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Madrigal dramático de ardiente-y-fría

Ardiente-y-fría —clavel
herido del mediodía—,
desnuda, en la sastrería.

El niño, aprendiz de sastre,
¡cómo la deshojaría!

Ardiente-y-fría un corpiño
de ondas calientes y frías
quisiera para sus senos
—algas flotantes del mar
blanco y quieto del espejo—.

El niño, aprendiz de sastre,
le ofrece una begonia.

Ardiente-y-fría una falda
de lunas en agonía
quisiera para su cuerpo
—delfín moreno del mar
verde y quieto del espejo—.

El niño, aprendiz de sastre,
le ofrece una peonía.

Ardiente-y-fría una cofia
de luz hirviente y sombría
quisiera para su sueño.

El niño, aprendiz de sastre,
le da una manzana, muerto.



De: Marinero en tierra


RAFAEL ALBERTI




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