLER




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